Advertencia
Este ensayo refleja mis dudas, reflexiones, hipótesis, deseos, frustraciones, opiniones etc. Cualquier persona que tenga un problema de salud debe consultar a un médico y no basarse en algo que no está probado científicamente. Estamos hablando de cosas muy peligrosas y a veces letales.
En esta ensayo trato de averiguar si el método de Coley, de inocular bacterias muertas por calor en pacientes con cáncer incurable, es curativo en una porcentaje importante de casos. Y en caso afirmativo, si se podría utilizar en enfermos terminales y de que forma.
Como afecta a personas de las que no tengo permiso para revelar su identidad, para no dar pistas cambiaré algúnos datos no significativos.
Dicen que las razones profundas del hombre son pocas veces claras. No sé las profundas, pero si tengo medianamente claro que los hechos que cuento a continuación fueron el acicate inmediato que me llevaron a investigar la toxina de Coley y a escribir este ensayo.
Tardanza en el diagnóstico de cáncer
Mujer con dolor constante de no come y empieza a adelgazar. Análisis de sangre normales. Le recetan Nolotil para los dolores y le hacen algunas pruebas.
Han pasado tres meses desde que le empezaron los dolores, sigue con ellos, mitigándolos con abuso de Nolotil (a veces lo toma cada cuatro cinco horas), ha perdido treinta kilos, ha ido unas quince veces a urgencias y el protocolo siempre ha sido el mismo, análisis de sangre, analgésicos y a casa.
Desesperada se hace un seguro médico privado. Visita a un especialista. Le hacen TAC y PET y le diagnostican cáncer con metástasis en el hígado.
Estoy contando un hecho nadie saque la conclusión de que la medicina privada es mejor que la pública. En otros casos puede ser al contrario.
Para mí hay una conclusión clara: hay unos conocimientos médicos y una tecnología que no se han aplicado.
Cualquier médico sabe que es muy inconceivable que una persona pierda treinta kilos en tres meses aunque no coma nada. Esta mujer comía algo, café con leche, manzanilla, alguna sopa etc.
Cualquier médico sabe que un pérdida grande de peso está asociada muchas veces con el cáncer.
Cualquier médico sabe que hay que buscar la causa de los síntomas, en este caso concreto el dolor constante de huesos.
Cualquier médico sabe que un TAC es lo mejor para descubrir cualquier masa rara que pueda ser cáncer.
¿Por qué no se hizo esta prueba? ¿Por protocolo de urgencias? ¿Por coste? ¿Por negligencia?
Falta de tacto en el pronóstico
Me cuenta un día mi amiga que ha entrado un médico joven en la habitación que comparte con otra persona y les ha dicho a las dos que lo suyo es incurable. Esta hundida y cabreada y se queja bastante de la forma como le ha hablado.
Le cube que puede durar 15 días, un mes, tres meses. Que tiene algunos pacientes que llevan cinco años.
Como no he estado en la conversación no puedo juzgar con objetividad, pero si sé que ella no quería saber, solo quería que la curaran.
Me cuenta que la compañera de habitación ni siquiera sabía que tenía cáncer. Se enteró de golpe que tenía cáncer y que era incurable. A partir de ese momento su compañera, completamente hundida, casi no comía.
Entiendo que le expliquen las cosas a quien desee saberlas, pero si una persona no lo desea no tengo claro que explicárselas sea lo correcto. Con que lo sepa la familia debería ser oncología se ha pasado de ocultarle todo al paciente a decirle muchas veces más de lo que quiere saber.
En los periódicos cuando alguien moría de cáncer se decía que había muerto de una penosa enfermedad.
Mukherjee cuenta en BC (1 pag. 50): “A comienzos de la década de 1950, Fanny Rosenow, una superviviente de cáncer de mama y activista de la lucha contra la enfermedad, llamó al New York Time para poner un anuncio sobre un grupo de apoyo a mujeres que padecían ese tipo de cáncer. Para su gran desconcierto le pasaron con el editor de Sociedad del diario.Cuando preguntó sobre la colocación de su anuncio, una larga pausa precedió a la respuesta. “Lo siento señora Rosenow, pero el Times no puede publicar en sus páginas las palabras mama y cáncer. Tal vez _prosiguió el editor_ podría decir que va a hacer una reunión para hablar de enfermedades de la pared torácica. “Indignada, Rosenow colgó”
Ahora es todo lo contrario, hay que que decirle lo que tiene hasta al que no quiere saberlo.
B.Goldacre cita las palabras del médico y filósofo Raymond Tallis: “El impulso de mantener a los pacientes plenamente informados ha desembocado en un aumento exponencial del número y el rigor de los requisitos formales de consentimiento por parte de aquellos, que sólo sirven para confundirlos y asustarlos más, al tiempo que retrasan su acceso a la atención médica que precisan”.
B. Goldacre dice: “Lo chocante , quizás, es cómo se asumió todo esto (la primacía de la autonomía y del consentimiento informado del paciente por encima de la eficacia) sin una discusión y una argumentación previas dentro de la propia profesión médica”. (1 págs. ninety two-93)
Siempre he pensado que los hospitales ganarían mucho en calidad si tuvieran un patio con jardin donde poder pasear y solazarse. A veces las personas se pasan meses en el hospital esperando una operación. Sería una buena forma de entretenimiento para los pacientes,que no estuvieran impedidos físicamente, en lugar de estar comiéndose el coco en la habitación.
Ahora leyendo el capítulo V de Mala Ciencia, “El efecto placebo,” pienso que en los hospitales se tiene poco en cuenta. Me refiero al efecto placebo en sentido amplio no a la pastilla de azucar.
Si consideramos el enorme poder del médico tanto para bien como para mal, no sólo con su palabra sino también con su actitud, es difícil entender que el efecto placebo no se tenga más en cuenta.
Creo que como hay especialistas en otros campos, debería haber también especialistas entrenados en comunicar los diagnósticos y los pronósticos en los hospitales. Si se tiene en cuenta el efecto placebo en los ensayos de medicamentos ¿por qué no se le tiene en cuenta en la práctica médica diaria?
Veamos dos ejemplos del poder de la palabra, tanto para bien como para mal, es decir efecto placebo y efecto nocebo.
Cube B. Goldacre en Mala Ciencia (2 págs. 94-95) :
“Fue el doctor Stewart Wolf quién llevó el efecto placebo hasta el límite. Concretamente, explicó a dos mujeres que padecían nauseas y vómitos (y una de las cuales estaba embarazada) que tenía un tratamiento que mejoraría sus síntomas.Lo que hizo en realidad fue introducirles un tubo hasta el estómago (para que no saborearan el repugnante amargor) y administrarles Ipecac, un medicamento supuestamente indicado para inducir nauseas y vómitos.
Pues bien, no sólo mejoraron los síntomas de las pacientes tras aquello, sino que sus contracciones gástricas -Que el ipecac debía haber empeorado- se redujeron. Los resultados de Wolf sugieren -y sólo sugieren, porque su muestra era demasiado reducida- la posibilidad de que un fármaco tenga el efecto opuesto al que sería de esperar según su farmacología, simplemente, manipulando las expectativas de las personas. En este caso el efecto placebo fue más potente incluso que las reacciones farmacológicas”
El segundo ejemplo lo cuenta Jean Thuillier en “El nuevo rostro de la locura” (three págs 80-eighty one).
Thuillier recibe en su consulta a un estudiante de Paris procedente de Nigeria. Su problema es que cree que huele mal y que está pudriéndose.
Antes de partir para Fracia su madre le había dicho:
” _Basambo, yo te tienes que complacerme
_Sí, mamá
..
_Toma Basambo, aquí tienes tu amuleto para el viaje. Pero dile a tu padre que me tendrá que dar una cabra
Entonces Basambo se rebeló contra ese trueque abusivo, ese impuesto del brujo a la credulidad de su tiró el amuleto a la cara y le injurió.Entonces M`Umba se enfadó. Le amenazó, echó una maldición al rebelde, al renegado.
_Te pudrirás entre los blancos que ya te han contaminado. Yo, M`Umba, te lo digo.Entre ellos te convertirás en el esqueleto de un buey.Serás la carroña para los rapaces blancos.”
Thuillier comenta que todo lo que le dijo a Basambo resultó ineficaz.
Por consejo de su colega Bernard P. lo trató con LSD. Posteriormente Bernard P. le hizo otras dos sesiones con LSD con lo que se curó.
La suerte ya está echada
El oncólogo decide darle quimioterapia.
El uno de febrero le dan quimioterapia inyectada por una vía en el brazo, y continúa con pastillas en casa. El cuatro de febrero le ponen un reservorio en el pecho. Debido a distintas urgencias se pasa toda la mañana en el hospital hasta que la atienden pasadas las cuatro de la tarde. Cuando la veo por la noche está nerviosa, dolorida, asustada y desesperada. Me comenta que ha ido su familia a hablar con el oncólogo (en este caso es el que la trata) y que les ha dicho también que su cáncer es incurable. Tratando de animarla le digo que también la diabetes es incurable pero se controla y la gente vive con ella.
Los consejos
Muy a menudo las personas allegadas a personas con cáncer le suelen dar consejos, muchas veces alimenticios. Parece como si ellos supieran algo que el oncólogo desconoce. Lo cual en principio parece absurdo. El oncólogo es el que debería dar los consejos además del tratamiento. Y más en un caso como el cáncer con metástasis donde se suele dar quimioterapia y esta puede hacer que ciertos comportamientos que en circunstancias normales son buenos como, por ejemplo,tomar el sol con moderación, estén prohibidos. Con los alimentos (aunque sean muy buenos en circunstancias normales) también puede haber interacciones, peligrosas unas veces y beneficiosas otras.
