A Las Cinco En Punto De La Tarde - ✠ Parafarmacia y Farmacia Online | Bienestar Tic Tac Bank
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Abecedario en construcción sobre notas de Enrico Príncipi encontradas en un Cuaderno
Y un buen día…
Todo.
A
Abecedario
Para lanzar un manifiesto hay que querer A, B, C, fulminar contra 1, 2, three, impacientarse y aguzar las alas para conquistar y esparcir grandes y pequeños a, b, c, firmar, gritar, jurar, arreglar la prosa a manera de evidencia absoluta, irrefutable, probar su non plus ultra y mantener que la novedad se asemeja a la vida así como la última aparición de una cocotte prueba lo esencial de Dios.
(Tristan Tzara, Manifiesto Dadá)
Adonde
Más allá de la oreja existe un sonido, en el extremo de la mirada un aspecto, en las puntas de los dedos un objeto: es allí adonde voy. En la punta del lápiz el trazo. Donde expira un pensamiento hay una idea, en el último suspiro de la alegría otra alegría, en la punta de la espada la magia: es allí adonde voy. En la punta del pie el salto. Parece la historia de alguien que fue y no volvió: es allí adonde voy. ¿ no voy? Voy, sí. Y vuelvo para ver cómo están las cosas. Si continúan mágicas. ¿Realidad? Te espero. Es allí adonde voy. En la punta de la palabra está la palabra. Quiero usar la palabra «tertulia», y no sé ni donde ni cuándo. Al borde de la tertulia está la familia. Al borde de la familia estoy yo. A la orilla de mí estoy yo. Es hacia mí adonde voy. Y de mí salgo para ver. ¿Ver qué? Ver lo que existe. Después de muerta es hacia la realidad adonde voy. Mientras tanto, lo que hay es el sueño. Sueño fatídico. Pero después, después todo es real. Y el alma libre busca un canto para acomodarse. Soy un yo que anuncia. No sé sobre qué estoy hablando. Estoy hablando de nada. Yo soy nada. Después de muerta me agrandaré y me esparciré, y alguien dirá con amor mi nombre. Es hacia mi pobre nombre adonde voy. Y de allá vuelvo para llamar al nombre del ser amado y de los hijos. Ellos me responderán. Al fin tendré una respuesta. ¿Qué respuesta? La del amor. Amor: yo os amo tanto. Yo amo el amor. El amor es rojo. Los celos son verdes. Mis ojos son verdes. Pero son verdes tan oscuros que en las fotografías salen negros. Mi secreto es tener los ojos verdes y que nadie lo sepa. En el extremo de mí estoy yo. Yo, implorante, yo, la que necesita, la que pide, la que llora, la que se lamenta. Pero la que canta. La que cube palabras. ¿Palabras al viento? Qué importa, los vientos las traen de vuelta y yo las poseo. Yo a la orilla del viento. La colina de los vientos aullantes me llama. Voy, bruja que soy. Y me transmuto. Oh, cachorro ¿dónde está tu alma? ¿Está cerca de tu cuerpo? Yo estoy cerca de mi cuerpo. Y muero lentamente. ¿Qué estoy diciendo? Estoy diciendo amor. Y cerca del amor estamos nosotros.
(Clarice Lispector, «Es allí adonde voy»)
Adónde
en las fiestas privadas
agarraba la guitarra por el mango
la pasaba por delante del público.
Y en el agujero acústico
a veces
Nuestro trabajo consistía
y -sin dañar las cuerdas-
rescatar los bollitos.
(María Belén Aguirre, «Ars Vivendi» El Pater)
Alcantarilla
puede ser una visión del mundo
la rebelión consiste en mirar una rosa
hasta pulverizarse los ojos
(The artist is current Akers – Dupre)
Alguien
Algo (I)
Vivimos en las fauces de la nada. Tenemos algo que decir.
(Raúl Gustavo Aguirre, Olas)
El tiempo no es un enemigo que deba ser vencido,
sino un aliado con el que debemos trabajar pacientemente.
(I Ching Hexagrama I)
Alpha
Mientras los hombres decían Alpha” a la primera letra del alfabeto, tenían en esta denominación algo de inspiración: en el momento en que empezaron a llamarla solamente A, en lugar de la inspiración, de la vivencia inside, se colocó la adaptación a lo convencional externo, a la prosa de la vida. Esa es la verdadera transición de la cultura griega a la romano-latina: que del mundo poético-espiritual la humanidad cultural se desarrolla hacia la prosa de la vida.
(Rudolf Steiner, El Alfabeto. Una expresión de los misterios humanos)
Amanecer
(Friedrich Hoelderlin, «El Poeta»)
Pero es de estos abismos que quería hablar,
de estas calaveras deformes que hacen señas;
huyen como el ruido del tren,
pero cuando aún son escuchables,
pisan a alguien.
Matan de lleno.
Amor (I)
La paradoja constitutiva del amor hace referencia precisamente a este carácter del pasado en relación con el presente: el presente no podría pasar a menos que el pasado del amor (toda la historia amorosa) coexista con él. No es que el pasado del amor sea un antiguo presente que ha dejado de existir sino todo lo contrario: es la profundidad propia del amor, de la que depende para pasar a la existencia. El amor hunde sus raíces en el tiempo absoluto de su propio pasado y allí encuentra su fuerza. Si lo propio del presente (y de la sexualidad, que es presente puro) es la existencia precise bajo la forma de una sucesión de diversos instantes (antes y después), el pasado puro, fundamento y profundidad del tiempo amoroso, en cambio, se caracteriza por la coexistencia digital” de sus diversos niveles con el presente. Cada punto de presente contiene todos los yacimientos de pasado y eso es el amor.
(Daniel Link, «La verdad del amor»)
Amor (II)
en la plaza pública.
no tiene nada mejor,
de ser perpetuado, que su amor.
(Louis Aragon, «Del poeta a su Estrella»)
(Mark Rothko)
Amor (III)
Lo único que me saca de mí es el amor.
(Lucía Disalvo)
Amor (IV)
¿Quién cantará al amor?
de todo hizo placer.
Anagrama
(Eva)
Angustia
Y no puedo entender si la angustia me viene de pensar si es que hace falta la angustia para poder pensar (…) Pensar es tan hermoso y tan horrible que, cuando se hace, debe hacerse bien.
(Antonio Di Benedetto, «Es superable» Mundo Animal)
Animismo
Antiguo
Todo se ha escrito, todo se ha dicho, todo se ha hecho, oyó Dios que le decían y aún no había creado el mundo, todavía no había nada. También eso ya me lo han dicho, repuso quizá desde la vieja hendida Nada. Y comenzó. Una frase de música del pueblo me cantó una rumana y luego la he hallado diez veces en distintas obras y autores de los últimos cuatrocientos años. Es indudable que las cosas no comienzan cuando se las inventa. el mundo fue inventado antiguo.
(Macedonio Fernández, Cuadernos de Todo y Nada Ex libris MBA)
Antropofagia
Mi padre, que adoraba a los clásicos, era un gran autor de sainetes lunfardos. Todo lo que sabía lo convertía en expresión porteña.
(Cátulo Castillo, entrevista en La Opinión Cultural, 1975)
(Francis Bacon)
Pequeño pez que al nacer
mordió el anzuelo.
Aprendizaje
Enamorarse es individualizar a alguien por los signos que causa emite. Es sensibilizarse frente a esos signos, hacer de ellos el aprendizaje. (…) El amado implica, envuelve, aprisiona un mundo que hay que descifrar, es decir, interpretar. Se trata incluso de una pluralidad de mundos; el pluralismo del amor no sólo concierne a la multiplicidad de seres amados, sino a la multiplicidad de las almas de los mundos de cada uno de ellos. Amar es tratar de explicar, desarrollar, estos mundos desconocidos que permanecen envueltos en lo amado.
(Gilles Deleuze, Proust y los signos)
Aquello
Aquello de que huyes es el poema. Aquello que te detiene y te espanta, es el poema. Él quiere pasar por aquí, eso es todo…
(Raúl Gustavo Aguirre, «En el borde»)
Aquí
Los restos no se hacen de palabras, sino de restos. La palabra embellece y aquí no puede haber belleza. Y si la hay, ya no es aquí. Por eso ni siquiera es un museo. Ni siquiera es un lugar. Es sólo una herida y abierta. Ni la justicia la puede cerrar. Sólo el tiempo, a veces; sólo el closing de tiempo, si lo hay. Tal vez lo humano no sea más que esta fractura entre lo que nunca pensamos que llegaríamos a hacer y lo que no podemos creer que hemos hecho. Tal vez lo humano no sea más que una fractura. Entre lo cercano y lo lejano. En ese cruce ambiguo donde comienza a constituirse el sentido. A menos que esta fractura se vuelva creación. Crear nunca es desde la nada porque la nada no existe. Salvo en la ESMA. en la ex-ESMA. en ese guión que fractura lo que ya no es de lo que nunca tuvo que haber sido. Aquí.
(Darío Sztajnszrajber, Aquí)
Arena
En el centro de Buenos Aires, en la calle Tucumán, en un terreno baldío, y donde había arena, vi una figura yacente de Cristo, confundiéndose casi con la tierra, sin la cruz, que no se necesitaba puesto, que la imaginación la suplía (…) Para mí, esto period la humanidad barrida por el viento silencioso e invisible del tiempo.
(Santiago Dabove, La muerte y su traje Ex libris María Belén Aguirre)
Ausencia
Todos somos un anuncio, un anuncio de una ausencia. Todos sentimos en algún momento de nuestras vidas que hay algo más, de lo cual nosotros somos noticia. Un pre-anuncio, y que eso no llega nunca a cumplirse y que, si recordáramos siempre eso, si recordáramos nuestra irrealidad, este reino subsidiario que son los días de nuestra vida serían vividos de otra forma, con una generosidad, con una grandeza…
(H.Murena y D.Vogelmann, El secreto claro -diálogos)
Autómatas
Has de saber que en estas enseñanzas que te impartiré, sin el menor atisbo de duda, te empujaré a todas las desacralizaciones posibles, a faltarle enteramente el respeto a cualquier sentimiento establecido. No obstante, el fondo de mi enseñanza consistirá en convencerte de que no le tengas miedo a lo sagrado y a los sentimientos, de los cuales el laicismo consumista ha privado a los hombres transformándolos en brutos y estúpidos autómatas, adoradores de fetiches.
(Pier Paolo Pasolini, «Gennariello», Cartas luteranas)
Avaricia
Yo tengo la avaricia del lenguaje.
(Inés Manzano, Si es puñal que me mate / fragmento)
Azar (I)
El azar siempre ha sido el mejor de mis asistentes.
(Agnès Varda, Rostros y lugares)
Azar (II)
Claro que, si bien nuestro nacimiento es totalmente informal, debido al encuentro fortuito de un óvulo y un espermatozoide (¿por qué precisamente éste entre millones?), el papel del azar se difumina cuando se edifican las sociedades humanas, cuando el feto y, luego, el niño se encuentran sometidos a estas leyes. Y así es para todas las especies. Las leyes, las costumbres, las condiciones históricas y sociales de una cierta evolución, de un cierto progreso, todo lo que pretende contribuir a la creación, al avance, a la estabilidad de una civilización a la que pertenecemos por la suerte la desgracia de nuestro nacimiento, todo eso se presenta como una lucha cotidiana y tenaz contra el azar. Nunca totalmente aniquilado, vivo y sorprendente, trata de acomodarse a la necesidad social.
(Luis Buñuel, Mi último suspiro)
Azul
Hoy me fue dado lo Azul. Un jazmín junto al muro donde termina la verdad, deshizo el tiempo en que me hallaba -tiempo de confusión y sufrimientos- con su increíble fogonazo de infinito viviente. Lo Azul me dijo que no tema, que todo está bien.
(Raúl Gustavo Aguirre, «Complementos» Asteroides)
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Un terreno baldío
¿Cuándo? ¡Pero cuándo!
en la dura, indeclinable,
Belleza (II)
Amar a un perro es lo más parecido a una buena película. Uno como ser humano quiere entender para dejar de caer en el vacío. Pero la ilusión de comprender no quiere decir que uno frene la caída, significa la ilusión de algo permanente, y lo único permanente es la belleza en el viaje hacia la muerte. El turismo está basado en la visita a un lugar y la vuelta a casa después de haber visto. «Ver y volver». Una mala película, en el mejor de los casos, es lo más parecido al turismo. La gente ama al turismo porque sabe que va a volver a casa. La sensación de extravío da terror, pero creo que sólo atravesando el terror aparece la belleza. No antes. La belleza verdadera provoca rechazo, e implica un sacrificio…
(Luis Ortega, entrevista en Las naves, 2013)
(Xilografía de Krzysztof Belmar)
Beso (I)
¿Cómo no sentirse cercano a Santa Teresa, quien, tras habérsele aparecido Jesús un día, salió de su celda corriendo y se puso a bailar en medio del convento, en un arrebato frenético, batiendo el tambor para llamar a sus hermanas a fin de que compartieran su alegría? A los seis años leía las vidas de los mártires gritando: «¡Eternidad! ¡Eternidad!». Decidió entonces ir a convertir a los moros, deseo que no pudo realizar, a pesar de lo cual su ardor siguió creciendo hasta el punto de que el fuego de su alma no se ha apagado jamás, puesto que nosotros nos calentamos en él todavía. Por el beso culpable de una santa, aceptaría yo la peste como una bendición.
(E. M. Cioran, De lágrimas y de santos)
Beso (II)
besarse frente al rostro del guarda
besarse en la puerta de la Santa Catedral de todas las Canalladas
besarse en la plaza de todas las Repúblicas
( elegir especialmente aquellas donde todavía te matan por un sodomo y gomorro beso)
besarse delante de la foto del niño que también fui
(y sentir que me hace un guiño para que siga, que no pare, que no interrumpa, porque le gusta ese beso…)
besarse sabiendo que nuestras salivas arrastran besos denegados/ opacados/ apagados/ cercenados/ mutilados/ hambrientos/ que no son sólo los nuestros
que tu labios y los míos mientras rajan la tierra la construyen
y hay una historia de besos que el espanto no ha dejado ser
y que por eso te beso
lxs beso
me besás
Se declaran tormentas
y precipitan juicios.
Bien
¿Qué es el Bien? La capacidad de adelantarse al Mal para desarticularlo.
(María Belén Aguirre, El arte como acto de venganza)
Blindaje
Uno cree que se puede poner encima una especie de blindaje. Pero el recuerdo no viene al hombre así, de frente, viene por las esquinas, dando rodeos.
(Carson McCullers, «Un árbol, una roca, una nube»)
Bofetada
se levantará para abofetearte.
porque se encontró con Dios.
(Federico Manuel Peralta Ramos)
No sé decir quién soy. Tal vez el borde de algo que se aleja.
(Nélida Cañas, «Lo inabordable» Una palmera en el fondo del cielo)
Bosque
El hombre debería ser enterrado sólo a medio metro, dos pies bajo tierra. Luego allí debería plantarse un árbol. Debería ser enterrado en un ataúd degradable, de forma que cuando se plante un árbol encima, el árbol se beneficie de su sustancia, y lo cambie por sustancia de árbol. Cuando se visita una tumba no se visita a un hombre muerto, se visita a un ser vivo que se acaba de transformar en árbol. Sigue viviendo en el árbol. Se cube, «este es mi abuelo, el árbol está creciendo bien, fenomenal». Se puede hacer un bosque bonito, que será más bonito que un bosque regular porque los árboles tiene sus raíces en las tumbas. Ese bosque puede extenderse por el campo, y como de todas formas no tenemos muchos bosques, a la vez estaremos conservando el bosque. Será para el hombre un parque, un lugar de recreo, un lugar para vivir. Un lugar fantástico para vivir en contacto constante con la vida y la muerte.
(Friedensreich Hundertwasser, «Reciclar a los muertos»)
(F. Hundertwasser)
Bufido
Vi a las cabezas más brillantes de mi generación destruidas por la estupidez. Vi jóvenes repitiendo viejos gestos frívolos, entregados al mercado como antes a la expulsión de los mercaderes, en tiempos en que los poetas profesaban la pasión por la indiferencia, usando la palabra justa solo para recibir un premio municipal el retiro anticipado. Vi hijos desencantados que travisten el nombre de su padre desaparecido, abatido por una pastilla de cianuro, invocado en el neón de un resto en Palermo y en las únicas cartas que sobrevivieron, nombrando entradas agridulces y vinos importados. Vi hijos de la democracia respirando pegamento, inyectándose odio con las manos sucias, fumándose todo lo que puedan meter en un caño, para olvidar aquello de que con las urnas se come, se cura, se educa, se entierra, repitiendo grados, uniformes y almuerzos desnudos, en el mismo charco de barro en que los parió la Patria, basural de un cuadro de Berni que nunca verán en el Malba porque los echarían a patadas si se acercaran a menos de cien metros con su rancio olor a sur, paredón y después.
(Nicolás Prividera, «Bufido» / fragmento)
Buscado
Se busca a Jesucristo. Cargos: seducción, tendencias anarquistas, conspiración contra la autoridad del Estado. Señas particulares: cicatrices en pies y manos. Profesión alegada: trabajador. Nacionalidad: desconocida. Pseudónimos: Hijo del Hombre, Mensajero de la Paz, Luz del Mundo, Salvador. El acusado no posee domicilio permanente. No tiene amigos ricos y suele frecuentar vecindarios humildes. Su entorno: los blasfemos, los apátridas, gitanos, prostitutas, huérfanos, criminales, revolucionarios, asociales, desempleados, vagabundos, convictos, prisioneros, el buscado, el abusado, el iracundo, el tramposo, el desesperado, madres gritando en Vietnam, hippies, vagos, drogadictos, parias, convictos esperando la muerte. Es posible que haya crecido sin padres. Quizás su madre es una puta. Quizás su padre es un convicto, vive en una comuna. El imputado no pertenece a esta sociedad, a ningún partido político, ni siquiera al partido cristiano; ni tampoco a ninguna iglesia. En convenciones partidarias no lo encontrarán. Rechaza lemas y manifiestos. No es ni protestante, ni católico, ni judío, ni comunista. Nunca usa uniforme. El acusado esparce concepts utópicas. Debe ser considerado un agitador peligroso. Información relevante que lleve a su arresto, tenga a bien suministrar en la comisaría más cercana.
(Klaus Kinski, Yo necesito amor)
Búsqueda
No se busca el amor. Sino que el amor en sí mismo es la búsqueda.
(Darío Sztajnszrajber, «El amor» Mentira la verdad)
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C
Caballo
La forma del caballo representa lo mejor del ser humano. Tengo un caballo dentro de mí que raramente se expresa. Pero cuando veo a otro caballo, entonces el mío se expresa.
(Clarice Lispector, «Seco estudio de caballos»)
Cabeza
No exagero: la Virgen Santa y todos sus santos parecían sarcófagos de yeso a la medida de desnutridos extraterrestres (…) Que semejante deformidad se debía a la torpeza del escultor es obvio. Pero también es obvio que la deformidad pudo haber sido otra: patas grandes como patagones cuerpos gordos larguísimos cabeza chiquita, por enumerar algunas posibilidades, así que queda habilitada la interpretación: ¿Por qué cuerpos tan débiles y cabezas tan desorbitadas? ¿Sería alguna forma de realismo villero? Tal vez el escultor estaba diciendo que era en la cabeza y en ningún otro lugar donde residía el reino de los cielos, donde los primeros serán los últimos y los últimos los primeros. que la desproporción era necesaria para expresar la esperanza de los pobres, tan ofendidos, tan golpeados y tan humillados y sin embargo tan dispuestos a creer en que hay salvación para ellos: el escultor, las travestis, las pibas, las gordas desdentadas, los pibes chorros, los albañiles, estaban todos reunidos ahí en El Poso convencidos de que la Virgen iba a protegerlos.
(Gabriela Cabezón Cámara, La Virgen Cabeza)
Cadáver
De improviso se me aparece la verdad: este hombre morirá pronto. Seguramente lo sabe; basta con que se haya mirado en un espejo; cada día se asemeja un poco más al cadáver que será.
(Jean-Paul Sartre, La náusea)
Nota: Cada día nos parecemos más al cadáver que vamos a ser.
(José Pablo Feinmann, Filosofía aquí y ahora)
Caer
es su propia máscara.
no es un acto de violencia contra alguien
sino un tropiezo contra sí mismo.
Porque la comicidad de su tragedia
no consiste en caer
(Gordon Parks)
Cámara
Me di cuenta de que la cámara podía ser un arma contra la pobreza, contra el racismo, contra todo tipo de males sociales. Entonces supe que tenía que tener una.
(Gordon Parks)
Como del otro que pasa cantando se toma la canción
de ti todo lo he aprendido…
(Louis Aragon, «Qué sería sin ti que viniste a mi encuentro…»)
Cansancio
al cansancio remaining.
(Ha sido tarea de años).
(Alejandro Ricagno, «Es el cansancio que se acerca…»)
En la mitad del camino se le cansó el corazón
y entró de golpe al silencio, y el silencio lo tapó.
Lo mentaron algun tiempo el peón, el estibador,
el hombre de siete oficios, los paisanos del frontón,
y como la vida tiene su ley y su sinrazón,
le fue llegando el olvido, y el olvido lo tapó.
Don Luis Acosta Garcia se llamaba el payador,
hombre nacido en Dorrego y que mucho trajinó,
hombre de lindas riquezas: guitarra, amigos, canción.
Don Luis Acosta García: lindo nombre pa´ un cantor
que anduvo de pago en pago y en ninguno se quedó.
(Atahualpa Yupanqui, «Cantor del Sur»)
Caos (I)
(Wisława Szymborska, «Posibilidades»)
(Jean Dubuffet)
Caos (II)
La poesía es una fuerza anárquica, en tanto cuestiona todas las relaciones entre objeto y objeto y entre forma y significado. Es anárquica también en tanto su aparición obedece a un desorden que nos acerca más al caos… somos capaces de volver por medios modernos y actuales a esa concept superior de la poesía y de la poesía en el teatro que subyace a los grandes Mitos relatados por los grandes trágicos antiguos, y somos capaces de respaldar una vez más una thought religiosa del teatro, es decir, sin meditación, sin contemplación inútil, sin sueños chatos, de lograr una toma de conciencia y de posesión de ciertas fuerzas dominantes, de ciertas nociones que todo lo dirigen, y como las nociones, cuando son efectivas, llevan con ellas su energía, somos capaces de reencontrar en nosotros esa energía que a fin de cuentas crea el orden y elevan la vida, sólo nos queda abandonarnos sin reaccionar y de inmediato, y reconocer que sólo servimos para el hambre, la sangre, la guerra y las epidemias.
(Antonin Artaud, El teatro y su doble)
Carbón
(José Martí, Versos sencillos)
Caricia
Ambos estamos muy lastimados, los dos somos bestias demasiado heridas hasta para recibir amor. Quizá el amor sea la caricia que más nos duele. Decile a Alejandro que lo amo silenciosamente, con la fidelidad de un perro…
(María Belén Aguirre / fragmento de un mail)
Gracias al amor sentimos todo lo que de carne tiene el espíritu.
(Miguel de Unamuno, Del sentimiento trágico de la vida)
Casa
es acá
es ahora
Cascarón
Casi
Clara, fuiste capaz de cosas increíbles a fuerza de no darte cuenta de casi nada…
(Néstor Sánchez, Nosotros dos)
(María Belén Aguirre)
Toda la trama elidida.
Casualidad
No es la necesidad, sino la casualidad, la que está llena de encantos. Si el amor debe ser inolvidable, las casualidades deben volar hacia él desde el primer momento, como los pájaros hacia los hombros de San Francisco de Asís.
(Milan Kundera, La insoportable levedad del ser)
Causa
(Ezra Pound, «Causa»)
Cementerio
En Cavalo Morto los locos tienen alas de mosca y vuelven a guardar en su caja las cerillas quemadas como si fuesen palabras rozadas por el resplandor de otro mundo (…) Háganme caso, los recuerdos hermosos son fugaces como las ardillas, cada amor que termina es un cementerio de abrazos y Cavalo Morto es un lugar que no existe.
(Juan Carlos Mestre, «Cavalo Morto» Ex libris Jorge Temoche)
Cenizas
El poema no muere por haber vivido: está hecho expresamente para renacer de sus cenizas y ser de nuevo indefinidamente lo que acaba de ser.
(Paul Valéry, «Poesía y pensamiento abstracto»)
(Robert Motherwell)
Ceremonia (I)
(Cormac McCarthy, La carretera Ex libris María Belén Aguirre)
Ceremonia (II)
¿Qué es un símbolo? Decir una cosa y significar otra. ¿Por qué no decirlo directamente? Por la simple razón de que ciertos fenómenos tienden a disolverse si nos acercamos a ellos sin ceremonia.
(Edgar Wind, Poéticas del cine Raúl Ruiz)
Charco
flores voluptuosas
las revistas de actualidad.
Pero hay un charco
en toda su blancura
sólo para mis ojos.
Cielo (I)
¿Se pueden inventar verbos? Quiero decirte uno: yo te cielo, así mis alas se extienden enormes para amarte sin medida. Siento que desde nuestro lugar de origen hemos estado juntos, que somos de la misma materia, de las mismas ondas, que llevamos dentro el mismo sentido. Tu ser entero, tu genio y tu humildad prodigiosas son incomparables y enriquecen la vida; dentro de tu mundo extraordinario, lo que yo te ofrezco es solamente una verdad más que tú recibes y que acariciará siempre lo más hondo de ti mismo. Gracias por recibirlo, gracias porque vives, porque ayer me dejaste tocar tu luz más íntima y porque dijiste con tu voz y tus ojos lo que yo esperaba toda mi vida.
(Frida Kahlo, Carta a Diego Rivera, 1947)
Cielo (II)
Volaban unas mariposas y había unos eucaliptus muy hermosos, nada más que esto, y fui rodeado y traspasado por una sensación de amor tan intensa que me arruinó la vida en el mundo… Sí, la sensación de estar rodeado por cielo, y de que ese cielo me tocara como carne… Yo era amado con una intensidad que estaba en el límite de lo soportable… Hospital Británico es algo que estaba en el aire. Yo no hice más que encontrarlo…
(Héctor Viel Temperley, entrevista en Vuelta Sudamericana, 1987)
Cobardía
La madurez es el estado que alcanzamos cuando nos damos cuenta que la cobardía puede ser rentable.
(Martín Flores)
(Ewald Mataré)
(Arturo Jauretche, El paso de los libres)
Coloration (I)
La vida es en coloration, pero en blanco y negro es más realista.
(Wim Wenders, El estado de las cosas)
Coloration (II)
El coloration es un esfuerzo de la materia por tornarse luz.
(Novalis, Gérmenes Fragmentos)
Complacer
Tú perteneces a esa desesperanzada y pálida tribu que ningún vino de este mundo ha de calentar jamás, y para la cual incluso el jerez pálido sería demasiado rosado y fuerte; pero que es gente con la cual a uno le gusta a veces sentarse y sentirse también un pobre diablo, y ponerse alegre entre lágrimas, y decir por las buenas, con los ojos cargados y los vasos vacíos, y con tristeza no del todo desagradable: ¡Basta ya! Pues cuanto más se esfuercen por complacer al mundo, más seguirán para siempre sin recibir agradecimiento.
(Herman Melville, Moby-Dick)
Composiciones
Hay composiciones que parecen comenzar con un tropiezo. Como si los dedos trastabillaran sobre el teclado, y se impusiera el pudoroso deber de incorporarse después del ridículo.
Hay composiciones que parecen terminar con estertores. Como si el enfermo se negara a morir, y prefiriera la agonía, la rastrera prórroga del minuto siguiente.
Hay composiciones, sin embargo, que no nacen ni mueren: continúan. Los arneses incrustados en el caballo de los días.
(María Belén Aguirre, «Arvo Pärt»)
(Erika Kuhn)
Comunidad
Quería partir de las vidas precarias, de los desertores anónimos, de los suicidados de la sociedad para problematizar sus soledades y también, desde el fondo de éstas, los gestos evanescentes que inventan una simpatía y hasta una solidaridad (…) Una cosa es segura: frente a la comunidad horrible que se propagó por el plantea, hecha de vigilancia recíproca y frivolidad, estos seres necesitan de su soledad para ensayar su bifurcación loca y conquistar el lugar de sus simpatías.
(Peter Pál Pelbart, Filosofía de la deserción)
Conejo
«En este bosque -me decía un viejo guardabosques- estuvieron un día todos los conejos del mundo. Era el paraíso de los cazadores y, mientras no llegaron los cazadores, el paraíso de los conejos. Todo el bosque period una masa blanca y nerviosa, peluda y blanda, con infinidad de puntas ondulantes. -Se refería sin duda a las orejas de los conejos, las cuales tienen forma puntiaguda-. Ahora, en cambio, sólo nos queda el recuerdo de los conejos. Esté seguro de que no hallará uno, por más que busque.» Pero a pesar del disfraz, que period perfecto -las ropas, los lentes-, lo reconocí y le dije: «No me engañas, conejo. Huye, porque cuento hasta diez y disparo». Las orejas, cuidadosamente peinadas hacia atrás, se irguieron bruscamente; los redondos anteojos cayeron al suelo y se perdieron entre el pasto. El conejo se alejó dando saltos despavoridos entre los árboles. Conté hasta diez y disparé.
(Mario Levrero, Caza de conejos)
Conforme
La pereza psychological, el no saber juzgar sino conforme a precedentes, es lo más propio de los que se consagran a críticos.
