Las amígdalas son una parte importante del sistema linfático de la rinofaringe. Cumplen una misión muy importante, particularmente durante la infancia. Permiten al sistema inmunitario tomar contacto con una amplia variedad de gérmenes potencialmente patógenos y extraer información de ellos. De esa forma se crean defensas naturales que nos acompañarán toda la vida. Tal vez por eso la naturaleza ha dispuesto que los bebés exploren casi todo el mundo a su alcance llevándoselo a la boca.
Sin embargo, en ocasiones, la carga bacteriana las supera y se inflaman. Entonces aumenta su tamaño, enrojecen, duelen e, incluso, aparecen placas de pus. La infección da lugar a fiebre, postración y todas las características típicas de una infección.
Dependiendo del tipo de bacterias protagonistas la infección puede ser importante y producir efectos colaterales graves.
Aunque, también es cierto, que una amplia mayoría de estas infecciones son de caracter vírico y tienden a autolimitarse y curar por sí mismas. En estos casos la acción de los antibióticos es nula. Y lo único que se consigue utilizándolos es alterar la flora intestinal buena y aumentar la posibilidad de que algunas bacterias se vuelvan resistentes a dichos antibióticos.
Por eso es importante discriminar y buscar la asistencia de un médico antes de empezar un tratamiento con antibióticos.
Dentro del campo de la medicina in style existen infinidad de remedios destinados a tratar las amigdalitis. Usualmente mediante la acción directa de plantas y derivados sobre las propias amigdalas.
También se tiene la concept de derivar la inflamación a través de la piel (del cuello, generalmente) por medio de diversos tipos de cataplasmas.
En general se pueden considerar muy interesantes estos remedios. Al menos como coadyuvantes en la resolución del proceso que, como sabemos, en un porcentaje elevado de casos tiende a resolverse por sí mismo.
Veamos algunos de estos remedios populares para el tratamiento de la amigdalitis:
– El agua de arroz y rosas se elabora simplemente cociendo arroz y pétalos de rosa en agua. El cocimiento se suele hacer bastante concentrado. A cada vaso de este cocimiento se le añade una cucharada de vinagre y se usa para hacer gárgaras varias veces al día.
– La raíz de Celidonia mayor (Chelidonium majus) se machaca y se cuece en vino blanco. Sirve también para hacer gárgaras.
– Otro remedio que se usa para hacer gárgaras se realiza cociendo piña (ananás) en agua y añadiéndolo miel.
– Hojas de Zarzamora (Rubus ulmifolius). Se prepara un cocimiento con un puñado de hojas secas para medio litro de agua dejando hervir hasta que se reduzca a la mitad. Se hacen gárgaras (para afecciones de la garganta) enjuagues bucales (para afecciones de las encías boca).
– La Oreja de Judas (Auricularia auricula-judae) es un hongo comestible que suele crecer en los troncos viejos de los árboles como el Sauce (especialmente), Haya, Castaño, Nogal Saúco. Tiene consistencia blanda y se parece vagamente a una oreja humana. Se ha descubierto que tiene propiedades antibióticas. Tradicionalmente se utiliza hervido en leche (uno dos manojos por litro) para tratar las amigdalitis haciendo gárgaras con esta leche templada.
– De muy eficaz se califica al vinagre rosado. Se elabora cociendo en un buen vinagre una abundante cantidad de pétalos de rosa roja. Se ponen cuatro cucharadas de este vinagre en un vaso pequeño de agua endulzada con miel. Para hacer gárgaras.
Hay otra fórmula más elaborada para hacer vinagre rosado: se pone medio kilo de rosas rojas y otro de rosas blancas en 4 litros de vinagre blanco durante 9 días al cabo de los cuales se exprimen y se cuela. Se guarda bien tapado. El uso es como expliqué anteriormente, es decir, cuatro cucharadas en un vaso pequeño de agua. Además de para las amígdalas se utiliza para cualquier otra inflamación de la garganta, encías y boca.
– Cocimiento fuerte de flores de Agrimonia (Agrimonia eupatoria), flores de Malva (diversas especies) y hojas de Salvia (Salvia officinalis). Esto sirve para hacer gárgaras y también para beber varias veces al día. Otras fórmulas similares (para gargarismos y también para beber):
Hojas de Saúco (Sambucus), Agrimonia (Agrimonia eupatoria) y Erísimo (Sisymbrium officinale).
Flores de Malva, flores de Agrimonia y hojas de Llantén (Plantago lanceolata).
Salvia (Salvia officinalis), raíz de Bardana (Arctium lappa), Escabiosa (Scabiosa succisa), Verbena (Verbena officinalis) y Gordolobo (Verbascum thapsus).
Hojas de Tusílago (Tussilago farfara), flores de Agrimonia, hojas de Llantén y corteza de Naranjo. También se usa para otras inflamaciones de la garganta y para combatir la ronquera.
– Otra fórmula para cocimiento: corteza del árbol del Níspero (Eriobotrya japonica) y corteza de Saúco (género Sambucus). También se usa en forma de gárgaras y bebida.
– Gárgaras con el cocimiento de flores de Saúco (Sambucus). Junto a este remedio se aplican cataplasmas en el cuello de cebolla frita, alcanfor desmenuzado (alcanfor pure, no se confunda con la naftalina) y sal.
– Cocimiento de Escabiosa (Scabiosa succisa) en aguardiente. Se moja un trapo y se aplica alrededor de la garganta renovándolo cuando se seque.
– Mascar una hoja de Olivo (Olea europaea) y tragar lentamente el zumo que se va extrayendo al masticarla.
Otros remedios que utilizan en algunos pueblos son los siguientes:
– Enrollar alrededor del cuello una madeja de lana una bufanda de lana de colour rojo.
– Cataplasmas de piel de culebra muy picada mezclada con salvado. Se aplican con calor que puede provenir de una media llena de ceniza caliente aplicada encima. A veces se usa sólo la ceniza caliente introducida en una media calcetín aplicada sobre la garganta.
– Algunos curanderos usan un masaje especial sobre las muñecas y siguiendo un sentido ascendente por la parte anterior del antebrazo (la zona de piel más blanca siguiendo una ruta que va desde las muñecas hasta el pliegue del codo entre el surco que forman los grupos musculares de esta zona). Utilizan aceite (en algunos casos saliva) para deslizar el dedo pulgar por esta zona, siempre en sentido ascendente y aplicando cierta fuerza. Podría tratarse de una especie de drenaje linfático. La finalidad es “reventar las amígdalas” para conseguir eliminar el pus y la inflamación y así resolver el problema.
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Acerca de
En los inicios de mi carrera médica trabajé como investigador de campo para diversos laboratorios farmacéuticos. Mi labor consistía en recopilar información sobre plantas medicinales, medicinas tradicionales y remedios populares tanto en Europa como en América Latina. Fruto de esa labor edité una “Enciclopedia de Medicinas Mágicas, Tradicionales y Antiguas”. Ahora pretendo ofrecer esa información, ampliada con datos de muy diversas fuentes y de forma gratuita mediante este blog blog cuidado personal que irá creciendo progresivamente en la medida en que pueda ir añadiendo la información. Espero que resulte útil.
IMPORTANTE: Esta información se ofrece como un documento cultural y en ningún caso puede ser utilizada para sustituir tratamientos médicos.