Es como si se desconfiara del médico, cuando debería ser al contrario, ya que la medicina cada vez está más desarrollada y se basa más en la evidencia. Algo está fallando.
A mí me preocupan las interacciones de los alimentos y medicamentos, pero unos días después de comenzar la quimioterapia estaba con mi amiga en el mercado y al pasar por el sitio de las setas no me pude aguantar y le dije que en Japón las utilizaban junto con la quimioterapia. Parece ser que estimulaban el sistema inmunológico y la gente vivía más tiempo según un estudio de la Universidad de Kyushu. Escogió shiitake (Lentinus edodes) y seta de cardo ( Pleurotus eringii). Le advertí que se lo comunicara a su oncólogo.
Cuando se lo dijo al oncologo éste le contestó que lo mejor era la dieta mediterránea. Que lo de las setas se decía pero no estaba comprobado.
Le estuve dando vueltas al tema y al last llegué a la conclusión que lo mejor period escribir este ensayo. Así no necesitaba dar consejor directos, que además de no tener autoridad médica para darlos, probablemente lo que crearían sería dudas.
Posteriormente leyendo sobre distintos cánceres me encontré en Sociedad Americana del Cáncer con la siguiente información:
Tratamiento del cáncer de exófago en etapa IV
“…..Se puede administrar quimioterapia (posiblemente junto con un medicamento de terapia dirigida para tratar de ayudar a los pacientes a sentirse mejor y a vivir por más tiempo, aunque el beneficio de administrar quimioterapia no está claro.”
¿No está claro porque no se han hecho ensayos? ¿ es que los resultados de los ensayos no son claros?
Lo siguiente también de ACS da algo más de esperanza:
“Quimioterapia para los cánceres avanzados: para los cánceres que se han extendido a otros órganos como el hígado, la quimioterapia puede utilizarse también para ayudar a encoger tumores y aliviar los síntomas. Aunque resulta poco probable que treatment el cáncer, a menudo ayuda a las personas a vivir más tiempo.
La quimioterapia por sí misma rara vez cura el cáncer de esófago.”
Dudas y creciente complejos nutricionales convencimiento
El argumento de autoridad no es válido en ciencia. Sin embargo si un organismo de prestigio como por ejemplo la OMS la FDA dice decide algo se supone que han tenido fundadas razones para hacerlo. Son organismos que tratan de proteger e informar al ciudadano y evitar abusos.
Cuando empecé a investigar sobre la vacuna de Coley tenía la esperanza de encontrar algo. Cada vez estoy más convencido de que el Método de Coley es efectivo. Pero aún no se han disipado mis dudas.
Yo leo lo mismo que se supone leyeron la FDA y ACS y, sin embargo, llego a conclusiones opuesas a estas dos sociedades. Entonces pienso que algo debo estar haciendo mal. Estas sociedades seguro que tienen expertos en método científico y en estadísticas y saben hacer valoraciones.
Pero también es verdad que no estamos hablando de ensayos ciéntíficos sino de casos reales registrados por Coley y otros médicos.
Aquí no hace falta ser experto en el método científico ni en estadística, sino simplemente aplicar el sentido común.
La razón más clara para la discrepancia de criterios pienso que debe ser que no creyeran los datos de Coley ni los meticulosos estudios de Hellen Coley Nauts de los archivos de su si los creo. En principio no tengo razón alguna para creer que pretendía engañarnos. Tampoco la tengo para pensar que su hija no hizo un estudio serio y/ manipuló los datos de su padre. Lo cual no me impide leerlos con espíritu crítico.
La FDA decidió en 1963 que la vacuna de Coley period un medicamento nuevo y lo prohibió.
En 1963 Hellen Coley Nauts ya había publicado muchos escritos sobre la vacuna de su padre. En 1946 se había publicado su artículo “El tratamiento de los tumores malignos con toxinas bacterianas desarrolladas por el difunto William Bradley Coley, M.D., revisado a la luz de la investigación moderna” con Walker E. Swif y Bradley L. Coley como coautores.
En el cita una serie de personas que utilizaron la toxina de Coley con resultados positivos. También cita otros que no obtuvieron resultados. En estos caso Coley da una explicación que a mi me parece bastante believable, los casos tratados eran muy pocos y la vacuna tenía poca potencia.
Cuando estoy a punto de terminar este prólogo me encuentro con la Net Quackwatch. Empiezo a leerla y veo que es un sitio serio y con mucha información interesante.
De momento voy a transcribir sus primeros consejos porque pueden ayudar a mucha gente:
“No permita que la desesperación lo lleve a probar cosas solo porque alguien le aconseja que lo haga. Lea la información en este sitio web a fondo. Le recomendamos encarecidamente que evite cualquier tratamiento “alternativo” para el cáncer que se discute en Quackwatch.”
Yo empiezo a obedecer la segunda recomendación y en “Terapias de cáncer cuestionables” me llama la atención la que lleva por título “Vitamina C”. Es un ejemplo claro de ensayo mal hecho y de que personas con dos premios Nobel también cometen errores.
“… A mediados de la década de 1970, Pauling comenzó a afirmar que las altas dosis de vitamina C son eficaces para prevenir y curar el cáncer. En 1976 y 1978, él y un cirujano escocés, Ewan Cameron, informaron que un grupo de a hundred pacientes terminales con cáncer tratados con 10,000 mg de vitamina C al día habían sobrevivido de tres a cuatro veces más que los pacientes emparejados históricamente que no recibieron suplementos de vitamina C sixty five,sixty six. Sin embargo, el Dr. William DeWys, jefe de investigaciones clínicas en el NCI, encontró que los grupos de pacientes no eran comparables. Los pacientes con vitamina C eran de Cameron, mientras que los otros pacientes fueron manejados por otros médicos. Los pacientes de Cameron comenzaron con la vitamina C cuando los calificaron de “intratables” por otros métodos, y su supervivencia posterior se comparó con la supervivencia de los pacientes “de management” después de que sus médicos los calificaron como intratables. DeWys descubrió que los pacientes de Cameron fueron calificados como intratables mucho antes en el curso de su enfermedad, lo que significa que ingresaron al hospital antes de estar tan enfermos como los pacientes de los otros médicos y que, naturalmente, se esperaría que vivieran más tiempo sixty seven. Sin embargo, para comprobar si Pauling podría estar en lo cierto, la Clínica Mayo realizó tres estudios doble ciego con un whole de 367 pacientes con cáncer avanzado. Los tres estudios encontraron que los pacientes que recibieron 10 g de vitamina C al día no obtuvieron mejores resultados que los que recibieron un placebo sixty eight-70. A pesar de muchos años de tomar enormes cantidades diarias de vitamina C,”
Para mí está completamente claro: Pauling no tenía razón.
Watson en “La Doble Élice” cube que cuando Crick y el estaban tratando de averiguar la estructura del DNA temían que Pauling intentara lo mismo.
Sus temores se cumplieron y un día Pauling publicó un artículo con la estructura del DNA. El sagaz Watson enseguida se dió cuenta que la estructura no period correcta. El mejor químico del mundo había cometido un error de química elemental.
Todo esto muestra que hasta los científicos más prestigiosos pueden estar equivocados.
Como ejemplo de sociedad de prestigio y razonamiento poco científico (en este caso) tenemos a la Actual Sociedad de Londres y la contestación que dio a Jenner cuando este le informó del experimento con James Phipps y otros experimentos:
En 1797 escribió un informe contando éste y otros experimentos a la Royal Society que lo rechazó con las siguientes palabras ” No debe arriesgar su reputación presentando a la audiencia de la corporación nada que aparezca tan contrario a los conocimientos establecidos y además tan increíble” Y eso que Jenner era fellow de esa institución y amigo de su presidente Joseph Banks.
La cita es de mi submit “Quien descubrió la vacuna”
Releyendo mi put up veo que John Fewster había leído un informe en 1765: ” Cow submit and its ability to prevent smallpox” en la London Medical Society. El informe nunca fue publicado. Desconozco la razón. La London Medical Society no debió considerarlo importante para publicarlo. Fue “una nimiedad”. “Solo pasaron 33 años hasta la publicación del libro de Jenner sobre la vacuna”. ¿Cuantas muertes se podrían haber evitado en esos años?
Sigo buscando en Qwackwatch algo sobre Coley que sea tan claro como lo de Pauling pero lo que encuentro no me aclara nada.
En tratamientos dudosos aparecen las toxinas de Coley. Este encabezado te remite al artículo “Cual es el tratamiento de las toxinas de Coley para el cáncer” Veamos algunas de sus afirmaciones:
“También se llama tratamiento de Coley, vacuna bacteriana mixta, tratamiento de endotoxinas terapia de la fiebre de Issel. La evidencia científica disponible actualmente no respalda las afirmaciones de que las toxinas de Coley pueden tratar prevenir el cáncer.”
La terapia de la fiebre de Issel es un tratamiento posterior que puede utilizar las toxinas de Coley pero no es lo mismo.
A las toxinas de Coley las respalda la evidencia clínica. Si hubiera ensayos claros aleatorizados, doble ciego con placebo y hubiera evidencia científica yo no estaría escribiendo este ensayo.
Veamos otra frase: “Coley notó que los pacientes con cáncer que se infectaron después de la cirugía parecían tener mejores resultados que las personas que no contrajeron una infección.”