(Miguel de Unamuno, Tres novelas ejemplares y un prólogo)
Conjunción
Hay que llevar el amor al pensamiento. Separarlos es amputarlos. Un amor que no piense a fondo lo que ama es una monstruosidad. Un pensamiento que no ame a fondo lo que piensa no es suficiente pensamiento. Además, aquí se juega la suerte de la poesía, que no existe sin esa conjunción.
(Roberto Juarroz, Poesía y realidad Ex libris MBA)
Conmigo (I)
a la sombra de los árboles.
Y uno puede tirarse de pecho
sobre ellas
Un día, le pedía a Dios, con lágrimas:
Carajo, estate siempre así conmigo
como ahora.
(Héctor Viel Temperley, «Hay unas flores violetas…»)
(Ernest Pignon)
Conmigo (II)
en la batalla…
Conquista
Leemos, pero también somos leídos por otro. Interferencias entre ambas lecturas. Obligar a alguien a que se lea a sí mismo como lo leen los demás (esclavitud). Obligar a los demás a que nos lean como nos leemos a nosotros mismos (conquista). Mecanismo. La mayoría de las veces, diálogo de sordos.
(Simone Weil, «Lecturas» La gravedad y la gracia)
Constancia
que van tras
cuatro veces
Consuelo
El equilibrio es un listón estrecho. Veo mi vida amenazada por dos poderes: por un lado, por las ávidas bocas del exceso; y por otro, por la avara amargura que se nutre de sí misma. Pero rehuso elegir entre la orgía y la ascesis, aunque sea al precio de una confusión psychological. Lo que busco no es una excusa a mi vida sino todo lo contrario a una excusa: la reconciliación. Pero de nada le vale al ser humano un consuelo brillante; necesita un consuelo que ilumine.
(Stig Dagerman, «Nuestra necesidad de consuelo es insaciable»)
(Roberto Aizenberg) cuidado de la salud
Contemporáneo
Así, el hombre de letras, si desea ser contemporáneo, debe comenzar por ser anacrónico.
(Héctor Álvarez Murena, Ensayos sobre subversión)
Continuar
Corazón
Te informo sobre la situación en casa, por si te interesa.
La persiana de nuestro dormitorio se trabó arriba y se niega a bajar.
Las puertas del armario bostezan de noche y de día.
La parte de tu lado de la cama se muere de aburrimiento.
Una banda de polillas insensatas se comió la cortina azul.
Cuelgan de todos los cajones lenguas de trapo sedientas.
Las toallas que olvidaste en el suelo envejecieron precipitadamente.
Los lirios de plástico que habías puesto sobre el calefactor se marchitaron.
No quiero exagerar, pero alguno de los Rolling Stones humedeció
con sus lagrimas la pared donde pegaste el póster.
El cielorraso se descascara pidiendo que vuelvas.
(Y de mi corazón
(Liliana Porter)
La tristeza es el corazón que piensa (Enrique Santos Discépolo)
El corazón, si pudiera pensar, se detendría (Fernando Pessoa)
Corbata
(Evo Morales)
Coro
Confesión y mentira son la misma cosa. Para poder confesar, se miente. Lo que se es no se puede expresar, precisamente porque se lo es; no se puede comunicar sino lo que no somos, es decir, la mentira. Sólo en el coro podría haber cierta verdad.
(Franz Kafka, Consideraciones acerca del pecado, el dolor, la esperanza y el camino verdadero)
Correspondencia
Hace unos tres años, acababa de almorzar en mi casa de México, cuando llamaron a la puerta, y uno de mis hijos, muerto de risa, me dijo: «Padre, ahí te buscas tú mismo». Salté del asiento, pensando con una emoción incontenible: «Por fin, ahí está». Pero no era el otro, sino el joven arquitecto mexicano Gabriel García Márquez, un hombre reposado y pulcro, que sobrelleva con un grande estoicismo la desgracia de figurar en el directorio telefónico. Había tenido la gentileza de averiguar mi dirección para llevarme la correspondencia que se había acumulado durante años en su oficina.
(Gabriel García Márquez, «Mi otro yo»)
Cosas
Todas las cosas acontecen en nosotros mucho antes de que sucedan.
(Novalis, Gérmenes Fragmentos)
Costumbre
Creo que todos vieron lo que fue pasando durante aquellos años. Muchos dicen que recién ahora se enteran. Otros, más decentes, dicen que siempre lo supieron, pero que recién ahora lo comprenden. Pocos quieren reconocer que siempre lo supieron y siempre lo entendieron, y que si ahora piensan dicen pensar cosas diferentes, es porque se ha hecho una costumbre hablar pensar distinto, como antes se había vuelto costumbre aparentar que no se sabía, hacer creer que se sabía, pero que no se comprendía.
(Rodolfo Fogwill, «La larga risa de todos estos años» 1983)
Me gustaría que resultes.
Me importa nada dar de comer a la letra otro dolor increíble:
yo te quiero a vos.
Te quiero desde siempre.
(Federico Bianco, «Simples» / fragmento)
Cuaderno (II)
Estuve releyendo algo de todo esto y se me ocurre que es demasiado hablar de mí. no. Este cuaderno es lo único que me une conmigo misma. Haciendo la vida que hago, sin tiempo de silencio, de reposo, para mí, me pierdo. Estas páginas me dan como una unidad. Sin leerlas, con sólo saber que existen estoy, en cierto modo, segura. Es una manera de retener la vida que se va como agua. Además, sí, escribo para decir mucho de lo que no puedo decir, tal vez para justificarme, para explicarme ante mí misma. algo como son los poemas. No sé.
(Concept Vilariño, Diario de juventud)
Cuaderno (III)
Mercaderes y charlatanes se hicieron con el management de Europa, llamando a su insidioso evangelio «La Ilustración». El día de la plaga estaba próximo; pero de las cenizas de la humanidad no surgió ningún fénix. El campesino humilde y piadoso, Pedro Labrador, se fue a la ciudad a vender a sus hijos a los señores del Nuevo Sistema para empresas que podemos calificar, en el mejor de los casos, de dudosas (Ver Reilly, Ignatius, J. Sangre en sus manos: El gran crimen, un estudio de ciertos abusos que se cometieron en la Europa del siglo XVI, monografía, dos páginas, 1950, sección de libros raros, pasillo izquierdo, tercer piso, Biblioteca en Memoria de Howard Tilton, Universidad de Tulane, Nueva Orleans 18, Lousiana). Nota: Envié esta monografía singular a la Biblioteca como un regalo. Sin embargo, no estoy totalmente seguro de que la hayan aceptado. Muy bien pudieron tirarla a la papelera, porque estaba escrita a lápiz en una hoja de cuaderno.
(John Kennedy Toole, La conjura de los necios)
(Cuadernos Gran Jefe)
Cuaderno (IV)
Terminar un cuaderno de notas significa que ya no le quedan hojas en blanco.
(Néstor Sánchez El amhor, los orsinis y la muerte)
Cuaderno (V)
Escribir también era importante en la cultura del cuidado de sí. Una de las características más importantes de este cuidado implicaba tomar notas sobre sí mismo que debían ser releídas, escribir tratados cartas a los amigos para ayudarles, y llevar cuadernos con el fin de reactivar para sí mismo las verdades que uno necesitaba.
(Michel Foucault, Tecnologías del yo)
No sería la cuerda
tendría el valor de ofrecer mi boca
a las pirañas.
Cuerpo (I)
El cuerpo es bello porque es cuerpo. Es una imagen que de nosotros (mismos) nos hacemos. Toda imagen es una representación que manifiesta la apariencia de un objeto. El cuerpo ( su noción) nace en las cuevas de Altamira, entre garabatos de búfalos; en la arcilla que modela la esteatopigia de la Venus de Willendorf; en la dimensión cósmica de las líneas de Nazca. Antes no había cuerpo. Había hombre, pero no cuerpo. El cuerpo se transforma en tal cuando adquiere su capacidad de representación. Es nuestro representante ante el mundo, nuestro embajador. Entonces, nuestro cuerpo es ante todo político. El dilema político en que se encuentra el cuerpo reside en si acepta que el mundo construye su imagen, si es él quien se impone como expresión de minoría frente a la brutal domesticación que de su representación pretende el mundo: la de la moda epocal y / mercantil. Así, el encuentro con nuestro propio cuerpo es un oficio de riesgo, amoroso y dolorosa a la vez. El cuerpo singular -aquel que se libera del mandato del sentido común- opera en la fisura, en la contaminación, en la diferencia; en su silenciosa pero firme negación de lo common del orden del mundo y sus normas. Artaud llamó a esa singularización «la peste», y pagó caro (con su propio cuerpo) tamaña desobediencia e impertinencia.
(Emilio García Wehbi, fifty eight indicios sobre el cuerpo. Una performance)
(Paul Gauguin)
Cuerpo (II)
Si quieres sentir la felicidad de amar, olvida tu alma.
El alma es lo que daña al amor.
Sólo en Dios ella puede encontrar satisfacción.
No en otra alma.
Las almas son incomunicables.
Porque los cuerpos se entienden, pero las almas no.
(Manuel Bandeira, «Arte de amar»)
Cuerpo (III)
No tienes que atravesar el desierto
de rodillas, arrepintiéndote.
(Mary Oliver , «Gansos salvajes»)
Cuervo
Un cuervo voló hasta el árbol del exterior de mi ventana.
No period el cuervo de Ted Hughes, ni el cuervo de Galway,
ni el cuervo de Frost, Pasternak, Lorca.
Ni uno de los cuervos de Homero, harto de sangre
después de la batalla. Period sólo un cuervo.
Que jamás encajó en parte alguna,
ni hizo nada digno de mención.
Estuvo posado allí en la rama durante unos cuantos minutos.
Luego alzó el vuelo y desapareció bellamente
de mi vida.
Cuevas
¿En qué cuevas del alma nos bloquean el fluir del impulso afectivo?
(César González, Exomologesis)
D
Dedetizar
En vista de que nadie hace nada; en vista de que todo sigue peor; en vista de que ya truenan los regimientos Atómicos; en vista de que estamos hartos de hacer literatura”; en vista de que Dios se durmió a la sombra del manzano del Paraíso; en vista de que el Diablo se durmió sobre sus adormideras; en vista de que la Historia es un mito sanguinario; en vista de que el Famoso Espíritu Moderno apesta a intestinos rotos; en vista de todos… los Nadaístas resolvemos decir ¡ B A S T A ! a estas sublimes porquerías; declarar cesante el mito de la Inteligencia, y llevar a su casa, a su conciencia, un átomo de locura, de duda, una Bomba de Desesperación Salvadora para que usted despierte, en caso contrarío, reviente.
Pateamos la piedra tumbal y resucitamos. Sonó la hora de bautizar la Tierra con una nueva barbarie purificadora.. Nosotros haremos la Dedetización del Espíritu, y aplicaremos dosis letales a aquellos cuyo diagnóstico metafísico sea INRI”, y aquellos otros cuyo diagnóstico histórico fundamenten su razón de vivir en el Oriente Mesiánico en el Maquinismo Occidental.
(Gonzalo Arango, Manifiesto Nadaísta Ex libris Analía Slonimsky)
para que él nos venza…
(Héctor Viel Temperley, «Cataratas»)
(Enrique Santos Discépolo, «Canción desesperada»)
Dequerusa
(Oscar Conde, Diccionario etimológico del lunfardo)
Descubrimiento
que la poesía es el descubrimiento
de las cosas que nunca vi.
(Oswald de Andrade, «three de mayo» Pau Brasil)
Desierto (I)
Somos desiertos, pero poblados de tribus… Pasamos nuestro tiempo acomodando esas tribus, disponiéndolas de otro modo, eliminando algunas de ellas, haciendo prosperar otras. Y todas estas poblaciones, todas estas multitudes no impiden el desierto, que es nuestra propia ascesis; al contrario, ellas lo habitan, pasan por él, sobre él … El desierto, la experimentación sobre sí mismo, es nuestra única identidad, nuestra única alternativa para todas las combinaciones que nos habitan.
(Gilles Deleuze – Claire Parnet, Diálogos)
Compro todo.
(Sofía Marramá)
(Sigurdur Gudmundsson)
Detalles
¿Qué detalles de vos voy a olvidar poco a poco?
(Chris Marker, Sans Soleil)
Deuda
Les debo todavía una explicación acerca del beso que se dieron, aunque lo cierto es que me da mucho apuro librarme de la deuda y ofrecerles una descripción. A las cosas más bellas no les gusta demasiado ajustarse a las palabras…
(Robert Walser, «A los dos les palpitaba el corazón»)
Diacronía
Olor a caracol: sí confío plenamente en la diacronía, en los distintos alcances de los diversos acontecimientos: el horizonte de nuestro encuentro es más lejano, y no sólo por cuestiones biológicas…
(Cali Rogers, «El acontecimiento es una llovizna»)
Dialéctica
Caín cube -defendiéndose- que él no quiso pelear. Tatita contesta: ¿Y quién te dijo que pelear estaba mal, idiota? Pelear es ser par. El bofetón es vida. Sin choque no hay chispa. Nada se mueve sin riña”. Caín: (Reprocha) ¿Violencia, Tatita?”. Tatita: No. Dialéctica, infeliz. La miseria no es pelear. Miseria es matar al par. El uno crece de a dos. El dos peleando es armonía. Es vuelo. El uno solo crece monstruo. Pájaro de un ala sola. Como vos. Te amputaste un ala. Juntos podían ser ángel y mirate, terminaste gallina bataraza”. Tatita no ignora que Caín será duro de vencer. Que su estirpe egoísta y legal devastará la tierra. Pero también habrá de persistir la estirpe de Abel. Será la sombra acechante que impedirá el sueño sereno de Caín, que no lo dejará disfrutar de sus triunfos, que lo llevará a vivir con miedo, a levantar muros cada vez más altos, sin que ninguno le entregue sosiego. Tendrá que vivir matando a los otros, haciéndolos sufrir, haciendo el mal. Tatita: Amarás más a los inmuebles que a los hombres. Y llevarás adentro el peor de los castigos que alguien puede llevar. Pero el peor de todos: no querrás que te vaya mejor. Querrás que a los otros les vaya peor”.
(José Pablo Feinmann, «Caín, el mal y el capitalismo en una gran obra de Mauricio Kartun»)
Nota: Si se ve un puñado de poderosos y ricos en la plenitud de sus grandezas y fortunas, mientras la masa se arrastra en la oscuridad y la miseria; es que los primeros estiman aquello de lo que gozan sólo porque los demás están privados de ellos; y sin cambiar su condición dejarían de ser felices si el pueblo dejase de ser miserable.
(J. J. Rousseau, Origen de la desigualdad entre los hombres)
(Terrenal Mauricio Kartun)
El diente de Gustavo… (María Belén Aguirre, «Rerum lacrimae»).
Los dientes son los barrotes del tragaluz de la prisión. El alma se escapa por la boca en palabras. Pero las palabras son todavía efluvios del cuerpo, emanaciones, pliegues ligeros del aire salido de los pulmones y calentado por el cuerpo (Jean-Luc Nancy, «Indicio 11» fifty eight indicios sobre el cuerpo).
Dios (I)
Dios (III)
¿Qué es Dios? Que hayamos nacido. Que hayamos nacido de un acto que no presenciamos. Que hayamos nacido de un abrazo en el cual cuerpos distintos al nuestro estaban desnudos, cuerpos que quisiéramos ver. Resulta que moviéndose uno hacia el otro, gimen. Somos el fruto de una sacudida entre dos caderas desnudas, incompletas, avergonzadas una frente a la otra, cuya unión fue ruidosa, rítmica y gimiente.
(Pascal Quignard, Odio a la música )
(Jean Saudek)
Discurso
Las sociedades en las que se pierde la sensibilidad cultural son más dóciles, más fáciles de manejar, son menos libres porque carecen de un discurso alternativo al dominante. Sin discurso, no hay manera de modificar la realidad. La realidad es producto del discurso. La realidad actual es producto del discurso dominante actual. De ahí su calamitoso estado.
(Juan José Millás, «Un ataque político a las formas de vida»)
Discutir
Estoy poniéndome de acuerdo conmigo mismo.
(Pablo Krantz)
Disgusto
Hoy me desperté con una marcada sensación de disgusto conmigo mismo. Ese disgusto tiene que ver, según he podido percibir, con el hecho de llevar ya demasiado tiempo -demasiados años- viviendo fuera de mí mismo, ocupándome de cosas que suceden fuera de manera exclusiva. Y, de todos modos, cuando en algunas oportunidades he logrado llevar la mirada hacia adentro, no me he conectado con las partes más sustanciales de mí mismo, sino con los aspectos más triviales, «subconscientes». ¿Qué se ha hecho de mi alma? ¿Por dónde andará? Hace un rato le decía a Alicia que me sentía mal porque hace mucho tiempo que no me conecto con la eternidad. Esto quiere decir que percibo las cosas superficialmente, que no tengo vivencias, que estoy apartado del Ser Interior; demasiado apartado, y sin tener la menor noción de los caminos posibles para acercarme. No importa qué es lo que se está viviendo cuando uno está apartado de Sí Mismo; todo carece igualmente de peso, todo transcurre sin dejar ninguna huella memorable.
La causa de todo no está, como a menudo tiendo a creer, en los reclamos del mundo exterior, sino en mi apego, mi compromiso, con estos reclamos.
Debo seguir pensando en esto.
(Mario Levrero, El discurso vacío)
Dislexia
los restos mortales
de la humanidad.
Dolor (I)
Finge tan completamente
(Bernardo Soares, «Autopsicografia»)
Y la belleza existe para que valga la pena
tener los ojos abiertos.
(Livio Andrés Fortunato, Poema XIV Poesía para sordomudos)
Dopostoria
La batalla del hombre contemporáneo es, sin dudas, la batalla contra las formas. Cómo escaparle a las rejas de una cárcel a cielo abierto construida por lazos sociales de los que difícilmente podemos prescindir (…) No será fácil toparnos en el siglo XXI con un Cándido como el de Voltaire. No hay candor ya, ni los niños nacidos, ni los niños por venir. Nuestra humanidad es un anciano descreído, con cara de niño…
(María Belén Aguirre, entrevista en La letra tal vez)
(Fabienne Rivory)
Simplemente dormir. Y nada más.
No, algo más: hundir la cabeza en tu hombro izquierdo
y abandonar mi mano sobre tu hombro izquierdo, y nada más.
No, algo más: aun en el sueño más profundo, saber que eres tú.
Y más aún: oír el sonido de tu corazón. Y besarlo.
(Marina Tsvietáieva, Carta a Rainer Maria Rilke, 1926)
Duende
La llegada del duende presupone siempre un cambio radical en todas las formas. Sobre planos viejos, da sensaciones de frescura totalmente inéditas, con una calidad de rosa recién creada, de milagro, que llega a producir un entusiasmo casi religioso (…) Todas las artes son capaces de duende, pero donde encuentra más campo, como es natural, es en la música, en la danza y en la poesía hablada, ya que estas necesitan un cuerpo vivo que interprete, porque son formas que nacen y mueren de modo perpetuo y alzan sus contornos sobre un presente exacto.
(Federico García Lorca, «Juego y teoría del duende»)
y sorprendo a las hormigas coloradas
puliendo los platos y cargando
todos los restos de comida.
No me molestan, pero mentalmente
las advierto sobre la superpoblación:
hasta ahora el ecosistema se mantiene.
Sin embargo, si consigo trabajo,
comeré más, vendrán amigos y mujeres,
habrá más restos, ustedes crecerán
y tendré que echar insecticida.
Sólo esta pobreza puede mantenernos
delicadamente unidos.
(Albert Marquet)
Ecuánimes
Espíritus tranquilos, completos, equilibrados, prudentes, cobardemente dichosos. Ni se rompen un brazo en un tren, ni almuerzan demasiado nunca. No deben ni dan prestado. No sudan ni lloran. No se embriagan de alcohol ni pasan un insomnio. Orgánicamente ecuánimes, constituyen la imagen más pura de la muerte.
(César Vallejo, «La defensa de la vida»)
Ella
Mi vida ha sido el estudio, la poesía; quiero estar hermoso, digno…
Además va a estar ella, la Virgen, la única que no se burló de mi amor ni me rechazó…
(Jacobo Fijman «Poeta en el hospicio», entrevista de V. Zito Lema)
Embalsamar
Un buen libro es la sangre very important preciosa de un maestro espiritual, embalsamada y atesorada a propósito para una vida futura.
(John Milton Ex libris Ignatius Reilly)
Empleo
¿Cómo llamarle a esta constante dispersión de las mejores energías en empresas sin permiso, sin término ni victoria? El empleo adecuado.
(Raúl Gustavo Aguirre, Olas)
Encajar
Cuando había disfrutado de algo tenía una sensación extraña, como si estuviera dentro de mí andando suelta. Nada parecía llegar a terminarse ni a encajar con las otras cosas.
(Carson McCullers, «Un árbol, una roca, una nube»)
Encanto
El verdadero encanto de la gente es ese lado en que se hacen un lío… cuando no saben por dónde se anda. No significa que se vienen abajo; por el contrario, es gente que no se viene abajo. Es ese momento en que se está por completo en otro sitio. Pero todos somos un poco dementes. Si no captás la pequeña raíz, el granito de la locura de alguien, entonces no podés quererlo… Si no captás su puntito de demencia, tengo miedo, y por el contrario, me alegro de que su punto de demencia sea la fuente de su encanto.
(L’Abécédaire de Gilles Deleuze – Fidélité)
(Carlo Zinelli)
Enfrente
¿Cómo se te ocurre pensar que así, en frío, podrías explicar la magnitud de esto que yo siento? ¡Es como si para mostrarle el mar le fueras a llevar una jarrita de agua! ¡No! Presiento que para decir tanto no voy a necesitar más que un pequeño silencio…
Mirarla diez segundos seguidos es sentir definitivamente que ella se ha metido en el cuerpo de uno sin dejarle sitio a las venas ni al síncope ni a la respiración. Es irse a vivir enfrente…
(Enrique Santos Discépolo, Blum)
(Blaise Pascal Notas sobre el cinematógrafo, Robert Bresson)
Ensalmo
Pienso ahora que mi vieja teoría acerca de los orígenes de la música period absurda. Veo cuán vanas son las especulaciones de quienes pretenden situarse en los albores de ciertas artes instituciones del hombre, sin conocer, en su vida cotidiana, en sus prácticas curativas y religiosas, al hombre prehistórico, contemporáneo nuestro. Muy ingeniosa era mi concept de hermanar el propósito mágico de la plástica primitiva -la representación del animal, que otorga poderes sobre ese animal- con la fijación primera del ritmo musical, debido al afán de remedar el galope, trote, paso, de los animales. Pero yo asistí, hace días, al nacimiento de la música. Lo que he visto confirma, desde luego, la tesis de quienes dijeron que la música tiene un origen mágico (…) He visto cómo la palabra emprendía su camino hacia el canto, sin llegar a él; he visto cómo la repetición de un mismo monosílabo originaba un ritmo cierto; he visto en el juego de la voz actual y de la voz fingida que obligaba al ensalmador a alternar dos alturas de tono, cómo podía originarse un tema musical de una práctica extramusical. Pienso en las tonterías dichas por quienes llegaron a sostener que el hombre prehistórico halló la música en el afán de imitar la belleza del gorjeo de los pájaros -como si el trino del ave tuviese un sentido musical estético para quien lo oye constantemente en la selva, dentro de un concierto de rumores, ronquidos, chapuzones, fugas, gritos, cosas que caen, aguas que brotan, interpretado por el cazador como una suerte de código sonoro, cuyo entendimiento es parte principal del oficio.
(Alejo Carpentier, Los pasos perdidos)
Entre (I)
Lo sagrado es ese ámbito en donde todos los opuestos se unen. Si aquí se vive por separado el bien y el mal, la tristeza la alegría, allá -entre lo sagrado- todos se funden en una sola cosa, sin que ningún opuesto predomine.
(Rodolfo Kush, «El hombre y su alimento»)
con un mundo inside).
El odio sólo es bueno cuando se mezcla con lo que odia.
Y nada de tener una conversación
sino una conspiración, un arrebato de amor de odio.
Extraer del amor todo tipo de posesión, toda identificación,
para devenir capaces de amar.
Invención de una línea de fuga y el poder de la traición.
Ser el único traidor y traicionar a todos.
Escribir nos embarca en la realidad.
Salimos a la conquista de lo desconocido.
No se puede volver.
(Camilo Blajaquis, «Delirios delezeanos»)
la semilla que nada sabe, y nace el árbol,
que ella no conoce…
(Eisejuaz)
Envoltura
El cuerpo es una envoltura: sirve, pues, para contener lo que luego hay que desenvolver. El desenvolvimiento es interminable. El cuerpo finito contiene lo infinito, que no es ni alma ni espíritu, sino el desenvolvimiento del cuerpo.
(Jean-Luc Nancy, «Indicio 15» 58 indicios sobre el cuerpo)
Epitafio
Escribió una carta: dijeron que se creía Lord Chesterfield;
Escribió un diario: dijeron que se creía Pavese;
Escribió una despedida: dijeron que se creía Cervantes;
Dejo de escribir: dijeron que se creía Rimbaud;
Escribió un epitafio: dijeron que se creía difunto.
(«Epitafio encontrado en el cementerio Monte Parnaso de San Blas», Augusto Monterroso)
Error
(Santiago Palavecino)
Sentirlo todo de todas las maneras.
Sentirlo todo excesivamente,
y toda la realidad es un exceso, una violencia,
una alucinación extraordinariamente nítida
que vivimos todos en común con la furia de las almas,
el centro al que tienden las extrañezas fuerzas centrífugas.
Cada alma es una escalera hacia Dios,
cada alma es un pasillo-Universo hacia Dios,
cada alma es un río discurriendo a orillas de lo Externo
hacia Dios y en Dios como un susurro sombrío.
(Álvaro de Campos, «Al remaining, la mejor manera de viajar es sentir»)
Escandalizar
(Gustave Courbet)
Escena
Soy la escena viva por la que pasan varios actores representando varias piezas.
(Bernardo Soares, Livro do Desassossego)
(Acróbata de Tlatilco)
Escorpión. Sólo un pobre de espíritu sería capaz de despojar la pirueta de sus características sagradas para catalogarla como el mero brinco de un desquiciado. Higuita, lanzado en vuelo, recibe la ovación de la hinchada porque se celebra, en ese gesto libertario, el triunfo del hombre contra la opresión diaria del mundo. En ese centro ceremonial que es el estadio, la creación plástica del guardameta colombiano va a calar en aspectos trascendentales de la muchedumbre porque ignora la norma, emplea el recurso contraindicado para la situación, ejecuta exactamente lo contrario de lo que aconsejaría un handbook de estilo, contrariando, de un modo flagrante, la imposición de un deber de una forma establecida. Huelga agregar que esta insurrección, al erosionar los presupuestos lógicos del juego, importa un desacato directo al orden conservador que los regula. A lo que se suma una cierta carga erótica basada en que al violar la interdicción el cuerpo explora una fórmula prohibida que, como tal, raya lo pecaminoso.
La pirueta de Higuita, por tanto, no hace de la liberación un objeto de disertación intelectual, un sucedáneo retórico y abstracto de tipo onanista. Concretamente la plasma en un acto subversivo con el que se identifican los fieles en las gradas. Por eso su vuelo cumple una función ritual libertadora entre la muchedumbre, la cual venera y aclama el riesgo expiatorio que asume individualmente el arquero por ese instante de redención colectiva.
No escapa, por último, que la jugada alcanzó fama internacional en 1995 sobre el mítico césped de Wembley, Inglaterra -capital simbólica y cuna del fútbol moderno-, que fuera bautizado originalmente como el Estadio Imperial (Empire Stadium) y apodado luego Catedral del fútbol”. Es decir, en ese antro que representa el paradigma mayor del statu quo anglosajón irrumpió el grito liberador de un nativo americano; simbólica que tampoco pudo ignorar Acha en su elección cuando, además, en ese rito emancipador del colombiano, confraternizaron luego las hordas adversarias, que en la masiva votación de un portal inglés la eligieron como la mejor jugada de la historia del fútbol.
(Gustavo Bernstein, Prólogo a San Michelín Escritos póstumos de Jorge Luis Acha)
Escritura
No me gustaría vivir si no pudiese escribir. La escritura no es sólo mi modo de ganarme la vida; es el modo en que me gano mi alma. Escribir es mi modo de buscar a Dios.
(Carson McCullers)
(Lino Spilimbergo)
Escuela
En un viejo pueblo de montaña, vivía un campesino que no tenía con qué alimentar a su familia. En un día de desesperación, se acordó de la costumbre que promete una fuerte recompensa al que sea capaz de desafiar y vencer al maestro de una escuela de espadas.
Aunque no había tocado un arma en su vida, el campesino desafío al maestro más famoso de la región. Al atardecer, habiendo llegado el día fijado, los dos hombres se enfrentaron ante un público numeroso.
El campesino, sin mostrarse nada impresionado por la reputación de su adversario, lo esperó a pie firme. El maestro de espadas estaba un poco turbado por tal determinación. ¿Quién será este hombre?”, pensaba. Jamás ningún villano hubiera tenido el valor de desafiarme”. ¿No será una trampa de mis enemigos?”.
El campesino, acuciado por el hambre, se adelantó resueltamente hacia su rival. El Maestro dudaba, desconcertado por la total ausencia de técnica de su adversario. Finalmente, retrocedió movido por el miedo. Antes incluso del primer asalto, el maestro sintió que sería vencido. Bajo su espada y dijo:
-Usted es el vencedor. Por primera vez en mi vida he sido abatido. Entre todas las escuelas de espadas, la mía es la más renombrada. Es conocida con el nombre de La que en un solo gesto lleva diez mil golpes”. ¿Puedo preguntarle, respetuosamente, el nombre de su escuela?
