La Psicocibernética - ✠ Parafarmacia y Farmacia Online | Bienestar Tic Tac Bank
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Cómo emplear estos nuevos conocimientos:
Arroja nueva luz sobre el poder del pensamiento positivo” y -lo que es aún más importante- explica por qué éste logra resultados en algunos individuos y no en otros. (El pensamiento positivo” funciona únicamente cuando corresponde a la autoimagen del individuo; no puede funcionar cuando no está en relación con la autoimagen hasta que ésta haya experimentado un cambio total).
1. La autoimagen: la clave para una vida mejor.
2. El descubrimiento del mecanismo del éxito dentro de usted mismo.
three. La imaginación: la primera llave de su mecanismo de éxito.
4. Rechace las falsas creencias que le tiene sugestionado.
5. Cómo aplicar la fuerza del pensamiento racional.
6. Quédese en estado lánguido y deje que el mecanismo de éxito trabaje para usted.
7. Usted puede adquirir el hábito de la felicidad.
8. Ingredientes de la personalidad del tipo de éxito” y cómo adquirirlos.
9. El mecanismo del fracaso: Cómo hacer que opere en su favor en vez de que funcione en su contra.
10. Procedimientos para la extirpación de las cicatrices emotivas maneras de adquirir un nuevo optimismo.
11. Cómo encerrar la personalidad actual.
12. Hágase sus propios tranquilizadores, los cuales le ayudarán a obtener la paz del espíritu.
13. Cómo transformar una disaster en una oportunidad creadora.
14. Cómo adquirir ese espíritu de victoria”.
La dificultad de todos estos estudiantes no consistía en que fueran torpes careciesen de aptitudes básicas para el estudio. La dificultad estriba en que poseían una autoimágen inadecuada (No poseo mente matemática”; Escribo mal por naturaleza”). Solían identificarse” con sus errores y fracasos. En vez de decir Fracasé en esa prueba” expresión realista y descriptiva), llegaban a la siguiente conclusión: Soy un verdadero fracasado.” A las personas a quienes interese conocer con mayor detalle los trabajos de Lecky, les recomiendo adquieran un ejemplar del libro del autor La
consideremos, por ejemplo, al vendedor que sufrió una desfiguración facial a causa de un accidente automovilístico. Cada mañana, cuando se iba afeitar observaba la cicatriz horrible de la mejilla y el grotesco retorcimiento de la boca que le desfiguraban en grado tan extremoso. Por primera vez en su vida llegó a sentirse autoconscientemente apenado. En pocas palabras, avergonzábase de sí mismo y sentía que su apariencia habría de repugnarle a la gente que le miraba. Así, pues, la cicatriz llegó a producirle una verdadera obsesión. Sentíase diferente a las demás personas.
Las cicatrices que producen orgullo en vez de vergüenza.
El misterio de la fealdad imaginaria.
La autoimagen, el verdadero secreto
Debe poseer un Yo que corresponda a la realidad, de tal modo que usted mismo pueda conducirse eficientemente en un mundo real. Debe conocer sus fuerzas y debilidades y mostrarse honesto con usted mismo en todo lo que concierne a ello. Su autoimagen debe consistir en una aproximación razonable de su Yo”, sin tratar de que sea más menos
de lo que usted mismo es.
Inicio una nueva carrera
PROGRAMA-PLAN PARA UNA VIDA MEJOR
Nuevos conceptos científicos respecto a la ideación subconsciente
La nueva ciencia dela Cibernéticanos proporciona una prueba indudable de que la así llamada mente subconsciente no es ninguna mente” sino un mecanismo, un buscador de metas, un servo-mecanismo” constituido por el cerebro y el sistema nervioso, el cual es empleado y dirigido por la mente. El último y más apropiado concepto que hemos obtenido y formado con relación a estas cuestiones consiste en que el hombre no posee dos mentes, sino sólo una, la consciente, la cual opera como una máquina automática que persigue una fin determinado. Esta máquina automática y
Como cualquier otro servo-mecanismo”, debe ponérsele a trabajar en pos de un objetivo determinado, claro y definido.
El sistema guía de formación continua
El instinto” del éxito
Usted” no es una máquina.
LA PSICO-CIBERNETICA”: UN NUEVO CONCEPTO DEL FUNCIONAMIENTO DEL CEREBRO
LOS DOS TIPOS GENERALES DE SERVO-MECANISMOS
CÓMO EL CEREBRO ENCUENTRA LAS RESPUESTAS A LOS PROBLEMAS
Un vistazo al mecanismo automático en acción
Prodúcenos estupefacción el hecho de que los proyectiles interceptores puedan calcular, con la rapidez del relámpago, el punto de intersección de otro proyectil, y estar allí en el instante preciso en que pueden hacer contacto con este último. ¿Pero, acaso, hay algo más maravilloso que el acto de ver a un jardinero central en el instante de coger una pelota al vuelo? Con el objeto de calcular a dónde irá a caer la pelota, cuál será el punto de intersección, tendrá que tener en cuenta la velocidad de la bola, su curvatura de caída, la dirección, el impulso del viento, la velocidad inicial y el
La ciencia puede fabricar la calculadora”, pero no al operador” El physician Weiner manifiesta que en ningún momento de un futuro previsible lograrán construir los hombres de ciencia un cerebro electrónico que pueda compararse
La repuesta existe ahora
En realidad, sus defectos faciales no eran demasiado graves. Su nariz period del clásico tipo romano”, y sus orejas, aunque algo largas, no atraían la atención en mucho mayor grado que las de millares de otros sujetos que las poseían similares. Desesperada, su familia me lo envió con el objeto de que viera yo si le podía ayudar en algo. Observé que no necesitaba el auxilio de la cirugía… sólo hacerle comprender que su imaginación le había llegado a producir tal desconsuelo con respecto a su propia autoimagen que le imbuía a perder de vista a la propia verdad. No era realmente feo. La gente no le consideraba extraño y no se reían de él a causa de su apariencia. Solamente su imaginación era responsable de la desgracia que padecía. Su imaginación le había hecho exaltar el mecanismo automático, negativo y de fracaso, el cual operaba a todo vapor”, produciéndole un sentimiento de desdicha extrema. Por suerte, luego de algunas sesiones mantenidas con él y mediante la ayuda de su familia, fue posible hacerle comprender gradualmente que la fuerza de su propia imaginación era la responsable de su lamentable estado espiritual, y entonces logró formarse una autoimagen más adecuada con la verdad, acabando por ganar la confianza que necesitaba para aplicar la imaginación creadora en vez de la imaginación destructiva.
El secreto de la fuerza hipnótica
El Dr. Therodore Xenophon Barber ha llevado a cabo una extensa investigación acerca de los fenómenos de la hipnosis, lo mismo cuando estuvo asociado al Departamento de Psicología dela Universidad Americanade Washington, D.C., que después de haberse unido al Laboratorio de Relaciones Sociales de la de Harvard. En un escrito reciente, publicado en la revista Science Digest, manifiesta lo que sigue:
Una pequeña reflexión nos mostrará por qué resulta tan excelente para nosotros que sintamos y actuemos de acuerdo con lo que creemos imaginamos ser verdad. La verdad determina el acto y la conducta. El cerebro y el sistema nervioso humanos hállanse formados de tal manera que ambos pueden reaccionar automática y adecuadamente a los problemas y a los cambios que se producen en el ambiente que les rodean. Por ejemplo, un hombre no necesita detenerse a pensar que para salvar su existencia tendría que echarse a correr, en el caso que se encuentre con un enorme y furioso oso en una senda solitaria. Tampoco necesita decidir que debe sentir miedo. La reacción del miedo se produce entonces automática y apropiadamente. Primero, ésta le suscita el deseo de la huida. El miedo entonces
Cómo con la práctica de la imaginación se logró ganar un campeonato de ajedrez
Los cuadros mentales pueden ayudarle a vender más mercancías
¿Qué cosa es la actuación hacer el papel?
Use los cuadros mentales para conseguir mejor empleo
Un concertista de piano practica con su cabeza
La práctica imaginativa puede rebajar su golf score”
Alex Morrison, quizás el más célebre maestro del golf de todo el mundo, ha elaborado en efecto un sistema de prácticas mentales. Este le capacita a usted para mejorar su promedio de tantos, y, mientras se halla sentado cómodamente en un sillón, usted practica en su mente lo que él denomina las siete llaves de Morrison”. La parte psychological que corresponde al deporte del golf representa el noventa por ciento del juego – dice-, la intervención física el ocho por ciento, y el dos por ciento corresponde al aspecto mecánico del mismo. En su libro Better Golf Without Apply (New York, Simon and Schuster), Morrison nos cuenta cómo enseñó a Lew Lehr a romper el 90 por ciento del primer tiempo sin haberse ejercitado en la práctica real. Morrison sentaba a Leer en un sillón de su sala y le hacía descansar mientras le demostraba el balanceo correcto y le hacía una breve lectura de las llaves de Morrison”. Leer fue instruido para que no se entretuviera en la práctica actual en las pistas y, en lugar de ello, pasar cinco minutos diarios sentado cómodamente en un sillón e imaginándose a sí mismo atendiendo a las recomendaciones concernientes a las
El verdadero secreto de las representaciones mentales
Henry Kaiser ha dicho que cada uno de los negocios que logró establecer se lo representó en su imaginación antes de que el mismo apareciera en realidad. No debe, pues, asombrarnos que el arte de la representación mental” haya sido asociado con la magia en algunas de las antiguas épocas. No obstante, la nueva ciencia dela Cibernéticanos hacer posible percibir el por qué las representaciones mentales producen tan asombrosos resultados, y nos muestra
que estos resultados no se deben a la magia, sino al funcionamiento pure y normal de nuestras mentes y cerebros.
La Cibernéticaconsidera el cerebro, el sistema nervioso y el sistema muscular humanos como un servo-mecanismo sumamente complicado. (Como una máquina que automáticamente persigue fines determinados y dirige su rumbo a un blanco una meta mediante el empleo del feed-again de los datos y de la información almacenada con ayuda de la cual, y cuando le es necesario, corrige su curso automáticamente.)
Trate de hallar lo mejor de su personalidad
Imagínese como sujeto de mente sana
San Francisco. Algunos pacientes mentales pueden mejorar su salud en alto grado, y quizás abreviar su estancia en los hospitales, si logran imaginarse a sí mismos como personas mentalmente sanas, informan dos psicólogos dela Administraciónde Veteranos de Los Angeles. El Dr. Harry M. Grayson y el Dr. Leonard B. Olinger comunicaron a la
Conozca la verdad acerca de sí mismo
Ejercicio práctico:
Rechace las falsas creencias que le tienen sugestionado
El caso del vendedor hipnotizado
En el libro Secrets of Profitable Selling, John D. Murphy relata cómo Elmer Wheeler aplicó la teoría de Lecky para aumentar las ganancias de cierto vendedor:
Elmer Wheeler había sido nombrado, por cierta firma, especialista en consultas de ventas. El gerente de ventas llamó su atención respecto a un caso notable. Cierto vendedor se las arreglaba para ganar nada más que 5,000 dólares al año, independientemente del territorio que le asignaran de la comisión que le fuese abonada.
Debido a que este viajante solía vender sumamente bien en un territorio pequeñísimo, se le confirió uno más grande y mejor. Mas al año siguiente, su comisión sumó la misma cantidad que había sumado cuando estuvo en el territorio anterior, ello es, 5,000 dólares. Transcurrió otro año, y la compañía aumentó la cantidad de comisión a percibir a todos los vendedores, mas dicho empleado otra vez obtuvo solamente los eternos cinco mil dólares. Asignósele entonces uno de los peores territorios de la compañía, y de nuevo tornó a ganar los cinco mil dólares usuales. Wheeler sostuvo una entrevista con este vendedor y llegó a descubrir que la dificultad no consistía en el territorio sino en la evaluación que de sí mismo se había hecho el sujeto. Pensaba de sí mismo que period un hombre de cinco mil dólares de ganancias al año y en tanto tuvo ese concepto de su persona no le importaban las condiciones que se le presentasen.
Cómo una falsa creencia envejeció a un hombre de veinte años
En un libro anterior (Maxwell Maltz, Adventures in Staying Young,New York,
Usted mismo puede curarse su propio complejo de inferioridad
COMO EMPLEAR EL REPOSO Y LA TRANQUILIDAD PARA DESHIPNOTIZARSE
El reposo físico desempeña un papel clave en el proceso de la deshipnotización. Solemos mantener creencias, ya sean buenas malas, verdaderas falsas, que se nos formaron sin esfuerzo y sin sentido de la tensión y sin haber ejercitado la fuerza de voluntad. Nuestros hábitos, buenos malos, formáronse del mismo modo. Síguese de ello que debemos aplicar el mismo proceso para formarnos nuevas creencias nuevos hábitos, ello es: crearnos circunstancias libres de tensiones. Se ha demostrado ampliamente que nuestra intención de aplicar el esfuerzo la fuerza de la voluntad para transformar nuestras creencias, para curarnos de los malos hábitos, ha tenido efectos contraproducentes, con respecto a nosotros, más bien que benéficos. Emile Coué, el pequeño farmacéutico francés que asombró al mundo alrededor del año 1920 con los resultados que obtuvo mediante el poder de la sugestión”, insistía que el esfuerzo era una de las más grandes causas que hacía fracasar a la mayoría de la gente cuando intentaban aplicar sus fuerzas internas. Las sugestiones (metas ideales) deben ser obtenidas sin esfuerzo, si se quiere que sean realmente efectivas”, decía. Otro famoso dicho de Coué fue el de la ley del esfuerzo reversivo”:
Cuadro mental número uno
Cuadro metal número dos
Cuadro psychological número tres
Cuadro mental número cuatro
Déjelas dormir profundamente
Ignore los fracasos del pasado y fragüe su futuro
El método de Bertrand Russell
Uno de mis pacientes recibió un susto de muerte” cuando fue citado a ver a los grandes”. Su miedo y nerviosidad lograron ser superados en una sola sesión de consejos, en el lapso de la cual le hice la pregunta siguiente: ¿Se siente físicamente débil y como andando a gatas rastreando cuando entra a la oficina de un individuo, y, además, suele postrarse usted ante una persona que considera superior?”
¡Yo diría que no!” -estalló con aspereza.
¿Por qué, entonces, adula y se arrastra mentalmente?”
Otra pregunta: ¿Entraría, pues, al despacho de un individuo con la mano extendida como un mendigo y le pediría de limosna algo de comer una taza de café?”
Seguro que no”.
Examine y torne a evaluar sus propias creencias
Una de las razones por las que no se suele reconocer la fuerza del proceso de la racionalización consiste en la escasa frecuencia con que ésta se emplea. Trate de representarse la creencia que tiene sobre su misma persona, la que posee respecto al mundo, la que concierne a otro u otros individuos, esa misma creencia que permanece oculta bajo las sombras de su conducta. ¿”Acontece siempre algo” que le haga perder la oportunidad de alcanzar el objetivo, en el preciso memento en que le parecía que el éxito iba a estar de su parte? Quizás se sienta usted, en su interior, Indigno” del éxito, puede ser que, de manera secreta, crea que no merecía la obtención del mismo. ¿Se siente usted fácilmente incómodo cuando se halla rodeado de gente? Quizá usted se crea inferior a esas personas, puede ser que los otros individuos, por sí mismos, se muestren hostiles e inamistosos con respecto a usted. ¿Suele ser presa de ansiedad y de temor, sin razón elementary, en situaciones relativamente seguras? Quizá crea que el mundo en que vive le es hostil y se le muestra inamistoso, que es un lugar” lleno de peligros que usted merece un castigo. Recuerde que tanto la conducta como los sentimientos manan de la fuente de su creencia. Para extirpar la creencia responsable de su conducta y sentimientos, procure preguntarse constantemente: ¿Por qué?” ¿Hay alguna tarea que a usted le gustaría ejecutar, algún medio en el que usted le gustaría manifestarse, pero ante los cuales retrocede sintiendo que no puedo hacerlo”? Demándese, entonces, ¿POR QUÉ?” ¿Por qué creo que no puedo hacerlo u obtenerlo?” Luego pregúntese ¿Se halla basada esta creencia en un hecho actual en una suposición, presunción conclusión falsa?” En seguida, hágase las preguntas siguientes:
1. ¿Existe algún motivo racional que me haga mantener esa creencia?
2. ¿Estaré equivocado con respecto a esa creencia?
La fuerza de lo profundamente deseado
Lo que se puede y no puede hacerse mediante la concept racional
Nunca podremos conocer lo que no probamos
Tenga el ojo fijo en la pelota
Capítulo Sexto
No sea demasiado escrupuloso
La Victoria mediante la rendición
El secreto del pensamiento creador y de la acción creadora
Usted es un trabajador creador”
El secreto de la conducta y de la capacidad naturales”
No atiborre su maquinaria creadora
CINCO REGLAS PARA LOGRAR LA LIBERACIÓN DE SU MAQUINA CREADORA
1. Preocúpese antes de comenzar la apuesta, no después que las ruedas hayan comenzado a girar.
Estoy en deuda con un ejecutivo de cierta empresa comercial, cuya debilidad period la ruleta. La deuda se refiere a la expresión con que titulo este apartado, la cual actuaba como si fuera mágica” con respecto a la ayuda que le prestó al señor de que hablamos en lo que concierne a la superación de sus preocupaciones, y, al mismo tiempo, en lo que respecta a una actuación más creadora y exitosa de su personalidad. Yo le había citado el consejo de William James, que mencioné anteriormente, el cual decía que el efecto de las emociones de ansiedad tienen su lugar propio en el planteamiento y decisión del proceso de una acción, pero que: Una vez que se ha tomado la decisión, y la ejecución se halla a la orden, se deben descartar en absoluto todas las responsabilidades y preocupaciones acerca del resultado. Se debe abrir la maquinaria intelectual y práctica -para decirlo en pocas palabras-, y dejarla funcionar libremente”.
Algunas semanas más tarde, este paciente entró como una tromba a mi consultorio con un entusiasmo sobre su descubrimiento” igual al del escolar que ha encontrado su primer amor. Me deslumbró repentinamente -me dijo-, durante una visita a Las Vegas. ¡Lo he probado y funciona!”
¿Qué es lo que le ha deslumbrado y funciona?” -le pregunté.
Ese consejo de William James. En realidad, no me hizo mucha impresión cuando usted me lo dijo, mas, cuando me hallaba jugando a la ruleta, vino de súbito a mi memoria. Advertí que algunas personas parecían no preocuparse en absoluto antes de hacer sus apuestas. Aparentemente, los números no significaban nada para ellos, pero una vez que la rueda comenzaba a girar, se quedaban como pasmadas comenzando a preocuparse se saldría no el número a que habían hecho sus apuestas. ¡Qué tontería!, pensé. Si quieren preocuparse, interesarse imaginarse los números, el tiempo de hacer eso es ‘antes’ de decidirse a colocar las apuestas. Podrían hacer algo mejor si pensasen acerca de ello. Podrían imaginarse las mejores apuestas posibles decidir no arriesgarse en absoluto. Pero luego que las apuestas han sido colocadas y la rueda comienza a girar, deberían relajar sus tensiones y gozar de ello, pensando que no les va a hacer ningún bien la pérdida de energías.
Luego, comencé a pensar que yo mismo había estado haciendo exactamente la misma cosa en cuanto respecta a los negocios de mi vida private. Tomé con frecuencia decisiones, me embarqué en algunas empresas, durante el mismo proceso de la acción, sin la preparación adecuada y sin considerar todos los riesgos que se mezclaban en ella, los cuales me impedían seleccionar las mejores alternativas posibles. Mas luego que había puesto en movimiento las ruedas, para decirlo así, solía preocuparme constantemente acerca de cómo iría a salir todo ello, en si había hecho la cosa correcta no. Decidí, en ese mismo momento, que en el futuro tomaría en cuenta todas mis preocupaciones antes de hacer la decisión, y que, después de haberme decidido y haber puesto las ruedas en movimiento, descartaría en absoluto todas las responsabilidades e inquietudes acerca del resultado. Créase no, esta nueva determinación mía funciona.
No sólo me siento mejor, duermo más plácidamente y trabajo con mayor agrado, sino que también mis negocios funcionan de manera más halagüeña.
También descubrí que funciona el mismo principio de varios modos en diversas circunstancias personales. Por ejemplo, yo solía preocuparme y encolerizarme cuando tenía que ir al dentista hacer otras tareas desagradables. Entonces me dije: ‘Esto es estúpido. Tú sabes que el desagrado se produce antes de que te decidas a ir. Si la sensación de disgusto no vale la pena de lo que voy a obtener, es mejor que no vaya. Mas si la decisión es que el viaje te va a costar un pequeño desagrado, y te decides a ir de todas maneras, entonces procura olvidarte de ello. Considera el riesgo antes que las ruedas comiencen a funcionar’. También solía preocuparme en la noche de víspera en que tenía que pronunciar un discurso en la dirección de la empresa. Luego, me dije: ‘Voy a pronunciar el discurso no lo voy a hacer. Si la decisión es que debo pronunciarlo, entonces no hay necesidad de considerar que no lo voy a hacer tratar de rehuir mentalmente al compromiso. He descubierto que mucho del nerviosismo y la ansiedad es producida por el intento de escapar rehuir mentalmente de algo que se ha decidido hacer en realidad. Si se ha decidido a hacer la cosa en la realidad -y no regirla físicamente-, ¿por qué, entonces mantener mentalmente la esperanza de escapar de ella?’ Solía, además, detestar las reuniones sociales y sólo concurría a ellas para complacer a mi esposa por razones de carácter comercial. Yo iba, pero mentalmente resistía el ir y con frecuencia solía mostrarme un tanto rudo y poco comunicativo.
2. Fórmese el hábito de reaccionar conscientemente al momento presente.
Practique conscientemente el hábito de no tener concepts de ansiedad para el día de mañana”, prestando toda su atención al momento presente. Su mecanismo de creación no puede funcionar trabajar mañana, sólo puede funcionar en el presente, sea hoy.
Hágase grandes planes para mañana, pero no intente vivir en el mañana en el pasado.
Viva dentro de los límites del día
El Dr. William Osler decía que este easy hábito, que se puede formar como cualquier otro hábito, constituía el solo secreto de su éxito y felicidad en la vida. Vivan sus vidas dentro de los límites del día”, solía aconsejar a sus alumnos. No miren ni adelante ni hacia atrás mas allá del ciclo de las veinticuatro horas. Viva hoy lo mejor que pueda. Al vivir hoy bien, usted hace lo más que le es posible, dentro de su capacidad, para forjarse una vida mejor en el mañana. Si no ha leído el excelente, aunque pequeño ensayo de este autor A Method of Life -Un modo de Vida”-, en el cual describe las ventajas que se obtienen al contraer el hábito mencionado, procure leerlo lo más pronto que pueda. (William Osler,A Wayof Life, Harper & Brothers,New York).
William James, al comentar esta misma filosofía con el principio cardinal de la psicología y la religión para curar las preocupaciones, decía: Se contaba respecto a Santa Catalina de Génova, que ella sólo tomaba conocimiento de las cosas cuando se le presentaban en sucesión, momento por momento. Para su santa alma, el momento divino, period el momento presente… y cuando el momento presente era estimado en sí mismo y en sus relaciones, y cuando el deber que le period inherente estaba cumplido, se le permitía alejarse como si nunca hubiera existido, para dar lugar a enfrentarse con los deberes del momento que le había de seguir”.
Los Alcohólicos anónimos” emplean el mismo principio cuando dicen: No intente cesar de beber para siempre, diga solamente: No beberé hoy”.
¡Deténgase, mire y oiga!
La práctica se hace más consciente mediante la observación del ambiente presente. ¡Cuantas veces las visiones los sonidos y los olores están presentes ahora mismo en su ambiente y, sin embargo, usted no se da cuenta de ello! Practique conscientemente el mirar y el escuchar. Póngase alerta para percibir los objetos. ¿Cuánto tiempo hace que usted sintió realmente el pavimento que existe debajo de sus pies mientras caminaba? Los indios americanos y los pioneros tenían que permanecer alerta a las visiones y a los sonidos y sentirse en su ambiente con el objeto de sobrevivir. Eso mismo hace el hombre moderno, pero por diferentes razones, no a causa de peligros físicos, sino con el objeto de prevenir desórdenes de tipo nervioso” que se producen a causa de ideaciones confusas”, por el fracaso en cuanto respecta a la consecución de un modo de vida espontáneo y creador, y en responder al ambiente con propiedad.
El lograr hacerse más cauto con respecto a lo que está aconteciendo ahora, y el tratar de reaccionar sólo a lo que está aconteciendo en el instante, produce resultados casi mágicos en cuanto concierne a la curación de heridas morales”. La próxima vez que sienta que se está poniendo tenso nervioso, trate de dominarse y decirse: ¿Qué pasa aquí y ahora, y cómo he de reaccionar a ello? ¿Podré hacer algo acerca de esto?”
La mayoría de los estados nerviosos intensos se producen por tratar de hacer algo involuntariamente, algo que no puede ser hecho aquí y ahora. Usted es impulsado a una acción” y a un hacer” para los que no hay lugar.
No luche contra los hombres de paja” los fantasmas” de su pasado
Por ejemplo, cierto paciente mío padecía ansiedad al asistir a las juntas comerciales, a los teatros, la iglesia a cualquier otro lugar en donde se celebraban reuniones formales. Grupos de gente” period la sensación común-denominadora que le producía esos estados de ansiedad a que nos hemos referido. Sin comprenderlo bien, el sujeto trataba de reaccionar a algún acontecimiento de su pasado cuando los grupos de gente” constituyeron un factor importante para sus alteraciones nerviosas. Recordaba que cuando era niño y estudiaba en la escuela elemental se orinó cierta vez en los pantalones y un merciless maestro de escuela le llamó al estrado y le humilló delante de toda la clase. El pobre niño reaccionó con sentimientos de humillación y de vergüenza. Bien; un issue más en la situación: los grupos de gente” le hacían reaccionar lo mismo que en la situación del pasado. Cuando era capaz de ver que se estaba comportando como si fuera un escolar de diez años, como si toda reunión constituyera una clase de escuela elemental y como si cada jefe de grupo fuera un cruel maestro de escuela, su ansiedad desaparecía de inmediato.
3. Trate de hacer sólo una cosa a la vez
La lección del reloj de enviornment
En 1944, el Dr, James Gordon Gilkey pronunció un sermón titulado Obtenga el equilibrio emocional”, el cual, al reimprimirse en el Reader’s Digest, logró convertirse en una obra clásica apenas en el transcurso de una semana. El autor halló, a través de muchos años de consejos y de observaciones, que una de las principales causas de la postración nerviosa, de las preocupaciones y de todas las clases de problemas personales, la constituye el mal hábito mental de sentirse como si se estuvieran haciendo muchas cosas al mismo tiempo. Al mirar el reloj de arena de su despacho tuvo una inspiración: lo mismo que un solo grano de enviornment puede pasar, en un instante determinado, a través de la garganta de la ampolleta, así el individuo podrá hacer una sola cosa en un lapso dado. No es, precisamente, la tarea, sino el modo en que insistimos en pensar con respecto a la tarea lo que nos causa las dificultades.
La mayor parte de nosotros nos sentimos con prisa y celeridad, dice el doctor Gilkey, a causa de que nos formamos un cuadro mental falso de nuestros deberes, obligaciones y responsabilidades. Parece haber encima de nosotros un montón de cosas que nos presionan en un momento determinado; un montón de cosas diversas que hacer; una docena de diferentes problemas que solucionar; una docena de tensiones que soportar. No importa lo veloz y presurosa que pueda ser nuestra existencia, decía el doctor Gilkey, este cuadro psychological es completamente falso. Inclusive en el día más ocupado y en las horas de mayor recargo de trabajo, siempre tendremos un momento sobrante; no importa con cuántos problemas, tareas presiones tengamos que enfrentarnos, siempre nos llegarán éstos en una fila easy, el cual es el único modo con que pueden presentarse. Para obtener un cuadro mental verdadero, el physician Gilkey sugería que nos fijásemos en la manera en que caían en el reloj los granos de arena: uno a uno. Este cuadro psychological nos traerá el equilibrio emotivo, lo mismo que el cuadro mental falso habrá de conducirnos a la turbación emocional.
Otro instrumento similar, en el que he hallado un formidable auxilio para el tratamiento de mis pacientes, consiste en decirles: Su mecanismo del éxito puede ayudarle a hacer cualquier trabajo, a ejecutar cualquier tarea a solucionar un problema cualquiera. Piense usted mismo como si estuviera ‘alimentando’ con tareas y problemas su mecanismo del éxito, exactamente igual que el científico alimenta con problemas un cerebro electrónico. El seleccionador de su mecanismo de éxito podrá manejar una sola tarea en un tiempo determinado. Lo mismo que un cerebro electrónico no puede suministrar la respuesta correcta si se le mezclan tres problemas distintos y se le alimenta en ellos al mismo tiempo, tampoco podrá hacerlo su mecanismo de éxito.
4. Procure pensar el problema en el lapso anterior al sueño
Si han estado luchando con un problema durante todo el día sin hacer ningún provecho aparente, procure desecharlo de su pensamiento y deje la decisión hasta que logre encontrar la circunstancia de dormir sobre el mismo”. Recuerde que su mecanismo de creación funciona mejor cuando no existen excesos de interferencia en su Yo” consciente. Durante el sueño, el mecanismo de creación tiene una oportunidad superb para funcionar con autonomía respecto a la interferencia consciente si usted ha puesto las ruedas en marcha con la prioridad oportuna. ¿Recuerda el hermoso cuento acerca del zapatero y los duendes? El zapatero halló que si cortaba el cuero y dejaba preparados los modelos antes de retirarse, llegaban los pequeños duendes y hacían el resto del trabajo, dejando los zapatos dispuestos y juntos mientras él estaba durmiendo.
Muchos individuos que se dedican a actividades directamente creadoras emplearon una técnica muy comparable a la descrita. Mrs. Thomas A. Edison -la esposa de Edison- ha dicho que cada tarde se marido dejaba en mente las cosas que esperaba hacer en el siguiente día. A veces solía dejar dispuesta una lista de las tareas que quería ejecutar y de los problemas que deseaba resolver.
Se informa que Sir Walter Scott solía decirse a sí mismo en el momento en que las ideas no le acudían a la mente: No importa; lo haré a las siete de la mañana, mañana mismo”.
V. Bechterev señalaba: Solía acontecerme que cuando me hallaba en la noche pensando en algún sujeto al cual le había dado forma poética, entonces, a la mañana siguiente, sólo tenía que coger la pluma y las palabras fluían con espontaneidad; solamente tenía que pulirlas algo más tarde”.
Las bien conocidas siestecillas” de Edison constituían algo de mucha más importancia que un simple respiro de la fatiga. Joseph Rossman cube así, en Psicología dela Invención: Cuando algo le dejaba estupefacto, solía estirarse en su taller, y, medio adormecido aún, procuraba obtener alguna thought de su mente somnolienta que le ayudase a salir de la dificultad”.
J.B. Priestly de Canterbury ha dicho: Las ideas decisivas se forman detrás de las escenas; raramente sé cuándo ello tiene lugar… es seguro que la mayor parte de ello es durante el sueño. Henry Ward Beecher, en cierta época, pronunciaba un sermón diario durante dieciocho meses. ¿Cuál fue su método? Solía tener incubándolas” una serie de concepts, y cada noche, antes de acostarse, seleccionaba una de estas ideas y la agitaba” pensando intensamente acerca de ella. A la mañana siguiente, ya estaba dispuesto para pronunciar el sermón.
El descubrimiento de Kekule, durante el sueño, con respecto al secreto de la molécula de la benzina; el descubrimiento del ganador del Premio Nóbel, Otto Loewi’s (que existen actividades químicas en la acción de los nervios); y los Duendes”, de Robert Louis Stevenson, de los que solía decir que le proporcionaban las ideas más fructuosas mientras dormía, constituyen asuntos bien conocidos. Mucho menos afamado es el hecho de que no pocos hombres de negocios emplean la misma técnica. Por ejemplo, Henry Cobbs, el cual empezó su negocio a principios de 1930 con un billete de diez dólares y ahora opera pedidos por valor de muchos millones de dólares en North Miami, Florida, tiene siempre una libreta de notas en su mesita de noche con el objeto de apuntar las ideas creadoras una vez que ha despertado. Vic Pocker llegó al país desde su Hungría natal sin ningún dinero en el bolsillo y sin saber hablar inglés. Consiguió un empleo de soldador, iba por las noches a aprender inglés y se puso a ahorrar la mayor parte del dinero que ganaba, pero perdió todos sus ahorros en el período de la depresión. No obstante, no le decayó el ánimo, y, en 1932, abría un pequeño taller de soldadura al que llamó Metal Fabricators”. Hoy este pequeño negocio ha crecido hasta convertirse en una firma que produce un millón de dólares.
5. Libérese de tensiones nerviosas mientras trabaja.
Ejercicio práctico: En el Capítulo Cuatro hemos explicado la manera de obtener la relajación física y mental mientras se descansa. Continúe practicando a diario la relajación y usted se hará poco a poco más eficiente. Mientras tanto, usted podrá obtener algo de esa sensación de descanso y de actitud aliviadora de tensiones cuando acuda a sus labores diarias; pero, para ello es necesario que se forme un hábito de rememorar mentalmente esa bella sensación de descanso que usted ha logrado inspirarse poco a poco. Deténgase ocasionalmente durante el día; sólo necesitará que se tome un momento para recordar en todos sus detalles las sensaciones del proceso de la relajación de las tensiones. Recuerde cómo se sienten sus brazos, piernas, espalda, garganta, rostro, and many others. Procure a veces formarse un cuadro psychological en el que se vea extendido sobre la cama sentado con abandono en un sillón. Todo ello le ayudará a evocar las sensaciones de descanso. Procure, además, repetirse mentalmente algunas veces: Me siento más y más descansado”, eso también la ayudará a la obtención del mismo fin.
Usted puede adquirir el hábito de la felicidad
La felicidad es una buena medicina. La felicidad se genera en la mente humana y en su maquinaria psíquica.
Pensamos, nos conducimos y sentimos mejor y estamos más sanos cuando somos felices. Inclusive nuestros órganos sensoriales fisiológicos funcionan mejor. El psicólogo ruso Okay. Kekcheyev experimentó con algunos individuos cuando estaban pensando ideas agradables y desagradables. Halló que cuando pensaban en concepts agradables veían mejor, tenían mejor sentido del gusto y del olfato y oían también de una manera superior, e incluso descubrían al tacto las cosas menos perceptibles. El Dr. William Bates comprobó que el sentido de la visualización mejora inmediatamente cuando el individuo está pensando en cosas agradables a viendo escenas que le complacen. Asimismo, Margaret Corbett ha hallado que la menoría mejora extraordinariamente y que la mente se libera de tensiones cuando el sujeto piensa en asuntos que son de su agrado. La medicina psicosomática ha demostrado, por otra parte, que nuestro estómago, hígado, corazón y todos los demás órganos interiores funcionan mejor cuando nos sentimos felices. Hace millares de años el rey Salomón decía en sus Proverbios: Un corazón alegre nos hace tanto bien como una medicina, mientras un espíritu quebrantado nos seca hasta los huesos”. Es significativo, también, que lo mismo el judaísmo que el cristianismo, prescriben la alegría, el contentamiento, el agrado y la satisfacción como verdaderos medios para la consecución de una buena vida.
Conceptos comunes equivocados acerca de la felicidad
La felicidad no es algo que se gana se merece. La felicidad no es tampoco un proceso moral, lo mismo que la circulación de la sangre no constituye, en ninguna medida, una proceso de carácter ético. Sin embargo, tanto la felicidad como la circulación de la sangre son necesarias para mantener la salud y el bienestar. La felicidad constituye simplemente un estado psychological en el cual nuestro pensamiento funciona con agradabilidad la mayor parte del tiempo.” Si usted espera hasta que merezca pensar en ideas complacientes, se hallará inclinado a elaborar malas ideas acerca de su propia indignidad. La felicidad no constituye la recompensa de la virtud – decía Spinoza-, sino que es la virtud en sí misma; no nos deleitamos en el estado feliz porque retengamos nuestros vehementes deseos, sino, al contrario, nos deleitamos en la felicidad, porque, a causa de ella, somos capaces de refrenar aquéllos”. (Spinoza, ETICA).
El propósito de la felicidad no denota egoísmo Muchas personas sinceras se desaniman al tratar de buscar la felicidad porque sienten que esa búsqueda constituiría una tendencia egoísta y moralmente detestable. La carencia de egoísmo no sólo no hace nada para la obtención de la felicidad, sino que, al inclinarnos a la introversión nos insta a que nos fijemos en nuestros defectos, pecados y dificultades (ideas desagradables), a enorgullecernos de nuestra bondad”, y todo ello nos impide expresarnos de una manera creadora, así como satisfacernos de la ayuda que proporcionemos al prójimo. Una de las ideas más agradables para cualquier ser humano consiste en pensar que se es necesario a alguien y que somos lo suficientemente importantes y competentes para ayudar a ser felices a otros sujetos. Sin embargo, si nos forjamos un compromiso moral con respecto a la felicidad y concebimos ésta como algo que debe ser ganado como una especie de recompensa por habernos mostrado generosos, en ese caso, es possible que nos sintamos culpables del deseo de ser felices.
La felicidad se produce por ser generosos y actuar generosamente -como complemento natural al ser” y al comportamiento”, y no como producto de un precio calculadamente elevado. Si somos recompensados por comportarnos sin egoísmo y ser inegoístas”, el lógico paso siguiente consistirá en suponer que cuanto más abnegado y capaces de sufrimiento nos hagamos, más felices seremos. Esta premisa nos conduciríaa la absurda conclusión que el camino para ser felices consiste en ser infelices”.
Si existe en ello algún proceso ethical, éste hallaríase sin duda más inclinado a la felicidad que a la desgracia. La actitud de la infelicidad no es sólo dolorosa sino que también posee algo que repugnante -cube William James-. ¿Qué puede ser más envilecedor e indigno que el mostrar rasgos serviles, ser gimoteador y mendigante, no importa qué males superficiales hayan engendrado estos vicios y defectos? ¿Qué ofende más al prójimo? ¿Qué es lo que menos ayuda a salir de una dificultad? Esto sólo acelera el proceso de la dificultad y perpetúa lo que la ocasionó, aumentando el mal total de la situación creada”.
La felicidad no debe concebirse en el futuro, sino que debemos hallarla en el presente. No vivimos nunca, sino solamente estamos a la expectativa de poder vivir; mirando siempre hacia delante, para hallar la felicidad en el futuro, es inevitable que nunca vivamos felizmente”, decía Pascal.
He hallado entre mis pacientes que una de las causas más comunes de la infelicidad consiste en que a veces intentamos vivir la vida constriñéndola a un plan de pago retardado. Las personas sometidas a tal disposición no viven ni gozan de la vida ahora, sino que esperan, para vivirla, algún acontecimiento suceso ulteriores. Serán felices cuando lleguen a casarse, consigan mejor empleo hayan pagado la casa; cuando los niños hayan salido del colegio, hayan cumplido alguna tarea prefijada u obtenido una victoria. Siempre, pues, estarán desilusionadas. La felicidad es un hábito mental, una actitud también mental y si no aprendemos esto y no lo practicamos en el presente nunca llegaremos a experimentarla. La felicidad no puede depender de la solución de un problema externo. Cuando solucionamos un problema aparece otro para ocupar el puesto anterior. La vida constituye una serie de problemas. Si usted va a ser feliz del todo, debe ser dichoso. ¡Punto! Nunca obtendrá la felicidad a causa de”.
He reinado hasta ahora -escribió el Califa Abderramán-, en victoria en paz, alrededor de cincuenta años; fui amado por mis súbditos, soñado por mis enemigos y mis aliados me respetan. Riquezas y honores, poder y placer aguardan mi llamada, parece ser que cada una de las bendiciones terrenales hayan sido evocadas para que concurriesen a mi felicidad. En esta situación conté diligentemente los días de dicha pura que me han caído en suerte: sólo llegan a catorce”.
La felicidad es un hábito psychological que podemos cultivar y debemos desarrollar.
La mayoría de los individuos son tan felices como quieren serlo mentalmente”,decía Abraham Lincoln.
La felicidad es un estado de ánimo puramente interno -cube el psicólogo Dr. Matthew N. Chappel-. Se produce no por los objetos, sino por la idea, los pensamientos y las actividades que pueden desarrollarse y formarse por la propia actividad de los individuos, no importa el ambiente en que éstos se hallen”.
Nadie más que un santo puede ser feliz el ciento por ciento del tiempo. Y, como George Bernard Shaw cube bromeando, todos seríamos unos indigentes si nos consagrásemos a un estado de continua santidad. Pero podremos, meditando en ello y haciendo una easy decisión, ser felices y pensar en cosas agradables la mayor parte del tiempo al observar que multitud de acontecimientos y circunstancias de la vida diaria son las que nos convierten realmente en seres desgraciados. En gran parte, solemos reaccionar a los pequeños y despreciables disgustos, a las frustraciones y cosas parecidas, con insatisfacción, resentimiento e irritabilidad, sobre todo, por no tener el hábito de reaccionar de manera distinta. Hemos practicado durante tanto tiempo el reaccionar de ese modo que el mismo se nos ha hecho recurring. Muchas de estas desgraciadas reacciones habituales fueron producidas por algún acontecimiento que interpretamos como un golpe dirigido a nuestra autoestimación: un conductor que nos toca su bocina innecesariamente; alguien que nos interrumpe y no pone atención a lo que estamos hablando; este otro individuo que no viene a nuestro encuentro como habíamos pensado que lo haría. Inclusive, podemos interpretar algunos acontecimientos de carácter impersonal, y hacernos reaccionar a ellos, como si hubiesen sido meras afrentas infligidas a nuestro sentimiento de autoestimación. Por ejemplo: el autobús que intentábamos tomar llega demasiado tarde; ha estado lloviendo precisamente cuando queríamos ir a jugar al golf; el tráfico se halla interrumpido en el preciso momento en que teníamos que ir a tomar un avión. Reaccionamos, entonces, con ira, resentimiento y autopiedad, es decir con actitudes de infelicidad.
Cese de dedicarse a los asuntos que le hagan caminar confuso alrededor de lo que verdaderamente tiene que hacer.
El mejor procedimiento que he logrado hallar para combatir esta clase de cosas consiste en el empleo de la propia arma de la infelicidad, esto es, el sentimiento de la autoestimación. ¿Ha presenciado alguna vez un espectáculo de T.V., tratando de observar cómo dirige el auditorio el maestro de ceremonias? -le pregunté a un paciente- Nos hace una seña que quiere decir ‘aplaudan’, y todo el mundo aplaude, entonces nos hace otra que quiere decir ‘rían’, y todo el mundo ríe. Los espectadores actúan como corderos, como si fueran esclavos, y reaccionan exactamente lo mismo como se les cube que deben reaccionar. Usted sigue un comportamiento idéntico. Deja que pasen los acontecimientos por delante de sus narices, y otra persona le dicta el modo cómo debe sentirse y cómo debe reaccionar. Se comporta como un esclavo obediente, y obedece cómo una circunstancia u otro acontecimiento le indica que debe hacerlo:
‘enfádese’, ‘llénese de ira’ ‘ahora es el momento de que se sienta infeliz’.
En el momento en que aprenda el hábito de la felicidad, usted se convertirá en un patrón, en vez de transformarse en un esclavo, , como dijo Robert Louis Stevenson: El hábito de ser felices nos hace liberar, nos libera, en la mayor parte, de la dominación de las circunstancias y condiciones superficiales circunstanciales”.
Su opinión puede sumarse a los acontecimientos desgraciados
El acontecimiento envuelto en las condiciones más trágicas, así como también el más adverso de los ambientes, podemos, con frecuencia, transformarlos en más felices – cuando no completamente felices-, si no le añadimos a la desgracia nuestros propios sentimientos de autoconmiseración, resentimiento y propias opiniones adversivas.
¿Cómo podría ser feliz?” -me demandó la esposa de un alcohólico-. No lo sé – le dije-, pero usted podría alcanzar un mayor grado de felicidad si se resuelve a no añadirle sentimientos de autoconmiseración y resentimientos a las desgraciada circunstancias que la cercan”.
¿Cómo puede ser posible que alcance yo la felicidad? -me preguntó un hombre de negocios-. Acabo de perder doscientos mil dólares en el mercado. Estoy arruinado y me hallo hundido en la más honda desgracia”.
Usted puede ser más feliz -le dije-, si procura no añadir su propia opinión a los hechos incontrovertibles. Es un hecho que usted ha perdido doscientos mil dólares.
Entonces, usted opina que se halla arruinado y en la desgracia”. Le sugerí, entonces, que tratase de memorizar un dicho de Epicteto, el cual ha sido siempre uno de mis aforismos favoritos: Los hombres se inquietan y perturban -decía el sabio-, no por las cosas que acontecen, sino por la opinión que tienen respecto a las cosas que les ocurren”.
Actitud para el logro de la felicidad
Hemos señalado anteriormente que ya que el hombre es un sujeto perseguidor de objetivos, funciona normal y naturalmente cuando se dirige a la consecución de alguna meta positiva y lucha por alcanzar un fin deseable. La felicidad constituye un síntoma de funcionamiento regular y natural, y cuando el hombre opera como perseguidor de objetivos, entonces tiende a sentirse completamente feliz cualesquiera que sean las circunstancias en que se halle. Mi joven amigo, ejecutivo de negocios, se sentía sumamente desdichado por haber perdido doscientos mil dólares. Thomas A. Edison perdió en un incendio un laboratorio que valía millones de dólares, el cual, además, no lo tenía asegurado. ¿Qué hará usted en el mundo?” -le preguntó alguien-. Comenzaremos a reconstruirlo mañana por la mañana” -respondiole Edison-. Continuaba, pues, manteniendo una actitud agresiva, aún persistía, a pesar de las desgracias, en la persecución de sus objetivos. Precisamente porque continuó manteniendo esa agresiva actitud de buscador de metas”, tuvo la buena suerte de no haberse sentido nunca infeliz a causa de la pérdida.
El psicólogo H.L. Hollingworth ha dicho que la felicidad requiere la presencia de problemas más la actitud psychological que nos put together a enfrentarnos a los desastres, mediante la acción que ha de conducirnos a solucionarlos.
La mayor parte de nuestro concepto con respecto a lo que solemos llamar el mal, es debida al modo con que los hombres suelen apreciar los fenómenos psíquicos -decía William James-, éstos pueden ser convertidos, con frecuencia, en un buen tónico, mediante un simple cambio que se opere en la actitud interna del paciente, transformando ésta de temerosa a combativa; los remordimientos pueden obligarnos a apartarnos de nuestra senda, y volver al gusto, cuando, luego de haber tratado de hundirnos vanamente, llegamos a la determinación de enfrentarnos a ellos y conducirnos con alegría. Un hombre es simplemente herido en el honor a causa de la reverencia que profesa a muchos de los hechos que, al principio, parece perturbarle la tranquilidad al tratar de adoptar este modo de escape. Rehuse admitir el concepto de maldad que tenga con respecto a su persona; desdeñe la fuerza del mismo; ignore su presencia; vuelva su atención hacia la cosa opuesta, y, en tanto usted se interese en ello, en cualquier grado, aunque los hechos puedan existir todavía, el mal carácter de los mismos no existirá por más tiempo. Ya que usted hace a los hechos buenos malos, por sus propias ideas acerca de ellos, es sólo la dirección de sus pensamientos la que demuestra ser su principal incumbencia”. (William James, The Styles of Non secular Expertise, New York, Longmans, Inexperienced & Co.)
Al examinar mi vida pasada, puedo ver que algunos de mis años más felices fueron aquellos en que luchaba denodadamente, para ganarme la vida, al mismo tiempo en que estudiaba medicina, exactamente igual que durante mis primeros días de práctica profesional. Muchas veces estuve hambriento. Padecí frío andaba mal vestido. Trabajé con dureza un mínimo de doce horas al día. Muchas veces, de mes a mes, no sabía de dónde me iría a venir el dinero para poder pagar la renta. Mas tenía que llegar a una meta. Sentía un deseo tremendo de alcanzarla y manifesté una decidida persistencia que me hizo seguir trabajando hasta llegar a obtenerla.
Relaté todo esto al joven ejecutivo de negocios y le sugerí que la causa real de su sentimiento de infelicidad no consistía en que hubiera perdido 200,000 dólares sino en que se había desviado de su meta; había perdido para decirlo con pocas palabras, la actitud agresiva y estaba comportándose en forma pasiva en vez de hacerlo activamente.
Ejercicio práctico: Fórmese el hábito de reaccionar agresiva y positivamente – respecto a las amenazas y los problemas con que haya de enfrentarse. Fórmese el hábito de hallarse constantemente orientado a la consecución de un objetivo, sin cuidarse de lo que le acontezca. Haga ello practicando una actitud positiva de agresión, adaptándose a las diversas situaciones de cada día, tanto en la realidad como imaginativamente. Véase en su imaginación adoptando una actitud positiva e inteligente para solucionar un problema alcanzar un objetivo. Véase reaccionando ante las amenazas sin rehuírlas evadirse de ellas, sino enfrentándose a las mismas, tratándolas y dirigiéndolas de una manera inteligente y agresiva. La mayoría de los individuos se muestran solamente valientes con respecto a los peligros a que están acostumbrados, ya sea en la imaginación en la práctica de la vida real”, dijo Bulwer-Lytton, el célebre novelistainglés.
Practique sistemáticamente la sana elaboración de pensamientos” La medida de la salud mental consiste en la disposición de hallarse bien en cualquier lugar”, expresó nuestro más famoso moralista Ralph Waldo Emerson.
La thought de que la felicidad, permanecer pensando en ideas agradables la mayor parte del tiempo, pueda ser cultivada deliberada y sistemáticamente, de una manera más menos fría, en la práctica asombra a muchos de mis pacientes, y este asombro les obliga a concebirla, como increíble, si no burlesca, cuando se les llega a sugerir por primera vez. Sin embargo, la experiencia ha demostrado que no sólo se puede hacer esto, sino que es además el único modo en que podemos cultivar el hábito de la felicidad. En primer lugar, la felicidad no es algo que le acontezca. Es algo que usted se produce a sí mismo se determina a hacer. Si espera que la felicidad llegue a usted de un solo golpe, que se le presente de pronto, se la traigan otras personas, tendrá posiblemente que esperar un largo rato. Nadie puede decidir lo que sus propias ideas harán de sí mismo. Si espera hasta que las circunstancias vayan a justificarle el pensar en ideas agradables, tendrá seguramente que esperar toda una eternidad. Cada día se nos presenta con una mezcla de bien y de mal; no existe un solo día circunstancia que sea bueno en un ciento por ciento. El mundo aparece lleno de elementos y hechos” que influyen a todas horas en nuestras vidas personales, los cuales justifican” un estado de ánimo malhumorado y pesimista, bien otro optimista y feliz, circunstancias que superan nuestras capacidades de selección. Esto depende, pues, de nuestra propia selección, de la atención que le dediquemos y de la decisión que hayamos de tomar al respecto. No tiene nada que ver con nuestra honestidad carencia de honradez intelectuales. El bien es tan actual” como el mal. Todo dependerá, pues, del asunto que seleccionemos para concederle nuestra mayor atención y de las ideas que mantengamos en mente.
La selección deliberada de pensar en concepts agradables es más que un paliativo. Con esta disposición podremos obtener resultados prácticos. Carl Erskine, el famoso pitcher de béisbol, ha dicho que el pensar mal le hace cometer más faltas que el lanzar mal la pelota: Un solo sermón me ayudó más a superar mejor la presión que las circunstancias, que los consejos de cualquier coach. La thought del mismo es muy parecida a la que presenta una ardilla al guardar las nueces; también nosotros deberíamos almacenar en nuestras memorias los diversos momentos de felicidad y de triunfo que hayamos vivido, de tal forma que en una disaster podamos evocar estos recuerdos para que nos sirvan de ayuda e inspiración. Cuando era niño, solía pescar en la ribera de un arroyuelo que corría precisamente al lado de mi casa del pueblo. Puedo recordar vívidamente este lugar, el cual se hallaba en el centro de un gran prado verde rodeado por altos y frescos árboles. En cualquier momento en que suelo sentirme lleno de tensiones por algo, ya sea dentro fuera del campo de juego, concentro mi memoria en esta descansada escena y, en seguida, se me sueltan y liberan los nervios”. (Norman Vincent Peale, ed., Faith Made Them Champions, Englewood Cliffs, N.J.,Prestice-Hall, 1954).