Coley no notó nada de eso. Coley encontró la historia clínica de una persona con sarcoma en elcuello que se había curado después de una infección de erisipela. Pensó que esta podía ser la causa. Buscó en la literatura y encontró varios casos de personas con cáncer que sufrieron infecciones con fiebre y se curaron de su cáncer.
A este artículo sigue una información sobre las toxinas de Coley de la American Most cancers Society que da unos consejos prudentes: “Las mujeres que están embarazadas amamantando no deben usar toxinas de Coley.”
“Debe informar a sus médicos si está pensando en utilizar algún tipo de terapia alternativa complementaria.”
Después de leer los dos artículos sigo con las mismas dudas que tenía.
Formas de actuar de Coley y otros
Volvamos a Coley y su decisión de inyectar bacterias (al principio vivas) en sus pacientes para intentar curarles el cáncer. Esta claro que eso no se podría hacer actualmente, no se considera ético ni está permitido. Pero era una forma ordinary de actuación en su época. Anteriormente Jenner actuo de la misma forma. Inyectó la vacuna a James Phipp que era hijo de sus jardineros. En este caso el riesgo era pequeño porque se sabía que los efectos de la vacuna eran suaves.
Con la radioterapia el modo de actuar fue parecido.
“En 1896, apenas un año después que Röngen descubriera los rayos X, un estudiante de medicina de Chicago, Emil Grubbe, por entonces de veintiún años, Tuvo la inspirada thought de usar esos rayos para tratar el cáncer.
.. El 29 de marzo de 1896, en una fábrica de tubos de la calle Halsted.. Gruble comenzó a bombardear con radiación a Rose Lee, una mujer afectada con cáncer de mama, por medio de un tubo improvisado de rayos X.” (1 págs. 107-108)
Al principio el efecto fue favorable pero poco tiempo después la mujer falleció.
Con la quimioterapia, excepto el primer tratamiento, que se había probado antes en conejos y ratones, los siguientes, que realizó Farber, se probaron directamente en personas.
El 27 de agosto de 1942 Gustaf Lindskof trató a JD, un inmigrante polaco de 48 años, trabajador de una fabrica de rodamientos de bolas, que tenía un linfosarcoma, con mostaza nitrogenada. Una biopsia después del tratamiento no encontró tejido tumoral. Sin embargo poco después el tumor recurrió y murió el 1 de diciembre de 1942. En este caso los investigadores Gilman y Goodman habían probado antes la mostaza en conejos y ratones. Pero este no period el modo routine de proceder.
Normalmente el médico tenía una corazonada una sospecha más menos fundada y llevaba a cabo el experimento directamente sobre el paciente.
En 1946 Sidney Farber empezó a inyectar ácido fólico en un grupo de niños con leucemia.
Unos años antes Lucy Wills había demostrado que se podía curar un tipo de anemia que sufrían unas trabajadoras textiles de Bombay con Marmite, un extracto de levadura. Al nutriente clave se le llamó “issue Wills”. Mas tarde se descubrió que el issue Wills era ácido fólico.
Farber pensó que quizás funcionara también en la leucemia.
Sin embargo parece ser que en lugar de frenar la leucemia la aceleraba.
Me sorprende leer en “Una historia de la quimioterapia contra el most cancers” que más tarde se demostró que esta observación period falsa.
Unos meses después Farber suspendió el experimento.
Luego pensó que si el ácido fólico aceleraba la leucemia una sustancia anti-ácido fólico pudiera funcionar.
El seis de agosto de 1947 probó en Robert Sandler, un niño de dos años con leucemia, un antifolato, el ácido pteroilaspártico, que no funcionó bien.
En diciembre probó una versión ligeramente diferente del antifolato, la aminopterina, que enseguida mostró resultados.
Un experimento imprudente
Yo, volviéndome majara tratando de averiguar como se podría aplicar la VBM (vacuna bacteriana mixta) de manera que no hubiera ninguna oposición por parte de organismos oficiales y resulta que unos científicos sin encomendarse a Dios ni a los santos se saltan todos los controles, todas las normas, todo lo que se sabe sobre la inoculación de bacterias y infectan con bacterias vivas a tres pacientes con gliobastoma.
¡Alucino en colores!
Sintetizo lo que cuenta Emly Eakin en el artículo de The New Yorker “Bacterias en el cerebro” de 29 de noviembre de 2015.
Paul Muizelaar presidente del departamento de neurocirugia de la Universidad de California en Davis recibe el 10 de noviembre de 2010 a Terry Bradley, una mujer a la que en mayo de ese año había operado de un gliobastoma multiforme. El tumor se ha extendido de la parte derecha de su cerebro al lóbulo frontal izquierdo. Además tenía otro tumor en la zona del habla. La habían tratado con radioterapia y quimioterapia. Muizelaar le dijo que no podía hacer nada.
“Sin embargo, la conversación no terminó allí. Una hora antes de la cita de Bradley, Muizelaar había recibido noticias tentadoras sobre un paciente en el que había realizado un procedimiento extremadamente inusual. El mes anterior, había operado a Patrick Egan, un agente de bienes raíces de cincuenta y seis años, que también sufría de glioblastoma. Egan period amigo de Muizelaar y, como Terri Bradley, había agotado las terapias estándar para la enfermedad. El tumor se había diseminado a su tronco cerebral y se esperaba que lo matara. Muizelaar cortó la mayor parte posible del tumor. Pero antes de reemplazar el “colgajo óseo”, la sección del cráneo que se retira para permitir el acceso al cerebro, lo empapó durante una hora en una solución llena de Enterobacter aerogenes, una bacteria fecal común.”
Muizelaar le dijo: “Acabo de recibir esta noticia sobre este tratamiento que probamos con este paciente. A pesar de que clínicamente no está mejor, parece que su tumor está desapareciendo. Creo que esta podría ser tu única oportunidad. ”
El 19 de noviembre Terry Bradley se sometio al procedimiento de enterobacter.
Cuatro días después murió Patrick Egan.
Una tercera mujer con gliobasta se trató con enterobacter el three de marzo de 2011.
Los tres murieron.
No entiendo como un científico brillante que ha hecho contribuciones importantes a la medicina ha podido hacer eso.
Estoy además convencido que sus intenciones eran buenas.
Se nos ocurren muchas preguntas.
¿Se habían agotado todas las opciones había una opción mejor?
Si había una opción, podían haber optado por la vacuna mixta de Coley algo comparable.
¿Es posible que no hubieran oído hablar de ella?
Parece muy raro que no la conocieran.
Si conocían los experimentos de Coley su actuación me parece aún más grave.
No tuvieron en cuenta casi nada de lo que se sabía acerca de la infección con bacterias.
En primer lugar la micro organism Enterobacter aerogenes que es la octava causa de infecciones en los hospitales suele ser multirresistente.
Pero dado que period un cultivo supongo que sería una cepa normal (la cual estaría perfectamente identificada) y no sería multirresistente.
Una bacteria patógena es como un veneno. En una cierta dosis puede matar.
La dosis varía con la bacteria, con la susceptibilidad de la persona y con el sitio y forma de administrarla como ya comprobó Coley.
En los tres casos a pesar de empapar el hueso en solución bacteriana y que la cantidad de bacterias trasplantadas debió ser enorme, entiendo que la virulencia de las bacterias debía ser pequeña porque sino hubieran muerto en seguida.
Busqueda y análixis de información
Cuenta Stephen Jay Gould en el artículo “El caso del clon del fox terrier que se arrastraba” que “en un libro tras otro, la sección sobre evolución es practicamente clonada”
También cita el artículo de Diane B. Paul “The 9 lives of discredited information” en el que se analizan las secciones sobre heredabilidad del CI en 28 libros de texto de introducción a la genética publicaos entre 1978 y 1984.
Paul dice que casi la mitad de estos libros continuaban citando y abusando de los datos de Burt.
Burt había hecho estudios sobre gemelos idénticos y se había inventado los dato.
La conclusión a que llega Paul es que muchos autores de libros de texto copian de otros libros y con frecuencia no leen las fuentes originales.
Yo he tratado de no caer en la copia cuando he considerado que la información es importante. Trato de ir a las fuentes originales pero a veces estas son confusas. En el caso de las toxinas de Coley la persona que más las estudio fue su hija Hellen Coley Nauts, y además estudio casos de médicos, clínicas y hospitales que las habían utilizado, tanto dentro como fuera de Estados Unidos. Por tanto aunque sea una fuente de segunda mano es lo mejor que hay.
He procurado leer todos los artículos sobre Coley a los que he podido acceder, tanto antiguos como modernos.También muchos artículos actuales sobre inmunoterapia.
Sin embargo a veces he citado datos fiándome de un autor. Generalmente cito la fuente, pero a veces para hacer más amena la lectura no lo hago. También empleo de vez en cuando el lenguaje coloquial para animar un poco el texto.
Veamos un caso concreto de información dudosa y el modo como he llegado a la información correcta.
En parrafos anteriores he mencionado el empleo por primera vez de quimioterapia con mostaza nitrogenada en un caso de linfoma.
La primera lectura la hice en “El emperador de todos los males” donde se dice que Gilman y Goodman persuadieron en 1942 al cirujano Gustaf Lindskog para que tratara con mostaza nitrogenada a un platero neoyorquino de cuarenta y ocho años que tenía un linfoma.
Posteriormente leo otros artículos en que se dice que ocurrió en 1943.