-La escuela del hambre -respondió el campesino.
(Cuento well-liked japonés)
Espejo (I)
Caravaggio pintaba mirando sus figuras reflejadas en un espejo. Estas figuras eran las que había seleccionado en la realidad -desaliñados aprendices de frutero, mujeres del pueblo que jamás habían sido tomadas en cuenta, etc.- y estaban bañadas por esa luz actual de una hora concreta del día, con todo su sol y todas sus sombras. Y sin embargo… sin embargo, dentro del espejo todo parece como suspendido, como con un exceso de verdad, un exceso de evidencia que lo hace parecer muerto.
(Pier Paolo Pasolini, «La luz de Caravaggio»)
(Michelangelo Caravaggio)
(Violencia Rivas)
Esperanza
Tenía la esperanza de ser olvidado, aspiro a no ser importante.
(Saul Leiter, Sin prisa Ex libris Sandra Aguirre)
Espíritu
es porque el espíritu
lo ha hecho primero.
Estómago
Te escribo con el estómago, lugar que da a luz a las palabras, con esa parte me hago nacer. Hoy salí y caminé, qué cosa divina los árboles. Caminar es sentir miedo con los pies. Extraño tu voz, ¿te oíste alguna vez así, como yo te escucho? Salí a caminar por una calle que bajaba, yo quería llegar al río pero no había agua, la sensación de piedras y de sal en mi boca sí estuvo, así como estás vos con tu amor en alguna parte. No sé por qué aparecés en mis sueños. Quizás porque te hablo durante el día, sobre mis libros, los libros de todos, sobre los niños, sobre esas cosas, las que conocés sin mí. Estás y decís y callás y te inclinás y me respirás en la nuca. Qué puedo hacer, sos inevitable. Quiero darte la mano, la calle desciende, necesito tu mano porque está cerca, se entrega, yo te daría las dos, podría caminar así con nosotros, con las dos manos cuatro.
(Natalia Litvinova, «Carta del estómago»)
Eva
Si hay algo que Evita no podía ver era gente sin dientes. Enseguida les decía: Che, vos tenés mal el comedor, te faltan sillas”. Una vez, estábamos en la Fundación, y se aparece un viejo de acá de La Plata, le faltaban casi todos los dientes. Evita en cuanto lo ve, inmediatamente lo manda a arreglarse la boca. En la Fundación había de todo, mecánicos, dentistas, así que enseguida el viejo tuvo su dentadura nueva. Pasaron unos meses que no lo veíamos y entonces yo le dije a Evita: Lo voy a ir a ver”. Cuando llego a la casa, me sonríe y veo que está igual que antes. ¿Cómo es posible que siga sin dientes, hombre?”, le digo, ¿qué pasó con la dentadura?”. Y entonces me señala con el dedo la pared. ¿Vos podés creer? El tipo los tenía colgados de recuerdo. ¡Los había enmarcado!
(Aurora Venturini, entrevista en Suplemento Radar, 2007)
Examen
Fui un buen estudiante. Un año di examen tres veces. Una vez por mí y otras dos por dos compañeros que estudiaban como alumnos libres. De los tres, uno, que period yo, quedó aplazado. Pero los otros dos pasaron. Quedé tranquilo con mi conciencia. No pudieron descubrirme porque eran distintos profesores y no nos conocían a ninguno de los tres.
Mientras estudiaba para maestro descubrí mis facultades de actor. Fue en los ejercicios prácticos cuando daba lección a los chicos. Explicando mi clase, más que un profesor, parecía un monologuista. Recitaba, accionaba y hasta les marcaba el tipo.
(Enrique Santos Discépolo, Escritos inéditos de ESD Norberto Galasso)
Excepcionalmente
Morir
Yo lo hago excepcionalmente bien.
(Sylvia Plath, Señora Lázaro”)
Exilio
¿Sería la existencia para nosotros un exilio, y la nada una patria?
(E. M. Cioran, En las cimas de la desesperación)
Experiencia
– Los hombres se enamoran por primera vez. Y, ¿de qué se enamoran?
La tierna boca del niño estaba medio abierta y no contestó.
– De una mujer -dijo el viejo-. Sin sabiduría, sin nada para poder ir por ahí, emprenden la experiencia más sagrada y peligrosa de este mundo.
(Carson McCullers, «Un árbol, una roca, una nube»)
(Beata Bieniak)
Extático
Detrás de las imágenes, detrás de la visión, detrás de la historia, detrás de la gramática de la narración y la gramática de la imagen hay algo cuya experiencia el cine puede ofrecer en muy raras ocasiones, se toca entonces una verdad más profunda. No pasa muy a menudo, pasa en poesía. Aun cuando me haya alejado un tanto de él con los años, al leer a Rimbaud se siente instantáneamente que hemos rozado algo extático. Tocamos una verdad que está detrás de las cosas. Algo que no necesitamos analizar. Lo sabemos de inmediato. Rimbaud obviamente se interesaba mucho en las iluminaciones. Pero los hechos no iluminan. Los hechos crean normas. Sólo la verdad ilumina.
(Werner Herzog, Manual de supervivencia)
F
Fallar
Como artista me siento en el deber de intentar muchas cosas pero sobre todo de atreverme a fallar.
(John Cassavets)
todos los árboles del infierno.
Viajábamos en trenes que unían nuestros cuerpos
a la velocidad del deseo.
Como siempre, la lluvia caía en todas partes.
Hoy nos encontramos en la calle.
Ella estaba con su marido y su hijo;
éramos el gran anacronismo del amor,
la parte pendiente de un montaje absurdo.
Parece una ley: todo lo que se pudre forma una familia.
(Fabián Casas, «Hace algún tiempo…»)
(Fotografía de Juan Rulfo)
todos comenzamos
a irnos.
son fantasmas.
(Haroldo Conti).
los más humanos te traen a la memoria
y a la vigencia.
(Jorge Uequín, «Los despiadados…»)
que yo las bordaré, cual flores,
en mi blusa,
Fe (I)
(Jean Cocteau)
Fe (II)
estoy
diría
así:
donde objetos fisurados
Felicidad (I)
(Franco Berardi – Bifo)
y las mágicas bibliotecas que no son ciegas.
Frente a los jardines del ex palacio Unzué
hay una fuente que se llama Podestá
(alguna noche borracho de soledades secas
mojé mi rostro allí buscando al Bautista).
Hoy, tres chicos
es decir su corazón -y el mío-,
dueños de la calle que cree tener otros dueños,
se bañan en el caluroso enero,
juegan fulbito en la calle
esquivando autos como toreros
Se bañan en la Fuente Podestá,
meten las patas en la fuentes
sin conciencia de ese gesto,
improvisando un 17 de octubre en este enero.
Meten las patas, las gambas, los sexos y el vientre
con el orgullo oscuro que los hace dueños
de estas fuentes y de todas la fuentes.
En cosas así en caluroso enero,
reside toda la alegría del país.
(Enfrente, enorme y colorida
recoge sus huesos y se baña con ellos
por qué no, en otro sur, el mismo
en Ostia de comunión).
Addenda:
Ni Whitman, ni Lorca atónito en Nueva York persiguiendo marineros en Avenida de Mayo /
podrían describir la alegría subversiva de esta escena.
No son 24 muchachos bañándose en el río.
No son negros de Cuba.
Son los más profundo a mi latido
Niños con los cuerpos libres en las fuentes!!!
Alegría porque sí, sin pudor alguno!!!
Bautismo de la fuente, en dulcísima revancha!!!
Alguna vez, alguno recordará el baño en este enero en esta fuente
y la memoria le traerá la refrescante marejada
de la aventura gloriosa de no pedir permiso.
(Alejandro Ricagno, «La felicidad», 9 de enero de 2014)
(Ricardo Longhini)
El cineasta nuevo debería no sólo filmar sino también editar con sus propias manos. La artesanía manual enaltece a la obra, las vértebras del cineasta cansadas por filmar y editar él mismo hacen que la potencia de la imagen incremente sus voltios. Van Gogh comía pintura de color amarillo para entenderlo y pintarlo mejor, por eso hizo esos girasoles y ese trigo. Jesús pasó forty días sin comer en el desierto. Basquiat llegaba a pintar 23 cuadros a la vez. Entonces ¿cómo puede existir, aún hoy en día, cineastas que no se animen a filmar y editar incrustando en la imagen su propia fibra muscular?
(César González, «El fetichismo de la marginalidad en el cine y la televisión»)
Fidelidad
Como una imbricación de dulces dependencias,
Algo que sobrepase la vida y la contenga;
No podemos vivir ya sin la eternidad.
(Michel Houellebecq, «Es cierto»)
Fiebre
Si escribo lo que siento es porque así disminuyo la fiebre del sentir. Lo que confieso no tiene importancia, pues nada tiene importancia. Hago paisajes con lo que siento. Hago fiestas de sensaciones. Comprendo bien a las bordadoras gracias a la amargura, y a las que hacen punto de media porque hay vida. Mi vieja tía hacía solitarios durante lo infinito de la velada. Estas confesiones de sentir son solitarios míos. No los interpreto, como quien usase cartas para ver el destino. No los ausculto, porque en los solitarios las cartas no tienen propiamente valor. Me desenrollo como una madeja multicolor, hago conmigo figuras de cordel, como las que se tejen entre los dedos estirados y se pasan de unos niños a otros. Sólo me preocupo de que el pulgar no estropee el lazo que le corresponde. Después, vuelvo la mano y la imagen resulta diferente. Y vuelvo a empezar.
(Bernardo Soares, Livro do Desassossego)
Fiesta
Sin embargo
Pero en el centro del vacío
hay otra fiesta.
de un oxímoron.
de una hipérbole.
de una elipsis?
acaso el día y la noche
se hayan derrumbado con estrépito sobre mí
– lluvia de estrellas cayendo
de mi cabeza
demasiados cielos –
con suspenso
y terror
y amenaza
corrijo: no ultimate feliz
y acaso
filmada.
Filosofía
¿Qué es el amor sino trascendencia? Es un irse a vivir a enfrente”, sentir que ya no hay espacio en el propio cuerpo. Es comprender que nada empieza ni termina en uno. Amar es siempre experiencia de no poseer. Experiencia expósita / Susceptible exposición. El amor es deseo, búsqueda, no realización. La filosofía -como amor a la sabiduría- es inclinación, disposición a…”, pero no posesión. El filósofo no es sofos, no es sabio. Es el amante por excelencia. La filosofía es un gesto supino, el de aquel que tiende (ex-tiende) hacia adelante la palma de su mano. Ese movimiento no es unívoco. Se puede pensar como una mano que se extiende para dar pero también que se dispone a recibir (amor). El aprendizaje es una disposición al contagio de la donación. Cuando enseñamos, cuando creemos estar dando, es posible que sea el momento en que más estemos recibiendo. A decir de Baigorria, uno enseña lo que tiene que aprender. Quizás la generosidad de dar no sea tan potente como la de recibir, como la activa disposición de estar abierto, permeable a la búsqueda de un encuentro. Alere: alimentación -y de ahí «alumno».
(Enrico Príncipi)
(Fabiana Capriotti)
Firmeza
Sólo mucho más tarde recuerda con qué firmeza había decidido entonces no amar nunca, para no colocar a nadie en esta situación atroz de ser amado. Años más tarde se acuerda, y como los demás proyectos, éste también ha sido irrealizable. Pues ha amado y aun ha amado en su soledad; siempre malgastando toda su naturaleza, y con un horrible temor por la libertad del otro.
(Rainer Maria Rilke, Cuaderno de Malte Laurids Brigge)
Flanco
Todos estos días de andar casi impasible procurando perfeccionar la tarea de flanco, me impusieron como nunca (sobre todo cuando impera multitud en las grandes avenidas) la noción planeta, su primacía siempre relegada.
(Néstor Sánchez, Diario de Manhattan)
Flechas
panfletos de prostitutas
-wau tus alas,
-no son alas,
(Patricio Forlani, «Hay un borde peligroso…»)
que hubiera podido hacer saltar la tapa de su ataúd
si la flor que ella le puso no pesara tanto.
(Paul Celan, «Contraluz»)
Fondo
Tú para mí y yo para ti nos volvimos poco a poco el amigo con quien quejarse: me duele la herida, me quema la herida. Me eres tan necesario como el precipicio para tener a dónde lanzar la piedra sin oír el fondo. Pero no tenemos más que palabras. Estamos condenados a ellas.
(Marina Tsvietáieva, Carta a Boris Pasternak, 1926)
Fracaso (I)
Las actitudes enigmáticas, preparadas minuciosamente para que su prestación consiguiera el efecto buscado, que period suscitar una pregunta, son muy numerosas. Nada más intrigante, por ejemplo, que Diógenes pidiendo limosna a una estatua. La actuación ha de haber sido perfecta, ya que, según D. Laercio, un testigo no pudo dejar de preguntarle: «Dime, Diógenes, ¿para qué haces eso?». Podemos imaginar la satisfacción de Diógenes cuando consiguió su propósito, intrigar, y poder así responder, en directo, no como un libro, que no hubiese dicho nada. «Lo hago para acostumbrarme al fracaso».
(Néstor Cordero, «El filósofo cínico, actor en el teatro del mundo»)
Fracaso (II)
Si eres un hombre llamado a fracasar, no fracases de cualquier manera.
(Henri Michaux)
pero sé que una oscura rotación pitagórica
noche a noche me deja en un lugar del mundo
que es de los arrabales. Una esquina remota
que puede ser del Norte, del Sur del Oeste,
pero que tiene siempre una tapia celeste,
una higuera sombría y una vereda rota.
(Jorge Luis Borges, «La noche cíclica»)
(Ewald Mataré)
Fractura
Haz algo sólo si eres capaz de asumir la responsabilidad de la fractura que tu gesto va a producir en la realidad. Si no estás dispuesto a ello, entonces es mejor callarse, es mejor permanecer en la plenitud del silencio, escuchando aquello que el ruido del Régimen pretende tapar.
(Jaime Conde-Salazar, La danza del futuro Ex libris Laura Friedman)
Fragancia
El perdón es la fragancia que la violeta suelta cuando se levanta el zapato que la aplastó.
(Mark Twain)
Frío (I)
Como los erizos, ya sabéis, los hombres un día sintieron su frío. Y quisieron compartirlo. Entonces inventaron el amor. El resultado fue, ya lo sabéis, como en los erizos. ¿Qué queda de las alegrías y penas del amor cuando éste desaparece? Nada, peor que nada; queda el recuerdo de un olvido. Y menos mal cuando no lo punza la sombra de aquellas espinas; de aquellas espinas, ya sabéis. Las siguientes páginas son el recuerdo de un olvido.
(Luis Cernuda, «Donde habite el olvido»)
Frío (II)
Los pueblos, los hombres se enfrían por ausencia de espíritu. Pero estamos nosotros, con pedernal y yesca, con melodías y cantares, poemas y reflexiones, alto desvelo y sueños de todo tipo, para entibiar las horas de aquellos que no quieren congelarse todavía…
(Atahualpa Yupanqui)
Fuego (I)
Esta poesía se merece lectores atentos, amables, voluptuosos, oscuros e iluminados a un mismo tiempo. Es decir, aquellos que saben que la verdadera poesía es ir por la carne desgarrada de la infancia, escarbar en el abismo, tomar la brasa en un puño para aprender algo más que la palabra fuego.
(Jotaele Andrade, «La poesía es el jadeo en la oscuridad del cuarto de un niño» Prólogo al poemario Clases de Olga, de María Belén Aguirre, Ediciones de La Eterna 2013)
(Rufino Tamayo)
Fuego (II)
El que no aprende nunca se golpea
contra una pared y con la otra
y después con la otra y con la otra
y sigue caminando.
Fuego (III)
En fin…
Salvé del mar a una mujer lejana
Y sé que puedo recordar algunos otros
actos de más amor de más coraje
En fin…
Pienso en todas las horas pienso en todos los días
pienso en todos los años sin encontrar mi imagen…
(Héctor Viel Temperley, «Bajo las estrellas del invierno»)
Fundadores
Todos estos recuerdos vivían en algún lugar de mi persona como en un pueblito perdido: él se bastaba a sí mismo y no tenía comunicación con el resto del mundo. Desde hacía muchos años allí no había nacido ninguno ni se había muerto nadie. Los fundadores habían sido recuerdos de la niñez.
(Felisberto Hernández, «El corazón verde» Ex libris María Belén Aguirre)
Fútbol
El fútbol es la última representación sagrada de nuestro tiempo. En el fondo es un rito, también evasión. Mientras otras representaciones sagradas, inclusive la misa, están en franca decadencia, el fútbol es la única que permanece. El fútbol es el espectáculo que ha sustituido el teatro. El cine no ha podido ser sustituido, el fútbol sí. Porque el teatro es una relación entre un público de carne y hueso y personajes de carne y hueso. En cambio, el cine es una relación entre una platea de carne y hueso y una pantalla, entre sombras. El fútbol es un espectáculo en el cual un mundo real, el de las gradas del estadio, se mide con los protagonistas reales, los deportistas en el campo de juego, que se mueven y se comportan según un ritual preciso. Por esto considero al fútbol el único gran mito que permanece vivo en nuestro tiempo.
(Pier Paolo Pasolini, entrevista en L’Europeo, 1970)
Nota: Las canchas son los espacios públicos más importantes de la Villa 31. Son como terreno sagrado. Nunca se construye. No se avanza con casas sobre el campo de fútbol. El límite es la línea de cal.
(Mónica Santilo, entrevista en Marca de Radio, 2017)
(Pier Paolo Pasolini)
(Matías Fonré)
Futuro (II)
¿Cómo alguien que no conoce el futuro podría comprender el sentido del presente? Si no sabemos hacia qué futuro nos lleva el presente, ¿cómo saber si merece nuestra adhesión, nuestra desconfianza nuestro odio?
(Milan Kundera, La ignorancia)
G
Geometría
Pero lo que más les preocupaba, a medias, porque pensaba con mitades de palabras, era la cronología de las separaciones. Primero uno, después el otro, y así hasta nueve. Porque además no period justo dar algunos solamente y condenar a los otros. El bien possible debía repartirse equitativamente, como aquella vez que con un hilo dividió un huevo en nueve partes exactamente iguales. El hombre se había opuesto a la división del huevo. Había que dárselo al menor para que no temblara como los otros. «Lo único que has logrado con esa geometría es dejar con hambre a los nueve».
(Daniel Moyano, «Cantata para los hijos de Gracimiano»)
Golpes (I)
Hay golpes en la vida, tan fuertes… ¡Yo no sé!
Golpes como del odio de Dios; como si ante ellos,
la resaca de todo lo sufrido
se empozara en el alma… ¡Yo no sé!
(César Vallejo, «Los heraldos negros»)
Golpes (II)
Eres el pájaro ebrio
de mi recuerdo.
Golpes (III)
Una joven paciente soñó, en un momento decisivo de su tratamiento, que le regalaban un escarabajo de oro. Mientras ella me contaba el sueño yo estaba sentado de espaldas a la ventana cerrada. De repente, oí detrás de mí un ruido como si algo golpeara suavemente la ventana. Me di media vuelta y vi fuera un insecto volador que chocaba contra la ventana. Abrí la ventana y lo cacé al vuelo. Period la analogía más próxima a un escarabajo de oro que pueda darse en nuestras latitudes, a saber, un escarabeido (crisomélido), la Cetonia aurata, la «cetonia común», que al parecer, en contra de sus costumbres habituales, se vio en la necesidad de entrar en una habitación oscura precisamente en ese momento.
(Carl Jung, Sincronicidad como principio de conexiones acausales)
Gracias
al olor y al dolor se sobrepusieron,
porque es más fuerte el espíritu que la materia.
Patéticos sepulcros en cubrecamas
bordados, agonías de una adoración
que lo es todo y que se aferra al hueso desnudo
entre perfumes y vermicidas nauseabundos,
estructuras tambaleantes levantadas con prisa
con paciencia por la desesperación
para sostener un pedacito de paraíso.
Y yo, que te veo con rostro alegre
indescriptible y deslumbrante
y a medida que llegas pierdo el juicio,
algo entre la P.G.P y el delirium tremens,
yo, que vivo porque te veo vivir,
rosa, para decirte todo de una vez,
sol, cordero místico de Dios,
¿no debería decir gracias, amor mío?
(Juan Wilcock, «Todos los que vivieron meses con el cadáver»)
(PostSecret)
Graffiti
Si hay alguien que quiere a la Turca, y además no le importa estropear una pared de Buenos Aires, probablemente lo expresará con un graffiti. Escribirá, por ejemplo, con la simplicidad de los enamorados: «Turca, te quiero». Si hay otro que, en cambio, no quiere a la Turca, y además no le importa estropear una pared de Buenos Aires, y además es merciless, escribirá asimismo un graffiti. Le dirá, con la simplicidad de los crueles: «Turca, no te quiero». Quien preste atención a las paredes de la ciudad, habrá notado que tanto el amor como el desamor se proclaman por escrito y en público. Pero en este caso ocurre que hay alguien en el barrio de Caballito que no sabe si la quiere no la quiere a la Turca. Capaz que sí, capaz que no. Lo razonable era que se tomara un tiempo para decidirse y, una vez resuelto, si prefería como tantos el letrero urbano a la declaración íntima, lo anunciara en un graffiti. Pero no. En un muro lindero al ferrocarril Sarmiento, a la altura en que Colpayo desemboca en Bacacay, se lee en letras azules: «Turca ¿te quiero?». Lo extraño no es que dude: el amor a veces no acaba de definirse. Lo extraño es que haya tomado la decisión de poner su duda en un graffiti (los graffittis tienden a ser taxativos: una duda se musita, no se declama). ¿Por qué no esperó, antes de salir a pintar, a saber si la quería no la quería a la Turca? ¿ acaso estaba seguro de sus sentimientos y, en el trance de escribir el graffiti, le entró la duda? tal vez peor: tal vez había escrito «Turca te quiero» y un rato después, por alguna razón, empezó a vacilar; entonces agarró el mismo aerosol, regresó al mismo sitio, y le agregó al cartel los impiadosos signos de interrogación. Ahora la Turca sabe que hay uno que no sabe si la quiere. Ahora es ella la que tiene que decidir si alguna vez podrá querer al que, no satisfecho con dudar, le hizo saber su duda a todos los vecinos del barrio.
(Martín Kohan «Prohibido pintar leyendas. A la gente que no sabe lo que quiere»)
Grieta
que tiene una pequeña grieta
de la que a veces
caen algunas palabras.
(Jean-Michel Basquiat)
y se detuvo, perplejo,
Después se aplastó, buscando,
Así fue el comienzo
(Joaquín Gianuzzi, «El grillo»)
Gusano
Hay que inventar nuevas técnicas que sean irreconocibles, que no se parezcan a ninguna operación precedente. Para evitar así la puerilidad y el ridículo. Hay que construirse un mundo propio, con el cual no haya comparaciones posibles. Para el cual no existan medidas de juicio anteriores. Las medidas deben ser nuevas, como la técnica. Ninguno debe entender que el autor no vale nada, que es un ser anormal, inferior, que es como un gusano que se retuerce para sobrevivir.
(Pier Paolo Pasolini, Teorema)
H
Haiku
Creo que la miniaturización del mundo por el haiku (al decir de Arturo Carrera) no obedece al deseo colonizador (poseedor) del poeta. El mundo no es de quien lo nombre, sino de aquel que se atreva a mirarlo en todo el esplendor de su belleza y de su horror.
(María Belén Aguirre Prólogo a Mínima boca, haikus de Inés Corton)
(Kristina Alisauskaite)
Héroes
La telefonía inalámbrica -vino a decirme anoche Nina, sin querer- nos va a entorpecer las historias que contemos de ahora en adelante. Las hará más tristes, menos sosegadas, mucho más predecibles. Y me pregunto, ¿no estará acaso ocurriendo lo mismo con la vida actual, no estaremos privándonos de aventuras novelescas por culpa de la conexión permanente? (…) Nuestro cielo ya está infectado de señales y secretos: cuidado que el duque está yendo allí para matarte, ojo que la manzana está envenenada, no vuelvo esta noche a casa porque he bebido, si le das un beso a la muchacha se despierta y te ama. Papá, ven a buscarnos que unos pájaros se han comido las migas de pan. Nuestras tramas están perdiendo el brillo -las escritas, las vividas, incluso las imaginadas- porque nos hemos convertido en héroes perezosos.
(Hernán Casciari, «El móvil de Hansel y Gretel»)
Después de todo, en medio de la vastedad que te asignan, sólo tocas piedras y las hierbas de tu jardín. Privilegiado que puedes acaso ordenar esa pesadez y esa ligereza según las fantasías de tu corazón.
(Raúl Gustavo Aguirre, Olas)
Hijo
Ahora ya le puedo hablar cara a cara: se cube que nadie está preparado para ser padre; yo no estaba preparado para ser hijo a los 35 años.
(Fernando Araldi Oesterheld, «Bienvenido seas, dije cuando enterré a mi padre desaparecido»)
Historia
en que hagas en que sufras la Historia,
siempre estará acechándote algún poema peligroso.
(Heberto Padilla, «Dicen los viejos bardos»)
Hölderlin
Tu dolor es amor transformándose en mundo (…)
Brindo contigo ¡Hölderlin!
y óiganse las manos serviciales
la tarea del amor
(Emile Bernard)
Horas (I)
Que huirá también rápidamente
Horas (II)
Hay que tener horas imperfectas para obtener horas perfectas. Hay que matar diez horas para hacer que otras dos horas vivan. De lo que hay que tener cuidado es de no matar TODAS las horas, TODOS los años.
(Charles Bukowski, El capitán salió a comer y los marineros tomaron el barco)
Huecos
Agujeros negros, huecos en la tierra, misterios;
agujeros de sentido, baches de conciencia, pedazos que faltan;
lugares para llenar, para rellenar, espacios vacíos para completar;
piezas que faltan, recuerdos olvidados, palabras perdidas;
la muerte;
la ignorancia;
lo que será, lo que no fue;
lo que no se me ocurre y lo que no me ocurre;
todo lo que no veo, lo que no toco, lo que no escucho.
Lo que no soy.
Ahí está el deseo.
te devuelve al sagrario
de mi cuerpo nocturno.
El sueño me ilumina
Huellas (III)
Dios, al exponer su desnudez física y ethical, dio sentido a la
palabra del humilde que está desnuda como la cruz.
El madero de la cruz significa la simpleza del aloe, de la mirra, de
todo lo que aroma al universo y nada perfuma al universo mejor que
el amor.
El amor es el aire que respiramos, el amor está desnudo y es santo
como la cruz.
Me han dicho que para hacer un violín se requiere de una madera
especial, así como para hacer el papel. Por ello la cruz también es
símbolo de la escritura, de la marca de sangre que deja el poeta sobre la tierra;
y son siempre huellas de martirio y de soledad.
(Alda Merini, Padre mío)
sólo para sentirlo más
hay en mí, va en mis huesos:
Tierra incansable,
Humito
palomita.
¡ay, Vidita!
por los años…
El caballo sigue comiendo heno, escucha y exhala un aliento húmedo y cálido sobre las manos de su viejo amo. Yona, escuchado por fin por un ser sensible, deshaga su corazón y se lo cuenta todo.
(Anton Chejov, «La tristeza»)
Y aquí, ay, asimismo, lo que vinimos a buscar…
Si el lirio da a los precipicios, qué le vamos a hacer?
Hay que perder a veces la ciudad” y hay que perder a veces
las letras”
en las relaciones de los orígenes…
más ligeras, si prefieres, como en ese domingo
y en esa fantasía que serán…
Hay que perder los vestidos y hay que perder la misma identidad
para que el poema, deseablemente anónimo,
siga a la florecilla que no firma, no, su perfección
en la armonía que la excede…
(Juan L. Ortiz, Deja las letras”)
Ideograma
Desde el origen los chinos atribuían naturaleza sagrada a los signos de la escritura. La leyenda pretendía que, cierto día, cuando se inventaron los primeros signos, los dioses y los daimonoi lloraron. Por consiguiente la tradición consideraba como sacrilegio tirar al suelo, pisar, todo papel que llevaba escrito algún ideograma. Esto subsiste también en otras tradiciones. En la judía es sacrilegio maltratar un papel que lleva caracteres hebreos… Las letras del alfabeto son el misterio en estado puro, entregarse a ellas sin pedirles ninguna significación, a pesar de que sean el emblema de la significación, le permitió a Baal-Schem recuperar los poderes perdidos.
(H.Murena y D.Vogelmann, El secreto claro -diálogos)
(Eduardo Muñoz Bachs)
Ignorancia
– Huw Wheldon: Cuando hizo El ciudadano Kane tenía sólo 25 años (…) Me gustaría saber de dónde sacó la confianza para hacer semejante movie…
– Orson Welles: De la ignorancia… de la pura ignorancia. No existe confianza que la pueda igualar. Solamente cuando conoces algo sobre una profesión es cuando eres tímido cuidadoso…
(Monitor, BBC, 1960)
(Diego Fleischer, «Ilusión» / fragmento)
El hombre es aquel a quien le falta una imagen.
(Pascal Quignard, El sexo y el espanto)
Imbécil
Lo que escribes tiene que ser peligroso. Tienes que escribir cosas que te avergüencen un poco, que te hagan sentir un imbécil.
(Hanif Kureishi, entrevista en El País, 2015 Ex libris María Belén Aguirre)
Imperio
una luciérnaga?
