Dejar las drogas
CLINICA CITA es un Centro de Investigación y Tratamiento de Adicciones que cuenta con más de 30 años de experiencia en el tratamiento toxicológico. Jose María Fábregas Pedrell es el director de CLINICA CITA (Centro de Investigación y Tratamiento de Adicciones) y lidera el equipo médico y el conjunto de profesionales que ejercen su labor a disposición del paciente. CLINICA CITA es un centro de desintoxicación pionero en el tratamiento de adicciones y en la aplicación de tratamientos de desintoxicación efectivos.
La siguiente entrada ha sido publicada anteriormente en el Weblog de CLINICA CITA trata sobre la experiencia personal de un paciente que desea saltar el obstáculo que le supone su adicción y conseguir tener una vida más saludable y tranquila. Las adicciones deben ser superadas con una metodología efectiva para evitar recaídas y frustraciones en el paciente. Los métodos deben ser expertos y profesionales, con garantías y que ofrezcan seguridad. En CLINICA CITA, un amplio equipo de profesionales ponen a disposición del paciente estos métodos, llevados a cabo según las necesidades individuales y los progresos de cada individuo.
El doctor Jose María Fábregas es el director de CLINICA CITA, del centro de desintoxicación y del equipo médico.
Yo hice un ingreso y tratamiento bastante largo; de hecho, todavía estoy acudiendo a mi psicóloga y a los grupos terapéuticos del ambulatorio más de un año después de salir de CLINICA CITA Rural.
Durante este tiempo, mi relación con el alcohol y las drogas ha sido como una montaña rusa. Me he mantenido sin consumir cocaína durante este tiempo, excepto en dos ocasiones, ambas relacionadas con el consumo excesivo de alcohol. Mi problema es y era que me costaba muchísimo renunciar al alcohol para siempre por un largo tiempo. Tras mi último tropezón, decidí que se acabaron los consumos, ni siquiera esporádicos, de alcohol durante un buen tiempo. Asumir que soy adicta y que rápidamente sustituyo una sustancia por otra es lo que más me ha costado asimilar. Pensaba que dejando la cocaina todo estaba resuelto, que podía beber una cerveza de vez en cuando, algún cubata… Qué equivocada estaba. Tengo claro que puedo elegir: beber y seguir arriesgándome a la adicción y vivir siempre con la espada de Damocles sobre mi cabeza, vivir tranquila y renunciar a cualquier sustancia que altere lo mas mínimo mi estado mental.
Tras dos años de lucha y viendo lo bien que se está con la conciencia plena y sin el miedo a la recaída, he decidido que no me voy a poner ni un palo más en las ruedas. Es difícil, pero se puede conseguir, se debe conseguir, y se consigue. Se consigue cada día, comprar anticaida un día detrás de otro. Sólo los que hemos pasado por esto y lo estamos pasando sabemos lo que está en juego, que es ni mas ni menos que nosotros mismos. ¿Entregaremos nuestras vidas a unas cervezas? ¿A unas copas? ¿A unos porros? Valemos mucho más que todo eso.
Sólo hay que concienciarse de que, al igual que un diabético no puede tomar azúcar, nosotros no podemos tomar drogas. De ningún tipo. Esa es la única salida.
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