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La adicción sexual es una de las grandes plagas de nuestra sociedad precise. Está presente en casi todas las personas, incluyendo también, obviamente, a los cristianos. Esta adicción no tiene distinción de personas, edad, sexo, posición social, raza nacionalidad. Pero, todas las personas que sufren de este tipo de adicción, por lo basic, lo sufren en silencio, e incluso, algunos no están plenamente conscientes de su adicción. Lamentablemente, la Internet ha facilitado la disponibilidad para el consumo de la pornografía con sus problemas y consecuencias en casi todas las familias.
La adicción sexual no tiene límites. Miles de hombres y mujeres cristianos de todas clases sociales en nuestros países luchan constantemente con el adulterio, la fornicación, la pornografía, la masturbación, el cibersexo, entre otras prácticas sexuales similares. Todas las personas tienen la posibilidad de caer en esa trampa devastadora que representa una horrible esclavitud de naturaleza progresiva, y que los llevará a la muerte relacional, emocional, espiritual, acquainted blog cuidado personal, financiera, e incluso física.
Satán y su demonios acechan el camino de cada creyente, ofreciendo toda clase de tentaciones para atraer a los cristianos lejos de un caminar obediente y fiel a Jesucristo. Nadie está exento de pecados y nadie es completamente exitoso en la lucha contra ellos: Si decimos que no tenemos pecado, nos engañamos a nosotros mismos, y la verdad no está en nosotros. Si confesamos nuestros pecados, él es fiel y justo para perdonar nuestros pecados, y limpiarnos de toda maldad. Si decimos que no hemos pecado, le hacemos a él mentiroso, y su palabra no está en nosotros.” (1 Juan 1:eight-10).
Algunos cristianos sucumben a la tentación tan a menudo que no ven ninguna esperanza de victoria. Se dan por vencidos y ceden sin luchar. Esta es una condición desafortunada, nacida de la desesperación, porque ciega al creyente de la maravillosa provisión que Dios ha hecho para vencer la tentación. Nuestra época es aquella en la que la culpa de nuestro pecado se la pasamos a la sociedad, a las presiones de estos tiempos, inclusive en algunas circunstancias, culpamos a Dios mismo.
Dios puede poner a prueba a sus hijos, lo cual es un proceso destinado a depurar y fortalecer, pero Él no los conduce al pecado. Lo primero que el cristiano debe aprender es que Dios no le lleva a pecar. El Apóstol Santiago claramente condena la actitud de culpar a Dios por las circunstancias tentadoras: Cuando alguno es tentado, no diga que es tentado de parte de Dios; porque Dios no puede ser tentado por el mal, ni él tienta a nadie; sino que cada uno es tentado, cuando de su propia concupiscencia es atraído y seducido. Entonces la concupiscencia, después que ha concebido, da a luz el pecado; y el pecado, siendo consumado, da a luz la muerte.” (Santiago 1:thirteen-15).
Si uno ha de ser perdonado, primero tiene que admitir con humildad y responsabilidad: He pecado”. Mientras que busca a alguien algo más a quien culpar, será totalmente indefenso en la lucha contra ésta tentación. El cristiano tiene que reconocer el papel de la Escritura en la superación de la tentación. El salmista dijo: En mi corazón he guardado tus dichos, para no pecar contra ti.” (Salmos 119:eleven). Cuando la Palabra de Dios y la oración se convierten en una parte integral de la vida del creyente, fortalece a esa persona contra el poder de la tentación. Cristo mismo demostró el poder de la Palabra cuando resistió las tentaciones de Satanás con una cita del Antiguo Testamento: Jesús le dijo: Escrito está también: No tentarás al Señor tu Dios.” (Mateo four:7). El estudio sistemático de la Escritura y la oración son un requisito indispensable para vencer la tentación.
La Palabra no sólo advierte de los métodos de Satanás: para que Satanás no gane ventaja alguna sobre nosotros; pues no ignoramos sus maquinaciones.” (2 Corintios 2:eleven ), sino también nos advierte de como prevenirlos: Vestíos de toda la armadura de Dios, para que podáis estar firmes contra las asechanzas del diablo. Porque no tenemos lucha contra sangre y carne, sino contra principados, contra potestades, contra los gobernadores de las tinieblas de este siglo, contra huestes espirituales de maldad en las regiones celestes. Por tanto, tomad toda la armadura de Dios, para que podáis resistir en el día malo, y habiendo acabado todo, estar firmes. Estad, pues, firmes, ceñidos vuestros lomos con la verdad, y vestidos con la coraza de justicia, y calzados los pies con el apresto del evangelio de la paz. Sobre todo, tomad el escudo de la fe, con que podáis apagar todos los dardos de fuego del maligno. Y tomado el yelmo de la salvación, y la espada del Espíritu, que es la palabra de Dios; (Efesios 6:11-17).
