Después de mi entrada anterior sobre la importancia de la voz, me dio una afonía de caballo (ni a caso hecho) tras mi corta (¡pero intensa!) estancia en Málaga en el Encuentro Nacional de Traductores e Intérpretes en Málaga Así que, buscando y buscando, me encontré con unos consejos muy útiles, de un Blog de Farmacia , que os copio en esta entrada (más que nada, para tenerla bien archivada) y que seguro que les vendrán genial a aquellos que tengáis problemas de afonía y derivados (debo decir que esta entrada está dedicada a Aída González ( @aidagda ), autora del weblog « Aventuras de una traductora – intérprete en Madrid », que lleva animándome a escribirla desde hace unas semanas).
La ronquera afonía consiste en una disminución de la potencia de voz y sobre todo en una alteración de la misma. Está caracterizada por una pérdida de la voz completa parcial, producida por un uso excesivo de las cuerdas vocales, alteraciones de la laringe por causas psicológicas. Las molestias en la garganta son síntomas habituales del resfriado y son muy frecuentes en niños y jóvenes.
¿Cuáles son sus síntomas? El principal síntoma es una pérdida de la voz total, una disminución en la calidad de la misma, como voz que no se oye, voz ronca de baja intensidad.
¿Y sus causas? Las causas son diversas:
La inflamación de la laringe
El frío
Productos tóxicos irritantes
Los propios nervios
En fitoterapia, el tratamiento de la ronquera a base de plantas naturales, se aconseja:
Jarabe de cebada:
– four gramos de cebada sin corteza mezclados con uvas pasas sin pepitas
– 7 gramos de regaliz
– 15 gramos de cebolla blanca
– Lombarda picada muy fina
Hervirlo todo, añadir una cucharada de miel por cada medio litro de agua y completar con azúcar suficiente para obtener un jarabe claro.
Jarabe de col:
– 8oo gramos de azúcar
Hervir hasta que espese.
Decocción de hojas de alquimilla:
Hervir un litro de agua, añadir 60 gramos de hojas secas de la planta, reducir todo un tercio y añadir 30 gramos de miel y dejar enfriar. Hay que beber dos tres vasos pequeños diarios.
Té con leche / el té con miel / leche con miel
Gárgaras con agua tibia y bicarbonato / con agua
Tomar caramelos ricos en equinácea, miel y propólis
Consejos que parecen obvios pero que considero necesario mencionar:
Guardar reposo y no exponerse a cambios bruscos de temperatura.
No gritar, cantar y, en la medida de lo posible, no hablar.
Si no os convencen estos remedios, podéis echarle un vistazo a estos jarabes Personalmente, yo suelo utilizar uno llamado Maxilase, que me funciona DE MARAVILLA.
Y bueno, ¡hasta aquí! Si alguien quiere aportar algo más, ¡bienvenido sea! En la próxima entrada, hablaré de la voz como pilar de la expresión oral. 🙂
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Elena
dijo:
A parte de eso, hidratación, hidratación y más hidratación.
¡Un saludo!
¡Saludos!
¡Me encanta! Cuando pillo uno de mis resfriados suelo quedarme sin voz y, por más que pregunto, siempre se me olvida la recomendación del propóleo. Lo del té con miel no lo conocía; yo solía tomar leche con miel, pero ahora no puedo tomar leche, así que tiraré de tu combinación :P. ¡Me viene de perlas!
Esto me lo imprimo para tenerlo bien a mano, por si las moscas… ¡Muchas gracias! :
¡Muchas gracias a ti por el comentario, Eva! No sabes cuánto me alegra saber que te viene tan bien. 🙂
La verdad es que prefiero el té con miel, porque la leche no me hace mucha gracia… ¡y funciona! Así que te lo recomiendo fervientemente. 😀
¡Un besazo!
Me anoto, sobre todo lo de la miel, ¡que me encanta!
Un saludo 😀
Olatz Rodríguez.
¡Hola, Olatz!
Mejor prevenir que curar, lo digo por experiencia. Hacía ya mucho tiempo que no tenía problemas de afonía y un día en el que precisamente necesitaba la voz… ¡zas! Murphy está siempre al acecho, aunque no lo parezca. 😉
Abrazos,
Laeticia
Muy útil esta entrada para quienes trabajemos con la voz.
El remedio casero de miel y limón suele ayudarme mucho a mi también. Pero si me falla, tiro de un aerosol que venden en herbolarios con própolis, tomillo, salvia y romero que se llama bucothymol advanced algo así.
Y cuando todo lo demás me falla, me voy a los oligoelementos, el zinc más vitamina C me han devuelto el habla en los casos más graves, cuando ya ni me salía el hilillo de voz.
Gracias por la entrada y felicidades por tu blog, me gusta mucho.
Me alegro mucho de que te guste el weblog. 🙂
Abrazos,
Laeticia
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Me llamo Laeticia Abihssira y soy traductora e intérprete de profesión; pero más que profesión, es una pasión.
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