(Henri Michaux)
Imposible
La palabra imposible” tiene grietas donde centellea algo, donde algo vibra. Tomar otros senderos puede ser una grieta de la palabra imposible. Para mí es una palabra que, en vez de ser un bloque un muro (ese sí sería un sentido más literal de imposibilidad), está agrietada. Una creencia también es un imposible, y sin embargo uno cree. Creo porque es imposible” decía un filósofo hace muchos años. Pero esa concept de lo imposible me gusta, no del obstáculo sino de aquello que puede agrietarse. Puede haber bifurcaciones, lugares por donde desviar ese bloque que a veces resulta una cerrazón para la vida de las personas la vida de los pueblos también. En realidad imposible” es una palabra que tiene (vaya la paradoja) muchas posibilidades. El arte me parece que roza la palabra imposible constantemente. En el sentido del riesgo, de empujar y extender los límites de lo posible.
(Liliana Herrero, entrevista en Lamás Médula, 2016)
Impostura
Si el rasgo característico de la sociedad del siglo XIX fue la hipocresía, el de nuestro siglo es la impostura, que quizás sea más grave.
(Marguerite Yourcenar)
Exacto. Porque el primero implica el empleo consciente de la falsedad con algún fin utilitario; el segundo consiste en asumir la falsedad como verdad esencial, y actuar socialmente en consecuencia. Como si a fuerza de actuar de acuerdo a una mentira, hubiéramos terminado por creérnosla.
(Leopoldo Brizuela Ex libris Nélida Cañas)
Infierno (I)
El infierno de los vivos no es algo que será; hay uno, es aquel que existe ya aquí, el infierno que habitamos todos los días, que formamos estando juntos. Dos maneras hay de no sufrirlo. La primera es fácil para muchos: aceptar el infierno y volverse parte de él hasta el punto de no verlo más. La segunda es peligrosa y exige atención y aprendizaje continuos: buscar y saber reconocer quién y qué, en medio del infierno, no es infierno, y hacerlo durar, y darle espacio.
(Italo Calvino, Las ciudades invisibles)
Infierno (II)
Y el demonio me dijo una vez: «también Dios tiene su propio infierno: es su amor por los hombres».
(F. Nietzsche, «De los compasivos» Así habló Zarathustra)
Infierno (III)
La elección profunda del hombre será siempre un infierno apasionado, antes que un paraíso inerte.
(Guido Ceronetti, El silencio del cuerpo)
(Álvaro Sánchez-Montañés)
Infierno (IV)
La puerta del Paraíso clausurada por una pared de ladrillos.
¿Hemos de creer aún en el Infierno?
(María Belén Aguirre, Rara)
Hay que construir un poco de infinito para el hombre
(Vicente Huidobro, «Contacto externo»)
Inocencia
La casualidad es la gran maestra de todas las cosas. La necesidad viene luego. No tiene la misma pureza… Junto al azar, su hermano el misterio. El ateísmo -por lo menos el mío- conduce necesariamente a aceptar lo inexplicable. Todo nuestro universo es misterio… Yo he elegido mi lugar, está en el misterio. Sólo me queda respetarlo. La manía de comprender y, por consiguiente, de empequeñecer, de mediocrizar -toda mi vida me han atosigado con preguntas imbéciles: ¿por qué esto?, ¿por qué aquello?- es una desdicha de nuestra naturaleza. Si fuéramos capaces de devolver nuestro destino al azar y aceptar sin desmayo el misterio de nuestra vida, podría hallarse próxima una cierta dicha, bastante semejante a la inocencia. En alguna parte entre el azar y el misterio, se desliza la imaginación, libertad whole del hombre… Horror a comprender. Felicidad de recibir lo inesperado.
(Luis Buñuel, Mi último suspiro)
Insomnio
A Fellini le encantaba conducir, y trataba su insomnio invitando a sus amigos a pasear de noche en su automóvil. Eran reales y auténticos secuestros de personas. Embarcaba borrachos, mitómanos, príncipes destronados, e incluso algunas prostitutas… por curiosidad, por un desenfrenado amor a la vida. Aquellos coches se convertían en lujosos confesionarios. «La vida es una fiesta» -le gustaba decir- «¿así que por qué no vivirla en todo momento como tal?»…
(Ettore Scola, Che strano chiamarsi Federico)
ser el instante que está lleno de ella
(Henri Meschonnic, «Hoy encontré…»)
Intemperie (II)
la trama de algún cuento me precede
y por delante
Intercambio (I)
Creo que un día de estos -dijo- averiguarás qué es lo que quieres. Y entonces tendrás que aplicarte a ello inmediatamente. No podrás perder ni un solo minuto. Eso sería un lujo que no podrás permitirte (…) Comenzarás a acercarte, si ese es tu deseo y tu esperanza, a un tipo de conocimiento muy querido por tu corazón. Entre otras cosas, verás que no eres la primera persona a quien la conducta humana ha confundido, asustado, y hasta asqueado. Te alegrará y te animará saber que no estás solo en ese sentido. Son muchos los hombres que han sufrido moral y espiritualmente del mismo modo que tú. Felizmente, algunos de ellos han dejado constancia de su sufrimiento. Y de ellos aprenderás si lo deseas. Del mismo modo que alguien aprenderá algún día de ti si sabes dejar una huella. Se trata de un hermoso intercambio que no tiene nada que ver con la educación. Es historia. Es poesía.
(J. D. Salinger, El guardián entre el centeno Ex libris MBA)
Intercambio (II)
Prefiero la pobreza de los napolitanos al bienestar de la república italiana; prefiero la ignorancia de los napolitanos a las escuelas de la república italiana; prefiero las escenitas hasta en demasía naturalistas que todavía es dado contemplar en los bajos de Nápoles a las escenitas de la televisión de la república italiana. Con los napolitanos me siento completamente a gusto porque estamos destinados a comprendernos mutuamente. Puedo presumir de poder enseñar cualquier cosa porque ellos saben que al prestarme atención me hacen un favor. El intercambio de saber es, pues, absolutamente pure. Con un napolitano yo puedo decir simplemente lo que sé, porque tengo de su saber una thought llena de respeto casi mítico y este respeto está lleno de alegría y de afecto natural. Además, considero el enredo como un intercambio de saber. Una vez me di cuenta de que un napolitano, durante una efusión de afecto, me estaba soplando la cartera; se lo hice notar y nuestro mutuo afecto aumentó. Podría seguir así páginas y páginas, e incluso transformar todo mi tratadillo pedagógico en un tratadillo sobre las relaciones entre un burgués del norte y los napolitanos. Pero de momento me contengo y vuelvo a ti.
(Pier Paolo Pasolini, «Gennariello», Cartas luteranas)
(El Bosco)
Inventario
Y es que a nadie le puede resultar grato dedicarse a inventariar por escrito las alucinaciones propias. Rimbaud sí que lo hizo, pero después de dos libros se cansó, tal vez porque intuyó que iba a llevar muy mala vida si se dedicaba todo el rato a registrar, una tras otra, sus infatigables visiones (…) Hay un parentesco evidente entre la negativa de Rimbaud a seguir inventariando sus visiones y el eterno silencio escrito del Sócrates de las alucinaciones. Sólo que la emblemática renuncia a la escritura por parte de Rimbaud podemos verla, si queremos, como una simple repetición del gesto histórico del ágrafo Sócrates, que, sin molestarse en escribir libros como Rimbaud, dio menos rodeos y renunció ya de entrada a la escritura de todas sus alucinaciones en todos los pianos del mundo.
(Enrique Vila-Matas, Bartleby y compañía)
Lo actual es un invento y la escritura es un invento sobre otro invento.
(Hebe Uhart, entrevista en La mar en coche, 2016)
Invierno
yo les traigo el saludo solidario de los metafísicos.
También para nosotros la situación se ha hecho insostenible,
los afiliados se niegan a seguir pagando cuotas.
A partir de este momento la lírica no existe,
con el permiso de ustedes la poesía
ha decidido dar por terminadas sus funciones este invierno.
No lo tomen a mal,
pero aún quisiéramos pedirles una cosa,
mis viejos camaradas amigos de los árboles
acuérdense de nosotros cuando canten La Internacional.
(Juan Carlos Mestre, «Asamblea»)
Lo invisible se prueba por lo visible,
hasta que lo visible se torne invisible y sea probado a su vez.
(Walt Whitman, «Canto a mí mismo» 3)
(Henri Cartier-Bresson)
Invisible (II)
El verdadero contenido de una fotografía es invisible, porque no se deriva de una relación con la forma, sino con el tiempo.
(John Berger, «Entender una fotografía»)
Isla
Cada uno de nosotros period una isla.
Los más felices se hamacaban a sí mismos. Los pobrecitos ocultábamos el alma.
La luz estaba de más. Esperábamos la tiniebla para cubrirnos y arrebujarnos con ella como si estuviéramos en la cama (…)
¿Cuánto cabe del mundo en una mano extendida?
Extraña respuesta: cabe un descanso y a veces toda una vida. No se puede saber, porque los hombres se agrandan por dentro.
(Enrique Wernicke, «El cine ABC»)
Ítaca (I)
Llegar allí es tu meta.
Mas no apresures el viaje.
Mejor que se extienda largos años
y en tu vejez arribes a la isla con
cuanto hayas ganado en el camino,
sin esperar que Ítaca te enriquezca.
Ítaca te regaló un hermoso viaje.
Sin ella el camino no hubieras emprendido.
Mas ninguna otra cosa puede darte…
(Konstantinos Kavafis, «Ítaca»)
Los que siempre han entendido
qué significan las Ítacas
que no tienen thought
Desconfía de los primeros.
(Iara Ruiz Díaz)
y empezamos a construirle una jaula.
(José Sbarra, Plástico merciless)
Jóvenes
Anoche bebí demasiado porque comí con unos idiotas, unos arquitectos, con sus mujercitas, que hablaban de aviones y del servicio militar en todos los países del mundo. Eran muchachos de veinticuatro a treinta años. Odio a la gente joven, seria y estudiosa; con su porvenir abierto y sus miserables deseos de automóviles y departamentos. Los únicos jóvenes que acepto son los bizcos, los cojos, los poetas, los homosexuales, los viudos inconsolables, los frustrados, los obsesionados, sean condes mendigos, comunistas monárquicos, mujeres, hombres, andróginos castrados.
(Alejandra Pizarnik, Diarios)
Justicia
En 1977 compré en una librería de Quilmes un ejemplar de Visión de los hijos del Mal, de Miguel Ángel Bustos, editado en 1967. Puedo decir que lo devoré. Su poesía me golpeó como un cuchillo de luz. No sabía que por entonces Miguel Ángel era arrebatado por los perros asesinos hacia las sombras Por años llevé en mi costado la voz de aquel que «no veía, comía resplandores».
Tiempo más tarde supe de su secuestro y desaparición, de su compromiso militante, en Acto y Palabra. Y también, comprobé con los años, con estupor, que incluso en épocas de democracia su palabra también era víctima de desaparición, de silencio.
Parece que así sucede cuando el Verbo es un fulgor excesivo, sobre todo en tiempos cuya luz poética es aquella de la brillantina y los fuegos artificiales.
Pero los fuegos artificiales se apagan pronto, y sólo resta entonces lo Verdadero. Para que «todo nos mire sin párpados» como cantó Miguel Ángel, «para que se alce dulcísima de pechos salvajes la voz del sueño sin Tiempo».
Y acá estamos Miguel Ángel, están los amigos, los compañeros, está tu hijo Emiliano, que cobijó como padre y madre tu memoria, y tu voz libremente salvaje, el que rabia y rabió. Y están los Guardianes de la Memoria, guardianes sin rejas ni candados, de la memoria tuya y de la de Tantos, sembrando memoria de Futuro.
Y acá estamos Miguel Ángel
Y estaremos Siempre.
Hasta que sea colmada de JUSTICIA la eternidad.
(Alejandro Ricagno texto leído el 31 de agosto de 2013, en ocasión de la colocación de un Baldosa por la Memoria en la vereda del domicilio de Miguel Ángel Bustos, donde fue secuestrado el 30 de mayo de 1976, en Hortiguera 1529, Ciudad de Buenos Aires)
(Ausencias Gustavo Germano)
que reúna al ayer con el mañana.
Quiero que el hoy sea la ventana.
Quiero al auditor que no se mortifica.
Que ve pasar al alma llana
sin luz de sombra en que se admire.
Quiero a la sombra que se ufana
y no por ello, luz emite.
Quiero al dios, dueño de su ausencia.
Quiero a la luna, su vestido.
Quiero al que intenta un diálogo afectivo.
Quiero al que aprende a amar.
Amo al ladino.
(Miguel Abuelo, «Quiero»)
Las muertes son inconmensurables, un niño es el mundo entero. Pero sólo lo es a condición de que las lágrimas cimenten un concernimiento político y no sólo dramático. De la indignación y el dolor no se cosechan duelantes. Se cosechan espectadores.
(Valeria Llobet, «Un niño es el mundo entero» Agencia de noticias Pelota de trapo)
Lámpara (I)
No es pure que una lámpara se convierta en hombre. No se resigna, y va a buscar, en el atrio de la miserable pagoda, una piedra plana, de canto afilado. La lanza al aire con fuerza… la cadena se corta por la mitad, como la hierba por la guadaña, y el instrumento de culto cae al suelo, derramando su aceite sobre las losas… Coge la lámpara para llevarla fuera, pero ella se resiste y empieza a crecer. Le parece ver alas en sus costados y adquirir la parte superior la forma de un busto de ángel. El conjunto quiere elevarse en el aire para emprender su vuelo, pero él lo retiene con mano firme. Una lámpara y un ángel que forman un mismo cuerpo no se ve con frecuencia.
(Conde de Lautréamont, Cantos de Maldoror Ex libris M. Belén Aguirre)
Lámpara (II)
Una lámpara se continúa hasta el extremo de su verdad. Una mujer, hasta el extremo de su amor. Una ciudad, hasta que estalla. La poesía hasta la humanidad que la iguale.
(Raúl Gustavo Aguirre, Poema 14 Poesía para respirar)
(Emil Nolde)
Lector
Lo que es difícil retener es al lector. ¿Por dónde andará ahora?
(Macedonio Fernández, Papeles de Recienvenido)
Lectores (I)
A veces creo que los buenos lectores son cisnes aún más singulares y tenebrosos que los buenos autores.
(Jorge Luis Borges, Historia universal de la infamia)
Lectores (II)
Lejos (I)
(…)
Lejos (II)
de esta asumida adversidad
(Julio Cortázar, «Si he de vivir»)
Lejos (III)
Simplemente no soy de este mundo… Yo habito con frenesí la luna. No tengo miedo de morir; tengo miedo de esta tierra ajena, agresiva… No puedo pensar en cosas concretas; no me interesan. Yo no sé hablar como todos. Mis palabras son extrañas y vienen de lejos, de donde no es, de los encuentros con nadie… ¿Qué haré cuando me sumerja en mis fantásticos sueños y no pueda ascender? Porque alguna vez va a tener que suceder. Me iré y no sabré volver. Es más, no sabré siquiera que hay un «saber volver». No lo querré acaso.
(Alejandra Pizarnik, «En extrañas cosas moro»)
Lenguaje (I)
Decimos hambre”, decimos cansancio”, miedo” y dolor”, decimos invierno”, y son otras cosas. Son palabras libres, creadas y empleadas por hombres libres que vivían, gozando y sufriendo, en sus casas. Si el Lager hubiese durado más, un nuevo lenguaje áspero habría nacido.
(Primo Levi, Si esto es un hombre)
Lenguaje (II)
El lenguaje es una piel. Yo froto mi lenguaje contra el otro. Mi lenguaje tiembla de deseo. La emoción proviene de un doble contacto: por una parte, toda una actividad discursiva viene a realzar discretamente, indirectamente, un significado único, que es «yo te deseo», y lo libera, lo alimenta, lo ramifica, lo hace estallar (el lenguaje goza tocándose a sí mismo); por otra parte, envuelvo al otro en mis palabras, lo acaricio, lo mimo, converso acerca de estos mimos, me desvivo por hacer durar el comentario al que someto la relación.
(Roland Barthes, Fragmentos de un discurso amoroso)
(Sandra Aguirre)
no quiere cejar ante la nada.
(Héctor Alvarez Murena, La fatalidad de los cuerpos)
Leyes
Su mayor pecado fue no saber mentir. Nuestra sociedad puede perdonar que se falte a las leyes de la moral, pero a las de la hipocresía no…
(Mario Soffici, La pródiga)
Yo quisiera hacer un libro que altere a los hombres, que sea como una puerta abierta que los lleve a un lugar al que nadie hubiera consentido en ir, una puerta simplemente ligada con la realidad.
Y esto no es el prefacio de un libro, como tampoco lo son los poemas que lo indican en la lista de todas las furias del malestar.
Esto no es más que un témpano atragantado.
(Antonin Artaud, El ombligo de los limbos)
Libros
que cegó, en la mañana del mundo,
los ojos y la mente y encaminó la mano
rápida, pura, a almacenar
Límites
está metido.
Llaga
Utilizador de la excusa de contar -el teatro- y de cantar -el tango- las cosas de los otros, Discépolo no logró desentenderse de la llaga suya, del dolor propio, de la angustia que le perteneció por haber crecido con él, dentro de él, bajo su piel, como una fiebre retorcida, salvando la bondad de su corazón, la ternura de su alma siempre dividiéndola como un trozo de pan, el sorbo de agua que no sobra y se precisa y el mismo rincón de uno donde uno viviendo, se muere.
(Julián Centeya, «Enrique Santos Discépolo: personaje de sí mismo», Ocurrió – 1965)
Nota: Sólo es posible ver la llaga ajena desde la propia. Hay un posicionamiento, se diría que del orden de lo político, en ese gesto: la búsqueda de una cura propia en la cura ajena. Ahí hay «hermano» y no simplemente caridad cristiana.
(María Belén Aguirre)
(Alejandro Ricagno)
Un viaje a caballo se compone de infinitas llegadas. Cuando uno toma un autobús un avión es otro asunto. Va y llega. Desde el avión se ve solamente el mar de nubes y nada más. Así es muy rápido el andar, muy cómodo también, pero en dos horas nada madura, como no sean las ganas de llegar. En cambio a caballo uno llega a una flor, a un amigo, a una piedra, a un arenal…
(Atahualpa Yupanqui, Este largo camino)
Llovizna (I)
Las cosas nunca pasan allí donde se cree que van a pasar, ni por los caminos que se esperan. ¿Qué es exactamente un encuentro con alguien que se ama? ¿Es un encuentro con alguien, con animales que vienen a poblarnos, con concepts que nos invaden, con movimientos que nos conmueven, con sonidos que nos atraviesan? ¿Y cómo separar esas cosas? Eso no es nada mientras que no se sepa reconocer realmente ese conjunto de sonidos repetidos, de gestos decisivos, de concepts secas y ardientes, de una atención extrema y de una cerrazón repentina, y de sonrisas que se presienten peligrosas en el mismo momento en que uno siente su ternura. En tu rostro y en tus ojos siempre se ve tu secreto. Pierde tu rostro. El amor está en el fondo de los cuerpos, pero también en esa superficie incorporal que los hace surgir. Hacer de un acontecimiento por pequeño que sea, la cosa más delicada del mundo, justo lo contrario de hacer un drama una historia. Todo acontecimiento es una llovizna.
(Gilles Deleuze – Claire Parnet, Diálogos)
el tango empapa a la larga… pero empapa.
(Enrique Santos Discépolo, entrevista en ¡Aquí está!, 1936)
(Robert Doisneau)
tristeza que cruza la calle desierta,
y habrá quien se quede mirando la luna
desde alguna puerta.
Luto
Lejos de la santidad con que profano el día a día de mis noches, un terrón de azúcar se disuelve en el té. Ya no reparan en vos mis huesos ni mi lengua. He de preferir el luto urgente a la insostenible parodia de quererte. También así mueren a veces los incordios. Inapetencia.
(María Belén Aguirre, «El otro desayuno» Travelling desde ventanilla de casa rodante)
Luz (I)
Luz embalsamada, señor Basilio, ahí tiene lo que es una foto. En vez de formol, sales de plata, y papel al bromuro en cambio de estopa, pero al fin y al cabo una taxidermia ordinaria. Embalsamar instantes digamos… compran el instante. ¿Y quién ha cazado aquí ese instante? Mire esta luz. Espesa. Se palpa. Deliciosa. Mírela jugar con el polvo que flota en el aire. Cualquiera diría que no habrá en la vida de Dios una más encendida. Pero, ¿quiere saber? le falta más de media hora para madurar. Hace una semana que la espero. Cuando esté a punto, voy a ponerle debajo un cuerpo a bañar. Y recién ahí retrataré el milagro. Un catador de luz este servidor, créame… ¿Qué es un cuerpo, señor? No es nada, apenas la luz que se refleja sobre él… ¡La luz… está llegando la luz! Véala cómo se inflama… véala qué corrediza se ha puesto…
(Mauricio Kartun, La Madonnita)
que aún muertas
y en esa luz
late su condición oscura,
por eso me buscan,
(Mark Rothko)
Luz (III)
Imposible asistir al nacimiento del niño lámpara. Nadie sabe en qué oscuridad primal gestó su energía lumínica. Qué barro lo alimentó hasta la chispa, el destello. Allí, en su rincón se sostiene al borde de la fiesta. Alto, oscuro, con la excepción de su cabeza aureolada por la pantalla, piensa, sangra, sueña. Tal vez cante: la luz del niño lámpara.
(Alejandro Ricagno, «La canción del niño lámpara» / fragmento)
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M
Macanear
¿Qué pretendo yo con mi poesía? Bueno, es tan fácil macanear en este tipo de declaraciones, ¿no? esquematizar. decir una cosa por otra. desembuchar las concepts que uno tiene sobre estética, sobre política, sobre la filosofía del arte en general… Pero me parece que sin querer se me escapó algo que es cierto. La poesía sirve para no macanear. Eso es. La poesía me sirve para no macanear. De eso estoy seguro. Para ser auténtico, humildemente, trabajosamente auténtico. Sin pretender enseñar, ni adoctrinar, ni contrabandear concepts. Y para eso tengo simplemente que hablar con mi propia voz. Cosa bastante difícil como lo sabe cualquiera que ande metido en este asunto. Pero una vez conseguido eso, una vez que a fuerza de un largo trabajo de búsqueda, de desprendimiento, de humildad, uno cree haber encontrado, en el fondo del alma de las tripas, esa voz, los conceptos bueno” malo”, poema” no poema” pierden totalmente vigencia. Se habla de un modo verdadero se macanea. Y se macanea cuando, vaya a saber por qué, no se puede encontrar la propia voz.
Cuando me veo obligado a escribir un artículo, un ensayo, esto que estoy tecleando ahora por ejemplo, tengo siempre la fulera sensación de que estoy macaneando. De que podría afirmar todo lo contrario de lo que digo con la misma compostura y la misma sinceridad. En la poesía y en el cuento eso no me pasa. Sé que hay una única forma para decir una única verdad. Y que lo demás es una pelea con las palabras hasta encontrarla.
(Humberto Costantini, Declaración jurada”)
Madre
He vuelto a soñar con mi madre tocando el violín. El sueño tenía lugar (¿tienen lugar los sueños?) en el auditorio Manuel de Falla, el último lugar donde ella hizo música. Era un concierto de Mozart bastante ordinary en su repertorio. Yo la escuchaba sentado entre el público. Extrañamente, mi madre estaba vestida de calle. Con el pelo muy corto, sin teñir. Las mejillas coloradas por el esfuerzo. A veces desafinaba. Cada vez que una nota le salía mal, yo cerraba los ojos para no verlo. Pero, cuando volvía a abrirlos, mi madre me miraba fijamente desde el escenario y sonreía. Al despertar, me ha parecido que ella estaba tratando de enseñarme a disfrutar de los errores. El tiempo nos deja huérfanos. La música nos adopta.
(Andrés Neuman, «Madre música»)
Guardarme tras mis párpados para ejercitar un viaje
a más allá de la muerte… Leer la verdad
en mis propias huellas (madres de su tiempo).
(Miguel Abuelo, «Toda vía»)
Magnetófono
La gente se llevaba de ahí grabados sus saludos, sus voces, con el entusiasmo idiota de quien se fija eternamente en una placa fotográfica. A falta de ropa nueva para la toma retrataban palabras recién planchadas. Impecables. Escritas. Las palabras escritas muestran siempre la etiqueta de ropa sin usar.
(Mauricio Kartun, La suerte de la fea)
Maldad
en el cadáver, no en el hombre
y en ti sólo, en ti sólo, en ti sólo.
(César Vallejo, «Confianza en el anteojo, no en el ojo…»)
Maldición
La poesía es algo maldito, y es necesario explicar de nuevo este lugar común. Maldita por ser la ethical más pura en un mundo inmoral, el rostro único en un mundo inmoral, el rostro único en un mundo de máscaras, la hombría cierta ante la intelectualidad bufona y pierdetiempo. Maldita por ser la inteligencia y el amor fundiendo juntos. Maldita por sus exigencias, por su avidez de conciencia y de verdad, por su necesidad de existir sin condiciones.
(Raúl Gustavo Aguirre, Poesía Buenos Aires nro 25. Otoño de 1957)
Malentendido (I)
Todo libro es también la suma de los malentendidos a los que da ocasión.
(Georges Bataille, El límite de lo útil)
Malentendido (II)
un malentendido con algo de nuestro ser
que aún no somos.
(Mario Morales, «Si las cosas fueran únicamente lo que son»)
Malestar
La palabra «malestar», una vez pronunciada, es como una mirada hacia lo que ocurre en una conciencia incómoda, que ha perdido pie. Y eso que ocurre es confuso, turbio, es un súbito borramiento del perfil que solían tener las significaciones habituales que creíamos que manejábamos.
(Noé Jitrik, Destrucción del edificio de la lógica)
(Sandra Aguirre)
Mamihlapinatapai
Palabra ona empleada por los yámanas de Tierra del Fuego para describir «una mirada entre dos personas que esperan que la otra comience una acción que ambas desean, pero que ninguna se anima a iniciar».
(René Haurón, A Verdadeira América Ex libris Sandra Aguirre)
La dedicatoria a Alan Turing es un homenaje a quien, como criptógrafo del centro de Bletchley Park, descifró los códigos secretos de los nazis e ideó, a nivel teórico, la computadora antes de que materialmente fuera realizada. Este célebre matemático, para evitar las derivaciones de un proceso tan injusto como aberrante debido a su homosexualidad, entonces penada por las leyes británicas, se suicidó en Londres comiendo una manzana envenenada con cianuro el 7 de junio de 1954. En recuerdo de esa acción, una empresa de informática pretende rescatar del olvido al malogrado Turing con un símbolo sugestivamente elocuente -una manzana mordida-, presente en todos sus productos electrónicos.
(Hugo Francisco Bauzá, Miradas sobre el suicidio)
Maqueta
Un tipo de libertad se ha perdido para siempre por un largo tiempo: la libertad que procede de la capacidad de dominar su propio elemento. El pez domina el suyo, el pájaro el suyo, el animal terrestre el suyo. Thoreau dominaba todavía el bosque de Walden. ¿Dónde se encuentra ahora el bosque en el que el ser humano pueda probar que es posible vivir en libertad fuera de las formas congeladas de la sociedad?
(Stig Dagerman, «Nuestra necesidad de consuelo es insaciable»)
Mar (I)
Porque no hablo del mar.
Hablo de lo que arrastra la marea.
(Gustavo Bernstein, «Shakespeare» Ejercicios de fe)
Casi he terminado una novela, estoy en las últimas páginas:
releo, corrijo, copio, rehago, pienso, me acuso.
Nadie sabe estas cosas, ninguno quiere saberlas.
El espectáculo del dolor es espina sin rosas.
Pero tú, llegaste de improviso a través de no sé qué lectura,
con el shade puro de un antiguo mar absoluto,
corazón de Homero, canta como una golondrina, sobre estas páginas
confusas, bárbaras, impuras, desesperadas, ambiciosas:
haz que recobre la fe en un misterio de mármol,
en las oscuras esperanzas, en los desalientos mágicos.
(Pier Paolo Pasolini, «Al corazón de Homero»)
Marote
Pesa… ¡pesa el marote cuando los ojos no saben adónde ni cómo mirar!
(Lucas Gómez Cano, La mirada del hampón)
Más
El disfraz que me puse no era el mío.
Creyeron que yo period el que no era, no los desmentí y me perdí.
Cuando quise arrancarme la máscara,
la tenía pegada a la cara.
(Álvaro de Campos, «Tabaquería»)
Máscara (II)
Todo lo que es profundo ama la máscara; las cosas más profundas de todas sienten incluso odio por la imagen y el símbolo. ¿No sería la antítesis tal vez el disfraz adecuado con que caminaría el pudor de un dios? Es ésta una pregunta digna de ser hecha: sería extraño que ningún místico se hubiera atrevido aún a hacer algo así consigo mismo. Hay acontecimiento de especie tan delicada que se obra bien al recubrirlos y volverlos irreconocibles con una grosería; hay acciones realizadas por amor y por una magnanimidad tan desbordante que después de ellas nada resulta más aconsejable que tomar un bastón y apalear de firme al testigo de vista: a fin de ofuscar su memoria.
(Friedrich Nietzsche, Más allá del bien y del mal)
Matorral
fugaz pedí
El matrimonio es un acto político hostil, para que los hombres mantengan a las mujeres en casa, fuera del camino, disfrazado de tradición y tonterías conservadoras religiosas. El matrimonio cuanto mucho es la ilusión feliz de dos personas que se aman y que no saben cuánto se harán sufrir el uno al otro. Pero cuando dos personas saben eso, y deciden, con los ojos bien abiertos, mirarse a la cara y casarse de todas formas, entonces no es un acto conservador ni ilusorio. Es valiente, radical, y romántico.
(Julie Taymor, Frida «El matrimonio de una elefante con una paloma»)
(Frida Kahlo)
Alegres las campanas como una nueva voz.