Otro aspecto esencial para obtener la victoria, es evitar la tentación. Jesucristo dijo a sus discípulos que deben orar para no caer en tentación: Cuando llegó a aquel lugar, les dijo: Orad que no entréis en tentación.” (Lucas 22:40). Uno de los pasajes más cruciales relativo a la tentación es No os ha sobrevenido ninguna tentación que no sea humana; pero fiel es Dios, que no os dejará ser tentados más de lo que podéis resistir, sino que dará también juntamente con la tentación la salida, para que podáis soportar.” (1Corintios 10:thirteen). Este versículo es la garantía de Dios que Él nunca permitirá a Satanás ir demasiado lejos. La intensidad de la tentación y la ruta de escape se adapta únicamente a la persona, y no excede su capacidad.
Saber que hay una vía de escape y usar esa vía de escape, pueden ser cosas muy diferentes. Si una persona es ignorante de la Palabra de Dios, no reconocerá la vía de escape cuando la vea, porque la persona no sabe cómo Dios trabaja. Si bien no hay dos personas exactamente iguales, las tentaciones que enfrenta cada individuo son básicamente las mismas que han enfrentado los demás. En consecuencia, la Biblia puede decir que Jesucristo fue tentado en todo según nuestra semejanza, e incluso sufrió en esa tentación, pero no pecó: Porque no tenemos un sumo sacerdote que no pueda compadecerse de nuestras debilidades, sino uno que fue tentado en todo según nuestra semejanza, pero sin pecado.” (Hebreos four:15).
Puesto que nadie se encuentra en solo” una tentación, los cristianos se pueden ayudar y aprender unos de otros. Simplemente tienen que saber, por ejemplo, cómo hizo otro cristiano para superar su adicción, codicia, pecado, and many others. Esto puede ser la garantía de que alguien en alguna parte tiene que hacer otro intento para superar la tentación en su propia vida. El cristiano que ha crecido en una de las facetas de su vida espiritual es responsable de ayudar a otros cristianos que aún no han crecido en esa zona. De esta manera, los cristianos pueden edificarse entre sí en su fe.
La Escritura no contiene ninguna promesa de ayuda en la superación de la tentación para aquellos que no son salvos. De hecho, hasta que la persona se arrepienta de su pecado y acepte por fe a Jesucristo como Salvador y Señor, no tiene la capacidad para agradar a Dios. Pero los que son creyentes pueden apropiarse del poder y la sabiduría de la Palabra, confiando en Dios, la gracia, y por lo tanto, pueden tener la victoria, incluso por encima de las más sutiles y convincentes tentaciones de Satanás.
La recuperación de la adicción sexual es un proceso que lleva tiempo, pero es posible. Dios anhela limpiar todos los recuerdos dolorosos, sanar el espíritu herido, y romper las cadenas de la servidumbre por comportamientos de lujuria y adicción sexual. Dios también escucha los gritos de los cónyuges y los hijos heridos. Ellos, también, han vivido en la esclavitud ya que han sido descuidados emocionalmente y con frecuencia maltratados verbal y/ físicamente por el adicto.
Tiene usted dudas sobre si ¿es no es un adicto sexual?, responda de la forma más sincera posible a las siguientes preguntas:
¿Mira material pornográfico (revistas, vídeos, Internet, televisión, incluyendo catálogos de ropa) de vez en cuando?
¿Su mente se devour frecuentemente con pensamientos sexuales?
¿Usa las relaciones sexuales como un medio de escape, liberación de tensión reducción del estrés?
¿Ha tratado de detener incluso limitar sus conductas sexuales inapropiadas, pero no ha podido?
¿Sus hábitos sexuales le ha costado tiempo con su familia?
¿A pesar de tener relaciones sexuales con su cónyugue, sigue actuando sexualmente en solitario con otros?
¿Ha pasado mucho tiempo observando secretamente programas de televisión, películas sitios net?
¿Pasa frecuentemente de una relación de pareja a otra?
Si ha respondido afirmativamente a por lo menos dos (02) de las anteriores preguntas, es problable que usted sea un adicto sexual. No ignore el problema, ya que el problema sólo empeorará y el daño se extenderá.
Roger Garcia C.
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