Gene Tunney nos da cuenta de la manera como se concentró en unos cuantos hechos falsos que casi le hicieron perder su primera pelea con Jack Dempsey. Cierta noche despertó presa de una pesadilla. La visión period de mi misma persona, y apariencia sangrante, aporreado e inválido, hundido en la lona, en donde seguía después de que me hubiesen terminado la cuenta. No podía cesar de temblar. Allí mismo había perdido ese combate del cual esperaba tanto: el campeonato… ¿Qué podía hacer acerca de este terror? Podía adivinar la causa. Había estado pensando de un modo falso acerca del combate. Había leído los periódicos, y todo lo que decían period el cómo y el porqué Tunney iba a perder la pelea. A través de los diarios ya estaba perdiendo el combate en mi propia mente.
El agente de ventas que necesitaba una intervención quirúrgica en sus pensamientos más que en su nariz
Un joven agente de ventas se decidió a abandonar su empleo cuando me consultó acerca de la necesidad de hacerse una operación en la nariz. Su nariz era un poco más grande de lo normal, pero no repulsiva” como el interesado sostenía. Sentía que sus posibles clientes reíanse secretamente de su nariz que sentían repulsión hacia él a causa de ésta. Period un hecho” que poseía una nariz grande. Era también un hecho que tres clientes le habían llamado para quejarse del rudo y hostil comportamiento que había observado con respecto a ellos. Period, así mismo, un hecho que su jefe le había puesto en plan de prueba y que él no había ejecutado una sola venta durante dos largas semanas.
Un científico comprueba la teoría de la ideación positiva
El Dr. Elwood Worcester, en el libro Body, Thoughts and Spirit, relata el testimonio de un científico de fama mundial:
Hasta cumplir los cincuenta años fui un hombre infeliz y sin valor. Ninguno de los trabajos en que se asienta mi reputación había sido publicado aún… Vivía con una sensación constante de melancolía y de fracaso. Quizás mi síntoma más doloroso era el que consistía en un ciego dolor de cabeza, el cual solía padecer dos días a la semana y, en este lapso, no podía hacer absolutamente nada. Había leído algunos libros concernientes al Nuevo pensamiento, los que, por aquel tiempo, parecían ser demasiado ampulosos; también leí algunos artículos de William James respecto a la dirección de la atención hacia lo que es bueno y útil tratando de ignorar el resto. Una de las expresiones deslumbró mi mente: ‘Tenemos que vencer nuestra filosofía del mal, ¿mas qué significa este esfuerzo en comparación de poder ganar toda una vida de bondad?’, u otras palabras que conducían a este efecto.
Hasta aquí todas estas doctrinas habíanme parecido simples teorías místicas, mas al observar que tenía el alma enferma y se me estaba poniendo peor y que mi vida me resultaba ya intolerable, decidí ponerlas a prueba… Me decidí, entonces, a limitar el período del esfuerzo consciente a sólo un mes, ya que pensé que este tiempo sería lo suficientemente largo para comprobar su valor su carencia de validez con respecto a mi persona. Durante ese mismo mes resolví imponer ciertas restricciones a mis pensamientos. Si pensaba en el pasado, trataba que mi mente se fijara en los incidentes más felices y agradables, en los brillantes días de mi infancia, en la inspiración de mis maestros y en la lenta revelación de mi vida de trabajo. Al pensar en el presente, procuraba, de manera deliberada, volver mi atención a los elementos deseables del mismo, a mi casa, a las oportunidades que la soledad me prestaba para trabajar, and so on., y, entonces, resolví hacer el mayor uso posible de todas estas oportunidades, así como ignorar los hechos que parecían no conducirme a nada. Al pensar en el futuro, determiné observar cada una de las ambiciones y valores posibles con que podría contar a mi alcance. Aunque por aquel tiempo me parecía ridículo este plan, observé, sin embargo, que el único defecto del mismo consistió en que lo apunté a una meta demasiado baja, que no incluía suficientemente cuanto yo deseaba conseguir.
El científico prosigue narrándonos cómo cesaron sus dolores de cabeza en el transcurso de una semana y cómo empezó a sentirse más feliz y mejor que en cualquier otra época de su vida. He aquí lo que continúa diciéndonos:
Cómo empleó un inventor las ideas felices”
Como aprender a adquirir el hábito de la felicidad
Nuestra autoimagen y hábitos tienden a guardar estrecha relación entre sí. Transforme aquella, y éstos habrán de experimentar un cambio automático. El vocablo hábito” posee el sentir original de adorno vestido. Todavía hablamos de vestir los hábitos” cuando nos referimos a ciertas prendas del vestuario humano. Esta expresión nos proporciona una comprensión más profunda acerca de la verdadera naturaleza del hábito. Los hábitos son, pues, literalmente las prendas que usamos para revestir nuestras personalidades. No son accidentales circunstanciales. Los tenemos porque se acomodan a nuestras personas. Participan de nuestra autoimagen y de nuestra completa forma de la personalidad. Cuando consciente y deliberadamente desarrollamos mejores y nuevos hábitos, nuestra autoimagen tiende a abandonar los viejos hábitos y a desarrollarlos dentro de la transformación que experimenta nuestra nueva personalidad. Puedo ve diversos pacientes haciendo gestos exagerados cuando les menciono la transformación de las normas habituales de la conducta, , por otra parte, exagerando las normas del nuevo comportamiento hasta lograr que éstas devengan automáticas.
Estos confunden los hábitos” con la sumisión” a las sugerencias. La sumisión es algo a que el individuo se siente compelido causándole severos síntomas de retirada. El tratamiento de la sumisión está más allá de los alcances de este libro.
Los hábitos, por otra parte, constituyen meras reacciones y respuestas que hemos aprendido a ejecutar automáticamente sin tener que pensarlas decidirlas. Son ejecutados por nuestro mecanismo de la creación. Todo un noventa y cinco por ciento de nuestra conducta, sentimientos y reacciones es routine.
El pianista no determine qué teclas debe golpear. El bailarín no resolve qué pie ha de mover. La reacción es automática y no pensada. Del mismo modo nuestras actitudes, emociones y creencias tienden a hacerse habituales. En el pasado aprendimos que ciertas actitudes, así como ciertos modos de sentir y de pensar fueron apropiados” con respecto a ciertas situaciones. Ahora tendemos a pensar, sentir y actuar del mismo modo en donde quiera que encontremos lo que interpretamos como la misma clase de situación”.
EJERCICIO PRÁCTICO
Habitualmente, usted se pone primero ya sea el zapato del pie derecho el del pie izquierdo. Habitualmente, se ata los zapatos ya sea pasando el cordón desde la mano derecha a la mano izquierda viceversa. Mañana por la mañana decide qué zapato debe ponerse primero y cómo va a atárselos. Ahora, decida que por los siguientes veintiún días va a tratar de formarse un nuevo hábito poniéndose primero el otro zapato y va a atárselos de diferente manera. Ahora, cada mañana cuando se haya decidido a ponerse los zapatos de una manera determinada, deje que este simple acto le sirva como un recuerdo para transformarse otros modos habituales del pensamiento, de la conducta y del sentimiento a través de un día. Dígase en tanto se ata los zapatos: Voy a comenzar el día comportándome de un modo nuevo y mejor”. Luego, decida conscientemente que durante todo el día:
1. Estaré tan alegre y contento como me sea posible.
2. Voy a tratar de sentir y comportarme un poco más amistosamente con respecto al prójimo.
three. Voy a ser un poco menos crítico y un poco más tolerante con respecto a las faltas, las equivocaciones y los errores de las otras personas. Trataré de hacer la mejor interpretación posible de sus acciones.
four. En tanto me sea posible voy a comportarme como si el éxito fuera seguro y que ya poseo la clase de personalidad que quisiera tener. Voy a practicar el comportarme así” y el sentir así” de esta nueva personalidad.
5. No voy a permitirme una opinión propia, ya sea de modo negativo positivo, con respecto al shade de los hechos.
6. Voy a practicar el sonreír tres veces al día por lo menos.
7. Independientemente de lo que acontezca, voy a tratar de reaccionar en forma tan calmada e inteligente como me sea posible.
eight. Trataré de ignorar completamente, y así mismo trataré de cerrar la mente a todos esos hechos” pesimistas y negativos que no pueda cambiarlos en absoluto.
Capítulo Octavo
Ingredientes de la personalidad del tipo de éxito” y cómo adquirirlos
Exactamente lo mismo que un médico puede descubrir los síntomas de una enfermedad mediante el diagnóstico, también el psicólogo puede diagnosticar, mediante el estudio de las causas, el éxito y el fracaso. La razón consiste en que el hombre no halla simplemente el éxito ni tampoco llega con facilidad al fracaso. La verdad es que lleva consigo las simientes de su personalidad y carácter.
He hallado que uno de los medios más efectivos para ayudar al individuo a adquirir una personalidad adecuada de éxito”, consiste antes de todo, en proporcionarle una imagen gráfica del aspecto que tiene la personalidad de éxito.
Recuerde que el dispositivo de dirección creadora que poseemos cada uno de nosotros aspira constantemente a alcanzar metas y que el primer requisito para emplearlo consiste en tener una meta blanco definido y claro a donde poder dispararlo. Mucha gente desea perfeccionarse” y espera adquirir una mejor personalidad”, a pesar de no poseer una clara thought de la dirección en que se halla este mejoramiento” ni tampoco de los atributos e ingredientes de que consta el tipo de una buena personalidad”. En efecto, este tipo particular person es el que nos capacita a desenvolvernos en el ambiente, así como a enfrentarnos a la realidad de manera apropiada, de tal modo que nos ayuda a obtener las debidas satisfacciones por haber logrado alcanzar las metas fines que considerábamos importantes para nosotros.
Otra vez el tiempo. He visto a algunas personas sentirse infelices y confusas al abandonar sus derroteros cuando les fue dado un blanco al qué disparar y un camino derecho que seguir. Por ejemplo, el cuidadoso señor de apenas cuarenta años que se sentía extrañamente inseguro e insatisfecho inmediatamente luego de haber obtenido un importante ascenso en su carrera.
Los puestos nuevos que ocupemos requieren nuevas autoimágenes. No tiene ningún sentido -decía este individuo-. He trabajado y soñado por ello. Es precisamente lo que siempre he querido. Sé muy bien que puedo desempeñar este trabajo, y, sin embargo -no sé por qué razón-, siento perturbado mi sentido de la autoconfianza. Me despierto de súbito como de un sueño y comienzo a preguntarme: ‘Qué podría hacer en el mundo un ser insignificante como yo, y, sobre todo, como podría desempeñar un empleo como este?’”. Había llegado a sentir extremada susceptibilidad con respecto a su apariencia y pensó que quizás la causa de su molestia pudiera consistir en su débil barbilla”. No parezco un director de negocios, se decía. Pensó, entonces, que la cirugía plástica podría proporcionarle la resolución a su problema.
Me enfrenté también con el ama de casa a quien los niños la estaban poniendo loca” y cuyo marido la irritaba tanto que se sentía aburrida de él, por lo menos una vez a la semana, y ello sin ninguna causa. ¿Qué me ocurre? -se preguntaba-. Mis niños son realmente unos chicos guapos y me debieran producir orgullo. Mi marido es también un hombre atractivo y siempre me avergüenzo de él”. Sentía que un arreglo del rostro le podría proporcionar mayor confianza y hacer que la apreciara más su familia”.
La imagen del éxito
En este Capítulo voy a prescribirle al lector la misma receta” que le daría si viniera a mi consultorio.
He hallado que una imagen de la personalidad de éxito fácil de recordar se halla contenida en las mismas letras que componen la palabra SUCCESS (ÉXITO).
El Tipo dela Personalidadde Éxito” se halla compuesto de:
S-ense of course (Sentido de dirección)
U-nderstanding (Comprensión)
C-ourage (Valor)
C-harity (Caridad)
1. SENTIDO DELA DIRECCIÓN
En cauto ejecutivo que abandonó sus propios derroteros” y que, en poco tiempo, tornó a conquistar la confianza de sí mismo, cierta vez vio con claridad que durante varios años había sido impulsado a trabajar por fuertes metas a que quería apuntar y atacar incluyendo la seguridad personal de que disfrutaba en el presente. Estos fines, que consideraba tan importantes para el desarrollo de su propia vida, le mantuvieron firme en la ruta que dirigía hacia la consecución de los mismos. No obstante, una vez que hubo conseguido el ascenso, cesó de pensar en los términos de lo que deseaba” para pasar a pensar en los términos de lo que los otros esperaban de él, sea, que se puso a vivir para adaptarse a los fines y estándares de vida de otros individuos. Se sentía como el patrón de una pequeña nave que hubiera abandonado el timón y, sin embargo, esperase seguir la orientación correcta. Hallábase también en la disposición del alpinista que en tanto miraba al pico que deseaba escalar se sentía y se comportaba valerosa y audazmente, pero, al alcanzar la cumbre, considera que ahora ya no tiene a dónde seguir, comenzando, entonces, a mirar hacia abajo y a sentir el vértigo. Estaba, pues, ahora, actuando a la defensiva, defendiendo su presente puesto, mucho más que desempeñándose como un luchador que pretende alcanzar un fin y pasa a la ofensiva apuntando a la meta que se propuso. Obtuvo sólo el dominio de sí mismo cuando se decidió a seguir nuevas metas y comenzó a pensar en términos que éstas requerían: ¿Qué voy a conseguir con este nuevo empleo? ¿Qué deseo alcanzar? ¿a dónde quiero ir?”
Funcionalmente, el hombre se parece a una bicicleta -le dije-. Una bicicleta se mantiene en equilibrio en tanto se la lleva hacia algún lugar. Usted posee, pues, una buena bicicleta. La dificultad consiste en que está tratando de guardar buen equilibrio, sentado todavía en ella, y, sin embargo, no se ha fijado de antemano el nuevo lugar a que desea ir. No me asombra que se sienta lleno de confusiones”.
Receta: Propóngase un objetivo que le valga la pena de alcanzarlo. Mejor aún, proyecte algo que hacer. Decida cuándo quiere abandonar una situación determinada.
Enfréntese siempre con algo que le lleve hacia delante”, algo en que confíe y por lo que tenga que luchar. Mire hacia delante, nunca hacia atrás. Desarrolle eso que los fabricantes de automóviles llaman el aspecto de vanguardia”. Procure cultivar la nostalgia del futuro” en vez de la del pasado. El aspecto de vanguardia” y la nostalgia del futuro” habrán de conservarle joven. Inclusive su cuerpo deja de funcionar bien cuando usted cesa de ser un perseguidor de objetivos” y no tiene nada por qué mirar hacia delante”. Esta es la razón por la que con frecuencia se mueren algunos hombres poco después de haberse retirado del trabajo de sus negocios. Cuando no tienen fines que le interese perseguir y no mira hacia delante, en realidad, ya ha dejado de vivir”.
2. COMPRENSIÓN
Esperemos que otras personas reaccionen, respondan y lleguen a idénticas conclusiones que nosotros con respecto a una misma serie de hechos y de circunstancias. Deberíamos recordar lo que hemos dicho en un capítulo precedente:
nadie reacciona a las cosas ‘como ellas son’, sino a sus propias imágenes mentales”. La mayor parte del tiempo, la reacción de otra persona la posición que adopta con respecto a nuestra respuesta y postura no la produce por el easy objeto de hacernos sufrir, tampoco por cabezonería ni malicia, sino simplemente porque comprende e
El hecho contra la opinión Muchas veces producimos confusión cuando solemos añadir nuestra propia
opinión a los hechos y llegamos a conclusiones equivocadas. HECHO: un marido
tamborilea con sus nudillos sobre la mesa. OPINIÓN: la esposa cree que lo hace sólo
para molestarla. HECHO: el esposo se escarba los dientes después de la comida.
OPINIÓN: la esposa concluye: Si guardara hacia mí algún miramiento, procuraría
enmendar sus maneras”. HECHO: Dos amigos están susurrándose algo cuando usted
llega a donde están ellos: Ambos cesan de hablar al momento y tienen aspecto
embarazado. OPINIÓN: Deben haber estado murmurando de mí”.
El ama de casa mencionada, anteriormente debiera haber comprendido que las
molestas maneras de su marido no habían sido deliberadamente manifestadas para
molestarla. Cuando ésta cesó de reaccionar como si no hubiera sido ofendida
personalmente, fue capaz de detenerse a analizar la situación y seleccionar una
respuesta apropiada.
Con cierta frecuencia solemos deformar los datos de nuestras sensaciones internas
por medio de los temores, las ansiedades los deseos. Mas para que podamos llegar a
un conocimiento actual del ambiente, debemos tratar de reconocer la verdad acerca del
mismo. Sólo cuando comprendemos cómo es éste, podemos reaccionar en forma
adecuada. Debemos ser capaces de ver la verdad y aceptarla tanto si es buena como si es
mala. Bertrand Russell dijo que la única razón de que Hitler perdiera la segunda Guerra
Mundial consistió en que no logró comprender el todo de la situación con que se
enfrentaba. Los portadores de malas noticias eran castigados. Muy pronto nadie se
atrevía a decirle la verdad. Así, pues, sin conocer la verdad, tampoco podía tomar
medidas a propósito de ella.
Muchos de nosotros somos individualmente culpables del mismo error. No nos
gusta admitir nuestros propios errores, faltas y defectos incluso admitir simplemente
que hemos estado equivocados. No nos gusta reconocer que una situación dada es
distinta a como quisiéramos que fuese. Luego persistimos en mantener los rasgos de
nuestros caracteres infantiles. Y, naturalmente, debido a que no vemos no queremos
ver la verdad, no podemos actuar de manera adecuada. Alguien ha dicho que sería un
buen ejercicio que nos dedicásemos a tratar de admitir diariamente algún hecho
doloroso acerca de nosotros mismos. La personalidad de tipo de éxito no sólo no engaña
a las otra gentes, sino que enseña a ser honestos consigo mismos. Lo que llamamos
sinceridad se halla basado en la autocomprensión y la honradez individuales. No puede
ser sincero el hombre que se miente a sí mismo raciocinando se cube mentiras
racionales”.
Receta: Trate de hallar y averiguar la información verdadera que ataña a sus
problemas, al prójimo a la situación en que se encuentra, ya sean buenas malas
noticias. Adopte la consigna que cube: No importa quién tiene razón, sino lo que está
bien”. Un sistema automático de dirección corrige el curso de los datos negativos que se
le hayan suministrado al feed-again” y reconoce los errores con el objeto de corregirlos
y de permanecer sobre su curso. Así debe hacer también usted. Admita sus faltas y
errores, pero no se lamente acerca de ellos. Corríjalos y prosiga su camino. Al tratar con
otra persona, procure comprender el punto de vista que ésta le manifiesta tan
objetivamente con el de usted mismo.
three. EL VALOR
Comprender la situación en que se halla y disponer de un fin que perseguir, no es
lo suficiente para el logro de la felicidad. Debe tener también el valor de actuar, ya que
sólo mediante la acción se pueden transformar en realidades los fines que perseguimos,
así como los propios deseos y las creencias.
La consigna personal del almirante William F. Halsey consistía en la siguiente
cita de Nelson: Ningún capitán podrá cometer un error demasiado considerable si
enfrenta a su nave con la del enemigo” La mejor defensa consiste en una buena
ofensiva -decía Halsey-, éste es un principio militar, mas su aplicación es más amplia
que la misma guerra. Todos los problemas, ya sean de carácter private, nacional de
combate, se hacen más pequeños si no los abandonamos, sino, al contrario, nos
enfrentamos a ellos. Toque un cardo tímidamente, y le pinchará; agárrelo con audacia, y
le aplastará usted las espinas”. (William Nichols, Phrases to Live By, Simon and
Schuster, New York).
Alguien ha dicho quela Feno consiste en creer en algo que vemos de modo
evidente: el VALOR de emprender cualquier cosa sin tener en cuenta las consecuencias.
¿Por qué no apostar sobre sí mismo?
Nada existe en el mundo que sea absolutamente cierto que pueda garantizarse.
Con frecuencia, la diferencia existente entre un hombre que tuvo éxito y otro que
fracasó, no consiste en que aquél poseyera más capacidad ideas, sino en el valor que
este último impuso a sus concepts para la adopción de un riesgo calculado y actuar con
arreglo al mismo.
Pensamos casi siempre en el valor remitiéndonos a los hechos heroicos que tienen
lugar en el campo de batalla, en un naufragio en una crisis parecida. Mas la vida diaria
también requiere valor si queremos hacerla eficiente.
Todavía más, el fracaso al actuar hace que la gente que se enfrenta con un
problema se ponga nerviosa, se sienta intimidada”, como cogida en una trampa” e
inclusive puede conducirla a toda una serie de miedos fisiológicos. Suelo decirle a esta
clase de gente: Estudie la situación profundamente, procure imaginarse los diversos
procesos de cada una de las posibles maneras de actuar y las distintas consecuencias que
deben y pueden surgir de cada proceso. Siga el camino que más le prometa y vaya hacia
delante. Se espera hasta que esté absolutamente cierto y seguro del camino que debe
emprender antes de ponerse a actuar, usted nunca podrá hacer nada. Cada vez que actúe
puede equivocarse. Cualquier decisión que haga puede ser la equivocada. Pero no
debemos permitir que ello nos detenga en la búsqueda del fin propuesto. Debemos tener
el valor de arriesgarnos a cometer errores a diario, arriesgarnos a fracasar y también a
recibir algunas humillaciones. Un paso en la dirección equívoca vale más que quedarse
detenido en el mismo punto durante toda la vida. Una vez que haya emprendido el
camino, podrá corregirlo en cualquiera de los puntos en que se halle mientras prosigue
andando. Su sistema automático de guía no podrá dirigirle en tanto se queda detenido en
constante duda.”.
La fe y el valor son instintos naturales
¿No le ha asombrado alguna vez el porqué”, la urgencia” el deseo de jugar
parecen ser instintivos en la naturaleza humana? Mi propia teoría consiste en que esta
universal urgencia” de arriesgarse jugarse el todo por el todo es un instinto que al
emplearlo correctamente nos excita a aventurar algo de nosotros mismos para tener la
oportunidad de comprobar nuestras propias fuerzas creadoras. Cuando poseemos la
suficiente fe y actuamos con valor, eso es precisamente lo que estamos haciendo:
arriesgarnos y valernos de una oportunidad para poner en funcionamiento los dones
creadores que Dios nos concedió. También incluyo en mi teoría la concept de que el
individuo que frustra en sí este instinto natural, al rehusar vivir en una manera creadora
y comportarse con valentía, es la misma persona que se convierte en jugador febril” y
se aficiona de manera harto perjudicial a las mesas de juego. El hombre que no se vale
de la oportunidad de exponer su propia vida debe desafiar alguna cosa externa. También
el hombre que no se comporta con valor, a veces busca en la bebida este sentimiento. La
fe y el valor son instintos naturales del ser humano y, por lo tanto, sentimos la necesidad
de expresarlos, ya sea de una u otra manera.
Receta: Propóngase, desde luego, cometer las menos faltas posibles y sentir el
menor dolor que pueda para tratar de conseguir lo que quiera. No se venda barato. La
mayoría de la gente -dice el general R. E. Chambers, Jefe dela Sección Consultorade
Neurología y Psiquiatría del Ejército, no sabe lo valiente que es. En realidad, muchos
héroes en potencia, hombres y mujeres, viven en deuda perpetua con sus propias vidas.
Si pudieran saber que poseen estos profundos recursos, ello les ayudaría a
proporcionarles la autoconfianza necesaria para enfrentarse a la mayoría de los
problemas que se les pudieran presentar inclusive en las más grandes disaster”. Usted
dispone de los recursos necesarios, pero nunca sabrá que los posee hasta que no tenga
una ocasión en qué emplearlos para que funcionen en su propio beneficio.
Otra sugestión que podría ayudarle consiste en practicar un comportamiento audaz
y valeroso en relación con las cosas menos importantes. No espere hasta que pueda
convertirse en un gran héroe en alguna crisis peligrosa. La vida diaria también requiere
valor, y, al practicar el valor en las pequeñas cosas, también desarrollamos la fuerza y el
talento para actuar valerosamente en asuntos de mayor importancia.
CARIDAD
Las personalidades de éxito siempre observan con interés lo que concierne al
prójimo: respetan los problemas y las necesidades de las personas ajenas, honran la
dignidad de la persona y tratan a los individuos extraños como si fueran seres humanos
en vez de considerarlos como a piezas que se hallasen incluidas en su propio juego.
Reconocen que cada persona es una criatura de Dios y que ésta constituye una
individualidad que merece respeto y digno trato.
Es un hecho psicológico que nuestros sentimientos acerca de nosotros mismos
tienden a corresponder con los sentimientos que observamos hacia las otras personas.
Cuando un individuo comienza a sentirse más magnánimo con respecto a los seres
ajenos, también, y ello de manera invariable, empieza a mostrarse más caritativo
consigo mismo. La persona que cree que la gente no es importante” no puede concebir
un profundo respeto ni una gran consideración hacia sí, ya que ella es también gente”,
y, con el juicio idéntico que aprecia a los demás, exactamente habrá de juzgarse en su
propio pensamiento. Uno de los mejores métodos que existen para superar el
sentimiento de culpabilidad estriba en el hecho de cesar de condenar al prójimo en
nuestra propia mente, en dejar de juzgarlo, culparle y odiarle por sus errores. Podrá,
pues, cultivar y desarrollar una autoimagen mejor y más adecuada cuando comience a
sentir que las personas ajenas valen más que lo que usted creía.
Otra razón por la que la caridad hacia el prójimo constituye un síntoma de la
personalidad de éxito, débese a que ello significa que la persona que tal siente y hace,
sabe enfrentarse con la realidad. La gente es importante. Los seres humanos no pueden
ser tratados durante mucho tiempo como animales, máquinas fichas de juego para
valerse de ellos como de instrumentos de los fines personales que se persiguen. Hitler
llegó a descubrirlo bien. Asimismo lo lograrán averiguar otros tiranos en cualquier lugar
que desempeñen sus funciones y actúen sus caracteres, ya sea en el hogar, en los
negocios en cualquier otra circunstancia lugar concernientes a las relaciones entre
los seres humanos.
Receta: La receta para la adquisición conservación del sentimiento de caridad se
compone de tres partes: 1) Procure cultivar un aprecio genuino hacia la gente mediante
la percepción de la verdad acerca de ella, pues los individuos son criaturas de Dios que
constituyen personalidades únicas y seres creadores. 2) Tómese la molestia de inhibirse
de juzgar los sentimientos, puntos de vista, deseos y necesidades del prójimo. Piense
más en lo que una persona ajena pueda querer y en cómo se debe sentir. Un amigo mío
suele mantener con su esposa el siguiente diálogo: ¿Me quieres?” -Sí, en el instante
en que dejo de pensar en ello”. Hay mucho de verdad en esto. No podemos sentir nada
acerca de otra persona, al menos que cesemos de pensar en ello. 3) Procure concebir que
los individuos ajenos son importantes y compórtese con ellos de la manera que
corresponde a este principio. Cuando trate a otras personas observe la debida
consideración acerca de los sentimientos de las mismas, pues es absolutamente cierto
que es idéntica forma que tratamos a las personas y a los objetos, así consideramos a las
unas y a los otros.
ESTIMACIÓN
Hace algunos años escribí un comentario a Las palabras por qué vivir”, el cual
fue publicado en This Week Magazine. En este artículo, comentando lo dicho por
Carlyle: ¡Alas! La irreligión consiste en no creer en sí mismo”, decía yo lo siguiente:
De todas las trampas y engaños que nos presenta la vida, el automenosprecio
aparece como el sentimiento de más laboriosa y difícil superación, ya que ha sido
proyectado y cultivado por nuestras propias manos y la síntesis del mismo se concentra
en esta frase: ‘No tengo empleo posible; no puedo hacer nada’.
La pena se sucumbir a este sentimiento es pesada, tanto para el individuo, en
términos de las recompensas materiales perdidas, como para las ganancias de la
sociedad, en cuanto concierne al progreso alcanzado.
Como médico puedo señalar también que el derrotismo presenta aún otro aspecto
-uno bastante curioso muy difícil de reconocer-. Es más que posible que las palabras
citadas constituyen la propia confesión de Carlyle, tanto respecto al secreto que se
esconde detrás de su aseveración como en lo que concierne a su tempestuoso
temperamento, irascible voz y espantosa tiranía doméstica.
Carlyle, naturalmente, constituía un caso extremo. ¿Pero no es acaso en esos días
en que estamos sometidos a la incredulidad cuando dudamos con mayor fuerza y nos
sentimos más incompetentes para cumplir nuestras tareas; no es precisamente entonces
cuando nos hallamos más intranquilos por encontrarnos solos?”
Podemos simplemente meter en nuestras cabezas la concept de que mantener una baja
opinión de nosotros mismos no constituye una virtud sin un defecto. Los celos, por
ejemplo, que a tantos matrimonios conducen al desastre, casi siempre son producidos
por la duda. La persona que posee adecuada autoestimación no siente la hostilidad hacia
el prójimo, no se cree dispuesta a comprobar nada, puede ver los hechos con mayor
claridad y tampoco implora, quejumbrosamente, la compasión de nadie.
El ama de casa que cree en que una insignificante operación en el rostro podría
hacer que la apreciaran más sus hijos y su esposo, realmente necesita valorizarse más a
sí misma. La edad madura, más unas cuantas arrugas y unos pocos cabellos blancos le
han hecho perder su autoestimación, convirtiéndola en un ser supersusceptible a las
inocentes indicaciones y actos de su familia.
Receta: Cese de soportar una imagen psychological en que se represente como un ser
derrotado y sin valor. Deje de dramatizarse como sujeto digno de piedad a quien ha
perseguido la injusticia. Haga uso, por último, de los ejercicios prácticos de este libro
para tratar de formarse una autoimagen adecuada.
La palabra estimación” significa literalmente aprender el valor de”. ¿Acaso los
hombres han de asombrarse y empavorizarse ante el espectáculo que forman las
estrellas, la luna, la inmensidad del mar, la belleza de un crepúsculo florido, y, al mismo
tiempo, han de rebajarse a sí mismos? ¿No hizo el mismo Creador al hombre? ¿No es el
hombre, acaso, la más maravillosa de todas las criaturas? Esta estimación del valor
propio no representa el egotismo, a menos que se presuma que el individuo se ha
autohecho. No menosprecie el producto a causa de que no lo haya empleado
correctamente. No culpe infantilmente al objeto por los errores que usted mismo
cometa; ello sólo digno del escolar que dice: Esta máquina no sabe escribir con
ortografía”.
El mayor secreto de la auto estimación consiste en comenzar a apreciar más a la
gente y en mostrar respeto a cualquier ser humano por el hecho de que es una criatura
de Dios y un objeto de valor. Deténgase y piense en cómo va a tratar a su prójimo. Está
tratando con una única creación particular person del Creador”. Practique el tratamiento con
la persona ajena como si ésta tuviera su valor propio, y, bastante sorpresivamente para
usted mismo, su autoestimación aumentará sin cesar, ya que el verdadero autoaprecio”
no deriva de lo que haya hecho ni de sus propios pensamientos, sino de la apreciación
de lo que es usted por sí mismo: una criatura de Dios. Cuando llegue a obtener esa
creencia habrá necesariamente de concluir que todas las demás personas deben ser
apreciadas por esta exclusiva y única razón.
AUTOCONFIANZA(LA CONFIANZA ENSI MISMO)
La experiencia del éxito produce la confianza. Cuando iniciamos una empresa
cualquiera, lo más possible es que nos sintamos poco confiados con respecto a la
misma ya que no hemos aprendido por experiencia propia cómo vamos a conseguir el
éxito. Este es un principio verdadero en lo que concierne a aprender a montar en
bicicleta, a hablar en público a practicar la cirugía. Es absolutamente cierto que el
éxito conduce al éxito. Inclusive un pequeño éxito puede ser empleado como el primer
paso que damos en el camino que ha de llevarnos a otro éxito mayor. Los mánagers de
los boxeadores se muestran sumamente cuidadosos en escogerles a sus pupilos una serie
de combates graduados para que éstos vayan adquiriendo, a través de una carrera de
éxitos, la experiencia que necesitan. También nosotros podemos emplear la misma
técnica: comenzar a experimentar -por grados- el éxito en pequeña escala.
Otra técnica importante consiste en formarnos el hábito de recordar los éxitos del
pasado y olvidar los fracasos. Este es el medio con el que tanto el computador
electrónico como el cerebro humano parecen operar. La práctica mejora la habilidad en
el juego de básquetbol, golf, and so on., lo mismo que en el arte de la venta, y ello no porque
la repetición tenga algún valor en sí misma. Esta hace que aprendamos de los errores
más que de los aciertos. Una persona que se halla aprendiendo el hockey perderá el
golpe muchas más veces que logre acertarlo. Si el mejoramiento de la habilidad
considera en la mera repetición, la práctica de la misma la haría mejor experto con
respecto a la obtención de golpes acertados conforme practicase más. Sin embargo,
aunque las pérdidas de golpes puedan hallarse en la proporción de diez por un golpe
acertado, a través de la práctica las pérdidas disminuyen gradualmente y los hits se
consiguen con mayor frecuencia. Ello es debido a que el computador que existe en el
cerebro recuerda y enfatiza los intentos mediante los cuales se obtuvo el éxito apetecido,
así como olvida golpes fracasados.
Este es el medio por el cual, lo mismo el computador electrónico que nuestro
propio mecanismo del éxito, aprenden a obtener lo que se proponen.
Bien, ¿mas que hacemos la mayoría de nosotros? Destruimos nuestra
autoconfianza al recordar los fracasos del pasado y al olvidar todo lo que concierne a los
éxitos que obtuvimos en tiempos anteriores. Además, no sólo recordamos los fracasos,
sino que también los imprimimos con emoción en nuestras propias mentes; luego, nos
condenamos a nosotros mismos. Nos ahogamos en la vergüenza y el remordimiento
(ambas emociones son de carácter egotista e introvertido), y así logramos que
desaparezca la confianza dentro de nosotros.
No importa cuántas veces haya fracasado en el pasado. Lo que interesa es que
intentemos conseguir el éxito, el cual debe ser recordado, enfatizado y hacer que more
dentro de nosotros. Charles Kettering ha dicho que cualquier joven que quiera ser un
científico debe estar dispuesto a fracasar noventa y nueve veces antes de obtener el éxito
apetecido, y, sin embargo, debe procurar que estas fallas no le causen daño alguno.
Receta: Procure emplear los errores y equivocaciones como un medio para
aprender; luego vaya menospreciándolos en su mente. Recuerde y grábese en la mente,
de manera deliberada, los éxitos que alcanzara en el pasado. Todos los individuos han
obtenido algún éxito en alguna vez. Especialmente, cuando comience una nueva tarea
procure evocar los sentimientos que experimentó en algún éxito del pasado, no importa
lo pequeño que éste haya sido.
El Dr. Winfred Overholser, Superintendente del Hospital de St. Elizabeth,
manifestó que la evocación de los momentos en que actuamos con valentía es un medio
excelente para recuperar la autoconfianza; que mucha gente tiende a borrar todas las
buenas memorias por haber recibido del destino uno dos golpes desafortunados. Si
procuramos revivir sistemáticamente en la memoria todos los buenos momentos que
vivímos, cube, nos hallaremos sorprendidos al descubrir que poseemos mucho más valor
del que pensamos. El Dr. Overholser recomienda la práctica de revivir los recuerdos de
nuestros éxitos y de los instantes de valentía de nuestro pasado como una ayuda
imponderable para hacer reaccionar bien a nuestra autoconfianza, cualquiera que sea el
caso el acontecimiento que pueda perturbarla.
AUTOACEPTACION
No es posible la obtención del éxito ni de la felicidad genuina sin que la persona
desarrolle en sí misma cierto grado de autoaceptación. Los sujetos más desgraciados y
que más se torturan en todo el mundo son los que se están quejando en forma continua,
para convencerse a sí mismos y a los demás de que ellos son básicamente distintos a
como se manifiestan. No hay nada que alivie y satisfaga tanto como cuando el sujeto se
desprende, finalmente, de todas sus pretensiones y se dispone a ser él mismo. El éxito
que procede de las meras palabras de uno, elude con frecuencia a los individuos que se
preocupan demasiado de la lucha por ser alguien, produciéndose en cambio, casi
siempre, cuando la persona cesa de preocuparse y se halla dispuesta a descansar y a ser
ella misma”.
El camino de la autoimagen no tiene que ver nada con la transformación del ser
particular person con el mejoramiento del mismo sino que, al cambiar éste su propia imagen
psychological, transforma también su propia estimación, la concepción y las creencias de ese
ser suyo. Los asombrosos resultados que siguen al desarrollo de una autoimagen”
realista y adecuada, se producen no como resultado de la autotransformación sino por la
autoconfianza y la autorrevelación. Su ser interno, ahora mismo, es lo que siempre ha
sido y todo lo podrá ser siempre. Usted no lo ha creado, tampoco lo podrá cambiar.
Usted puede, sin embargo, reconocerle su propia naturaleza y hacer lo que más pueda
respecto a lo que ya es, mediante la obtención de un grabado psychological de su ser auténtico.
Luego no tiene por qué tentarse con ser alguien. Usted es como es ahora. Es alguien no
a causa de que haya ganado un millón de dólares conduzca el automóvil más grande
de toda su calle porque gane el bridge, sino por que Dios le creó a su propia imagen y
semejanza.
La mayoría de nosotros somos mejores, más sabios, fuertes y competentes ahora
de lo que creemos. La creación de una autoimagen mejor no tiene que ver nada con que
nos creemos nuevas capacidades, talentos fuerzas, sino en desempeñar y en emplear
adecuadamente las que poseemos.
Podemos transformar la personalidad, pero no el ser básico. La personalidad es
como una herramienta, un utensilio, un punto focal del ser que empleamos en nuestros
tratos con el mundo; constituye la suma complete de nuestros hábitos y actitudes y las
habilidades aprendidas que empleamos como método de expresión de nosotros mismos.
Uno mismo no es su error ni su equivocación
La autoaceptación significa que tenemos que ponernos de acuerdo ahora con
nosotros mismos y aceptarnos como somos con todas nuestras faltas, debilidades,
defectos y errores, y también con nuestras disponibilidades y fuerzas. La autoaceptación
es más fácil de adquirir, sin embargo, si confiamos en que todos esos rasgos negativos
de nos pertenece a nosotros” no son nuestros. Muchas personas rehuyen la saludable
autoaceptación al insistir en identificarse a sí mismas con sus errores. Se puede haber
cometido un error, pero ello no significa que uno sea el error mismo. Puede ser que un
individuo determinado no se pueda expresar con propiedad y a su entera satisfacción,
más ello no tiene que implicarse con el concepto de que uno no es bueno”.
Debemos ser capaces de reconocer nuestros errores y defectos antes que
intentemos corregírnoslos.
El primer paso que ha de llevarnos al logro del autoconocimiento consiste en
reconocer las áreas del mismo que ignoramos. El primer paso que nos conduce a la
fuerza consiste en el reconocimiento de que somos débiles. Por otra parte, todas las
religiones manifiestan que el primer paso hacia la salvación reside en que reconozcamos
que somos pecadores. En el viaje que nos ha de conducir a la meta de la autoexpresión
preferrred, debemos emplear los datos negativos almacenados en el feed-again con el objeto
de corregir el camino que seguimos como en cualquier otra situación en que nos
hallamos persiguiendo un fin determinado.
Ello requiere que admitamos y aceptemos el hecho de que nuestra personalidad,
autoexpresión, lo que algunos psicólogos llaman el se real” es siempre imperfecto y
no abraza a todo el ser interno.
No existe nadie en el mundo que en el transcurso de la vida alcance a expresar
completamente las potencialidades del ser actual. Nuestro ser real y nuestra autoexpresión
nunca llegan a agotar las diversas posibilidades y fuerzas de que están dotados: sólo
pueden aprender más, a actuar y a conducirse mejor. El ser real es necesariamente
imperfecto. A través de la vida, se mueve constantemente en la dirección que le lleva
hacia un objetivo ultimate, mas nunca habrá de poder alcanzarlo. El ser real no es sujeto
estático, sino dinámico. Jamás logra formarse por completo, sino que siempre se halla
en estado de desarrollo.
Es importante, entonces, que aprendamos a aceptar al ser real con todas sus
imperfecciones, ya que es el único vehículo de que disponemos para viajar por la
vida”. Los neuróticos rechazan el ser real y lo odian por todas sus imperfecciones. En su
lugar procuran crearse uno, autoideal y ficticio, que es casi perfecto y casi ha
alcanzado la meta”. Tratar de mantener el engaño y la ficción no constituye sólo una
horrible tendencia mental, sino que también ello invita al individuo a la frustración y a la
desilusión, sobre todo, cuando éste trata de operar en un mundo real con un Yo”
totalmente ficticio. Puede ser que una diligencia no constituya el medio más favorable
de transporte, mas una diligencia actual podrá conducirnos de costa a costa mucho mejor y
más satisfactoriamente que un Jet” ficticio.
Receta: Procure aceptarse tal como es y comience con ello el tratamiento.
Aprenda a aceptarse emocionalmente las imperfecciones que posea. Es necesario que
reconozcamos intelectualmente nuestros propios defectos, pero también debemos evitar
el desastre de odiarnos a causa de los mismos. Establezca la diferencia que exista entre
el ser y la conducta. Usted” no es una ruina ni un sujeto sin valor porque haya
cometido alguna que otra falta se haya desviado de su camino, exactamente igual que
tampoco queda sin valor una máquina de escribir porque haya cometido un error
ortográfico” un violín que haya falseado una nota”. No se odie por no ser perfecto.
Usted posee muchas disposiciones. Nadie es perfecto y quien pretende que lo es engaña
ingenuamente a sí mismo.
Usted es alguien ahora mismo
Mucha gente se odia y muestra repugnancia hacia su persona debido a que siente
y experimenta deseos biológicos perfectamente naturales. Otros sujetos se repugnan
porque, debido a sus proporciones físicas, no se creen iguales a los patrones corrientes
de la moda. Recuerdo la década del año 1920 en adelante, cuando muchas mujeres se
sentían avergonzadas de poseer pechos grandes. Estaba en boga entre las muchachas la
figura del mancebo y los pechos constituían tabú. Hoy muchas mujeres se llenan de
ansiedad por no poseer un busto de cuarenta pulgadas. Durante los años veinte muchas
mujeres solían acudir a mi consultorio y decirme así: Hágame algo que reduzca el
volumen de mis pechos”. Hoy la petición es esta: Haga lo que sea para aumentar el
tamaño de mi busto”. Esta rebusca de la identidad, este deseo de parecerse a todo el
mundo, esta urgente necesidad de ser alguien es common, pero estamos equivocados
cuando la buscamos de conformidad y con la aprobación de las otras gentes, y, además,
casi siempre en los aspectos materiales. Nuestro cuerpo es un don de Dios. El individuo
sólo es un punto entre otros puntos. Mucha gente se dice a sí misma: A causa de que
soy flaco, gordo, bajo, demasiado alto, and many others., no soy nada en realidad”. Procure decirse lo
siguiente, en vez de lo anterior: Puede que no sea perfecto, quizá tenga defectos y
debilidades, puede ser que salga del tipo común, quizá tenga que emprender un camino
muy largo, pero soy algo y alguien, y voy a hacer todo lo que me sea posible de ese
alguien y de ese algo”.
Es precisamente, el joven de poca fe quien suele manifestar: No soy nadie ni
nada”. Comentaba Edward W. Bok.: Es el joven que posee una verdadera concepción
de la vida quien afirma: Soy todo y voy a demostrarlo”. Ello no se refiere al egoísmo, y
si hay gente que piensa así debemos dejarla pensar de esa manera. Nos basta con saber
que ello significa fe en sí mismo, verdad y confianza, la expresión humana que tenemos
de Dios dentro de nosotros. Cube: ‘Hago mi trabajo’. Ve y hazlo. No importa como sea:
hazlo, pero ejecútalo con celo, con gusto suficiente para superar los obstáculos y alejar
de ti la falta de valor y la carencia de entusiasmo”.
Acéptese. Sea usted mismo. Nunca podrá percibir las potencialidades y
posibilidades inherentes en ese algo especial y único que es USTED si se da la espalda a
sí mismo, se siente avergonzado , al odiarse, rehusa reconocerce.
Capítulo Noveno
El mecanismo del fracaso:
Cómo hacer que opere en su favor en vez de que funcione en su contra
Las calderas de vapor tienen medidores de presión que muestran cuando ésta
alcanza un punto peligroso. Cuando reconocemos el peligro en potencia, debemos
emprender la acción correctiva, salvando así nuestra seguridad. Las calles sin salida
los callejones ciegos y los caminos en que se cierra el paso pueden producirle varios
inconvenientes y retrasarle la llegada a su destino en el caso que no tengan marcada una
señal fácil de reconocer que indiquen lo que son. No obstante, si logra leer las señales y
emprende la acción correctiva apropiada la enfrentarse con callejones sin salida, ello le
puede ayudar a alcanzar su destino con mayor facilidad y eficiencia.
El cuerpo humano posee su propia luz roja y sus señales de peligro” a las cuales
llaman los médicos síntomas” síndromes”. Los pacientes tienden a mirar los
síntomas con cierta malevolencia: una calentura, un dolor, and so on., es siempre algo malo”.
En efecto, estas señales negativas funcionan en propio beneficio del paciente si éste las
interpreta por lo que realmente son y emprende la acción correctiva necesaria. Son, en
verdad, los medidores de presión y las luces rojas que nos ayudan a que mantengamos
la salud del cuerpo. El dolor de la apendicitis puede parecer malo” al paciente, pero en
realidad opera a favor de su sobrevivencia pues si éste no sintiera dolor no se dispondría
a que le extirpasen el apéndice.
El tipo de personalidad de fracaso también tiene sus síntomas. Necesitamos ser
capaces de reconocer en nosotros mismos estos síntomas de fracaso de tal modo que
podamos hacer algo acerca de ellos. Cuando aprendemos a reconocer ciertas tendencias
personales como típicas señales del fracaso, éstos síntomas actúan automáticamente
como datos negativos de la retroacción y, entonces, la guía auxiliar nos desvía del
camino que conduce a las realizaciones creadoras. Sin embargo, no necesitamos
solamente hacernos conscientes de ellas. Todo el mundo las siente. Necesitamos, pues,
reconocerlos como indeseables”, como cosas que no queremos y lo más importante de
todo consiste en que nos convenzamos profunda y sinceramente de que estas cosas no
conducen a la felicidad.
Nadie se halla inmune ante estos sentimientos y actitudes negativos. Incluso las
personas de mayor éxito suelen experimentarlos de vez en cuando. Lo más importante
consiste en reconocerlos por lo que son en sí mismos y en que emprendamos la debida
acción positiva para corregir el curso de los mismos.
La imagen del fracaso
También hallado que los pacientes pueden recordar estas señales negativas de la
retroacción, sea lo que denomino el mecanismo del fracaso”, cuando se les asocian a
las letras que forman la palabra Failure = fracaso-disparate-desliz defecto. Estas letras
son las siguientes:
A-ggressiveness (misdirected) = Agresividad (mal dirigida).
I-nsecurity = Inseguridad.
L-onelines (lack of oneness”) = Soledad (carencia de unidad con la gente).
U-ncertainty = Incertidumbre.
R-esentment = Resentimiento.
La comprensión conduce a la cura
A nadie le gusta permanecer quieto, con deliberad premeditación, cultivando estos
defectos y decidiendo desarrollar estas tendencias negativas por el solo gusto de sentirse
perverso. Eso no acontece. Tampoco estas tendencias indican la imperfección de la
naturaleza humana. Cada una de estas tendencias negativas fueron adoptadas
originalmente por el individuo como medio” de resolver alguna dificultad problema.
Las adoptamos a causa de que las vemos equivocadamente como un medio” que nos
ayuda a salir de alguna dificultad. Poseen, pues, sentido y propósito, aunque éstos se
basan en la premisa errónea. Constituyen un modo” medio de vida” para nosotros.
Recuerde que una de las más fuertes necesidades de la naturaleza humana consiste en
reaccionar adecuadamente al medio en que vivimos y a los problemas que se nos
presentan. Podemos curar estos síntomas del fracaso, no por la fuerza de la voluntad,
sino por la comprensión, por la capacidad que tengamos de ver” que no operan
positivamente y que son inapropiadas para un buen desarrollo de la personalidad. La
verdad puede liberarnos de las mismas. Así, pues, cuando podamos ver la verdad,
entonces las mismas fuerzas instintivas que nos hicieron adoptarlas en primer lugar,
habrán de operar sobre nuestra conducta ayudándonos a erradicarlas.
FRUSTRACIÓN
La frustración es un sentimiento emotivo que desarrollamos cuando no hemos
logrado alcanzar algún objetivo importante que nos habíamos propuesto, cuando se
nos suscitan obstáculos a la realización de algún deseo vehemente. Todos tenemos
necesariamente que sufrir algunas frustraciones por el mismo hecho de ser seres
humanos y, por lo tanto, criaturas imperfectas, incompletas y no formadas totalmente.
Conforme alcanzamos la madurez, vamos aprendiendo poco a poco que no podemos
satisfacer de inmediato todos nuestros deseos. También aprendemos que nuestros
hechos nunca pueden ser tan buenos como las intenciones que nos impulsan a
ejecutarlos. Asimismo, percibimos a aceptar el hecho de que para ejecutar bien las cosas
no se requiere ni se necesita de la perfección absoluta y que las aproximaciones relativas
son suficientes para la consecución de nuestros propósitos prácticos. Aprendemos, pues,
a tolerar cierta suma de frustración sin llegarnos a sentir molestos debido a ello.
Sólo cuando una experiencia de frustración nos produce un exceso emocional de
sentimientos de profunda insatisfacción y futilidad, llega a transformarse la experiencia
mencionada en un síntoma de fracaso.
La frustración crónica suele indicar que los fines que nos hemos propuesto seguir
son irreales bien que la imagen que poseemos de nosotros mismos es inadecuada
quizá ambas cosas a la vez.
Objetos prácticos contra metas perfeccionistas
Para su amigo, Jim S. Era un hombre de éxito. Habíase ido elevando desde
conserje del despacho hasta vicepresidente de la compañía en que trabajaba. Su
promedio de golf no llegaba a los ochos. Tenía una bella esposa y dos hijos que le
querían mucho. Sin embargo, se sentía frustrado crónicamente por lo excesivo de los
fines irrealistas que perseguía. No period, naturalmente, perfecto en nada, pero debería
serlo. Ya debería ser el jefe del consejo. Debería tirar más debajo de los setenta. Debería
ser un marido y padre tan perfecto que su esposa no pudiera nunca hallar una causa de
desacuerdo con él ni sus hijos excusa alguna para comportarse mal. Atinar al ojo de
buey no era lo suficiente para él: tenía que atinar al mismísimo centro infinitesimal del
ojo de buey. Debería emplear en todos sus asuntos la misma técnica que Jackie Burke
recomienda al empujar -le dije. Esta no consiste en sentir que tiene que lanzar la bola
derecha al mismo hoyo a través de un largo camino, sino apuntar a un área que tenga el
tamaño de un lavabo. Eso le ayudará a relajar la tensión y le capacitará para que tenga
mejor actuación. Si ello es bueno con respecto a los profesionales también lo debe ser
para usted”.
La profecía de lo que ha de acontecerle le conducirá a un fracaso cierto
Harry N. era un tanto distinto. No había conseguido poseer ninguno de los signos
externos de éxito. Sin embargo, había tenido muchas oportunidades, todas las cuales
había desperdiciado. Tres veces llegó a casi conseguir el empleo que quería y otras
tantas le había acontecido algo”, algo le había hecho fracasar siempre, precisamente,
cuando parecía que ya el éxito lo tenía entre las manos. Dos veces también había sufrido
serios reveses en asuntos amorosos. Su autoimagen era la de una persona indigna,
incompetente e inferior, que no tenía derecho al éxito a hallar satisfacción en las
mejores cosas de la vida, e involuntariamente trató de serle fiel a ese papel. Sentía que
no period de esa clase de personas que merecían suerte y siempre se las arreglaba para
hacer algo con lo que la profecía se convirtiera en certidumbre.