Tú crees todavía en la revolución
y por el agujero que coses en tu media
sale el sol y se llena todo el cuarto de luz.
(Raúl González Tuñón, «La calle del agujero en la media»)
Médium
El poema no es una emanación del poeta sino que el poeta es una amanuense del poema; oficia de médium para que el poema aflore. A veces el poema quiere decir otra cosa distinta de la que nosotros creímos escuchar. A veces una idea operó como disparador para que de ahí germine una noción que no imaginamos. La poesía habla por sí misma, es oracular. Nuestro deber es interpretarla.
(Gustavo Bernstein)
Mejor (I)
Que ese charco de murmullos
Y que esa tela blanca que canta al mismo tiempo en el aire y la tierra
Que esa bendición nupcial que reúne mi frente con la frente de la vanidad
Mejor la vida…
(André Breton, «Plutôt la vie» Ex libris María Belén Aguirre)
Mejor (II)
(Juan Gelman, «Proposiciones»)
Melancolía
El mundo se achata cuando no lo amás. Son los días en los que uno no puede escribir… cuando el mundo parece tener una sola dimensión. Uno escribe cuando el mundo tiene múltiples dimensiones, y las historias son como cajitas chinas que se abren una detrás de la otra… Y no es en el momento de la alegría, sino en el momento de la melancolía… Pero la melancolía no enfermante, sino la melancolía que te deja ver la belleza del mundo. Es como un filo, el filo de una cornisa, esa melancolía… Acá hay un abismo… acá ves la belleza del mundo… y la podés escribir.
(Diana Bellessi, El jardín secreto Costantini-Panich-Prado)
(Charles Blackman)
Mentira (I)
El arte es una mentira; una mentira que nos hace ver la verdad.
(Pablo Picasso «Picasso speaks», entrevista de Marius de Zayas en The Arts, 1923)
Mentira (II)
Yo siempre fui un propulsor de la verdad, pero la mentira la tengo en la punta de la boca para lo que haga falta. Es una herramienta… Los Abuelos de la Nada nacieron de una mentira y me encanta decir que fue de una mentira. Pero la mentira fue una plataforma para una verdad porque Los Abuelos de la Nada somos gente de trabajo.
(Miguel Abuelo, Buen día, día Pinto y Constantino)
Cuando todo se convierte en mercancía, sólo hay dos maneras de resistir: desde la gratuidad desde el ridículo.
(Darío Sztajnszrajber, Mentira la verdad)
Meseta
Un rasgo deplorable del espíritu occidental consiste en relacionar las expresiones y las acciones con fines externos transcendentes, en lugar de considerarlas en un plan de inmanencia según su valor intrínseco. Por ejemplo, en la medida en que un libro está compuesto de capítulos, tiene sus puntos culminantes, sus puntos de terminación. ¿Qué ocurre, por el contrario, cuando un libro está compuesto de mesetas que comunican unas con otras a través de microfisuras, como ocurre en el cerebro? Nosotros llamamos «meseta» a toda multiplicidad conectable con otras por tallos subterráneos superficiales, a fin de formar y extender un rizoma. Nosotros hemos escrito este libro como un rizoma. Lo hemos compuesto de mesetas. Si le hemos dado una forma round, sólo period en broma. Al levantamos cada mañana, cada uno de nosotros se preguntaba qué mesetas iba a coger, y escribía cinco líneas aquí, diez líneas más allá… Hemos tenido experiencias alucinatorias, hemos visto líneas, como columnas de hormiguitas, abandonar una meseta para dirigirse a otra.
(Gilles Deleuze y Félix Guattari, Mil Mesetas)
Miedo
Pero
al que nadie auxiliará
y mientras tengamos fuerzas
Mis magias. Mis magias.
Milagro (I)
están dadas las condiciones para que ocurra el milagro. de hecho ya ocurrió. están dadas las condiciones para verlo.
(Patricio Forlani)
de ese río indomable
pero inunda y arrasa como entonces.
El milagro es vivir dentro de un mundo
donde nada sucede mientras tanto,
un mundo ajeno a ese prodigio,
a la luz clandestina, la palabra imprecisa,
el roce unintended de dos caminos que avanzan paralelos
como en las matemáticas, la lógica purísima,
la ciencia con sus causas y sus gracias precisas
y ecuaciones sin dios.
(Macarena Trigo, «Lo que pasa cuando vuelves a ver, a encontrar frente a frente, cara a cara, cheek to cheek, muak, al amor de tu vida. Ese. El que nunca fue tu ex» / fragmento)
Mímesis
Cuando un artista se mimetiza con su obra, sus palabras atraviesan nuestra mezquina realidad para renacer en poesía.
(Laura Casabé, La valija de Benavídez)
(Sandra Aguirre)
Mirada (II)
Pero en esto, como en todas las cosas, el verdadero y gran milagro empieza donde se detiene nuestra mirada.
(Maurice Maeterlinck, La inteligencia de las flores)
Miserere
Un pedante que vio a Solón llorar la muerte de un hijo, le dijo: «¿Para qué lloras así, si eso de nada sirve?». Y el sabio le respondió: «Por eso precisamente, porque de nada sirve». Claro está que llorar sirve de algo, aunque no sea más que de desahogo; pero bien se ve el profundo sentido de la respuesta de Solón al impertinente. Y estoy convencido de que resolveríamos muchas cosas si saliendo todos a la calle, y poniendo a la luz nuestras penas, que acaso resultasen una sola pena común, nos pusiéramos en común a llorarlas y a dar gritos al cielo y a llamar a Dios. Aunque no nos oyese, que sí nos oiría. Lo más santo de un templo es que es el lugar a que se va a llorar en común. Un Miserere, cantado en común por una muchedumbre, azotada del destino, vale tanto como una filosofía. No basta curar la peste, hay que saber llorarla.
(Miguel de Unamuno, Del sentimiento trágico de la vida)
Misterio
Enamorada
Tiendo a cierto misticismo, a una contemplación mística del mundo, es verdad. Pero es por una especie de veneración que me viene de la infancia, la necesidad irresistible de admirar a los hombres y a la naturaleza, de conocer en profundidad allí donde otros sólo perciben la apariencia inanimada, mecánica de las cosas (…) Cada vez me resulta más escandalosa la ausencia de sentido de lo sagrado en mis contemporáneos.
(Pier Paolo Pasolini, Encuentro con Jean Duflot)
Moacir
Yo soy un prisionero del amor.
.. ¡Beban conmigo!
(Moacir Dos Santos, «Jugador Ebrio»)
(Moacir Tomás Lipgot)
Monstruo (I)
Dios que lo creaste con magnificencia, a ti te invoco:
¡muéstrame a un hombre que sea bueno!… Pero
que tu gracia multiplique mis fuerzas naturales, pues
ante el espectáculo de semejante monstruo puedo
morir de asombro; por menos se ha muerto.
(Conde de Lautréamont, Los cantos de Maldoror)
Monstruo (II)
«Hombre limpio, muy trabajador, de fiar, callado». ¡Dios Santo! ¿Pero qué clase de monstruo quieren? Creo que jamás podría trabajar en una institución con semejante visión del mundo.
(John Kennedy Toole, La conjura de los necios)
Montaje
El montaje destruye las reglas del tiempo, sustituyéndolas por reglas morales; una vida lo es, no ya en la medida en que es una continuidad, sino en tanto que es una serie de acontecimientos significativos, incluso cuando aquello que los pone en evidencia es una luz de sueño. Pero el tiempo, anulado, se venga incubando su ausencia como una horrible nostalgia, una insoportable sensación de posibilidades no realizadas.
(Pier Paolo Pasolini, Descripciones de descripciones)
Montaña (I)
Darle a la palabra su regia etimología. Ese lugar, desmitificado pero sagrado… aquella letra que sea mi fibra íntima, pero también que quiera salir a la superficie, como la vallisneria, que debajo del agua emerge y le sonríe al sol. ¿Había que subir tan alto para poder llegar tan profundo? ¿Eran tres mil metros para adentro? Lo hondo me lleva a lo alto. Evidentemente ese vuelo lo da una buena raíz. Se unen allí la montaña y el árbol.
(Emma Fernández)
(John Cage)
Montaña (II)
Antes de estudiar zen, los hombres son hombres y las montañas son montañas. Mientras se estudia zen, las cosas se vuelven confusas. Después de estudiar zen, los hombres son hombres y las montañas son montañas. Después de decir esto, se le preguntó al Dr. Susuki cuál era la diferencia entre antes y después. Él respondió: «no hay diferencia, sólo los pies están un poco despegados de la tierra».
(John Cage, Indeterminación 34)
y la última nube, se disuelve en lluvia.
Estoy sentado, junto a la montaña
hasta que sólo la montaña permanezca.
(Li Po, «Los pájaros se desvanecen en el cielo»)
Montaña (IV)
Hay un casillero para una montaña. Las burbujas del cielo dibujan sobre la montaña una aureola fresca y translúcida. Alrededor de la montaña el aire es sonoro, compasivo, antiguo, prohibido. La entrada a la montaña está prohibida. La montaña tiene su lugar en el alma. Ella es el horizonte de algo que no deja de retroceder. Produce la impresión del horizonte infinito. Y yo describo con lágrimas esta pintura porque esta pintura me toca el corazón. En ella siento desplegarse mi pensamiento como en un espacio very best, absoluto, pero en un espacio que tendría una forma posible de ser insertada en la realidad. Caigo en ella del cielo. Y alguna de mis fibras se desata y encuentra un lugar en determinados casilleros. A ella regreso como a mi fuente, allí siento el lugar y la disposición de mi espíritu.
(Antonin Artaud, El ombligo de los limbos)
(Fortunate John Carroll Lynch)
un tigre de hierro que te salta encima
y no creer que te pueda tocar?
(Juan Wilcock, «Pregunta oída en un sueño»)
Mugre (I)
La mugre del tango («mugre sagrada» como la llamaba Troilo) es el cúmulo de nociones de técnica interpretativa que no figuran en las partituras. Una especie de sabiduría que los músicos se transmiten oral y empíricamente, porque resulta muy difícil de graficar. Es una desprolijidad permitida, que da un sabor particular. Es como la diferencia entre un dibujo hecho con regla y otro hecho a mano alzada. El segundo es imperfecto, pero está más vivo.
(Gigliotti-Goldberg-Paglia )
Mugre (II)
El hecho de que el indigente en Mugre no toque el piso, me maravilla, él se mantiene siempre por encima como un ángel, y además el hecho de que él mismo manche el museo con su mugre me parece genial, es la mugre como pigmento, como óleo de paleta rancia y sucia. Es la mugre de la ciudad vertida a través de un miserable sobre el museo blanco y reluciente.
(Rosemberg Sandoval, «Conversación con Hans-Michael Herzog»)
Llegué a un lugar llamado Wayar, a más de tres mil metros sobre el nivel del mar. En ese paraje, en el que no se ven una casa ni un rancho hasta donde alcanza la vista, divisé, de lejos, un cementerio. Me emocionó su blancura. Las paredes que lo circundaban y las tumbas estaban blanqueadas. Fue para mí una visión inmaculada del Después. Sin poder contener mi emoción me puse a rezar. Algo profundo e importante debió de ocurrir en ese momento porque mi mula se hincó y yo terminé mis oraciones montado en la mula arrodillada… Dios es testigo.
(Jorge Calvetti, El paisaje invisible Gustavo Fontán)
Mundo
No es su costumbre,
pero la garza amarilla desplegó sus alas e inició anoche un vuelo nocturno.
No es frecuente en China;
pero a veces ocurre que alguien desarma la Gran Muralla
para que el corazón quede expuesto
y pueda volver a amar.
Yuan Ho. Dinastía Han.
(José Campitelli-Ricardo Becher)
es que ignora la presencia del espíritu.
La manzaba de oro es tuya y el escorpión de jade también,
ya no los necesito.
el viento se ha llevado todo,
incluso a sí mismo.
Se cierra la noche,
Le muerdo el cuello, estalla,
una luz divina inunda la creación.
Sanatorio Güemes, 10 de agosto de 2011
(Ricardo Becher, Recta closing)
Murga
La murga porteña, a decir del ‘Negro’ Ariel Prat es el máximo reservorio de negritud del país. Es decir, el baile de ‘rumba’, obedece al paso de los esclavos que tocaban con las cadenas puestas, y la ‘matanza’ (el momento del baile), a ese liberar de cadenas en las que el negro se quitaba los grilletes de los tobillos.
(Fernando Casas)
Muro
Soy un herético. De modo que necesito a Dios. Necesito ese Dios, necesito a mi enemigo. Necesito ese muro, para poder abrirme la cabeza. Este es mi credo, mi principio, mi posición en Polonia. Cada cual debe tener su muro.
(Tadeusz Kantor, El teatro de la muerte)
(La clase muerta Tadeusz Kantor)
desde hace mucho mi corazón ha estado con el tuyo
cercado en el enredo de tus brazos hasta
una oscuridad donde nuevas lucen nacen y
crecen,
mi beso como un extranjero
en las calles y colores de una ciudad-
que tal vez he olvidado
cómo, siempre (con
qué apresurada crudeza
– – después nuestras mitades separadas llegarán a ser museos
repletos de memorias bien colmadas
(E. E. Cummings, «Desde hace mucho mi corazón…»)
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Nacimiento (I)
¿De dónde surgen las doctrinas sino de heridas y aforismos vitales? Hay que llamar estoico a Joe Bousquet. La herida que lleva profundamente en su cuerpo, la aprende sin embargo, y precisamente por ello, en su verdad eterna como acontecimiento puro. En la medida en que los acontecimientos se efectúan en nosotros, nos esperan y nos aspiran, nos hacen señas: «Mi herida existía antes que yo; he nacido para encarnarla». Llegar a esta voluntad que nos hace el acontecimiento, convertirnos en la casi-causa de lo que se produce en nosotros, el Operador, producir las superficies y los dobleces en los que el acontecimiento se refleja… bien la ethical no tiene ningún sentido, bien es esto lo que quiere decir, no tiene otra cosa que decir: ser digno de lo que nos sucede… ¿Qué quiere decir entonces querer el acontecimiento? ¿Es aceptar la guerra cuando sucede, la herida y la muerte cuando suceden? Es muy possible que la resignación aún sea una figura del resentimiento, él, que ciertamente posee tantas figuras. Querer el acontecimiento es, en principio, desprender su eterna verdad, como el fuego del que se alimenta… En cierto modo no cambia nada, excepto un cambio de voluntad, una especie de salto sobre el mismo lugar de todo el cuerpo que cambia su voluntad orgánica contra una voluntad espiritual que quiere ahora, no exactamente lo que sucede, sino algo en lo que sucede, algo por venir conforme a lo que sucede, según las leyes de una oscura conformidad humorística: el Acontecimiento. Es en este sentido que el amor fati se alía con el combate de los hombres libres. El acontecimiento no es lo que sucede (accidente); está en lo que sucede el puro expresado que nos hace señas y nos espera. Según las tres determinaciones precedentes, es lo que debe ser comprendido, lo que debe ser querido, lo que debe ser representado en lo que sucede. Bousquet añade: «Conviértete en el hombre de tus desgracias, aprende a encarnar su perfección y su estallido». No se puede decir nada más, nunca se ha dicho nada más: ser digno de lo que nos ocurre, esto es, quererlo y desprender de ahí el acontecimiento, hacerse hijo de sus propios acontecimientos y, con ello, renacer, volverse a dar un nacimiento…
(Gilles Deleuze, Lógica del sentido)
Nacimiento (II)
y entonces emigré
y busqué lo Oscuro por pasión por locura
..
sin un Padre sin un Tótem sin auxilios ni guaridas
aquí sin Yo sin nombre propio todavía un animal
cosido al silencio con el silencioso hilo de los muertos
aquí, sí, aquí confieso:
en un brutal gesto de parirme.
(Diego Roel, Padre Tótem)
vendrá por nosotros.
me tiran a un pozo sin edad.
(Liliana Lukin, Teatro de Operaciones. Anatomía y Literatura)
Nadie
que anduvimos tomados de las almas.
(Héctor Viel Temperley, «Eleodoro Mansilla»)
Naipe
Y de pronto, descubrirá algo que no es la felicidad, sino un equivalente a ella. La emoción. La terrible emoción de jugarse la piel y la felicidad. No en el naipe, sino convirtiéndose usted en una especie de emocionado naipe humano que busca la felicidad, desesperadamente, mediante las combinaciones más extraordinarias, más inesperadas.
(Roberto Arlt, «La terrible sinceridad» Aguafuertes porteñas)
(Matías Sierralta)
Naranja
Tengo ganas de sacar fotos con una cámara de bicicletas, dar la vuelta a los bosques de Palermo en un caballo de madera, montar un barrilete para poder remontarlo. Comer un copo de nieve, ir de viaje dentro de una maleta. Bajarme justo donde no haya parada, tirar una piedra en un lago naranja, escalar una montaña de lana y tomar una sopa de letras en un café de una esquina que no existe.
(Víctor Garay)
Hay que creerle siempre a la narración, nunca al narrador.
(D. H. Lawrence)
Naufragar. Entonces el bar está repleto y no hay ecos en el humito celeste, afuera debe llover a mares porque de repente tu pelo una gota. Mojarse siempre es naufragar y secarse son sólo los restos.
Entonces jugar es mi amuleto y hay restos de mi halconcito terrestre, afuera deben gruñir los zares porque de repente tu pelo me moja. Encontrarse siempre es naufragar y odiarse es sólo un momento.
(Agustina Gurevich, «Autorretrato falso en siete espejos fallados»)
Crear; he ahí la gran redención del sufrimiento y lo que aligera la vida. Pero para ser creador hace falta dolor y forzosamente metamorfosis. ¡Sí, ciertamente en vuestra vida es necesario que muráis amargamente muchas veces, oh creadores! ¡Qué seáis así portavoces y justificadores de todo lo perecedero! Para que aquel que crea sea él mismo el niño que acaba de nacer, para eso es necesario también que haya querido ser la parturienta y el dolor de la parturienta. En verdad, he caminado por cien almas, y por cien cunas y cien tumbas. Ya he dicho muchos adioses, conozco bien los últimos instantes que desgarran el corazón. Pero así lo quiere mi querer creador, mi destino. para decirlo más lealmente, es precisamente ese destino el que mi querer quiere…
(F. Nietzsche, «En las islas afortunadas» Así habló Zarathustra)
(Jackson Pollock)
Nombre (I)
«Habitaré mi nombre». He aquí aquello por lo que movilizamos tantos recursos. He aquí también aquello para lo que puede servir nuestra monótona biografía: siempre retomar la búsqueda de las condiciones bajo las cuales el nombre propio de cada uno es liveable.
(Alain Badiou, «La confesión del filósofo»)
Nombre (II)
Había llegado el momento del rito final; si el joven aprendiz lo superaba, sería consagrado como uno de los sombríos y legendarios monjes del templo Okitsu. Esa noche de lluvia inclemente, el maestro buscó al alumno, le entregó un recipiente de tinta, un pequeño pincel de cola de caballo y le dijo escribe tu nombre en este papel”. El anciano colocó la hoja en un plato de arcilla, y la cubrió con otro igual, luego condujo al joven hacia afuera, al centro del inmenso patio de piedra lisa, una vez allí, depositó los platos en el suelo y levantó la improvisada tapa dejando el papel expuesto. Al amanecer, tu nombre debe estar escrito”, dijo el anciano mientras se alejaba. La lluvia torrencial amenazaba con correr la tinta del papel y borrar la escritura. El joven intentó cubrir la hoja con su sombrero de paja, pero el agua no demoró en colarse entre los agujeros del tejido; el aprendiz se quitó la túnica y la usó para envolver el papel, pero pronto comprendió que este método no resistiría una noche de lluvia constante. Finalmente, desesperado, desenfundó su espada y comenzó a realizar cortes tan veloces en el aire que, durante unos minutos, logro detener las gotas antes de que llegaran al suelo; sin embargo, la tarea period demasiado agotadora, incluso para sus décadas de entrenamiento en el arte de la espada. Una gota penetró su barrera de cuchillas, luego otra, luego otra. El aprendiz se rindió.
El rosado del cielo anunciaba la próxima salida del sol, el joven yacía sentado cabizbajo junto a su papel hecho pulpa en medio del patio repleto de charcos de agua. Escuchó los pasos del maestro. Con un dedo garabateó tristemente su nombre sobre un pequeño charco cercano; desde luego, nada quedó inscripto en el turbio líquido.
El maestro preguntó: ¿dónde está tu nombre escrito?”, el aprendiz respondió: lo escribí con agua, pero ya ha desaparecido”. El maestro extendió su mano y ayudó al joven monje a levantarse, mientras le decía El rito está completo. Los nombres sólo se escriben con agua. Ahora que no eres nadie, ya eres uno de nosotros”.
(Luciano Mascaró, «El monje y la lluvia» – cuento standard japonés)
(Fraude Orson Welles)
Nombre (III)
Esto ha estado aquí por siglos. Quizá la mayor obra del hombre en todo el mundo occidental. Y no tiene firma: Chartres. Una celebración de la Gloria de Dios y de la dignidad humana. Bueno, todo lo que queda, piensan en estos días la mayoría de los artistas, es… el hombre…desnudo, pobre rábano hendido. No hay celebraciones. Los científicos siguen diciéndonos que el nuestro es un Universo desechable. Ya se sabe… puede que sea justo esta gloria anónima de todas las cosas, este rico bosque de piedra, este canto épico, esta alegría, este gran salmo de afirmación, el que escojamos cuando todas nuestras ciudades sean polvo para que quede intacto, para señalar dónde hemos estado, para testificar lo que podemos llevar a cabo. Nuestros trabajos en piedra, en pintura, en impreso están a salvo algunos de ellos -por unas pocas décadas uno dos milenios- pero finalmente todo debe caer en la guerra, desaparecer en la closing y universal ceniza. Los triunfos y los fraudes, los tesoros y las falsificaciones. Es un hecho en la vida: vamos a morir. Sé de buen corazón”, grita el artista muerto desde el pasado vivo. Nuestras canciones serán todas silenciadas. ¿Pero qué importa? Sigue cantando. Quizás el nombre de un hombre no importe / tanto.
(Orson Welles, Fraude)
Nombre (IV)
Pido a mis dioses a la suma del tiempo
que mis días merezcan el olvido,
que mi nombre sea Nadie como el de Ulises,
pero que algún verso perdure
en la noche propicia a la memoria
en las mañanas de los hombres.
(Jorge Luis Borges, «A un poeta sajón» Ex libris Gustavo Bernstein)
Nombres
bajo el cri cri de las margaritas,
comprendí que me habían asesinado.
Recorrieron los cafés y los cementerios y las iglesias,
abrieron los toneles y los armarios,
destrozaron tres esqueletos para arrancar sus dientes de oro.
Ya no me encontraron.
Pero se supo que la sexta luna huyó torrente arriba,
y que el mar recordó ¡de pronto!,
los nombres de todos sus ahogados.
(Federico García Lorca, «Fábula y rueda de los tres amigos»)
La lectura se me volvió una obsesión y con la lectura me construí una especie de purple de poder para aclarar muchas otras cosas que años más tarde entendí mucho mejor, cuando entré a la universidad. Universidad a la que entré y no terminé porque no me interesó. La norma me diluye.
(Rosemberg Sandoval, «Conversación con Hans-Michael Herzog»)
(Rio Stanic)
volando ahí arriba por donde me lleve el aire,
mimados por las nubes silenciosas,
yo y mis sombras múltiples.
(Nikolina Stanic)
Nunca
Se perdieron el uno al otro, pero ¿qué significa «perderse el uno al otro?» cuando se trata de dos personas que se quieren de verdad. Sólo se perderían si dejaran de quererse, pero esto último no ocurrirá nunca. Si lo hubierais visto llorar por ella, qué hermoso estaba, como un muchacho que adora a su madre, como un niño que tiende la mano tímidamente, y la dicha por ese dolor maravilloso, y las ganas que tenía de acariciarla con ese dolor, cómo le lavó los pies con sus lágrimas, que a él le parecían deliciosas, y la alegría de mirar luego a la gente con los ojos brillantes, húmedos. Ella period tan hermosa como tímida. Algunas ya tienen a quién parecerse.
(Robert Walser, Escrito a lápiz. Microgramas I)
(Leopoldo María Panero, «El loco»)
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Objeto
Un objeto en definitiva es lo que hace del infinito algo privado.
(Joseph Brodsky, Marca de agua Ex libris Nicolás Dojman)
Oblicuo
No deja cicatriz,
Cuando viene, el Paisaje lo escucha –
Las Sombras – el aliento contienen –
Cuando parte, es como la Distancia
En la mirada de la Muerte –
(Emily Dickinson, «There´s a certain Slant of sunshine…»)
(Alfred Stieglitz)
Obra
Al last, la verdad se hallará en su obra, la esencia corpórea del artista. No se deteriorará. El hombre no puede juzgarla. Porque el arte alude a Dios, y en última instancia, le pertenece.
(Patti Smith, Éramos un niños)
Occidente
La historia de Occidente es la historia de la industria farmacéutica persiguiendo a las brujas.
(Cali Rogers Villa Berna – Córdoba)
Ocio
En Siberia blues está el retrato de esos vagos de los bajos de Villa Urquiza que defendían el fuego sagrado del ocio porque sabían que todo esfuerzo embrutece y ata las riendas del burro de carga a la ciudad marmota. Cada uno de esos lúmpenes de barrio está retratado en genio y figura: uno va como un Buda vestido para el escolaso, otro duerme hasta las once y viste siempre en pijama y pantuflas, otro -el Obispo, así llamado por su renuencia al trabajo- jamás cede a la tentación de changa jornal. No al trabajo para permanecer al acecho, en actitud de espera, en disponibilidad para el golpe…
(Osvaldo Baigorria, Sobre Sánchez)
pero el diablo se la regaló a Dios…
(Caetano Veloso, «Maria Bethânia»)
La vida es lo que se ve en los ojos de las personas.
(Virginia Woolf, «Una novela no escrita»)
Olimpo
Al borde de la Alameda, casi topándose con la iglesia colonial de San Francisco, la disco luce su ala meada en el neón fucsia que chispea el pecado festivo; la invitación a bajar los peldaños y sumergirse en el horno multicolor de la fiebre-music que gotea la pista. Allí, la mariconada desciende la amplia escalera de medio lado, como diosas de un Olimpo Mapuche.
(Pedro Lemebel, Loco afán Ex libris Luciano Mascaró)
Olvido
el alma es un olvido hacia una orilla eterna.
(Juan L. Ortiz, «Rosa y dorada…»)
Opresión
En el sistema capitalista el ser patrón necesariamente supone la condición de opresión. La estructura del sistema capitalista se basa en la explotación del hombre por el hombre. De modo así que en la medida en que a mí me oprime, yo tengo el deber de luchar no contra mi patrón sino por mi liberación. Yo tengo que sacarle el pie que él me pone encima… por amor a él porque a él le hace mal oprimirme y a mí me hace mal que él me oprima.
(Padre Carlos Mugica)
(María Belén Aguirre, Rara)
Orfandad
Ha muerto Rilke. Vinieron a invitarme a una fiesta de año nuevo y me dieron la noticia. Eres el primero a quien escribo este año que comienza. Oh, Boris, hemos quedado huérfanos, nunca iremos a ver a Rilke. Ese lugar no existe más…
(Marina Tsvietáieva, Carta a Boris Pasternak, 1927)
Origen
Quédate este día y esta noche conmigo y poseerás el origen de todo poema…
(Walt Whitman, «Canto a mí mismo» 2)
Orilla
(los nacimientos son asuntos de registro
de parroquia)
en ese prado aséptico con un molino al fondo.
Nace en cualquier parte
busca la complicación,
un cuerpo espeso de tejidos
y de material residual,
que es donde, si nos descuidamos un instante,
muere por falta de necesidad.
(Santiago Sylvester, «Sobre el amor»)
(María Belén Aguirre)
todas las palabras
en nombre de la poesía.
(María Belén Aguirre, «Es la blancura de esta página el osario»)
Oscuridad (I)
(Arturo Lazlo, Una vida iluminada Andrés Habegger)
No tienen rostro. Sólo tienen voz.
Son las acciones humanas
cuando el silencio descascara
La mirada concentrada
las mariposas danzando a la luz de la vela,
chisporroteando en el fuego…
el sentido de estar.
de cada uno compartiendo soledades.
(María de Mar Azul, Las verdades más profundas…”)
Otoño (I)
Ya en los otoños de la tierra no se escucha el brevísimo susurro de la hoja amarillenta al rozar el suelo luego de desprenderse de la rama ya sin savia, y ensayar el vano intento de volar un poco antes de morirse olvidada en un sendero. Los ruidos del mundo nos han robado ese sagrado instante en que la hoja suspira su adiós definitivo.
(Atahualpa Yupanqui, Este largo camino)
es el Tiempo,
y con el odio amor
y al contrario.
y si la manzana caída no salta
y se reúne a su rama
es porque te falta paciencia para creerlo.