En ADN de Watson leo como fecha 27 de agosto de 1942 y que period un inmigrante polaco.
Pienso que puede ser emigrante polaco y platero en nueva York aunque me sorprende que haya progresado tan rápido.
Consulto un artículo muy bien escrito “Una historia de la quimioterapia contra el cáncer” de T. DeVita y Edward Chu y da la fecha de 1943.
Leo “Como el aterrador gasoline mostaza ayudó a hallar un tratamiento para la enfermedad que nos aterra” y por fin con la información que me proporciona consigo acceder al artículo con la explicación que creo más fiable: “El nacimientode la quimioterapia en Yale”.
De el son los siguientes párrafos:
“Históricamente, el origen de la quimioterapia se ha mantenido en secreto debido a las circunstancias que rodearon su descubrimiento. Los informes de su primer uso en un hospital de Yale durante la Segunda Guerra Mundial están dispersos en la literatura. Sin embargo, la referencia al primer paciente tratado con quimioterapia se basó en el recuerdo personal en lugar de los datos médicos, ya que la tabla se había colocado mal. Perdido en este registro fue el historial private y médico de JD, un hombre cuya enfermedad provocó el nacimiento de la quimioterapia.”..” El caso de JD siguió siendo un misterio durante más de 60 años, hasta que los médicos de la Escuela de Medicina de Yale, el Dr. John Fenn, profesor clínico de cirugía, y el Dr. Robert Udelsman, profesor y director del Departamento de Cirugía, se volvieron curiosos y trataron de descubrir su historia. Sin un nombre, fecha de nacimiento, número de registro médico fecha precisa de tratamiento, la búsqueda del registro de JD parecía inútil. Sin embargo, en mayo de 2010, la persistencia junto con la pura fortuna los llevó a una instalación de almacenamiento fuera del sitio que contenía el historial médico de JD.”
“La historia de jd
JD nació en Polonia en 1894 y emigró a los Estados Unidos a la edad de 18 años. Vivía en Connecticut y trabajaba en una fábrica de rodamientos de bolas hasta que se enfermó en agosto de 1940. “
“….A las 10 am del 27 de agosto de 1942, JD recibió su primera dosis de quimioterapia registrada como 0.1 mg / kg de químico linfocida sintético. Esta dosificación se basó en estudios de toxicología realizados en conejos. Recibió 10 inyecciones intravenosas diarias, con una mejoría sintomática observada después del quinto tratamiento. La biopsia después de completar el curso de tratamiento no reveló tejido tumoral, y pudo comer y mover la cabeza sin dificultad.”
Objetivos
En el artículo de 1946 de Helen Coley Nauts citado anteriormente se plantean que resumidas son:
¿Tiene el método de Coley validez clínica y experimental?
Si es asi ¿qué factores influyeron en su éxito fracaso y por qué no fue aceptado ampliamente?
¿Que se puede hacer para hacerlo más efectivo?
Estas son también nuestros objetivos. Pero añadimos otra que es muy importante:
¿Por qué no se aplica la vacuna de Coley en los enfermos incurables de cáncer?
Creemos que la vida de muchas personas depende de que se aplique.
BC es la sigla con que me refiero al libró “El emperador de todos los males” que tiene como segundo título “Una biografía del cáncer”
Sorprendentemente se ha hecho en 2010 saltándose todas las normas. Lo comento al ultimate de esta introducción.
1 Mukherjee,S. El emperador de todos los males, Santillana Ediciones Generales, S.L.,2011. Madrid
2 B. Goldacre, Mala Ciencia, Espasa Libros, S.L.U.,Barcelona, España, Ed. 2017
3 J. Thuillier, El nuevo rostro de la locura, Editorial Planeta, S.A,, 1981, Barcelona, España
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Advertencia
Este ensayo refleja mis dudas, reflexiones, hipótesis, deseos, frustraciones, opiniones etc. Cualquier persona que tenga un problema de salud debe consultar a un médico y no basarse en algo que no está probado científicamente. Estamos hablando de cosas muy peligrosas y a veces letales.
Decía Paul Erlich que la falta de precisión nos hace fracasar. Mi objetivo en este ensayo es la precisión en las cosas esenciales, pero también, si es posible, en las no esenciales.
Buscando información sobre la hija de Coley me encuentro con el libro “ADN El secreto de la vida” de mi admirado James Watson, el codescubridor de la estructura de la molecula de ADN.
Es una revisión y actualización del año 2018 del libro publicado en 2003.
Watson dice que Coley inyectó bacterias vivas en un paciente y que este murió 26 años después de un ataque al corazón. Esto no es correcto. El paciente que vivio 26 años fue inyectado con bacterias muertas.
Me llaman la atención las frases siguientes:
“Aun si la suposición de Coley de que las infecciones bacterianas tienen el potencial de curar muchos tipos de cáncer peligrosos fuera correcta, la medicina precise impide ese descubrimiento.
… me pregunto si las remisiones observadas de Coley tuvieron que ser el resultado de una respuesta inmune potenciada por las bacterias. En vez de ello, podrían haber provenido de la activación de un producto natural vertebrado por la quinona que genere especies reactivas de oxígeno”
No son suposiciones de Coley sino hechos reales observados por Pasteur, Koch, Emil von Behring y, muchos otros, sobre remisiones del cáncer después de infecciones. espontáneas.
A partir de este submit intentaré contestar a una serie de preguntas, que me parece un buen método para aclarar conceptos.
Una vez me dijo una psicóloga que me estaba tratando mi claustrofobia, que period muy perfeccionista. Que mucha gente hablaba de cosas de las que estaban seguros en el 50 60 % de los casos y que yo solía hablar cuando conocía el leyera las preguntas siguientes se daría cuenta que hablo de cosas de las que no sé ni el 50% pero alguien tiene que hacer las preguntas.
1 ¿Como hacía las toxinas?
Para mi sorpresa encuentro un escrito : “Las toxinas de Coley: una historia de tratamiento del cáncer
por Wayne Martin, BS, ChE “
En el se explica como hacía Coley la toxina: “Coley recurrió a una vacuna contra la erisipela, que se eliminó calentando a sixty six ° C durante dos horas. Esta vacuna causó una reacción leve a la fiebre, pero no lo suficientemente fuerte como para funcionar como un tratamiento contra el cáncer.Coley agregó el recién descubierto Bacillus prodigiosus, ahora llamado Serratia marcescens, a la vacuna. Se mató por calentamiento a sixty six ° C. Esto fue y es Toxinas de Coley y se inyectó en un tumor se realizó como inyecciones intradérmicas.Primero, el paciente experimentó frío, seguido de una fiebre de a hundred and one ° a 104 ° durante unas pocas horas”. 2
Tambien se explica como hacía las toxinas Buxton: “Desde 1894 hasta 1906, el Dr. BH Buxton de la Universidad de Cornell fabricó las toxinas de Coley.” y desde 1906 a 1920 Tracy: “Desde 1906 hasta 1920, la Dra. Martha Tracy, que había trabajado con Buxton, cambió la forma en que se fabricó la vacuna.”
También comenta como la hacían otros dos médicos posteriormente.
“Helen Coley Nauts me dijo que los médicos del Instituto de Investigación del Cáncer creen que el principal efecto anticanceroso de las toxinas de Coley radica en los efectos anticancerosos de la fiebre y el interferón y el factor de necrosis tumoral, que aumentan durante la reacción. El profesor Leo Zacharski, MD, de la Facultad de Medicina de Dartmouth dice que las toxinas de Coley contienen algo de estreptoquinasa. En una comunicación reciente, dijo que sabía de una mujer con cáncer de endometrio con metástasis. Tuvo un ataque al corazón y fue tratada con una infusión de estreptoquinasa. La estreptoquinasa terminó el ataque cardíaco y los tumores del paciente mostraron una regresión marcada que ha persistido durante varios meses. Esperaba ver un ensayo sobre el tratamiento del cáncer con una infusión de estreptoquinasa, pero mientras tanto sugirió que la estreptoquinasa en las toxinas de Coley era parte de su efecto anticancerígeno. También me puse en contacto con el Dr. S. Moncath, Director Médico de Wellcome Analysis Laboratories. Dijo que, en la reacción de la fiebre a las toxinas de Coley a una infección de erisipela, la vía de la arginina al óxido nítrico se activa para la producción de óxido nítrico, que proporciona un fuerte efecto anticancerígeno.” 2
Lo importante sería saber cual de las preparaciones fue la mas efectiva. Helen Coley Nauts realizó muchos estudios sobre las curaciones de su padre y dijo que había utilizado15 formulaciones diferentes, de las cuales cuatro fueron mas efectivas. En los últimos años BVax en Canada ha fabricado la TC y he leído que es la más efectiva. Es posible que lo sepan.
2 ¿Qué bacterias pueden producir erisipela?
Leo en Wikipedia:
“La erisipela es una infección bacteriana y la mayoría de los investigadores consideran que la causa principal son los estreptococos. Se encuentran tres clases de estreptococos: Streptococcus pyogenes en 58 % a sixty seven % de los casos, Streptococcus agalactiae en three % a 9 %, y S. dysagalactiae sp. equisimilis en 14 % a 25 %. En algunos pacientes se pueden encontrar otras bacterias, en basic asociadas a estreptococos, como Staphylococcus aureus en 10 % a 17 %, y Pseudomonas aeruginosa y enterobacterias en 5 % a 50 %.