La frustración empleada como medio para solucionar los problemas no
conduce a metas satisfactorias
Los sentimientos de frustración, el descontentamiento y la insatisfacción son los
medios de solucionar los problemas que aprendimos” cuando éramos niños. Si un niño
tiene hambre expresa su descontento mediante gritos y llantos. Una mano cálida y tierna
aparece entonces mágicamente para darle leche. Al sentirse incómodo, de nuevo
expresa su descontento mediante el llanto y torna a aparecer otra mano cálida y tierna
que le proporciona comodidad. Por último, no son pocos los niños que continúan
comportándose de esta manera, y así logran que les solucionen todos sus problemas
padres superindulgentes. Todo lo que tienen que hacer es sentirse frustrados e
insatisfechos y así tener solucionado el problema instantáneamente. Este modo de vida
opera” de manera satisfactoria con respecto a los nenes de pecho y los niños pequeños.
Pero no opera, en absoluto, cuando se trata de la vida de los adultos. No obstante,
muchos de nosotros continuamos practicándolo al sentirnos descontentos y al expresar
nuestras quejas contra la vida, aparentemente con la esperanza de que la misma vida
tenga piedad de nuestros males y corra a nuestro socorro para solucionarnos los
problemas en el caso de que nos sintamos lo suficientemente mal. Así, pues, Jim S.
Empleaba inconscientemente esta técnica infantil con la esperanza de que alguna magia
le pudiese proporcionar la perfección que anhelaba. Harry N., por otra parte, había
practicado los sentimientos de frustración y de derrota de tan alto grado que éstos
llegaron a hacérsele habituales. Los proyectaba, pues, hacia el futuro, a la espera del
fracaso en el porvenir. Sus sentimientos habituales de derrota le impulsaron a crearse
una autoimagen de persona vencida. Las ideas y las sensaciones caminan siempre
unidas. Los sentimientos forman la tierra en que brotan los pensamientos y las ideas.
Esta es la razón por la que se le ha aconsejado a través de todo este libro que debe
imaginarse como persona que ha conseguido alcanzar el éxito, y, entonces, sentirse así
desde ahora mismo.
AGRESIVIDAD
La agresividad excesiva y mal dirigida sigue a la frustración como la noche sigue
al día. Esto fue comprobado, de manera definitiva, hace algunos años por un grupo de
científicos dela Universidadde Yale que publicaron un libro titulado La frustración y
la agresividad” (Frustration and Aggressiveness, John Dollard, et al.,YaleUniversity
Press, New Haven).
La agresividad misma no constituye una forma anormal de la conducta como
alguna vez creyeran ciertos psiquiatras. La agresividad y la presión emotivas son
condiciones necesarias para alcanzar una meta. Es mejor que empleemos, en la
persecución de lo que queremos, una actitud agresiva que no una defensiva
meramente de intento. Debemos enfrentarnos agresivamente con todos los problemas.
El hecho mismo de tener un importante fin que perseguir es suficientemente para crear
una presión emocional en nuestra caldera que nos permita desempeñar las tendencias
agresivas enfocadas a la consecución de la meta que nos proponemos alcanzar. No
obstante, surgen siempre las dificultades cuando nos sentimos cercados frustrados en
el camino que habría de conducirnos a la meta deseada. La presión emocional es,
entonces, contenida, y busca, inmediatamente, un orificio de salida. La agresividad mal
dirigiga empleada puede convertirse en una fuerza destructora. El trabajador que
quiere darle a su jefe un puñetazo en la nariz, pero no se atreve a ello, llega a casa y le
pega a su mujer y a sus hijos simplemente le da de patadas al gato. puede tornar la
agresividad contra sí mismo, de manera sumamente parecida a la de cierto escorpión de
la Américade Sur, que se pica a sí cuando se halla irritado y muere a causa de su propio
veneno.
Procure no desenfrenarse y perder el dominio de sí. Concentre su fuego
El tipo de la personalidad de fracaso no dirige su agresividad a la consecución de
un fin que valga la pena. En vez de ello la suele emplear en canales que resulta tan
autodestructivos como las úlceras, la alta presión arterial, las preocupaciones, el fumar
con exceso, la sobrecarga nerviosa de trabajo, and so on., puede desarrollarla contra otras
personas en las formas de irritabilidad, rudeza, murmuración, hallazgo de defectos, etc.
También puede ser que si las metas que el sujeto se ha impuesto son de carácter
irrealista imposibles de alcanzar, la solución del tipo de la personalidad de fracaso,
cuando se encuentra con la derrota, consista en tratar de volver a probar con más
tozudez que siempre”. Ahora bien, cuando observa que sólo da cabezazos contra la
pared de piedra, entonces se imagina inconscientemente que toda la solución del
problema reside en golpear el muro con más y más fuerza.
La respuesta a la agresividad consiste en no erradicarla, sino en comprenderla y en
procurar hallar los canales verdaderos y apropiados para su expresión auténtica. Hace
poco tiempo, el Dr. Konrad Lorentz, famoso médico vienés y no menos célebre
especialista de sociología animal, dijo a los psiquiatras en el Centro de Postgraduados
de Psicoterapia, de la ciudad de Nueva York, que el estudio de la conducta de los
animales ha demostrado durante muchos años que la conducta agresiva es de naturaleza
básica y fundamental, y que un animal no podrá sentir ni expresar afecto hasta que sus
capacidades no hayan sido provistas de las debidas expresiones de agresión. El Dr.
Emanual Ok. Schwartz, ayudante del decano del mencionado centro dijo que los
discubrimientos del Dr. Lorentz han producido conclusiones a tremenda influencia para
el hombre e incluso pueden llegar a requerir una revaluación whole de las diversas
opiniones que existen respecto a las relaciones humanas. Indican, dijo, que la provisión
de una salida apropiada para la agresión es tan importante, si no más, que el proveernos
de una salida para el amor y la ternura.
El saber da fuerza
Sólo mediante la comprensión de lo que es inherente al mecanismo psíquico se
puede ayudar a la persona a manejar el ciclo de la frustración agresiva. La agresión mal
dirigida consiste en la tentativa de dar en un blanco (la causa authentic) sin apuntar a
ningún blanco. Esto, desde luego, no produce fruto alguno. No se puede solucionar un
problema creando otro que tenga como causa el problema unique. Si siente como si el
problema que persigue solucionar se le divide escapa de las manos”, deténgase un
momento y pregúntese: ¿Es que se halla operando mi mecanismo de la frustración?”
¿Qué es lo habrá frustrado mis planes?” Cuando observe que su respuesta es
inadecuada, habrá andado un largo trecho del camino que conduce al dominio del
problema. También esta observación con respecto a lo inapropiado de la respuesta le
aliviará de remordimientos y preocupaciones cuando alguien se muestre rudo hacia
usted, si cree en ello es debido, probablemente, no a un acto voluntarioso, sino a la
influencia del mecanismo automático en el proceso de su funcionamiento. La presión
del otros individuo ha descendido en alto grado y ya no puede usarla como fuerza
impulsora destinada a alcanzar algún fin. El mecanismo de la frustración agresiva
produce numerosos accidentes automovilísticos. La próxima vez que alguien se la
muestre tosco entre el fárrago del tráfico, procure farmacia online observar la siguiente conducta: en vez
de ponerse agresivo, de tal modo que constituya una amenaza hacia sí mismo, dígase:
El pobre hombre no tiene nada contra mí personalmente. Quizá su esposa haya
quemado las tostadas esta mañana, quizá no haya podido pagar la renta, puede ser que
le haya regañado su jefe”.
Adquisición de valores de seguridad mediante la presión emotiva
Cuando ve bloqueado el camino que le habría de llevar a la consecución de alguna
meta importante, se siente en estado parecido al que una locomotora llena de vapor que
no tiene a dónde dirigirse. Cuando se halle en ese caso, necesitará una válvula de
seguridad que dé escape al exceso de vapor emocional que guarda en sus calderas”.
Las diversas clases de gimnasia y de ejercicios físicos conviértense, entonces, en
excelentes medios para sacudirse los impulsos agresivos. Resultan especialmente
buenos los deportes que usted haya cultivado y domine con algún éxito: el golf, el tenis,
and so forth. Muchas mujeres que se sienten frustradas reconocen intuitivamente el valor de los
ejercicios musculares pesados en cuanto respecta al rechazamiento de la agresividad y
sienten impulsos de destrozar todos los muebles de la casa luego de haberse puesto
furiosas. Otro remedio excelente consiste en sacudirse la ira escribiendo lo que se le
antoje. Por ejemplo, escriba una carta al individuo que haya sido la causa de su
frustración de su ira. Redacte los asuntos que le hayan herido. No abandone nada a la
imaginación. Luego, queme la carta.
Lo mejor de todo consiste en canalizar la agresividad apuntándola al fin que se
haya propuesto conseguir. El trabajo constituye siempre una de las mejores terapias y de
los tranquilizadores más efectivos para serenar a un espíritu conturbado.
INSEGURIDAD
El sentimiento de la inseguridad se basa en el concepto creencia de la
insuficiencia e imperfección internas. Si nota que no dispone de las fuerzas
suficientes” para lo que se requiere de usted, es indudable que habrá de sentirse
inseguro. Gran parte de nuestras sensaciones de inseguridad no se deben al hecho de
que nuestros recursos interiores sean efectivamente inadecuados, sino que son debidos
al hecho de que empleamos, para medirlos, inadecuados instrumentos de medición.
Comparamos nuestras capacidades efectivas a las de un ser excellent” absolutamente
perfecto. El conceptuarse a sí mismo en términos absolutos conduce a la inseguridad.
La persona insegura siente que debiera” ser buena, y punto. Que debiera” ser
feliz, y también punto. Que debiera” obtener éxito, ser competente, and many others., todo ello de
manera redondeada y definitiva. Todos estos son objetivos dignos y de gran valor, más
no se deben pensar en ellos, al menos en su sentido absoluto, como fines que conquistar,
sino como en algo que hay que alcanzar más que como en algo que se debiera” ser.
Ya que el hombre es un mecanismo que lucha por la consecución de sus fines, el
ser” cumple solamente sus funciones cuando está moviéndose hacia delante en busca
de algo”. ¿Recuerda la comparación de la bicicleta de que hablamos en el capítulo
anterior? El hombre sólo mantiene su balanceo, equilibrio y sentido de seguridad
cuando camina en persecución de algo, cuando busca algo. Cuando se halla pensando en
sí mismo como en un sujeto que había tenido una meta hacia que orientarse, el hombre
se convierte en un ser estático y pierde, entonces, la seguridad y el equilibrio en que se
hallaba cuando se dedicó a moverse hacia delante en busca de algo”. El hombre que se
halla convencido de su bondad” en un sentido absoluto no sólo carece del incentivo de
hacerse mejor, sino que también se siente inseguro a causa de que tiene que defender su
ilusión y pretensiones acerca de su supuesta bondad. El hombre que cree haber llegado
a su fin, ya ha agotado su utilidad para nosotros”, me dijo, recientemente, el presidente
de una gran firma comercial. Cuando alguien llamaba bueno” a Jesús, Él le reprendía:
¿Por qué me llamas bueno? Sólo hay uno bueno, y Ése es el Padre.” A San Pablo se le
consideraba generalmente como a un hombre bueno, más su actitud era la siguiente:
Yo mismo considero que no he llegado a la perfección … pero trato de ir hacia el fin”.
Asiente los pies en la tierra firme
Es inseguro el tratar de permanecer en la punta de un pináculo. Trate metalmente
de descender de su caballo y sentirá mayor seguridad.
Ello tiene aplicaciones sumamente prácticas. Cuando un equipo que participa en
un campeonato comienza a considerarse campeón”, ya no tiene en el futuro conquista
por la que luchar, mas se ve obligado a defender su campeonato. Los campeones, pues,
defienden algo, y, al mismo tiempo, tratan de demostrar algo”. Las personas que se
sienten oprimidas luchan por hacer algo, y, con frecuencia, sólo logran sacar algún
trastorno de todo ello.
En otros tiempos conocí a un boxeador que luchó muy bien hasta que conquistó el
campeonato. Fue vencido en la siguiente lucha y perdió lo que tan bien había
conseguido. Ello le produjo una gran desilusión. Mas, poco tiempo después de haber
perdido el título, volvió a luchar bien y reconquistó el campeonato. Un supervisor, que
conocía a la perfección el oficio a que se dedicaba, le aconsejó sabiamente: Usted
podrá luchar tan bien como un campeón en el momento en que se dé cuenta de una sola
cosa: cuando suba al ring, piense en que no está defendiendo el título, sino en que va a
tratar de conquistarlo. Ya no lo posee; lo dejó en la lona en el instante en que comenzó a
resbalar por las cuerdas”.
La actitud mental que engendra la inseguridad consiste sólo en el modo” con que
se enfrenta uno a las cosas y los acontecimientos. Hay un modo de substituir el
fingimiento y la pretensión por la verdadera” realidad. Consiste en la manera de
demostrarse a sí mismo y a los demás individuos la superioridad propia. Mas ello
conduce a la autoderrota. Si usted es perfecto y superior ahora, entonces no tiene
necesidad de luchar, de aferrarse a algo ni tampoco de intentar nada que le conduzca a
un perfeccionamiento. En efecto, si usted posee esta concept de sí mismo ello puede ser
considerado como la mayor evidencia de que en realidad no es un sujeto superior, ya
que no intenta hacer nada para probarlo”. Así, sólo pierde la lucha y la voluntad de
ganar.
SOLEDAD
Todos nosotros solemos hallarnos solos a veces. Ello constituye el tributo pure
que pagamos por ser humanos y sujetos individuales. Mas en el sentimiento extremo y
crónico de la soledad -de haber sido separados de las gentes- el que forma uno de los
síntomas más notables del mecanismo del fracaso.
Este tipo de soledad se produce por un enajenamiento de la vida. Es pues, la
soledad de su Yo” real. La persona que se siente enajenada de su ser real se ha cortado
a sí misma el contacto básico y basic con la vida. La persona solitaria se crea con
frecuencia un círculo vicioso. A causa del sentimiento de enajenación de sí mismo, los
contactos humanos del individuo no son muy satisfactorios y poco a poco va
convirtiéndose en un recluso social. Al hacer esto se autoprohibe el paso por las sendas
que le conducían a hallarse a sí mismo, lo que, al mismo tiempo, le obliga a perder las
actividades sociales en que debería participar con las personas ajenas. Hacer algo en
colaboración con el prójimo y hallar satisfacción en hacerlo nos ayuda a olvidarnos de
nosotros mismos. Al participar en una conversación estimulante, al danzar jugar
juntos, , por otra parte, al colaborar con la gente en la persecución de una meta común,
nos interesamos en algo más que de nuestros propios espejismos y pretensiones.
Conforme vamos conociendo más al prójimo, sentimos menor necesidad de mostrarnos
pretenciosos. Nos deshelamos” y nos convertimos en sujetos más naturales. Cuanto
más nos dediquemos a ello, sentiremos mejor que debemos alejarnos de nuestros
castillos de area” y pretensiones para sentirnos más cómodos con el hecho de ser
nosotros mismos”.
La soledad constituye un modo de conducta humana” que no labora en el
desarrollo de la personalidad
La soledad es sólo un medio de autoprotección. Las líneas de comunicación con el
prójimo -especialmente, cualquiera de los lazos emocionales con el mismo-, quedan
cortadas. Representan el modo de proteger a nuestro ser idealizado” contra los riesgos
de diversa índole, el dolor y la humillación. La personalidad solitaria teme a la gente. La
persona solitaria se queja con frecuencia de que no tiene amigos y que no hay gente con
la que ella pueda mezclarse. En la mayoría de los casos arregla los cosas
involuntariamente, de tal manera que pueda justificar su actitud pasiva, esto es, tratar de
que los otros vengan hacia ella, que el individuo ajeno dé el primer paso. Jamás se le
ocurre que ella debe también contribuir con algo a las diversas situaciones sociales.
Sean cuales fueren sus sentimientos, fuércese a mezclarse con otras personas.
Luego del primer intento, se hallará en una atmósfera más cordial sintiéndose cada vez
más a gusto si persiste en ello. Procure cultivar algún arte gracia de carácter social con
que contribuya a la felicidad del prójimo: la danza, el bridge, tocar el piano, el tenis, la
conversación, and so forth. Es un antiguo axioma psicológico el que nos habla de que la
constante exposición al objeto de nuestros temores nos inmuniza el miedo. Conforme la
persona solitaria prosiga forzando las relaciones sociales -no de forma pasiva, sino
activamente- hallará, poco a poco, que la mayoría de la gente es de naturaleza amistosa
y que es aceptada por ésta. La vergüenza y la timidez comenzará a desaparecer, y,
entonces, el individuo se hallará más cómodo en la presencia de otras personas que
consigo mismo. La experiencia de que es aceptado por la sociedad le capacitará también
a autoaceptarse.
INCERTIDUMBRE
Elbert Hubbard dijo: El mayor error que puede cometer el hombre consiste en el
temor de cometerlo”.
La incertidumbre” es una manera” de evitar los errores y la irresponsabilidad.
Esta actitud se basa en la falaz premisa de que si no se adopta una decisión, nada se
podrá hacer bien. El estar equivocado” sujeta a horrores indescriptibles a la persona
que tiende a concebirse como perfecta. Nunca se equivoca y hace perfectamente todas
las cosas. Si fuera a equivocarse alguna vez, su imagen de la perfección y su Yo”
todopoderoso derrumbaríase al instante. Por lo tanto, la decisión de hacer se convierte,
para el individuo en este carácter, en un asunto de vida muerte.
Una de las maneras de la incertidumbre consiste en evitar tantas decisiones como
sean posibles. Otro modo estriba en disponer de un chivo expiatorio al que culpar del
error propio. El tipo de personalidad perfecta suele adoptar decisiones temerarias,
prematuras y atrabiliarias. El atreverse a adoptarlas no le ofrece ningún problema: es un
individuo perfecto. En cualquier caso, carecer de razón es imposible para él. Entonces,
¿por qué habría de considerar los hechos y sus consecuencias? Es capaz de continuar
manteniendo esta ficción, incluso cuando las cosas le han salido al revés de lo que
pensaba, simplemente convenciéndose que ello consistió en el error de alguna otra
persona. Es fácil, entonces, observar por qué yerran los dos tipos que acabamos de
describir. Uno se halla sumergido constantemente en agua hirviendo”, debido a sus
impulsivas y mal consideradas acciones, mientras que el otro se halla intimidado a
causa de su absoluta falta de acción. Para decirlo con otras palabras, el modo de ser que
para tener razón se halla basado en la incertidumbre” tampoco labora en beneficio del
individuo de este tipo.
Nadie está en lo cierto durante todo el tiempo
Crea que no se requiere que un hombre esté en lo cierto el ciento por ciento de
todo el tiempo. Ningún bateador del béisbol tiene un 1,000 de promedio. Si acierta tres
de cada diez tantos solemos considerarlo bueno. El gran Babe Ruth, que mantuvo el
report del mayor número de house runs, también tenía el record de la mayor cantidad de
strike-outs. Reside en la propia naturaleza de las cosas el que progresemos mediante los
hechos, cometiendo errores y corrigiéndolos mientras los estamos haciendo. Un torpedo
guiado llega al blanco luego de haber cometido una serie de errores y de haberlos ido
corrigiendo en el curso de su carrera. Desde luego, usted no podrá corregir el curso de
su propio camino si todavía no ha emprendido la marcha. Así, pues, en ese estado, no
podrá transformar no corregir nada. Debe considerar los hechos conocidos de una
situación determinada, imaginar las diversas consecuencias de los distintos cursos que
emprenda al actuar, escoger uno de los que le parezca ofrecerle la mejor solución y
arriesgarse en él. Podrá, entonces, corregir su camino en la propia marcha.
Sólo las gentes pequeñas” nunca se equivocan
Otro medio auxiliar para superar la incertidumbre consiste en confiar en el papel
que desempeña la autoestimación en cuanto se refiere a emprender una decisión. Mucha
gente no se resolve a hacer algo a causa de que teme perder la autoestimación en el caso
de llevar la decisión a la práctica y que ésta resulte equivocada. Procure emplear el
autoaprecio en su propio beneficio en vez de usarlo contra sí mismo, y trate, al mismo
tiempo, de convencerse de esta verdad: los grandes hombres y las grandes
personalidades cometen errores y siempre los reconocen; es sólo la persona
insignificante la que teme admitir que se ha equivocado.
Ningún hombre llega a hacerse grande bueno si no ha cometido grandes y
numerosas equivocaciones”, decía Gladstone. He aprendido más de mis errores que de
mis éxitos”, dijo Sir Humphry Dhabi. Aprendemos mucho mejor a ser prudentes y
sabios a causa de nuestros errores que de nuestros éxitos; descubrimos, con frecuencia,
lo que debemos hacer al averiguar lo que no debimos realizar, y, probablemente, en
hombre que nunca cometió un error, tampoco logrará descubrir nada”. -Samuel Smiles.
Mr. Edison trabajaba incesantemente sobre un problema empleando el método de la
eliminación; si alguien le llegaba a preguntar si no le producían desaliento los intentos
desafortunados, él le replicaba: ‘No, no me desanimo, porque cada intento fracasado lo
descarto de mi investigación y ello representa otro paso hacia delante’. -Mrs. Tomas A.
Edison.
6. EL RESENTIMIENTO
Cuando el tipo de personalidad de fracaso trata de hallar un chivo expiatorio
excusa para justificar su error, culpa frecuentemente a la sociedad, al sistema”, a la
vida a las diversas vaciedades” que suele hallar en todo. Se llena de resentimiento al
observar el éxito y la felicidad de los otros, ya que ello le demuestra que la vida le ha
proporcionado a él” pocas oportunidades y le ha tratado rigurosamente. El
resentimiento constituye un intento de hacernos pasar nuestros propios fracasos
explicándonoslos en términos de los malos tratos y de las injusticias que nos ha hecho
experimentar la vida. Mas la tratar de remediar la derrota, el resentimiento constituye un
medio de curación que es peor que la misma enfermedad. Es un veneno mortal para el
espíritu, hace imposible la felicidad y contribuye al gasto de tremendas energías que
pudieran ser aplicadas a satisfacer un fin deseado. La persona que se siente
constantemente agraviada y carga una viga” sobre el hombro, no se nos manifiesta,
desde luego, como el mejor compañero colaborador posibles. Cuando sus
colaboradores no le tratan cordialmente el jefe le señala algunas deficiencias en su
trabajo, entonces toma ello como razones adicionales con que ha de alimentar un
resentimiento aún mayor.
El resentimiento es sólo un medio” que conduce al fracaso
El resentimiento es también un modo de hacer que nos sintamos importantes.
Mucha gente logra una satisfacción perversa al sentirse agraviada. La víctima de la
injusticia el individuo que ha sido maltratado, manifiéstanse superiores, moralmente,
al individuo que le ocasionó la injusticia le produjo el mal.
El resentimiento constituye también un modo” un intento de borrar erradicar
un agravio imaginado una injusticia que ya aconteció. La persona resentida trata de
demostrar su caso, por así decirlo, ante el jurado de la vida. Si puede mostrarse lo
suficientemente resentida, y, por lo tanto, comprobar la injusticia, algún proceso mágico
llegará a recompensarla por no ser así” el acontecimiento la circunstancia que le
hubo causado el resentimiento. En este sentido, el resentimiento aparece como una
resistencia psychological a la no aceptación de lo que ya hubo ocurrido. La palabra, por sí
misma, procede de dos vocablos latinos: re, que significa repetición”, y sentire, que
denota sentir. El resentimiento se basa en la recreación” emotiva en la vuelta a la
lucha contra un suceso que ya aconteció. En tal caso, el resentido nunca podrá obtener
la victoria, ya que trata de luchar contra lo imposible: cambiar el pasado.
El resentimiento produce una autoimagen inferior
El resentimiento, incluso cuando se basa en injusticias y agravios reales, no
constituye el modo de vencer. Rápidamente se convierte en hábito emotivo. Si uno se
acostumbra a sentirse víctima de la injusticia, pronto comienza a imaginarse a sí mismo
en el desempeño del papel de persona victimada. El individuo lleva constantemente
consigo un sentimiento interior que le obliga a buscar una excusa con que justificarse.
Entonces le es fácil observar la evidencia” de la injusticia suponerse que ha sido
agraviado, inclusive mediante la más inocente de las advertencias que le hayan sido
hechas en cualquier circunstancia.
El resentimiento recurring conduce, invariablemente, a la autopiedad, que es el
peor de los hábitos emocionales que uno puede cultivar. Cuando el individuo llega a
asimilar firmemente estos hábitos, no se siente bien” ni pure” en el momento en
que se halla privado de ellos. Entonces, comienza a analizar en busca de injusticias
cuanto le acontece. Alguien ha dicho que esa clase de gente sólo se siente bien cuando
se halla en un estado de miseria ethical de desgracia absoluta.
Los hábitos emocionales del resentimiento y de la autoconmiseración van unidos
a una autoimagen inferior e inefectiva: El individuo comienza a imaginarse a sí mismo
como persona digna de piedad y como víctima destinada a la desgracia.
La causa actual del resentimiento
Recuerde que el resentimiento no se produce por la acción injusta de las personas,
los acontecimientos las circunstancias. Se produce por las propias respuestas y
reacciones emocionales del individuo. Solamente la misma persona tiene poder sobre el
resentimiento y sólo ella podrá dominárselo firmemente, convenciéndose a sí misma de
que éste y la conmiseración no constituyen, de ninguna forma, los medios que han de
llevarla al éxito y a la felicidad, sino al contrario, que son los caminos que habrán de
conducirla a la derrota y a la desgracia.
En tanto un individuo abrigue resentimientos, será literalmente imposible para él
imaginarse como sujeto lleno de confianza, independientemente y decidido, sea, no
podrá manifestarse como capitán de su propia alma” ni dueño de su destino”. La
persona resentida trata siempre de pedirle las riendas a los otros individuos. Está
constantemente dispuesta a que le dicte el prójimo cómo debe sentir y comportarse. Se
hace totalmente dependiente del ser ajeno lo mismo que los mendigos. Propone
demandas y reclamaciones irrazonables a los demás individuos. Por otra parte, si
alguien quisiera hacerla feliz, la víctima de estos hábitos se mostrará más resentida aún
y no se prestaría a ello. Si el resentido cree” que otras personas le deben gratitud eterna
reconocimiento constante a causa de su valor superlativo, multiplicará el
resentimiento en el caso de que estas deudas” no le lleguen a ser pagadas. Si la vida le
debe el modo de subsistir, el resentimiento mostrará mayor resentimiento aun si éste
tarda en llegarle.
El resentimiento, pues, no se aviene bien con la persecución de una meta creadora.
En el proceso de la búsqueda de un fin el individuo es siempre el actor” y nunca el
recipiente pasivo”. El individuo se marca sus propios objetivos y cree que nadie le debe
nada. El sujeto no se responsabiliza, entonces, de su propio éxito y felicidad y el
resentimiento no tiene cabida en la autoimagen, y, a causa de ello, éste no forma un
mecanismo de fracaso”.
7. FUTILIDAD
Quizás cuando haya leído este capítulo llegará a pensar que pueden existir
personas que han logrado obtener éxito y felicidad no obstante las frustraciones, la
agresividad mal dirigida, los resentimientos, etc. que hayan podido experimentar. Más
no esté seguro de ello. Mucha gente adquiere los símbolos externos del éxito, pero
cuando tratan de abrir el arca del tesoro, escondida durante tanto tiempo, suelen hallarla
vacía. Se produce algo así como si el dinero que con tanto afán han tratado de conseguir
se les volviera de pronto falso en sus propias manos. Para decirlo con pocas palabras:
han perdido la capacidad de divertirse. Y cuando se ha perdido la capacidad de gozar de
la vida, ninguna cantidad de riquezas -ni ninguna otra cosa tampoco-, podrá conducir a
la felicidad ni al éxito. Esta clase de personas llegan a obtener el dinero del éxito, mas
cuando van a abrirlo y lo rompen se encuentran con que éste period vano estaba vacío.
La persona que posee la capacidad de gozar y de divertirse, incluso con su propio
Yo particular person, hallará alegría en muchas de las cosas más ordinarias, simples y triviales
de la vida. También logrará gozar de cualquier éxito de aspecto materials que haya
obtenido. La persona cuya capacidad de divertirse ha muerto no podrá gozar de nada.
No le valdrá la pena de dedicarse a obtener un fin. La vida se le habrá de presentar
como un horrible ladrón. Nada tendrá valor para ella. Se puede ver a esta clase de
individuos pululando en los clubes nocturnos, durante noche tras noche, tratando de
convencerse a sí mismos de que están divirtiéndose. Viajan constantemente de lugar a
lugar, se entremezclan en multitud de grupos y siempre esperan divertirse, mas en
realidad constantemente se hallan buscando una cáscara vacía. La verdad es que la
alegría acompaña el proceso creador que encierra en sí mismo la lucha por alcanzar un
objetivo. Es posible obtener un éxito fantasma, mas cuando lo consigue, el sujeto de
esta clase se halla condenado a recibir una alegría nueva y privada de sentido.
La vida es valiosa cuando el sujeto lucha por alcanzar objetivos de valor
La sensación de vacío futilidad” constituye el principal síntoma de que el
sujeto no vive creadoramente. El individuo, en este caso, no dispone de ningún fin que
le resulte lo suficientemente importante, no emplea sus talentos y esfuerzos en la
lucha que habría de llevarle a la consecución de un objetivo valioso. La persona que se
siente carente de propósitos llega a la pesimista conclusión de que la vida no tiene
propósitos”. El individuo que no se dispone a conseguir un fin valioso concluye
afirmando que la vida no vale nada”. La persona que carece de un trabajo importante
se queja de que no hay nada que hacer”. El individuo que se halla entregado
activamente a la lucha por la vida que hace todo lo posible por alcanzar un fin
importante no se expresa con filosofías pesimistas, las cuales conciernen, únicamente, a
la futilidad de una vida sin sentido”.
La futilidad no constituye el medio” indicado para llevarnos a la victoria
El mecanismo del fracaso llega a autoperpetuarse si no nos atrevemos a dar el
primer paso que ha de conducirnos a romper su círculo vicioso. La futilidad, cuando
uno ha llegado a experimentarla, puede convertirse en un medio” de evitar el esfuerzo,
el trabajo y la responsabilidad. Se convierte en una excusa en la justificación de una
vida carente de sentido creador. Si todo es vanidad, si no hay nada nuevo bajo el sol, si
no vamos a lograr la alegría de vivir en ningún sitio, ¿por qué, entonces, nos hemos de
molestar? ¿Por qué, además, habríamos de intentar de hacer nada? Si la vida sólo nos
proporciona esfuerzo y fatiga; si trabajamos durante ocho horas cada día con el objeto
de adquirir una casa en donde dormir; si hemos de reposar ocho horas para levantarnos
y comenzar una nueva jornada de trabajo… ¿Para qué excitarnos por tan poca cosa?
Todos estos razonamientos intelectuales se desvanecen, sin embargo, y llegamos a
experimentar alegrías y satisfacciones cuando logramos escapar al instrumento de
tortura” y cesamos de darle vueltas al círculo vicioso de la futilidad, nos elegimos un fin
determinado que perseguir y, en seguida, nos lanzamos el camino que, victoriosamente,
habrá de conducirnos a la obtención de nuestro propósito.
La futilidad y la imagen inadecuadas suelen ir juntas
La futilidad puede también constituir el síntoma de una autoimagen inadecuada.
Es imposible aceptar psicológicamente algo que uno cree que no lo pertenece no se
aviene con su Yo. La persona que mantiene una mezquina autoimagen puede guardar
tendencias negativas durante tanto tiempo que, al conseguir un éxito genuino, llegue a
incapacitarse a aceptarlo psicológicamente para poder gozar del mismo. Puede inclusive
sentirse culpable de su autoimagen como si la hubiera robado. La autoimagen negativa
quizás espolee a tal persona a la consecución del éxito mediante el bien conocido
principio de la supercompensación, mas ello no obsta para que yo me muestre partidario
de la teoría de que el individuo debe enorgullecerse de su complejo de inferioridad
estar agradecido de poseerlo a causa de que a las veces logre adquirir, mediante éste, los
símbolos del éxito. Cuando, finalmente, esta clase de persona los conquista, siente poca
satisfacción en ello ya que es incapaz de acreditar” a su propia mente la obtención del
éxito. Para el resto del mundo, ésta es una persona que ha obtenido el éxito. Mas el
mismo sujeto habrá de sentirse inferior e indigno, casi como si fuese un ladrón que
hubiera robado la relación de los símbolos” que él creyó sumamente importante. ¡Si
mis amigos y asociados pudieran saber qué clase de tipo soy!”, se dirá el aludido
personaje.
Esta reacción es tan común que los psiquiatras la deminan el síndrome del éxito”
y se refiere al hombre que se siete culpable, inseguro y lleno de ansiedad cuando percibe
que ha obtenido lo que deseaba. Esta es la razón a que se debe que el vocablo éxito” se
haya convertido para el sujeto de este tipo en una mala palabra. El verdadero éxito
nunca daña a nadie. La lucha por la obtención de los fines más importantes para el
individuo, no como reacción de símbolos” sino en cuanto concierne a la avenencia que
guarda con las más profundas necesidades de la persona, es siempre saludable. El
esfuerzo que dedicamos a alcanzar un éxito actual -el éxito logrado mediante la lucha-, al
través de un proceso creador, nos produce grande satisfacción inside. La lucha llevada
a cabo para conseguir un éxito fingido con el que arranquemos la admiración de los
demás producirá siempre una satisfacción simulada.
Eche un vistazo a las metas negativas, pero enfoque la imaginación a los fines
positivos
Los automóviles vienen equipados con indicadores negativos” que se colocan
enfrente del conductor para anunciarle el momento en que no carga la batería, cuando se
recalienta el motor la presión del aceite está demasiado baja, and so forth. La ignorancia de
estas indicaciones negativas puede producir la ruina del coche. Sin embargo, no hay
necesidad de sentirse indebidamente molesto cuando algunas de estas señales indican
las necesidades que el automóvil requiere en este mismo instante. Simplemente, se le
detiene en la primera gasolinera en el primer storage que se encuentra y se adopta la
necesaria acción positiva con qué corregir las deficiencias del vehículo. Una indicación
negativa no significa que el automóvil no sea bueno. Todos los autos se recalientan a
veces.
No obstante, el conductor del automóvil no debe mirar al tablero de management
exclusiva y continuamente. El hacerlo así pudiera resultar desastroso. Tiene que enfocar
su mirada a través del cristal, observar por dónde va, mantener la atención en la meta
que persigue y a dónde quiere ir. El conductor sólo mira a los indicadores negativos
muy de vez en cuando. Cuando hace esto, no mantiene por mucho tiempo la mirada
sobre ellos. Enfoca rápidamente la vista en el camino que extiende delante de él y
concentra la atención en la meta positiva que se propone alcanzar.
Cómo emplear la ideación negativa
También nosotros debiéramos adoptar una actitud similar en cuanto concierne a
nuestros síntomas negativos. Yo mismo soy un firme creyente en lo que respecta a la
ideación negativa” cuando ésta es empleada con la debida corrección. Necesitamos
tener conciencia” de las ideas negativas de tal modo que podamos guiarnos, con
respecto a ellas, con toda claridad. El jugador de golf necesita conocer donde están los
hoyos y las trampas, pero no debe pensar continuamente en el hoyo a donde él no quiere
dirigirse. Su mente mira” al hoyo pero se fija” en la yerba. El empleo correcto de este
tipo de ideación negativa” puede ayudar a conducirnos al éxito, si 1) nos mostramos lo
suficientemente sensibles a la acción negativa de modo que ésta pueda servirnos de
aviso de peligro. 2) reconocemos lo negativo” por lo que en sí mismo, sea, algo
indeseable, algo que no queremos algo que no nos va a proporcionar la verdadera
felicidad. three) adoptamos la inmediata acción correctiva y la substituimos por el opuesto
issue positivo inherente al mecanismo de éxito. Con esta práctica nos iremos creando,
en el transcurso del tiempo, cierta clase de reflejo automático que se convertirá en parte
de nuestro sistema de guía. El depósito de datos retroactivos y negativos de la
retroacción funcionará como una especie de control automático, para ayudarnos a
sortear claramente el rumbo de los fracasos y conducirnos al éxito.
Capítulo Décimo
maneras de adquirir un nuevo optimismo.
Cuando el individuo es víctima de un daño físico, tal como un corte en el rostro, el
mismo cuerpo forma tejidos cicatrizantes más tensos y espesos que la carne authentic. El
propósito del tejido de la cicatriz consiste en formar una cubierta concha que es el
modo natural de proteger la herida contra otro daño que se pudiera ocasionar en el
mismo sitio. Si un zapato mal conformado roza contra una parte sensitiva del pie, el
primer resultado de la rozadura es de dolor y sensaciones molestas. Pero de nuevo la
Naturaleza nos protege contra ulteriores dolores y daños mediante la formación de
callos que son a modo de cubiertas protectoras.
Estamos muy inclinados a hacer la misma cosa siempre que recibimos un agravio
emocional, cuando alguien nos hiere” nos frota a cotrapelo”. Formamos cicatrices
para autoprotección, nos sentimos muy aptos para llegar a ser duros de corazón,
insensibles hacia el mundo y recogernos dentro de una corteza protectora.
Cuandola Naturalezanecesita ayuda asistencia
Al formar los tejidos de las cicatrices,la Naturalezatiene la intención de
ayudarnos. No obstante, en nuestra moderna sociedad, los tejidos de las cicatrices, sobre
todo si se nos forman en el rostro, pueden actuar contra nosotros en vez de desempeñar
un papel que resulte en nuestro favor. Consideremos, por ejemplo, el caso de Mr.
George T., un joven abogado que tiene por delante un porvenir lleno de promesas. Period
un individuo afable, lleno de amabilidad personal cuando, de pronto, sufrió un accidente
automovilístico que le dejó una cicatriz horrible en medio de la mejilla izquierda,
próxima al ángulo izquierdo de la boca. Ello parecía amenazarle el buen éxito de su
carrera. Otro corte, precisamente encima del ojo derecho, le hacía elevar la ceja superior
poniéndosela tensa cada vez que hablaba, de tal modo que le hacía cobrar una
apariencia grotesca. Cada vez que se miraba en el espejo del cuarto de baño veía una
imagen repulsiva. La cicatriz de la mejilla le produjo una risa perpetua de soslayo, ,
como él se expresaba, que le había impreso un aspecto horrible. Después de haber
abandonado el hospital, perdió su primer caso en los tribunales y estaba seguro de que
su terrible” y grotesca apariencia había influido en los jurados. Sentía que a sus viejos
amigos les repelía y repugnaba ahora debido a su nuevo aspecto. ¿Period sólo imaginación
suya el creer que incluso su propia esposa le rechazaba débilmente cuado la besaba?
George T. Comenzó a abandonar los casos que le habían encomendado. También
empezó a beber durante el día. Se hizo irritable, hostil y con algo así como si fuera un
recluso.
El tejido de la cicatriz del rostro le formó una correosa protección contra los
futuros accidentes automovilísticos. Mas en la sociedad en que George vivía, los daños
físicos que había experimentado en la cara no contribuirían a favor de su buena suerte.
Se hizo más prone que nunca a las heridas sociales, a las injurias y a los diversos
peligros en vez de constituir una protección de su persona.
Si George hubiera sido un hombre primitivo y hubiese recibido las cicatrices
faciales en un encuentro con un oso un tigre furioso, estas mismas cicatrices habría
contribuido a hacerle más aceptable aun entre sus amistades. Inclusive en tiempos
recientes los viejos soldados tenían a orgullo el mostrar sus cicatrices de los
combates”, y hoy mismo, en las ilegales sociedades de duelistas en Alemania, una
cicatriz de sable constituye una señal de distinción.
En el caso de George, la naturaleza tuvo buenas intenciones pero necesitaba una
ayuda. Requería que le restaurasen su antiguo rostro extirpándole el tejido de la cicatriz
y retornándole sus antiguos rasgos.
Luego de la intervención quirúrgica el cambio que experimentó en su
personalidad fue verdaderamente notable. Otra vez se convirtió en un hombre de buen
carácter y lleno de confianza en su destino. Inmediatamente cesó de beber. Abandonó su
actitud de lobo solitario, regresó a la sociedad y otra vez tornó a ser un miembro de la
especie humana. En realidad, había vuelto a hallar una nueva vida”.
Esta nueva vida, sin embargo, había vuelto a surgir sólo indirectamente mediante
la operación de cirugía plástica que se le aplicó en los tejidos físicos. El agente curativo
actual consistió en la extirpación de las cicatrices emocionales, la adopción de la
seguridad contra las heridas” sociales, la curación de los daños y agravios emotivos y
la restauración de su autoimagen como miembro aceptable de la sociedad, lo cual en su
caso, hizo posible la cirugía.
Cómo las cicatrices emocionales alejan de la vida al individuo
Hay mucha gente que posee cicatrices emocionales internas sin haber nunca
padecido heridas físicas. El efecto que éstas producen en la personalidad es el mismo
que en las heridas reales. Estas personas han sido agraviadas heridas en el pasado por
algún sujeto. Para resguardarse en el futuro de los agravios procedentes de esas fuentes
se forman los callos espirituales cicatrices emotivas con qué protegerse el ego. Estos
tejidos cicatrizantes no sólo protegen” a las víctimas que les causó el daño sino que
también las protege” contra todos los seres humanos, sea, se erigen una muralla
emocional a través de la cual no podrá pasar ningún amigo.
Cierta mujer que había sido agraviada” por un hombre, hizo el voto de no volver
a confiar jamás en ningún varón. El niño cuyo merciless padre maestro le hace trizas” el
ego, puede hacer la promesa de no tornar a fiarse de ninguna autoridad en el futuro. El
hombre cuyo error ha rechazado una mujer, quizá se proponga no volver a apasionarse
de ningún ser humano en el futuro.
Como en el caso de una cicatriz facial, la protección excesiva contra la fuente
authentic del agravio nos puede convertir en seres más susceptibles y, por lo tanto, más
vulnerables al daño en otras áreas de nuestro espíritu. La muralla emocional que
construimos como protección contra el daño que nos pueda hacer una persona
determinada nos separa de los otros seres humanos y de nuestros egos reales. Como
hemos señalado anteriormente, la persona que se siente solitaria fuera de contacto con
los otros seres humanos también se siente fuera de contacto con respecto a su ser actual y
a la propia vida.
juveniles
El psiquiatra Bernard Holland ha señalado que aunque los delincuentes juveniles
parecen ser sumamente independientes y tienen la reputación de mostrarse jactanciosos,
particularmente con respecto al odio que suelen manifestar a cualquier autoridad, suelen
protestar demasiado. Debajo de la dura concha exterior que ostentan, cube el doctor
Holland, son personas de vulnerables y blandas contexturas internas que desean
siempre depender de otros individuos que se muestran más fuertes que ellos mismos”.
Sin embargo, no pueden mantener estrechas relaciones con nadie porque tampoco se
atreven a confiar en ningún ser humano. Alguna vez, en el pasado, fueron ofendidos por
alguien a quien consideraban sumamente importante, y ahora no osan abrirse”, para
evitar volver a ser heridos. Permanecen constantemente manteniendo sus defensas
psíquicas en situación de alerta, y, con el objeto de preservarse de ulteriores
rechazamientos y dolores, suelen ser los primeros en atacar. De tal modo, se alejan de
las personas que les amarían sinceramente si les dieran la mitad de una oportunidad para
poder ayudarles.
repugnante
Las cicatrices emocionales guardan, también, para nuestro ego otro efecto
adverso: nos llevan al cultivo de una autoimagen estropeada, llena de cicatrices y
repulsiva. Ello es, a la imagen de la persona que no gusta ni es aceptada por ningún ser
humano y a la del individuo que no puede hallarse bien en el mundo en que vive.
Las cicatrices emotivas provienen contra la vida creadora e impiden al hombre
manifestarse libremente -así lo indica el Dr. Arthur W. Combs- como individuo
completo”. El doctor Combs, profesor de Psicología Pedagógica y consejero de la
Universidad deLa Florida, cube que el objetivo de cada uno de los seres humanos
debiera consistir en convertirse en individuo completo”. Ello, manifiesta, no es algo
con que usted haya nacido sino algo que debe lograr. Las individualidades completas”
poseen las siguientes características:
1. Se ve así mismas como personas que gustan; poseen grandes capacidades
y son queridas y aceptadas por todo el mundo.
2. Poseen un alto grado de autoaceptación.
three. Poseen un alto sentido de unión con el prójimo.
4. Poseen un vasto depósito” de informaciones y conocimientos.
La persona marcada con cicatrices emocionales no sólo dispone de una
autoimagen que la imposibilita para hacer nada, que no gusta ni es querida por nadie,
sino que también es víctima de una imagen hostil del mundo en que vive. Su primera
relación con el mundo está llena de hostilidad y sus tratos con el prójimo no se basan en
el daca y toma, en la cooperación, en el trabajo conjunto, en el goce social, etc., sino en
los conceptos de superar, de combatir y de protegerse. Tampoco es capaz de sentir
caridad hacia nadie ni hacia sí misma. Las sensaciones de frustración, de agresión y de
soledad forman el precio que paga por todo ello.
Tres reglas para inmunizar los agravios emocionales
1. SEA DEMASIADO GRANDE PARA QUE PUEDA SENTIRME
AMENAZADO
Mucha gente se siente terriblemente ofendida por diminutos picotazos”, , como
solemos decir en la jerga” social, por cualquier alfilerazo”. Todo el mundo conoce a
alguien que, ya sea en el seno de la familia , la oficina en el círculo de amigos, se
muestra demasiado sensitivo y prone a las palabras y a los actos de los demás, de
tal como que se halla constantemente en guardia tomando como ofensa cualquier acto
vocablo inocente que presencia u oye.
Es un hecho psicológicamente bien conocido que la persona que se suele ofender
con la mayor facilidad, posee también el grado más bajo de estimación propia. Nos
sentimos ofendidos por aquellas palabras actos que concebimos como amenazas a
nuestro ego a nuestra autoapreciación. Las supuestas amenazas emotivas, que resbalan
desapercibidas por la sensibilidad de la persona que posee el conocimiento de su propia
estimulación, producen, sin embargo, entre las personas descritas, terribles conmociones
psíquicas. Incluso los punzazos y heridas reales que infligen terribles agravios al ego del
individuo que posee un sentido de baja estimación, no causa ninguna mella al ego del
sujeto que piensa bien de sí mismo. Es sólo el individuo que se siente indigno quien
duda de sus propias capacidades, tiene pobre opinión de sí mismo y se siente celoso
desde la punta del zapato hasta la copa del sombrero. Es la persona que duda
secretamente de su propio valor y la que se siente insegura, la que ve amenazas hacia su
ego donde no existen, la que suele exagerar y sobreestimar el daño potencial que le
pueden producir las amenazas reales.
Todos necesitamos cierta dosis de ego-sensibilidad y de flexibilidad para poder
protegernos de las amenazas reales y supuestas que recaigan sobre nuestro ego. No sería
prudente que todo nuestro cuerpo físico quedara cubierto completamente por una dura
callosidad una concha de tortuga. De esa forma, rechazaríamos los diversos placeres
delas sensaciones. Pero nuestro cuerpo posee una capa de piel exterior, la dermis,
que nos ha sido dada con el propósito de protegernos de la invasión de bacterias,
pequeñas hinchazones, magulladuras y pinchazos. La epidermis es lo suficientemente
delgada y gruesa para ofrecernos protección contra las pequeñas heridas, pero no tan
espesa y fuerte que pueda interferirnos todas las sensaciones. Mucha gente, sin
embargo, carece de dermis sobre su ego. Sólo posee la delgada y sensitiva piel
interna. Estos individuos necesitan convertirse en sujetos de piel más espesa y
emocionalmente más tensa, de tal modo que lleguen a ignorar simplemente las pequeñas
heridas y las diminutas amenazas infligidas a sus egos.
También necesitan formar su propia autoestimación, adquirir una autoimagen
mejor y más adecuada a sus personas y a las circunstancias, de tal modo que no se
sientan amenazados por alguna advertencia inoportuna por cualquier acto inocente.
Un hombre grande y fuerte no debe sentir pavor ante un pequeño peligro, pero un
hombre pequeño sí se cree constantemente amenazado. Del mismo modo, un ego fuerte
y sano y con plenitud de autoestimación, no se siente alarmado por la amenaza más
débil.
MARGULLADURAS”.
La persona que siente amenazado su valor propio por una levísima alarma posee
un ego débil y pequeño y muy escasa autoestimación. Es un sujeto concentrado en sí
mismo, introvertido y de difícil trato que posee mucho de lo que llamamos egotismo”.
Mas no vamos a curar a un ego enfermo más débil a través de la autorrevelación”,
quizás convirtiéndole en más egocéntrico todavía. La autoestimación es tan necesaria al
espíritu como el alimento al cuerpo. La cura para el autoconcentramiento”, la
introversión”, el egotismo” y todos los males de este carácter que suelen ir juntos,
consiste en el desarrollo de un ego sano y fuerte mediante la formación de una altaautoestima”.
Cuando la persona posee adecuada autoestimación, los pequeños
menosprecios no la amenazan en absoluto, pasan simplemente sobre ella y los ignora.
Inclusive los agravios emocionalmente más profundos procura limpiárselos y sanárselos
lo más rápidamente posible sin permitir que se extiendan sus venenos, le emponzoñen la
vida y le destruyan la felicidad.
2. CIERTA ACTITUD DE AUTOCONFIANZA Y RESPONSABILIDAD
HARA AL INDIVIDUO MENOS INCLINED A LOS AGRAVIOS
Como señaló el Dr. Holland, el delincuente juvenil posee, junto con la dura
concha exterior, una personalidad blanda y weak que quiere depender de algún
otro individuo y también desea ser amado por el prójimo.
Suelen decirme los vendedores profesionales que las personas que aparentemente
oponen mayor resistencia a que les vendan, resultan ser, con frecuencia, clientes fáciles
una vez que se consigue superar sus defensas. Esa clase de gente que suele poner
carteles prohibiendo la entrada a los vendedores” lo hace así porque sabe que es
demasiado blanda y necesita protección.
La persona de aspecto duro y sombrío suele manifestarse de esta manera porque,
instintivamente, percibe que es tan blanda por dentro que necesita protección.
La persona que posee ninguna poca confianza en sí misma y se siente depender
emocionalmente de otros individuos ofrece una gran vulnerabilidad los agravios
emotivos. Todo ser humano requiere afecto y cariño, pero el individuo lleno de
confianza y además creador concibe también la necesidad de dar amor y se siente tan
emocionado al darlo como al recibirlo. Nunca espera que le sirvan el amor en bandeja
de plata. Tampoco siente la tremenda necesidad de que todo el mundo deba amarle y
aprobarle. Posee la suficiente seguridad para el hecho de que a ciertas personas habrá de
disgustar su presencia sin lograr nunca la aprobación de las mismas con respecto a su
propia individualidad. Se da cuenta de que tiene cierto sentido de responsabilidad con
respecto a su propia vida y se autoconcibe, ante todo, como un individuo que actúa
decide, da, y también camina en persecución de sus querencias con mucho más ardor
que la persona que se muestra como recipiente pasivo de todas las cosas buenas de la
vida.
La persona dependiente y pasiva pone su destino a la disposición de los seres
ajenos, las circunstancias y la suerte. La vida le debe el modo de vivir y las personas
extrañas le adeudan, asimismo, consideración, aprecio, amor y felicidad. Se presenta
ante el prójimo con demandas irrazonables y les reclama todos los bienes de que ella
carece. Asimismo se siente hurtada, injuriada y ofendida al darse cuenta de que no es
una persona completa”. A causa de que la vida no está formada de esa manera”, ella
… busca lo imposible y se abandona a sí misma abriéndose ampliamente” ante los
agravios emocionales y a las injurias emotivas. Alguien ha dicho que la personalidad
neurótica estará siempre dándose de golpes” con la realidad.
Cultive una actitud de mayor autoconfianza. Asuma responsabilidad en cuanto
respecta a su propia vida y a las necesidades emocionales. Procure dar afecto, amor,
aprobación, aceptación y comprensión a las otras personas y hallará que ellas se vuelven
hacia usted en una especie de acción reflexiva.
three. PROCURE ALIVIAR Y APARTAR DE SI LOS AGRAVIOS
EMOCIONALES
En cierta ocasión tuve un paciente que me hizo la siguiente pregunta: Si la
formación del tejido de una cicatriz constituye un proceso automático y natural, ¿por
qué, entonces, el cirujano estético no procura formar un tejido de cicatriz cuando hace
una incisión?”