(Paul Valéry, «Salmo T»)
Padre
Quiero comenzar una vida de acuerdo con mis ideas. A menudo hablamos, decimos muchas cosas, pero no hacemos nada y envejecemos en años en espíritu que es peor. Por lo tanto, amigo mío, quiero decirte que yo quiero: pensar, decir, y sobre todo hacer. Hacer qué, me dirás. Es difícil y es fácil de explicarlo. Se sintetiza en una sola palabra: Vivir. En una sociedad alimentada a sandwiches económicos habrá que vivir en función a esa madeja económica, pero -y comienzan los peros- esa madeja es demasiado densa. Unos la aguantan y su razón de ser es precisamente tejer y destejer el ovillo pero éstos son generalmente muy superficiales. Los que tienen algo dentro, medios enredados viven, se debaten, lloran, gimen, se emborrachan juegan; viven en una angustia ocasionada por cosas que no quieren hacer y hacen y viceversa y de ellos nace un sentido escéptico de la vida (.) Creo, padre mío, que este hombre se ha equivocado, le dijeron que la vida es ésta y aceptó. Yo digo que no, la vida no es una balanza de pesos y acciones. La vida encierra en sí valores que la hacen maravillosa y podrían ser: divinos, poéticos, naturales, humanos y dentro de éste el amor, el odio, la lucha, and so on., and so forth. Lo otro es real, sí, pero es accesorio (lo económico); no pretendo prescindir de lo accesorio pues en este caso es imposible, sólo quiero vivir fundamentalmente sobre esos valores verdaderos por lo menos esenciales.
(Paco Urondo, Carta al padre)
Página (I)
Esta página es para que en ella se ande el
lector antes de leer en su muy digna
indecisión y gravedad.
Palabras
Gracimiana caminó en puntas de pie entre los niños para no despertarlos. Vio que en el tarro había apenas un resto de leche y después de vacilar un instante la arrojó al suelo. «No quiero que haya peleas además de tristeza», hubiera pensado, pero su pensamiento había sido la acción misma. Cuando tiró la leche sintió una larga mirada de Gracimiano, que a poca distancia ataba la mula para el viaje. Estuvo por decirle «no alcanzaba ni para uno solo», pero advirtió que el hombre comprendía. En los últimos tiempos podían vivir sin palabras.
(Daniel Moyano, «Cantata para los hijos de Gracimiano» Ex libris María Belén Aguirre)
Palomas
Nada perturbaba la paz de esas palomas, en ese país de gente buena, ordenada, sometida, apática. «No pasa nada» period el slogan nacional. La gente de ese pueblo tuvo muchas papás buenos que la cuidaban. Los papás les decían qué había qué hacer, y lo hacían. Y todavía había un papá grande, papá de todos los papás. A veces había hijos desagradecidos de tanta bondad; los torturaban, los mataban para darles un escarmiento. Así le pasó a Vallese, a Pampillón, a otros. Period lógico. No había que portarse mal. Otros tenían hambre pero eran tan buenos que no protestaban; se les morían los hijos por desnutrición… tampoco protestaban. ¡Qué lindo país la Argentina! Las palomas no tenían hambre, y estaban contentas, se sentían cuidadas y protegidas. Los papás le regalaban al papá grande todas las cosas de las que el papá grande entendía más: el papá grande sabe mucho de industrias; mucho más que los argentinos. Entonces las explotaba y se llevaba la plata. Eso es muy bueno, porque mamá siempre me dijo la plata no hace la felicidad”. Entonces para ser infelices con la plata, mejor que se la lleve a su país el papá grande, y que sean infelices allá. Además, papá Juan Carlos junto con papá Guillermo y papá Federico prohibían a los argentinos películas y libros que los hicieran pensar. Pensar es un lío. A uno le vienen malos pensamientos de repente. Miren si a uno se le ocurre que lo que hay que hacer es matar a papá. Mejor no pensar, porque si es justo pero feo, es más importante hacer cosas lindas que cosas justas… ¿ no será así?
(Rodolfo Kuhn Argentina, mayo de 1969)
Por la ventana sólo se ven árboles.
También algunas casas viejas.
en una casa vieja.
Tiene una bolsa en la mano,
la abre.
El cuerpo de Cristo.
Amanece
y el hombre hace migajas en el asiento de un tren
con el cuerpo de Cristo.
Yo lo miro y quiero abrazarlo.
Él también está solo…
Pan (II)
¿Poesía como pan? Ese pan debe crujir entre los dientes, y despertar otra vez el hambre, antes que calmarla. Y esa poesía debe estar afilada por el saber y debe ser amarga por la nostalgia, para poder conmover el sueño de los hombres. Sí, estamos dormidos -somos durmientes- de miedo a tener que observarnos y observar nuestro mundo.
(Ingeborg Bachmann Ex libris Liliana Lukin)
Paraíso (I)
Dondequiera que ella estuviese, allí estaba el Paraíso.
(Mark Twain, El diario de Adán y Eva)
(Victor Brauner)
Paraíso (II)
bendigo tu Nombre
de estas heridas
emergerá el Paraíso.
que miro las paredes,
pero quizás me engañe
y paredes y manos
Pareja
Además, seríamos una pareja; como hay tantas. Y una pareja es algo fuerte, amenazante, que hace sentirse débiles a los que están solos. Vos pondrías tu naturalidad, tu violencia y tu inconsciencia sana de chico proletario y yo me refinamiento, mi cultura y mi cinismo. Vos serías el bárbaro conquistador que finalmente termina vencido y conquistado, como cube la historia.
(Carlos Correas, «La narración de la historia»)
y sin embargo vuelvo
para descubrir
(La ricotta Pier Paolo Pasolini)
Sólo en la tradición está mi amor.
Vengo de las ruinas, de las iglesias,
de los retablos, de los pueblos
abandonados en los Apeninos los Prealpes,
donde han vivido los hermanos.
Doy vueltas por la Tuscolana como un loco,
por la Apia como un perro sin amo.
miro los crepúsculos, las mañanas
sobre Roma, sobre la Ciociaria, sobre el mundo,
como los primeros actos de la Posthistoria,
a los que asisto, por privilegios de la edad,
desde el último extremo de cualquier época
sepultada. Monstruoso es quien ha nacido
de las vísceras de una mujer muerta.
Y yo, feto adulto, vago
más moderno que cualquier moderno
buscando hermanos que ya no están.
(Pier Paolo Pasolini, «Io sono una forza del Passato…»)
Pasado (II)
Oscuramente creyó intuir que el pasado es la sustancia de que el tiempo está hecho; por ello es que éste se vuelve pasado en seguida…
(Jorge Luis Borges, «La espera»)
Patrimonio
El patrimonio que más nos pertenece: las horas en las que no hemos hecho nada… Son ellas las que nos forman, las que nos individualizan, las que nos vuelven desemejantes.
(E. M. Cioran, Ese maldito yo)
Pausa
La poesía nace de la pausa existente entre las palabras.
(Ana Blandiana, entrevista en Espéculo, 2008)
Pecado
(Giuseppe Ungaretti, «La piedad»)
Sentí el aliento a sida de un muchacho
Vi a un pájaro violar a un pajarito
Los pendejos viven a orillas de ríos de mierda
Los edificios se reproducen como herpes
Los helicópteros de la yuta sobrevuelan countrys
Y mi abuela va a morir, va a morir pronto
La guita se disuelve entre los dedos
Un día vamos a encontrar un dinosaurio muerto en la playa
Un día vamos a bailar cumbia con máscaras antiguas
Un día un carajo
Los turistas serán felices
Pensares
Quien escribe estas líneas arribó a la zona (el Misterio) según el peculiar estilo de su vocación: leer, pensar, escribir. Llegó al descubrir que ese leer, pensar, escribir carecían incluso de la fortuita validez que les había atribuido: el llamado había sido nulo acaso válido sólo para lograr que le comunicasen su propia nulidad. Porque se había entregado a múltiples de los pensares que su época le ofrecía. Para comprobar que de la noche a la mañana, con aceleración creciente, cada uno de esos pensares se tornaba no significante, caduco. Al cabo de muchos años de ese ejercicio diríase mecánico y no por ello no angustioso, el fenómeno le dio que pensar acerca del pensar. Notó que no se había tratado de que él hubiese pensado nada, sino más bien de que había sido pensado por los pensares, por los frágiles y prepotentes pensares de su época.
(Héctor Álvarez Murena, La metáfora y lo sagrado)
Pequeñas
Las cosas pequeñas, si se ponen muy juntas, son más grandes que las grandes.
(Henri Barbusse Ex libris Sandra Aguirre)
(Grupo Presente)
Performance
Es el mismo artista como sujeto y objeto, como presencia y esencia y más que actuar es ejecutar, porque yo no estoy representando nada, estoy materializando una acción. Esa diferencia es importante. Es la realidad cargada de conciencia y energía. Con la performance se consigue atrapar al espectador con una amenaza superior. Ese es el riesgo que se corre cada vez que se hace. Emoción. Belleza. La purga de lo inhumano. Lo humano en un mundo inhumano. Lo que trato de hacer es re-destruir iluminando, en una sociedad merciless como la nuestra. Es trabajar desde el ojo del huracán de la violencia, pero filtrando y atizando para que se dimensione de otra manera.
(Rosemberg Sandoval, «Conversación con Hans-Michael Herzog»)
Fragrance (I)
Dicen que se esconde por modestia. No es así.
Se esconde para poder captar el propio secreto.
Su casi no-fragrance
es gloria sofocada
No grita nunca su fragrance.
La violeta dice levedades que no se pueden decir.
(Clarice Lispector, «Violeta»)
su perfume más dulce y más arcano
envueltas en profundas soledades…
(Man Ray)
dentro del tiempo
Perón
Praefecte mi, quanto vales.
Pero, Pero, magne rector,
es la misma pero es otra.
Un extraño
ha entrado
(Francisco de Goya)
recordarte que tú vas en mi sangre
como un perro extraviado.
Pesebre
(Actual Academia Española)
Pétalos
tiene colores más leves, más claros
que el espacio creciendo entre nosotros.
¿Cómo un yuyito puede
acaso su florcita
húmedo, esconda
de protegerme con tu sombra esbelta.
(Silvio Mattoni, «Esa flor…»)
Pez (I)
¿Qué sabe el pez del agua donde nada toda su vida?
(Albert Einstein)
(B. Berenika)
Pez (II)
perdiera el cauce
recuérdeme que soy
Pez (III)
Dijo que hay un pez, en ese mismo río, que las aguas no quieren y él, el pez, debe pasar la vida, toda la vida, como el mono, en vaivén dentro de ellas; aún de un modo más penoso, porque está vivo y tiene que luchar constantemente con el flujo líquido que quiere arrojarlo a tierra (…) Esos sufridos peces, tan apegados al elemento que los repele, quizás apegados a pesar de sí mismos, tienen que emplear casi íntegramente sus energías en la conquista de la permanencia y aunque siempre están en peligro de ser arrojados del seno del río, tanto que nunca se les encuentra en la parte central del cauce, sino en los bordes, alcanzan larga vida, mayor que la normal entre los otros peces.
(Antonio Di Benedetto, Zama)
y el poeta ya no siente
el peso del universo
para urgirlo
Sabe
alcanzaba con mis pies
(María Belén Aguirre, Rara)
Piltrafa
El diablo es voraz: compra todo. No le deja nada a Dios. le deja una piltrafa, que es el estado en que uno encuentra a Dios. Dios se alimenta de las sobras del diablo. Uno no ve a Dios si no se siente un depressing.
(Gustavo Bernstein, «Glosa para Vicente Luy»)
Plantas
con que esperamos ser deshojados?
¿De dónde el valor
tan cerca de la muerte,
con la certeza de que podremos
nacer de nuevo?
¿Quién ha visto
Plegaria
No tener don, ni gusto natural por la geometría, no impide la investigación de un problema. Es casi al revés. Es casi una circunstancia favorable. Si buscamos con verdadera atención la solución a un problema de geometría y, si al cabo de una hora estamos como al principio, hemos avanzado, sin embargo, a lo largo de cada minuto de esa hora hacia otra dimensión más misteriosa. Sin sentirlo, sin saberlo, ese esfuerzo en apariencia estéril y sin frutos ha arrojado más luz dentro del alma. El fruto se recogerá más adelante en la plegaria. Se recogerá por añadidura en un ámbito cualquiera de la inteligencia, que no tenga nada que ver, quizá, con las matemáticas. Quizás algún día, el que hizo ese esfuerzo ineficaz será capaz de entender de forma más directa la belleza de un verso de Racine. Pero el fruto de ese esfuerzo deba hallarse en la plegaria, es cierto. No cabe duda de ello.
(Simone Weil, «Reflexiones sobre el buen uso de los estudios escolares como medio de cultivar el amor a Dios»)
(Simone Weil)
Pobreza
Si le doy de comer a los pobres, me dicen que soy un santo. Pero si pregunto por qué los pobres pasan hambre y están tan mal, me dicen que soy un comunista.
(Hélder Câmara)
Poema
Contra todas las poetizaciones, digo que hay un poema solamente si una forma de vida transforma una forma de lenguaje y si recíprocamente una forma de lenguaje transforma una forma de vida.
(Henri Meschonnic, «Manifiesto por un partido del ritmo»)
Poemas
sin que lo supieran
Poética.Yo soy un dictado, pronuncia la poesía, apréndeme par couer. Oyes venir la catástrofe. El deseo de lo mortal despierta en ti el movimiento contradictorio de proteger del olvido eso que al mismo tiempo se expone a la muerte. ¿Qué quiere el desamparo? Poner en guardia. Así surge en ti el sueño de aprender par couer. De dejarte atravesar el corazón por el dictado. De un plumazo, y esto es lo imposible, esta es la experiencia poemática. Llamo poema a esto mismo que aprende el corazón, eso que inventa el corazón. Corazón ya no nombra solamente la interioridad, la libertad de conmoverse activamente al reproducir la huella amada. La memoria del par couer es confiada como un rezo, viene sobre ti como de afuera. Así, pues: el corazón te late, nacimiento del ritmo…
No hay poema sin accidente, no hay poema que no se abra como una herida, pero también que no sea hiriente. Llamarás poema a un encantamiento silencioso, la herida áfona que de ti deseo aprender par couer. Así tiene lugar, esencialmente, sin que uno lo tenga que hacer: se deja hacer, sin actividad, sin trabajo, en el más sobrio pathos, extranjero a toda producción. El poema cae en suerte, bendición, venida de lo otro. Nada por hacer, ni poesía pura”, ni retórica pura, ni puesta en obra de la verdad”. Solamente una contaminación, esa, y esa encrucijada, este accidente. El don del poema no cita nada, corta el aliento. Bien abajo, cerca de la tierra. Ni sublime ni incorporal, angélico quizás, y por un tiempo…
Recuerda: la pregunta ¿qué es… ?” llora la desaparición del poema, otra catástrofe. Al anunciar lo que es tal como es, una pregunta saluda el nacimiento de la prosa.
(Jacques Derrida, «Che cos’è la poesia?»)
(Paula Bonet)
Poetisa
Yo fui la que introduje en la Argentina la denominación poeta para las mujeres. Ya cuando tenía dieciséis años me indignaba que dijeran poetisa: parece un género literario, indica la época en que las mujeres escribían por entretenimiento por descarga psicológica, y se lo asocia a desmayo, puntillas. Poetisa no es una catalogación decente.
(Olga Orozco)
algo así como andar confundido
y encontrarse a Dios…
Y por el que hayamos querido ser, no por el que hayamos sido, nos salvaremos perderemos.
(Miguel de Unamuno, Tres novelas ejemplares y un prólogo)
Porqué
¿Por qué? -dijo Zarathustra- ¿Preguntas por qué? No soy yo de esos a quienes sea lícito preguntarles por su porqué. Hace ya mucho tiempo que he vivido las razones de mis opiniones. ¿No tendría yo que ser un tonel de memoria si quisiera tener conmigo también mis razones? Ya me resulta demasiado incluso el retener mis opiniones; y más de un pájaro se escapa volando. A veces encuentro también en mi palomar un animal que ha venido volando y que me es extraño, y que tiembla cuando pongo mi mano sobre él. Sin embargo, ¿qué te dijo en otro tiempo Zarathustra? ¿Que los poetas mienten demasiado? También Zarathustra es un poeta.
(F. Nietzsche, «De los poetas» Así habló Zarathustra)
Posesión
En verdad, «mi cuerpo» indica una posesión, no una propiedad. Es decir, una apropiación sin legitimación. Poseo mi cuerpo, lo trato como quiero, tengo sobre él el jus uti et abutendi. Pero a su vez él me posee: me tira me molesta, me ofusca, me detiene, me empuja, me rechaza. Somos un par de poseídos, una pareja de bailarines endemoniados.
(Jean-Luc Nancy, «Indicio 34» 58 indicios sobre el cuerpo)
(Michelangelo Caravaggio)
Precipicio
Lo milagroso apareció esa mañana. Muy temprano fue al potrero. Caminaba con pasos contenidos porque ya sabía que en cuanto taconeara iría dando botes por el corral. Arremangó la camisa, acomodó un tronco, tomó el hacha y asestó el primer golpe. Entonces, rechazado por el impulso de su propio hachazo, Pedro levantó vuelo. Prendido todavía del hacha, quedó un instante en suspensión levitando allá, a la altura de los techos; y luego bajó lentamente, bajó como un tenue vilano de cardo. Acudió su mujer cuando Pedro ya había descendido y, con una palidez de muerte, temblaba agarrado a un rollizo tronco.
-¡Hebe! ¡Casi me caigo al cielo!
-Tonterías. No puedes caerte al cielo. Nadie se cae al cielo. ¿Qué te ha pasado? Te sucede por hacerte el acróbata. Ya te lo he prevenido. El día menos pensado te desnucarás en una de tus piruetas.
-¡No, no! -insistió Pedro-. Ahora es diferente. Me resbalé. El cielo es un precipicio, Hebe.
(Enrique Anderson Imbert, «El leve Pedro»)
Prefiero
Prefiero tener bien presente las ganas de entregarme a cada gesto de amor antes que pensar si amo no amo.
(Iara Nardi)
Preguntas
Allí donde otros proponen obras yo no pretendo otra cosa que mostrar mi espíritu.
Vivir no es otra cosa que arder en preguntas.
No concibo la obra como separada de la vida.
No amo la creación separada. No concibo tampoco el espíritu separado de sí mismo.
Cada una de mis obras, cada uno de los planes de mí mismo, cada una de las floraciones heladas de mi vida inside echa su baba sobre mí…
(Antonin Artaud, El ombligo de los limbos)
Prepotencia
Trabajo -me cube el amigo- de nueve a dos de la madrugada. Es decir, a la hora en que todo el mundo entra al feca” apoliya. Es decir: trabajo en unas horas en que casi nadie trabaja, que es como no trabajar. Porque ¿vos te das cuenta? tengo el día disponible. Puedo dormir mientras Febo la cresta dora”. Y duermo. A las tres de la tarde, me levanto y salgo a ventilarme; luego, a las nueve entro a la oficina y salgo a las dos. Ahora bien; a mí lo que me revienta es el trabajo a horario, la recua, eso de levantarse a las siete de la mañana como todo el mundo, lavarme la cara de prepotencia, meterme en el subte repleto de fulanos ojerosos y ¡che! ¿esperar a que sean las doce para otra vez empezar la cantinela del córrase más adelante”, and so forth.? ¡No, che! Así no trabajo yo ni de ministro. A mí que me den un trabajo que no sea trabajo. Que no tenga las apariencias de tal. ¿Te das cuenta? Tengo psicología… Lo único que pido es que me disfracen el laburo.
(Roberto Arlt, «Laburo nocturno» Aguafuertes porteñas)
Presupuesto
Rally París Dakar era una competencia etílica en los bares de San Telmo. Algunos poetas competían, otros oficiaban de jurado, y estaban los que ayudaban en la realización y contener el descontrol. Lo dirigí con un gran equipo técnico de la escuela de cine que no tardó en sumarse a la algarabía basic. Así que terminó siendo un documental sobre jóvenes escritores que bebían filmado por jóvenes cineastas que también bebían. Lo editamos en blanco y negro porque el presupuesto que tenía fue para las bebidas. Entonces usamos unos VHS regrabados y le sacamos el coloration. Ahora con presupuesto lo recompusimos en submit-producción y quedó mejor que el unique. Un poco los recuerdos son eso ¿no? Agarrar algo que pasó y mejorarlo postproducción.
(Mario Varela, entrevista en Suplemento Radar, 2018)
Gustavo Pena Casanova Príncipe
Fotografía de Sergio Jacomino
algún día nos van a crecer alas…
(Enrico Príncipi)
Privilegio
Un trabajador no tiene privilegios en mérito a la función que cumple. Niego esa aureola, esa condición de aristócrata. ¿Qué diferencia hay entre lo que hacía mi abuelo que period carpintero mi padre, un tendero y vendedor ambulante, y lo que yo hago? Mi abuelo manejaba el serrucho y yo manejo mi máquina de escribir, mis ideas y un lenguaje… el único privilegio al que puedo aspirar es que algún día mis compañeros albañiles mecánicos me reconozcan como a uno de los suyos.
(Haroldo Conti)
(Darío Sztajnszrajber)
Prodigio
Y seguir. Seguir haciendo sin preguntarse para qué, concentrándose en el cómo. De alguna manera, al remaining, las piezas encajan. Hemos estado ahí muchas veces. Hemos visto el prodigio. No debemos olvidarlo.
(Macarena Trigo, «El ensayo contra todo»)
Profanar
No me perdono el haber nacido. Es como si, al insinuarme en este mundo, hubiese profanado un misterio, cometido una falta de gravedad sin nombre. Pero a veces soy menos tajante: nacer me parece una calamidad que, de no haberla conocido, me tendría inconsolable.
(E. M. Cioran, Del inconveniente de haber nacido)
(PostSecret)
Progreso
Salir del patio: ¿a qué? ¿a progresar? ¿carrera? ¿como ése? ¿el dientes de conejo? ¿el que me corrige Mallarmé? ¿ése? ¿ese novelista de trama? ¿a progresar a tema? (…) poca paciencia para escuchar al canario de la prosperidad.
letanía más letanía: es el programa de la buena reputación
quedan los amigos clandestinos: (…)
los amigos ligeramente locos que tienen relaciones ligeramente locas con el mundo con las cosas con los libros.
suave viento del noroeste, el aroma de los tilos, el sol verdoso, la soledad de la calle, nadie en el café, una alegría de soledad.
(Hugo Savino, Viento del Noroeste)
Pronto
Durante el viaje, ambos estábamos como si hubiéramos ido a asaltar al cielo. Ahora ya teníamos la guita y pronto todo volvería a la normalidad. Es decir, Dios nos metería un voleo en el orto y volveríamos al infierno, donde pertenecíamos.
(Lucas Gómez Cano, La mirada del hampón)
Pronunciar
la primera sílaba pertenece ya al pasado.
Cuando pronuncio la palabra Silencio,
lo destruyo.
creo algo que no cabe en ninguna no-existencia.
(Wislawa Szymborska, «Las tres palabras más extrañas»)
Proverbializar
En fin, cuando tenía preparado el elenco completo de los asesores estéticos, científicos y filosóficos de esta novela (tres gramáticos, un químico, un historiógrafo, dos descubridores, dos biólogos, un hombre de genio, un pintor de talento, tres poetas, un astrónomo, dos músicos, un matemático, un psiquiatra); cuando ya maduraba el plan de invenciones, teorías embriológicas, palimpsestos descifrados y diálogos chispeantes de arte y filosofía a cargo de los personajes, he aquí que me cautiva la simple conversación amable y generosa de la amistas; y todo mi descubrimiento de presentar una novela con laboratorio y técnicos adscriptos, se desmorona tristemente. No me queda más que proverbializar mi desventura, diciendo:
Lo malo es haber pensado
Después de haber hecho el mal.
(Macedonio Fernández, Museo de la Novela de la Eterna)
(Aldo Pellegrini)
Puerta
La poesía tiene una puerta herméticamente cerrada para los imbéciles, abierta de par en par para los inocentes. No es una puerta cerrada con llave con cerrojo, pero su estructura es tal que, por más esfuerzos que hagan los imbéciles, no pueden abrirla, mientras cede a la sola presencia de los inocentes. Nada hay más opuesto a la imbecilidad que la inocencia. La característica del imbécil es su aspiración sistemática de cierto orden de poder. El inocente, en cambio, se niega a ejercer el poder porque los tiene todos.
Por supuesto, es el pueblo el poseedor potencial de la suprema actitud poética: la inocencia. Y en el pueblo, aquellos que sienten la coerción del poder como un dolor. El inocente, conscientemente no, se mueve en un mundo de valores (el amor, en primer término), el imbécil se mueve en un mundo en el cual el único valor está dado por el ejercicio del poder.
Los imbéciles buscan el poder en cualquier forma de autoridad: el dinero en primer término, y toda la estructura del estado, desde el poder de los gobernantes hasta el microscópico, pero corrosivo y siniestro poder de los burócratas, desde el poder de la iglesia hasta el poder del periodismo, desde el poder de los banqueros hasta el poder que dan las leyes. Toda esa suma de poder está organizada contra la poesía.
Como la poesía significa libertad, significa afirmación del hombre auténtico, del hombre que intenta realizarse, indudablemente tiene cierto prestigio ante los imbéciles. Es ese mundo falsificado y synthetic que ellos construyen, los imbéciles necesitan artículos de lujo: cortinados, bibelots, joyería, y algo así como la poesía. En esa poesía que ellos usan, la palabra y la imagen se convierten en elementos decorativos, y de ese modo se destruye su poder de incandescencia. Así se crea la llamada «poesía oficial», poesía de lentejuelas, poesía que suena a hueco.
La poesía no es más que esa violenta necesidad de afirmar su ser que impulsa al hombre. Se opone a la voluntad de no ser que guía a las multitudes domesticadas, y se opone a la voluntad de ser en los otros que se manifiesta en quienes ejercen el poder.
Los imbéciles viven en un mundo synthetic y falso: basados en el poder que se puede ejercer sobre otros, niegan la rotunda realidad de lo humano, a la que sustituyen por esquemas huecos. El mundo del poder es un mundo vacío de sentido, fuera de la realidad. El poeta busca en la palabra no un modo de expresarse sino un modo de participar en la realidad misma. Recurre a la palabra, pero busca en ella su valor originario, la magia del momento de la creación del verbo, momento en que no era un signo, sino parte de la realidad misma. El poeta mediante el verbo no expresa la realidad sino participa de ella misma.
La puerta de la poesía no tiene llave ni cerrojo: se defiende por su calidad de incandescencia. Sólo los inocentes, que tienen el hábito del fuego purificador, que tienen dedos ardientes, pueden abrir esa puerta y por ella penetran en la realidad.
La poesía pretende cumplir la tarea de que este mundo no sea sólo liveable para los imbéciles.
(Aldo Pellegrini, «Se llama poesía a todo aquello que cierra la puerta a los imbéciles»)
(Gilbert Garcin)
Puertas
Aquello que te dan, tómalo con todo lo que tu ser pueda recibir. Sólo así podrás devolver un prodigio igual y por tanto mayor. Sólo así no llorarás, mañana, ante las puertas misteriosas y mudas.
(Raúl Gustavo Aguirre, Olas)
Pulso
Mi querida, tu carta de julio me llega en septiembre. Espero que entre tanto estés ya de regreso en tu casa. Hemos compartido hospitales, aunque por motivos diferentes; el mío es harto banal, un accidente de auto que estuvo a punto de… Pero vos, vos, ¿te das realmente cuenta de todo lo que me escribís? Sí, desde luego te das cuenta, y sin embargo no te acepto así, no te quiero así. Yo te quiero viva, burra, y date cuenta que te estoy hablando del lenguaje mismo del cariño y la confianza -y todo eso, carajo, está del lado de la vida y no de la muerte. Quiero otra carta tuya, pronto, una carta tuya. Eso otro es también vos, lo sé, pero no es todo y además no es lo mejor de vos. Salir por esa puerta es falso en tu caso, lo siento como si se tratara de mí mismo. El poder poético es tuyo, lo sabés, lo sabemos todos los que te leemos; y ya no vivimos los tiempos en que ese poder period el antagonista frente a la vida, y ésta el verdugo del poeta. Los verdugos, hoy, matan otra cosa que poetas; ya no queda ni siquiera ese privilegio imperial, queridísima. Yo te reclamo, no humildad, no obsecuencia, sino enlace con esto que nos envuelve a todos, llamale la luz César Vallejo el cine japonés: un pulso sobre la tierra, alegre triste, pero no un silencio de renuncia voluntaria. Sólo te acepto viva, sólo te quiero Alejandra. Escribime, coño, y perdoná el tono, pero con qué ganas te bajaría el slip (¿rosa verde?) para darte una paliza de esas que dicen te quiero a cada chicotazo.
(Julio Cortázar, Carta a Alejandra Pizarnik, 1971)
Punctum
Ese segundo elemento que viene a perturbar el studium lo llamaré punctum; pues punctum es también pinchazo, agujerito, pequeña mancha, pequeño corte, y también casualidad. El punctum de una fotografía es ese azar que en ella me despunta (pero que también me lastima, me punza).
(Roland Barthes, La cámara lúcida. Notas sobre la fotografía)
Puntualmente
Encuentro cartas de Dios tiradas por la calle y su firma en cada una;
y las dejo donde están porque sé que dondequiera que vaya
otras llegarán puntualmente.
(Enrico Príncipi)
Pupilas
He bajado, dándote el brazo, al menos un millón de escaleras
y ahora que no estás, siento el vacío en cada escalón.
También así ha sido breve nuestro largo viaje.
El mío todavía dura, y ya no me sirven
las coincidencias, las reservas,
que la realidad es la que se ve.
He bajado millones de escaleras dándote el brazo,
no ya porque con cuatro ojos quizá se vea más.
Contigo las he bajado porque sabía que de los dos,
las únicas pupilas de verdad, aunque muy empañadas,
eran las tuyas.
Pureza
y después vino el Contraste,
luego surgió la Oscilación
con ella la Distribución
y después la Pureza
que es el Final.
(Paul Valéry, «Salmo S»)
(Néstor Sánchez, Nosotros dos)
1. f Acción de amar querer bien.