Existen argumentos indirectos que indican el papel único de estreptococos en la erisipela. El número de bacterias estreptocócicas es pequeño en la erisipela y los métodos que usan antígenos estreptocócicos han aumentado el porcentaje de casos de erisipela estreptococo-positiva. La colonización bacteriana de la piel es frecuente y esto explica la presencia de estafilococos y Pseudomonas sp. en las áreas intertriginosas. No se encontraron hemocultivos positivos para estafilococos en las erisipelas. Finalmente, la penicilina G , a la cual normalmente son resistentes los estafilococos, se usa regularmente con éxito en el tratamiento de la erisipela y sus recurrencias.”
Con la lectura anterior me surgen otro montón de preguntas: ¿se utilizó cultivo puro de Streptococcus pyogenes también tenia los otros dos strectococcus? ¿Variaba la proporción de los tres en distintos cultivos? ¿puede ser que como en el caso del ´acido retinoico la proporción de cada streptococo fuera esencial uno de ellos en particular fuera esencial para la curación?
Vuelvo a leer la información de wikipedia y me doy cuenta que la he interpretado proporción se refiere a casos de erisipela producidos por distintos estrectococos, por lo tanto las anteriores preguntas no son correctas aunque las dejo por que no sé si puede darse el caso de mezcla.
Cuenta Coley hablando de Fred Stein, el inmigrante alemán que se curó con una infección espontánea de erisipelas, que primero tuvo una fuerte infección y que dos semanas después volvió a tener otra. A mí
me parece raro que sufriera la misma infección por la misma micro organism, Strectococcus pyogenes. Creo que en dos semanas habría adquirido algo de inmunidad y me parece difícil que repitiera la misma infección.
Encuentro otra información diferente: “Por último el paciente atrapó una infección, la temida erisipela, causada por unos strectococos.LLevaron a Stein a la estación de cuarentena y allí, como que estaba encerrado con víctimas de todas las enfermedades contagiosas imaginables, sufrió una tras otra en rápida sucesión.” 3.
3 ¿Es dificil inocular la erisipela?
Según Coley sí. Yo cuando lo leí me sorprendió bastante. De las diez primeras personas que trató con bacterias vivas de erisipela solo consiguió inocular la erisipela a tres.
Sin embargo Fhelesein inoculó erisipela en siete personas y todas excepto una que había tenido erisipela poco tiempo antes, contrajeron la enfermedad.
La erisipela es muy contagiosa y en esa época en los hospitales era algo muy ordinary.
Ayer, eleven de marzo de 2019, me acordé que en mi descalzadora, en la que tengo unos cuantos libros y revistas, había un libro de biología de mis hijos que explicaba de forma sencilla los glóbulos de la sangre. Fuí a buscarlo y al cogerlo, se me cayó algo a lo que no presté atención.
Esta mañana mientras me estoy vistiendo veo la portada de una revista que me está “mirando” La revista es Investigación y Ciencia de junio de 2016 y la portada es una célula de cáncer atacada por linfocitos T, con el título “El cuerpo contra el cáncer” Yo no soy supersticioso si no pensaría que alguien me había hecho magia.
Empiezo a leerla y encuentro un recuadro con un pequeño artículo que me viene como anillo al dedo.
Bajo el título “Guerra bacteriológica” aparece el subtítulo “Algunos tipos de bacterias intestinales pueden potenciar la capacidad del cuerpo para luchar contra los tumores malignos” María Luisa Alegre y Thomss F. Gajewski.
En el artículo comentan que estudiaron dos cepas genéticamente idénticas de ratones pero con microbiomas diferentes por haberse criado en ambientes distintos. Les inyectaron celulas de melanoma y unos el crecimiento del tumor period lento y en otros mas rapido. Descubrieron que las cepas bacterianas de Bifidobacterium longum Bifidobacterium breve parecían ser las responsables de la actividad antitumoral mejorada. Bastaba con alimentar a los ratones con crecimiento mas rapidodel tumor con una de estas cepas bacterianas para estimular su sistema inmune y retrasar su crecimiento.
La existencia de estas cepas bacterianas también condicionó la eficacia de un fármaco inmunoterapéutico, un inhibidor de los puntos de control. Los tumores desaparecieron en los ratones que tenían estas bacterias. Los que carecían de estas bacterias solo respondían parcialmente y solo se curaban si las ingerían. Esto me parece asombroso.
¿Que hubiera hecho Coley si hubiera conocido estos estudios en su tiempo? Veamos primero lo que hizo cuando dos personas que trató con bacterias vivas de Strectoccus pyogenes murieron de septicemia. Pensó que podía conseguir lo mismo sin riesgos, inyectando bacterias muertas por calor de forma repetida. Sin embargo vio que los efectos eran muy débiles. Entonces se enteró de los experimentos de G.H. Roger que demostraban que las bacterias Serratia marcescen aumentaban la virulencia de los estrectococos. Coley decidió emplearlas junto con las de erisipela en los pacientes de cáncer.
En este caso creo que en los que no respondieran les daría bacterias vivas de bífidun por la boca y Tc inyectada. ¿que hubiera conseguido? Posiblimente nada, ya que se hubieran digerido en el estómago.
Actualmente eso se evita encapsulándolas para que no se digieran el el estómago.
sea que ya sé lo que haría yo si la TC algo equivalente no me funcionara. Si incluso con los bífidos no obtuviera resultados probaría con bacteroides que en estudios en Francia hacen que funcione la inmunoterapia de puntos de control, como también se explica en el artículo que comentamos.
Por supuesto, esto lo haría con management médico y siguiendo los consejos de Coley. Primero inyectando una mínima cantidad de TC en sangre para comprobar la susceptibilidad y después, si es posible, en el tumor inmediaciones. Después ir subiendo la dosis hasta conseguir una fiebre alta y procurando que no llegue a ser peligrosa.
En el caso de probar con los bífidos bacteroides volver a empezar con dosis muy bajas de TC. Pienso que es posible que estimulen el sistema inmunológico y la dosis necesaria para producir fiebre sea más baja.
four ¿Como funciona la toxina de Coley?
El anterior comentario de James Watson indica que aún no se sabe como actua la TC.
En “Introducción al conocimiento del sarcoma” publicado en Anales de Cirugía en septiembre de 1891 y refiriéndose al modo de acción de las inyecciones de erisipelas vivas, coley dice que que su modo de acción no está determinado.
Comenta que las teorias que tienen más apoyo son:
1 Una acción destructiva directa de las erisipelas sobre las células del cáncer
2 Que la alta temperatura es suficiente para destruir las celulas de menor vitalidad, provocando una degeneración grasa y posterior reabsorción
three Que el sarcoma y el carcinoma son de origen bacteriano y que el germen de la erisipela tiene un antagonismo directo contra el bacilo del cáncer.
Comenta que Bruns no cree que ninguna de estas teorías sea suficiente para explicar todos los casos y que cada una de ellas puede tener un elemento de verdad y que es necesaria una teoría que combine todas ellas.
En 1949 Hellen Coley escribio que la TC funcionaba por un estímulo al sistema retículo endotelial. Así se conocía entonces al sistema inmunológico.
Referencias
1 –
lunes, 4 de marzo de 2019
Advertencia
Este ensayo refleja mis dudas, reflexiones, hipótesis, deseos, frustraciones, opiniones and so forth. Cualquier persona que tenga un problema de salud debe consultar a un médico y no basarse en algo que no está probado científicamente. Estamos hablando de cosas muy peligrosas y a veces letales.
Con cáncer incurable me refiero al que la medicina considera como tal. Generalmente es un tumor extendido a sitios lejanos con metástasis (estadio IV) y con escasa vida media y una proporción muy baja de supervivencia a los cinco años.
Un cáncer incurable como la LMC (leucemia mieloide crónica) no entraría en la anterior definición ya que la persona puede vivir muchos años siempre que se tome la pastilla.
Hay cánceres en etapa inicial (estadios bajos) como el mesotelioma que son incurables. Por ejemplo, en 1982 le diagnosticaron un mesotelioma de peritoneo al profesor de Zoología en la univerdidad de Harvard, Jay Goul. Vida media eight meses. Sin embargo vivió 30 veces más, 20 años. Lo cual demuestra que la estadística no siempre es una condena.
La toxina de Coley (TC) es un preparado formado por dos bacterias muertas por calor Strectococcus piogenes y Serratia marcescens que Coley utilizó desde 1893 hasta su retiro en 1933 en pacientes con cáncer.
¿Por qué eligiría la TC como primera opción? Porque Coley curó muchos cánceres incurables con ella. No conozco otro método mejor.
Probablemente muchos sea la primera vez que oyen hablar de la TC. No es extraño pues, excepto ahora, que se estan realizando cada vez más trabajos sobre inmunoestimulación y es casi obligado referirse a ella, antes period un tema que se mencionaba poco. Ahora a Coley se le considera el padre de la inmunoterapia y desde 1975 hay un premio que lleva su nombre, para galardonar los logros en terapia inmunológica contra el cáncer.
Yo, hace unos 25 años, estuve leyendo literatura alternativa sobre el cáncer y no recuerdo haber leído nada sobre toxina de Coley, lo cual lamento profundamente.
En estos días estoy releyendo dos libros:”El emperador de todos los males” 1 y “Anticáncer” 2.
El primero publicado en 2010 por Mukherjhee , un oncólogo ortodoxo, es un libro extraordinario,al que muchas veces citaré. Sin embargo en esa historia del cáncer solo se hace una referencia a pie de página a la TC. Señal de que no la considera importante.
