Todos conocemos casos de personas que crecieron en familias problemáticas, barrios peligrosos, situaciones económicas deplorables y, aún así, se convirtieron en grandes ejemplos de éxito y bienestar. ¿Alguna vez te preguntaste qué es lo que se necesita para ser una de esas personas? Bueno, la respuesta es: resiliencia.
La resiliencia es un término propio de la física, que describe la capacidad de un material para volver a su forma original después de haber sido sometido a fuerzas deformantes. Este término fue adoptado por la psicología para describir a aquellas personas que, a pesar de las adversidades, son capaces de salir adelante y sobresalir.
Ahora, ¿cómo sabemos si somos personas resilientes no? Bueno, ese es un detalle interesante, pues no existen assessments realmente confiables que midan la capacidad de resiliencia de la persona. La resiliencia — la falta de ella— solo se pueden observar durante el desenvolvimiento regular de la vida. Por lo tanto, si tuviste la suerte de nunca vivir ningún tipo de adversidad, nunca vamos a saber qué tan resiliente sos.
Y las adversidades pueden tener muchas caras. Nosotros las clasificamos entre dos grandes categorías: adversidades crónicas y adversidades agudas.
Las adversidades crónicas son aquellas que se desarrollan durante largos períodos de tiempo (padre alcohólico, pobreza, madre ausente, situaciones de abuso, and so on.). Este tipo de problemáticas tienden a ser de menor intensidad, pero su prolongación y repetición causan un profundo impacto psicológico.
Por otro lado, tenemos a las adversidades agudas. Estas ocurren durante cortos períodos de tiempo y no se repiten, pero suelen ser de profundo impacto por la naturaleza sorpresiva y devastadora de los eventos (violaciones, accidentes, muertes de seres queridos, and so forth.).
Es de suma importancia tener claro que, no importa la intensidad prolongación de un evento adverso, el que define si ese evento va a resultar traumático es uno mismo. Esto quiere decir que no existen eventos traumáticos, porque nosotros tenemos la última palabra; sino eventos potencialmente traumáticos. ¿Se nota la diferencia?
Esto quiere decir que, no importa si te pasó algo durísimo y digno de una película de terror, la manera en que vos lo afrontés es la que va a determinar el impacto que va a tener en tu vida.
Esto quiere decir que la resiliencia no es solamente algo con lo que se nace, sino que es una serie de músculos que podemos desarrollar nosotros mismos para convertirnos en personas capaces de sortear obstáculos y cumplir metas. Por lo tanto, te presentamos
7 consejos para desarrollar resiliencia
1. Doblegar esfuerzos
2. Buscá tus factores protectores
En la vida hay muchas cosas que elevan nuestras posibilidades de éxito, mientras que otras cosas las disminuyen. Identificá las cosas que te ayudan a ser mejor persona (personas que te quieren, amigos que te apoyan, tu deporte favorito, tu religión, tu pareja, and so on.) y acercate a ellas.
3. Ser creativos y flexibles
Abusar de la planificación y de manera programada nos hace perder un gran número de oportunidades. Es importante mantener la mente abierta, explorar nuevas posibilidades y buscar soluciones creativas a los obstáculos.
4. Alejarse de la victimización
La victimización se trata de ponernos trabas a nosotros mismos, exagerando las amenazas y las debilidades, menospreciando las fortalezas y las oportunidades existentes. Frases como yo no puedo”, todo me sale mal” es imposible” lo único que hacen es aprisionarte a la hora de tomar una decisión. ¡Vos podés!
5. Saltar obstáculos
Cuando surge una dificultad en tu vida, ¿la interpretás como un problema como un reto? Si vamos por la vida viendo desafíos y retos en lugar de amargos problemas, veremos como la pasión será el instrumento con el que afrontemos la adversidad. Lo hace más bonito, divertido y fácil.
6. Rodearse de las personas correctas
Hay muchas personas a nuestro alrededor que frenan nuestro crecimiento con su actitud negativa. Ya sea un familiar, blog de salud un amigo tu pareja, es necesario que sepás distinguir cuando alguien suma resta a tu vida.
Buscá gente de la que podás aprender y nutrirte.
7. Experimentá
Ya nos hemos sancionado los errores toda la vida, es momento de aprender de ellos e intentar algo nuevo. Si, es possible que no te salga perfecto a la primera, pero vas a saber lo que necesitás mejorar y vas a ser capaz de hacerlo.
La vida está llena de obstáculos, pero vos estás llena de soluciones. Vos podés lograr el éxito que te propongás, mientras usés las herramientas que tenés. Es tu momento de agarrar Impulso, sortear obstáculos y crecer cada día más.
Recordá que, si hay algo que sentís que obstruye tu desarrollo y que no estás logrando manejar por tu cuenta, en Impulso estamos para acompañarte y guiar tu proceso hacia el éxito y bienestar desde la ciencia y el afecto.
Comentá y compartí, tus amigos te lo van a agradecer.
Autor: Lic. Óscar A. Gómez
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