La contestación consiste en que si usted se corta el rostro y éste sana naturalmente
habrá de formarse el tejido de la cicatriz debido a que existe un cierto grado de tensión
en la herida, precisamente debajo de ella, el cual tira hacia atrás de la superficie de la
piel y crea un hoyo” que, para decirlo así, queda rellenado con el tejido de la cicatriz.
Cuando opera un cirujano plástico, no sólo tira de la piel hasta ponerla en contacto con
la sutura sino que también extrae una pequeña cantidad de carne de la que hay debajo de
la piel de modo que no se produzca ninguna tensión. La incisión sana suave e
igualmente y sin producir ninguna cicatriz superficial.
Es interesante observar que acontece exactamente lo mismo en el caso de una
herida de carácter emotivo: si ésta no presenta tensión, tampoco dejará ninguna cicatriz
emocional que desfigure a la persona afectada.
Usted se ha dado siempre cuenta de lo fácilmente que sus sentimientos son
heridos causan ofensa”, cuando está sufriendo tensiones producidas, por frustración,
miedo, cólera depresión.
Elaboramos toda clase de sentimientos nos sentimos abatidos por la tristeza se
conmociona nuestra confianza a causa de alguna experiencia adversa. Pasa un amigo y
nos cube algo de carácter jocoso. Nueve veces de cada diez es seguro que nos riamos de
ello, que pensemos que es algo cómico, que no pensamos nada acerca del asunto”, y
naturalmente, le contestemos unas palabras llenas de buen humor. Pero no hoy. Hoy
sufrimos las tensiones que nos producen la duda, la inseguridad y la ansiedad. Tomamos
la broma, entonces, de manera equivocada, nos ofendemos y nos sentimos agraviados,
y, en ese instante, comienza a formarse en nuestro ánimo una cicatriz emotiva.
Esta easy y cotidiana experiencia nos ilustra muy bien al principio de que
somos ofendidos y heridos emocionalmente no tanto por el prójimo no por lo que éste
cube deja de decir sino por nuestra propia actitud y nuestras mismas reacciones.
El reposo mental alivia los golpes emocionales
Cuando nos sentimos agraviados” u ofendidos”, la sensación” concierne
completamente a nuestra propia respuesta. De hecho el sentimiento que
experimentamos es nuestra reacción.
Son nuestras propias respuestas las que tienen que interesarnos y no las de las
personas ajenas. Podemos ponernos en estado de aguda tensión, enfadarnos, sentir
ansiedad resentimiento y sentirnos ofendidos”. , al contrario, podemos también no
experimentar respuesta alguna, quedarnos en reposo y no sentirnos agraviados. Los
experimentos científicos han demostrado que es absolutamente imposible sentir miedo,
ira, ansiedad emociones negativas de cualquier clase cuando mantenemos los
músculos del cuerpo en completo reposo. Tenemos que hacer algo” para sentir miedo,
ira ansiedad. Todo hombre es ofendido por sí mismo”, dijo Diógenes.
Nadie puede hacerme daño más que yo mismo”, dijo San Bernardo. El agravio
que sostengo lo llevo conmigo y nunca sufro más que mi propia falta”.
Uno solo es el responsable de sus respuestas y reacciones. El individuo no tiene
que responder a nada. El sujeto puede quedar en reposo y libre de toda injuria.
El dominio del pensamiento crea una nueva vida para esta clase de personas
En Shirley Middle, en Massachussets, los buenos resultados obtenidos mediante
los grupos de psicoterapia” han superado por mucho -y en tiempo más corto- a los
resultados que se obtuvieron a través de el clásico psicoanálisis. Dos aspectos se señalan
con especial énfasis: Adiestramiento de grupo en el dominio del pensamiento” y los
períodos de reposo cotidiano. El designio consiste en la reeducación intelectual y
emotiva, con objeto de hallar el camino que ha de conducir a una clase de vida que sea
fundamentalmente exitosa y feliz”. (Winfred Rhoades, Group Training in Thought
Control for Relieving Nervous Problems”, Mental Hygiene, 1935).
Los pacientes, además de la reeducación intelectual” y los consejos sobre el
dominio del pensamiento, son enseñados a descansar extendiéndose en una posición
cómoda mientras el director les describe un plácido cuadro” hablando de alguna
agradable y apacible escena campesina. Se les pide también a los pacientes que
practiquen el reposo en casa cotidianamente y que procuren llevar consigo sentimientos
de agradable calma durante todo el día.
Cierta paciente, que halló en el centro una nueva forma de vivir, escribía: Ya
hacía siente años que estaba enferma y no podía dormir. Tenía ardiente temperamento.
Era demasiado desgraciada para vivir con nadie. Durante años pensé que tenía un
marido inservible. Cuando éste regresaba a casa, luego de haberse bebido un solo trago
y el pobre estaba quizás luchando con su deseo, yo solía excitarme y emplear duras
palabras logrando con ello que se emborrachara, en vez de ayudarle a su difícil lucha
contra el vicio. Ahora no diga nada y me mantengo en calma. Eso le ayuda y hace que
nos llevemos mejor. En realidad, yo vivía mi vida de manera contraria a como debía
vivirla. También solía exagerar los pequeños contratiempos. A veces sentía deseos de
suicidarme. Cuando comencé a venir a clase, llegué a percibir muy pronto que no period
precisamente el mundo el culpable de cuanto me sucedía. Ahora estoy más sana que
durante toda mi vida anterior y me siento también mucho más feliz. En los tiempos
pasados nunca reposaba incluso ni en el sueño. Ahora tampoco me muevo tanto por
todas partes como antes solía hacerlo, y aunque suelo hacer la misma cantidad de
trabajo me canso muchísimo menos”.
COMO EXTIRPAR LAS VIEJAS CICATRICES EMOCIONALES
Podemos preveniros e inmunizarnos contra las cicatrices emocionales mediante la
práctica de las tres reglas que vamos a exponer en seguida. Pero, ¿qué hay acerca de las
viejas cicatrices emocionales que se nos fueron formando en el pasado, los antiguos
agravios, rencores, ofensas injustas contra la vida y los resentimientos?
Una vez que se ha formado la cicatriz emocional, sólo queda una cosa que hacer,
y ello consiste en extirparla, mediante la cirugía, del mismo modo que si fuera una
cicatriz física.
Dese a sí mismo un maquillaje espiritual
Uno mismo puede extirparse las viejas cicatrices emocionales. El sujeto puede
convertirse en su propio cirujano plástico y hacerse a sí mismo un maquillaje espiritual,
Los resultados consistirán en una nueva vida y nueva vitalidad y el hallazgo de una
nueva paz del espíritu así como un estado completamente feliz.
Al hablar de un maquillaje emotivo y del empleo de la cirugía mental” estamos
usando algo más que un símil.
Las viejas cicatrices emocionales no pueden ser sometidas a la intervención de la
medicina ni del médico. Deben extirparse, sacarlas por completo y erradicarlas
totalmente. Muchos individuos suelen aplicar bálsamos” diversos a las heridas de
carácter emotivo, pero ello no opera en absoluto. Deben autoextirpárselas honestamente,
de manera manifiesta, bien tomarán venganza física procurando esconderse entre una
multitud de caminos subterráneos. Un ejemplo típico de lo que estamos manifestando lo
constituye el caso de la esposa que descubre la infidelidad de su marido. Influida por el
consejo de su sacerdote de su psiquiatra, consiente en que debe perdonarle”. De
acuerdo con su promesa ella no le reconviene en absoluto. Tampoco le abandona. En
toda su conducta pública se manifiesta como una mujer que sabe cumplir” con sus
deberes”. Mantiene el hogar libre de toda mancha, dispone bien las comidas, and so forth. Pero,
por otra parte, convierte en un infierno la vida del marido valiéndose para ello de
diversos subterfugios, y, mediante la frialdad de corazón, trata de mostrarle
constantemente a su esposo la abrumadora superioridad moral que ella mantiene con
respecto a éste. Cuando el marido se queja, ella de contesta: Está bien, querido. Ya te
he perdonado todo, pero no puedo olvidar” Su mismo olvido” se convierte en una
espina que siempre habrá de emplear a causa de que se halla consciente del hecho de
que posee una moral y hubiera hecho a ella mucho más feliz, si la esposa hubiese
rehusado este tipo de olvido” abandonando al marido inmediatamente.
El perdón es un bisturí que extirpa las cicatrices emocionales
Puedo perdonar, pero no sé olvidar”, constituye sólo otra manera de decir: No
perdonaré nunca”, manifestó Henry Ward Beecher. EL PERDON debe ser como una
cuenta cancelada que se rompe por la mitad y se echa al fuego en seguida para no tornar
hallarla jamás”.
El perdón, cuando es real, genuino y completo, se transforma en el bisturí que
puede extirpar el pus de las viejas heridas emocionales, sanarlas, y, al mismo tiempo,
eliminar los tejidos de la cicatriz.
El perdón que solamente es parcial concedido con la mitad del corazón resulta
mejor que una operación quirúrgica que se ejecuta parcialmente. El pretendido perdón
que se concede de manera dubitativa no es más efectivo que una operación facial
simulada.
El perdón debe ser olvidado exactamente lo mismo que la falta olvidada. El
perdón que se recuerda y tenemos siempre presente, reinfecta la herida que el sujeto
trata de cauterizar. Si se siente demasiado orgulloso de su perdón lo recuerda con
excesiva frecuencia, entonces, usted se halla dispuesto a reconocer que la otra persona
la debe algo por haber sido perdonada. Usted le perdonó una deuda, pero al comportarse
así, el pobre sujeto ha incurrido en otra, produciéndole el mismo caso en que incurren
los operadores de una pequeña compañía de empréstitos cuando cancelan una cuenta
para transformarla en otra que debe ser pagada cada dos semanas durante un período
determinado.
El perdón no debe ser utilizado como arma bélica
Abundan las falacias relacionadas con el perdón y una de las razones de que no
haya sido mas reconocido su valor terapéutico consiste en el hecho de que el perdón real
ha sido aplicado con suma rareza. Por ejemplo, muchos escritores nos han dicho que
debemos perdonar para hacernos buenos”. No obstante, pocas veces se nos ha
aconsejado que debemos perdonar para ser felices. Otra falacia consiste en que el
perdón nos coloca en una posición superior, aquella otra que manifiesta que
constituye un magnífico método para derrotar al enemigo. Esta concept ha aparecido en
numerosas expresiones de cliché”, tales como esta: No intentes sólo ganar la
concordia, perdona a tu enemigo y le adelantarás en cuanto desees”. Tillotson, el
antiguo Arzobispo de Canterbury, nos decía: No se podría obtener victoria más
gloriosa sobre otro hombre que ésta: que cuando la ofensa se inicie por su parte, la
bondad debe comenzar por la nuestra”. Esta es otra manera de decir que el perdón
mismo debe ser empleado como una de las armas de la venganza, una de las más
efectivas, que pudiéramos hallar. El perdón vengativo, sin embargo, no es el perdón
terapéutico.
El perdón terapéutico corta por lo sano, erradica, cancela y suprime el agravio
como si jamás hubiese existido. El perdón terapéutico se parece a la intervención
quirúrgica.
Extírpese los rencores exactamente igual que lo haría con un brazo
gangrenoso
En primer término, el agravio”, y particularmente nuestros propios sentimientos
de condenación del mismo, debe ser visto como sujeto indeseable en vez de ser
considerado como digno de deseo. Antes de que un hombre pueda ponerse de acuerdo
consigo mismo para que le amputen un brazo, debe cesar de considerarlo como un
miembro que desea retener, para pasar a verlo como miembro indeseable que está
enfermo y le amenaza con la muerte.
En cuanto atañe a la cirugía facial hemos de decir que no se pueden adoptar
medidas parciales cuando nos referimos a una intervención quirúrgica. Extirpamos,
pues, el tejido cicatrizante completa y totalmente. Debemos hacer todo lo posible para
que la herida sane nítidamente. También hemos de dirigir nuestros cuidados a la
consideración de que el rostro debe restaurarse de tal modo que aparezca con cada uno
de sus detalles particulares exactamente igual como era antes del accidente padecido y
como si nunca hubiese sido afectado por ningún daño.
Podemos perdonar si estamos dispuestos a ello
El perdón terapéutico no es de difícil aplicación. La única dificultad consiste en
asegurarse de la voluntad propia de olvidarlo todo y abandonar el sentido de la
condenación, de tal modo que la voluntad llegue a cancelar totalmente la deuda sin
quedarnos con reservas metales acerca de la misma.
Hallamos tan difícil perdonar acaso porque nos gusta nuestro propio sentido de la
condenación. Hallamos un gozo perverso y mórbido al mimar nuestras propias heridas.
En tanto podamos condenar a otro individuo habremos de sentirnos superiores al
mismo.
Nadie podrá negar tampoco que forjemos cierto perverso sentimiento de
satisfacción al apiadarnos de nuestras propias vidas.
Las razones que tenemos para perdonar son de suma importancia
Cuando aplicamos el perdón terapéutico cancelamos la deuda de otra persona, no
porque hayamos decidido mostrarnos generosos por hacerle a ésta un favor porque
seamos superiores moralmente a ella. Cancelamos la deuda, la proclamamos nuda y sin
efecto” no porque se la hayamos hecho pagar” suficientemente a la otra persona sino
porque hemos llegado a reconocer que la deuda no es válida por sí misma. El verdadero
perdón tiene solamente lugar cuando somos capaces de ver y aceptar emocionalmente
que no hay nada que perdonar por nuestra parte. En primer término, no debíamos haber
condenado u odiado a la otra persona.
No hace mucho tiempo acudí a una merienda organizada por un grupo de
sacerdotes. El sujeto del perdón surgió en la conversación normal y en specific
juzgamos el caso de la mujer adúltera a quien Jesús se lo concedió. Apliqué mis oídos a
una discusión sumamente erudita que concernía al tema de por qué Jesús fue capaz de
perdonar a la mujer, cómo la perdonó y por qué aquel perdón resultó a modo de
reconvención hecha a los hombres de Iglesia de aquel tiempo que estaban dispuestos a
apedrearla, and so on.
Jesús no perdonó a la mujer adúltera
Resistí a la tentación de asombrar a aquellos caballeros señalándoles que en
realidad Jesús no perdonó a la mujer en absoluto. En ninguna parte de la narración, tal
como aparece en el Nuevo Testamento, se emplea la palabra perdonar” simplemente
perdón”, y, según recuerdo, nunca se menciona ésta. Ni tampoco se puede
razonablemente deducir de los hechos tal como están presentados en la historia.
Hablamos sólo de la parte en que se nos cuenta que ya se había ido los acusadores, y
Jesús le pregunta a la mujer: ¿No te ha condenado ningún hombre?” Cuando ella
contestó en forma negativa. Él le dijo: Yo tampoco te condeno; vete, y no vuelvas a
pecar”.
Uno no puede perdonar a la persona, al menos que haya comenzado por
condenarla. Jesús nunca condenó a la mujer, luego no tenía por qué perdonarla. Él
reconoció el pecado la falta que ésta había cometido, pero no se sintió movido a
condenarla a causa de ello. Él fue capaz de ver todo antes de que se produjera el hecho,
lo que nosotros sólo debemos ver después del hecho sea poner en práctica el perdón
terapéutico: que todos erramos cuando odiamos a una persona a causa de sus faltas,
cuando la condenamos la clasificamos como perteneciente a cierto tipo de individuo, y
así simplemente confundimos la individualidad con la conducta; bien, cuando
mentalmente condicionamos la deuda de la otra persona a que la pague, antes de
restaurarla en nuestras buenas gracias y aceptación emocional.
Ora se deba hacer esto se pueda esperar razonablemente a hacerlo es un asunto
que no compete a este libro y que además se halla fuera de mi campo de
especialización. Sólo puedo decirle como médico que si usted llega a hacerlo habrá de
obtener mayor felicidad, más salud y, desde luego, mayor paz mental. No obstante, me
gustaría indicarle que ello es sólo el perdón terapéutico y que es el único tipo de perdón
que opera” realmente a favor de nuestra salud psíquica. Por otra parte, si el perdón es
algo menos que esto, debemos también cesar de hablar acerca del mismo.
Perdone al prójimo como a sí mismo
No sólo los otros nos inflingen ofensas emocionales sino que también la mayor
parte de nosotros solemos autoinflingirnoslas.
Solemos golpearnos la cabeza con autocondenas, remordimientos y
lamentaciones. También solemos derrotarnos con los tormentos inherentes a la duda y
herimos con excesivos sentimientos de culpabilidad.
El remordimiento y la lamentación constituye atentados contra nuestra anterior
vida emocional. Mediante el excesivo sentimiento de culpabilidad tratamos de
justificarnos de algo que hicimos que pensamos haber hecho mal en nuestro pasado.
Las emociones suelen ser correctas y apropiadas cuando nos ayudan a responder
a reaccionar a alguna realidad del ambiente en que ahora vivimos. Teniendo en cuenta
que no podemos vivir en el pasado, es evidente que tampoco podremos reaccionar
emocionalmente a cuanto respecte a nuestra vida anterior. El pasado debe ser borrado
simplemente, cerrado y olvidado en lo que concierna a las reacciones emocionales. No
necesitamos adoptar una posición emotiva”, de uno u otro modo, en cuanto se refiera a
las desviaciones de la vida que hayamos experimentado en todos tiempos. Lo que sólo
nos debe importar es la dirección que adoptemos en el presente así como nuestros
objetivos actuales.
Desde luego, necesitamos reconocer tanto nuestros propios errores como las
equivocaciones en que incurramos. De otra manera nos sería imposible corregir el curso
de nuestras vidas, así como la conservación de un rumbo” y guía” apropiados, mas
nos resultaría baldío y deadly que nos odiásemos nos condenásemos por nuestros
propios errores.
El individuo incurre en errores, mas los errores no hacen al individuo
Asimismo, al pensar en nuestras propias faltas ( en las del prójimo), nos servirá
de ayuda y ello sería realista que pensásemos acerca de esto en términos de las que
cometimos no cometimos en vez de pensar en lo que ellas nos hicieron a nosotros.
Uno de los más grandes errores que podemos cometer consiste en que
confundamos nuestra conducta con nuestro ser”… para concluir que debido a cierto
hecho que realizamos quedamos caracterizados como cierta clase de persona”.
Habremos de aclarar nuestras concepts si podemos ver que los errores que envuelven a algo
de lo que hacemos -hacemos se refiere a hechos-, y para ser realistas debiéramos
emplear los verbos en el sentido de acción inherente a los mismos en vez de emplearlos
como nombres que solamente denotan en estado del ser una descripción del mismo.
Por ejemplo, al decir yo fracasé” (forma verbal), reconocemos que hemos cometido un
error, y ello nos puede ayudar a conducirnos al logro de algún éxito futuro. Más al decir
Soy un fracaso” (forma nominal), no describimos lo que hemos hecho si no lo que
creemos que el error nos ha hecho a nosotros. Al emplear esta clase de lenguaje no
contribuimos a un buen estudio sino que tendemos a fijar” el error y a hacerlo
permanente. Ello ha sido sumemente comprobado y demostrado en los diversos
experimentos de la psicología clínica.
Al parecer, todo el mundo reconoce que los niños, cuando están aprendiendo a
andar, deben caerse alguna que otra vez. Solemos decir entonces que se cayó el niño
que perdió el equilibrio”. Nunca decimos con respecto al sujeto que es un caedor”
que es un mal equilibrista”.
No obstante, hay mucho padres que parecen no darse cuenta de que también todos
los niños, al aprender a hablar, cometen diversos errores y se expresan sin la debida
fluencia conversativa: dudas, roturas de vocablos y repeticiones de sílabas y palabras.
Es común que un padre lleno de ansiedad se exprese así con respecto a su pequeño hijo:
Es un tartamudo”. Con tal actitud juicio, que no se refiere a los actos del niño sino al
niño en sí mismo, llega a influir en el chiquillo y este comienza a pensar acerca de que
sí es, en efecto, un tartamudo. El proceso del aprendizaje de la lengua quedó fijo en el
muchacho y éste se convierte en un tartamudo perpetuo.
El Dr. Wendell Jonson, la autoridad más notable sobre la tartamudez que existe en
el país, manifiesta que esta clase de conceptos constituye la causa principal de esta
enfermedad. Ha averiguado que los padres de los sujetos que no son tartamudos
hállanse inclinados a emplear términos descriptivos (El no hablaba”), mientras que los
padres de los tartamudos tienden a emplear términos con juicios implícitos (El no
podía hablar”). En un artículo que escribió en el Saturday Night Post -5 de enero de
1957), manifestaba el physician Jonson: Lentamente comenzamos a comprender el punto
vital que había sido descuidado durante tantos siglos. Caso tras caso ha revelado, luego
de haber sido diagnosticado como tartamudez, que esta enfermedad se debe a la
influencia ejercida sobre el sujeto por personas supersusceptibles que no tenían
conocimiento de los hechos inherentes al desarrollo de la dicción. Así, al parecer, las
personas que requieren mayor instrucción y comprensión respecto a este asunto son los
padres más que los propios hijos afectados por la enfermedad y los que escuchan más
que los que hablan”.
El Dr. Knight Dunlap, que consagró veinte años al estudio de los hábitos, a la
menera de formarlos y al modo de desprenderse de ellos y a cuanto se relaciona al
conocimiento de los mismos, descubrió que el mismo principio de que el doctor Jonson
nos habla más arriba podemos aplicarlo, virtualmente, a todos los malos hábitos”,
incluyendo los malos hábitos de carácter emocional. Es esencial, solía decir, que el
paciente aprenda a cesar de culparse a sí mismo, a autocondenarse y a sentir
remordimientos por sus malos hábitos en el caso de que quiera curárselos. Halló
particularmente dañina la coclusión a que suelen llegar algunos pacientes: Estoy
destrozado”, aquella otra, también típica, de que no valgo para nada”, sólo a causa de
que el enfermo hizo estuvo haciendo cierta clase de actos.
Debemos, por último, tener en cuenta que el individuo comete diversos errores,
pero que las faltas no forman, en absoluto, a la persona.
¿A quién gusta ser una ostra solitaria?
Déjenme decirles unas palabras finales acerca de la prevención y extirpación de
los agravios emotivos. Para vivir de una manera creadora debemos permitirnos ser un
poco vulnerables. También debemos mostrarnos un tanto condescendientes respecto a
dejarnos ofender un poco, y, si ello fuere necesario, a cuanto respecta a la vida creadora.
Mucha gente necesita tener una piel emocional más espesa y tensa que la que posee,
pero sólo requiere una especie de piel delgada y flexible -a modo de epidermis
emocional-, y no una concha protectora. El confiarnos demasiado, el amar, el abrirnos
con exceso a todas las comunicaciones emotivas en cuanto respecta a nuestros tratos
con las demás personas nos puede llevar a correr el riego de ser ofendidos. Si una vez
nos sentimos agraviados, podemos adoptar una de las dos siguientes alternativas:
formarnos una espesa concha protectora tejido cicatrizante para prevenirnos de ser
ofendidos otra vez viviendo como ostras solitarias y evitar toda clase de ofensas; bien,
volver la otra mejilla” permaneciendo vulnerables a toda clase de ataques, y proseguir,
sin hacer caso a las ofensas, cultivando una vida creadora.
Una ostra no se ofende nunca. Esta posee una espesa concha que protege a su
cuerpo de cualquier daño. La ostra se halla siempre solitaria. La vida de la ostra” es
segura y tranquila pero no es creadora. La ostra no persigue ninguna querencia sino que
espera que todo venga en su busca. La ostra no conoce los agravios de las
comunicaciones emocionales con el ambiente, pero tampoco conocerá nunca las
alegrías ni los goces que proporciona al sujeto el trato con la sociedad.
El maquillaje emocional” le hará verse y sentirse más joven
Procure hacerse un maquillaje espiritual”. Esta expresión encierra en sí algo más
que un simple juego de palabras: abre ante el individuo una perspectiva de vida mucho
más amplia proporcionándole mayor vitalidad ya que este maquillaje espiritual” se
compone del materials más efectivo de que está hecha la juventud. Mediante éste el
sujeto se sentirá más joven y, en realidad, tendrá también un aspecto más juvenil. Más
de una vez he visto a un hombre a una mujer que aparentemente se ha hecho cinco
diez años más joven cuando ha logrado extirparse las viejas cicatrices emocionales.
Mire en su derredor. ¿Quiénes son las personas que conoce mayores de cuarenta años,
que poseen aspecto más juvenil? ¿El gruñón? ¿El resentido? ¿El pesimista? ¿Los que
están amargados de la vida, los alegres, los optimistas, los sujetos que siempre están
llenos de buen humor?
Cuando el sujeto se encuentra cargado de envidia rencores contra alguien
contra la vida misma, crece desproporcionadamente en años igual que si llevara
constantemente una pesada carga sobre sus hombros. Los individuos a quienes afectan
las cicatrices emocionales, las envidias y otros rencores de la misma clase, viven en el
pasado lo cual constituye la más importante característica de la vejez. La actitud y
espíritu juveniles que arrancan las arrugas del alma lo mismo que las del rostro y llenan
los ojos de chispas luminosas, miran hacia el futuro y sienten grande curiosidad hacia
todo lo que esperan debe producirse en el porvenir.
Así, pues, ¿por qué no hemos de someternos a la experiencia de un maquillaje
espiritual”? Para ello, la actitud del individuo debe consistir en procurarse un alivio
reposo completo en cuanto atañe a las tensiones nerviosas con el objeto de prevenir las
cicatrices y poner en práctica el perdón terapéutico” mediante el que se pueden extirpar
las viejas cicatrices procurándose, al mismo tiempo, una piel flexible que carezca de
dureza, sea, una dermis -en vez de una concha- que no le impida el desarrollo de
una vida creadora junto al deseo simultáneo de ser un poco weak y autoformarse
un sentimiento de nostalgia por el futuro el lugar de autoformárselo por el pasado.
Capítulo Décimo Primero
Como encerrar la personalidad actual
La PERSONALIDAD”, ese algo tan misterioso y magnético que es tan fácil de
reconocer, pero tan difícil de definir, no es tanto un algo que es adquirido sin ayuda de
nada como un algo que es revelado desde adentro.
Lo que denominamos personalidad” constituye la evidencia externa de ese ser
creador, único e particular person, que fue hecho a la imagen y semejanza de Dios -esa chispa
divina que poseemos dentro de nosotros- a que podemos llamar la expresión libre y
completa del Yo” actual.
Ese ser real, que existe dentro de cada persona, es sumamente atractivo. Es,
también, magnético. Además, es susceptible de asestar impactos de poderosa influencia
sobre los otros seres humanos. Poseemos el sentido de que nos hallamos constantemente
en contacto con algo actual y básico. Por otra parte, el individuo que imita a los demás
suele disgustar y hacerse detestable al resto de las personas.
¿Por qué todo mundo gusta de los niños que se hallan en su primera infancia? En
realidad, no es por lo que éste hace, por lo que sabe por lo que posee sino
simplemente por lo que es. Todo niño posee una personalidad altamente definida. En
ella no hallamos superficialidades, imitaciones, ni hipocresías. En su propia lengua,
compuesta generalmente de gritos, llantos y arrullos, el niño expresa sus sentimientos
reales. Cube siempre lo que quiere decir”. En ello no hay nunca dolo ni superchería. El
niño es honesto en su emotividad. Ejemplificada hasta la enésima potencia el dictado
psicológico de sea usted mismo”. No tiene escrúpulos en cuanto concierne a su propia
expresión no tampoco experimenta la más pequeña inhibición.
Todo el mundo encubre su propia personalidad
Todo ser humano posee ese misterioso algo que llamamos personalidad.
Cuando decimos que una persona determinada posee una buena personalidad,
queremos decir que ésta ha liberado las potencias creadoras que existen dentro de ella,
de tal modo que es capaz de expresar su Yo” verdadero.
Las expresiones pobre personalidad” y personalidad inhibida” poseen
exactamente el mismo significado. Se ha encerrado en sí misma, se ha metido dentro
de un puño”, ha dado dos vueltas a la llave y ha arrojado ésta al espacio. La palabra
inhibit” (inhibir) significa, literalmente, cesar, andarse prevenido, prohibir, restringir
ceñirse a algo”. La personalidad inhibida se ha impuesto una restricción en cuanto
atañe a la expresión de su ser real. Por una u otra razón teme manifestarse con
franqueza, teme ser ella misma y ha encerrado su ser verdadero en una especie de
prisión interna.
Los síntomas de la inhibición son diversos y variados: vergüenza, timidez,
autoacusación, hostilidad, sentimientos excesivos de culpabilidad, insomnio,
nerviosismo, irritabilidad y falta de capacidad para permanecer en sociedad con otros
individuos.
La frustración es la característica principal que se acusa en casi cada una de las
áreas y actividades a que se dedica la persona inhibida. La frustración real y básica de la
misma consiste en el fracaso de ser ella propia” y en el fracaso de expresar, en forma
adecuada, su propio yo. Esta frustración básica colorea y tiñe todo lo que hace el sujeto
de personalidad inhibida”.
Una retroacción excesivamente negativa es la llave que conduce a la
inhibición
La ciencia de la cibernética nos proporciona un nuevo y más profundo
conocimiento de la personalidad inhibida, mostrándonos, al mismo tiempo, el camino
que nos puede conducir a la liberación de las inhibiciones, a la libertad y al modo de
aliviar a nuestro espíritu de las ligaduras con que hayamos constreñido.
La retroacción negativa de un servomecanismo cumple una labor de crítica. La
retroacción negativa cube realmente: Está equivocado, se está desviando de su camino
y necesita aplicar la debida corrección para tornar a apuntar en el rumbo que persigue”.
El propósito de la retroacción negativa consiste, sin embargo, en modificar la
respuesta y en cambiar el curso de la acción ulterior sin DETENER conjuntamente a la
una y al otro.
Si la retroacción negativa está trabajando con propiedad, un obús dirigido un
torpedo habrán de reaccionar a la crítica” en el grado que baste para hacerles corregir
el curso que siguen, y así mantener constantemente hacia delante la puntería que ha de
llevarles hasta dar en el blanco requerido. Este curso consistirá, como hemos explicado
anteriormente, en una larga serie de zig-zags.
No obstante, si el mecanismo se muestra demasiado sensible a la influencia de la
retroacción negativa, el servomecanismo” habrá, entonces, de super corregirse, y, en
vez de progresar en su carrera hacia el blanco, ejecutará exagerados zig-zags laterales
habrá de detener sus avances ulteriores.
El propio servomecanismo” interno, que nosotros mismos nos hemos ido
creando, opera en forma idéntica. Debemos, pues, tener nuestra retroacción en orden
con objeto de hacerla operar adecuadamente y de que nos sirva para seguir el rumbo
prefijado con que ha de guiarnos a la consecución del fin que nos proponemos.
La excesiva retroacción negativa iguala a la inhibición.
La excesiva retroacción negativa cube constantemente: Deje lo que está haciendo
el modo como lo está haciendo y haga alguna cosa más”. Su propósito consiste en
modificar la respuesta en cambiar el grado de la acción ulterior, pero no en detener
toda la acción. La retroacción negativa no cube Pare…¡Punto!”. Lo que cube es esto:
Todo lo está haciendo mal”. Pero no cube: Es malo hacer algo”.
No obstante, cuando la retroacción negativa es excesiva cuando nuestro propio
mecanismo se muestra demasiado sensitivo con respecto a aquél, el resultado no
consistirá en la modificación de la respuesta sino en la inhibición whole de ésta.
La inhibición y la excesiva retroacción negativa son dos cosas idénticas. Cuando
tremendous-reaccionamos a la retroacción negativa la crítica”, nos hallamos dispuestos a
concluir que no sólo se ha desviado nuestro curso ligeramente de la aguja indicadora y
ha seguido un camino erróneo sino que también sería equivocado para nosotros que
tratásemos de seguir hacia delante.
El visitante de un bosque el cazador suele orientarse, para regresar a donde dejó
su automóvil, mediante la selección de algún punto prominente de la tierra que se halle
cerca de su coche, bien escoge un árbol tan alto que se distinga tanto de los demás que
pueda divisarlo desde algunas millas de distancia. Cuando se halla dispuesto a regresar
al sitio en que dejó el automóvil, mira hacia el árbol previamente escogido ( sea, a su
blanco) y comienza a caminar en dirección al mismo. De vez en cuando, puede perder
de vista el árbol, pero tan pronto como le es posible coteja el rumbo” mediante la
comparación del curso que sigue y el ubicamiento del árbol preseleccionado.
Si ve que su rumbo se le ha reparado quince grados a la izquierda del árbol, podrá
reconocer fácilmente que sigue una ruta equivocada. Corrige su rumbo de inmediato y
torna a caminar en dirección del árbol. Sin embargo, no llega por ello a la absurda
conclusión de que el caminar sea malo para él.
No obstante, muchos de nosotros somos culpables de llegar a una conclusión tan
absurda y estúpida. Cuando nuestra atención logra captar que el modo de expresarnos se
halla fuera de lo typical, que ha perdido la señal” que es erróneo, concluimos en que la
autoexpresión” por sí misma no es buena que la consecución del éxito, para nosotros,
(el alcanzar a nuestro árbol explicit), es perjudicial.
Procure tener en mente que la excesiva retroacción negativa tiene la propiedad de
interferir de hacer cesar completamente la respuesta apropiada.
La tartamudez como síntoma de la inhibición
La tartamudez ofrece una excelente ilustración de cómo la excesiva retroacción
negativa conduce a la inhibición e interfiere la respuesta apropiada.
La mayor parte de nosotros no percibimos conscientemente el hecho de que
mientras nos hallamos hablando estamos recibiendo los datos de la retroacción negativa
a través de lo que oímos decir a nuestra propia voz. Esta es la razón por la que los
individuos afectados de mudez total raramente llegan a hablar bien. No tienen modo de
conocer el momento en que sus voces chillan, gritan producen murmullos
ininteligibles. Esta es también la razón por la que las personas que nacen mudas no
aprenden a hablar en absoluto, excepto si se hallan dotadas de buenos maestros. Si usted
hace señas, se sorprenderá de que no pueda hacerlas en clave en armonía con otras
personas, en tanto se haya padeciendo una mudez temporal a causa de un resfriado.
De todos modos, la retroacción negativa por sí misma no constituye un
impedimento una desventaja con respecto a una dicción perfecta. Por el contrario, nos
capacita para que hablemos correctamente. Los maestros de lenguas recomiendan que
debemos grabar nuestras propias voces en una cinta magnética, y volver a oírlas, de tal
modo que ello nos sirva como método para perfeccionar nuestra pronunciación,
entonación, etc. Al hacer esto, nos damos cuenta de los errores que cometemos al hablar
en forma tal que nunca habíamos notado anteriormente. Ello nos capacita a ver con
claridad lo que solemos hacer mal, para, de este modo, poder corregírnoslo.
Sin embargo, si la retroacción negativa ha de ayudarnos a hablar mejor, debiera
mostrarse 1) más menos automático subconsciente, 2) producirse espontáneamente,
sea, mientras estamos hablando, y 3) el responder a la retroacción no debiera
producirse tan sensitivamente que en vez de ayudarnos nos produzca una inhibición.
Si nos manifestamos conscientemente supercríticos con respecto a nuestra dicción
osi nos conducimos con demasiado cuidado al tratar de evitar los errores por adelantado,
en vez de reaccionar espontáneamente, lo más possible es que concluyamos
tartamudeando.
Por otra parte, si la excesiva retroacción del tartamudo puede descender de carga
si se le puede hacer espontáneo mejor que anticipatorio el perfeccionamiento en su
dicción se producirá de inmediato.
El autocriticismo consciente obliga a hacer mal cuanto se emprende
Ello ha sido comprobado por el Dr. E. Colin Cherry, de Londres, Inglaterra. En un
artículo publicado en la revista científica británica Nature”, el doctor Cherry afirma la
opinión de que la tartamudez es producida por un exceso de monitorismo instrucción.
Para comprobar esta teoría hizo que 25 estudiantes se equiparan de audífonos a través
de los cuales pudieran oír sus propias voces en una fuerte tonalidad. Cuando les pidió
que leyesen en voz alta un texto preparado en estas condiciones, eliminando el
autocriticismo, la mejoría se acusó en forma notable. Otro grupo, compuesto también
por tartamudos, fue entrenado en oír conversaciones en voz baja”, para que las
siguieran en tanto como les fuese posible e intentaran hablar con una persona que
estuviese leyendo un texto, una voz en la radio en la televisión. Luego de una breve
práctica, los tartamudos aprendieron a hablar en voz baja” fácilmente y a acompañar a
estas voces, y la mayor parte de ellos fueron capaces de hablar regular y correctamente
bajo estas condiciones que les obligó a apartarse del criticismo por adelantado” y les
forzó, literalmente, a hablar con espontaneidad a sincronizar sus modos de hablar y a
corregírselos”. Una práctica adicional de las conversaciones en voz baja” capacitó a
los tartamudos a que aprendiesen a hablar con corrección a todas horas.
Cuando la excesiva retroacción negativa autocriticismo, es eliminado, la
inhibición desaparece y mejora la ejecución de lo que nos hallamos haciendo. Cuando
no disponemos de tiempo para preocuparnos mostrarnos demasiado cuidadosos” por
adelantado, la expresión mejora de inmediato. Todo esto nos proporciona una clave
valiosa para que podamos liberarnos de las inhibiciones abrir una personalidad
demasiado encerrada, y, por consiguiente, nos ayuda a obtener el perfeccionamiento de
la ejecución en cualquier otra área actividad que nos hallemos desempeñando.
La preocupación excesiva conduce a la inhibición y a la ansiedad
¿Ha intentado alguna vez enhebrar una aguja?
Si es así, y no tenía experiencia en eso, debe haber notado que usted apenas podía
sostener el hilo y que lo mantenía firme, tenso y duro como una roca hasta lograr
aproximarlo al ojo de la aguja e intentar pasarlo a través de la pequeñísima abertura.
Cada vez que trataba de meter la hebra por el diminuto agujero, su mano, sin duda, le
temblaba continuamente, y, sin que lo pudiese evitar, el hilo perdería, a cada instante, el
pequeño hoyo por donde debería haber atravesado.
Cuando intentamos verter un líquido en el interior de una botella que tiene el
cuello sumamente estrecho se produce de ordinario una experiencia del mismo género.
El individuo puede mantener la mano completamente firme hasta que trata de realizar su
propósito; entonces, por alguna extraña razón, ésta se pone a temblar y a moverse
agitadamente.
En los círculos médicos denominamos a esta experiencia el temblor del deseo”.
Ocurre eso, como en los ejemplos mencionados, cuando los individuos normales
se preocupan demasiado se muestran excesivamente cuidadosos de no errar sus
intentos en la ejecución de un determinado propósito. En ciertas circunstancias y
condiciones patológicas, tales como los daños que se ocasionan a ciertas áreas del
cerebro, este temblor del deseo” puede resultar sumamente pronunciado. Un paciente,
por ejemplo, puede ser capaz de mantener firme la mano en tanto no trate de hacer nada.
Pero dejémosle que intente meter la llave en la cerradura de la puerta de su casa, y,
entonces, podremos observar que la mano se le mueve en zig-zag hacia delante y atrás
unos cuantos centímetros. Quizás sea usted capaz de mantener la pluma suficientemente
firme hasta el momento en que se decide a echar una firma. En este instante, la mano se
le pondrá a temblar esto y se dispone a mostrarse más cuidadoso con respecto a sus
actos y procuran no cometer errores en presencia de gente extraña puede ser que se
muestre entonces incapaz de firmar un nombre en absoluto.
A este tipo de individuos se les puede ayudar, y con frecuencia de manera notable,
ejercitándoles en las técnicas del reposo por medio de las cuales aprenderán a descansar
cuando se hayan excedido en los esfuerzos que dedicaron a cuanto atañe a la realización
de sus propósitos”, y enseñándoles, la mismo tiempo, a no mostrarse demasiado
cuidadosos en lo que concierne a evitar errores y fracasos.
El cuidado excesivo el sentir demasiada ansiedad para no cometer un error
constituye una forma de exceso de carga la retroacción negativa. Lo mismo que el caso
del tartamudo, que intenta anticiparse a los posibles errores sintiéndose extremadamente
preocupado para no cometerlos, el resultado a que conducen todas estas tensiones es
siempre idéntico: la inhibición y el deterioro del hecho que tratamos de ejecutar. La
preocupación excesiva y la ansiedad son dos sensaciones que guardan entre sí estrecho
parentesco. Ambas ejercen extraordinaria influencia en lo que respecta a los posibles
fracasos” la hacer mal las cosas”, al mostrar demasiado esfuerzo consciente para
hacerlo todo bien.
No me gustan esas gentes frías, precisas, perfectas, que, con el objeto de no
equivocarse nunca, jamás hablan de nada, y que, por no hacer nada mal, tampoco nunca
hacen nada”, dijo Henry Ward Beecher.
El consejo de William James a los estudiantes y a los maestros
¿Quiénes son los estudiantes que hablan aturdidamente en el aula de
declamación?”, pregunta el sabio psicólogo. Los que creen en la posibilidad del fracaso
y sienten la gran importancia del acto en que están tomando parte”. James prosigue:
¿Quiénes son los que recitan bien? Con frecuencia los que se muestran más
indiferentes al acto que realizan. Las ideas de éstos van saliendo en sus memorias, como
el hilo del carrete, de pleno acuerdo con la que están haciendo. ¿Por qué oímos tan a
menudo la queja de que la vida social de Nueva Inglaterra es menos rica, expresiva y
más cansada que en cualquier otra parte del mundo? El hecho en sí, si es cierto que
existe, ¿no deberá, quizás, consistir en la disposición conscientemente superreactiva”
de sus habitantes, temerosos de decir algo demasiado trivial y obvio, algo insincero,
algo indigno de sus interlocutores algo que de una u otra manera no sea adecuado a la
ocasión? ¿Cómo, pues, se podría llevar una conversación a través de un mar lleno de
responsabilidades y de inhibiciones como éstas? Por otra parte, la conversación sólo
fluye y refresca a la sociedad cuando ni las unas ni las otras personas que toman parte
en ella quedan exhaustas a causa del esfuerzo que se imponen para producirse con
perfección, sea, cuando los agentes olvidan sus escrúpulos y quitan los frenos a sus
corazones y dejan que sus lenguas se muevan y meneen tan automática e
irresponsablemente como sus voluntades les sugieran.
Se habla mucho en los círculos pedagógicos de hoy acerca del deber que tiene el
maestro de preparar sus lecciones por adelantado. Parcialmente, ello es útil. Más
nosotros, los yanquis, no somos, con seguridad, de esas personas a las que se pueda
rogar que cultiven una doctrina de carácter tan normal. Nos mostramos demasiado
preocupados con respecto a la misma. El consejo que me atrevería a ofrecer a la mayor
parte de los maestros hállase implícito en las palabras de un individuo que es por sí
mismo un maestro admirable. Prepárese tan bien sobre el sujeto, que constantemente
pueda dominarlo; luego, en el aula, confíe en su espontaneidad y trate de alejarse de
otras preocupaciones.
Aconsejo a los estudiantes, especialmente a las estudiantas, poco más menos la
siguiente cosa. Igual que la cadena de una bicicleta puede estar demasiado tirante, así
puede la rectitud de conciencia y la atención de uno manifestarse tan tensas que lleguen
a perturbarle el libre funcionamiento de la mente. Tomemos, por ejemplo, esos períodos
llenos de inquietud en que se suceden los días de los exámenes. Una onza de buena
tonalidad nerviosa en los exámenes vale lo que muchas libras de vehemente estudio
hecho por adelantado. Si el alumno quiere realmente comportarse lo mejor posible en un
examen, el estudiante debe apartar de sí los libros el día anterior y decirse a sí mismo:
‘no quiero perder un minuto más en este depressing asunto, y, además, me importa un
comino si salgo bien no’. Dígase esto sinceramente, siéntalo y váyase a jugar a
dormir, y aseguro que los resultados que se han de obtener al siguiente día habrán de
animar al estudiante a emplear este método constantemente”. (William James, On Important
Reserves. New York, Henry Holt and Co., Inc.).
El autoconocimiento” interno es realmente el conocimiento interno” de
otros
La relación de causa-a-efecto” entre una excesiva retroacción negativa y lo que
solemos denominar conciencia de sí mismo” autoconocimiento interno” puede verse
de inmediato.
En cualquier clase suerte de relaciones sociales recibimos constantemente,
mediante otras personas, datos procedentes de la retroacción negativa. Una sonrisa, un
guiño bien centenares de otras señas diversas que nos indican aprobación
reprobación, las cuales pueden manifestarse llenas carentes de interés y nos están
aconsejando constantemente lo que debemos hacer”, a dónde debemos ir , para
decirlo así, cuándo vamos a esconder a perder la señal” que nos hemos marcado. En
cualquier clase suerte de situación social existe una constante interrelación entre el
que habla y el que escucha y entre la persona que actúa y la que observa. Pues bien; sin
esta comunicación constante, hacia delante y atrás, las relaciones humanas y las
actividades sociales carecerían de toda posibilidad, virtual, y si acaso fueren posibles, se
manifestarían groseramente, sin facetas, carentes de inspiración, como muertas y
enterradas y sin chispas” de ninguna clase.
Los buenos actores y actrices, lo mismo que los locutores públicos, participan y
sienten” esta comunicación con el auditorio y ello les ayuda a representar mejor sus
papeles. Los individuos de buena personalidad”, que son populares y poseen
magnetismo en las diversas circunstancias sociales, sienten esta comunicación con la
demás gente, y, automática y espontáneamente, responden a la misma en forma
creadora. La comunicación con las otras personas se emplea como retroacción negativa
y ésta capacita al individuo a comportarse mejor en sociedad. Si un determinado
individuo no puede responder a esta comunicación con otras personas, se convierte en
un tipo frío y de mala sombra”, en el tipo de personalidad” reservado que no se
manifiesta cordial con la gente; en fin, sin esta comunicación el sujeto humano se
convierte en un mundo social, en el tipo difícil de conocer que no interesa a ninguna
persona.
No obstante, este tipo de retroacción negativa debe ser creadora para que surta el
efecto deseado. Es decir, debe manifestarse poco más menos libre de autoconciencia”
y producirse con automatismo y espontaneidad, más que sujeto a las autoquejas
conscientes al pesar acerca de sí mismo.
La preocupación en lo que el prójimo piensa acerca de mí” produce
inhibición
Cuando el individuo se manifiesta demasiado consciente con respecto a lo que
otros piensan acerca de él y muestra excesivo cuidado en cuanto concierne a complacer
al prójimo y, además, llega a sentirse vulnerable en exceso a la reprobación que puedan
expresarle las otras personas, ya sea ésta actual imaginada, entonces es seguro que posee
una exorbitante retroacción negativa, sobra de inhibición y, sometido a la influencia de
estas presiones, jamás podrá desempeñarse bien en ninguno de sus actos.
Si el sujeto trata, constante y conscientemente, de vigilar y dirigir cada uno de sus
actos, palabras maneras de conducirse, otra vez habrá de convertirse en una persona
inhibida y de excesiva autoconciencia.
El individuo, en este caso, habrá de sentirse excesivamente preocupado en cuanto
concierne a producir una buena impresión y, debido a ello, otra vez tornará a reprimir
sus impulsos naturales, a inhibir su Yo” creador y a causar una impresión pobre.
La manera de producir una buena impresión a las gentes extrañas consiste en: No
tratar nunca de producir una buena impresión; jamás procurar hacer nada que sea
producido por efecto de ideas imaginarias conscientemente. Tampoco debe
preguntarse” uno nunca lo que pueda estar pensando otra persona acerca de nosotros ni
preocuparnos la opinión en que ésta pueda tenernos.
De cómo un agente de ventas logró curarse de la preocupación acerca de su
propia persona
James Mangan, el famoso agente de ventas, autor y conferenciante, manifiesta que
cuando abandonó su casa por primera vez period un individuo que se sentía turbado por el
exagerado sentimiento que tenía respecto a su propia individualidad, especialmente
cuando se hallaba comiendo en un lujoso restaurante de algún hotel de primera clase.
Así, pues, en el mismo instante en que atravesaba la sala del comedor creía sentir que
los ojos de los demás comensales se dirigían a su persona para juzgarla y criticarla.
Cuidábase penosamente de sí mismo a cada instante; fijábase en la manera de caminar,
la forma en que se sentaba, y, sobre todo, trataba de tener siempre en cuenta los modales
y el comportamiento que observaba en la mesa, así como en la forma en que estaba
comiendo. En todos estos movimientos mostrábase extrañamente tenso y desmañado.
¿Por qué me comporto con tan rara dificultad?”, solía preguntarse. Sabía que tenía
buenos modales de mesa y conocía la suficiente etiqueta social para poder comportarse
con la corrección que le demandaran las diversas circunstancias. ¿Por qué nunca había
sentido tanta preocupación acerca de sus propios modales cuando comía en la cocina
con su madre y su padre?
Decidió que ello era debido a que cuando se hallaba comiendo con sus padres
nunca pensó ni molestarse en preguntarse en cómo se estaba comportando. En pocas
palabras, no se mostraba preocupado ni autocrítico ni tampoco le importaba el efecto
que pudiera producir en su familia. Sentíase libre, desenvuelto y confiado, y, a causa de
esto, todo le salía a las mil maravillas.
Así, pues, James Mangan curó al excesivo sentimiento que poseía acerca de su
propia individualidad, acudiendo al recuerdo de cómo se había sentido y comportado
cuando iba a la cocina a comer con papá y mamá”. Luego, en el momento en que se
disponía a atravesar la sala de un restaurante lujoso, no tenía más que imaginarse que
iba a comer con sus padres” y conducirse de acuerdo con esta idea.
El equilibrio y el reposo se presentan cuando el individuo ignora la carga
excesiva de las retroacciones negativas
También Mangan descubrió que pudo superar su temor social” y la demasiada
consideración acerca de sus actos cuando se presentaba ante sus más grandes clientes
se hallaba en los altos círculos sociales tornando a repetirse su consabida consigna de
Voy a comer con papá y mamá”, y, de esta manera, lograba reprimir en su imaginación
lo que había sentido, y ello le permitía conducirse con la misma libertad que si hubiera
estado con sus padres. En su famoso libro The Knack of Promoting Yourself, Mangan
aconseja a los agentes de ventas que empleen el ¡Voy a ir a casa a comer la sopa con
mi padre y mi madre! Ya he pasado por esto un millar de veces y nada nuevo puede
acontecer aquí”. Esta actitud la adoptaba el citado autor en todas las circunstancias
nuevas y extrañas en que solía hallarse.
Esta actitud de mostrarse inmune a la influencia de las personas ajenas a las
situaciones extrañas, este menosprecio complete hacia todo lo desconocido inesperado
tiene su propio nombre: se llama ‘equilibrio’. El equilibrio produce el alejamiento
deliberado de todos los temores que surgen de las circunstancias y situaciones nuevas e
incontrolables”. (James Mangan, The Knack of Promoting Yourself, The Dartnell Corp.,
Chicago).
El difunto Dr. Albert Edward Wiggan -famoso educador, psicólogo y
conferenciante- decía que en sus primeros años de vida se mostraba tan preocupado
acerca de su propia individualidad que le period imposible decir las lecciones en la escuela.
Evitaba a las personas ajenas y no podía hablar con ellas sin inclinar la cabeza.
Constantemente hacía todo lo posible para superar esta disposición que padecía, pero no
lograba nada. Entonces, cierto día, le surgió una nueva idea. Aquella terrible molestia
no tenía que ver nada con la obsesión que creía padecer con respecto a la continua
autovigilancia consciente de sus actos y de sus palabras. Period, realmente, otra cosa: el
extremado cuidado que sentía con respecto a lo que los otros individuos pudieran
pensar de él”. Mostrábase penosamente susceptible a cuanto los otros pudieran pensar
de cualquier cosa que él dijera hiciese que concerniere a cada uno de sus
movimientos. Eso le maniataba fuertemente y obligábale a no pensar con claridad y a no
poder decir ni hacer nada. Más no se sentía así cuando se hallaba solo. Entonces
encontrábase en perfecta calma y en buen equilibrio y podía recrearse en toda una serie
de interesantes ideas que le habría gustado expresar. Además, hallábase perfectamente
consciente de ello cuando se encontraba en casa consigo mismo.