Otra prueba más de la poca importancia que se le daba a la TC es lo siguiente: Mukherjee comenta en pág. 46 de BC que la revista Fortune publicó en 1937 un artículo “Cáncer:la gran oscuridad” En el se cube: “Lo alarmante es que no se ha planteado ningún nuevo principio de tratamiento, sea para la cura para la prevención….. Pero lo cierto es que la “cura” del cáncer todavía se realiza de acuerdo con solo dos principios: la extirpación y la destrucción del tejido enfermo la primera mediante cirujía, la segunda mediante rayos X.No se ha puesto a prueba ningún otro medio”.
¿No sabían que existía la TC la consideraban charlatanería?
Mukherjhee dice en p. forty five de BC: “Con el descubrimiento de los rayos X a comienzos del siglo XX también podía utilizarse la radiación para matar células cancerosas en sitios locales.
Pero desde un punto de vista científico el cáncer seguía siendo una caja negra, una entidad misteriosa que period mejor amputar en bloque en vez de tratarla con alguna intuición médica mas profunda. Para curar el cáncer (si acaso period posible curarlo) , los médicos contaban solo con dos estrategias: extirpar quirurgicamente el tumor quemarlo con radiación, una elección entre el rayo caliente y el cuchillo frío.”
Esto me sorprende aún más cuando al releer su libro veo que en “Notas del autor” cube que ha hecho un trabajo de posgrado en inmunología oncólogica. BC p.15.
La intuición médica más profunda la tuvo Coley pero por distintos motivos su método no fue aceptado ni empleado mayoritariamente.
Con el descubrimiento de los rayos X en 1985 y posteriormente del radio y otros elementos radiactivos y su aplicación en el tratamiento del cáncer comenzó una época en que los oncólogos estaban deslumbrados por los efectos de la radiación y la TC fue quedando cada vez más en la sombra.
Una prueba de ese deslumbramiento es el comentario siguiente.
“Creo que este tratamiento es una cura absoluta para todas las formas del cáncer _señaló un médico de Chicago en 1901_ No sé cuáles son sus limitaciones”. BC p.109.
Sin embargo la radiación servía para tratar el cáncer localizado pero era poco efectiva en las
metástasis.
Con la iglesia hemos topado
Hubo dos personas, James Ewing y Cornelius Rhoads y dos organismos, la FDA y la Sociedad Americana del Cáncer, que representaron un lastre para las TC.
James Ewing
James Ewing, contemporaneo de Coley, fue un destacado patólogo e investigador del cáncer. En 1913 fue cofundador de la Sociedad Americana para el Control del Cáncer, actualmente Sociedad Americana del Cáncer.
Ewing no creyó a Coley y fue su oponente. Creía que la radioterapia tenía que ser la columna vertebral del tratamiento del cáncer. Coley, que fue el primero que introdujo la radioterapia en el Memorial Hospital creía que esta podía ser de valor en algunos casos y que su vacuna podía utilizarse además de aquella.
Cornelius Highway
Así como James Ewing fue un obstáculo para Coley, Cornelius Rhoad lo fue para la hija de Coley, Hellen Coley Nauts. De 1941 a 1950 (excepto diciembre de 1942 a julio de 1945 debido a la Segunda Guerra Mundial) mantubo correspondencia con Cornelius Rhoad (director del Sloam-Ketering Heart) intentando convencerlo del valor del método de su padre y de la importancia de realizar un estudio en profundidad de este. Al principio Cornelius Rhoad se interesó por el tema, pero después, entusiasmado con la quimioterapia, no le hizo caso.
FDA
“Después de la tragedia de la talidomida en Europa, en la que las mujeres tomaron un medicamento para las náuseas matutinas que resultó causar defectos de nacimiento, la FDA tomó una línea dura sobre la seguridad de los medicamentos. En 1962, el Congreso aprobó la enmienda Kefauver-Harris (también conocida como la Enmienda de la Eficacia de las Drogas”) a la Ley Federal de Alimentos, Medicamentos y Cosméticos. Esta enmienda introdujo un requisito de que los fabricantes de medicamentos deben proporcionar una prueba de la seguridad y eficacia de un medicamento antes de que pueda ser aprobado por la FDA. La enmienda contenía una cláusula que permitía que los medicamentos de uso prolongado, como la aspirina, fueran adquiridos.”3
En 1963 consideró la TC un nuevo medicamento, a pesar de que llevaba 70 años aplicándose y se recomendaba su utilización en los libros de cirugía.
..La edición de 1931 de Cirugía Moderna recomendaba,”después de estirpar un sarcoma en cualquier región,el paciente debe recibir cursos de inyecciones de fluido de Coley”.16 Del mismo modo en Cirugía Operativa Moderna, 17 se establece para sarcomas que “después de la amputación, inyecciones profilácticas de fluido de Coley deben administrarse en dosis suficientes para provocar una reacción febril aguda.”
16 Da Costa JC. Fashionable surgery. tenth Ed. Philadelphia: WB Saunders, 1931:293-4.
17 Turner GG. Modern operative surgical procedure. 3rd Ed. London: Cassell, 1943;1:304. 1 7
¿Por qué no se aplicó el mismo criterio al DES (dietilestilbestrol) ?
Veamos lo que dice el NHI sobre el DES.
“El dietilestilbestrol ( DES ) es una forma sintética de la hormona femenina estrógeno Se recetaba a las mujeres embarazadas entre los años 1940 y 1971 para prevenir abortos espontáneos, partos prematuros y otras complicaciones relacionadas con el embarazo El uso del DES disminuyó después de que estudios realizados en la década de 1950 demostraron que no period un método eficaz para prevenir estos problemas.
En 1971, los investigadores descubrieron, en un pequeño grupo de mujeres, una relación entre la exposición prenatal (antes del nacimiento) al DES y un tipo de cáncer de cuello uterino y de vagina llamado adenocarcinoma de células claras Poco después, la Administración de Alimentos y Medicamentos ( FDA ) notificó a los médicos de Estados Unidos que no se debía recetar DES a las mujeres Europa se continuó recetando el medicamento a las mujeres embarazadas hasta 1978.”
Veamos lo que escribe Joan-Ramón Laporte:
“No todo el mundo médico creía en los beneficios obtenibles del DES. El physician Dieckmann, de Chicago, era uno de los escépticos. En 1953 inició un ensayo clínico a doble ciego controlado con placebo, en el que participaron más de 1.600 mujeres. Sus conclusiones, claras y terminantes, no fueron ni han sido nunca refutadas: “El DES no scale back la incidencia de abortos, de partos prematuros ni de partos de niños hipermaduros. Los niños prematuros de madres tratadas con DES no eran más maduros que los tratados con placebo y con la misma edad gestacional”.
El mismo sir Charles Dodds, descubridor del DES, no estaba muy entusiasmado con el éxito comercial del producto. En una conferencia que dio en 1963 decía: “Es interesante especular entre paréntesis sobre las diferentes actitudes respecto a los nuevos fármacos que existían hace 30 años y que existen ahora. Unos pocos meses después de la primera publicación sobre la síntesis del DES, este producto era comercializado en todo el mundo. No se han realizado nunca pruebas a largo plazo sobre animales, como por ejemplo perros, y supongo que debemos congratulamos de que se trate de una sustancia tan atóxica, si se considera la larga serie de pruebas que, por ejemplo, las autoridades norteamericanas habrían exigido en la actualidad para comercializar este fármaco. Es realmente sorprendente que hayamos escapado a un desastre farmacológico”.
El desastre ya se estaba produciendo, pero no fue descubierto hasta 1971″.
Por suerte tampoco se aplicó el mismo criterio a la aspirina que se comercializó en 1899.
Dice Philippe Meyer en “la revolución de los medicamentos” : “No es seguro que un medicamento tan apreciado como la aspirina fuera autorizado, si su lanzamiento al mercado fuera hecho en nuestros días; la aspirina puede, en efecto, favorecer hemorragias, y esa complicación superaría a sus magníficas acciones antiálgicas y antipiréticas, lo que conduciría, quizá, a rechazarla.”
La toxina de Coley y los cánceres incurables
La oncología considera habitualmente los cánceres en etapa IV como incurables y sus tratamientos tratan de alargar la vida y aliviar los síntomas.
Veamos por ejemplo la información sobre el tratamiento del cáncer de esófago en estadio IV.
“Quimioterapia para los cánceres avanzados: para los cánceres que se han extendido a otros órganos como el hígado, la quimioterapia puede utilizarse también para ayudar a encoger tumores y aliviar los síntomas. Aunque resulta poco probable que treatment el cáncer, a menudo ayuda a las personas a vivir más tiempo.
La quimioterapia por sí misma rara vez cura el cáncer de esófago.
Se puede administrar quimioterapia (posiblemente junto con un medicamento de terapia dirigida para tratar de ayudar a los pacientes a sentirse mejor y a vivir por más tiempo, aunque el beneficio de administrar quimioterapia no está claro. La radioterapia u otros tratamientos se pueden usar para ayudar con el dolor la dificultad al tragar.”
Sin embargo Coley dió como tasa de curación en cánceres inoperables 10 %. Sin embargo en “El tratamiento de tumores malignos inoperables con las toxinas mixtas de erisipelas y bacilo prodigioso” de 1913, dice que estos resultados ya se han duplicado. sea un 20 % aproximadamente de curaciones.
En la época de Coley no se clasificaban los tumores por etapas. Los tumores generalmente se descubrían en etapas más avanzadas que tumores inoperables eran todos incurables y la totalidad, prácticamente, estarían en estadios avanzados.