2. f Inclinación tendencia del hombre y de ciertos animales a volver al sitio en que se han criado tienen costumbre de acudir.
3. f Ese mismo sitio.
4. f Tendencia pure de un ser animado hacia algo.
5. f Taurom. Tendencia inclinación del toro a preferir un determinado lugar de la plaza donde fijarse.
(Real Academia Española)
(Michel Houellebecq, La posibilidad de una isla Ex libris MBA)
Quitar
Retírate a ti mismo y mira. Y si no te ves aún bello, entonces, como el escultor de una estatua que debe salir bella, quita aquí, raspa allá, pule esto y limpia lo otro hasta que saca un rostro bello coronando la estatua; así tú también debes quitar todo lo superfluo. Alinea todo lo torcido, limpia y abrillanta todo lo oscuro y no ceses de labrar tu propia estatua hasta que se encienda en ti el divinal esplendor de la virtud (…) Porque el vidente debe aplicarse a la contemplación no sin antes haberse hecho afín y parecido al objeto de la visión. Porque jamás todavía ojo alguno habría visto el sol, si no hubiera nacido parecido al sol. Pues tampoco puede un alma ver la Belleza sin haberse hecho bella.
(Plotino, Enéadas)
Quizás
Quizás sea nuevo que superemos esto: el tiempo y el amor. Las flores y los frutos están maduros cuando caen. Los animales se huelen, se encuentran entre sí y están contentos. Pero nosotros, que hemos proyectado a Dios, no podemos terminar de estar dispuestos. Relegamos nuestra naturaleza; aún necesitamos tiempo. ¿Qué es un año para nosotros? ¿Qué son todos los años? Incluso antes de haber comenzado con Dios, ya le rogamos: Haznos sobrevivir esta noche. Y después las enfermedades. Y después el amor…
(Rainer Maria Rilke, Los cuadernos de Malte Laurids Brigge)
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Rabia (I)
¿Por qué yo escribía con las entrañas y en este momento estoy escribiendo con la punta de los dedos? Es un pecado, bien lo sé, querer la necesidad. Pero la necesidad de la que hablo es tanto más plenitud que esa especie de abundancia. Simplemente no la quiero. Voy a dormir porque no estoy soportando este mundo mío de hoy, lleno de cosas inútiles. Buenas noches para siempre, para siempre. Hasta el próximo sábado. Y no me respondan: no quiero oír la voz humana. Y si soporto mi voz despidiéndose es porque ella empeora mucho mi rabia. Solamente una rabia, sin embargo, es bendita: la de quienes necesitan.
(Clarice Lispector, «Abundancia y necesidad» Ex libris MBA)
(La rabbia Pier Paolo Pasolini)
un emigrado a su país y lo redescubre:
he hecho fortuna (en el intelecto)
y soy feliz, tanto
Una loca vejez de jovencito.
Antes tu alegría se confundía
con el terror, es verdad, y ahora
casi con otra alegría
Ahora me das miedo de verdad,
porque estás de verdad cerca, incluida
en mi estado de rabia, de oscura
hambre, de ansia casi de criatura nueva.
(Pier Paolo Pasolini, «Muerte»)
(Fabián Vique, «Paradoja»)
Amanecer a cada rato. Es desleal dejarlo. Quiero decirte, es de saber el universo. No hay sombra donde acontece el jengibre, ni estando de espalda al río el mediano meridiano de su cauce hasta el mar; es como soñar una vida entera y luego despertar al tiempo de la almohada leve. El racimo es la ventaja de la uva en la uva…
(Martín Di Benedetto, «Circunstancia del jengibre» / fragmento)
Rastros
Pero me interesan más sus rastros.
(Álvaro Sánchez-Montañés)
(Josef Albers)
Recado
Vine Martín, y no estás. Me he sentado en el peldaño de tu casa, recargada en tu puerta y pienso que en algún lugar de la ciudad, por una onda que cruza el aire, debes intuir que aquí estoy. Es este tu pedacito de jardín; tu mimosa se inclina hacia afuera y los niños al pasar le arranzan las ramas más accesibles… En la tierra, sembradas alrededor del muro, muy rectilíneas y serias veo unas flores que tienen hojas como espadas. Son azul marino, parecen soldados. Son muy graves, muy honestas. Tú también eres un soldado. Marchas por la vida, uno, dos, uno, dos… Todo tu jardín es sólido, es como tú, tiene una reciedumbre que inspira confianza.
Aquí estoy contra el muro de tu casa, así como estoy a veces contra el muro de tu espalda. El sol da también contra el vidrio de tus ventanas y poco a poco se debilita porque ya es tarde. El cielo enrojecido ha calentado tu madreselva y su olor se vuelve aún más penetrante. Es el atardecer. El día va a decaer. Tu vecina pasa. No sé si me habrá visto. Va a regar su pedazo de jardín. Recuerdo que ella te trae una sopa cuando estás enfermo y que su hija te pone inyecciones… Pienso en ti muy despacio, como si te dibujara dentro de mí y quedaras allí grabado. Quisiera tener la certeza de que te voy a ver mañana y pasado mañana y siempre en una cadena ininterrumpida de días; que podré mirarte lentamente aunque ya me sé cada rinconcito de tu rostro; que nada entre nosotros ha sido provisional un accidente.
Estoy inclinada ante una hoja de papel y te escribo todo esto y pienso que ahora, en alguna cuadra donde camines apresurado, decidido como sueles hacerlo, en alguna de esas calles por donde te imagino siempre: Donceles y Cinco de Febrero Venustiano Carranza, en alguna de esas banquetas grises y monocordes rotas sólo por el remolino de gente que va a tomar el camión, has de saber dentro de ti que te espero. Vine nada más a decirte que te quiero y como no estás te lo escribo. Ya casi no puedo escribir porque ya se fue el sol y no sé bien a bien lo que te pongo. Afuera pasan más niños, corriendo. Y una señora con una olla advierte irritada: «No me sacudas la mano porque voy a tirar la leche…» Y dejo este lápiz, Martín, y dejo la hoja rayada y dejo que mis brazos cuelguen inútilmente a lo largo de mi cuerpo y te espero. Pienso que te hubiera querido abrazar. A veces quisiera ser más vieja porque la juventud lleva en sí, la imperiosa, la implacable necesidad de relacionarlo todo con el amor.
Ladra un perro; ladra agresivamente. Creo que es hora de irme. Dentro de poco vendrá la vecina a prender la luz de tu casa; ella tiene llave y encenderá el foco de la recámara que da hacia afuera porque en esta colonia asaltan mucho, roban mucho. A los pobres les roban mucho; los pobres se roban entre sí… Sabes, desde mi infancia me he sentado así a esperar, siempre fui dócil, porque te esperaba. Sé que todas las mujeres aguardan. Aguardan la vida futura, todas esas imágenes forjadas en la soledad, todo ese bosque que camina hacia ellas; toda esa inmensa promesa que es el hombre; una granada que de pronto se abre y muestra sus granos rojos, lustrosos; una granada como una boca pulposa de mil gajos. Más tarde esas horas vividas en la imaginación, hechas horas reales, tendrán que cobrar peso y tamaño y crudeza. Todos estamos tan llenos de retratos interiores, tan llenos de paisajes no vividos.
Ha caído la noche y ya y casi no veo lo que estoy borroneando en la hoja rayada. Ya no percibo las letras. Allí donde no le entiendas en los espacios blancos, en los huecos, pon: «Te quiero…» No sé si voy a echar esta hoja debajo de la puerta, no sé. Me has dado un tal respeto de ti mismo… Quizá ahora que me vaya, sólo pase a pedirle a la vecina que te dé el recado: que te diga que vine.
(Elena Poniatowska, «El recado»)
Recienvenido
Bautismal, el poeta crea el mundo cada vez que escribe. Un gesto inaugural que transmuta -desde un verdadero acto de fe- el escepticismo cínico del que está de regreso, por la inocencia del recién llegado, venido (parafraseando a Macedonio).
(María Belén Aguirre Prólogo a Mínima boca, haikus de Inés Corton)
(One week Buster Keaton)
Volver a pasar por el corazón.
Estamos creando recuerdos (El Príncipe)
Rectangular
Allí vivimos horas llenas de otro sentirlas, horas de una imperfección vacía y tan perfectas por eso, tan diagonales a la certidumbre rectangular de la vida… Horas imperiales depuestas, horas vestidas de púrpura gastada, horas caídas en este mundo desde otro mundo más lleno del orgullo de tener más desmanteladas las angustias… Allí, sólo allí, hay sombras verdaderas y verdadero arbolado.
(Bernardo Soares, Livro do Desassossego Ex libris Víctor Garay)
Regalo (I)
La vida es un regalo, no un capital puesto a trabajar en un banco. Por eso hay marchas, contramarchas, dudas. Y siempre se puede ir más lejos, pero no en el lugar de capitalizar sino de experimentar.
(Romina Di Rienzo)
como una pausa en que vacila el aire.
Amor mío… Amor mío…
¿Qué cosa puedo darte?
tu sonrisa y a veces tu aliento,
una proximidad nada más.
Es tuyo.
Del otro lado de la reja está la realidad, de
este lado de la reja también está
la realidad; la única irreal
es la reja…
Relatos
Todo lo que sucede en mis relatos, me ha sucedido me sucederá.
(Carson McCullers)
Remedio
También hay alacranes. Cada rato se dejan caer del techo y uno tiene que esperar sin resollar a que ellos hagan su recorrido por encima de uno hasta llegar al suelo. Porque si algún brazo se mueve empiezan a temblarle a uno los huesos, se siente en seguida el ardor del piquete. Eso duele. A Felipa le picó una vez uno en la nalga. Se puso a llorar y a gritarle con gritos queditos a la Virgen Santísima para que no se le echara a perder su nalga. Yo le unté saliva. Toda la noche me la pasé untándole saliva y rezando con ella, y hubo un rato, cuando vi que no se aliviaba con mi remedio, en que yo también le ayudé a llorar con mis ojos todo lo que pude…
(Juan Rulfo, «Macario»)
Resurrección
En las primeras líneas un cuento se juega la vida; en las últimas líneas, la resurrección. En cuanto al título, si es demasiado brillante, paradójicamente se olvida pronto.
(Andrés Neuman, «Dodecálogo de un cuentista»)
Retiro
Pero dejando a un lado la mala dicción de Borges, dejando a un lado mi impaciencia, el orgullo y la rabia que eran consecuencia de mi doloroso exotismo y rigidez entre extraños, ¿cuáles eran mis posibilidades de entendimiento con aquella Argentina intelectual, estetizante y filosofante? A mí me fascinaba, en este país, lo bajo y eso eran las alturas. A mí me encantaba la oscuridad de Retiro, a ellos las luces de París.
(Witold Gombrowicz, Diario, 1955)
A partir de cierto punto no hay retorno.
Ese es el punto que hay que alcanzar.
(Franz Kafka, Consideraciones acerca del pecado, el dolor, la esperanza y el camino verdadero)
(Meshes of the afternoon Maya Deren)
Retroactivo
todos sus milagros.
Recé para que me quisiera. Recé para fuera efectivamente tal y como tenía que ser para que pudiera quererme. Sabía ya que me llevaría a la muerte. Ahora sé que esa muerte será bella. Quisiera decir que fue digno de que muriese por él y por culpa de él. Pero que me lleve de prisa. En cualquier caso, antes después, será por su culpa. Moriré gastado roto.
(Jean Genet, Misterio de la rosa)
Rima
Sol, como en un día de primavera, esa es la sorpresa. Reflexionar sobre mi persona saca una cosa a la luz: el resto del mundo rima.
(Werner Herzog, Del caminar sobre hielo)
Río
dispuesto a refutar a Heráclito
Trastabilla
en un río al que nunca entró
mañana.
Riqueza
No hay que ayudar a los pobres para que salgan de la pobreza.
Hay que ayudar a los ricos para que salgan de la riqueza.
(Daniel Durand, La energía directamente de Martín Carmona)
Ritmo
El hombre negro no fue jamás esclavo porque nadie pudo esclavizar su ritmo interior que es la única guía del ser humano.
(Victoria Santa Cruz entrevista con Eugenio Barba)
(Black & Woman Odin Teatret)
Ya desgastado por el tiempo
Tañé en las amazónicas entrañas
Otras son las tierras prometidas
Por algún profeta espurio.
Cuanto ha llovido sobre las fértiles plantas
De los pies descalzos.
(Yaumara Acosta Morales, «El sur»)
Cruzar a pie el África
pensando en Verlaine..
sobre la mar.
Ser Rimbaud
que el pequeño Artaud
Romper
El pájaro rompe el cascarón. El cascarón es el mundo. Quien quiera nacer, tiene que romper un mundo. El pájaro vuela hacia Dios. El dios se llama Abraxas.
(Hermann Hesse, Demian)
Para cambiar nuestro rostro y convertirnos en quienes queremos ser.
(Concord Korine – Avi Korine, Mister Lonely)
Roto
Los cronopios asumen el mundo como algo que necesariamente debe ser roto por una pelota, por un beso.
(Julio Cortázar, Historias de cronopios y de famas)
Rugoso
Cada uno de nosotros tiene su línea de universo por descubrir, pero no se la descubre sino trazándola, trazando su rugoso trazo.
(Gilles Deleuze, La imagen-movimiento)
Piensa el mendigo.
Rumor
No puedo decirte qué hace el arte y cómo lo hace, pero sé que a menudo el arte ha juzgado a los jueces, vengado a los inocentes y enseñado al futuro los sufrimientos del pasado para que nunca se olviden. Sé también que en ese caso, los poderosos le temen al arte, cualquiera sea su forma, y que esa forma de arte corre entre la gente como un rumor y una leyenda porque encuentra un sentido que las atrocidades no encuentran, un sentido que nos une, porque es finalmente inseparable de la justicia. El arte, cuando obra de ese modo, se vuelve un espacio de encuentro de lo invisible, lo irreductible, lo imperecedero, el valor y el honor.
(John Berger, Cada vez que decimos adiós Ex libris Sandra Aguirre)
S
Sacralidad
De una forma esquemática y elemental lo puedo sintetizar así: llamo sacralidad a mi incapacidad de ver en la naturaleza la naturalidad. A otros, las cosas, la realidad, les parecen normales, naturales. A mí todo me parece revestido por una especie de luz relevante, especial, que por eso es mejor definir como sagrada. Ella determina mi estilo, mi técnica…
(Pier Paolo Pasolini)
Nota: ¡Todo es santo! No hay nada de natural en la naturaleza, muchacho mío, recuérdalo bien. Cuando la naturaleza te parezca natural todo habrá terminado. Y comenzará algo distinto. Adiós, cielo… Adiós, mar… ¡Qué hermoso cielo! Cercano… feliz. ¿Te parece que haya un solo pedacito de cielo que no sea antinatural y que no esté poseído por un dios? Y lo mismo el mar… en este día que tienes trece años y pescas con los pies en el agua tibia. Mira detrás de ti… ¿qué ves? ¿Tal vez algo natural? No, es una aparición lo que ves a tu espalda, con las nubes que se reflejan en el agua quieta y pesada de las tres de la tarde. Mira allá, aquella franja negra sobre el mar, brillante y rosada como el aceite; y aquellas sombras de árboles en los cañaverales. En cada punto hacia el que miras está escondido un dios. Y si no está, dejó la huella de su presencia sagrada; silencio, u olor a hierba, frescura de agua dulce. Sí, todo es santo. Pero la santidad es a la vez una maldición. Los dioses que aman, al mismo tiempo odian.
(PPP Medea)
Salvavidas
Sabés vos, pibe, ¿por qué el tango se baila en dirección contraria a las agujas del reloj? Para que el tiempo se detenga, y tu vida se inmortalice en ese abrazo conmovedor que une, por tres minutos, a dos almas sensibles que se consuelan mutuamente de los males que los agobian. Y para esos dos que se abrazan, el tango es un salvavidas.
(Luis Longhi, Enrique)
Secreto (I)
Hay que ser el más secreto de los hombres; no revelar el secreto a nadie ni siquiera al lenguaje. El propio corazón no debe descubrirse a ningún precio. El verdadero designio no es acceder a una inconceivable realidad, sino quemarse lo más cerca de la luz.
(Pascal Quignard, entrevista en Le Magazine Littéraire, 2006)
Secreto (II)
El cuerpo guarda su secreto, esa nada, ese espíritu que no está alojado en él, sino que está esparcido, expandido, extendido completamente a través suyo, de modo que el secreto no tiene ningún escondite, ningún repliegue íntimo donde sería posible ir a descubrirlo. El cuerpo no guarda nada: se guarda como secreto. Por eso el cuerpo muere, y se lleva su secreto a la tumba. Apenas si nos quedan algunos indicios de su pasaje.
(Jean-Luc Nancy, «Indicio 41» 58 indicios sobre el cuerpo)
Sed (I)
enjugas mañanas.
y te hace bostezar toda la primavera,
construir en la risa los puentes del mundo,
saber que allí
(Víctor Jara)
Sed (II)
no es el agua
es una criatura hermosa
que apenas me tocó.
da con la fuente de la sed, con sus blasones
y vigilias de enviornment (…)
caminos,
(Susana Thénon, «Para el que amó desde su encierro…»)
Seguridad
he tenido la visión… ay, de que quizás fuese
sólo un caos de contradicciones -las tranquilizadoras
contradicciones… No, es la visión
de un alma confundida.
Selvagem
Y tan serio.
Para enterrar a los muertos
como debemos
(León Felipe, «Romero sólo»)
Hallazgo afortunado e inesperado que se produce cuando se está buscando otra cosa distinta.
(Horatio Walpole)

Crear valores nuevos, tampoco el león es aún capaz de hacerlo: pero crearse libertad para un nuevo crear, eso sí es capaz de hacerlo el poder del león. Crearse libertad y un no santo incluso frente al deber: para ello, hermanos míos, es preciso el león. Tomarse el derecho de nuevos valores, ése es el tomar más horrible para un espíritu de carga y respetuoso. En verdad, para él, eso es robar, y cosa propia de un animal de rapiña. En otro tiempo el espíritu amó el «Tú debes» como su cosa más santa: ahora tiene que encontrar ilusión y capricho incluso en lo más santo, de modo que robe el quedar libre de su amor: para ese robo se precisa el león.Pero decidme, hermanos míos, ¿qué es capaz de hacer el niño que ni siquiera el león ha podido hacer? ¿Por qué el león rapaz tiene que convertirse todavía en niño? Inocencia es el niño, y olvido; un nuevo comienzo, un juego, una rueda que se mueve por sí misma, un primer movimiento, un santo decir sí. Sí, hermanos míos, para el juego del crear se precisa un santo decir sí: el espíritu quiere ahora su voluntad, el retirado del mundo conquista ahora su mundo.
(F. Nietzsche, «De las tres transformaciones» Así habló Zarathustra)
Sibilina
Evita los recuerdos rotos.
El sol es como un pianista blanco que canta todos los días, solo, la misma canción. ¿Recuerdas esos días despreocupados, cuando vivíamos juntos en Montparnasse? La vida se ha deslizado sibilina sin que nos hayamos dado cuenta. Las tardes ya se han hecho frías. El corazón atrasa. Acariciados por los besos, los años corren hacia el vacío.
Evita, evita, evita los recuerdos rotos.
(Louis Aragon, Elsa la rose Agnès Varda)
(Elsa la rose Agnès Varda)
una curva en el tiempo,
la torpe construcción
Me pierdo en la lenta tarde
abstraído, desorientado
Cómo he de hacer
en los minúsculos intervalos
que cortan el silencio
Silencio (I)
Silencio (II)
que consiste en no hablar de él
y adorarlo sin palabras.
(Omar Anteri)
El volumen, el plano, la sombra, la silueta, la nada.
Todo se desvanece en un tiempo efímero.
Tenemos algo, poco, y el resto lo imaginamos.
Tratamos de adivinar qué hay adentro
y soñamos con lo que deseamos que sea.
Y ahí está la realidad: lo que nosotros vemos.
(Omar Anteri, «Serie Siluetas»)
Simetría
Como poeta Ding rechaza toda regla, pero como asesino acepta las simetrías. Para matar a un poeta eligió la poesía.
(Pablo De Santis, «La inspiración» Ex libris María Belén Aguirre)
La copia es una imagen dotada de semejanza; el simulacro, una imagen sin semejanza. El catecismo, tan inspirado en el platonismo, nos ha familiarizado con esta noción: Dios hizo al hombre a su imagen y semejanza, pero, por el pecado, el hombre perdió la semejanza, conservando sin embargo la imagen. Nos hemos convertido en simulacro.. Invertir el platonismo significa entonces: mostrar los simulacros, afirmar sus derechos entre los iconos las copias. El problema ya no concierne a la distinción Esencia-Apariencia, Modelo-copia. Esta distinción opera enteramente en el mundo de la representación; se trata de introducir la subversión en este mundo, «crepúsculo de los ídolos». El simulacro no es una copia degradada; oculta una potencia positiva que niega el unique, la copia, el modelo y la reproducción. Ya no hay selección posible. La obra no jerarquizada es un condensado de coexistencia, una simultaneidad de acontecimientos.
(Gilles Deleuze, Lógica del sentido)
Sintaxis
Lo que llamamos estilo sucede más allá de la gramática. No es lo mismo decir: «ahí está la ventana» que «la ventana está ahí». En un caso se privilegia el espacio; en el otro, el objeto. Toda sintaxis es una concepción del mundo.
(Abelardo Castillo, Ser escritor)
entre mis manos pequeñas
de los ojos llorosos, de los estornudos: eso
forma parte de tu ser en mí; pero sí que no me expulses, que
me dejes en mi lugar, ahora
que ya sé cuál es.
Después
de tantos años, remover el planeta, sospechar que mi sitio
no estaba en ninguna parte,
vengo a saber que mi sitio soy yo, que lo llevo puesto; y
un sitio así no se negocia.
(Santiago Sylvester, «(invocación al ácaro)» / fragmento)
Sobrevivientes
Sí, mi amor… estamos rodeados por incrédulos. A veces pienso que no vamos a poder contra ellos… y hay otros días en los que una fe enorme me invade y quisiera que el día dure más horas para hacer cosas buenas para este mundo, para esa multitud ( puñado) de desconocidos para los que grabo de noche. No somos héroes de nada. Somos sobrevivientes sonriendo por la sonrisa de otro sobreviviente.
(María Belén Aguirre, Amor Bastardo)
Sol (I)
Hemos llegado
mira el sol.
(Frida Kahlo)
Soledad
Quien se atreve a la radicalidad de un gesto auténtico ha de quedarse luego en la soledad de ese gesto que le desvincula de los otros para vincularle sólo a sí mismo.
(Andrés Barba, «El niño legal de Jean Genet»)
Solo
Solo significa «único en su especie»… lo cube el diccionario.
(John Carroll Lynch)
Sombra (I)
Si un creador no se encuentra atenazado por un conjunto de imposibilidades, no es un creador. Creador es aquel que se crea sus propias imposibilidades al mismo tiempo que crea lo posible. Como McEnroe, encontrará la solución golpeándose la cabeza. Hay que darse contra la pared porque sin ese conjunto de imposibilidades no será posible hallar la línea de fuga, la salida que implica la creación, esta potencia de lo falso que constituye la verdad. Hay que escribir de forma líquida gaseosa, precisamente porque la percepción regular y la opinión ordinaria son sólidas, geométricas. Es lo que hizo Bergson en filosofía, lo que James Virginia Woolf hicieron con la novela y Renoir en el cine (así como el cine experimental, que ha llegado muy lejos en la exploración de los estados de la materia). No se trata de abandonar la tierra, sino de devenir tan terrestre como para inventar las leyes de los líquidos y los gases de los que depende la tierra. El estilo tiene, pues, necesidad de mucho silencio y de mucho trabajo para conseguir fabricar una turbulencia que, después, se lanzará como una cerilla perseguida por los niños en las aguas de un arroyo. Porque un estilo no se hace componiendo palabras, combinando frases utilizando concepts. Hay que abrir las palabras, hender las cosas para extraer de ellas los vectores de la tierra. Todo escritor, todo creador es una sombra. ¿Cómo hacer la biografía de Proust de Kafka? Cuando se escribe, la sombra es anterior al cuerpo. La verdad es la producción de existencia.
(Gilles Deleuze, Conversaciones)
(Claudio Ricatti)
Sombra (II)
(oh memorias!)
entre sombras de desconocidos
mezclado de otros amargores,
(Alejandro Ricagno, «Que no me duelas a la luz nocturna…»)
Sombra (III)
(Juan Rosasco, «Mi patio»)
Sonido
Creo que el teatro es pentasensorial, es decir, es algo que se presencia. Y uno deposita el principal acento en lo que ve. Pero está descuidando lo que oye, precisamente por la virtud del sonido. El ver” a uno le permite separar. En cambio el sonido viene a uno y lo rodea totalmente. Tendrías que detenerte como puede hacer un musicólogo, un crítico delicado de la música, para empezar a separar, pero el espectador en la sala transcurriendo en tiempo real es invadido por el sonido, no es invadido por lo que ve, él invade el escenario con la mirada. El sonido lo invade a él… (Juan Carlos Gené, entrevista publicada en El sueño y la vigilia / Todo verde y un árbol lila, Losada 2014)
Sopa
Nos sentimos de golpe
como el canalla moribundo
Ya vamos de puerta en puerta:
queremos dar nuestro plato de sopa,
el cigarrillo que nos queda,
arrancarnos un ojo y decirle
a ese alguien, el prójimo:
-Mira con él la lluvia el otoño,
apenas si lo he usado,
es el izquierdo.
(Pablo Burset)
Sopla
Una obra de danza que nace en el momento mismo en que falla.
(Los Mismos Danza)
es palabra que abre lo que encierra,
que libera.
Es pala
Del subfondo
(Gonzalo Arango, «Providencia»)
Sudario
Existen algunos hombres misteriosos que no pueden ser sino gigantes. ¿Por qué lo son? Ni ellos mismos lo saben. ¿Lo sabe acaso quien los ha enviado? Tienen en la pupila una visión horrible que nunca los abandona. Han visto el océano como Homero, el Cáucaso como Esquilo, Roma como Juvenal, el infierno como Dante, el paraíso como Milton, al hombre como Shakespeare. Ebrios de ensoñación e intuición en su avance casi inconsciente sobre las aguas del abismo, han atravesado el rayo extraño de lo splendid, y éste les ha penetrado para siempre. Un pálido sudario de luz les cubre el rostro. El alma se les sale por los poros. ¿Qué alma? Dios.
(Victor Hugo, «Sobre el genio»)
Sueldo
Ciudad de Buenos Aires, la capital de Argentina, el hábitat de mis suelas, el escenario de mis planteos, la razón de muchas de mis heridas, el lugar que tiene más marcas publicitarias que banderas nacionales, personas que renuevan a cada rato su moda, seres cada vez más lejos de la elevación, devotos de la resaca tecnológica del primer mundo, una avenida que disfraza una frontera, trenes donde la gente se cansa de viajar como bolsas apiladas, pero no protesta mientras el premio sea el sueldo de fin de mes.
¡Sueldo, sueldo, sueldo!; razón de este caos, fragancia de este basural, enemigo de todo lo puro.
Ciudad ubicada en un beso de lengua mismo del agua y la tierra, en un orgasmo de la naturaleza llamado Río de la Plata. Ciudad que gracias a mercenarios conquistadores, ligó de rebote un hermoso nombre, quizás su mayor virtud, quizás su única sonrisa. Pero también hoy su última utopía, volver a sentir y deleitarse con buenos, limpios, resplandecientes aires…
(Camilo Blajaquis, «Conurbano y sus desgastes» / fragmento)
Nos encantaba ir contra la corriente: los sueños son casi siempre sueños de grandeza, los nuestros lo eran de pequeñez, y eran sueños de una nueva especie, sueños de precisión, de cálculo, verdaderas ecuaciones en las que la poesía adoptaba un formato nuevo, nunca visto. Nos hacía pensar en las pinturas maquinísticas de Picabia, que tanto admirábamos, transpuestas por primera vez a la literatura…
(César Aira, «La Revista Atenea»)
Suerte
Me alegro de que no se me dé bien irme a la cama con desconocidas. Me alegro de ser un imbécil. Me alegro de no saber nada. Me alegro de no haber sido asesinado. Cuando me miro las manos y veo que aún están en su sitio, pienso para mí: vaya suerte que tengo.
(Charles Bukowski, «Puteo lírico»)
Superhéroe
El cuello de mi padre me revela su edad, su proximidad a la muerte, no así su pelo blanco, ni muchos menos sus manos ni su mirada cansada, sobrecargada de un pasado de improvisación y resurrecciones. El cuello de mi padre y sus miles de líneas agrietadas son hoy el envejecimiento de un superhéroe con posibilidades de perder, con pliegues de una piel vieja que esconde mugre de años sin descansar. El cuello de mi padre me recuerda un viejo caballo de carrera, haciendo luz de su pasado. Un hombre de carne y huesos gastados, de primarias incompletas, de oficios infinitos y absurdos. La eterna terquedad de la mula y el eterno deber ser, hijo de un inmigrante. Amistosa imagen, en la que abrazado a su cajón, yo pueda contar quién fue. Cuando su muerte llegue, cuando mi muerte…
(Matías Thano, «El cuello de mi padre»)
Suposición
(Jean Tardieu, «Pequeños problemas y trabajos prácticos»)
Suspiro
Más Valéry. El truco de obligarnos a no ser literales, a invertir el orden de algunas de sus frases, para enterarnos de su auténtico pensamiento. Convence de que en el extremo de todo pensamiento hay un suspiro, pero quiere que entendamos lo contrario.
(Alberto Girri, Diario de un libro)
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T
Tácticas
A las tácticas de velocidad, de ruido, oponer tácticas de lentitud y silencio.