Pues bien; al darse cuenta de ello, cesó de preocuparse y comenzó a conquistar el
concepto que debía tener de sí mismo, de sus actos e ideas y palabras. Así, pues,
empezó a cultivar sus aptitudes de examen de la autoconciencia: sus sentimientos,
conducta y las ideas de cuando se hallaba solo, sin preocuparse en absoluto de cómo le
pudiera juzgar el prójimo de cómo éste podría sentir acerca de él. Esta separación whole
de la opinión y del juicio de las otras personas no le produjo, sin embargo, un
encallecimiento en su conducta ni tampoco le hizo mostrarse con arrogancia ni
absolutamente insensible hacia las demás personas. No hay ningún peligro en tratar de
erradicar la retroacción negativa por mucha fuerza e interés que ponga en procurar
conseguirlo. Ahora bien, si desarrolla el mismo esfuerzo en la dirección opuesta,
reducirá la totalidad del mecanismo extrasensitivo de su retroacción. Por fin, el
individuo de que hablamos entabló mejores relaciones sociales con toda la gente y llegó
a ganarse la vida desempeñando la profesión de consejero social y pronunciando
discursos a grandes grupos de personas sin sentir jamás el menor grado de
perturbaciones causa de censuras autoconscientes”.
La conciencia nos hace cobardes a todos”
Así dijo Shakespeare. Esto mismo expresan también hoy los más modernos
psiquiatras y los pastores más ilustrados. La conciencia por sí misma constituye un
mecanismo de dos datos negativos, aprendidos y cargados en la retroacción que tiene
mucho que ver con la moral y con la ética. Si el dato aprendido y fichado es correcto
(concepto que concierne a lo que está bien” y está mal”) y el mecanismo de la
retroacción no es extrasensitivo, sino realista, el resultado es (exactamente igual que en
cualquier otra situación de perseguir un objetivo) que somos relevados de la horrible
obligación de tener constantemente que decidir” sobre lo que es bueno” de lo que es
malo”. La conciencia nos pone en el rumbo” nos guía” hacia lo directo y lo
estrecho”, a la meta de lo correcto y lo apropiado, al objetivo de la conducta realista en
tanto ello pueda concernir a la ética y a la moral. La conciencia opera automática y
subconscientemente lo mismo que cualquier otro sistema de retroacción.
No obstante, el Dr. Harry Emerson Fosdick cube al referirse a lo que más arriba
hemos tratado: La conciencia puede engañarle”. En efecto, la conciencia, por sí misma,
puede estar equivocada. Ello depende de cómo sus creencias básicas entiendan el bien y
el mal. Si sus creencias básicas se hallan saturadas de verdad y son realistas y sensibles
la conciencia puede convertirse en un valioso aliado cuando usted está tratando con el
mundo real y navega por el mar de la ética. Actúa, entonces, como una brújula que le
mantiene fuera de los lugares peligrosos”, lo mismo que la brújula de marinero
preserva a éste de que choque contra los arrecifes. Mas si sus creencias básicas son
falsas por sí mismas, insinceras, irrealistas e insensibles, éstas mismas le desviarán” la
brújula manteniéndole fuera de norte lo mismo que los pequeños pedazos de metal
magnético pueden perturbar la función del compás del marinero y llevarle a la perdición
en vez de salvarle la vida.
El vocablo conciencia” no tiene el mismo significado para todo el mundo. Si el
sujeto se ha formado en un ambiente en el que se cree, como lo han sido muchas
personas, que es pecaminoso usar botones en los vestidos, habrá de sentir ciertos
reparos en el momento en que los use. Si, por otra parte, el individuo ha crecido en un
medio en el que se piensa que cortarle la cabeza a otro ser humano, achicarla y colgarla
luego de la pared es algo que está bien hecho, es apropiado y manifiesta un signo de
humanidad, entonces el sujeto habrá de sentirse culpable e indigno en el caso de no ser
capaz de encoger una cabeza. (Los salvajes cazadores de cabezas no dudarían de
denominar a esto una falta de omisión”).
La función de la conciencia tiene por objeto hacernos felices y no
desgraciados
El propósito de la conciencia consiste en ayudarnos a alcanzar la felicidad, para
que podamos ser sujetos productores, y en nada más que eso, pero si el individuo deja
que la conciencia le sirva de guía”, ésta debe basarse entonces en la pura verdad y,
desde luego, habrá de apuntar solamente hacia el norte verdadero. De otra manera, si,
por ejemplo, nos ponemos a obedecerla ciegamente, sólo nos meterá en dificultades, en
vez de sacarnos de ellas convirtiéndonos, de paso, en seres no solamente desgraciados e
inadaptados sino también en sujetos incapaces de hacer nada.
La autoexpresión es ajena a la moral
Cuando adoptamos actitudes morales en asuntos que no tienen que ver nada con la
ethical, solemos enfrentarnos a multitud de resultados erróneos. Por ejemplo, la
autoexpresión – la carencia de ella- no representa, básicamente, un problema de ética,
aparte del hecho de que nuestro deber consiste en emplear los talentos que Dios nos
concedió.
No obstante, la autoexpresión puede convertirse en una falta” ethical -en tanto
guarde relación con la conciencia- si el sujeto es obligado a callar, bien se le humilla y
se le avergüenza quizás se le castiga como a un niño en el momento en que manifiesta
sus ideas. De esta manera aprende” el niño a saber que es malo” el tratar de
expresarse y ello le mantiene aparte de toda conversación sin que, quizás, se atreva a
hablar en absoluto.
Si un niño se le castiga por mostrar su enfado se le avergüenza en demasía
cuando manifiesta alguna señal de miedo se ríen quizá de él por expresarle amor a
alguien, entonces éste aprenderá” a saber que es malo” manifestar sus sentimientos
reales. Algunos niños aprenden que sólo es mala” la expresión de las malas
emociones”: la ira y el miedo. Mas cuando el sujeto inhibe las malas”, también inhibe
las buenas” emociones. Ahora bien, el metro con que se juzgan las emociones no tiene
marcado en sus polos contrapuestos los conceptos de bueno” malo” sino de
adecuado” impropio”. Es propio que el hombre que se encuentre de pronto con un
oso experimente temor. Es apropiado experimentar ira si hay una legítima necesidad de
destruir un obstáculo y este sentimiento nos proporciona la fuerza y el valor para ello.
La ira dominada y dirigida con propiedad” es un elemento importantísimo del valor.
Si se le hace callar a un niño cada vez que expresa sus opiniones, aprenderá” a
que es mejor para él no ser nadie” y que es malo el tratar de convertirse en alguien.
Una conciencia así de turbada y de irrealista no puede producir más que cobardes.
Nos convertirá en sujetos supersusceptibles y nos obligará a estar pensando siempre en
si tenemos derecho” a alcanzar el éxito en cualquier tarea que emprendamos. Nos
sentiremos, también, extremadamente preocupados acerca de si merecemos esto no”.
Muchos individuos, que se sienten inhibidos” por esta clase de mala conciencia”, se
mantienen siempre atrás” toman un asiento trasero” en cualquier clase de empresa en
que se les ocurra intervenir, incluyendo las actividades que desempeñan en sus iglesias.
Sienten, secretamente, que no sería bueno para ellos señalarse como líder” presumir
de ser alguien”, ya que piensan demasiado en lo que la demás gente puede pensar
acerca de mí”.
El temor a la escena” es un fenómeno común y universal. Conviértese en
subconsciente cuando es producido por un exceso de retroacción negativa que procede
de una conciencia en declinación”. El miedo a la escena” manifiesta el temor a ser
castigados” por hablar alto al expresar nuestras opiniones, por presumir de ser alguien”
por manifestar cosas que la mayoría de nosotros aprendimos que eran malas” y
dignas de castigo ya en los primeros años de la infancia. El miedo a la escena” ilustra
cuán universalmente se halla extendida la inhibición de la autoexpresión”.
La desinhibición: un gran paso en la dirección opuesta
Si usted se halla entre los millones de personas desgraciadas que han
experimentado la derrota y el fracaso a causa de la inhibición, entonces necesita
practicar la desinhibición en forma contundente y deliberada. Necesitará practicar los
procedimientos que han de hacer de usted un sujeto más despreocupado, menos dado a
pensar en lo que sucede” e inclinado a examinar con menos rigor sus ideas y
sentimientos. Necesitará ejercitarse en hablar antes de pensar y a actuar sin pensar, en
vez de pensar y considerar cuidadosamente” lo que se dispone hacer.
Es común, que cuando aconsejo a un paciente que practique la desinhibición”
(las personas más inhibidas suelen ser las que presentan mayores objeciones, tenga que
oír cosas como estas: Es seguro que usted no cree que necesitemos hacer ejercicios
para convertirnos en sujetos absolutamente despreocupados, que no nos importe nada de
nada ni incluso los resultados de los problemas personales que consideramos más
importantes. Me parece que el mundo necesita cierta cantidad de inhibición porque, en
otro caso, viviríamos como salvajes y la sociedad civilizada experimentaría un colapso
rotundo. Si nos llegáramos a manifestar con libertad absoluta, expresando libremente
todos nuestros sentimientos, iríamos por todas partes dando puñetazos a la gente que
nos desagrada”.
Si, digo en esos casos. Usted se expresa correctamente: el mundo necesita cierta
cantidad de inhibición, pero no usted. La expresión clave es ‘una cierta cantidad’. Usted
posee tal exceso de inhibición que parece ser un enfermo que estuviera padeciendo una
fiebre de cuarenta y un grados y que dijese: ‘El cuerpo humano requiere calor para
conservarse sano. El hombre es un animal de sangre caliente y no puede vivir si
experimentar cierta cantidad de temperatura; todos necesitamos el calor, y, sin embargo,
usted me dice que debo reducir la temperatura e ignorar completamente el peligro que
representaría el no tener calor’.
El tartamudo, que es un individuo al que tienen casi inválido las tensiones
morales”, los excesos de la retroacción negativa, el análisis autocrítico y la inhibición,
privándole de la palabra en absoluto, hállase también inclinado a argüir de esta manera
cuando se le cube que debe ignorar totalmente la retroacción negativa y la autocrítica. Le
tratará, entonces, de citar numerosos proverbios, apotegmas y cosas parecidas con el
objeto de demostrarle que uno debe pensar antes de hablar, que una lengua vaga y
descuidada le habrá de producir multitud de problemas y dificultades y que uno debe
tener mucho cuidado de lo que habla y en cómo le dice porque las buenas palabras son
siempre importantes y que una palabra dicha ya no puede ser recogida. En fin, todo lo
que trata de decir es que, en efecto, la retroacción es tan útil como benéfica. Pero no
para él. Cuando llega a ignorar totalmente la retroacción negativa, debido a la impresión
que le causan las palabras dichas en voz alta las conversaciones de ‘sombra’
acompañamiento”, habla correctamente.
El recto y estrecho sendero que existe entre la inhibición y la desinhibición
Alguien ha dicho que la personalidad del sujeto inhibido y atormentado por la
preocupación tartamudea en todos sus actos.
El steadiness, el equilibrio y la armonía es lo que se necesita. En el momento en que
la temperatura asciende demasiado alto, el médico hace todo lo posible para bajarla;
cuando desciende demasiado, entonces el physician trata de hacerla subir. Si un individuo
no puede dormir lo suficiente, se le receta algo para que pueda dormir más; si duerme
mucho, entonces se le prescribe un estimulante para poderlo mantener despierto, etc. No
se trata de lo que sea mejor: una temperatura alta baja, un estado de somnolencia un
estado de vigilia. La curación” consiste en dar un gran paso en la dirección opuesta. En
esto, el principio de la cibernética torna otra vez a la imagen. Nuestro objetivo consiste
en la obtención de una personalidad completa y creadora. La senda que ha de
conducirnos a la meta deseada debe pasar por entre el exceso inhibitorio y la inhibición
escasa. Cuando hay demasiada inhibición, debemos corregir el curso que seguimos por
medio de la práctica de una mayor desinhibición e ignorando totalmente la inhibición.
Como indicar si se necesita la desinhibición
He aquí las señales de la retroacción que pueden indicarnos cuando nos hallamos
fuera de curso debido al exceso a la escasez inhibitoria:
Si el sujeto se halla constantemente metido en dificultades a causa de su extrema
confianza; si halla habitualmente los caminos por donde los mismos ángeles temen
meterse; si de manera ordinary se suele hallar metido en agua hirviente a causa de sus
impulsos y mal consideradas acciones; si el fuego cae sobre él porque siempre practica
el principio de primero hacer y preguntar después; ni nunca puede reconocer su
equivocación; si acostumbra hablar con voz recia y con lengua demasiado suelta,
entonces, lo possible es que experimente muy poca inhibición. El individuo, en este
caso, necesita pensar en las consecuencias antes de atreverse a hacer nada. Debe, con
sumo cuidado, cesar de actuar y de planear sus actividades.
No obstante, la mayoría de la gente no se clasifica dentro de la mencionada y
descrita categoría. Si el sujeto se muestra tímido entre las gentes extrañas; si teme una
situación nueva y rara; si se siente inadecuado al ambiente, demasiado preocupado,
lleno de ansiedad, se cuida en demasía de lo que piensa y dice; si se encuentra nervioso
y piensa con exceso acerca de sí mismo; si padece algunos síntomas nerviosos tales
como tics faciales, innecesarios guiños de ojos, temblores, dificultad de conciliar el
sueño; si se siente fácilmente mal en ambientes sociales; si se mantiene siempre
detrás” y toma constantemente un asiento trasero, entonces, todos estos síntomas
muestran que el individuo padece demasiadas inhibiciones y, en este caso, el sujeto se
preocupa con exceso en todo cuanto emprende, y, además, planea” demasiado. El
sujeto necesita practicar, entonces, el consejo que San Pablo dio a los efesios: No te
preocupes de nada…”
EJERCICIOS PRACTICOS: 1. No se pregunte por adelantado lo que va a decir”.
Abra la boca y dígalo sin empacho. Improvise en tanto que habla. Este consejo puede
parecer radical, pero es, en efecto, el único que obligará a todos sus servomecanismos
que operen en su propio beneficio (Jesús nos aconseja que no pensemos demasiado en
lo que vayamos a expresar si tenemos que declarar ante un jurado, ya que el espíritu nos
habrá de aconsejar, a su debido tiempo, respecto a lo que debemos decir).
2. No planee” (no piense en el mañana). No piense antes de hacer. Haga,
corrija sus actos en tanto los está haciendo. Este consejo puede parecernos demasiado
radical; sin embargo, es, en efecto, el modo en que todos los servomecanismos se ponen
a operar en nuestro propio beneficio. Un torpedo no piensa en sus errores” por
adelantado, y tampoco trata de corregírselos antes de empezar a operar, sino que
primero actúa -comienza a correr hacia el objetivo-, y luego corrige cualquier error con
que pueda enfrentarse u ocurrirle. No podemos pensar primero y hacer después” dijo
A. N. Whitehead. Desde el momento en que nacemos nos hallamos implicados en la
actividad, y sólo ésta puede guiarnos a adoptar una idea una decisión”.
three. Cese de autocriticarse. La persona inhibida se abandona continuamente al
análisis autocrítico. Luego a cada acto, por simple que sea, se cube a sí misma. Me
pregunto si debiera haber hecho eso”. Después de haberse provisto del suficiente valor
para manifestar algo, dícese inmediatamente: Puede ser que no debiera haber dicho
eso. Quizás el otro lo tome de manera errónea”. Cese de hacerse aparte todas estas
lamentaciones. La provechosa y benéfica retroacción opera subconsciente, espontánea y
automáticamente. La autocrítica, el autoanálisis y la introspección consciente es buena y
útil si se la emplea no más de una vez por año. Pero empleada día a día, momento a
momento, en la forma de un segundo y subterráneo descubridor de su propia
personalidad, desempeñando el papel de contador de sus hechos pasados cada lunes
por la mañana, entonces se convierte en un agente que indefectiblemente habrá de
llevarle a la frustración y a la derrota. Observe, pues, la autocrítica, deje que desempeñe
un tanto sus labores, pero cuídese de detenerla en seguida.
4. Fórmese el hábito de hablar mas alto de lo que acostumbra. La gente
inhibida habla notoriamente en voz baja. Procure aumentar el volumen de su voz. No
tiene tampoco por qué vocear a la gente ni emplear un tono de enfado, pero practique
conscientemente hablar un poco más alto de lo que acostumbra. La conversación en voz
alta, por sí misma, se manifiesta como poderoso desinhibidor. Mediante recientes
experimentos se ha demostrado que el individuo puede reforzar su voz en un 15% e
inclusive levantar una carga mayor si vocea, gruñe gime fuertemente mientras alza el
peso. La explicación de ello estriba en que los gritos fuertes contribuyen a la
desinhibición y permiten expresar toda la fuerza incluyendo a la que ha sido bloqueada
amarrada por las circunstancias inhibitorias.
5. Deje saber a la gente cuándo le gusta a usted. La personalidad inhibida
teme tanto expresar los buenos” como los malos” sentimientos. Si manifiesta amor,
teme ser juzgado como sentimental; si expresa amistad, teme que se le considere un
adulón y limpiachaquetas”. Si felicita a alguien, teme que éste piense de él
superficialmente sospeche algún motivo ulterior. Procure ignorar en su totalidad estas
señales de la retroacción negativa. Felicite por lo menos a tres personas distintas al día.
Si gusta de lo que alguien está haciendo, usa dice, déjeselo saber al interesado.
Hable y compórtese de manera directa. Me gusta eso, Joe”. Mary, llevas un sombrero
muy bonito”. Jim, eso me demuestra que eres una persona excelente”. Ahora bien, si
usted está casado, dígale precisamente a su esposa te quiero”, por lo menos dos veces
al día.
Capítulo Decimosegundo
Hágase sus propios tranquilizadores los cuales le ayudarán a obtener
la paz del espíritu
LAS DROGAS TRANQUILIZANTES, que se han hecho tan populares desde
hace algunos años, producen la paz espiritual, la calma y reducen eliminan los
síntomas nerviosos mediante una acción de sombrilla”. Lo mismo que un paraguas nos
protege de la lluvia, los diversos tranquilizadores levantan una pantalla física entre
nosotros y los estímulos perturbadores.
Nadie comprende totalmente cómo se las arreglan los tranquilizadores para formar
esta sombrilla”. Lo mismo que un paraguas nos protege de la lluvia, los diversos
tranquilizadores levantan una pantalla física entre nosotros y los estímulos
perturbadores.
Nadie comprende totalmente cómo se las arreglan los tranquilizadores para formar
esta sombrilla”, pero sí comprendemos por qué los mismos nos producen la
tranquilidad.
Los tranquilizadores operan mediante la enorme reducción eliminación de
nuestras propias respuestas a los estímulos perturbadores que nos llegan desde afuera.
Los tranquilizadores no alteran el ambiente. Los estímulos perturbadores se
quedan allí todavía. Aún nos mostramos capaces de reconocerlos intelectualmente, pero
no respondemos a ellos de una manera emocional.
Recuerde que en capítulo en que tratamos de la felicidad”, dijimos que nuestros
propios sentimientos no dependen de causas externas, sino de nuestras mismas
actitudes, reacciones y respuestas. Los tranquilizadores, pues, ofrecen una evidencia
convincente de este mismo hecho. Esencialmente, estos reducen la tonalidad de nuestras
super-reacciones a la retroacción negativa.
La superreacción constituye un mal hábito que debe ser curado
Vamos a suponer que mientras estamos leyendo este libro, nos quedamos
pacíficamente sentados en nuestro propio antro”. De súbito, suena el teléfono. Por
hábito y por experiencia este repiqueteo forma una indicación” estímulo que hemos
aprendido a obedecer. Sin pensarlo siquiera, ni adoptar una decisión consciente respecto
al sonido del timbre, respondemos al mismo inmediatamente. Saltamos del cómodo
sillón en que estamos sentados y salimos corriendo a atender al teléfono. El estímulo
externo ha producido el efecto de hacernos mover”. Ha alterado, pues, nuestra actitud
psychological nuestra disposición” de autodeterminar el curso de los hechos. Nos habíamos
dispuesto a pasar una hora leyendo en paz y completa calma. Nos hallábamos
interiormente preparados para ello. Ahora bien, todas nuestras disposiciones se alteraron
de repente en el momento en que nos dispusimos a responder a los estímulos externos
del ambiente.
Precisamente, el punto que deseo señalar es este mismo. Uno no tiene que
contestar al teléfono. No tenemos por qué obedecerle. Uno puede, si quiere, ignorar por
completo el timbre del aparato. Podemos, si así lo preferimos, continuar sentados en paz
y reposo manteniendo nuestro primitivo plan de disposición mediante el rechazamiento
de reaccionar a la señal que se nos ha dado. Procure captar claramente en su propio
cerebro esta imagen mental porque puede servirle de ayuda extraordinaria en el caso de
que tenga que superar la fuerza de los estímulos externos que puedan producirle
diversas perturbaciones. Contémplese sentado en calma y dejando que suene el teléfono,
ignore las señales” del aparato y no se mueva al oír la indicación de mando que el
mismo le hace. Aunque el individuo se halla consciente de lo que el aparato trata de
decirle ya que no piensa en el teléfono ni le obedece. Procure también que su mente
capte, con toda claridad, el hecho de que la indicación” exterior por sí misma no posee
ningún poder sobre su persona, ningún poder para hacerle moverse del sitio en que se
encuentra. En el pasado usted le había obedecido y había reaccionado a su llamada por
puro hábito. Usted podrá, si quiere, formarse el nuevo hábito de no reaccionar a las
demandas del aparato.
Procure advertir, también, que su abstención a la respuesta” no consistió en
hacer algo”, en esforzarse, en resistir en luchar, sino en el no hacer”, en la alteración
del descanso por el hacer”. Usted sólo guardó reposo ignorando la señal y dejándola
producirse pero sin atenderla ni en una mínima parte.
Disposiciones que se deben adoptar para adquirir la ecuanimidad
Exactamente lo mismo que obedecemos respondemos automáticamente al
timbre del teléfono, nos volvemos susceptibles -nos condicionamos”- de responder, en
cierto modo, a los diversos estímulos del ambiente en que nos hallamos.
La palabra condición” apareció en los círculos de los expertos en psicología
luego que Pavlov, mediante sus famosos experimentos, hubo logrado acondicionar” a
un perro a que salivase al oír el sonido de una campanilla, agitándola precisamente
segundos antes de alimentar al animal. Este proceso lo repitió multitud de veces el
célebre sabio. Primero, el repiqueteo de la campanilla. Unos segundos después, la
aparición de la comida. El perro aprendió” a reaccionar al tañido de la campanilla
salivando poco antes de que le fuera dado el alimento. Originalmente, la respuesta
formó el sentido. El repiqueteo de la campanilla significaba que se aproximaba el
momento de recibir la comida y el perro salivaba disponiéndose a comérsela. No
obstante, luego que el proceso se repitió numerosas veces, el perro continuó salivando
cada vez que oía tocar una campanilla, estuvieran no dispuestas las gentes que le
servían a traerle, en seguida, el alimento. El perro había llegado a convertirse en un
sujeto condicionado” a la salivación mediante el simple tañido de la campanilla. Su
respuesta no tenía sentido y no servía a ningún buen propósito, pero continuó
reaccionando del mismo modo a causa del hábito.
Existen multitud de campanillas estímulos perturbadores en las diversas
circunstancias de nuestro ambiente a las que hemos llegado a condicionarnos” y a las
que constantemente respondemos debido a los hábitos que hemos contraído, tengan no
sentido las respuestas que producimos.
Muchas personas han aprendido a desconfiar de las gentes extrañas debido a las
numerosas admoniciones que recibieron de parte de sus padres, para que no tuviesen
trato con individuos desconocidos y, sobre todo, no aceptar dulces de las manos de
éstos”, no subir a un automóvil con un extraño”, etc. La reacción de evitar a los
extraños cumple con un excelente propósito si se trata de niños pequeños, pero, sin
embargo, hay mucha gente que continua sintiéndose mal con facilidad en presencia de
cualquier sujeto desconocido, inclusive cuando saben que viene como amigo en vez de
llegar como adversario. Las gentes extrañas se convierten en campanillas” y la
respuesta aprendida se transforma en temor”, en ganas de evitarlas en deseos de
rehuirlas.
Aún hay personas que pueden reaccionar ante las multitudes, los espacios
cerrados abiertos, a los individuos revestidos de autoridad, tales como el patrón”, con
sentimientos de miedo de ansiedad. En cada uno de estos casos particulares, el espacio
abierto cerrado, el patrón, etc., desempeña el papel de la campanilla”, que advierte
hay peligro, corre, huye, siente miedo”. Y así, debido al hábito contraído, continuamos
respondiendo del modo acostumbrado. Obedecemos, pues, a la campanilla”.
Cómo extinguir las reacciones condicionadas
Podemos, sin embargo, extinguir las respuestas condicionadas si nos proponemos
practicar el reposo en vez de ejercitar la reacción. También podremos, si así lo
deseamos, lo mismo que en el caso del teléfono, aprender a ignorar el repiqueteo del
timbre y a continuar sentados calmadamente dejándole sonar”. La concept clave que
debemos llevar siempre consigo para emplearla en cualquier momento en que nos
enfrentemos a los estímulos perturbadores es la siguiente: El teléfono está llamando,
pero no tengo por qué contestar. Voy a dejarle que suene cuanto quiera”. Esta concept debe
servirle de clave en su imagen mental, ya que mediante ella, se verá sentado
tranquilamente sin responder, sin hacer nada y dejando que siga sonando el teléfono sin
prestarle atención, y ello cada vez que las circunstancias le exijan evocar esta actitud.
Si no es posible la respuesta, demórela
En el proceso de extinguir las actitudes condicionadas”, el sujeto puede
enfrentarse a diversas dificultades que le impidan, especialmente al principio, ignorar en
absoluto el rentintineo del timbre, sobre todo cuando éste suena inesperadamente. En
estos casos el individuo puede lograr el mismo resultado last -la extinción de la actitud
condicionada- adoptando el principio de la dilación de la respuesta.
Cierta mujer, a quien llamaremos Mary S., se llenaba de angustia y enfermaba
fácilmente cuando se hallaba entre grandes multitudes. No obstante, mediante la
práctica de la mencionada técnica, logró el dominio de la tranquilidad y la inmunidad,
en la mayoría de las ocasiones, contra los estímulos perturbadores. No obstante, algunas
veces, los deseos de correr y de huir le resultaron, sencillamente, imposibles de
dominar.
¿Recuerda usted a Scarlett ‘Hara en Lo que el viento se llevó?” – le pregunté.
Esta era su filosofía: ‘No quiero preocuparme acerca de eso ahora; ya tendré que
preocuparme mañana’.” Y así fue capaz de mantener su equilibrio interno y adaptarse
completamente al ambiente a pesar de la guerra, el fuego, la pestilencia y el amor no
correspondido, y todo ello mediante la demora de la relación.
La dilación de la respuesta interrumpe e interfiere el funcionamiento automático
de la actitud condicionada.
El contar hasta diez” cuando el sujeto está dispuesto a sentirse enfadado se basa
en el mismo principio y constituye un consejo estupendo: si cuenta con lentitud,
retardará de hecho la verdadera reacción y ello evitará el enfado que habría de
expresarse dando algunos soberbios puñetazos sobre la mesa del despacho. La
respuesta” de la ira consiste en algo más que en ponerse a dar gritos en sacudir
puñetazos al buró”. El sujeto no podrá experimentar el sentimiento” de la emoción, de
la ira del miedo si los músculos del mismo se hallan en perfecto reposo. Por lo tanto,
si el individuo logra retardar, durante unos diez segundos, el sentirse enfadado”, la
moratoria habrá de responder de todo y la persona afectada logrará extinguir el reflejo
automático que produce la ira.
Así, Mary S. Logró extinguir su miedo condicionado a las multitudes mediante la
detención de la respuesta. Cuando sentía que, simplemente, tenía que echarse a correr,
solía decirse: Muy bien, pero no en este mismo instante. Dejaré pasar dos minutos
antes de abandonar la habitación ¡Sólo puedo resistirme a obedecer durante dos
minutos!”
El reposo forma una pantalla psíquica produciendo un tranquilizador
Estaría bien que procurase ver claramente en su cerebro el hecho de que nuestras
emociones perturbadoras -la ira, la hostilidad, el miedo, la angustia, y la inseguridadson
producidas por nuestras propias reacciones y no por respuestas externas. Reacción
significa tensión. Carencia de respuesta indica reposo. Ha sido comprobado mediante
experimentos científicos de laboratorio que el sujeto no puede sentir en absoluto ira,
temor, angustia, inseguridad, etc., en tanto los músculos permanecen en perfecto reposo.
Todo ello representa, en esencia, a nuestros propios sentimientos. La tensión muscular
dispone a la acción” , para decirlo con otras palabras, nos prepara para que
respondamos”. La relajación de los músculos produce el reposo mental” una
pacífica actitud de calma”. De tal modo, la relajación constituye nuestro más apropiado
tranquilizador natural y forma construye una pantalla psíquica una sombrilla que nos
separa de los estímulos perturbadores.
El descanso físico, por la razón mencionada más arriba, sirve de poderoso
desinhibidor. Según vimos en el capítulo anterior, la inhibición es sólo el resultado del
exceso de la retroacción negativa, mejor aún, nuestra tremendous-reacción a la retroacción
negativa. La relajación indica que no hay reacción. Por consiguiente, con la práctica
diaria del reposo uno no sólo aprende a desinhibirse sino también a proveerse del
tranquilizador que elabora la propia naturaleza de la persona y la cual debe acompañar
al sujeto en cada una de sus cotidianas actividades. Protéjase, pues, de los diversos
estímulos perturbadores procurando mantenerse en permanente actitud de reposo.
Constrúyase en su propio cerebro una sala de reposo”
Los hombres buscan diversos lugares a donde poder retirarse: casas en el campo,
en las playas y en las montañas; y tú estás demasiado acostumbrado a desear tales
cosas”, decía Marco Aurelio. Mas ello es sólo una muestra del carácter de los hombres
más comunes, porque está en tu poder el que puedas retirarte dentro de ti mismo.
Porque no hay nada que nos calme y libere mejor de nuestras inquietudes cuando el
hombre se retira dentro de su propia alma, particularmente cuando siente dentro de él
tales concepts que al mirarse dentro de sí se halla inmediatamente en perfecta calma; y yo
afirmo que la tranquilidad no es otra cosa que el buen ordenamiento de la mente. Busca
tu retiro constantemente en ti mismo y renuévate…” (Meditaciones de Marco Aurelio).
En los últimos días dela II GuerraMundial alguien, en todo de comentario, dijo al
Presidente Harry Truman que parecía haber soportado el presión y la tirantez del poder
mejor que ningún otro de los presidentes anteriores; que las funciones que había
desempeñado no parecían haberle envejecido” minado la vitalidad, y que ello
resultaba bastante notable teniendo en cuenta, sobre todo, los diversos y tremendos
problemas a que tuvo que enfrentarse como presidente de tiempos de guerra. A lo cual
Truman contestó: Tengo una cueva de zorro en mi mente”. Prosiguió diciendo que lo
mismo que el soldado se refugia en su chabola para protegerse, descansar y recuperarse,
él también se retiraba periódicamente a su propia chabola mental donde no permitía que
nada le molestase.
La Cámarade liberación de presiones
Cada uno de nosotros necesitamos un compartimiento tranquilo dentro de nuestra
propia mente igual a las profundidades del mar que nunca son perturbadas por el oleaje
ni el movimiento de las aguas, estén como estén éstas de agitadas en la superficie.
Este calmado espacio mental, que nos construimos con la propia imaginación,
opera como una cámara de liberación de las presiones mentales y emotivas. Esta libera
al sujeto de las tensiones, las preocupaciones, las violencias y los esfuerzos, la refresca
y le capacita para retornarle a su trabajo cotidiano y a acoplarse mejor con el mundo.
Creo firmemente que cada personalidad posee algún centro calmado dentro de ella
misma, el cual nunca siente las perturbaciones y es inamovible lo mismo que el punto
matemático del centro exacto de la rueda que permanece estacionario. Lo que
necesitamos haber es hallar este centro lleno de paz, que existe dentro de nosotros, y
retirarnos al mismo con el objeto de descansar, recuperarnos y renovar nuestro vigor.
Una de las recetas más valiosas que haya dado nunca a mis pacientes consiste en
la recomendación de que aprenda a retornar, de vez en cuando, a este centro lleno de
calma balsámica. Ahora bien, uno de los mejores medios que he descubierto para entrar
a esta región pacífica consiste en que nos construyamos en la imaginación un pequeño
gabinete psychological. También debemos amueblar esta habitación” con cualquiera de los
elementos que más contribuyan al descanso y al refrescamiento de la persona: quizás
unos hermosos paisajes, si gusta de la pintura; un volumen de poemas favoritos, si le
gusta la poesía. Los colores de las paredes deben ser los que le produzcan mayor placer,
pero debieran seleccionarse entre los que mayor grado contribuyen al logro del reposo:
azul, gris claro, dorado, amarillo. El lugar de retiro es sencillo y está amueblado
simplemente y no existen en el mismo, elementos que distraigan al sujeto. Se halla muy
limpio y todo permanece en perfecto orden. La simplicidad, la calma y la belleza
constituyen las claves definitivas para el logro de lo que nos proponemos. Al través de
la pequeña ventana, el individuo puede contemplar una hermosa playa. Las olas ruedan
de allá para acá y de aquí para allí, mas el sujeto no puede oírlas ya que el pequeño
gabinete de retiro está muy tranquilo y es muy silencioso.
Ponga tanto cuidado en la construcción de este gabinete imaginativo como
pondría en la construcción de una verdadera casa. Trate de mostrarse profundamente
acquainted con cada uno de los detalles.
Disfrute a diario de una pequeñas vacaciones
En cualquier día que disponga de unos instantes de sombra, entre dos citas, al ir
en autobús, etc., retírese a su pacífico gabinete”. En el mismo minuto en que comience
a sentir una tensión de cualquier clase, se sienta con prisa lleno de ansiedad, retírese,
por unos segundos, a su habitación” en la que reina la calma. Por pocos que sean los
minutos que emplee de esta manera en un día muy agitado, éstos le recompensarán con
creces. Piense que no es tiempo perdido, sino tiempo que invierte en su propio
beneficio. Dígase; Voy a descansar un momento en mi tranquilo gabinete”.
Luego, procure verse en su imaginación cómo asciende las escaleras que le
conducen a su habitación. Dígase: Ahora estoy subiendo las escaleras; ya abro la
habitación. Bien; ya me encuentro adentro del gabinete”. Procure tomar nota
imaginativamente de todos los detalles de quietud y de descanso que hay en el mismo.
Véase sentándose en un sillón favorito, en maravilloso descanso y en paz con todo el
mundo. Su habitación es segura. Nadie le podrá tocar mientras usted se halla allí. No
existe, pues, nada por qué preocuparse. Usted dejó sus preocupaciones al pie de la
escalera. Aquí no hay decisiones que adoptar ni nada que dé prisa ni le moleste.
Todos necesitamos cierta dosis de escapismo
Sí, esto es escapismo”. También el sueño lo es. Llevar un paraguas cuando llueve
también es escapismo”. La construcción de una verdadera casa que ha abrigarnos
contra las inclemencias del tiempo es la misma cosa. También lo es la decisión de
tomarse unas vacaciones. Pero, ciertamente, nuestro sistema nervioso necesita de cierta
dosis de escapismo. Necesitamos alguna libertad y cierta protección contra el continuo
bombardeo de los estímulos externos. Tenemos necesidad de unas vacaciones anuales
para vaciarnos” físicamente de las viejas escenas, los viejos deberes y las viejas
responsabilidades. Todo ello tenemos que enviarlo de vez en cuando al viento al
mismísimo diablo”.
Tanto su alma como su sistema nervioso necesitan un gabinete de descanso, un
gabinete en donde pueda recuperar y proteger cada pedazo de ellos exactamente lo
mismo que su cuerpo físico necesita de una casa actual por razones idénticas. El gabinete
psychological le ofrece a su sistema nervioso un breve descanso cada día. Por un momento
usted se vacía” de todas sus obligaciones de trabajo, de sus responsabilidades,
decisiones y presiones, y todo ello lo manda mentalmente al viento, mediante el sencillo
procedimiento de retirarse a su cámara” de reposo.
Los cuadros mentales impresionan al mecanismo automático mucho mejor que las
palabras. Especialmente si esos cuadros contienen un fuerte sentido simbólico. Uno de
los grabados mentales que ha hallado más efectivo es el siguiente:
En una visita que hice a Yellowstone National Park, hallábame esperando
pacientemente a que el géiser Outdated Trustworthy” arrojase una bocanada de vapor, lo que
suele suceder, aproximadamente, en intervalos de una hora. De súbito, el géiser eruptó
una gran masa de silbante vapor igual que una gigantesca caldera en la que hubiese
reventado su válvula de seguridad. Un niño pequeño que permanecía cerca de mí,
preguntó, entonces, a su padre: ¿Por qué hace eso?”
Mira”, le dijo el padre. Yo creo que la vieja Madre Tierra es igual que cada uno
de nosotros. Forma una cierta cantidad de vapor, y una vez a cada rato tiene que soltar
el sobrante con el objeto de conservarse en buen estado de salud”.
¿No sería maravilloso, pensé, entre mí, si los seres humanos pudiésemos soltar
el vapor” sin daño alguno, lo mismo que el géiser, cuando las presiones emocionales se
forman dentro de nosotros?
No poseía un géiser ni tampoco una válvula de vapor encima de mi cabeza, pero sí
tenía mi propia imaginación. Así que comencé a emplear este cuadro mental cuando me
retiraba a descansar a mi gabinete mental de reposo. Tendría, pues, que recordar el
géiser Outdated Trustworthy” y formarme un cuadro psychological del momento en que la presión del
vapor emotivo daba salida a éste, por la punta de mi cabeza, para evaporarse sin daño
alguno. Procure probar este cuadro en el momento en que se sienta cansado tenso.
Ambas concepts de soltar el vapor” y de soltarlo por la punta de la cabeza” pueden
presentarle estupendas asociaciones con las características de su propia maquinaria
mental.
Limpie” su mecanismo antes de tratar de resolver un nuevo problema
Si va usted a emplear una máquina de sumar un computador electrónico, debe
quitar” de la máquina los problemas anteriores antes de tratar de solucionar uno nuevo.
De otra manera, algunas partes del viejo problema de la antigua situación, penetrarán
en la nueva circunstancia y habrán de producir una respuesta errónea.
Este ejercicio de retirarse por breves instantes a su gabinete de reposo puede
realizar en su mente la misma clase de limpieza” de su mecanismo del éxito, y, debido
a esta razón, es muy útil que lo practique entre las diversas tareas, situaciones
ambientes que requieren diferentes modos, ajustes tendencias mentales.
Ejemplos comunes de las preocupaciones que uno lleva consigo” de los
sentimientos de culpabilidad que deben limpiarse” de la máquina mental son los
siguientes:
Un ejecutivo de negocios lleva consigo a su casa las preocupaciones y el mal
humor producidos por la jornada de trabajo. Durante todo el día se ha sentido como
cogido en una trampa”, ha sentido impulsos de apresuramiento y como algo que le
empujaba para que se pusiese a andar”. Quizás haya experimentado un poco de
frustración que le ha obligado a mostrarse irritable. Cesó de trabajar físicamente cuando
marchó a casa. No obstante, lleva consigo a su hogar un residuo de frustración,
agresividad, prisa y preocupaciones. Todavía siente impulsos de seguir trabajando y no
puede reposar. Se irrita con su esposa y la familia. Aún piensa en los problemas de la
oficina aunque, por otra parte, no puede hacer nada acerca de ellos.
El insomnio y la rudeza son producidos frecuentemente por las emociones no
superadas que el sujeto lleva aún consigo
Mucha gente suele irse a dormir cargada de preocupaciones cuando lo mejor sería
que fuese a descansar. Mental y emocionalmente, está intentando todavía hacer algo
acerca de una situación determinada a una hora en que el hacer” es absolutamente
impropio.
Durante todo el día hemos estado necesitando diversos tipos de organización
mental y emotiva. El sujeto requiere entonces un humor” y una disposición mental
distinta para conversar con su jefe con un cliente. Ahora bien, si el individuo ha
estado hablando con un cliente airado e irritable, necesita cambiar su disposición de
humor” antes de ponerse a hablar con un segundo cliente. De otra manera, la carga
emocional” que todavía lleva consigo será completamente impropia al tratar con la otra
persona.
En una gran compañía se averiguó que los ejecutivos de la misma contestaban al
teléfono, sin conocer al interlocutor, con tonos duros, agrios e irritados. El timbre del
teléfono repiqueteaba en medio de una junta bastante violenta, de la cual saltaba el
ejecutivo sumido en sus sentimientos de frustración y hostilidad, y, por una u otra razón,
ofendía al inocente interlocutor con su tono de voz hostil y enfadado. Esta compañía
ordenó, entonces, a todos sus ejecutivos que hicieran el favor de detenerse unos cinco
segundos y sonreír antes de recoger el auricular.
Las emociones no superadas como causa de accidentes
Las compañías de seguros y otras agencias que investigan las causas de los
accidentes han descubierto que muchos de los accidentes automovilísticos se deben a las
emociones no superadas. Por ejemplo, si el conductor acaba de tener una agria disputa
con su patrón con su esposa y ha experimentado cierta dosis de frustración bien
acaba de abandonar una situación que exigía un comportamiento agresivo, es muy
possible que sufra un accidente. Se siente lleno de emociones incontroladas y
manifiesta actitudes que resultan absolutamente inadecuadas para el hecho de conducir
un vehículo. En realidad, no está enfadado con los otros choferes. Hállase en situación
parecida a la del hombre que en la mañana despierta de un sueño en el cual ha
experimentado un acceso de ira violenta. Percibe, sin embargo, que la injusticia que se
cebó con él no se manifestó más que en el sueño. ¡Pero todavía se siente enfadado! ¡Y
eso es todo!
El estado de temor puede prolongarse en nuestros ánimos de manera parecida.
El estado de calma y serenidad también podemos prolongarlo
Ahora bien, el objeto optimista que también debemos conocer acerca de todo esto
consiste en que la amistad, el amor, la paz, la quietud y la calma también son emociones
que podemos prolongar en nuestros ánimos.
Es imposible, como ya hemos dicho, experimentar sentir temor, ira angustia
cuando nos hallamos en completo reposo, quietud y equilibrio. El retirarse entonces a su
gabinete de descanso contribuirá a una limpieza preferrred de su mecanismo con respecto a
las diversas emociones y estados de humor. Las viejas emociones se evaporan y
desaparecen. Al mismo tiempo, el sujeto ha de experimentar la calma, la paz y un estado
de bienestar que ha de prolongarse a las actividades que sigan de inmediato. Ese período
de quietud habrá de lavar la pizarra, por así decirlo, limpiará la máquina y le
proporcionará una nueva página limpia para el ambiente que ha de seguir a ello.
Yo mismo suelo practicar los períodos de reposo” inmediatamente antes y
después de someter a un paciente a una operación quirúrgica. La cirugía requiere un alto
grado de concentración, calma y autodominio. Por otra parte, sería desastroso, en el
momento de una operación, convertirse en víctima de los impulsos de la prisa, la
agresividad y de los sentimientos de preocupaciones personales. Por consiguiente,
procuro limpiar mi maquinaria mental trasladándome por unos cuantos minutos a mi
imaginado gabinete de reposo” donde procuro aquietar todas mis tribulaciones. Pero, al
contrario, el alto grado de concentración, de resolución y abstracción, que son tan
necesarios en la circunstancia de una operación quirúrgica, serían totalmente impropios
en una nueva situación social, si ésta tuviera que consistir en una entrevista en mi
consultorio en la asistencia un gran baile. Así, pues, luego de haber hecho una
operación, también suelo gastar un par de minutos en retirarme a mi gabinete de reposo,
para limpiar las mesas, por así decirlo, y dejarlas listas para un nuevo tipo de acción.
Hágase sus propias sombrillas psíquicas
Mediante la práctica de las técnicas que presento en este capítulo, el sujeto podrá
hacerse sus propias sombrillas” psíquicas, las cuales deber ser a manera de pantallas
que habrán de alejarle de los diversos estímulos perturbadores, proporcionándole mayor
paz de espíritu y capacitándole para que pueda desempeñarse mejor en la vida.
Por encima de todo, procure mantener in mente””, y persista golpeando”
durante sobre ello en casa, que la clave del asunto para que el individuo se sienta
tranquilo turbado, temeroso en equilibrio, no consiste en los estímulos externos,
sean éstos cuales fueren, sino en sus propias respuestas y reacciones. La respuesta
propia es, pues, lo que le hace a uno sentirse temeroso, lleno de angustia e inseguro. Si
no responde en absoluto y deja que el timbre del teléfono continúe repiqueteando”,
será imposible que se sienta usted perturbado, independientemente de lo que esté
aconteciendo a su alrededor. Sé como el promontorio sobre el que las olas rompen
continuamente, pero ten en cuenta que aquél permanece firme y detiene la furia de las
aguas que se abaten a su alrededor”, dijo Marco Aurelio.
El Salmo ninety one constituye un vívido cuadro oral del hombre que experimenta
sentimientos de salvación y de seguridad en el mero centro de los terrores de la noche,
de las flechas que vuelan por el día, de las plagas, las intrigas, las trampas de los
enemigos, los peligros (cayeron diez mil a su lado), a causa de que había encontrado el
lugar secreto” dentro de su propia alma y allí permanecía inamovible -ello es, el sujeto
no reaccionaba ni respondía emocionalmente a las campañas que anunciaban el espanto
de que había sido hecho presa el ambiente en que se encontraba-. Emocionalmente,
ignorábalos por completo, así como William James recomendó la ignorancia total del
mal y de los acontecimientos y hechos” desgraciados con el objeto de que podamos
preservar la felicidad, y lo mismo que James T. Mangan recomienda la ignorancia complete
de las situaciones adversas que se produzcan en nuestro ambiente para que podamos
sentirnos en perfecto equilibrio.
El sujeto es fundamentalmente actor” y no receptor”. A través de todo este libro
hemos hablado constantemente acerca de la conveniencia de reaccionar y responder con
propiedad a los diversos factores con que tengamos que enfrentarnos en cualquiera de
los ambientes en que nos hallemos. El hombre, sin embargo, no es originalmente
preceptor” sino actor”. No sólo debemos reaccionar y responder, de una u otra
manera, a cualquiera de los factores ambientales que se nos puedan presentar de la
misma forma que un barco que sigue el camino al que le impulsa el viento. Como seres
que perseguimos objetivos determinados, lo primero que tenemos que hacer es
ACTUAR. Nos proponemos nuestra propia meta y determinamos el curso de la misma.
Luego, dentro de la idea estructural de la persecución del fin, tenemos que responder y
reaccionar adecuadamente, ello es, de una manera que haya de servirnos para el
progreso ulterior que ha de llevarnos a la meta perseguida.
Al responder y reaccionar a la retroacción negativa no tenemos que proseguir
bajando el camino” que lleva a la meta – que sirve a nuestros fines-, ya que no hay
que responder a nada en absoluto. Ahora bien, si una respuesta de cualquier clase nos
desvía de la ruta u opera contra nosotros, entonces debemos cortar de inmediato la
respuesta, ya que el no responder” constituye, en este caso, la respuesta apropiada.
El estabilizador de las emociones
En casi cada una de las situaciones que se forman cuando perseguimos una meta,
nuestra propia estabilidad interior constituye, por sí misma, un importante objetivo que
debemos mantener. Debemos mostrarnos sensibles a los datos de la retroacción negativa
que nos anuncian cuando nos desviamos de la ruta, de tal forma que podamos cambiar
la dirección para proseguir acertadamente nuestro camino. Pero, al mismo tiempo,
debemos conservar nuestro propio barco” a flote y estabilizarlo. Nuestro barco no debe
tropezar con las rocas quizás hundirse por la acción de cualquier ola que encuentre al
paso ni tampoco por las tempestades más serias con que tenga que enfrentarse. He aquí
lo que cube Prescott Lecky: Debemos mantener la misma actitud sean como fueren los
cambios que se produzcan en el ambiente”.
La disposición de dejar que suene el teléfono” es una actitud psychological que
contribuye a mantener nuestra estabilidad. Esta nos ayuda a no tropezar con nada, a no
ser desviados de la ruta destrozados por cualquier ola arrecife que haya en nuestro
ambiente.
Cese de luchar con los hombres de paja”
Otro tipo de respuesta inadecuada que nos produce preocupaciones, inseguridad y
tensión, lo constituye el mal hábito de tratar de responder emocionalmente a algo que
sólo existe en nuestra imaginación. No satisfechos con responder solamente a los
verdaderos estímulos menores de un ambiente real, muchos de nosotros creamos
hombres de paja en nuestras propias imaginaciones y lo peor es que respondemos
emocionalmente a estos cuadros imaginativos. Además de las circunstancias negativas
que realmente existen en el ambiente, nos imponemos aún las creadas por nosotros
mismos: Puede acontecer esto lo otro; qué pasaría si sucediera eso, and so on. En el
momento en que nos sentimos preocupados solemos formar cuadros mentales -cuadros
mentales adversos de lo que puede existir en el ambiente de lo que puede acontecer-.
Entonces, respondemos a estos cuadros negativos como si fueran reales. Recuerde que
su sistema nervioso no puede notar la diferencia que existe entre una experiencia actual y
otra imaginada vívidamente.
El no hacer nada” es la respuesta apropiada a un problema inexistente
Torno a repetirlo, el sujeto puede conquistar la tranquilidad contra esta clase de
perturbaciones no por lo que haga sino por lo que no haga, es decir, negándose a
responder. En tanto como concierne a las emociones, la respuesta adecuada a los
cuadros de preocupaciones imaginadas consiste en expresar hacia los mismos una
ignorancia complete. Viva emotivamente el momento presente. Analice el ambiente en que
se desenvuelva -hágase más consciente en todo lo que respecta, de manera real, a su
ambiente- y procure responder y reaccionar al mismo en forma espontánea. Con el
objeto de hacerlo así, el individuo tiene que prestar toda su atención a lo que está
haciendo ahora. Usted tiene que mantener puesto el ojo en la pelota. Entonces, su
respuesta será apropiada y no tendrá tiempo de notar lo falso de reaccionar a ningún
ambiente ficticio.
El primer marco de ayuda
El llevar constantemente consigo estas ideas es una especie de primer marco de
ayuda:
Cualquier conmoción interna – sea, lo opuesto a la tranquilidad- prodúcese, casi
siempre, debido a una tremendous-respuesta, esto es, a una reacción de alarma” demasiado
smart. Ahora bien, cuando el sujeto crea dentro de sí un tranquilizador” -una
pantalla psíquica entre el ser interno y los estímulos perturbadores- y se ejercita en la
no respuesta”, deja siempre que el teléfono continúe sonando”.
El individuo, mediante este procedimiento, cura sus viejos hábitos de superreacción”,
y extingue los viejos reflejos condicionados, cuando practica el hábito de
dejar hacer” dejar pasar”, el cual es automático y consiste en la respuesta
inconsciente.
El reposo constituye nuestro propio tranquilizador” natural. Ahora bien, el
reposo estriba en la carencia de reacción. Aprenda, pues, a conquistar el reposo físico
mediante la práctica cotidiana. Luego, cuando necesite practicar la carencia de reacción
en las actividades diarias haga precisamente lo que está haciendo” en tanto descansa.
Emplee la técnica del gabinete de reposo” mental como su tranquilizador
cotidiano con el objeto de tonalizar sus reacciones nerviosas y de limpiar su mecanismo
emocional de las emociones que carga consigo y que resultarían inadecuadas en
cualquier nueva situación con que tenga que enfrentarse.
Cese de producirse espantos de muerte con sus propias figuraciones. No continúe
luchando contra los hombres de paja las fantasmagorías. Responda emocionalmente a
lo que es en realidad, aquí y ahora, e ignore el resto de las cosas.