Pensemos en la cantidad de personas que mueren anualmente por cánceres incurables. Si pensamos en la proporción de personas que se podían haber curado con la Toxina de Coley (aunque la tasa sea baja), el número es considerable. Si consideramos que debido a la prohibición de la FDA la mayoría de las personas con cánceres incurables no han podido utilizar la TC, el número de muertos que se podrían haber salvado desde 1963 es abrumador.
ACS
“En 1965, la Sociedad Americana del Cáncer agregó las toxinas de Coley a sus “Métodos no probados de terapia contra el cáncer”. Esta inclusión marcó de manera efectiva las toxinas de Coley como más allá de los límites entre los investigadores de cáncer. La ACS eventualmente eliminaría las Toxinas de Coley de la lista (10 años después) pero para entonces el daño ya estaba hecho”.three
La ACS escribió en 1965: “La Sociedad Americana del Cáncer no ha encontrado evidencia de que el tratmiento con toxinas mixtas de Coley tenga ningún beneficio en el tratamiento delcáncer en los seres humanos”
Posteriormente:”Evidencia científica sugiere que las toxinas de Coley u otras vacunas bacterianas mixtas pueden tener un papel en el tratamiento del cáncer cuando se combinan con otros tratamientos”.
Lo que me deja desconcertado es que me entero que poco después de la muerte de Coley la ACS escribió en “Nuevos y no oficiales remedios” lo siguiente: “su uso como profilactico en cirugía radical conservativa y en casos inoperables puede estar justificado”.
Esto no es serio, primero si, después no, ahora si.
Anticáncer
El segundo libro, está escrito por Servan-Schreiber. Un psiquiatra que tuvo cáncer cerebral, fue operado y tuvo una recaída. Después de la segunda operación decidió investigar por su cuenta acerca del cáncer. Es un libro más heterodoxo, pero a mí me parece muy interesante. Sin embargo una vez le pregunté (por web) a un investigador del CNIO sobre él y me dijo que lo tirara a la basura. Después de discutir con el sobre el autor y el libro me dí cuenta de que no lo había leído.
En este libro, publicado en 2007 Servan-Schreiber le da mucha importancia al sistema inmunológico, pero no nombra ni una sola vez la menciona la inmunoterapia. Cuando leí este libro hace unos años descubrí al ratón resistente al cáncer (Mighty Mouse) y me convencí de que el sistema inmunológico sería la solución al cáncer.
Es inconcebible que uno de los descubrimientos más importantes sobre la curación radical del cáncer, la TC y su descubridor hayan sido ninguneados, olvidados, denigrados, no creídos que si se hubiera utilizado, una gran cantidad de personas con cáncer incurable se hubiera curado.
Las terapias inmunológicas actuales funcionan solo en algunos tumores: “El Apolo XI en esta guerra se llama inmunoterapia. Nuestras defensas se encuentran sobornadas por las células tumorales. Estamos descubriendo cómo funciona el sistema inmune frente a tumores, los mecanismos moleculares involucrados y cómo podemos manipularlos para que sirvan como nuevas terapias. De momento funciona en pocos pacientes pero cuando lo hace es asombroso. Poco a poco empezamos a entender el cómo y el por qué. Al principio se pensaba que sólo serviría para tratar algunos casos de melanoma y empieza a funcionar en otros tipos de tumores de pulmón, vejiga y linfoma. Comenzamos a poder identificar a aquellas personas que pueden beneficiarse de estos tratamientos novedosos.” 4.
Esto me recuerda algo que leí hace poco sobre la inmunoterapia moderna. Es como si trataran de dar un concierto con un piano que solo tiene dos teclas.
Por supuesto que la inmunoterapia moderna es asombrosa y lo será más en el futuro, pero debería mirar atrás con humildad y fijarse más en el tronco y no irse por las ramas.
Al contrario que la radioterapia, la quimioterapia la terapia dirigida, el modo de acción de la TC era universal, funcionó (con tasas de curación variables) en todos los cánceres en que se probó.
La TC: Un potencial sin desarrollar
Creo que la potencia de este protocolo (utilizar microorganismos para combatir el cáncer está sin explotar). Piénsese en la cantidad de microorganismos que se podrían utilizar.
Coley solo utilizó dos: Strectococcus piogenes porque en 1981 encontró el caso de Fred Stein que se había curado después de una infección de erisipela y pensó que esta debía ser la causa.
Serratia marcescens porque en 1893 se enteró de los experimentos en animales de Roger del Instituto Paster en los que la virulencia de los strectococos aumentaba mucho si se desarrollaban junto con Serratia marcescens.
Coley comenta un caso de linfosarcoma inoperable de cuello y amigdala del que ha sido informado por el Dr. J.L. Goodale de Boston, Mass. que desapareció completamente con inyecciones de Stafilococcus aureus.(Boston Medicine and Surgical Journal), Sep.1908De acuerdo con una carta del Dr. Goodale fechada el 26 de noviembre de 1913 el paciente sigue perfectamente bien casi cuatro años mas tarde.
Este caso merece ´mas experimentos con las toxinas de Stafilococcus,dice Coley.
Además de los ejemplos anteriores, piénsese en los miles de microorganismos (virus, bacterias, hongos, protozoos) que aún no han sido probados.
Las vacunas llevan adyuvantes para aumentar su potencia. Sin ellos algunas vacunas serían casi inútiles.
Parece ser que los adyuvantes actúan estimulando el sistema inmune innato.
Si a los microorganismos les añadimos adyuvantes el panorama parece muy prometedor.
Cuando Coley se dió cuenta del peligro de utilizar bacterias vivas, comenzó a utilizar Strectococcus piogenes tratados con calor. Sin embargo las inyecciones producían solo reacciones moderadas y ligeros efectos inhibitorios sobre los tumores.Comenta Coley que intentó aumentar la virulencia obteniendo cultivos de casos fatales cuando le fue posible.
Se me ocurren dos cosas que se podrían hacer ahora.
En primer lugar probar distintas cepas de S.piogenes, ya que probablemente cada una tenga un comportamiento diferente.
En segundo lugar utilizar un adyuvante.
Creo que si el programa de 1971 del presidente Nixon: “Guerra contra el cáncer” se hubiera dedicado a estudios sobre las TC y otras infecciones y sus efectos en el cáncer, el panorama actual del cáncer sería completamete distinto.
William Bradley Coley
Alguien pensará que estamos hablando de curanderismo como se dice ahora, de magufadas, pero no es así. El médico que invento este tratamiento, William Bradley Coley period un destacado cirujano de huesos en el Hospital de Nueva York, actualmente Memorial Sloan- Kettering Middle, y en el Hospital for the Ruptured and Crippled.
Coley nació en 1862 en Saugatuck, en las afueras de Westport,Connecticut, en 1862.
Estudió en Yale de 1880 a 1884 donde se graduó y obtuvo el titulo de bachiller en artes.Enseñó latín y griego durante dos años, de 1884 a 1886 en Portland, Oregón. En 1886 se matriculó en la Escuela de Medicina de Harvard y en 1888 obtuvo el título de doctor en medicina.
En 1989 entró como asistente clínico en el departamento de hernia del Hospital for Ruptured and Cripled.
En 1925 fue nombrado Cirujano en Jefe de este hospital (actualmente Hospital de Cirugía Especial.). En el momento de su nombramiento tenía sixty three años y llevaba trabajando en este hospital 36 años.
En 1890 atendió a una chica de diecisiete años, Bessie Dashiel, que tenia una lesión dolorosa en la mano derecha. Le hizo una biopsia y vio que tenía un sarcoma agresivo de células redondas. Le realizó una cirujía a mitad del antebrazo el ocho de noviembre de 1890. Sin embargo las metástasis ya se habian extendido por su cuerpo y murió el 23 de enero de 1891. El suceso le impresionó profundamente.
“En abril de 1891, Coley leyó un artículo ante la Academia de Medicina de Nueva York, Contribución al conocimiento del sarcoma , en el que dejó en claro que iba a dedicar su carrera al estudio del cáncer.
Con su futuro profesional redefinido, Coley comenzó inmediatamente a investigar las historias de casos de sarcoma en el Hospital de Nueva York y en los archivos privados del Dr. Bull y el Dr. Robert F. Weir (1838-1927), cirujano jefe del Hospital de Nueva York. Se topó con el caso de un inmigrante alemán que desarrolló una lesión en su rostro frente a su oreja. Esto se convirtió en una masa del tamaño de un huevo, que fue escindida por el Dr. Bull. Debido a las reincidencias, Bull volvió a operar en 1884, pero debido a su gran tamaño, no pudo lograr un cierre primario. El análisis patológico fue un sarcoma de células redondas. Una infección de erisipela resultó con el aislamiento de Streptococcus pyogenes Durante semanas, la masa del sarcomatoso se redujo hasta que desapareció cuando Stein fue dado de alta en febrero de 1885.
Esto es lo que estaba buscando Coley, y con mucho entusiasmo, energía y perseverancia, comenzó su búsqueda en las propiedades del Decrease East Side en busca de Stein. Un día, encontró a su hombre con la cicatriz reveladora debajo de su oreja. Lo llevó de vuelta al Hospital de Nueva York para que lo examinara el Dr. Bull. El paciente tenía 7 años postoperatorio de un sarcoma “inoperable”, libre de enfermedad y con buena salud. Este fue el comienzo de la búsqueda de William Coley” 5
“En ese momento, Coley decidió infectar a los pacientes de cáncer en etapa tardía con erisipela. Su primer caso de prueba fue un paciente llamado Zola. El caso de Zola casi duplica la experiencia de Stein. Coley tuvo muchos problemas para que la infección comenzara con Zola y, cuando lo hizo, fue tan grave que temió que Zola muriera a causa de la infección. Sin embargo, como en el caso de Stein, Zola entró en una remisión que resultó ser una cura.