(Robert Bresson, Notas sobre el cinematógrafo)
Tajo (I)
Los hombres incesantemente se fabrican un paraguas que les resguarda, en cuya parte inferior trazan un firmamento y escriben sus convenciones, sus opiniones; pero el poeta, el artista, practica un tajo en el paraguas, rasga el propio firmamento, para dar entrada a un poco del caos libre y ventoso y para enmarcar en una luz repentina una visión que surge a través de la rasgadura, primavera de Wordsworth manzana de Cézanne, silueta de Macbeth de Acab. Entonces aparece la multitud de imitadores que restaura el paraguas con un paño que vagamente se parece a la visión, y la multitud de glosadores que remiendan la hendidura con opiniones: comunicación. Siempre harán falta otros artistas para hacer otras rasgaduras, llevar a cabo las destrucciones necesarias, quizá cada vez mayores, y volver a dar así a sus antecesores la incomunicable novedad que ya no se sabía ver. Lo que significa que el artista se pelea menos contra el caos (al que llama con todas sus fuerzas, en cierto modo) que contra los «tópicos» de la opinión. El pintor no pinta sobre una tela virgen, ni el escritor escribe en una página en blanco, sino que la página la tela están ya tan cubiertas de tópicos preexistentes, preestablecidos, que primero hay que tachar, limpiar, laminar, incluso desmenuzar para que pase una corriente de aire surgida del caos que nos aporte la visión.
(Gilles Deleuze y Félix Guattari, ¿Qué es la filosofía?)
(Lucio Fontana)
Tajo (II)
(Jada Sirkin, El sueño del Ginko)
Tan
¿Por qué, a ciertas horas, es tan necesario decir: amé esto”? Amé unos blues, una imagen en la calle, un pobre río seco del norte. Dar testimonio, luchar contra la nada que nos barrerá.
(Julio Cortázar, Rayuela)
Tango (I)
¿»El mal del siglo»? ¿Pero lo hay? ¿Dónde se autoriza tal opinión? ¿En qué tango se cube eso? Mientras no lo diga un tango, única fidedignidad nuestra, lo único seguro por ser la sola cosa que no consultamos a Europa.
(Macedonio Fernández, Papeles de Recienvenido)
Nota: En 1934, cinco años después de la publicación del texto de Macedonio, Enrique Santos Discépolo escribe el tango «Cambalache», estrenado por Sofía Bozán en la revista titulada Esmeralda al four hundred».
(Enrico Príncipi)
(Antonio Seguí)
Tango (II)
Si yo explico al tango como un sentimiento triste que se baila”, estoy formulando una bella frase poética… pero no salimos sabiendo lo que es realmente el tango. Salimos, eso sí, más ricos, pues hemos disfrutado de un gesto poético de Discépolo. Pero si antes de escuchar esa frase no sabíamos lo que period el tango, seguiremos igualmente sin saberlo. Digamos que nos iremos tan conmovidos como ignorantes.
(Alejandro Dolina)
que a veces nada.
El Tao que se puede decir no es el verdadero Tao.
(Lao Tsé, Tao Te Ching)
Tarde
No merece la pena matarse: siempre lo hace uno demasiado tarde.
(E. M. Cioran, Del inconveniente de haber nacido)
Taza
Entre isla muy tuya e isla mía fracasan astros obstinados. Ellos encienden su misericordia en el invierno áspero. Hago la soledad en ropas apretadas. En el humo de la taza de café hay más espera que un país. Animal con miedo, me agarro de la taza fuertemente para no caerme al vacío.
(Máximo Ballester, En la orilla)
Tela
¿Qué es esa lucha con fantasmas antes de pintar? ¿Qué son esos fantasmas? Pero sobre todo, ¿qué es ese antes? Una tela no es una superficie blanca, ya está llena, el problema va a ser realmente el de quitar esas cosas invisibles que ya han tomado la tela… existencia virtual, existencia de una fuerza, de una gravedad.
(Gilles Deleuze, Pintura. El concepto de diagrama)
(Helena Almeida)
Tequio
Dios me libre de creer que es más meritorio escribir que cortar tela. Dios me libre también de creer lo contrario, y de aceptar como equitativo que mi sastre gane una fortuna con sus tijeras mientras yo apenas tengo con qué comer. Quisiera que nuestra dignidad representativa fuera idéntica. Si se me concede que no pague mis modestas y pocas vestiduras, no tengo inconveniente alguno en que no se me paguen mis artículos, ni mis libros futuros, que son muchos y hermosos. Así evitaría tocar el dinero, repulsivo como un sapo.
(Rafael Barrett, «Deudas» Ex libris María Belén Aguirre)
Texto (I)
Un nuevo referente para la escritura: no el mundo, sino los textos. Los textos comentan otros textos, pues «no hay nada fuera del texto»; ni siquiera la lectura «puede legítimamente transgredir el texto hacia otra cosa que él, hacia un referente (realidad metafísica, histórica, psicobiográfica, and many others.) hacia un significado fuera del texto» (J. Derrida, De la gramatología, p. 202). En realidad, se trata de ofrecer una práctica teórica de la lectura del texto. Su actividad fundamental es la de leer, y no la interpretación como en la hermenéutica. El texto no es lo interpretado, sino el dominio en el que acontece la interpretación; es el espacio de la escritura y de la lectura.
(Luis Guervós, Hermenéutica y Deconstrucción)
Texto (II)
Me figuro una textura sin grietas ni fisuras, espesa, con una trama compacta que disimula los hilos. Un texto al que se accede con la entrega de un beso, como se recibe una música, con los ojos cerrados. Y luego un temblor, un rincón, una grieta. Una salida…
(Enrico Príncipi)
Tiempo (I)
Hay que agradecer al tiempo que no se disculpe por las heridas que nos causa.
(Raúl Gustavo Aguirre, Olas)
Tiempo (II)
¿Quién dijo que el tiempo cura todas las heridas? Sería mejor decir que el tiempo cura todo menos las heridas. Con el tiempo, el dolor de la separación pierde sus límites reales. Con el tiempo, el cuerpo deseado pronto desaparecerá, y si el cuerpo que desea ha dejado ya de existir para el otro, entonces lo que queda es una herida… sin cuerpo.
(Samura Koichi, Sans Soleil Chris Marker)
(Tadeusz Kantor)
Tiempo (III)
El métro me ha servido para darme cuenta del truco de la valija. Las cosas que parecen duras tienen elasticidad… una elasticidad retardada (…) Había tomado el métro en la estación de Saint-Michel y en seguida me puse a pensar en Lan y los chicos, y a ver el barrio. Pero al mismo tiempo me daba cuenta de que estaba en el métro, y vi que al cabo de un minuto más menos llegábamos a Odéon, y que la gente entraba y salía. Entonces seguí pensando en Lan y vi a mi vieja cuando volvía de hacer las compras, y empecé a verlos a todos, a estar con ellos de una manera hermosísima, como hacia mucho que no sentía. Los recuerdos son siempre un asco, pero esta vez me gustaba pensar en los chicos y verlos. Si me pongo a contarte todo lo que vi no lo vas a creer porque tendría para rato. Y eso que ahorraría detalles. Por ejemplo, para decirte una sola cosa, veía a Lan con un vestido verde que se ponía cuando iba al Club 33 donde yo tocaba con Hamp. Veía el vestido con unas cintas, un moño, una especie de adorno al costado y un cuello… No al mismo tiempo, sino que en realidad me estaba paseando alrededor del vestido de Lan y lo miraba despacio. Y después miré la cara de Lan y la de los chicos, y después me acordé de Mike que vivía en la pieza de al lado, y cómo Mike me había contado la historia de unos caballos salvajes en Colorado, y él que trabajaba en un rancho y hablaba sacando pecho como los domadores de caballos. Fíjate que solamente te cuento un pedacito de todo lo que estaba pensando y viendo. ¿Cuánto hará que te estoy contando este pedacito? Pongamos unos dos minutos… Dos minutos y te he contado un pedacito nada más. Si te contara todo lo que les vi hacer a los chicos, y cómo Hamp tocaba Save it, pretty mamma y yo escuchaba cada nota, entiendes, cada nota, y Hamp no es de los que se cansan, y si te contara que también le oí a mi vieja una oración larguísima, donde hablaba de repollos, me parece, pedía perdón por mi viejo y por mí y decía algo de unos repollos… Bueno, si te contara en detalle todo eso, pasaría un buen cuarto de hora. Entonces me vas a decir cómo puede ser que de repente siento que el métro se para y yo me salgo de mi vieja y Lan y todo aquello, y veo que estamos en Saint-Germain-des-Prés, que queda justo a un minuto y medio de Odéon. Apenas un minuto y medio por tu tiempo, y también por el del métro y el de mi reloj, malditos sean. Entonces, ¿cómo puede ser que yo haya estado pensando un cuarto de hora? ¿Cómo se puede pensar un cuarto de hora en un minuto y medio? (…) Viajar en el métro es como estar metido en un reloj. Las estaciones son los minutos, comprendes, es ese tiempo de ustedes, de ahora; pero yo sé que hay otro, y he estado pensando, pensando…
(Julio Cortázar, El perseguidor)
Tierra (I)
Una historia que se cuenta es verdadera mientras dure el relato… Y el pobre es el mejor de los cuentistas, porque cada noche debe apoyar su oído en la tierra.
(Gobinda Sadhu)
Tierra (II)
«Duerme negrito»
pisa la tierra
(Atahualpa Yupanqui)
Tierra (III)
un árbol, yo soy un niño
dormido en medio del campo.
La tierra parece que
tiene suavidad de falda…
(Juan L. Ortiz, «Siesta”)
acercando geografías
de unir familia.
Tinieblas
De repente la oscuridad, y con ella el silencio precursor de milagros. Un haz de pálida luz brota de la negra hendidura proyectante, y se abre hacia el blanco lienzo que espera. No es el inocente rayo de sol entre el follaje espeso, sino un mágico surtidor, preñado de gestos y de ideas, es un mundo agitado, una oleada de vida que surge otra vez del abismo. La delgada claridad que cruza el espacio lleva consigo una chispa de nuestro espíritu inquieto; es nuestra mirada misma atravesando las tinieblas.
(Rafael Barrett, «El cinematógrafo»)
(Juan Moreira Leonardo Favio)
no faltará con certeza
un toldo pa’ cobijarse
para olvidar la tristeza…
(Jorge Zuhair Jury, Juan Moreira)
Tonto
Oh hazme una máscara y un muro que me oculte de tus espías (…) hazme una lengua de bayoneta en esta oración indefensa, vuelve mi boca flagrante y que sea una trompeta de mentiras soplada dulcemente, dame las facciones de un tonto moldeado en vieja armadura y roble para escudar el cerebro brillante y confundir a los indagadores.
(Dylan Thomas, «Oh hazme una máscara»)
Topo
El topo es un animal que cava galerías bajo la tierra buscando el sol.
A veces, su camino lo lleva a la superficie;
cuando ve el sol / queda ciego.
(Alejandro Jodorowsky, El topo)
Totalidad
Cuando se admira a alguien, no se puede seleccionar: uno puede preferir este libro a aquel, pero en cualquier caso se acepta la totalidad porque uno se apercibe de que aquello que puede parecer un momento de debilidad es algo absolutamente necesario para que prosiga el experimento, la alquimia, y que no llegaría a la nueva revelación que a uno le deslumbra si no hubiese atravesado ese camino en el que no se comprende a primera vista la necesidad de tales cuales desvíos. No me gusta eso que a veces se cube de una obra: «está bien hasta tal punto, pero lo que sigue no vale nada, aunque luego recobra interés…». Hay que considerar la obra en su totalidad, seguirla más que juzgarla, recorrer sus bifurcaciones, sus estancamientos, sus ascensos, sus brechas, aceptarla, recibirla entera. De otro modo no se comprende nada.
(Gilles Deleuze – Claire Parnet, Diálogos)
Tristeza (I)
Ahora que se fue el jabonero, aprovecharé para confesarle que suelo elegir a mis amigos entre la gente triste. Y no vaya a creer el ama de casa Sunlight que nuestras reuniones consisten en charlas lacrimógenas. Nada de eso: concurrimos a bailongos atorrantes, amanecemos en lugares desconocidos, cantamos canciones puercas, nos enamoramos de mujeres desvergonzadas que revolean el escote y hacemos sonar los timbres de las casas para luego darnos a la fuga. Los muchachos tristes nos reímos mucho. Pero eso sí: a veces, mientras corremos entre carcajadas, perseguidos por las víctimas de nuestras ingeniosas bromas, necesitamos ver un gesto sombrío y fraternal en el amigo que marcha a nuestro lado. Es el gesto noble que lo salva a uno para siempre. Es el gesto que significa «atención, muchachos, que no me he olvidado de nada».
(Alejandro Dolina, «Instrucciones para abrir el paquete de jabón Daylight»)
(Otto e mezzo Federico Fellini)
Tristeza (II)
La verdadera cuestión es esta: ¿qué puede un cuerpo? ¿De qué afectos somos capaces? (…) La tristeza, los afectos tristes, son todos aquellos que disminuyen nuestra potencia de obrar. Y los poderes establecidos necesitan de ellos para convertirnos en esclavos. El tirano, el cura, el ladrón de almas, necesitan persuadirnos de que la vida es dura y pesada. Los poderes tienen más necesidad de anestesiarnos que de reprimirnos, como dice Virilio, de administrar y de organizar nuestros pequeños terrores íntimos. Los enfermos, tanto del alma como del cuerpo, no nos dejarán, vampiros que son, mientras que no hayan conseguido contagiarnos su neurosis, su angustia, su querida castración, su resentimiento contra la vida. Todo es cuestión de sangre. No es fácil ser un hombre libre: huir de la peste, organizar encuentros, aumentar la capacidad de actuación, afectarse de alegría, multiplicar los afectos que expresan desarrollan un máximo de afirmación. Convertir al cuerpo en una fuerza que no se reduzca al organismo, convertir al pensamiento en una fuerza que no se reduzca a la conciencia. Enseñar al alma a vivir su vida, no a salvarla…
(Gilles Deleuze y Claire Parnet, Diálogos)
Tristeza (III). Tristes hombres
Tristes, tristes.
U
Última
Con la última luz se alcanza a captar lo que no se ve el resto del día.
(Alberto Giacometti, Retrato de Giacometti James Lord)
Únicos
Yo he vivido siempre aquí, trabajando junto al río. Y aquí quisiera vivir siempre. No porque la vida sea muy buena, sino porque nosotros somos los únicos que podemos mejorarla.
(Raúl Beceyro y Juan José Saer, Gaitán a casa)
Y el hombre que ama con la nobleza con que yo amo siempre -y sé bien que hay millones como yo- tiene fatalmente caídas en la desesperación profunda, como la que yo tuve en Uno”, canción que respeté en su salvajismo poético, con el respeto que merecen los caídos cuando se pasa lista.
(E. S. Discépolo, 1947)
(Francisco de Goya)
Usted
¿Qué pasa?: ¿Decidió matar el tiempo y se le alargó? ¿Por qué no vuelve al cine? Seguro que algo nuevo ya se estrena. Ahora bien, si usted no es tan cobarde como para seguir dedicándole toda su vida de vigilia a los pasatiempos, entonces siga leyendo. Usted tiene un complejo de inferioridad que le queda grande. Así es. Usted es mucho menos que aquello que a usted lo acompleja. Pero no se apene. Acá lo importante es llegar a usted mismo, sea lo que fuere que eso signifique. Así que, basta. Termínela. Reduzca sus posibilidades a lo que lo entusiasme y punto. Una vez demarcado ese camino, ocúpese de parecer aquello que quiere ser. Entienda de una buena vez que no le alcanza con hacer esto aquello. Además de hacer usted tiene que parecer eso que hace. Imprímase el catálogo de gestos que dan objetividad a eso que usted cube ser. Entusiásmese con ese aspecto de profesional de su ser que le va a traer abundante clientela…
(Sebastián Vigo, Cómo estar deprimido y hacer cosas)
que nos están dejando los que a morir empiezan.
Correspondió a nosotros
partir de la neurosis el alcohol, como a otros
de la mugre, las bombas, la poesía de vanguardia
simplemente el vaso de cicuta. Se trataba
de asumir la discontinuidad
jugando al desencanto la profecía social,
nos hemos puesto graves sin sacar conclusiones.
El crimen no es mentira y la mentira
fue imposible enterrarla.
en despedida y en acción de gracias.
Ahora es nuestra vuelta pensativa del sepelio:
padres irónicos, ¿qué inocencia nos dejaron
aparte de la música y los dientes,
para intentar la construcción de algo
importante y real?
Sois la nueva period y arreglaos”.
Si nos toca partir
ya no es posible simular mas tiempo
mirando hacia otra parte.
que insiste en reclamar nuestra complicidad,
eso no es decisivo; un ademán cargado de sentido,
es decir, de justicia, importa más
que obtener conclusiones ya sepultas
con la acción de los otros.
Pero si alguno afirma que está solo
frente a su propio perro pues no está papá,
y que no puede dar un paso
sin continuar la peste que heredó,
entonces, que cada uno hable en su nombre
cuando salga del cine del cementerio,
y diga: Yo me reconozco en esta fastidiosa historia,
soy hijo de la estafa y de los muertos recurrentes,
me ha tocado la usura y tengo tiempo.
(Joaquín Gianuzzi, «Progenitores»)
Útero
Las mismas hojas para otro parir, si esto es posible. Un otro lugar empieza a gestarse y hasta parece no ser tan ajeno. Me desaloja del útero conocido. Hubieron señales desoídas que hoy toman firmas que pugnan por emerger, presentificándose desprolijas. Se tratará de reanudar garabateando en ellas, para asistir, si esto es posible también, a un nuevo nacimiento.
(María Elena Mora)
lo que llamamos camino es vacilación.
(Franz Kafka, «Legajo de los aforismos»)
Vacilación (II)
es porque le da tiempo a la duda.
Tal es la regla.
Vacío
La otra mitad está sobre una mesa a miles de
kilómetros de aquí.
(Jorge Boccanera, «Hablan los ojos de Nazim Hikmet»)
Vanidad (I)
El ojo nunca es víctima de la inteligencia, pero cuando confluyen resulta algo único. Como en Marcel Duchamp. La fotógrafa nos muestra la mirada que en el siglo más ha cambiado la nuestra. Un cambio de ángulo, y parece como si intuyera el malentendido que le espera. Quería demostrar la vanidad del arte y un día servirá al arte de la vanidad.
(Yannick Bellon – Chris Marker, Recuerdos del porvenir)
(Marcel Duchamp Fotografías de Denise Bellon)
Vanidad (II)
El resto es vanidad de vanidades.
(G.Okay.Chesterton, «Eclesiastés»)
Velocidad
Nuestra época se abandona al demonio de la velocidad, y por este motivo se olvida tan fácilmente de sí misma. Pero yo prefiero darle la vuelta a esta afirmación: nuestra época está obsesionada por el deseo de olvidar, y para realizar tal deseo se abandona al demonio de la velocidad; si acelera el paso es porque quiere hacernos entender que ahora ya no aspira a ser recordada, que está cansada de sí misma, disgustada consigo misma; que quiere apagar la trémula llama de la memoria.
(Milan Kundera, La lentitud Ex libris María Belén Aguirre)
Vender
Y venderle a Dios lo que el diablo no compre.
(Vicente Luy)
Veneno
Esas heridas que cierran con el tiempo son las que guardan todo el veneno.
(Herbert Marcuse, Eros y civilización)
Ver
cuando queremos mirar.
Verano
Al last del verano, los pichones saltaron del nido y los sintió desplazarse temblorosos sobre la rama con sus delgadas patitas, tomar impulso una y otra vez y por fin lanzarse y caer en el aire como una hoja. Un árbol en verano es casi un pájaro. Se recubre de crocantes plumas que agita como el viento y sube, con sólo desearlo, desde el fondo de la tierra hasta la punta más alta, salta de una rama a otra todo pajarito, ave de madera en su verde jaula de fronda.
(Haroldo Conti, «La balada del álamo Carolina»)
(Francisco de Goya)
Verbo
Empecemos por el título. Seamos cordiales y letales. La situación en la que se encuentra el hombre en el grabado de Goya, El Ajusticiado”, es inseparable del participio como modo verbal que indica el nombre de la obra. Participio en el que está y estará por siempre, irreversiblemente, la clave del destino del condenado. Bajo esta tiranía del ado” es que lo temporal restringe sus posibilidades en dos: La primera está presente el futuro cercano que se avecina (Probablemente se trate de su muerte) y la segunda está signada con el mismo nivel de densidad premonitoria pero es más apremiante aún, ya que el tiempo problematizado es el tiempo presente, un curioso tiempo presente, uno que empuja al pánico, que avanza con ansia en un instante congelado pero contradictoriamente movedizo.
Esta instancia de espera (del que desespera en un interminable instante) es el corazón del participio, su alma, su razón de ser y la situación del condenado es aquí la situación del esclavo del participio. ¿Cuál es la libertad de la que carece? La de la decisión sobre su vida. De todo es, el ajusticiado, partícipe, de la imagen icónica, como Alma”, de su rostro, de su crucifijo. Sólo no es partícipe del participio que escinde la inmutable inmanencia de su condena en donde su organicidad se ha congelado, su esclavitud, su negada libertad, es la cadena léxica que es dueña de su cuerpo. ¿Es dueña, esta cadena de la redención del condenado? No lo sabemos (…).
¿La cruz impresa en la túnica será la que acompañe al cajón al probable futuro cadáver? ¿Y el crucifijo? De ser así, el last preanunciado sería el de la salvación. Allí, el ajusticiado” pasaría a tener status de crucificado” y pasaría de ser un pobre derrotado a ser un mártir de la cruz, un mártir del logo.
Tal vez una parte de la historia del mundo este signada por una voraz guerra de logos, de la cual la cruz cristiana sale ilesa y triunfante una y otra vez. Curioso emblem, la cruz, figura de dos rectas superpuestas, transmiten una integridad de la complementariedad perfecta entre lo horizontal y lo vertical que encuentra, su aparente genialidad en el punto de intersección de las mismas. Allí, en esa ilusión de perfección entrecruzada” el ojo es engañado. No es en la intersección de sus rectas donde la cruz prevalece y triunfa.
¿Será entonces, tal vez, en sus escondidas moléculas indivisibles, en sus puntos invisibles, en sus células dormidas que esperan con paciencia desde hace dos milenios la llamada de una voz omnipresentemente deslocalizada para estallar en mil pedazos?
El llamado, aunque se postergue eternamente, será la señal total. Y entonces las esquirlas de la bomba herirán de muerte todos los principios, que pasaron pasan y pasarán por los principados del participio, en ese estallido, volará por los aires el verbo conjugado, entonces la voz omnipresente se hará presente en una inaudita e insoportable condena hacia la trascendencia del verbo indefinido, el verbo desencarnado. Entonces el contrato verbo – carne” habrá sido demolido por siempre.
Algunos exégetas prefieren llamar a esto, el apocalipsis.
(Matías Muro, Acerca del «Ajusticiado» de Goya)
Verdad (I)
La gente que es de verdad se consume. La que no, proyecta, vive e incluso se puede morir. No me gusta la gente que se guarda cosas…
(Alejandro Ricagno Monserrat 2011, 14 de agosto, circa 4 am)
(Los espigadores y la espigadora Agnès Varda)
Verdad (II)
(Sofía Marramá Villa Berna – Córdoba)
Verdad (III)
el éxito mora en rodeos
demasiado brillante para nuestro doliente deleite
la verdad soberbia sorprende
que una buena explicación tranquiliza
la verdad tiene que deslumbrar gradualmente
todo hombre será ciego –
(Emily Dickinson, «Toda la verdad decidla pero al sesgo…»)
Verdugo
Temo que sea el mío.
(Gustavo Bernstein, «En el patíbulo» Ejercicios de fe)
Vergüenza
Yo creo que en el origen del arte encontramos esa thought, ese sentimiento muy vivo de una cierta vergüenza de ser un hombre, que hace que el arte consista en liberar la vida que el hombre ha encarcelado. El hombre no deja de encarcelar la vida, no deja de matar la vida. El artista es aquel que libera una vida, una vida potente, una vida que es más que private, que no es la propia vida… El arte libera la vida de esa prisión de vergüenza. Resistir es liberar a la vida de la prisión.
(L’Abécédaire de Gilles Deleuze – Résistance)
Victoria (I)
Recemos juntos:
(Alexander Girard)
Victoria (II)
No hay hombre -me dijo-, por sabio que sea, que en alguna época de su juventud no haya llevado una vida no haya pronunciado unas palabras que no le gusta recordar y que quisiera ver borradas. Pero en realidad no debe sentirlo del todo, porque no se puede estar seguro de haber llegado a la sabiduría, en la medida de lo posible, sin pasar por todas las encarnaciones ridículas u odiosas que la preceden. Ya sé que hay muchachos, hijos y nietos de hombres distinguidos, con preceptores que les enseñan nobleza de alma y elegancia ethical desde la escuela. Quizá no tengan nada que tachar de su vida, acaso pudiesen publicar sobre su firma todo lo que han dicho de su existencia, pero son pobres almas, descendientes sin fuerza de gente doctrinaria, y de sabiduría negativa y estéril. La sabiduría no se transmite, es menester que la descubra uno mismo después de un recorrido que nadie puede hacer en nuestro lugar, y que no nos puede evitar nadie porque la sabiduría es una manera de ver las cosas. Las vidas que usted admira, esas actitudes que le parecen nobles, no las arreglaron el padre de familia el preceptor: comenzaron de muy distinto modo, sufrieron la influencia de lo que tenían alrededor, bueno frívolo. Representan un combate y una victoria. Comprendo que ya no reconozcamos la imagen de lo que fuimos en un primer período de la vida y que nos sea desagradable. Pero no hay que renegar de ella, porque es un testimonio de que hemos vivido de verdad con arreglo a las leyes de la vida y del espíritu.
(Marcel Proust, En busca del tiempo perdido Ex libris MBA)
Viento (I)
Se oye que ladran los perros y se siente en el aire el olor del humo, y se saborea ese olor de la gente como si fuera una esperanza. Pero el pueblo está todavía muy allá. Es el viento el que lo acerca.
(Juan Rulfo, «Nos han dado la tierra»)
Viento (II)
parte del viento.
Sostener el aliento
para que todos bebieran
anduve derramándome
tarde reparé que nadie
Vocablo
Abuso de la palabra Dios, la utilizo con frecuencia, con demasiada frecuencia. Lo hago cada vez que alcanzo un extremo y necesito un vocablo para nombrar lo que hay después. Prefiero Dios a lo Inconcebible.
(E. M. Cioran, Ese maldito yo)
Vos
De la mata de geranio carmesí, frotar una hoja entre pulgar e índice
envuelta en dulcería, en magia y esplendor.
De la mata de eléboro restregar la hoja entre pulgar e índice,
embriagada por tanta fetidez
Voz
El actor talla cada parlamento. A veces, el recuerdo de un gesto casual -tal vez alguien muy próximo muy admirado-, la entonación de cierta precisa voz oída hace mucho tiempo, reaparece vívidamente y viene a constituirse como rasgo expresivo preponderante. En la voz resuena el recuerdo, y en él se apoya y se resuelve la actuación (…) Suena, en el silencio íntimo, aquella antigua voz amada. A veces el sueño la devuelve. Lo inaudible, perdido para siempre, ese secreto indescriptible, sombra órfica más poderosa que la visión, huella, acento, aire en el aire.
(Claudia Schvartz, Caligrafía de la voz)
Vuelto
– ¿Y qué hay respecto de los demás cuidados del cuerpo? ¿Te parece que tal persona los considera importantes? Por ejemplo, la adquisición de mantos y calzados elegantes, y los demás embellecimientos del cuerpo, ¿te parece que los tiene en estima, que los desprecia, en la medida en que no tiene una gran necesidad de ocuparse de ellos?
– A mí me parece que los desprecia, por lo menos el que es de verdad filósofo.
– Por lo tanto, ¿no te parece que, por entero, la ocupación de tal individuo no se centra en el cuerpo, sino que, en cuanto puede, está apartado de éste, y, en cambio, está vuelto hacia el alma?
– A mí sí.
(Elliott Erwitt)
Vulgaridad
El primer rasgo de la Vulgaridad consiste en que es invasiva, en su deseo de transformar en Vulgar incluso a aquel que no lo es, que es extraño a su mundo…
(Pier Paolo Pasolini, La Divina Mímesis)
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hoy estoy para penas solamente,
hoy no tengo amistad,
hoy sólo tengo ansias
y ponerlo debajo de un zapato…
(Miguel Hernández, «Me sobra el corazón»)
Publicado por
FERMOSÍSIMO
El destello previo a la impresión
La presencia sin memoria
Antes de recordar que se está vivo.»
me lo guardo para mi… que interesante parace todo ya con mas tiempo voy a seguir chusmeando este bello weblog, aunq no me sorprenderia encontrarme con cosas extraordinarias, como el autor del weblog!
un abrazo grande – Jose.
Me quedan solo mis pasos y la idea de que camino
Sin dolor
Sofi Marramá
!
¡Cuánto dolor que hace reír!
a las cinco en punto de la tarde
una mariposa se supo tierra.
———-
Cosa senti? (…) Quella è la verità, ma sshh…
non bisogna nominarla, perché appena la
nomini non c´è più.
———-
maría belén aguirre
cronotopos
pero no ha terminado…
contacto: tallerfilosofia@
Si quisiera recibir las actualizaciones de este terruño, no tiene más que solicitarlo por mail. Es gratis… como el mismo aire que respiramos.
Primavera 2019


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