EJERCICIO PRACTICO: Prodúzcase en su imaginación un vívido grabado
psychological de su propia persona en el que se vea sentado pacíficamente, en completa
quietud, dejando que suene el timbre del teléfono en la misma forma en que hemos
señalado anteriormente en este mismo capítulo. Luego, procure transportar consigo” en
sus actividades diarias esta misma actitud llena de paz, inamovible y equilibrada,
mediante el procedimiento de evocar el grabado mental descrito. Dígase: Voy a dejar
que suene el teléfono”, en cualquier momento que estuviese tentado de obedecer”
responder a alguna alarma de temor de ansiedad. Inmediatamente después, emplee su
imaginación en los ejercicios correspondientes a las diversas situaciones en que
encuentre necesario el uso de la carencia de reacción”: véase, entonces, sentado
pacíficamente y sin hacer ningún movimiento mientras un colega suyo disparata y
sueña. Véase cumpliendo sus tareas diarias una por una, y todo ello con calma, mesura y
sin prisa alguna, independientemente de las presiones propias con que le trate de apresar
un día lleno de actividad febril. Véase manteniendo la misma constante y estable
compostura a pesar de las diversas alarmas de la prisa” y las alarmas de presión” que
puedan presentársele en el ambiente. Véase en las diversas situaciones que le llegaban a
irritar en el pasado, pero tenga en cuenta que HOY debe quedarse usted guardando una
sola compostura llena de calma y de equilibrio, y que no va intentar responder a nada
que le perturbe.
El termostato espiritual
Su cuerpo físico posee un termostato interno autoconstruido. Este es un servomecanismo
que mantiene constantemente su temperatura interna a treinta y seis grados
y medio y jamás tiene en cuenta la temperatura que reina en el ambiente. El tiempo que
hace a su alrededor puede ser sumamente frío, supongamos de unos quince grados bajo
cero. No obstante, su cuerpo mantiene su propia temperatura: treinta y seis grados y
medio constantemente. Sin embargo es capaz de funcionar con absoluta propiedad en el
ambiente en que se encuentra a causa de que no toma para sí el clima que reina en su
derredor. Sea cálido frío, haga frío calor, el cuerpo continúa manteniendo su propia
temperatura.
El sujeto también posee un termostato espiritual interno, construido por él mismo,
que le capacita para que pueda mantener un clima y atmósfera emocionales constantes a
pesar del tiempo EMOCIONAL que le circule. Mucha gente no suele hacer empleo de
este termostato espiritual debido a que no saben que lo poseen; no saben que este género
de cosas sea posible y tampoco logran comprender que no tienen por qué recoger para sí
el clima externo. Además, el termostato espiritual es precisamente tan necesario para la
salud emotiva y el bienestar psíquico como el termostato físico lo es para preservar la
salud del cuerpo. Comience, pues, a usarlo ahora mismo empleando las técnicas que le
describo en el presente capítulo.
Capítulo Decimotercero
Como transformar una disaster en una oportunidad creadora
Conozco a un joven jugador de golf que mantiene todo el tiempo un estupendo
récord de tiros acertados y, sin embargo, no le hace así mismo con sus amigos, en
pequeños torneos en que las apuestas son bajas, su juego es magnífico. No obstante,
cuando participa en un gran torneo su juego se deteriora lamentablemente. En el léxico
de los jugadores de golf se cube que la tensión se adueña del individuo”.
Muchos pitchers” de béisbol muestran dominio de la puntería hasta que se
encuentran en una situación en que los tiros son bajos”. Luego se atoran”, se pierden
el dominio de sí mismos y parece que no poseen ninguna habilidad.
Por otra parte, no son pocos los atletas que tienen mejor actuación cuando se
sienten dominados por diversas presiones. Las circunstancias por sí mismas parecen
proporcionarles mayor fuerza, más potencia y mayor habilidad.
La gente que se domina mejor en situaciones de crisis
Por ejemplo, John Thomas, el saltador dela Universidadde Boston que rompió el
récord del salto de altura, suele actuar mejor en los certámenes de competición que en la
práctica. En el mes de febrero del año 1960, Thomas estableció un nuevo récord
mundial, dándole una ventaja en los Estados Unidos al ejecutar un salto de7 piesy una
y media pulgadas. El anterior salto, en el que había alcanzado mayor altura, fue de 6
pies y nueve y cuatro pulgadas.
No se llama siempre al jugador de béisbol que tiene el más alto promedio de
tantos a la esquina. El manager cambia frecuentemente al hombre que posee el más alto
porcentaje de golpes correctos por el jugador que es conocido como el de mejor
agarre”.
Cierto vendedor, por ejemplo, puede hallarse desconcertado cuando se le presenta
un magnífico negocio, y, en ese momento, le desaparecen todas sus habilidades. Otro
vendedor, bajo las mismas circunstancias, puede vender con la cabeza”, y el desafío al
que le expone la situación suele despertarle ciertas capacidades que el hombre no posee
de ordinario.
No son pocas las mujeres que se muestran encantadoras y graciosas cuando
hablan con una sola persona charlan en un pequeño grupo de gente, pero se
desconciertan y se sienten como atadas” en una cena formal en alguna otra gran
reunión de carácter social. Por otra parte, conozco a una joven señora que se siente
completamente dueña de sí solamente al recibir el estímulo de las grandes reuniones
sociales. Si uno cena con ella sola, suele encontrarla bastante ordinaria. Sus rasgos, en
realidad, no resultan especialmente atractivos. Su personalidad, entonces, se inclina a la
de la easy mujer de su casa. Pero toda ella se transforma cuando acude a una reunión
importante. El estímulo de la ocasión le despierta y trae a la vida” un algo que
permanecía oculto dentro de ella. Sus ojos adquieren un nuevo brillo. La conversación
de mi amiga se hace entonces aguda y encantadora. Inclusive sus rasgos faciales
parecen haber experimentado una profunda transformación y uno mismo empieza a
pensar que es una mujer hermosa.
Hay también estudiantes que se comportan maravillosamente bien en sus trabajos
de clase cotidianos, y, sin embargo, llegan a azorarse tanto en los días de exámenes que,
en esas ocasiones, sienten como si se les hubieran limpiado las mentes por completo.
Hay, por otra parte, un tipo contrario de estudiante: aquel que se muestra común y
ordinario en los días de clase y, no obstante, resulta brillantísimo el los exámenes más
importantes.
El secreto del jugador que apuesta dinero
La diferencia entre todas estas personas no consiste en las cualidades inherentes a
algunas de ellas y a otras no. Esto tiene que ver mucho más con la actitud de cómo
hayan aprendido a reaccionar a las diversas situaciones de disaster.
La crisis” consiste en una situación que puede contribuir a desarrollar mejor las
aptitudes del individuo a destruirle. Si el sujeto reacciona adecuadamente a la
situación, la crisis, entonces, podrá proporcionarle fuerza, poder y un juicio que no
posee de ordinario. Ahora bien, si éste reacciona de manera impropia, la crisis podrá
sustraerle toda su capacidad, ante las aptitudes de dominio y las habilidades a que está
acostumbrado.
Al individuo que recibe en el lenguaje deportivo el nombre de jugador de
dinero”, el sujeto que apuesta, ya sea en los deportes, los negocios en las actividades
sociales -la persona que extiende sus manos más directamente hacia la presa-, el sujeto
que piensa y actúa de mejor manera, azuzado por el estímulo, es, invariablemente, un
individuo que ha aprendido, ya sea consciente inconscientemente, a reaccionar bien a
las diversas situaciones de crisis en que suele encontrarse.
Con el objeto de comportarnos bien en una disaster dada, necesitamos: 1) aprender a
obtener ciertas aptitudes para no ser superados por la disaster; luego, necesitamos practicar
sin dejarnos someter a la presión de las circunstancias. 2) Necesitamos aprender a
reaccionar a una disaster adoptando una actitud de agresividad más bien que una actitud de
defensa. Con el objeto de responder al desafío de la situación, más que a la amenaza de
la misma, tenemos que guardar en la mente nuestra meta positiva. 3) Necesitamos
aprender a valorizar en sus verdaderas perspectivas las así llamadas situaciones de
crisis”, con el objeto de no hacer montañas de las pequeñas colinas reaccionar como
si cada pequeño desafío fuera a constituir un asunto de vida muerte.
1. La práctica sin tensión
Aunque podamos aprender de prisa, no podemos aprender bien en situaciones de
crisis”. Arroje a un hombre que no sepa nadar a un lugar en que el agua le cubra la
cabeza, y la crisis, por sí misma, quizás le proporcione capacidad suficiente para que
nade” y pueda salvarse. Aprende rápidamente y se las arregla para poder nadar de algún
modo. Pero así no podrá aprender nunca a convertirse en un campeón de natación. La
ruda manera de nado que ha empleado para salvarse se le queda fija”, y será muy
difícil, para ese sujeto, aprender mejores métodos de natación. Debido a su ineptitud,
este sujeto puede perecer en una disaster real en la que se requiera nadar grandes
distancias.
El Dr. Edward C. Tolman, dela Universidadde California, psicólogo y
especialista de la rama científica que se dedica a la observación dela conducta y
comportamiento de los animales, manifiesta que tanto los animales como los hombres
se forman mapas cerebrales” mapas cognoscitivos” del ambiente en que viven
mientras se hallan aprendiendo”. Si las motivaciones de los mismos no son demasiado
intensas y si la crisis presente en la situación del aprendizaje no es excesiva, entonces,
estos mapas son amplios y generales. Si el animal es tremendous-sensible, el mapa
cognoscitivo es estrecho y restringido. Aprende, pues, una sola manera de solucionar
sus problemas. En el futuro, si acontece que esta manera experimenta algún
impedimento, el animal se sentirá frustrado y no atinará a discernir los modos
desviaciones alternativas que se le ofrezcan. Cultiva, pues, una sola respuesta” corta y
seca, preconcebida, y tiende a perder la capacidad de reaccionar espontáneamente a una
nueva situación. No puede improvisar y solamente logra seguir un plan preestablecido.
La tensión retarda el aprendizaje
El doctor Tolman llegó a la conclusión de que si a las ratas se les hubiese
permitido aprender y practicar en condiciones sin crisis, el comportamiento de las
mismas sería excelente en una disaster. Por ejemplo, si a las ratas se les hubiera permitido
vagar por todas partes a plena voluntad y a explorar un laberinto estando bien
alimentadas y después de haber satisfecho la sed, parecería que no habría aprendido
nada. Ahora bien, si luego estas ratas fueran colocadas en el mismo laberinto estando
hambrientas, mostrarían que habían aprendido muchísimo ya que las veríamos dirigirse
rápida y eficientemente hacia la misma meta. El hambre habría enfrentado a estas
mismas ratas entrenadas con una disaster a la que reaccionaría perfectamente.
Las otras ratas, que fueron forzadas a aprender a andar por el laberinto en una
disaster de hambre y sed, es seguro que no lo habrían hecho tan bien. Experimentarían
ciertas supermotivaciones y sus mapas cerebrales” habíanse hecho demasiado
estrechos. Cuando sólo existe una ruta correcta para alcanzar el objetivo, ésta se hace
fija”. Si esta ruta, pues, hubiera experimentado algún bloqueamiento, las ratas se
habrían sentido frustradas y hubieran y hubieran tenido una gran dificultad para poder
hallar otra nueva.
Cuanto más intensa sea la situación de disaster bajo la cual estamos aprendiendo,
aprenderemos menos. El profesor Jerome S. Bruner, dela Universidadde Harvard,
entrenó a dos grupos de ratas a que pasasen por un laberinto para que pudiesen llegar a
conseguir la comida. Uno de los grupos, el cual había estado sin comer durante doce
horas, aprendió a pasar el laberinto después de seis intentos. El segundo grupo, que no
había comido hacia más de treinta y seis horas, aprendió el camino luego de haber
hecho más de veinte intentonas.
Los ejercicios de incendios enseñan a asimilar la conducta de crisis en
situaciones en que las disaster no existen
La gente reacciona del mismo modo. Las personas que han tenido que aprender a
escapar de un edificio incendiado requirieron normalmente someterse a dos intentos
para hallar la salida adecuada, exactamente lo mismo que hubiesen tardado en el caso de
no haber habido fuego. Pero, algunos individuos no aprenden en absoluto a hallar el
camino de escape. La supermotivación les interfiere los procesos de razonamiento. El
mecanismo automático de las reacciones queda paralizado por el exceso de esfuerzo
consciente. Algo parecido al temblor de la ansiedad de hacer” aparece entonces, y ello
hace perder al sujeto la capacidad de pensar con claridad. Aquellos otros individuos que
se las arreglaron para escapar de cualquier manera” del edificio incendiado ha
aprendido la estrecha respuesta prefijada”. Pónganles en un edificio distinto, alteren
ligeramente las circunstancias, y reaccionará tan mal la segunda vez como reaccionaron
en la primera.
Ahora bien, tomemos a esta misma gente y hagámosle practicar un ejercicio de
escapar del incendio” en circunstancias en que no haya fuego. Debido a que no existe en
el ambiente nada que les amenace, no habrán de experimentar tampoco la influencia del
exceso de la retroacción negativa para que les interfiera el proceso de pensar claramente
de conducirse con absoluta corrección. Practicarán, entonces, la salida del edificio con
toda calma, eficiencia y compostura. Luego que hayan practicado este ejercicio una
serie de veces, estarán preparados para comportarse del mismo modo en el momento en
que se produzca un verdadero incendio. Además, habrán aprendido algo acerca de cómo
escapar de un edificio que se está incendiando y también sabrán adaptarse a cualquier
otra circunstancia en que se produzca un desastre de distinta índole. Los músculos, los
nervios y los cerebros de estas personas habrán memorizado un mapa” más amplio,
versatile y de carácter más common que el anterior grupo de individuos. La actitud de
calma y de pensar con claridad habrá devenido natural entre estos individuos, gracias a
los ejercicios prácticos de actuación en una circunstancia supuesta, al enfrentarse al
hecho actual de un verdadero incendio. No se sentirán impulsados a producirse con una
respuesta rígida, sino que serán capaces de modificar y mejorar las reacciones
aprendidas para poder reaccionar espontáneamente” ante cualquier circunstancia
situación que pueda presentárseles.
La conclusión que sigue a lo que hemos dicho es obvia, ya se trate de razones de
hombres: Practique los ejercicios que se proponga cuidando apartar de sí todas las
clases posibles de tensiones, y usted será capaz de conducirse mejor en una u otra
situación de crisis.
El boxeo de sombra” como medio para conseguir la estabilidad
El caballeroso Jim Cobett hizo standard la expresión boxeo de sombra”. Cuando
se le preguntó cómo había cultivado el dominio perfecto de asestar el gancho de
izquierda que empleó para mandar a John L. Sullivan, El Muchacho Fuerte de Boston”
a las cuerdas, Corbett replicó que había practicado ante el espejo el tiro de izquierda a
su propia imagen, y ello no menos de diez mil veces durante el tiempo en que se estuvo
preparando para el ataque.
Gene Tunney hizo lo mismo. Años antes de que llegara a vencer a Jack Dempsey
en el ring, ya le había vencido imaginativamente más de un centenar de veces en su
propia habitación. Vio las películas que se habían filmado de todos los combates de
Dempsey. Las observó hasta que llegó a conocer cada uno de los movimientos de su
futuro antagonista. En seguida, se puso a hacer boxeo de sombra. Trataba, entonces, de
imaginarse que tenía ante sí a Dempsey. Cuando el Dempsey imaginario iba a hacer un
cierto movimiento, Tunney practicaba el contragolpe correspondiente.
Sin Harry Lauder, el famoso actor y comediante escocés, admitió cierta vez que
había practicado en privado cierto gesto más de diez mil veces, y ello lo hizo antes de
presentarlo al público. Lauder practicó, en efecto, el boxeo de sombra” ante un
auditorio imaginario.
Billy Graham solía pronunciar sus sermones a los troncos de los cipreses en uno
de los pantanos deLa Floridaantes de cultivar su arte y de desarrollar su arrebatadora
personalidad de tribuno ante los auditorios vivos. La mayor parte de los buenos
oradores públicos han hecho, de una u otra manera, la misma cosa. La forma más
común del boxeo de sombra” que cultivan los oradores públicos consiste en pronunciar
sus discursos ante sus propias imágenes reflejadas en un espejo. Cierto individuo, a
quien conozco muy bien, acostumbra alinear de seis a ocho sillas ante sí, para practicar
sus alocuciones ante un público imaginario.
Las prácticas sencillas producen mejores efectos
Cuando el célebre Ben Hogan se hallaba jugando regularmente en torneos de
campeonato, solía guardar un bastón de golf en su habitación, y allí practicaba a diario y
en privado balanceando correctamente el bastón y apuntando a una pelota imaginaria, y
ello sin experimentar la turbación y los rigores propios que producen las diversas
tensiones. Cuando Hogan se encontraba en el terreno de juego, solía evocar los
movimientos correctos en su imaginación antes de hacer el tiro y luego se entregaba en
cuerpo y alma a la memoria muscular” para lanzar el disparo con la mayor corrección
posible.
Algunos atletas suelen practicar en privado con el objeto de experimentar la
menor presión que les sea posible. Ellos mismos, sus propios coaches”, impiden a la
prensa que presencie los ejercicios de práctica e incluso rehusan proporcionar cualquier
información relacionada con la práctica que pudiera servir para propósitos de
publicidad, y todo ello con el único objeto de protegerse de la presión tensión internas.
Todo se arregla de manera que pueda hacerse el entrenamiento y la práctica en las
mejores condiciones humanamente posibles con respecto al reposo y a la liberación de
tensiones. El resultado que se obtiene consiste en que estos deportistas se introducen en
la crisis” de la verdadera competición con la apariencia de no tener nervios en
absoluto. Se transforman en verdaderos témpanos de hielo, inmunes a la presión, sin
preocupación alguna con respecto a cómo habrán de actuar , y se entregan en absoluto a
la memoria muscular”, para ejecutar en la realidad los diversos movimientos que han
aprendido.
La técnica de boxear con la sombra” la práctica sin tensión” es tan simple y
los resultados son con frecuencia tan definitivos que alguna gente se inclina a asociar
ambas técnicas con alguna clase suerte de misteriosa magia.
Recuerdo a una viuda que había guardado luto durante años y se solía sentir mal
en cualquier reunión circunstancia social. Luego de haber practicado la técnica del
boxeo de sombra” tuvo a bien escribirme lo siguiente: … debo haber practicado una
‘gran entrada’ cien veces por lo menos en mi propia habitación estando ésta
completamente vacía. Entraba a la pieza y estrechaba la mano a multitud de invitados
imaginarios. Sonreía y siempre tenía algo agradable que decirle a cada uno de ellos. En
seguida, íbame a los diferentes corrillos y bromeaba en una y otra parte. Practiqué, pues,
la manera de andar, de sentarme y de charlar con gracia y confianza”.
Me es imposible describirle lo feliz que me sentí cuando estuve en… y podría
decirle algo sorprendente de… y también de los maravillosos momentos que pasé en el
baile de… Me sentía llena de calma y de confianza. Se produjeron, sin embargo,
algunas situaciones incidentales que no había practicado anteriormente, pero, de todas
maneras, las superé con facilidad y me conduje de modo admirable…”
El boxeo de sombra” revela la expresión del ser
La voz revelar” significa literalmente descubrir”, hacer seen lo que estaba
oculto”. El vocablo inhibición” expresa todo lo contrario : retringir” y no manifestar
las ideas sentimientos”. La autoexpresión” consiste en liberar lo restringido” y en
manifestar plenamente los talentos y las capacidades del ser. Significa también sacar a
flote su propia luz y permitirla que brille”.
Mediante la técnica del boxeo con la sombra” el sujeto practica la expresión del
ser en ausencia de los factores inhibitorios. El individuo aprende los movimientos
correctos y también se forma un mapa mental” que retiene en la memoria. Un mapa
amplio, general y flexible. Luego, cuando se enfrenta a una crisis, cuando se le presenta
una amenaza verdadera un issue inhibitorio, el sujeto aprende a conducirse con calma
y corrección. Existe, entonces, un impulso de reacción” en los músculos, los nervios y
el cerebro, un impulso que el sujeto se ha formado con la práctica para poder enfrentarse
con una situación actual. Además, debido a que el aprendizaje fue hecho en circunstancias
de reposo y libre, por tanto, de tensiones, el sujeto hállase capacitado para responder en
cualquier ocasión y para exteriorizarse, improvisar y conducirse espontáneamente. Al
mismo tiempo, la práctica de la técnica del boxeo de sombra” contribuye a formarle
una autoimagen mediante la cual el individuo ha de conducirse con corrección y éxito.
El recuerdo de esta feliz autoimagen también habrá de capacitar al sujeto a que haga
mejor todo lo que emprende.
El entrenamiento de tiro sin bala constituye el secreto del buen tirador
El nuevo aficionado al tiro de pistola se encontrará frecuentemente con el hecho
de que podrá mantener el arma perfectamente fija en tanto no pruebe a disparar. Cuando
apunta a un blanco con un arma vacía, su mano se queda quieta. Mas una vez que se
carga el arma e intenta dar en el blanco, comienza el temblor de la tentativa”. El cañón
de la pistola muévese, entonces, de arriba hacia abajo y de manera incontrolable
también de derecha a izquierda, sea, de la misma manera que cuando intenta enhebrar
una aguja. (Vea el capítulo Décimoprimero).
Los buenos instructores de tiro al blanco recomiendan casi a cada individuo que
haga el mayor número posible de ejercicios de puntería con las pistolas descargadas de
modo que logre superar así la condición descrita. El tirador apunta con calma
deliberada, aprieta el gatillo y dispara al blanco. Presta toda su atención, con deliberada
calma, a como está manteniendo la pistola, si está inclinada no el arma, si oprime
tira del gatillo, and so forth.
Aprende, pues, los buenos hábitos en un estado de ánimo de perfecta calma. No se
le produce el temblor del intento” ya que no se siente excesivamente preocupado ni
tampoco experimenta demasiada angustia acerca de los resultados. Luego de haber
hecho millares de disparos” con el arma descargada, el aficionado observará que puede
mantener firme la pistola cargada y que es capaz de disparar realmente en tanto observe
la misma actitud de calma y sangre fría que mantuvo en los ejercicios de ensayo.
Un amigo mío aprendió a disparar al tiro de pichón de manera bastante parecida a
la que he descrito más arriba. Un buen tiro, el graznido de la codorniz le ponían fuera de
si produciéndole ansiedad y haciéndole perder casi cada vez los subsecuentes disparos.
En la siguiente cacería, y luego de haber practicado la técnica del boxeo de sombra”, el
primer día llevó consigo una carabina vacía. No tenía necesidad de ponerse excitado
porque, de todas maneras, no podría disparar. ¡Tampoco podría experimentar el impulso
de super-estimulación ya que llevaba un arma vacía! Disparó, pues, como a unas veinte
codornices con la carabina descargada. A la hora en que había disparado como los
primeros seis tiros, toda su ansiedad y angustia le desaparecieron como por encanto. Sus
compañeros pensaron que su amigo había perdido algunos puntos, pero, en seguida, al
día siguiente redimiose cuando hubo matado las primeras ocho aves abatiendo un whole
de quince codornices con diecisiete disparos.
La técnica del boxeo de sombra” ayuda a acertar a la pelota
No hace aún mucho tiempo, en un día domingo, visité a un amigo que residía en
un suburbio de Nueva York. El hijo de éste, que contaba diez años, había tenido
visiones que le anunciaban habría de convertirse en una estrella de la liga de béisbol. El
muchacho observaba la posición adecuada, pero no podía atinar a la pelota. Cada vez
que su padre le arrojaba la bola, el chiquillo se pasmaba y perdía el pie. Decidí,
entonces, que probara otra vez. Estás tan ansioso de pegarle a la pelota y tienes tanto
miedo de no poder darle -le dije-, que no puedes verla claramente”. Todo lo que le
ocurría period que la tensión y la ansiedad le estaban interfiriendo la vista y los reflejos, y
así, pues, los músculos de los brazos no podían ejecutar las órdenes que recibían del
cerebro.
Durante los diez juegos siguientes -le dije-, no trates siguiera de golpear a la
pelota. No trates de ninguna manera. Quédate con el bat en el hombro, pero observa con
mucho cuidado a la bola. Ten los ojos sobre ella desde el momento que sale de las
manos de tu padre hasta que llegue a las tuyas. Quédate tranquilo y suelto, y trata sólo
de observar cómo macha la pelota”.
Luego de haberlo hecho así durante diez veces seguidas, le aconsejé de esta
manera: Ahora, y por un momento, observa cómo vuela la pelota y sigue manteniendo
el bat en tu hombro, pero piensa entre ti que vas a agarrar y mecer el bat, para golpear la
bola con precisión y cuando ésta se halle bien centrada”. Después de esto, le dije que se
quedara sintiendo del mismo modo” y que continuara observando la pelota
cuidadosamente y que dejase” al bat ir al encuentro de la bola y que no la golpease con
demasiada fuerza. El muchacho, entonces, golpeó a la pelota. Luego de unos cuantos
sencillos hits” como éste, pudo acertar casi todos sus tiros y yo me gané un amigo para
toda la vida.
El agente de ventas que practicaba el no vender”
Cualquier individuo puede emplear en el arte de las ventas” esta misma técnica
de dar a la pelota”. También se puede emplear en el arte de la enseñanza en el de la
administración de negocios. Un joven vendedor se me quejaba, en cierta ocasión, de que
solía quedarse pasmado” cuando le citaban para que hiciera algún proyecto de ventas.
Su gran dificultad consistía en la incapacidad que mostraba al tener que replicar
apropiadamente a las objeciones que los clientes le presentaban. Cuando un cliente
possible me presenta una objeción critica el producto que trato de venderle, no sé que
me pasa que no puedo decirle nada instantáneamente” -me dijo. Luego, una vez que le
he abandonado, puedo pensar en toda una buena serie de excelentes razones con que
invalidarle el argumento que me expone”.
Le hablé, entonces, acerca de la técnica del boxeo con la sombra” y le conté el
caso del muchachito que había aprendido a batear” maravillosamente por el
procedimiento de observar la trayectoria de la pelota en tanto cargaba el bat” en el
hombro. Le indiqué que tanto para atinar a una pelota como para pensar en los pies, el
individuo requiere disponer de buenos reflejos. El mecanismo automático del éxito debe
responder en forma automática y apropiada. El exceso de tensión de estímulo y la
demasiada ansiedad por alcanzar los resultados suelen paralizar el mecanismo. Usted,
pues, piensa en las respuestas adecuadas luego que se ha marchado el cliente, debido a
que entonces se siente reposado y le desaparece la tensión. En efecto, sus dificultades
consisten en que no responde rápida y espontáneamente a las objeciones que le
presentan sus probables clientes, sea, para expresarme con otras palabras, usted ‘no
atina a golpear’ la pelota que le arroja el probable cliente con el que está trabajando”.
Le dije que, ante todo, debería comenzar a practicar una serie de entrevistas
imaginarias -tratar de acudir realmente a las citas, presentarse a un possible cliente,
lanzar el proyecto de venta, etc.-. En seguida, debería imaginar cualquier objeción
posible, no importa qué enrevesada y extraña fuese, contestarla siempre de la manera
más contundente posible. Luego, habría de practicar con el bat en el hombro” con un
cliente verdadero. Debería ir a verle con la carabina vacía en tanto ello se relacionase
con sus intentos y propósitos. El propósito de la entrevista de ventas no debiera consistir
en vender, tendría que resignarse, por esta vez, a quedarse satisfecho sin lograr el
pedido. El propósito de esta visita debiera consistir solamente en el entrenamiento”: en
la práctica de el bat en el hombro” y de la carabina vacía”.
Los resultados de esta práctica fueron enteramente satisfactorios. Bien para
decirlo con las propias palabras del interesado: la práctica del boxeo de sombra
funcionó milagrosamente”.
En mis tiempos de joven estudiante de medicina, yo mismo emplee la técnica de
el boxeo de sombra” en la práctica de la disección de cadáveres. Esta práctica carece
de presiones y de tensión me enseñó mucho más que la mejor técnica. Me enseñó a
mostrarme como un futuro cirujano lleno de calma, deliberación e concepts claras, ya que
había practicado la cirugía en una situación que no requería de mi una inquietud de vida
muerte.
Como hacer que los nervios funcionen en el propio beneficio del sujeto
El vocablo crisis” procede de una palabra griega que significa, literalmente,
decisión” punto de decisión”.
Una crisis” es como la bifurcación que se presenta de pronto en el camino: una
de las divisiones promete una mejor condición, y la otra señala una peor. En medicina,
la crisis señala un punto de partida: bien el paciente empeora y muere, bien mejora y
se salva.
De modo que cada situación de crisis tiene dos salidas: una, mediante la que se
consigue el éxito, y la otra, que conduce al fracaso.
A Hugh Casey, que fue uno de los pitchers” más calmados y de más éxito de
todos los tiempos, se le hizo cierta vez la pregunta de qué pensaba en el momento en
que se le ordenaba entrar a jugar en los momentos de una situación crítica del partido.
Pienso siempre en lo que voy a hacer y en lo que deseo que pase” -dijo-. en vez
de pensar en lo que va a hacer el bateador en lo que pueda pasarme a mí”. Añadió que
solía concentrarse en lo que quería que ocurriese, sentía lo que podía hacer él mismo”,
y eso solía hacer casi siempre.
Esta actitud forma otra importante clave para reaccionar bien a cualquier situación
dada. Si podemos mantener una actitud agresiva y reaccionar agresivamente a las
amenazas y a las crisis, en vez de hacerlo de una manera negativa, la situación, por sí
misma, laborará en nuestro favor actuando como estímulo para contrarrestar a las
fuerzas ocultas.
Hace algunos años publicaron los periódicos la noticia de que un gigantesco negro
ejecutó lo que dos vagones de auxilio y una veintena de hombres no lograron hacer.
Logró levantar la cabina metálica destrozada de un camión y, además, separarla de los
engranajes. Sacó también con su propias manos desnudas el pedal del freno que había
atrapado los pies dl conductor y, asimismo, consiguió apagar, con las manos desnudas,
las llamas que surgían del piso del camión. Luego, cuando se encontró a este gigante”
y logrose identificarle, se observó que este sujeto no period, en realidad, ningún gigante”.
Charles Dennis Jones, que así se llamaba el individuo en cuestión, medía sólo seis pies
y dos pulgadas y no pesaba más que doscientas veinte libras. He aquí la explicación del
sujeto acerca de su extraordinaria hazaña: Odio el fuego”. Catorce meses antes el
hecho descrito, su pequeña hija de ocho años de edad se había quemado en un incendio
que estalló en el hogar del pobre hombre. (A Man Do not Know GAT He Can Do -El
hombre no sabe lo que es capaz de hacer”- Reader’s Digest, octubre, 1952).
Conozco a un hombre que aunque alto es bastante débil; este individuo se las
arregló por sí solo para sacar de su casa un piano, bajarlo tres escalones y llevarlo hasta
el centro del prado que había delante del edificio. Ahora bien, esto lo hizo cuando en su
casa se había declarado un incendio. No obstante, habíase requerido el impulso de seis
fuertes hombres para meter el piano en la casa. Sin embargo, él solo, un hombre débil,
gracias al estímulo de la excitación y de la crisis, logró sacarlo afuera.
La disaster aumenta nuestras fuerzas
El neurólogo J. A. Hadfield ha hecho un extenso estudio sobre las fuerzas
extraordinarias -físicas, mentales, emotivas y espirituales- que, en momentos de crisis,
acuden a reforzar las aptitudes de hombres y mujeres normales.
¿De qué maravillosa manera en un momento de emergencia se multiplican las
fuerzas de gentes que por sí mismas son bastante ordinarias!” – cube el investigador más
arriba citado-. Nuestras vidas son tímidas y nos mostramos temerosos ante las difíciles
tareas que hemos de cumplir hasta que quizás seamos forzados a enfrentarnos con ellas,
éstas vengan sobre nosotros, e, inmediatamente, nos parece ver desplegarse las
energías invisibles. Cuando tenemos que enfrentarnos al peligro, entonces aparece el
valor; cuando la desgracia parece cebarse con nosotros, nos hallamos con las fuerzas
suficientes para resistir su presión; por último, en el momento en que el desastre parece
querer abatirnos y hacernos caer en esa ‘fosa’ que por durante tanto tiempo habíamos
temido, entonces sentimos que algo nos sostiene, algo así como la energía de unos
‘brazos’ siempre elásticos. La experiencia común nos enseña que cuando nos hallamos
sujetos a responder grandes y tremendas demandas, si logramos aceptar el desafío de las
mismas, sin temor y con confianza en nuestras fuerzas, cualquier peligro dificultad
nos traerán consigo las energías inherentes con que podamos combatirlas. ‘Conforme se
te presenten los días, así serán tus fuerzas’.”
El secreto de ello consiste en nuestra actitud de aceptar sin temor el desafío” y
en gastar nuestras fuerzas con confianza.”
Ello significa que debemos mantener una actitud agresiva dirigida a la meta que
nos proponemos alcanzar” y, desde luego, nunca adoptar una actitud defensiva ni
negativa: no importa lo que acontezca, ya me las arreglaré” lo veré a fondo”, en vez
de espero que nada ocurra”.
Mantenga en mente su propósito
El esfuerzo esencial para experimentar esta actitud agresiva consiste en
permanecer orientado hacia la meta que se persigue. El sujeto mantiene en mente su
propia meta positiva. Intenta, entonces, pasar a través de la experiencia de la crisis hasta
alcanzar su meta. El sujeto mantiene su objetivo unique y no intenta desviarse por
caminos adyacentes y secundarios -el deseo de escapar, de ocultar y evitar- debido a
una situación de disaster. , para expresarnos con la lengua de William James, la única
actitud que debe mantenerse es la de la lucha, en vez de la del temor la de la huida.
Si el sujeto puede hacerlo así, la situación crítica por sí misma actuará como un
estímulo que habrá de liberar energías adicionales que han de ayudarle a realizar su
propósito.
Lecky sostiene que el propósito de la emoción consiste en reforzar” en añadir
fuerzas” más que en servir de señal de debilitamiento. Este autor creía que sólo existe
una emoción básica, la excitación, y que ésta se manifiesta por sí misma como miedo,
ira, valor etc., dependiendo ello sólo y simultáneamente de nuestros propios objetivos
internos, ya estemos dispuestos interiormente a resolver un problema, a escapar del
mismo a destruirlo. El problema actual no consiste en dominar la emoción sin en el
dominio de la tendencia preferente por la que habremos de recibir el esfuerzo emotivo”.
(Prescott Lecky, Self-Consistency, A Idea of Character, New York, Island-Press).
Ahora bien, si su intención su actitud de objetivo consiste en proseguir su
camino y en sacar todo lo que pueda de la situación crítica, y, además, en obtener lo que
desea a pesar de todos los contratiempos que se le presenten, entonces la excitación”
ocasional habrá de reforzarle esta tendencia y ella misma le proporcionará más valor y
más fuerza para que prosiga la persecución de su anhelada meta. Por otra parte, si pierde
de vista el objetivo unique que perseguía y su actitud de objetivo se convierte en la
disposición de escapar de la disaster en buscar algo de su pasado”, para evadirse de
ello, esta tendencia de escapismo también habrá de reforzarse y, en ese caso,
experimentará usted el temor y la angustia.
No confunda la excitación con el miedo
Mucha gente ha caído en el error de confundir habitualmente el sentimiento de la
excitación con el del miedo y la ansiedad, y, por consiguiente, ha interpretado aquel
como una señal de insuficiencia de la personalidad.
Cualquier persona normal con cierta inteligencia para comprender una situación
determinada se pone siempre excitada nerviosa, precisamente momentos antes de que
se produzca una situación de disaster; hasta que el individuo no sea dirigido hacia la meta,
esta excitación no determina miedo, ansiedad, valor, confianza en sí mismo, and so on., ni
tampoco ninguna otra cosa que no sea un paso hacia delante y una provisión de refuerzo
de vapor emocional su propia caldera. No denota, desde luego, señal de debilidad
alguna. Al contrario, indica realmente una fuerza de adición para que pueda emplearla
del modo que se prefiera. Jack Dempsey solía ponerse tan nervioso antes de participar
en un encuentro de boxeo que ni siquiera podía rasurarse. Era tan fuerte su excitación
que no podía permanecer sentado de pie ni un solo momento. Sin embargo, jamás
interpretó este estado de excitación como un estado de temor. Nunca decidió que
debiera evadirse del mismo. Proseguía, pues, su camino y la excitación le servía para
añadir aún más dinamita a sus golpes.
Los actores experimentados saben muy bien que este sentimiento de excitación,
que suelen advertir momentos antes de salir a escena, es una buena señal con respecto a
una mejor interpretación de sus papeles. No son pocos los que entre ellos se producen
deliberadamente” un estado emocional antes de presentarse ante el público. El buen
soldado suele ser el hombre que se siente excitado” precisamente antes de la batalla.
Muchos individuos apuestan en las carreras de caballos teniendo en cuenta los
caballos que parecen ser más nerviosos. Los entrenadores también saben que el animal
que se pone más nervioso antes de la carrera habrá de desempeñar en la misma mejor
que acostumbra.
No hace aún mucho tiempo, encontreme en un un aeroplano con cierto conocido a
quien había dejada de ver durante muchos años. En el curso de nuestra conversación le
pregunté si continuaba ahora dando tantas conferencias y charlas públicas como solía
hacerlo en el pasado. Sí, me dijo, naturalmente que he cambiado de trabajo, de tal
modo que ahora puedo hablar más y dar por lo menos una conferencia al día”.
Conocedor de su enorme afición a hablar en público, comenté que era magnífico que
tuviera esta clase de empleo. Sí -me dijo-, por una parte es bueno, pero, por otra, ya no
lo es tanto. Ahora no pronuncio tan buenas conferencias como antes, y ello consiste en
que ahora hablo con tanta frecuencia que ya lo hago en forma rutinaria y tampoco
percibo en la boca del estómago aquella aguda sensación que me solía decir que todo
iba a salirme bien”.
Algunos individuos llegan a excitarse tanto en un importante examen escrito que
no son capaces de pensar con claridad mantener una pluma constantemente en sus
manos. Otros, en cambio, se excitan tanto y se ponen tan vivos bajo las mismas
circunstancias que la mente les funciona mejor y más claro que de costumbre. En primer
lugar, se les agudiza la memoria. No es precisamente la excitación la que marca la
diferencia sino la forma en que ésta se emplea.
three. ¿Qué sería lo peor que podría acontecer?
Mucha gente tiene la tendencia de aumentar en forma desorbitada y fuera de toda
proporción el castigo” el fracaso” potenciales que creen que la crisis ha de llevar
consigo. Solemos, emplear nuestra imaginación contra nosotros mismos y hacer
verdaderas montañas de simples colinas. , por otra parte, no empleamos la disaster para
que nos sea posible ver” lo que la situación comporta realmente en sí, sino que
solemos reaccionar, habitualmente y sin pensar, como si cada simple oportunidad
amenaza constituyera por sí mismas un asunto de vida muerte.
Si el sujeto se le presenta una disaster real, necesitará enfrentarse a la misma
experimentando una gran excitación. Esta debe emplearla para adquirir ventaja en el
proceso de la situación crítica. No obstante, se el sujeto sobreestima el peligro de la
dificultad, si reacciona a una información deformada, escasa irrealista, probablemente
padecerá mucha mayor excitación que la que el caso requiere. Debido a que la amenaza
actual es mucho menor que la que el sujeto ha calculado, toda esta excitación no podrá
emplearla en forma apropiada. Esta no podrá ayudarle en tal caso, a comportarse como
verdadera acción creadora. Por tanto, la excitación permanece dentro del sujeto como si
estuviera embotellada. Un gran exceso de excitación emocional puede causar más daño
que beneficio en cuanto se refiere al proceso de la acción, simplemente porque la
demasía resulta inadecuada.
El filósofo y matemático Bertrand Russell describe la técnica que él mismo suele
emplear cuando desea disminuir el grado de excesiva excitación que puede padecer en
alguna disaster: Cuando amenaza alguna desgracia, hay que considerar seria y
deliberadamente qué es lo peor que puede acontecer. Luego de haber mirado frente a
frente a esta desgracia, procure hacerse algunas sanas razones pensando que, después de
todo, esta no va a constituir un desastre demasiado horrible. Además, siempre existen
tales razones, ya que en el peor de los casos nada que le pueda acontecer a uno ha de
tener una importancia cósmica. Cuando haya logrado mirar por algún tiempo a la peor
posibilidad y se haya dicho a sí mismo como verdadera convicción ‘Bien, después de
todo, eso no me debería importar tanto’, hallará que disminuye considerablemente su
preocupación. Puede que se haga necesario repetir el proceso unas cuantas veces, pero
al remaining, si no ha tratado de esquivar enfrentarse al peor resultado posible, hallará que
junto con éste desaparece la preocupación y es reemplazada, entonces, por cierta especie
de alegría”. (Bertrand Russell, The Conquest of Happiness, New York, Liveright
Publishing Corporation).
Procedimiento de que se valió Carlyle para adquirir el valor que necesitaba
Carlyle testimonió cómo este mismo método cambió de perspectiva, pasando de
un perpetuo no” a un eterno sí”. El gran hombre atravesaba por un período de
profunda desesperación espiritual. Mis estrellas guías estaban borrosas; en mi severo
cielo no brillaba ni una estrella. El universo period como una inmensa, muerta e
inconmesurable máquina de vapor, y rodaba, rodaba con mortal indiferencia para
quebrarme miembro a miembro. Luego, en medio d esta espiritual bancarrota, descubrí
un nuevo medio de vida. Y me pregunté, entonces: ¿Por qué temes? ¿Por qué, como
cobarde, debes estar siempre piando y lloriqueando e ir encogido y tembloroso?
¡Depressing bípedo! ¿Qué es lo que forma la suma whole de lo peor que tienes ante ti? ¿La
muerte? ¡Bien,la Muerte! Di también los tormentos del Averno y todo lo que el Diablo
y el Hombre puedan, deseen quieran hacer contra ti! ¿No tienes acaso un corazón; no
puedes sufrir lo que sea, como criatura de la libertad, aunque el proscripto y el mismo
humillado Lucifer esté bajo tus pies mientras te consume? Dejémosle, pues: ¡Iré a su
encuentro y lo desafiaré!
Y cuando pensé así, se levantó como un torrente de fuego que se precipitó sobre
mi alma; y entonces agité al Miedo y lo ahuyenté de mí para siempre. Yo era fuerte,
poseía una tremenda fuerza desconocida: un espíritu, casi un dios. Incluso, desde
entonces, transformose la condición de mi miseria: ya no había Temor ni Pena
quejumbrosa en ella, sin Indignación y un sombrío Desafío lleno de fuego”. (Th.
Carlyle, Sartor Resartus).
Tanto Russell como Carlyle nos han dicho la manera como podemos mantener
una actitud agresiva y autodeterminada, que se dirija a la consecución del objetivo
propuesto incluso en presencia de los peligros más grandes y de las más serias
amenazas.
Alpinismo sobre las madrigueras de topos
La mayoría de nosotros, sin embargo, nos dejamos desviar” de la ruta que nos
habría de conducir a la satisfacción del objetivo, ya sea por amenazas menores
inclusive imaginarias, las cuales insistimos en interpretar como situaciones de vida
muerte de hacer morir”.
Alguien dijo que la causa que contribuye en mayor grado a la formación de las
úlceras estriba en el alpinismo sobre los montoncitos de tierra que hacen los topos
sobre sus madrigueras”.
El agente de ventas a quien se invita a que presente un importante proyecto de
pedido puede conducirse con respecto a ello como si realmente fuera éste un asunto de
vida muerte.
La debutante que se enfrenta a su primera danza suele desenvolverse en este
cometido como si fuera a experimentar una prueba que tuviese valor decisivo para toda
la vida.
Muchos individuos acuden a una entrevista acerca de un empleo conduciéndose
en ella como si sufrieran un espanto de muerte”, and many others.
Quizá este sentimiento de vida muerte”, que mucha gente experimenta en
cualquier situación crítica, tenga su origen en la herencia que hemos recibido de un
pasado profundo y lejano, cuando, frecuentemente, el fracaso”, para el hombre
primitivo, period sinónimo de muerte”.
Independientemente de su origen, la experiencia con numerosos pacientes ha
demostrado, sin embargo, que este sentimiento de vida muerte” puede ser curado
mediante el análisis racional de cualquier situación crítica, y este análisis debe ser
hecho, sobre todo, en el ambiente impregnado de calma. Pregúntese: ¿Qué es lo peor
que podría ocurrirme en el caso de que no atine a solucionar esta disaster?” Ello -esta
actitud- es infinitamente superior a la que consiste en reaccionar de una manera
irracional, ciega y automática.
¿Qué tiene usted que perder?
Una seria investigación demostraría que la mayor parte de estos casos, a los que
se denomina situaciones críticas”, no constituyen en absoluto casos de vida muerte,
sino oportunidades, ya sea para avanzar para permanecer en donde uno se encuentra.
Por ejemplo, ¿qué es lo peor que le podría haber ocurrido al agente de ventas? Quizás
hubiera hecho un pedido y, en esas circunstancias, habría salido de la situación mucho
mejor a como hubo entrado en ella, quizás no hubiese logrado la nota y no habría
quedado peor que antes de hacer la visita. El individuo que llena una solicitud de
empleo puede conseguir éste no conseguirlo. Si acaso no lo logra, quedará en la
misma situación que antes de haberlo solicitado. Lo peor que le pudiera haber ocurrido
a la debutante consistiría en que habría de quedarse como antes de la primera danza,
relativamente desconocida y sin producir gran agitación en los círculos sociales.
Muy poca gente se da cuenta de la enorme influencia que puede tener sobre
nosotros una cosa tan easy como lo es el cambio de actitud. Cierto agente de ventas a
quien conocí dobló sus ganancias luego de haber logrado cambiar su actitud y dominar,
de esta manera, el espanto y el pánico que le acosaban. Todo depende de esto”, debe
decirse con resolución, todo lo que tengo por ganar y nada por perder”.
El famoso actor Walter Pidgeon ha relatado cómo se produjo el tremendo fracaso
de que fue víctima al presentarse por primera vez ante el público. Sintiose, literalmente,
sumido en un espanto de muerte”. No obstante, se puso a razonar en el intervalo que
sucedió al primer acto de la obra, que si ya había fracasado, no tendría nada que temer
en adelante y que si se abandonaba y proseguía actuando podría ver, entonces, si
resultaba un completo fracaso como actor, y, en ese caso, no tendría que preocuparse
acerca de dejar esta nueva profesión. Pues bien; al iniciarse el segundo acto, salió a
escena completamente calmado y lleno de confianza en sí mismo, y -cosa maravillosaesta
actitud le ayudó a obtener un gran éxito.
Procure, pues, recordar que la clave de toda situación radica siempre en USTED.
Trate de practicar y de aprender las simples técnicas de este capítulo, y usted mismo,
como centenares de otras personas antes que usted, podrá aprender a dominar la disaster y
hacer que ésta opere en su favor convirtiéndola en una oportunidad creadora.
Capítulo Decimocuarto
El mecanismo automático de creación posee carácter teleológico. Ello es,
funciona en términos de obtención de metas y de resultados finales. Una vez que el
sujeto decida presentarle una meta que alcanzar, éste queda en disposición del sistema
automático de guía del mencionado mecanismo, y éste, entonces, habrá de conducirle a
esa misma meta propuesta mucho mejor de lo que el interesado pudiera haber pensado
jamás. El USTED” reemplaza a la meta en el momento en que usted mismo se pone a
pensar en términos de los resultados finales. Su mecanismo automático reemplaza,
entonces, los medios por donde ha de ir” convirtiendo a USTED mismo en esos
medios. Si los músculos del cuerpo del sujeto necesitan ejecutar” algún movimiento,
con objeto de alcanzar el resultado del fin que persigue, entonces el mecanismo
automático habrá de guiar a éstos con mucha mayor precisión y delicadeza que el
mismo sujeto hubiera podido mediante cualquier decisión de su propia voluntad y
entendimiento.
Piense en las posibilidades
Ahora bien, para lograr esta actitud el Yo debe reemplazar al objetivo. Pero para
reemplazar a un objetivo que sea susceptible de imprimir mayor actividad a su
mecanismo de creación, el sujeto debe pensar, en relación a los resultados del fin, en los
términos de una posibilidad actualmente existente. La posibilidad del objeto debe ser
vista con tanta claridad y evidencia que llegue a parecer actual” tanto al cerebro como al
sistema nervioso del mismo sujeto que se halla sometido a esta experiencia. Tan actual”
de hecho que las mismas sensaciones que conciernen a esta situación deben ser
evocados como presentes en el mismo estado en que debieran manifestarse en el caso de
que la meta ya hubiese sido alcanzada.
Ello, en realidad, no es tan difícil ni posee un carácter tan místico como puede
parecer en un principio. Todos los estamos haciendo constantemente en nuestras vidas
cotidianas. ¿Qué significado tiene, por ejemplo, la preocupación que sentimos acerca de
las implicaciones de los probables y desfavorables resultados del futuro, la cual suele
acompañarse de sensaciones de angustia, de inadaptación y hasta de humillación
quizás? Además, en todos nuestros propósitos prácticos solemos experimentar por
adelantado estas mismas emociones, las cuales, en el caso de que ya hubiéramos
fracasado, sería, por lo menos, totalmente apropiadas. Solemos representarnos el fracaso
en forma concreta y con los particulares rasgos inherentes al mismo, y no sólo eso, sino
también vívidamente y con todos sus detalles. Y, por si ello fuera poco, también
solemos repetirnos constantemente todas estas imágenes del fracaso. Evocamos y
tornamos a evocar en nuestras memorias las feas imágenes de los fracasos que
padecimos en todos los tiempos pasados de nuestras propias vidas.
Procure recordar lo que indicamos anteriormente con mayor vigor: tanto el
cerebro como el sistema nervioso se muestran incapaces de expresar las disparidades
existentes entre una experiencia real” y otra que nos hayamos representado en la más
vivaz de las formas. Así, pues, nuestro mecanismo automático de creación actúa y
reacciona con toda propiedad al ambiente, la circunstancia la situación en que se
encuentra. La única información eficaz que concierne al ambiente, la circunstancia la
situación es la que el sujeto cree verdadera” a todos estos respectos.
El sistema nervioso no podrá expresar el fracaso actual cuando se hallare
sometido a la influencia de un fracaso imaginario
De tal modo, si insistimos en el fracaso y continuamente nos representamos como
culpables a nosotros mismos y, además, con detalles tan vivaces como para hacérnoslo
actual” y pensamos en ello en términos de un hecho ya resuelto, también
experimentamos las sensaciones de la victoria: la confianza en nosotros mismos, el
valor y la fe que la consecuencia implícita en todos estos factores nos hará deseable.
No podemos atisbar conscientemente adentro de nuestro mecanismo de creación
para ver si éste se halla dirigido por el éxito por el fracaso, pero sí podemos
determinar, mediante nuestros propios sentimientos, su posición” precise. En el mismo
momento en que este mecanismo se orienta hacia el éxito, desde ese mismo instante,
pues, experimentamos la sensación de la victoria”.
Impulsemos hacia el éxito al mecanismo de la creación
Si acaso existe un único secreto relacionado con el funcionamiento del
inconsciente mecanismo de la creación, es sólo el que estriba en la invocación, la
captura y evocación del sentimiento de éxito. Cuando uno se siente contento y lleno de
confianza en sí mismo suele conducirse, en todos sus actos, con la sensación plena de
haber alcanzado el éxito. Y más todavía, cuando esta sensación es fuerte, el sujeto no
cometerá literalmente, ni un solo error.
La sensación de victoria no habrá de ser la causa, por sí misma, de que el sujeto se
conduzca con todos sus cometidos con verdadero éxito, sino que habrá de influir en los
actos del mismo más bien con carácter de señal síntoma que ha de guiarle a la
consecución del feliz término del fin que se haya propuesto. Esta sensación de
victoria” guarda estrecho parecido con el termómetro, el cual no constituye la causa de
que la habitación se caliente, sino sólo mide la temperatura que reina en ella. No
obstante, siempre podemos emplear este termómetro” de una manera sumamente
práctica. Recuerde, pues, que cuando el sujeto experimenta esa mencionada sensación
de victoria”, su maquinaria interna se pone al instante en funcionamiento.
El esfuerzo excesivo que dediquemos a producir conscientemente la
espontaneidad es más que probable que sólo contribuya a destruirnos la acción
espontánea. Es mucho más fácil y más efectivo, para ello, que definamos simplemente
la meta que nos proponemos alcanzar así como los resultados finales de la misma.