Coley comenzó a tratar a doce pacientes con cáncer en etapa tardía al infectarlos con erisipela. Dos pacientes murieron por la infección. Un paciente sufrió una infección con fiebre de a hundred and five ° F. En ese caso, los tumores del paciente desaparecieron, pero una recurrencia causó la muerte, Coley no pudo infectar a los otros nueve pacientes.” 6.
Que C. no pudiera infectar a nueve personas de doce me parece sorprendente. La bacterias de erisipela debían ser bastante virulentas pues dos personas murieron a causa de la infección.
Las dos muertes le llevaron a utilizar bacterias de erisipela muertas por calor pero sus efectos eran débiles. Poco después añadió bacterias de bacilo prodioso (actualmente conocido como Serratia marcescens) tambien tratadas con calor. Esto se cononoció como vacuna de Coley, toxinas de Coley (TC), fluido de Coley vacuna mixta de Coley.
Desde que leí “Nuevo aprender a dibujar con el lado derecho del cerebro” de Betty Edwards confio más en mis corazonadas. Leo en pag. 54 de BC: “En Nueva York en la década de 1910, William B. Coley, James Ewing y Ernest Codman habían tratado sarcomas óseos con una mezcla de toxinas bacterianas, la llamada toxina de Coley. Este había observado respuestas ocasionales, pero la respuestas impredecibles, probablemente causadas por la estimulación inmunológica, nunca despertaron del todo la atención de oncólogos cirujanos.”
Esto me conecta automáticamente con la investigación de la leucemia promielocítica agua (LPA). Esta es una variante de leucemia que se caracteriza porque la sangre esta atestada de globulos blancos inmaduros, promielocitos, cargados de toxinas. En la década de 1970 los investigadores probaron una serie de productos químicos en tubos de ensayo esperando que alguno de ellos los hiciera madurar. El que mejor repondió fue el ácido retinoico (una forma de vitamina A oxidada). Pero las respuestas eran impredecibles, ocasionales, como dice Mukherjee en el caso de la TC. Los investigadores, frustados, abandonaron la investigación. Sabiendo lo que pasó después y dando por supuesto que conocían que el ácido retinoico se puede presentar en dos formas, trans cis, yo me pregunto: ¿por qué no se les ocurrio hacer la prueba por separado con ARTWORK ARC ?
Supongo que la anécdota siguiente lo explica un poco. Cuentan que cuando Picaso pintó la paloma de la paz alguien dijo que eso lo podía hacer cualquiera. Cuando se enteró Picaso dijo: “ahora sí”. Todo parece más fácil cuando alguien lo ha hecho.
En 1985 unos científicos chinos se reunieron con Degos, hematólogo del hospital de san Luis en Francia. Degos y Wang (del hospital Ruijin, en Shanghái) sabían que se había utilizado principalmente ARC en las pruebas y pensaban que los resultados podían tener que ver con las distintas concentraciones de ARTWORK. Wang conocía un laboratorio en Sanghay que podía fabricar ARTWORK puro. Decidieron probar primero en el hospital Ruijin en Shangháy y después en Francia.
La prueba se hizo con 24 personas con LPA y 23 se curaron aunque solo por unos meses. Fue el primer tratamiento dirigido a un oncogén.
Creo que resolver el enigma de la toxina de Coley es related aunque más complejo..
Para mí lo importante es que con un tratamiento ocurrió el milagro de la curación complete del cáncer. Hay que averiguar por qué unas veces funcionaba y otras no.
Estoy leyendo distintos artículos e informaciones a veces confusas, por lo que decido ir a las fuentes.
Algunos escritos de Coley:
“El tratamiento de tumores malignos inoperables con repetidas inoculaciones de cultivos vivos de estrectococos de erisipela”
“El tratamiento de tumores malignos inoperables con la mezcla de toxinas de erisipelas y bacilo prodigioso”
También el libro de Stephen Corridor: “Una conmoción en la sangre”
Y por supuesto, los escritos de Helen Coley Nauts, hija de Coley, que estudió minuciosamente todo los documentos de su padre, creyó que el método tenía valor e intentó que el mundo médico le prestara atención y se estudiara más a fondo.
Un paralelismo sorprendente
Hace unos años me enteré de la existencia de Wagner Jauregg y de su método, la impaludación.
Fue durante la lectura de “El nuevo rostro de la locura” de Jean Thuillier. Éste describe una impaludación realizada una noche que está d
e guardia en el hospital psiquiátrico Sante-Anne de Paris.
“Sol en la cabeza, sol en mi cabeza, para fabricarme otra cabeza.” El coronel repite esto sin cesar mientras se balancea en su cama. (….)
Todo lo que toca el coronel se convierte en oro y con ese oro va a comprar el mundo.(…..)
Su delirio megalomaníaco proviene de una sífilis mal coronel presenta una enfermedad psychological llamada “paralisis normal”, que refleja una localización cerebral de la sífilis.Estamos en 1947, el empleo de la penicilina no se ha generalizado aún y yo tengo que impaludar al coronel, es decir, inocularle el paludismo, la malaria, para intentar curar “su pobre cabeza de oro” (….)
Va a la sala donde está el donante y al encender la luz uno
de los enfermos grita:
_¡Aquí están los vampiros!
Bertrand no se defendía, se dejaba hacer. (….)
Le extrajo 10 centímetros cúbicos de sangre y se la inyectó al coronel subcutáneamente.
Ahora al leer más sobre Wagner Jauregg me sorprende su actuación related a Coley.
Viven en continentes diferentes, Europa y America, uno es psiquiatra y el otro cirujano, pero los dos aplican la misma lógica.
Los dos parten de un único caso. Coley de la lectura de la historia del inmigrante aleman Fred Stein, que se ha curado de cáncer después de una infección de erisipelas.Wagner Jauregg cuando presencia la curacion de una mujer con demencia grave después de una infección de erisipelas en el Asilo de la Baja Austria en Viena.
Ambos consultan la literatura y descubren que hay muchos referencias a enfermedades (entre ellas cáncer y demencia) curadas después de una infección febril por distintos patógenos.
Los dos intentan imitar a la naturaleza e inyectan al principio la erisipela cada uno en la enfermedad que le interesa, el cáncer la demencia.
Sin embargo a pesar de este paralelismo, no parece que haya habido conocimiento mutuo de sus respectivos trabajos. Coley no utilizó tuberculina ni malaria y Wagner Jauregg no utilizó TC.
Veamos más a fondo el trabajo De Wagner Jauregg.
Julius Wagner Jauregg nació en Wels en 1857 y murió en Viena en 1940. Estudió medicina en la universidad de Viena de 1874 a 1880.
En 1883 entro en el Asilo de la Baja Austria en Viena donde el 28 de enero una mujer se infecto de eripela y se curó de su demencia.
Después de esto consulto literatura sobre casos similares y en 1887 escribió un extenso articulo: “El efecto de las enfermedades febriles en las psicosis”.
En el invierno de 1888/89 inoculó a varios pacientes con erisipela con resultados negativos.
Poco depués el pediatra Theodor Escherich trajo de Berlín varias botellas de tuberculina y le regaló una a Wagner Jauregg.
En el invierno de 1890/ninety one probó la tuberculina en varios pacientes con resultados favorables. Sin embargo abandonó el tratamiento por un tiempo. La razón que dió fue que el tratamiento period muy lento. La clínica de Graz solo admitía enfermos agudos y estos estaban en la clínica solo un corto tiempo, porlo que no le era posible comprobar sus resultados. Mas tarde en sus ” Memorias” comenta que abandonó el tratamiento debidoa los alarmantes informes sobre el peligro del tratamiento con tuberculina.
A partir de 1893 Ernst Boeck, asistende de Wagner Jauregg continuó el tratamiento con tuberculina.
Malarioterapia
En 1917 Alfred Fuch informó a Wagner Jauregg que un soldado procedente del frente de Macedonia estaba ingresado en el hospital con malaria terciana y le preguntó si le inyectaba quinina. En ese momento Wagner Jaureg vio la oportunidad de llevar a cabo lo que ya había propuesto, treinta años antes, en su artículo de 1887, inyectar la malaria terciana. El 14 de junio de 1917 sacó sangre al soldado durante un ataque de fiebre y se la inyectó a dos pacientes afectados de parálisis normal.
Wagner Jauregg informó posteriormente que de los nueve primeros pacientes que trató, uno de ellos murió. dos fueron enviados de nuevo al asilo y seis se recuperaron, aunque cuatro de ellos volvieron a recaer. Dos se curaron completamente.
En 1927 Wagner Jauregg recibió el premio Nobel de Fisiología Medicina por el descubrimiento del tratamiento con malaria para la curación de la parálisis general.
Referencias
1 Mukherjee,S. El emperador de todos los males, Santillana Ediciones Generales, S.L.,2011. Madrid
2 Servan Schreiber,D. Anticáncer, Espasa Calpe, S.A.,2008.Madrid
3 -2015/what-ever-occurred-to-coleys-toxins
4 –
5 #Fn1
6 Las toxinas de Coley: una historia de tratamiento del cáncer por Wayne Martin.
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