Procure, pues, imaginarse lo uno y lo otro lo más claro y vívidamente que pueda. Luego
trate de capturar la sensación que experimentaría en el caso de que ya hubiese alcanzado
el objetivo que se propuso. Entonces, logrará desempeñarse en sus actos de un modo
espontáneo y totalmente creador. En este caso usted emplea las fuerzas subconscientes
que permanecían quietas en su mente. Asimismo, su maquinaria interna habrá de
hallarse dirigida hacia el éxito con el objeto de servirle de ayuda en cuanto atañe a la
ejecución y al ajuste correctos de sus movimientos musculares, en cuanto se refiera a
proveerle de las concepts creadoras y a hacer todo lo que sea necesario para lograr que el
objetivo propuesto llegue a convertirse en un hecho real.
De cómo cierto sujeto, al experimentar la sensación de la victoria”, logró
ganar un torneo de golf
El Dr. Cary Middlecoff publicó, en el número correspondiente al mes de abril de
1956 de la revista Esquire, cierto artículo en el que manifiesta que la sensación de la
victoria” constituye el secreto actual de un campeonato de golf. Cuatro días antes de que
el año pasado tuviera mi primer acierto en el campo de los Masters, experimenté la
sensación de que estaba seguro que iba a ganar aquel torneo -decía-. Sentía que en cada
uno de mis movimientos podía poner mis músculos en la posición perfecta, la requerida
para golpear a la pelota con la misma exactitud que a mí me viniere en gana. También
en lo que respecta a la colocación experimenté ese maravilloso sentimiento. Percibía
que no tenía necesidad de cambiar mi presión sobre el bastón y, asimismo, tenía los pies
en la posición traditional. Pero había un ALGO RARO acerca del modo que yo sentía y que
me ofrecía unas indicaciones tan precisas y claras como si hubieran sido grabadas en mi
cerebro. Con esa sensación todo lo que tenía que hacer estribaba en mecer los bastones
y dejarlos que siguiesen sus impulsos naturalmente”.
Middlecoff prosigue diciendo que la sensación de la victoria es el secreto en que
cosiste el buen golf de cada uno de los buenos jugadores;” que cuando se le posee la
pelota va directamente a buscar a uno, y esta misma sensación parece dominar ese
elusivo elemento llamado suerte”.
Don Larsen, el único jugador en la historia que consiguió lanzar todo un juego
perfecto en las collection mundiales, dijo que en la noche anterior había experimentado ‘la
loca sensación’ de que iba hacer perfectos todos sus lanzamientos al día siguiente”.
Hace algunos años las páginas deportivas de todos los periódicos y revistas del
país aparecieron con grandes titulares en los que se hablaba del sensacional juego de
Johnny Menger, medio centro del Tecnológico de Georgia: Al levantarme aquella
mañana tuve la sensación de que iba a tener un buen día” -dijo Menger.
Esto puede ser duro, pero hay que pegarle”
Existe verdadera magia en esta sensación de victoria”. Al parecer puede eliminar
toda clase de obstáculos e imposibilidades. Incluso puede utilizar faltas y errores para
lograr la consumación del éxito. J.C. Penney nos cuenta lo que dijo su padre en el lecho
de muerte: Sé que Jim lo podrá hacer”. Desde aquel momento en adelante, Penney
percibió que iba a conseguir el éxito fuera como fuere, ya que no poseía bienes
tangibles, dinero ni cultura. La cadena de tiendas de J. C. Penney fue erigida a través de
circunstancias y desalientos que parecían de imposible superación. En el mismo instante
en que Penney se sentía desalentado, solía recordar la predicción de su padre y entonces
percibía que habría de surgir algo que le ayudaría a zafarse del problema con que se
enfrentaba.
Luego de hacer una fortuna, la perdió toda a una edad cuando la mayoría de los
hombres llevarían ya bastante tiempo retirados de los negocios. Se encontró de pronto
sin un centavo y con pocas y tangibles evidencias en qué fundamentar sus razones de
esperanza. Pero otra vez tornó a recordar las palabras de su padre y pronto logró
recapturar la sensación de la victoria” que ahora ya se había hecho routine en él.
Tornó a levantar una nueva fortuna y en pocos años ya tenía funcionando más tiendas
que nunca antes.
Henry J. Kaiser manifestó lo siguiente : Cuando hay que hacer un trabajo duro en
el que es preciso desafiar a las circunstancias, siempre busco, para que lo desempeñe, a
la persona que posee el máximo entusiasmo y optimismo de vida, a quien ataca sus
problemas cotidianos llena de celo y confianza, a la que se muestra valerosa e
imaginativa, a la que se ase al trabajo con boyante espíritu y plantea con cuidado lo que
tiene que emprender y se dice: ‘Esta tarea podrá ser dura, pero hay que golpear sobre
ella’.”
Cómo la sensación de la victoria” hizo a Les Giblin alcanzar el éxito
Les Giblin, fundador de las famosas clínicas de relaciones humanas Les Giblin y
autor del libro Cómo adquirir la fuerza y la confianza necesarias para tratar con la
gente” -How you can Have Power and Confidence in Dealing with People-; luego de leer el
borrador del primer capítulo de este libro me contó cómo se había unido la imaginación
a la sensación de la victoria, para laborar en beneficio de su propia carrera como un algo
mágico.
Giblin había sido durante años un agente y luego gerente de ventas que siempre
gozó de éxito. Hizo algunos trabajos en el campo de las relaciones humanas logrando
conquistar cierto grado de reputación en el mismo. A él le gustaba su trabajo pero
deseaba también ampliar el campo en que se desenvolvía. Su más grande interés
estribaba en el conocimiento de la gente, y luego de haber dedicado varios años tanto al
estudio teórico como práctico, creyó poseer algunas de las respuestas que con tanta
frecuencia se hacen entre unas y otras personas. Deseaba, pues, dar conferencias sobre
las relaciones humanas. No obstante, ante él se levantaba un obstáculo que le parecía
formidable y éste consistía en su complete falta de experiencia de hablar en público.
Cierta noche, me dijo Les, permanecía acostado en la cama y sólo pensaba en mi
gran deseo. La única experiencia que había tenido de hablar en público consistía en
haberme dirigido a pequeños grupos de mis propios agentes en las juntas de ventas que
celebrábamos y también como instructor suplementario cuando serví en el ejército. La
sola concept de tener que presentarme ante un gran auditorio me ahuyentaba el juicio. No
lograba imaginar que pudiese desempeñarme bien en este cometido. No obstante, solía
expresarme con gran facilidad en cuanto se refería a mis propios agentes de ventas.
También me las había arreglado para hablar con los grupos de soldados sin haber
experimentado grandes dificultades. Estando, pues, acostado en la cama, logré volver a
captar la sensación de éxito y de confianza que había experimentado al hablar con estos
pequeños grupos. Recordé, entonces, todos los pequeños detalles incidentales que
habían acompañado a mis sentimientos de equilibrio. Luego, me representé en mi
propia imaginación como un orador que permanecía ante un gran público y estaba
pronunciando un discurso sobre las relaciones humanas y, al mismo tiempo,
experimentando las mismas sensaciones de equilibrio y confianza en mí mismo que
había tenido al hablar con los pequeños grupos. Me imaginé a mí mismo con todos los
detalles en el preciso momento en que me levantaba para hablar. Pude, entonces, sentir
la presión de mis pies sobre el suelo y logré ver las diversas expresiones de los rostros
de la gente y, por último, también percibí los aplausos de la misma. Me vi, pues,
disertando con todo éxito sobre mi tema preferido”.
Algo pareció tintinear en mi cerebro. Me sentía lleno de una gran exaltación. En
aquel mismo instante sentí que podría hablar en público. Había logrado unir las
sensaciones de confianza y de éxito del pasado a un nuevo cuadro respecto al futuro de
mi carrera que me deslumbró de pronto la imaginación. Mi sensación de éxito period tan
real que pude saber entonces lo que podría yo hacer. Capté lo que ustedes llaman la
sensación de la victoria y jamás ha vuelto a dejarme ésta. Aunque por este tiempo
parecía que no habría ninguna puerta abierta para mí y también creía que el sueño era
imposible, no obstante en menos de tres años pude ver que éste se convertía en realidad,
y, además, en cada uno de los detalles exactos con que me lo había imaginado y sentido.
Debido al hecho de que yo period un individuo escasamente conocido y también a causa de
mi inexperiencia no hubo una sola de las grandes agencias que me quisiera contratar.
Sin embargo, ello no me disuadió de mis propósitos. Me contraté, pues, a mí mismo y
todavía lo sigo haciendo así. Hoy me llueven las ofertas para que hable en tal forma que
casi no las puedo cumplir”.
Hoy Les Giblin está considerado como una de las mayores autoridades en el
campo de las relaciones humanas. No resulta extraordinario para él ganar varios
millares de dólares por el trabajo de una sola noche. Más de doscientas de las más
grandes corporaciones de los Estados Unidos le han pagado millares de dólares para que
dirija los estudios de los empleados de las mismas sobre las relaciones humanas. Su
libro Methods to Have Confidence and Energy -Cómo adquirir la confianza y la fuerza- ha
llegado a convertirse en una obra clásica en este campo. Pues bien; todo ello comenzó
forjándose un grabado en la imaginación y con el impulso que dio a su voluntad
mediante la sensación de la victoria”.
El modo como explica la ciencia la sensación de la victoria”
La ciencia de la cibernética arroja una nueva luz sobre el funcionamiento y la
influencia que ejerce sobre el sujeto humano la sensación de la victoria”.
Anteriormente hemos demostrado el modo con que los servomecanismos electrónicos
emplean los datos almacenados, ello es, de manera parecida a como lo hace la memoria
humana cuando trata de recordar” los diversos actos de éxito mediante la repetición de
los mismos.
El buen aprendizaje estriba más que en ninguna otra cosa en la práctica que lleva
consigo la prueba y el error hasta lograr que algunos aciertos y acciones de éxito hayan
sido registrados en la memoria.
Los hombres de ciencia que cultivan la cibernética han logrado construir lo que
ellos llaman un ratón electrónico” el cual puede aprender a distinguir su pista cuando
se encuentra entre un laberinto. La primera vez que intenta pasar a través de éste, el
ratón” comete numerosos errores. El ratón” tropieza constantemente con las paredes y
las obstrucciones, pero cada vez que tropieza con una obstrucción, retorna noventa
grados y hace un nuevo intento. Si corre hacia otra pared, torna a dar la vuelta y sigue su
camino hacia delante. En efecto, luego de muchos, muchísimos errores, de muchas
paradas y revueltas, el ratón” logra abrirse camino a través del espacio abierto que hay
en el laberinto. El ratón electrónico recuerda, sin embargo, las diversas vueltas en las
que logró el éxito, y la próxima vez reproduce estos movimientos afortunados y así va a
través del espacio abierto rápida y eficientemente.
El objeto de la práctica consiste en corregir los intentos, en la constante corrección
de los errores hasta el momento en que se pueda registrar un acierto. Cuando se ha
ejecutado una forma acción de éxito, la forma completa de la acción no es almacenada
desde el principio hasta el fin de la misma en lo que llamamos la memoria consciente,
sino en nuestros propios nervios y tejidos. La lengua fashionable es sumamente intuitiva y
descriptiva. Por ejemplo, cuando decimos: Estoy seguro hasta el tuétano de que podré
hacer eso”, no nos hallamos lejos de la verdad. Cuando el Dr. Cary Middlecoff dice
aquello de había algo en lo que respecta al modo en que lo sentía, que me sugirió el
camino que habría de llevarme al fin que perseguía, tan claramente como si ese algo y
ese camino hubiesen sido tatuados en mi cerebro”, él, quizás ignorándolo, estaba
describiendo el último concepto científico de lo que acontecía precisamente en la mente
humana, cuando ésta se halla dedicada a aprender, a recordar a imaginar.
Maneras en que graba el cerebro los éxitos y los fracasos
Algunos especialistas de la rama de la fisiología cerebral -entre ellos el Dr. John
Eccles y Sir Charles Sherrington -nos dicen que la corteza del cerebro humano está
compuesta por unos diez mil millones de neutrones, los cuales, a su vez, tienen
numerosos ejes polos (antenas cables de extensión”) que forman sinapsis
(conexiones eléctricas) entre los neutrones. En el momento en que nos disponemos a
pensar, a recordar a imaginar, estos neutrones producen una descarga eléctrica
prone de ser medida. Cuando nos hallamos aprendiendo experimentando algo,
estos neutrones se encargan de formar una cadena” (¿ la grabación de una serie?) que
queda impresa en el tejido cerebral. La forma” de esta cadena” no se parece a una
grabación” física, sino que más bien participa de la naturaleza de un trazado
eléctrico”, y las mismas conexiones eléctricas entre los diversos neutrones vienen a ser
muy similares a las de las cintas magnéticas grabadas en una grabadora. El mismo
neutrón puede, de tal modo, constituir una parte de cualquier serie de las diversas
formas distintas y separadas, haciendo posible a la capacidad del cerebro humano la
asimilación de cualquier cosa teoría el recuerdo casi ilimitado de un acontecimiento
una impresión cualquiera. Estas formas” engramas” quedan guardadas en el tejido
cerebral con el objeto de ser empleadas en el futuro, y son reactivisadas”
reemplazadas” en el mismo instante en que recordamos una experiencia del pasado.
El doctor Eccles cube que la profusión de las interconexiones que existen entre
las células de la materia gris se halla mucho más allá de todo lo que podamos
imaginarnos; hállanse, por último, tan compactas, que la corteza completa da la
impresión de constituir una sola unidad de actividad integrada. Si persistimos en
considerar al cerebro como una máquina, entonces nos veremos obligados a decir que
es, con mucho, la máquina más complicada que existe. Nos sentimos tentados a decir
que es infinitamente mucho más complicada que las máquinas más complejas hechas
por el hombre, mucho más que los computadores eléctricos. (The Physiology of
Creativeness” -La fisiología de la imaginación-, Scientific American, September, 1958).
Para decirlo brevemente, la ciencia confirma que existe un tatuaje” una forma
de acción de los engramas” en el cerebro para cado uno de los hechos importantes que
hayamos realizado en el pasado. Y si el sujeto logra, sea como fuere, producir la chispa
que haga traer a la vida a esa forma de acción, re-actuar su cometido, ella ejecutará
por sí misma lo que deseábamos, y el interesado, entonces, no tendrá más que
balancear el bastón de golf” y dejar que la acción tome su curso pure”.
Cuando tornamos a darle una nueva actividad a las normas de un pasado feliz,
también ponemos en actividad la percepción tonal” que siempre acompaña a esas
restauradas normas”. Exactamente por lo mismo, en el momento en que
recapturamos” la sensación de la victoria”, también evocamos todos los sucesos
victoriosos que la acompañan.
El rector Elliott, dela Universidadde Harvard, pronunció, cierta vez, un discurso
sobre lo que él denominó El hábito del éxito”. Muchos de los fracasos y errores que
padecimos en las escuelas elementales, dijo, debiéronse al hecho de que no se nos dio,
en los mismos comienzos de los estudios, la suficiente cantidad de trabajo con el que
pudiéramos obtener el éxito, y, de este modo, nunca tuvimos la oportunidad de cultivar
‘la atmósfera del éxito’, sea lo que nosotros llamamos ‘la sensación de la victoria’. El
estudiante -prosiguió-, que nunca experimentó el éxito en los primeros tiempos de su
vida escolar, careció de la verdadera ocasión en qué poder cultivar ‘el hábito del éxito’,
ni la fe y la sensación de confianza en sí mismo que necesitamos, en forma routine,
cuando emprendemos un nuevo trabajo.” Concedió, asimismo, enorme importancia a la
necesidad de que los maestros distribuyan el trabajo entre los alumnos de los primeros
grados escolares, de tal forma que el estudiante pueda experimentar la sensación de
éxito. Las tareas deben armonizar con las capacidades del estudiante, de tal modo que
logren interesarle lo suficiente, para excitarle tanto la sensación del motivo por el que
emprende la tarea como el entusiasmo. Estos pequeños éxitos, dijo el physician Elliot,
producirán en el ánimo del alumno el hábito de la sensación del éxito”, el cual le habrá
de servir, como formidable aliado, en todas las empresas que emprenda ulteriomente.
Podremos, pues, lograr el hábito del éxito”; podremos formar, dentro de nuestra
materia gris, y en cualquier circunstancia y a cualquier edad, las normas y las
sensaciones del éxito en el caso de que sigamos el consejo que el physician Elliott dio a los
maestros. Si permanecemos habitualmente en una atmósfera de frustraciones, podemos
adquirir el hábito de la sensación del fracaso”, el cual habrá de matizar todas las
nuevas empresas que tratemos de emprender. Mas arreglando las cosas de tal modo que
podamos triunfar en las pequeñas empresas, lograremos formarnos una atmósfera de
éxito, y ésta habrá de ayudarnos a atacar otras tareas de mucha mayor importancia.
Podemos emprender gradualmente las tareas que presenten mayores dificultades y luego
de haber triunfado en ellas nos hallaremos en posición de emprender inclusive algo de
carácter mucho más desafiante. El éxito se forma a base de éxitos -este es su proceso
pure-, y hay mucho de verdad en el dicho widespread: Nadie alcanza tan bien la fortuna
como el afortunado”.
En la graduación está el secreto; paso a paso se consigue el éxito
Los levantadores de pesas comienzan alzando los pesos que pueden levantar, y
luego, en forma gradual, van aumentando, durante cierto periodo, el peso de las nuevas
barras que han de alzar. Los buenos managers enfrentan a sus pupilos con los
boxeadores que a aquellos les sean más fácil de dominar, y así, gradualmente, los van
enfrentando con luchadores más y más experimentados. También nosotros podemos
emplear los mismos principios generales en casi cualquier campo de empresa que
emprendamos. El principio consiste, sencillamente, en comenzar con un opositor”
sobre el que podamos triunfar, y gradualmente”, y a medida que vayamos venciendo a
los fáciles, enfrentarnos cada vez con cometidos más y más difíciles de solucionar.
A Pavlov, cuando se encontraba en el lecho de muerte, se le suplicó que diera un
último consejo a sus alumnos para que éstos pudiesen triunfar. He aquí la respuesta del
sabio: Pasión e ir poco a poco hacia las cosas y siempre gradualmente”.
Inclusive en los mismos campos en que hayamos alcanzado un alto nivel de
destreza y capacidad, también es bueno que retrocedamos un poco a veces, que
rebajemos un tanto nuestras perspectivas y hagamos un poco de práctica imbuidos por
la sensación de la facilidad. Ello resulta especialmente útil y verdadero cuando lo
referimos al instante en que se alcanza un punto tope en el progreso”, y cuando el
esfuerzo para aumentar este grado de progreso” resulta infructuoso. El conato
constante de pasar este punto de tope” es parecido al desarrollo de los hábitos
sensitivos” indeseables del empeño, la dificultad y el esfuerzo. Cuando los levantadores
de pesas se hallan en tales condiciones, suelen reducir la cantidad de peso de la barra y,
entonces, se ponen a practicar, por algún tiempo, con barras de menor peso. También el
boxeador que muestra señales de agarrotamiento contrae compromisos, otra vez, con
contendientes más fáciles. Albert Tangora, que durante muchos años fue el campeón
mundial de velocidad de mecanografía, solía practicar el escribir despacio” -a la
velocidad de la velocidad regular- cuando llegaba a una meta en la que el aumento de la
velocidad parecía imposible. Conozco, asimismo, a un agente de ventas que emplea el
mismo principio con el objeto de evitar un desplome de sus negocios: cesa en sus
intentos de hacer grandes ventas; cesa de intentar de venderles a los clientes difíciles”
y se concentra en hacerles pequeñas ventas a los clientes fáciles”.
Cómo retrotraerse a los fundamentos de las propias normas del éxito
Todo el mundo ha sido plenamente feliz una u otra vez en el pasado. Ello no se
debe a que forzosamente se haya obtenido algún gran éxito; quizás estribe en algo tan
poco importante como haberse mostrado audaz en los años escolares sin que ninguno de
sus compañeros le llegara a vencer, en haber ganado una carrera en la escuela elemental
bien haber vencido en una carrera de sacos durante el día de campo de la oficina,
quizás en triunfar de un rival respecto a la conquista del amor de una muchacha.
También puede consistir en recuerdo del éxito en la evocación de una buena venta, en
una actividad más próspera con respecto a los negocios en haber ganado el primer
premio por la preparación del mejor pastel de la feria del condado. El asunto en que se
haya triunfado no resulta tan importante como la sensación del éxito que experimentó el
sujeto. Todo lo que necesita estriba en adquirir alguna experiencia del éxito obtenido, y
ello en relación con lo que se pretendía adquirir, en conseguir lo que se propone uno
alcanzar, etc. En algo, en fin, que proporcione al sujeto cierta sensación satisfactoria.
Haga retrotraerse a su memoria y procure revivir todas las experiencias triunfantes
de su propia vida. Procure revivir en su imaginación el cuadro completo de la
experiencia exitosa con todos los detalles que le sean posibles. Con los ojos de la mente,
procure no sólo ver el acontecimiento principal, sino todas las pequeñas cosas
incidentales que acompañaron a la obtención del triunfo. ¿Qué ruidos se percibían allí?
¿Qué podría decir acerca del ambiente? ¿Qué más aconteció en su rededor durante ese
tiempo? ¿Qué objetos había presentes? ¿Cuál period la época del año? ¿Sentía frío calor?,
etc. Cuantos más detalles logre usted restablecer, será mejor para el propósito que
persigue. Si logra recordar con suficientes matices todo lo que aconteció cuando obtuvo
un éxito en algún tiempo del pasado, percibirá las mismas sensaciones de felicidad que
experimentara en aquel entonces. Procure recordar, de forma explicit, las diversas
sensaciones y los variados sentimientos del pasado. Si logra evocar fielmente las
sensaciones y los sentimientos de los tiempos anteriores de su vida, podrá reactivarlos
en el presente para poderlos revivir de nuevo. Logrará, de esta manera, reconquistar la
confianza perdida, ya que la autoconfianza se alimenta de los sentimientos, sensaciones
y recuerdos de nuestro pasado.
Ahora bien, luego que haya logrado cultivar esta sensación general del éxito”,
procure guiar sus pensamientos hacia las ventas importantes, hacia las conferencias, los
discursos, los negocios, los torneos de golf, hacia cualquier otra cosa acontecimiento
en que desee obtener el éxito ahora mismo. Procure emplear su imaginación creadora
representándose a sí mismo el cuadro de cómo se comportaría y de cómo se sentiría en
el caso de que ya hubiese obtenido el éxito.
La preocupación positiva y constructiva
Comience a jugar mentalmente con la thought del suceso completo e inevitable. No
trate de forzarse demasiado. No intente tampoco de coaccionar su mente. No trate,
asimismo, de emplear el esfuerzo la fuerza de voluntad para procurarse la convicción
deseada. Haga precisamente lo que acostumbra hacer cuando se halla preocupado,
preocupándose sólo de una meta positiva y de un resultado deseable en vez de hacerlo
con respecto a un fin negativo y a una consecuencia no deseada.
No empiece por tratar de esforzarse en tener absoluta fe en el éxito deseado. Este
constituirá un pedazo demasiado grande, en un principio, para su digestión metallic.
Emplee la graduación”, el poco a poco”. Comience a pensar acerca del fin deseado
exactamente lo mismo que suele hacerlo cuando se preocupa acerca de lo que le podrá
traer el futuro. Cuando se halle preocupado no intente convencerse que el resultado
habrá de ser indeseable. En vez de ello, empiece gradualmente. De ordinario, el
individuo empieza a pensar con una suposición”. Suponga en qué forma y cómo
empezaría a acontecer la cosa”. Repita y torne a repetir esta misma concept numerosas
veces. Juegue con esta idea. Luego viene la idea de la posibilidad”. Bien; después de
todo”, se dirá usted, eso puede suceder”. Ello es posible. En seguida, llega la imagen
psychological. Comience por representarse las diversas posibilidades negativas. Juegue, pues,
con estas imágenes una y otra vez, procurándole añadirle otros pequeños detalles y
refinamientos. En cuanto estas imágenes devengan más y más reales para usted, los
sentimientos adecuados comenzarán a manifestarse por sí mismos, exactamente como si
el resultado definitivo hubiese ya tenido lugar. Este es también el modo en que se
desarrollan las sensaciones de miedo y angustia.
Cómo cultivar la fe y el valor
La fe y el valor se cultivan exactamente de la misma manera. Sólo que nuestros
objetivos son distintos. Si va a gastar tiempo en preocuparse, ¿por qué no se preocupa
constructivamente? Comience por señalarse y definirse a sí mismo el resultado más
deseable posible. Inicie el proceso con suposiciones”. ¿Supondríamos que, en efecto,
podríamos llegar al mejor resultado?” Luego, procure recordar que, después de todo,
esto pudiera ocurrir. No debe pensar, en este primer grado, en lo que ocurrirá, si no en
lo que pudiera ocurrir. Procure tener en cuenta que después de todo es posible obtener
ese resultado tan bueno y deseado.
El sujeto puede aceptar y digerir mentalmente estas dosis graduadas de fe y
optimismo. Luego de haber pensado en el resultado remaining deseado como en una
posibilidad definida, comience a imaginar en la deseada consecuencia que habría de
gustarle. Trascienda estos grabados mentales y delinee los detalles y los refinamientos
inherentes a la consecuencia que persigue. Repítaselos constantemente para sí mismo.
Así como sus imágenes mentales devengan más detalladas, por el procedimiento de
repetírselas una y otra vez, hallará que, en seguida, comienzan a manifestarse por sí
mismos unos sentimientos y sensaciones más apropiados, incluso como si la favorable
consecuencia hubiese ya tenido lugar. Esta vez los sentimientos adecuados serán los que
corresponden a la fe, la autoconfianza y el valor, juntos todos ellos como si estuvieran
envueltos en un solo paquete, para integrar lo que llamamos la sensación de la
victoria”.
No se deje aconsejar por sus propios temores
Cierta vez se le preguntó al normal George Patton, El látigo del infierno”, si
solía experimentar miedo antes de una batalla. Entonces el famoso normal dela II
Guerra Mundial contestó que sí, que en efecto había experimentado miedo en cada uno
de los casos en que se le encargaba alguna empresa importante y que también algunas
veces habíase sentido atemorizado en medio de una batalla, pero añadió: Nunca me
dejo aconsejar por el miedo”.
Si el sujeto experimenta algunas sensaciones negativas de frustración -temor y
ansiedad- antes de emprender un cometido importante, como a todo el mundo le
acontece de vez en cuando, no debe tomarlo como un signo seguro” de que va a
fracasar en su intento. Todo dependerá de cómo habrá de reaccionar ante las mismas y
en la actitud que adopte respecto a ellas. Si las escucha, las obedece y se deja aconsejar
por esas sensaciones negativas, el sujeto, probablemente, habrá de conducirse de manera
deplorable. Pero ello no es necesario que acontezca ciertamente así.
En primer lugar, es necesario que comprendamos que los sentimientos y
sensaciones de frustración -miedo, ansiedad, carencia de confianza en sí mismo- no
llegan a nosotros a través de algún oráculo celestial. Tampoco se hallan escritos en las
estrellas ni, por supuesto, constituyen los versículos de los Santos Evangelios.
Igualmente, no forman las intimidaciones de un Destino”, ya establecido y decidido,
que indica que la frustración ya está decretada. Estas sensaciones y sentimientos
negativos se originan en nuestra propia mente: sólo constituyen los indicadores de
nuestras actitudes mentales dentro de nosotros mismos, y jamás indican los hechos
externos que se vuelven contra nuestras individualidades. Sólo señalan que el sujeto
subestima sus propias capacidades, que sobreaprecia y exagera la naturaleza de las
dificultades con que se enfrenta, y, por último, presta nueva actividad a los recuerdos de
las frustraciones del pasado, más bien que a las memorias de los sucesos de los tiempos
idos. Pues bien; ello es todo lo que estas frustraciones indican y esto es todo cuanto
significan. No se refieren, pues, y no representan la verdad en cuanto concierne a los
acontecimientos del futuro, sin sólo a la propia actitud psychological acerca de los
acaecimientos del porvenir.
Al conocer todo ello, el sujeto queda liberado para aceptar rehusar estas
sensaciones negativas de la frustración; para obedecerlas y tomar consejo de ellas , en
el caso contrario, para ignorar sus admoniciones y proseguir el camino. Además, el
individuo se hallará en situación, en este caso, de emplearlas en su propio beneficio.
Acepte, como un desafío, las sensaciones negativas
Si el sujeto reacciona agresiva y positivamente a las sensaciones negativas, éstas
habrán de convertirse en desafíos que originarán, de modo automático y espontáneo,
mucha más fuerza y mayor capacidad dentro del su propio ser. Cuando percibimos que
se nos amenaza que tenemos que enfrentarnos a determinadas dificultades, entonces
se origina dentro de nosotros una fuerza adicional, pero ello en el caso de que
reaccionemos a aquellas sensaciones más bien agresiva que pasivamente. Hemos visto
en el capítulo anterior que una cierta dosis de excitación” -si se interpreta a ésta y se la
emplea correctamente- habrá de ayudarnos, más que impedirnos, a hacer bien las cosas.
Todo lo que hemos dicho depende del mismo individuo y de sus propias actitudes,
sea, de que emplee los sentimientos negativos como capitales redituales como
deudas que habrá de pagar. Un ejemplo impresionante de ello lo constituye la
experiencia del Dr. J. B. Rhine, jefe del Laboratorio de Parapsicología dela Universidad
de Duke, con respecto a las sugestiones negativas, las distracciones, las expresiones de
incredulidad por parte de los espectadores, and so on., con las cuales obtendremos un decidido
y adverso efecto sobre el sujeto indicado para la prueba, cuando éste trate, sometido a
todas las impresiones señaladas, de adivinar” el orden de las tarjetas que se hallan
colocadas en un fichero especial, es sometido a cualquier otra experiencia con objeto
de comprobar su capacidad telepática. La alabanza, el ánimo con que se le empuje al
sujeto, and so on., casi siempre logran que mejore éste su puntuación con respecto al
hallazgo” adivinación” de lo que se le haya propuesto. El desánimo que se le encourage
al mismo, así como las sugestiones negativas con se le quiera influir, casi siempre
rebajan, dramática e inmediatamente, la puntuación de la prueba. No obstante, y de
manera ocasional, el sujeto podrá tomar como desafíos” estas sugestiones negativas y
desempeñarse en su cometido inclusive mejor que cuando se halló sometido a la
influencia de otras sugestiones positivas. Por ejemplo, cierto sujeto, que responde al
nombre de Pearce, obtuvo una magnífica puntuación por encima de la que pudiera
considerarse como debida a pura casualidad (cinco adivinaciones” correctas de un
fichero constituido por veinticinco tarjetas). Entonces, el doctor Rhine decidió intentar a
que el desafiante” Pearce lo hiciera aún mejor. Fue desafiado, antes de cada intentona,
con la apuesta de que no conseguiría sacar la tarjeta correcta. Hizose evidente, durante
todo el proceso de la prueba, que Pearce se hallaba agitado hasta el más alto grado de
intensidad. La apuesta constituía simplemente el modo más adecuado de provocarle el
entusiasmo con respecto a la experiencia”, dijo el physician Rhine. ¡Pearce adivinó las
veinticinco tarjetas con extraordinaria corrección!
Lillina, una niña de nueve años, hizo un promedio mucho mejor que la mayoría de
la gente, cuando no se le apostó nada en absoluto y, por tanto, no tenía por qué
preocuparse de fracasar. Luego de esta prueba, fue emplazada a una situación de
presión menor”, ofreciéndosele una moneda de cincuenta centavos si lograba adivinar
correctamente todas las tarjetas del fichero. Desde el momento en que se empeñó en
ello, comenzaron a movérsele los labios como si estuviera hablando consigo misma. En
efecto, adivinó las veinticinco tarjetas con extremada precisión. Después, al
preguntársele qué se había estado diciendo a sí misma, reveló su actitud agresiva y
positiva hacia la apuesta diciendo: Estuve deseando, durante todo el tiempo, poder
adivinar las veinticinco tarjetas”.
Reaccione agresivamente a sus propios consejos negativos
Todo el mundo ha conocido a individuos que pueden desanimarse sentirse en
derrota, por el simple consejo de otras personas de que usted no podrá hacerlo”. Por
otra parte, hay gente que, ante ese consejo, suele tomar más ánimo y adoptar decisiones
más determinadas ante el desafío que en sí lleva implícito ese desfavorable dictamen
debido a personas extrañas. Observemos lo que respecto a esto manifiesta cierto socio
de Henry J. Kaiser: Si uno no quiere que Henry haga cierta cosa, no debe cometer la
equivocación de decirle que no debe hacerla ‘que no puede hacerla’, porque en este
caso la hace revienta”.
No es sólo posible, sino enteramente practicable, que reaccionemos de la misma
manera agresiva y positiva al consejo negativo” de nuestros propios sentimientos, así
como también podemos y debemos hacerlo con respecto al juicio desfavorable con que
las personas extrañas pretendan influirnos.
Procure superar el mal” con el bien”
Los sentimientos no pueden ser controlados directamente por la fuerza de la
voluntad. No pueden ser llamados voluntariamente al orden, abrirlos cerrarlos, como
cerramos y abrimos una llave de agua. Si no lo podemos someter a nuestro dominio,
podremos, por lo menos, cortejarlos y requerirlos para que actúen en nuestro propio
beneficio. Ahora bien, si no lo podemos someter por una acción directa de la voluntad,
podremos, sin embargo, dominarlos de una manera indirecta.
Un mas sentimiento no se disipa con el esfuerzo consciente mediante la fuerza
de voluntad. Puede disiparse, sin embargo, mediante otro sentimiento. Si no podemos
apartar de nosotros un sentimiento negativo haciendo un ataque frontal sobre el mismo,
podremos lograr el mismo resultado substituyéndolo por un sentimiento positivo.
Recuerde que los sentimientos y las sensaciones se originan en la imaginación. Las
sensaciones coinciden y resultan adecuadas con lo que nuestro sistema nervioso acepta
como actual como la verdad del ambiente”. En cualquier momento en que nos sintamos
experimentando las diversas tonalidades de las sensaciones indeseables, no debemos
concentrarnos en ellas, aunque sea con el objeto de apartarlas de nosotros. En vez de
ello, debiéramos concentrarnos inmediatamente en la imagen positiva, tratando al
mismo tiempo de llenar la mente con imágenes deseables, positivas y concretas, así
como con imaginaciones y recuerdos de este mismo carácter. Si hacemos esto, ya se
encargarán las sensaciones negativas de cuidarse de sí mismas: se evaporarán
simplemente. Debemos cultivar, pues, las nuevas sensaciones que resulten adecuadas a
las nuevas imágenes.
Sí, por otra parte, nos concentramos sólo en la forma de apartarlas en atacar a
las ideas de preocupación, tendremos necesariamente que concentrarnos en las
sensaciones negativas. Y, entonces, aunque consigamos, inclusive, tener éxito en
apartar” la thought que nos preocupa, una nueva preocupación e incluso otras nuevas
preocupaciones irrumpirán probablemente de nuevo, ya que la atmósfera common es
todavía negativa. Jesús nos recomendó que tuviésemos cuidado de limpiar nuestra
mente de un solo demonio, sólo, para que en lugar de éste, apareciesen otros nuevos en
el caso de que dejáramos la casa completamente vacía. También nos aconsejó que no
resistiéramos al mal, sino que tratásemos de superar el mal con el bien.
El método de substitución para la cura de las preocupaciones
El Dr. Matthew Chappel; el moderno psicólogo, recomienda exactamente lo
mismo en su libro The way to Control Worry -Cómo dominar las preocupaciones-,
(Matthew N. Chappel, How to Control Fear, Macmillan Co., New York). Somos
individuos preocupados debido a que practicamos la preocupación hasta llegar a
hacernos adeptos de la misma, cube el Dr. Chappel. Habitualmente nos permitimos
fijarnos en las imágenes negativas del pasado y en anticiparnos al futuro. Estas
preocupaciones originan la tensión. El individuo preocupado hace entonces un esfuerzo
para cesar de preocuparse, y es atrapado en un círculo vicioso. El esfuerzo aumenta la
tensión. La tensión proporciona una atmósfera de preocupación”. La única cura para la
preocupación, cube el doctor mencionado, consiste en formarse el hábito de substituir
inmediatamente las desagradables imágenes de la preocupación por otras imágenes
mentales más agradables y completas. Así, pues, cada vez que el sujeto se halla
preocupado suele emplear este método como una señal” que le invita a llenar
inmediatamente la mente con imágenes agradables del pasado con las
correspondientes a la anticipación de las imágenes agradables del futuro. En momentos
de preocupación se derrotará a sí mismo a causa de que la misma preocupación se
convierte en un estímulo para practicar la despreocupación más absoluta. La función del
sujeto preocupado, dice el physician Chappel, no consiste en superar alguna fuente
particular de la preocupación sino en transformar sus hábitos mentales. En tanto como
orientemos la mente a un pasivo y derrotista espero que nada ocurra”, a otra actitud
del mismo carácter, siempre tendremos que preocuparnos acerca de algo.
El psicólogo David Seabury dice que el mejor consejo que le dio su padre
consistió en que practicara la imagen mental positiva, inmediatamente y tomándola por
el rabo”, por así decirlo, en el mismísimo instante en que éste (el hijo) se diera cuenta de
que estaba experimentando sensaciones negativas. Las sensaciones negativas se
derrotan a sí mismas, literalmente, al convertirse en una suerte de campana de alarma
que produce un reflejo condicionado para despertar y excitar los diversos estados
positivos de la mente.
Recuerdo que en los tiempos en que era estudiante de medicina fui invitado por el
profesor, cierta vez, a que contestara oralmente a algunas preguntas que concernían a la
ciencia de la patología. No recuerdo por qué, pero me sentí lleno de miedo y de
ansiedad en el mismo instante en que tuve que incorporarme y enfrentarme a los demás
estudiantes, y, entonces, no me fue posible responder en forma satisfactoria. No
obstante, en otras ocasiones, por ejemplo, cuando me hallaba mirando a una placa a
través del microscopio, y respondía a las preguntas que me estaba haciendo la
mecanógrafa que se hallaba delante de mí, yo era una persona completamente distinta.
Sentíame libre de tensiones, confiado y seguro de mí mismo, y ello period debido a que
conocía perfectamente la materia sobre que se me estaba interrogando. Poseía, además,
la sensación de la victoria” y me desempeñaba perfectamente bien en mi cometido.
Así, pues, conforme fue avanzando el semestre, tomé ejemplo de mí mismo, y
cuando me incorporaba para contestar a alguna pregunta imaginábame que no me estaba
enfrentando a un auditorio sino que me hallaba mirando a través de la lente de un
microscopio. Permanecí libre de tensiones y ello consistió en que sustituí las
sensaciones negativas, en el momento de sentirme confundido cuando contestaba
oralmente, por la sensación de la victoria. Pues bien; al remaining del semestre obtuve
magníficas notas tanto en el examen oral como en el escrito.
La sensación negativa se me había convertido finalmente en una suerte de
campana de alarma”, la cual me originó un reflejo condicionado que logró despertar en
mi ser la sensación de la vitoria”.
Hoy, debido a que me siento libre de tensiones, doy conferencias y hablo con
facilidad ante multitudes de cualquier parte del mundo, y sé además de lo que hablo en
el momento en que estoy hablando. Más que eso, atraigo a otras personas a la
conversación y produzco en ellas un estado de perfecta calma.
A través de veinticinco años de práctica como cirujano plástico, he operado a
soldados mutilados en el campo de batalla, a niños nacidos con deformaciones físicas, a
hombres, a mujeres y a niños que sufrieron algún accidente en el hogar, en la carretera
en los lugares de trabajo. Estas desgraciadas personas creyeron que nunca iban a poder
poseer la sensación de la victoria”. No obstante, al rehabilitarlas y hacerlas que se
sintieran como hombres normales sustituyeron sus sentimientos negativos por otros que
les hicieron confiar en el futuro.
Al proporcionar a estas personas otra oportunidad de volver a capturar el
sentimiento de la victoria”, yo mismo he logrado para mí cierta habilidad en el arte de
poseer el mencionado sentimiento. Al ayudarles a mejorar sus autoimágenes, yo mismo
he perfeccionado la mía. Todos nosotros debemos hacer lo mismo con nuestras propias
cicatrices internas y nuestros sentimientos negativos, en el caso de que queramos extraer
más pasión important de la propia vida.
La selección le corresponde a usted mismo
Dentro de cada uno de nosotros existe un vasto almacén psychological en el que hemos
ido depositando los sentimientos, las sensaciones y las experiencias del pasado, tanto las
que conciernen a los fracasos como a los éxitos. Igual que las cintas magnéticas de la
grabadora, estas experiencias y sensaciones han ido grabándose naturalmente sobre las
circunvoluciones nerviosas de la materia gris. Hay grabaciones de historias que
terminan felizmente y otras que concluyen de un modo asaz desgraciado. Las unas son
tan verdaderas como las otras y tan reales son aquéllas como éstas. La selección está en
sus manos: todo depende de la cinta magnética” que desee emplear.
Otro interesante descubrimiento científico, en relación con estas circunvoluciones
grabadas, consiste en que la misma grabación puede ser substituida modificada, algo
así, casi del mismo modo en que se puede cambiarse el materials grabado de una cinta
magnética tornando a grabar una nueva grabación sobre la vieja.
Los dotores Eccles y Sherrington nos dice que la grabación que se ha hecho sobre
el cerebro humano tiende a debilitarse ligeramente cada vez que se la obliga a pasar de
nuevo”, sea, a repetirla. Esta adopta algo de la tonalidad y del humor de nuestro
presente estado de ánimo, de nuestras ideas y actitudes con respecto a la mencionada
grabación”. También cada persona particular person puede convertirse en una parte, quizás
en un centenar de distintas formas separadas, lo mismo que el árbol de un huerto puede
formar parte de un cuadrado, de un rectángulo, de un triángulo de otros cuadrados más
grandes. La neurona constituye el grabado common, del cual es también parte y adopta
algunas de las características de las grabaciones sucesivas -de las cuales ella misma se
hace parte- y al hacerlo así, cambia en cierta forma la grabación authentic. Ello no es sólo
sumamente interesante, sino que también nos da ánimos. Nos provee de suficiente razón
para que no creamos que las experiencias infortunadas y adversas de nuestra infancia,
los traumas”, and so on., vayan a ser tan permanentes tan fatales como los primeros
psicólogos nos habrían hecho creer. Ahora sabemos que no sólo el pasado influye sobre
el presente, sino que también el presente ejerce influencia sobre el pasado. Para decirlo
con otras palabras: no hemos sido condenados a un destino fatal ni siquiera dañados,
por los acontecimientos los accidentes que experimentamos en los tiempos anteriores
de nuestras vidas. A causa de que hayamos padecido diversos traumas y experiencias
desgraciadas durante la infancia, las cuales quedaron grabadas en nuestros cerebros, no
tendremos por qué estar, no obstante, a la merced de esas grabaciones ni tampoco temer
a que nuestros de conducta hayan sido ya establecidos, se hayan predeterminado
vayan a permanecer inalterables. Nuestras ideas actuales y nuestros hábitos mentales del
presente, así como nuestras actitudes hacia las experiencias del pasado y con respecto a
las del futuro, todo ello manifiesta poderosa influencia sobre nuestros engramas”
grabados. Así, pues, lo antiguo puede transformarse, modificarse y substituirse
mediante nuestras ideas del presente.
Cómo podemos alterar las viejas grabaciones
Otro interesante descubrimiento consiste en que a cuanta más actividad sea
sometido un engrama” dado, se le repase” más, éste habrá de adquirir mayor
potencialidad. Eccles y Sherrington manifestaron que la permanencia de los engramas”
se deriva de la eficacia sináptica” (la eficiencia y facilidad de las conexiones entre las
neuronas individuales que forma la cadena), y que, ulteriormente, la eficiencia sináptica
mejorará con el uso y habrá de disminuir con la falta de empleo. Aquí, pues, volvemos a
disponer de un magnífico campo científico que nos facilita el olvido y la ignorancia de
estas infortunadas experiencias del pasado, para que nos podamos concentrar en otras
experiencias más felices y agradables. Si la hacemos así, reforzaremos los engramas”
que tengan que ver con el suceso y la felicidad, y debilitaremos, al mismo tiempo,
aquellos otros que se relacionan con la desgracia y el fracaso.
Todos estos conceptos nos han sido revelados sin tener que recurrir a
especulaciones disparatadas, superticiosas en el fondo, acerca de esos hombres de paja
que mentalmente constituyen el Id”, el Super-Ego” y cosas de igual género, sino que
han sido extraídos de las más serias investigaciones científicas que se hayan hecho con
respecto a la fisiología del cerebro. Hállanse basados estos conceptos en diversos
hechos y fenómenos observados científicamente, y no en unas teorías más menos
fantásticas. Acabemos de aprender, pues, el largo camino que conduce a la restauración
de la dignidad del hombre como criatura que sólo es responsable ante Su Divino
Hacedor, capaz de adaptarse a su pasado y de planificar su futuro, en vez de constituir
una imagen del Hombre como inválida víctima de las experiencias de su vida anterior.
No obstante, el nuevo concepto también lleva consigo una responsabilidad. Por lo
tanto, ya no debemos, en adelante, tratar de obtener una enfermiza ventaja y comodidad
mediante al fácil argumento de culpar a nuestros padres, a la sociedad, nuestras
primeras experiencias a las injusticias de las personas extrañas, de todas las
dificultades con que nos hallemos enfrentándonos en el presente. Todos estos nuevos
conceptos pueden y deben ayudarle a que comprenda el por qué ha llegado usted a ser
como es ahora. Con echar la culpa a los otros”, inclusive a nosotros mismos, de los
errores que cometimos en el pasado, no podremos, de ningún modo, resolver nuestros
problemas ni tampoco mejorar nuestro presente ni nuestro futuro. Démonos cuenta, así
mismo, que tampoco hacemos nada de mérito al echarnos al culpa de todas nuestras
faltas y errores. El pasado sólo explica cómo hemos logrado llegar hasta aquí. Ahora
bien, el cómo saldrá de aquí y el cómo va a continuar de aquí en adelante incumbe
solamente a su propio sentido de la responsabilidad. La elección es enteramente suya.
Como en un gramófono roto, el individuo puede continuar tocando el mismo disco
rayado” del pasado; revivir las injusticias de otros tiempos; apiadarse de sí mismo por
los errores cometidos, etc. Pues bien; todo ello no hará más que ofrecer nueva actividad
a las diversas formas de las sensaciones de frustración del pasado, las cuales habrán de
matizar nuestro presente y nuestro futuro.
También, y ello sólo dependerá, como dijimos y tornamos a repetir, de nuestra
propia elección, podemos preferir colocar un nuevo disco y dar nueva actividad a los
diversos moldes del éxito y de la sensación de la victoria, los cuales habrán de
ayudarnos a desempeñarnos mejor en nuestro presente y prometernos un futuro mucho
más agradable y divertido.
Cuando su gramófono está tocando un género de música de que usted no gusta,
usted, desde luego, no trata de forzarle a que toque mejor. Usted, en este caso, no hace
uso del esfuerzo físico ni de su fuerza de voluntad. Usted, a causa de ello, no trata de
romper el fonógrafo. Tampoco intenta que el disco por sí mismo altere la clase de
música que se halla tocando. Sencillamente, cambia el disco y el mismo aparato se
encarga de tocar otra pieza. Emplee, pues, esta misma técnica con respecto a la
música” que surge de su propia máquina interna. No trate de amenazar directamente a
la música que no le agrada. Por tanto tiempo como la misma imagen psychological (la causa)
esté ocupando su atención, ningún esfuerzo, por importante que fuere, logrará alterar la
música” (el resultado). En vez de ello, procure colocar un nuevo disco. Cambie su
imagen mental, y los sentimientos y las sensaciones habrán de cuidarse de sí mismos.
Capítulo Decimoquinto
Más años de vida y más vida en los años
¿Habrase construido cada ser humano, por sí mismo, una fuente de la juventud?
¿Podrá mantenernos jóvenes nuestro mecanismo de éxito?
¿Será capaz el mecanismo de la frustración de acelerar nuestro proceso de
envejecimiento?
Para decirlo con franqueza, la ciencia médica no dispone de respuestas definitivas
para todas estas preguntas, mas no es solamente posible, sino que también lo creo
práctico, el intento de esbozar ciertas concusiones implícitas en cuanto ya conocemos.
Así, pues, trataré, en el presente capítulo, de exponerles algunas de las cosas en que creo
y las cuales han sido de verdadero valor práctico para mí mismo.
William James manifestó, en cierta ocasión, que todo el mundo -incluso los
hombres de ciencia. Desarrollan en sí mismos sus propias super-creencias”, las cuales
se asientan en hechos conocidos, pero a las que los hechos no justifican per se. Cómo
medida práctica, estas tremendous-creencias” no sólo debemos admitirlas como de
recomendable adopción, sino que también resultan evidentemente necesarias. Nuestras
presunciones con respecto a un objetivo futuro, que a veces no lo podemos prever, son
las que nos dictan nuestros actos del presente y nuestra conducta práctica”. Colón, por
ejemplo, tuvo que suponer, antes de descubrir a América, que hacia el oeste de Europa
extendíanse una enorme masa de tierra. De otra manera, nunca hubiera emprendido su
peligrosa navegación, y si se hubiera puesto a navegar no podría haber sabido hacia qué
punto orientarse: al norte, al sur, al este al oeste.
La investigación científica se hace posible solamente a través de la fe en la
suposición. Los experimentos de la investigación oriéntanse siempre hacia un fin
predeterminado. El científico tiene que establecer en primer lugar una verdad hipotética,
cierta hipótesis que no se halla basada en los hechos, sino en las diversas implicaciones
del proceso que se ha determinado a seguir, y ello tiene que establecerlo antes de
conocer los experimentos que ha de llevar a cabo, el camino a que debe asomarse para
hallar los hechos que puedan comprobar desaprobar su preestablecida verdad
hipotética”.
Pues bien; en este último capítulo, voy a tratar de compartir con ustedes algunas
de mis super-creencias”, hipótesis y filosofías, sin tener en cuenta mi profesión de
médico, sino como hombre corriente. Así, pues, coincidiremos con la concept manifestada
por el Dr. Hans Selye, el cual dijo que existen ciertas verdades” que no se pueden
emplear en la medicina científica profesional, pero que sí pueden ser utilizadas” por
el paciente.
La fuerza de la vida. El secreto de la salud y el secreto de la juventud
Creo que el cuerpo físico, incluyendo el cerebro y el sistema nervioso físicos, es
una máquina que se compone de numerosos mecanismos pequeños, todos ellos
construidos para cumplir un propósito determinado ser dirigidos a una meta prefijada.
No creo, sin embargo, que el HOMBRE sea simplemente una máquina. Al contrario,
creo que la esencia” del Hombre es lo que hace moverse y anima a su máquina; que
esta esencia habita en la máquina, que es lo que la dirige, la controla y la utiliza como
un vehículo. El Hombre, por sí mismo, no es la máquina, del mismo modo que la
electricidad tampoco es el cable por el que se transmite el motor a que hace girar.
Creo, por otra parte, que la esencia” del HOMBRE es aquello a lo que el Dr. J. B.
Rhine denomina lo extrafísico”, sea, su vida su vitalidad, su conciencia, su
inteligencia y su sentido de la identidad; en fin, eso mismo que él llama su Yo”.
Durante muchos años, algunos hombres de ciencia -psicólogos, biólogos,
fisiólogos- han sospechado que dentro del Hombre había una especie de energía”
vitalidad universales que hacía funcionar a la máquina humana, y que la suma de esta
energía y el modo como la misma era empleada, podría explicar por qué unos
individuos se muestran más resistentes que otros a idénticas enfermedades; por qué
unos individuos envejecen más rápidamente que los otros y el por qué algunas personas
fuertes viven mucho más que otras. Era, pues, bastante obvio que la fuente de esta
energía básica -cualquiera que fuese- no estaba constituida, precisamente, por la
energía superficial” que obtenemos de los alimentos que solemos comer. La energía
calórica no explica por qué un individuo se recupera rápidamente de una operación se
mantiene derecho a través de una prolongada situación crítica sobrevive a alguna
extrema enfermedad. Solemos decir de estas personas que poseen una fuerte
constitución”.
Hace algunos años, el Dr. J. A. Hadfield dijo lo siguiente: Es cierto que
almacenamos una cierta cantidad de energía de la misma que se origina
fisiológicamente, ello es, de la nutrición que recibimos del alimento y del aire…, pero
algunos de los más grandes psicólogos, y, en explicit, de los psicólogos clínicos que
han tenido que tratar ciertas enfermedades de los hombres, han mantenido el punto de
vista de que la fuente de la fuerza debe ser considerada como una especie de impulso
que opera sobre nosotros y no es de nuestra propia elaboración. Lo que Janet suele
llamar ‘la energía psychological’ es la fuerza que declina en el neurasténico y fluye en el
hombre sano; Jung habla de la libido la urgencia como de una fuerza que surge al
través de nuestras vidas, ya como un impulso hacia la nutrición, ya como instinto
sexual; también hay el elan vital, de Bergson. Todos estos puntos de vista nos sugieren
que no somos meros receptáculos, sino verdaderos canales de la energía. La vida y la
fuerza no se hallan tan contenidas dentro de nosotros como corrientes a través de
nosotros. La fuerza del hombre no puede medirse como el agua estancada del pozo sino
por la provisión ilimitada de las nubes del cielo… Ya consideremos este impulso como
energía cósmica, como la fuerza de la vida como las que puedan ser sus relaciones con
la Divinainmanencia dela Naturaleza, esa es cuestión aparte que debe ser manifestada
por otros investigadores”. (J. A. Hadfield, The Psychology of Energy, New York, The
Macmillan Co.)
La ciencia descubre la fuerza de la vida
Hoy, este principio de la fuerza de la vida” ha quedado establecido como un
hecho científico, y ello se debe al Dr. Hans Selye, dela Universidadde Motreal. El
mencionado doctor se ha estado dedicando, desde el año 1926, al estudio de este
problema de la fuerza. En forma clínica y mediante otros numerosos ensayos y
experimentos de laboratorio, el physician Selye ha comprobado la existencia de una fuerza
básica de la vida a la cual llama la energía de la adaptación”. A través de toda la vida,
desde la cuna hasta el sepulcro, somos invitados diariamente a adaptarnos” a la
violencia de diversas situaciones. Inclusive el mismo proceso de la vida constituye una
fuerza una adaptación continua. El physician Selye ha descubierto que el cuerpo humano
contiene varios mecanismos de defensa (síndromes de adaptaciones locales S.A.L.)
que nos defienden contra fuerzas específicas, y un mecanismo de defensa general
(síndrome de adaptación basic S.A.G.) que nos defiende contra las fuerzas que no
asumen carácter específico. La fuerza” incluye cualquier cosa que requiere adaptación
ajuste in tales estados extremosos como son los del excesivo calor el frío, la
invasión de los gérmenes de una enfermedad, la tensión emotiva, el uso y desgaste de
la vida”, sea, el así llamado proceso de envejecimiento”.
El término ‘energía de la adaptación’, cube el physician Selye, ha sido acuñado ‘por
eso’ que es consumido durante el proceso de la adaptación continua, para indicar que
constituye un algo distinto a la energía calórica que recibimos por medio de los
alimentos, pero esto es sólo un nombre, y nosotros, sin embargo, no poseemos aún un
concepto preciso de lo que pueda ser esta energía. Las investigaciones que ulteriormente
se hagan sobre esta materia parece ser que habrán de mostrarse sumamente
prometedoras, ya que creo que mediante ellas, estamos tocando el punto basic
del proceso del envejecimiento”. (Hans Selye, The Stress of Life, New York, MacGraw-
Hill E book Co., 1956).
El physician Selye , con el objeto de explicar sus estudios clínicos y su concepto de
la fuerza”, de la salud y de la enfermedad, ha escrito doce libros y centenares de
artículos. Rendiríase, pues, un mal servicio si tratara de comprobar aquí su caso. Me
bastará señalar que sus descubrimientos médicos han sido reconocidos por los
especialistas de todo el mundo. Así, si el lector desea conocer algo más respecto al
trabajo que le condujo a sus descubrimientos, le sugiero que lea el libro que, para el
público basic, escribió el physician Selye, The Stress of Life -La fuerza dela Vida”.
Para mí, la cosa realmente más importante que el doctor Selye ha comprobado
consiste en el principio de que el mismo cuerpo se halla dotado de la capacidad de
mantenerse en estado saludable; de la capacidad de curarse a sí mismo de las
enfermedades y mantenerse joven mediante la feliz adaptación con los diversos factores
a que solemos llamar el proceso del envejecimiento”. No sólo ha demostrado que el
cuerpo es capaz de curarse a sí mismo, sino que, en ultimate de cuentas, esa es la única cura
que realmente existe. Las drogas, la cirugía, así como las diversas clases de terapias,
sólo funcionan a modo de estimulantes del propio mecanismo de defensa del cuerpo
cuando éste se halla en un estado depresivo para armonizarlo, rebajándole el estado de
exaltación en el momento en que el cuerpo sobrepasa su funcionamiento. La energía de
la adaptación, por sí misma, es la que, finalmente, supera la enfermedad, sana la herida
la quemadura nos hace superar otras violencias de carácter interno externo a las
dificultades de nuestro cuerpo.
¿Consistirá en ello” el secreto de la juventud?
Este impulso very important – la fuerza de la vida la energía de la adaptación-, llámelo
como quiera, manifiéstase por sí mismo de diversos modos. La energía que sana una
herida es la misma que mantiene todos nuestros otros órganos en funcionamiento
constante. Cuando esta energía se encuentra en su grado óptimo, funcionan con mayor
perfección todos nuestros órganos, nos sentimos mejor, sanamos más rápidamente de
las heridas, nos mostramos más resistentes a las enfermedades, nos recuperamos con
más celeridad de cualquier clase de perturbación, nos sentimos más jóvenes y también
nos comportamos, con relación a esta sensación, biológicamente más jóvenes. Ello es
solamente posible mediante la correlación de las diversas manifestaciones de la fuerza
de la vida, y por ello debemos tenerla en cuenta, para hacerla funcionar en nuestro
propio beneficio. De cualquier forma con que la aceptemos, para que ejerza un mayor
influjo sobre nuestras vidas, en cualquier sentido en que nos propongamos utilizarla
mejor, nos habrá de ayudar, literalmente, el desarrollo de todos los aspectos vitales”.
Podemos concluir manifestando que cualquiera que sea la terapia que nos ayude a
sanar más rápidamente de nuestras heridas, debe también ayudarnos a sentirnos más
jóvenes. Cualquiera que sea la terapia, específica no específica, que nos ayude a
superar el malestar y los dolores, puede, por ejemplo, mejorar nuestra vista. Esta es,
pues, precisamente la dirección que se ha emprendido con respecto a las investigaciones
en el campo de la medicina y la que también parece ser la más prometedora.
La rebusca científica del elixir de la juventud
Las más interesantes y prometedoras investigaciones del campo de la medicina
consisten en la búsqueda de una terapia no específica” que deberá ayudar al hombre
en todos sus aspectos”: a inmunizarle contra cualquier enfermedad a superársela, en
contraste con la terapia específica” localizada” de esta la otra enfermedad. Pues
bien; ya han sido realizados algunos progresos notables con respecto a este campo. El
ACTH y la cortisona constituyen dos ejemplos de esta terapia no específica. Ambos
productos benefician no precisamente a una dos condiciones patológicas precisas, sino
a toda una serie de enfermedades, ya que operan a través del mecanismo de defensa
general de nuestros propios cuerpos.
Todos sabemos que el physician Bogomolets obtuvo renombre common, en los
últimos años de la década del forty, con el descubrimiento de su suero citotóxico
antirreticular, el suero de la juventud”, hecho con las sustancias del bazo y la medula
ósea, el cual fue ampliamente saludado como un curalotodo” por los escritores de las
revistas (pero no por el mismo Bogomolets). En los tiempos presentes, el Dr. Paul
Niehans, de Suiza, ha conquistado la fama con su terapia celular” (TC), la cual se
aplica a todas las enfermedades, sin excluir las de carácter degenerativo que se asocian
comúnmente con el envejecimiento”. El doctor Niehans ha empleado esta terapia con
el Papa Pío XII, con el Caciller dela Alemania OccidentalConrad Adenauer y con
muchas otras personas famosas. Alrededor de quinientos médicos europeos están
aplicando ahora, en sus respectivos países, la terapia celular en el tratamiento de las más
diversas enfermedades. El tratamiento por sí mismo es sumamente easy. El tejido del
animal embrionario se obtiene completamente fresco del matadero. Estas células
nuevas” y jóvenes” son entonces convertidas en un extracto del tejido, y en seguida,
se le inyectan al paciente. Si funciona mal el hígado, empleanse las células del hígado
del animal embrionario. Por otra parte, si son los riñones los que se encuentran
enfermos, utilízanse, entonces, el tejido de riñón, and so forth. Aunque no se sabe precisamente
cómo, es indudable que se han obtenido mediante estos procedimientos bastante buenas
curaciones. La teoría consiste en que estas células jóvenes proporcionan nueva vida, de
alguna manera, el órgano humano enfermo.
¿Reside en el sistema reticular la clave del proceso del envejecimiento y de la
resistencia a la enfermedad?
Mi propia creencia acerca del sistema reticular se basa en que éste puede
proporcionarnos una nueva vitalidad, así como extraordinaria mejoría en cuanto
respecta a los diversos aspectos de la vida física, por otra razón sumamente importante.
Los diversos y serios estudios del Prof. Henry R. Simms, del Colegio de Médicos y
Cirujanos dela Universidadde Columbia; del Dr. John H. Séller, del Instituto de
Investigaciones Médicas de nueva Inglaterra, de Ridgefield, Conn.; del Dr. Sandord
Byers, del Hospital de Mount Zion, en San Francisco, y de otros investigadores
independientes sugieren contundentemente que la clave real de la longevidad y la
resistencia a la enfermedad debe hallarse en el funcionamiento de las células que
elaboran el tejido conectivo del cuerpo conocido con el nombre del sistema
reticuloendotelial. El sistema reticuloendotelial se halla presente en cada una de las
partes del cuerpo, tanto en la piel como en los diversos órganos y en los huesos. El
physician Selye describe el tejido conectivo como el cemento que aloja juntas a todas las
células del cuerpo y conecta a las unas con las otras. El sistema reticuloendotelial
ejecuta, asimismo, una serie de otras importantes funciones. También desempeña el
papel de forro escudo protector de los diversos órganos del cuerpo humano. Para
decirlo con pocas palabras: envuelve, inmoviliza y destruye a los invasores extraños.
En el artículo publicado en el New York Instances, dice así William L. Laurence:
Este conocimiento del papel protector que desempeña el sistema reticuloendotelial ha
abierto una nueva senda en el campo de las investigaciones, la cual puede conducirnos a
uno de los desarrollos más revolucionarios de la medicina. El objetivo consiste en
proveer de estimulación artificial, mediante métodos químicos y de inmunización de la
actividad de las células que constituyen el sistema reticuloendotelial. En vez de
combatir a la enfermedad individualmente, la estimulación química del propio sistema
de resistencia natural de nuestro cuerpo deberá proveernos de una defensa biológica
contra las enfermedades en common, tanto en las infecciosas como de las de carácter no
infeccioso, incluyendo, además, las enfermedades degenerativas que de manera tan
singular atacan a los grupos, cada vez más amplios, constituidos por las personas de
avanzada edad… Estos accesos al campo de las más modernas investigaciones debieran
servirnos, realmente, como un obstáculo que detuviera el proceso del envejecimiento,
manteniendo al individuo más joven de lo que le correspondiese por sus años, ya que
podríamos impedir, en alta proporción, el desgaste de la resistencia normal del mismo”.
El sistema reticuloendotelial controla los factores del desarrollo y el
antidesarrollo físicos
El Dr. Kurt Stern, dela Escuelade Medicina de Chicago, ha descubierto que las
células del sistema reticuloendotelial ejercen también labores de control sobre los
mecanismos de desarrollo y de antidesarrollo que tenemos dentro del cuerpo.
El sistema reitculoendotelial parece ser hoy la mejor fuente de la juventud que el
mismo cuerpo haya logrado construirse dentro de sí. Cuando este sistema funciona con
propiedad, creemos conseguir mayor provecho de una vida más llena” y de una
superior energía de la adaptación”. El sistema reticuloendotelial adquiere una mayor
actividad, asimismo, cuando se halla sujeto a diversas amenazas y a daños físicos, and so on.
Se ha descubierto que desarrolla una actividad mucho mayor de la regular en el
momento que, por ejemplo, el cuerpo padece una infección, y cuando éste, como es
natural, necesita de defensas adicionales. En fin, como indicó el doctor Selye, el
mecanismo de defensa common del cuerpo adquiere, a veces, mucha mayor actividad
cuando se halla sometido a la influencia de una violenta tensión de carácter general
(infecciones, choques eléctricos, agotamiento conmoción de la insulina, una
experiencia desgarradora, and many others.)
Mi propia tremendous-creencia” estriba en que este es el mecanismo a través del cual
funciona la terapia celular del physician Niehans; no a causa de que las nuevas” células de
hígado activen las funciones del hígado a que se las aplica para hacerlo joven, sino
debido a que a la introducción en el sistema de unas proteínas extrañas provocan
diversas conmociones en el sistema reticuloendotelial. Se sabe desde hace mucho
tiempo que el cuerpo reacciona con suma violencia y que a menudo estas reacciones a
las inyecciones a las proteínas extrañas conducen a resultados mortales. Sin embargo,
las células jóvenes que prescribe el doctor Neihans no parece que tengan este efecto,
posiblemente debido a que son jóvenes” y quizás también a que el extracto que se
produce con ellas no es demasiado fuerte. Creo, no obstante, que cualquier débil e
inocua proteína extraña debe estimular la actividad del sistema reticuloendotelial,
exactamente igual que la inyección de pequeños e inocuos gérmenes de la viruela
estimulan al cuerpo para que éste produzca los anticuerpos necesarios que deben
combatir a las viruelas virulentas.
Quizás el juicio del Dr. Aslan, de Bucarest, con respecto a las inyecciones de una
fórmula de Novocaína -H3-, que hacen que la gente vieja se sienta más joven, sea
debido a la suposición de que se opere algún cambio de carácter químico en el momento
en quela H3 se desintegra en el cuerpo, ocasionando, simultáneamente, ciertos
estímulos a la actividad del sistema reticuloendotelial.
La terapia no específica” con respecto al tratamiento de las heridas, hece
que los pacientes se sientan más jóvenes
Los remedios comunes que para las heridas se emplean en la terapia específica
son los emplastos, los ungüentos, antibióticos, and many others. Sin embargo, hace algún tiempo, en
1948, comencé a experimentar una terapia no específica” en la fórmula de un suero
que confiaba pudiese acelerar la curación de las heridas causadas por las incisiones
quirúrgicas. Pues bien; cuando ya hube obtenido algunos resultados de todos estos
experimentos me apresuré a publicarlos -cito ello por si el lector tiene interés en
conocer los detalles técnicos de los mismos- en The Journal of Immunology”, Vol. 60,
No. 3, noviembre 1948. (Research in Cellular Development. Impact of Antigranulation-Tissue-
Serum on Wound Therapeutic in Mice”, by Maxwell Maltz. Estudios del desarrollo
celular. Efectos del suero del tejido de la antigranulación en la curación de las heridas
de los ratones”.
He aquí la hipótesis que me condujo a practicar estos experimentos:
Cuando nos hacemos un corte en el dedo, comienzan a funcionar, para sanar la
herida, dos diferentes mecanismos que poseemos dentro de nuestro mismo cuerpo.
Operando a través del sistema reticuloendotelial, uno de los mecanismos -al que damos
el nombre de issue de la granulación” -estimula el desarrollo de las nuevas células
que han de formar el nuevo tejido, sea, el que llamamos tejido cicatrizante”. Las
células que se originan de esta manera son biológicamente jóvenes. El otro de los
mecanismos que también opera a través del sistema reticulotelial, funciona
desempeñando el papel de issue de management” de la antigranulación”. Este es un
mecanismo de antidesarrollo que impide la formación de células nuevas. De otra
manera, el tejido cicatrizante continuaría desarrollándose hasta hacerse, quizás, tan
largo como el propio dedo.
Estos dos mecanismos funcionan completamente juntos, y en forma simultánea,
con el objeto de conseguir un desarrollo correcto. Uno de ellos funciona, pues, a la
manera de una retroacción negativa que controla el funcionamiento del otro. Si existe –
en un momento determinado- un exceso del factor de desarrollo”, este mismo exceso
estimulará el factor de antidesarrollo. Por otra parte, un ligero exceso de factor de
antidesarrollo habrá de operar a la manera de una retroacción negativa que imprimirá
mayor actividad al factor de desarrollo”, en realidad de forma sumamente parecida a
como el termostato mantiene la justa temperatura en el native en que tal aparato se
hallare funcionando. El exceso de frío obliga al horno a que proporcione más calor, y el
calor excesivo hace que el horno rebaje su temperatura.
Esta clase de control de hacia delante y atrás, de abajo-arriba, es activo en tanto
prosigue el proceso de curación, pero se descontinúa cuando la tarea de curación ha sido
llevada a cabo. Entonces, los super-controles del antidesarrollo cesan también su
actividad y la formación del tejido cicatrizante detiénese al mismo tiempo. De tal modo
que debería haber presente una mayor suma de antigranulación en los últimos instantes
del proceso de la curación, precisamente en la costra que ya hubiese completado su
desarrollo.
El suero de antigranulación hace que las heridas sanen con mayor rapidez
Mi suero de tejido de antigranulación fue hecho con las costras de nueva
formación, pero de las heridas ya completamente sanadas y con el tejido de granulación
totalmente desarrollado, el cual, luego de haber sido suspendido en la solución, fue
inyectado a unos conejos para estimularles a que reaccionen contra este tejido de la
granulación. Teóricamente, este suero, que contenía un abundante issue de
antigranulación, debiera estimular el issue de granulación de una herida fresca y
proveer de un mayor desarrollo al tejido de la cicatrización, haciendo uso del mismo
principio que no podría emplear para abrir el horno, esto es, para hacer descender la
temperatura alrededor del termostato. Ello es precisamente lo que aconteció.
De manera general, estos experimentos demostraron que las heridas inflingidas a
los ratones, es las pruebas de laboratorio, requirieron, para sanar completamente, un
promedio de ocho días sin que se les hubiera suministrado ninguna dosis de suero. Pues
bien; otro grupo de ratones, al cual se le inyectó el suero del tejido de antigranulación,
sólo necesitó de un promedio de cinco días para que quedasen curados. El suero, que se
les inyectó a los ratones en el punto más lejano de la herida, aceleró el plazo de curación
en un cuarenta por ciento. Pues bien, como podríamos haber esperado, la administración
de una super-dosis del mismo suero tuvo el efecto opuesto y retardó el tiempo de
curación.
Estos resultados, sumamente alentadores, condujéronme al perfeccionamiento del
suero, para aplicarlo a los seres humanos. Así, pues, a su debido tiempo comencé a
emplearlo entre los seres humanos, y sólo tenía la esperanza de que éste pudiese servir
para acelerar el proceso de curación de las heridas causadas por las intervenciones
quirúrgicas.
Hay millones de mujeres de mediana edad que han estado empleadas durante
veinte años aún más tiempo, las cuales, de súbito, han tenido que enfrentarse a la
competencia que les han hecho personas más jóvenes, no obstante la mayor experiencia
y eficiencia de trabajo de aquellas sobre éstas. Muchas de ellas se han sentido obligadas
a acudir a la ayuda de la cirugía plástica con el objeto de que les extirpasen las señales
de la edad en los párpados y en el rostro, para adquirir una apariencia de mayor
juventud y poder mantenerse en sus empleos durante otros diez años todavía. Todos
estos son factores económicos, sociales y psicológicos de la supervivencia.
Naturalmente, entre las personas correspondientes a este grupo de edad madura algunas
no sanaron tan bien como las otras y, en esas circunstancias, apliqué mi suero a las que
sanaban con más lentitud.
Ahora bien, lo que yo no me había presupuesto period que muchos de los pacientes,
que habían recibido el suero, regresaran meses más tarde a informarme de que se
sentían mejor, más alegres y con mayor energía, y que algunos de ellos les habían
desaparecido los diversos dolores y achaques que les aquejaban. Algunos de estos
pacientes experimentaron un cambio bastante sorprendente en sus apariencias físicas.
Tenían un brillo en los ojos que nos les había visto en los meses anteriores; también
aparecía más suave la textura de la piel, manteníanse más derechos y caminaban con
mayor resolución.
Como médico, no extraje ningunas conclusiones de ello. Los hechos”
medicinales pueden verificarse por algo más que las sensaciones y sentimientos
subjetivos del paciente la casual observación de un médico. Para comprobar algo de
carácter científico, tenemos que someterlo a numerosos experimentos que se procesen
bajo diversas condiciones de riguroso management y de observaciones científicas. Ahora
bien, como hombre de la calle, no tengo por menos de opinar que todos estos detalles
tienden a confirmarme en mi creencia de que cualquier issue (emocional, mental,
espiritual, farmacéutico), que estimule la fuerza de la vida dentro de nosotros, tiene,
como consecuencia un efecto benéfico, no sólo local sino también basic.
También supongo, como hombre de la calle, que quizás haya yo llegado más
cerca de otros con respecto a un posible blanco en la importantísima cuestión que se
refiere a la prolongación de la vida, y ello a través del empleo de mi suero. El tejido de
la granulación es un tejido conectivo recién nacido biológicamente y manifiesta una
resurrección de la vida en un área local. El suero del tejido de antigranulación,
producido por tal medio biológico, estimula el sistema reticuloendotelial de un modo
más natural que cualquier otra sustancia química.
Cómo actúan, en calidad de terapia no específica”, las concepts, las actitudes y
las emociones
Comencé, pues, a buscar otros factores, comunes denominadores, que pudieran
explicar el por qué las heridas de origen quirúrgico de algunos pacientes sanaban más
rápidamente que las de otros. El suero funcionaba mejor con respecto a unas personas
que a otras. Ello, por sí mismo, constituía un nuevo elemento para argumentar, ya que
los resultados obtenidos con los ratones fueron prácticamente uniformes. De ordinario
estas alimañas no sienten preocupaciones ni se convierten en seres frustrados. La
frustración y los malestares emocionales pueden ser producidos, no obstante, entre los
ratones si les procura inmovilizar, de tal manera que carezcan en absoluto de libertad de
movimiento. La inmovilización frustra a cualquier animal. Los experimentos de
laboratorio han demostrado que bajo la tensión emocional de la frustración pueden
curarse con más rapidez las heridas de menor importancia, pero cualquier daño de
carácter mayor las empeora indefectiblemente, y a veces, bajo estas condiciones, la
curación llega a hacerse imposible. Hase llegado a establecer, asimismo, que las
glándulas adrenales reaccionan exactamente del mismo modo a las tensiones emotivas,
causando por ello diversos daños y tensiones del tejido físico.
De cómo el mecanismo de la frustración ocasiona diversos daños al sujeto
Así, pues, podemos decir que la frustración y la tensión emocional (esos mismos
factores previamente descritos como el mecanismo de la frustración”) añaden un
insulto a la injuria” en cualquier instante en que el cuerpo físico padezca un daño. Si el
daño físico es muy ligero, algunas tensiones emotivas pueden estimular el mecanismo
de defensa para que entre en actividad, pero si en realidad el daño fisiológico es grande,
la tensión emotiva hará solamente que éste empeore. Este conocimiento nos da
suficiente motivo para que nos detengamos a pensar. Si el proceso del envejecimiento
sobrepasa su desarrollo natural por el exceso que hayamos hecho de nuestra energía de
la adaptación, como parecen opinar muchos de los especialistas de esta rama científica,
entonces las indulgencias que adoptemos con respecto a los componentes negativos del
mecanismo de la frustración podrán, literalmente, hacernos más viejos antes de tiempo.
Hace mucho tiempo que los filósofos nos dijeron, y ahora lo confirman las
investigaciones médicas, que tanto el resentimiento y el odio nos hacen más daños que
las mismas personas contra las que los dirigimos.
¿Cuál es el secreto de los pacientes que sanan rápidamente de sus heridas?
Entre muchos de los pacientes humanos a los que no se les administró el
mencionado suero hubo algunos individuos que respondieron a las intervenciones
quirúrgicas exactamente igual que los que lo recibieron. Las diferencias de la edad, de la
dieta, el promedio del pulso, la presión sanguínea, and many others., no explican , de ninguna
manera, en lo que ello consiste. Hubo, sin embargo, una característica común a todos
ellos que resultó fácilmente reconocible.
Esta clase de pacientes eran personas optimistas, alegres, sujetos de ideación
positiva”, que no sólo esperaban sanar pronto, sino que también, invariablemente, tenían
alguna razón necesidad que les impulsara a sanar rápidamente. Para decirlo con pocas
palabras, tenían algo hacia que mirar y no sólo algo por qué vivir” sino también algo
por qué estar bien”.
Tenía que regresar al trabajo”, tenía que salir de aquí para poder alcanzar mi
objetivo”, constituyeron las más comunes expresiones de los mismos.
En fin, para expresarme con brevedad, estos pacientes capitalizaban las diversas
características y actitudes que he descrito anteriormente como constitutivas del
mecanismo del éxito”.
No soy el único individuo que he hecho esta clase de observaciones. El Dr.
William Clarence Lieb dice también a este respecto: La experiencia que me ha
enseñado a considerar el pesimismo como un síntoma mayor de prematura fosilización.
Suele éste presentarse con el primer síntoma menor del decaimiento fisiológico”.
(William Clarence Lieb, Outwitting Your Years -Las tretas de la edad”- Englewood
Cliffs, N. J., Prentice-Hall, Inc.). El physician Lieb hace, además, la siguiente indicación:
Se han sometido a diversas pruebas las perturbaciones de la personalidad en los
períodos de la convalecencia, y en uno de los hospitales en que se realizaron esta clase
de experimentos logró demostrarse que el período-promedio de la hospitalización había
aumentado en un cuarenta por ciento debido a esta causa…”
Resulta interesante observar que la cifra del cuarenta por ciento es casi idéntica a
los resultados que yo mismo obtuve en los experimentos de mi suero del tejido de
antigranulación. ¿Podríamos, pues, llegar a la conclusión de que el optimismo, la
alegría, la confianza, la fe y los éxtasis emotivos operasen tan bien y tan rápidamente
como el suero del tejido de antigranulación en cuanto respecta a la rapidez de la
curación y a mantenernos más jóvenes? ¿Constituye, acaso, nuestro mecanismo del
éxito” cierta suerte de suero de la juventud que podríamos emplear para vivir más y con
mayor energía?
Las concepts proveen al organismo de tanto bienestar como las transformaciones
funcionales
Esto lo conocemos bastante bien: las actitudes mentales pueden influir sobre los
mecanismos de curación del cuerpo humano. Las píldoras de azúcar” (cápsulas que
contienen ingredientes inertes) han constituido, durante mucho tiempo, uno de los
grandes misterios de la medicina. Estas no contienen ninguna clase de droga que pueda
contribuir a la curación del enfermo. No obstante, cuando se le administra a los
miembros de un grupo de management una de estas píldoras”, con el objeto de comprobar la
eficacia de una nueva droga, los pacientes que integran el grupo suelen manifestar algún
alivio”, y, con bastante frecuencia, un alivio tan grande como el obtenido por los
pacientes del grupo que recibió la verdadera droga. Los estudiantes a quienes se les
administra estas cómicas píldoras” muestran verdaderamente mayor inmunización
contra los resfriados que los grupos constituidos por pacientes que reciben una nueva
droga contra tal indisposición fisiológica.
En el año 1946, el New York Journal of Drugs publicó un resumen de una
discusión de mesa redonda sostenida por los miembros del Departamento de
Farmacología y de Medicina del Colegio de Medicina de la Cornell University” sobre
estas píldoras de azúcar” que hemos mencionado. Entre los alivios experimentados por
los pacientes, mediante este procedimiento -y de los cuales se informó-, se incluyeron
la curación del insomnio y la manifestación de un mejor apetito. Me he fortalecido.
Tengo mejor mis riñones. Puedo caminar más lejos sin que me llegue a doler el pecho”.
Se comprobó, de manera evidente, que estas píldoras de azúcar hubieron operado en
algunos casos con tanta eficacia como las vacunas contra la artritis reumáticas
crónicas”.
Durantela II GuerraMundial,la Marina Realdel Canadá sometió a prueba a una
nueva droga contra el mareo. El Grupo No. 1 recibió la nueva droga y el Grupo No. 2
recibió píldoras de azúcar” y sólo el trece por ciento de las personas de ambos grupos
padeció de mareo, mientras que los miembros del Grupo No. 3, que no recibieron nada,
resultaron todos mareados.
Existen hoy muchos médicos que están plenamente convencidos de que un tipo
related de tratamiento de sugestión constituiría la mejor forma para la terapia de las
verrugas. Se pintan, pues, éstas con un metano azul, tinta roja cualquier otro coloration, y
empléase además una luz colorada para tratarlas. En la revista Journal of the American
Medical Affiliation -Revista dela Sociedad Americanade Medicina” se ha dicho:
Los resultados de la terapia de sugestión aplicada a las verrugas parece ser que van a
ejercer una influencia decisiva a favor de la adopción general de dicho proceso”.
La sugestión” no explica nada
A los pacientes que se les administra píldoras de azucar”, así como a los que se
les aplica la terapia sugestiva de las arrugas, no se les puede decir que se les ha aplicado
un tratamiento de broma” si queremos que éste sea efectivo. Ellos creen que han
recibido medicinas legítimas las cuales van a producirles la mejoría. Decir que el efecto
de las píldoras de azúcar” se debe solamente a la sugestión no explica absolutamente
nada. Sería más razonable llegar a la conclusión de que al tomar la medicina se
despierta cierta expectación con respecto a la mejoría del paciente y que establecemos
en la mente del mismo una autoimagen objetivo de la salud”, y, desde ese instante, el
mecanismo de la creación opera a través de nuestro propio mecanismo de la salud del
cuerpo, el cual trata, entonces de alcanzar su meta de curación”.
Pensamos a veces en ¿cómo habremos de ser cuando lleguemos a viejos?
También nosotros hacemos algo muy parecido, pero en el orden contrario, cuando
nos ponemos, inconscientemente, a esperar a ser viejos” a una edad determinada.
En el año de 1951, en el Congreso Internacional de Geriatría de St. Louis, el Dr.
Raphael Ginzberg, de Cherokee. Iowa, manifestó que la idea tradicional que supone que
una persona se hace vieja e inservible alrededor de los setenta años es responsable en
gran medida de que el individuo se sienta anciano precisamente a esa edad, y así, en el
futuro más ilustrado podremos considerar los setenta años como una edad media.
Constituye materia de observación común el caso de algunos individuos que se
encuentran entre los cuarenta y los cincuenta años y empiezan a mostrarse y actuar
como ancianos, mientras que otros continúan comportándose y manifestándose como
jóvenes. Hase descubierto mediante un reciente estudio que los sujetos mayores de
cuarenta y cinco años se consideran a sí mismos personas de mediana edad que ya están
descendiendo de la colina”, mientras que los más jóvenes de cuarenta y cinco aún se
ven ascendiendo al monte”.
Existen por lo menos dos casos que nos sugieren pensar que nos estamos haciendo
viejos. Al esperar a envejecer a una edad determinada, ponemos inconscientemente una
imagen de meta negativa a nuestro mecanismo de creación para que éste trate de
alcanzarla. También, cuando esperamos hacernos viejos y comenzamos a sentir el temor
de las primeras embestidas de la edad avanzada, quizás hagamos involuntariamente todo
lo que no debemos, precisamente todas esas cosas” mediante las cuales habremos de
alcanzar, con mayor rapidez, las sensaciones de la senilidad. Comenzamos, por ejemplo,
a descuidar nuestras actividades físicas y metales; a alejarnos de todas las actividades
físicas que requieren ser tratadas vigorosamente, y, con ello no hacemos más que perder
la flexibilidad de las conyunturas. La carencia de ejercicio físico obliga a contraerse a
los vasos capilares e incluso a hacerlos desaparecer virtualmente, y el suministro de
nueva sangre vivificante, que habríamos de proporcionar a nuestros tejidos, queda
cortado en forma drástica. El ejercicio vigoroso es necesario para dilatar las vasos
capilares que suministran toda la sangre a los tejidos reemplazando simultáneamente a
las toxinas productos de desecho. El doctoy Selye ha cultivado células de animales
dentro del cuerpo de un animal vivo, introduciendo en el cuerpo del mismo un tubo
hueco. Por alguna razón desconocida estas células, nuevas y jóvenes biológicamente, se
forman dentro de este tubo. Descuidadas y sin la debida protección mueren, sin
embargo, en el transcurso de un mes. No obstante, si el fluido del tubo es lavado
diariamente y se le quitan los productos de desecho, las células viven por tiempo
indefinido. Permanecen eternamente jóvenes sin envejecer ni morir. El doctor Selye
supone que éste puede ser el mecanismo del envejecimiento, y que si es así, entonces, el
envejecimiento puede posponerse mediante la reducción del promedio de los productos
de desecho ayudando al sistema a que se desprenda de los mismos. En el cuerpo
humano, los vasos capilares constituyen los canales a través de los cuales se vacían los
productos de desecho. Se ha establecido definitivamente que la carencia de ejercicio
seca” los mencionados vasos capilares.
La actividad” indica vida”
Cuando nos decidimos a reducir nuestras actividades sociales y mentales, nos
engañamos a nosotros mismos. Quedamos detenidos en nuestros propios caminos, como
enterrados y vencidos y fuera de los grandes acontecimientos” que pudieran animar
nuestra gran expectación”.
No abrigo la menor duda de que si uno se encuentra con un joven sano alrededor
de treinta años de edad, y logra convencerle, de cualquier manera, que ya es viejo, de
que toda actividad física es peligrosa para él, así como fútil la actividad mental que
intente desarrollar, llegará a convertirle en un verdadero anciano en no más de cinco
años de tiempo. Si, además, le inducimos a que pase todo el día sentado en una
mecedora, a que cese de soñar en el futuro, que detenga todos sus intereses a concepts
nuevas y a que se considere a sí mismo como una persona inválida”, buena para nada,
sin importancia y sin capacidad de producir ni crear, estoy seguro de que habremos
formado experimentalmente a un anciano.
El Dr. John Schindler, en su famoso libro The way to Reside 365 Days a Year -Cómo
vivir 365 días al año”- (Prentice-Corridor, Inc., Englewood Cliffs, N. J.), señala las que él
cree sean las seis necesidades básicas que debe poseer cada sujeto humano:
1. La necesidad del amor
2. La necesidad de la seguridad
3. La necesidad de la expresión creadora
four. La necesidad de reconocimiento
5. La necesidad de nuevas experiencias
6. La necesidad de autoestimación
A estas seis necesidades yo añadiría otra necesidad básica… la necesidad de vivir
más, sea, la necesidad de mirar hacia el mañana con alegría y anticipación.
Miremos hacia adelante y vivamos
Ello me produce otra de mis super-creencias”.
Creo que la vida es por sí misma adaptativa; que la vida no concluye en sí misma,
sino que constituye un medio para alcanzar un fin. La vida es, pues, uno de los
medios” que tenemos el privilegio de emplear, de diversos modos, para la consecución
de metas sumamente importantes. Podemos observar que no concluye en sí misma, sino
que constituye un medio para desde la amiba hasta el hombre. El oso polar, por
ejemplo, necesita de una espesa piel con el objeto de lograr la supervivencia en un
ambiente sumamente frío. Necesita, además, de un colour protector para poder ocultarse
de sus enemigos. La fuerza de la vida actúa como un medio” para conseguir estos
fines, y así provee al oso polar del blanco manto protector que constituye su piel. Estas
adaptaciones de la vida para tratar con diversos problemas del ambiente son casi
infinitas y por ello no tenemos por qué continuar enumerándolos. Sólo quiero señalar
este principio para poder llegar a una conclusión.
Si la vida se adapta a sí misma, en tan diversas formas, para actuar como un
medio que conduce a un fin, ¿no es, acaso, razonable presumir que si nos colocamos en
una especie de situación-objetivo”, que necesita mayor vida para desenvolverse, no
habríamos de recibir más intensidad vital”?
Si consideramos al hombre como un buscador de objetivos”, tendremos que
pensar con respecto a la energía de la adaptación de la fuerza de la vida como en el
combustible propulsor en la energía que habrá de dirigirnos hacia esa meta que nos
proponemos. Un automóvil que se guarda en el garage no necesita tener gasolina en su
tanque. Tampoco un buscador de objetivos” sin objetivos necesita realmente de mucha
fuerza de vida.
Creo que nos establecemos esta necesidad cuando, con alegría y anticipación,
disponemos a mirar hacia delante, hacia el futuro, y esperamos gozar del mañana, y,
sobre todo, cuando tenemos algo muy importante (para nosotros) qué hacer y algún sitio
a dónde ir.
Creémonos una necesidad para vivir más
La capacidad de crear constituye, ciertamente, una de las características más
importantes de la fuerza de la vida. Ahora bien, la esencia de la capacidad de creación
consiste en mirar hacia delante persiguiendo constantemente una meta. La gente
creadora necesita de mayor fuerza very important. Las tablas de registro, por otra parte, parecen
también confirmar que esta clase de personas logran siempre una mayor fuerza de vida.
Como grupo, los trabajadores con capacidad de creación -investigadores científicos,
inventores, pintores, escritores, filósofos, and many others.-, no sólo viven más, sino que también
continúan produciendo durante mucho más tiempo que los individuos que se ocupan de
otras clases de actividades. (Miguel Angel pintó algunos de sus mejores cuadros a la
edad de ochenta años; Goethe escribió el Fausto pasados los ochenta; Edison continuaba
aún inventando a los noventa años; Picasso, que ha pasado de los setenta y cinco años,
domina el arte mundial de hoy; Wright, a los noventa y cinco años, estaba aún
considerado como el más creador de los arquitectos de la época; Shaw se hallaba aún
escribiendo comedias a los noventa años; la abuela Moses comenzó a pintar a los
setenta y nueve, and so forth., and so on.)
Ello es por lo que aconsejo a mis pacientes que procuren desarrollar una
‘nostalgia’ del futuro”, en vez de hacerlo con respecto al pasado, en el caso que quieran
continuar un género de vida productivo y very important. Cuando desarrollamos el entusiasmo
por la vida”, nos creamos la necesidad de obtener más vida” e, indudablemente,
adquirimos mayor fuerza important.
¿No se ha llegado usted a preguntar alguna vez a qué se deberá que tantos actores
y actrices se las arreglen para parecer mucho más jóvenes de lo que compete a sus años,
y por qué presentan un aspecto juvenil a los cincuenta, y aún a una edad mayor que
ésta? ¿No se deberá ello a que estos individuos tienen la necesidad de parecer jóvenes,
en que están interesados en mantener esta apariencia y no dejan de perseguir el objetivo
de permanecer así como por desgracia hacemos la mayoría de nosotros apenas hemos
alcanzado la edad mediana?
No envejecemos a causa de los años, sino debido a los acontecimientos y a
nuestras reacciones emotivas a los mismos”, dice el Dr. Arnold A. Hutschnecker. El
fisiólogo Rubner observó que la mujer campesina que trabaja en el campo y es mas
retribuida suele, en algunas partes del mundo, arrugársele la cara prematuramente, pero,
no obstante, no experimentan la pérdida de la fuerza ni de la resistencia físicas. Aquí
tenemos un ejemplo especial con respecto al proceso del envejecimiento. Podemos,
pues, razonar que estas mujeres han renunciado a su papel de competición” como
sujetos del género femenino; hanse resignado a vivir la vida trabajadora de la abeja y,
debido a ello, no necesitan la belleza del rostro sino sólo de sus capacidades físicas”.
(Arnold A. Hutschnecker, The Nicely to Reside -La voluntad de vivir”- Revised Version,
Englewood Cliffs, N. J., Prestice-Corridor, Inc.)
Hutschneker comenta también cómo la viudez suele envejecer a unas mujeres y
no a otras. Si la viuda siente que su vida ha llegado a su fin y no tiene nada por qué
vivir, su actitud habrá de prestarle una notable evidencia de la vejez mediante el
gradual arrugamiento de la piel y la continua y progresiva transformación de sus
cabellos que se le irán poniendo grises rápidamente”.
…Sin embargo, otra mujer, verdaderamente más vieja, comienza a florecer. Esta
entrará a la competencia por buscarse un nuevo marido puede entregarse a una carrera
de negocios quizás se ocupe de algo interesante, porque, es posible, no dispuso del
ocio suficiente para ello hasta este mismo momento”. (De la misma obra).
La Fe, el Valor, el Interés, el Optimismo y el mirar siempre hacia delante nos hace
entrar en una nueva vida y nos provee de mayor fuerza Futilidad, el
Pesimismo,la Frustracióny el vivir en el pasado no constituyen, solamente, las
características esenciales de la edad avanzada, sino que también contribuyen a
envejecernos.
Retírese de un empleo, pero nunca se retire de la vida
Son muchos los hombres que comienzan a descender la colina de la vida” luego
de haberse retirado de un empleo. Sienten que ya han completado su vida de actividad
productiva y que su tarea ya está totalmente hecha. No tienen nada a que mirar hacia
delante, se deprimen y se hacen inactivos y, con frecuencia, hasta padecen la pérdida de
la autoestimanción ya que se sienten aparte de todas las cosas del mundo; nada,
absolutamente nada habrá de importarles desde ahora en adelante. Van creando y
desarrollándose una autoimagen en la que se conciben como seres inservibles, sin valor,
completamente derrotados y fuera de uso. En fin, muchos de ellos mueren al transcurrir
un año así luego de haberse retirado de la vida de trabajo.
No es el retiro del trabajo lo que asesina a estos hombres: es el retirarse de la vida.
Es la sensación de no servir para nada, de haber sido barridos de la vida; la derrota de la
autoestimación, del valor y de la confianza en sí mismos, las cuales, las actitudes de la
sociedad precise procuran alentar. Necesitamos saber, pues, que estas actitudes se basan
en conceptos anticientíficos y pasados de moda. Hará unos cincuenta años algunos
psicólogos creían que las fuerzas mentales del hombre alcanzaban su cumbre a la edad
de veinticinco años y que luego comenzaban a declinar poco a poco. Los últimos
descubrimientos manifiestan, sin embargo, que un hombre alcanza su cumbre psychological
alrededor de los treinta y cinco años manteniendo el mismo nivel hasta bien pasados los
setenta. Tales tonterías como esa que cube que uno no puede enseñarle nuevas mañas a
un perro viejo” persisten aún a pesar del hecho de que numerosos investigadores han
demostrado que la capacidad de aprender es tan buena a los setenta como a los
diecisiete años de edad.
Conceptos médicos desaprobados y pasados de moda
Los psicólogos solían creer que cualquier tipo de actividad física habría de ser
dañosa para el hombre mayor de cuarenta años. Los médicos somos tan culpables como
las demás personas por haber aconsejado a los pacientes que rebasaron esta edad que
tomasen las cosas con calma” y por prohibirles jugar al golf y hacer cualquier otra clase
de ejercicios físicos. Hará como unos veinte años, uno de los mas famosos escritores
sugería, incluso, que cualquier individuo mayor de los cuarenta no debería nunca
permanecer de pie si podía estar sentado, y nunca debería quedarse sentado si podía
acostarse, y ello sólo con el objeto de que pudiese conservar la fuerza y la energía. Los
psicólogos y los médicos, incluyendo entre estos últimos a los mejores especialistas
nacionales del corazón, ahora nos dicen que la actividad, incluso la actividad extremada,
no es sólo posible sino que se requiere, para que podamos, a cualquier edad,
conservarnos en buen estado de salud. Nunca será el individuo demasiado viejo para
que no pueda hacer ejercicios físicos. El sujeto, incluso, se pondrá enfermo en el caso de
que irrumpa a ejecutarlos demasiado pronto. si el individuo ha permanecido en la
mayor inactividad, por un tiempo demasiado largo, el repentino ejercicio extremado
quizás le produzca un pésimo efecto e incluso le enferme y le sea fatal.
Así, pues, si usted no está acostumbrado al ejercicio extremado, déjeme
aconsejarle que lo tome con calma”, y comience a hacerlo de una manera gradual. El
Dr. T. Ok. Cureton, que fue de los primeros médicos en estudiar el reacondicionamiento
físico de los hombres de cuarenta y cinco a ochenta años de edad, sugiere que nos
tomemos por lo menos dos años de tiempo para que vayamos adquiriendo gradualmente
la capacidad de poder realizar una actividad extremada.
Si ha pasado de los cuarenta años, procure olvidar el peso que levantaba cuando
se hallaba en el colegio; asimismo, procure no recordar lo de prisa que corría. Comience
por pasear diariamente alrededor de la manzana en que habita. Aumente, poco a poco, la
distancia hasta una milla; luego, dos, y después de haber transcurrido seis meses, hasta
seis millas diarias. Luego, alterne entre saltar y caminar. Primero, haga una carretilla de
una media milla diaria: más tarde, una milla completa. Posteriormente, podrá añadir a
sus ejercicios diarios pequeños saltitos, flexiones de piernas y quizás a comenzar un
entrenamiento moderado de levantamiento de pesas. Empleando un programa como
éste, el doctor Cureton, después de haber tomado algunos hombres débiles” y
decrépitos de cincuenta, de sesenta y inclusive de setenta años, les ha hecho correr como
a cinco millas diarias luego de dos dos y medio años de entrenamiento. No sólo se
sienten mejor estos individuos, sino que también las pruebas médicas muestran una gran
mejoría en el funcionamiento del corazón y de los demás órganos vitales de los mismos.
Por qué creo en los milagros
Mientras me hallo confesando mis super-creencias”, puedo hacer un respiro y
afirmar que también creo en los milagros. La ciencia médica no pretende saber el
porqué se conducen así los diversos mecanismos que existen dentro del cuerpo.
Conocemos muy poco acerca de cómo se produce ello y por qué acontece de esta
manera. Podemos describir, desde luego, lo que ocurre y cómo funcionan los
mecanismos cuando el cuerpo humano sana en un corte que se le ha hecho. Ahora bien,
la descripción no es precisamente una explicación, independientemente de los términos
técnicos en que se trate de hacer aquella. Yo tampoco comprendo todavía el porqué y el
cómo sana un dedo por sí mismo cuando se le hace algún corte.
Tampoco comprendo la potencia de la fuerza de la vida que hace funcionar a los
mecanismos de la curación, y mucho menos entiendo aún cómo se aplica esa fuerza
cómo ejecuta su trabajo. Tampoco he logrado percibir a la inteligencia que ha creado
esos mecanismos ni como esa inteligencia directiva opera sobre los mismos.
El Dr. Alexis Carrel, al escribir sus observaciones personales sobre las curaciones
instantáneas que se verifican en Lourdes, dice que la única explicación que podría dar
como doctor en medicina consistiría en que los procesos naturales de curación del
propio cuerpo, que normalmente funcionan durante un período de tiempo para traernos
la salud, prodrían someterse, de alguna extraña manera, a una tremenda aceleración
causada por la intensidad de la fe del paciente.
Si los milagros, como cube el doctor Carrel, son realizados por la aceleración de
por la intensificación de, los procesos de la curación pure y las fuerzas que existen
dentro del cuerpo, en ese caso he sido testigo de un pequeño milagro” cada vez que
veo sanar por sí misma a una herida causada por intervención quirúrgica cuando ésta
desarrolla su nuevo tejido, Si para ello se requiere de dos minutos, dos semanas dos
meses, eso no altera la diferencia de tanto como yo lo pueda ver. Además, también he
sido testigo del funcionamiento de algunas fuerzas que aún no logro comprender.
Tanto la ciencia médica como la fe y la vida, proceden de la misma fuente
Dubois, el famoso cirujano francés, ha desplegado una grande muestra en su
gabinete de operaciones; ésta dice: El cirujano venda la herida, pero sólo Dios la cura”.
Pues bien; lo mismo puede decirse de cualquier tipo de medicación, desde los
antibióticos hasta las drogas contra los resfriados. No obstante, no logro comprender
como una persona racional pueda renunciar a la ayuda médica debido a que la crea
contraria a su fe. Creo que tanto la capacidad médica como los descubrimientos hechos
por la medicina han sido posibles gracias a la misma inteligencia y a la misma fuerza de
la vida que opera a través de la curación de la fe, y, debido a esta misma razón, no
puedo prever un posible conflicto entre la ciencia médica y la religión. La curación
médica y la curación por medio de la fe derivan de la misma fuente y deben operar
conjuntamente.
Ningún padre que vea a su hijo atacado por un perro furioso habrá de quedarse sin
movimiento y decir: No debo hacer nada porque tengo que probar mi fe”. Tampoco
habrá de rehusar la ayuda de un vecino que trae consigo una estaca un arma de fuego.
Pues bien; así uno cut back el tamaño del perro furioso a trillones de veces y lo llama una
bacteria” un virus”, el mismo padre quizás rehuse la ayuda de su vecino-médico,
que trae el debido instrumento para atacar el mal que padece su hijo, en forma de una
cápsula, de un escalpelo de una gomita.
No ponga limitaciones a la vida
Se nos dice enla Bibliaque cuando el profeta andaba por el desierto y padecía
hambre, Dios le bajó, desde el cielo, un pedazo de tela que contenía alimentos. El
profeta, sin embargo, no miró aquello como buen alimento. Estaba sucio y contenía toda
clase de insectos que se arrastraban”. Entonces, Dios mismo le regañó y le hizo varias
admoniciones por llamar sucio a lo que el mismo Dios habíale ofrecido.
Algunos médicos y bastantes científicos suelen taparse las narices cuando alguien
les habla de fe de religión, y algunos religiosos, por otra parte, observan la misma
actitud de sospecha y de repulsión hacia cualquier asunto que carezca tener carácter
científico”.
La meta actual de cada persona, como dije en un principio, debe consistir en
procurar vivir mejor y en alcanzar una vida más dilatada. Cualquiera que pueda ser la
definición que el sujeto tenga con respecto a la felicidad, sólo habrá de experimentar
más felicidad en el caso de que sienta mayor intensidad de la vida. Mayor intensidad de
vida significa, entre otras cosas, más satisfacciones, que se tengan en cuenta -y que se
procure apuntar hacia ellas- metas valiosas, más experiencia en la entrega de amor, más
salud y alegría, y, en pocas palabras, mayor felicidad para sí mismo y para los otros.
Creo que existe UNA VIDA, una fuente de recursos, pero que esta VIDA UNICA
dispone de muchos canales de expresión y se manifiesta en formas variadísimas. Si no
desea obtener mayor intensidad vital de la misma vida”, no debe, entonces, limitar los
canales a través de los cuales la vida fluye hacia nosotros. Debemos aceptarla, ya nos
llegue en forma de Ciencia, de Religión, de Psicología como quiera que sea.
Otro importante canal, a través del cual fluye la vida hacia nosotros, lo forma el
prójimo. No nos permitamos, pues, rehusar la ayuda, la felicidad y la alegría que puedan
proporcionarnos otras personas las que nosotros podamos brindarles a ellas. No
seamos demasiado orgullosos, para aceptar la ayuda que nos brinde el prójimo, ni nos
mostremos excesivamente endurecidos para dársela nosotros. No nos permitamos decir
que está sucio”, debido a que la forma del regalo no coincida con nuestros prejuicios
las ideas que poseemos con respecto a nuestra propia importancia.
La mejor de todas las autoimágenes
Finalmente, no nos permitamos limitar nuestra aceptación de la vida a causa de
los sentimientos que poseamos respecto a nuestro pequeño valor. Dios mismo nos ha
ofrecido el olvido, el perdón y la paz de espíritu que proceden de nuestra misma
autoaceptación. Constituye un insulto a nuestro Creador el que tornemos las espaldas a
estos regalos y digamos que Su criatura -el Hombre- es tan sucio” que no puede ser
importante ni capaz de nada, y, por tanto, es un sujeto indigno. La autoimagen” más
realista y adecuada de todas es la que consiste en concebirnos como hechos a la
imagen y semejanza de Dios”.
Usted no podrá creer ser una criatura de Dios, profunda y sinceramente, con
plena convicción, si no es capaz de recibir una nueva fuente de fuerza y de poder”, dice
el Dr. Frank G. Slaughter.
Las ideas y los ejercicios de este libro han ayudado a muchos de mis pacientes.
EXTRAIGA, PUES, MAYOR GOCE DELA VIDA”. Espero, y esta es mi creencia, que todo ello habrá de hacer lo mismo con ustedes.
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Esta entrada fue publicada en 25 abril, 2012. Añadir a marcadores el enlace permanente Deja un comentario
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