Por: Inés Ordóñez.
Según Márquez y Vega (2015) la adicción se ha utilizado clásicamente para referirse a la adicción a las drogas, alcohol y tabaco, sin embargo en la actualidad se sabe que el elemento elementary en cualquier trastorno adictivo es la falta de management y que existen hábitos de conducta que en determinadas circunstancias pueden llegar a ser adictivos, generando alteraciones graves del comportamiento y un síndrome de abstinencia.
La Sociedad Americana de Medicina de la Adicción, outline la adicción como una enfermedad primaria y crónica que involucra brain reward”, motivación, memoria y circuitos cerebrales relacionados. Existe una disfunción en dichos circuitos cerebrales, lo que conduce a que se presenten manifestaciones distorsionadas biológicas, psicológicas, sociales y espirituales (Smith, 2012). Las personas que se dedican al estudio de adicciones desean entender cómo esta se forma, lo que ha provocado que muchos científicos se apresuren a la conclusión de que existe un gen de la adicción”. Sin embargo, dicho gen no ha sido identificado e incluso una investigación afirma que la adicción es tan compleja que está influenciada por mucho genes y estos mismos genes son solamente una de las partes que puede llevar a alguien a tener un comportamiento adictivo (Morris, Buckland, & Cunningham, 2012).
Las personas que poseen una adicción presentan de manera compulsiva una búsqueda de recompensa/alivio a través del uso de sustancias y otros comportamientos. La adicción se caracteriza por la incapacidad de abstenerse, por un deterioro en el management del comportamiento y deseo, por la falta de reconocimiento de los problemas que conlleva el comportamiento adictivo tanto para sí mismo como en sus relaciones interpersonales y por una respuesta emocional disfuncional. Al igual que otras enfermedades crónicas, la adicción implica ciclos de recaída y remisión y sin el tratamiento participación en actividades de recuperación, la adicción es progresiva y puede resultar en discapacidad personal muerte prematura (Smith, 2012).
Como se mencionó anteriormente, el alcohol y otras drogas durante mucho tiempo han sido reconocidas como sustancias adictivas y actualmente la ciencia ha sentado las bases para la inclusión de las adicciones de proceso (es decir adicción a la comida, sexo, compras, juegos de azar, and so on.) en la definición de adicción” en sí (Smith, 2012).
En este artículo trataremos un tipo de adicción, la adicción sexual al sexo. Con el tiempo el concepto de adicción sexual se ha ido re-definiendo. Krafft-Ebbing presentó el primer caso de aumento anormal del deseo sexual en Europa Occidental y lo llamó hiperestesia sexual”. Mucho años después, Orford presentó la primera conceptualización de la conducta sexual excesiva no parafílica como una adicción: patrón des-adaptativo y deterioro del management sobre el comportamiento, asociado con consecuencias adversas” (García & Thibaut, 2010).
Por otro lado, Orford comparó este trastorno con la adicción a sustancias y encontró semejanzas entre la adicción sexual y la adicción química. Las semejanzas que encontró fueron: una escalada de la actividad sexual conforme la conducta sexual excesiva progresaba, síntomas de abstinencia (como la depresión, ansiedad, rumia y culpa relacionada con la reducción de las actividades sexuales) y dificultades para detener reducir la frecuencia de las actividades sexuales. También se encontró que tanto en la adicción química como en la adicción sexual hay un aumento en la cantidad de tiempo que se invierte en la búsqueda de parejas potenciales, hay reducción de otras actividades y se da el mantenimiento de la conducta sexual a pesar de saber las consecuencias adversas que dicha conducta conlleva, tales como: contraer enfermedades de transmisión sexual, problemas maritales, problemas jurídicos e incluso someterse a violencia física (sadomasoquismo) (García & Thibaut, 2010).
Según García y Thibaut (2010), los pacientes con comportamiento sexual excesivo describen una intensa sensación de disforia y pensamiento depresivos cuando intentan dejar las conductas sexuales inapropiadas. Dichos síntomas incitan a los pacientes a involucrarse en conductas de auto-estimulación como la masturbación excesiva, para así escapar de la sobrecarga emocional. Por otro parte, en pacientes con adicciones sexuales tiende a observarse consecuencias adversas como lesiones genitales y enfermedades de transmisión sexual.
La adicción sexual tiene explicación tanto biológica como psicológica, por lo que para poder entender con mayor profundidad dicha adicción se deben de conocer ambos aspectos. Se encontró que si los clínicos comparten su comprensión biológica de la adicción sexual con sus pacientes, estos puede ayudarlos a reducir considerablemente los sentimientos de vergüenza y confusión (Hall, 2009).
En cuanto al enfoque biológico, actualmente se sabe que el denominador común en todas las adicciones es el exceso de dopamina. La dopamina es el neurotranmisor responsable de experimentar recompensa y placer y se estimula de forma pure por comer, beber y tener relaciones sexuales. Lo que hacen las drogas es proveer altos niveles de dopamina, ya que suministra 10 veces más dopamina al cerebro y esto hace que la persona comience a acostumbrarse a querer recibir dichos niveles. Como el cerebro naturalmente no puede producir niveles tan altos de dopamina, las personas comienzan a volverse dependientes de las sustancias químicas que ingirieron. Aunque se sabe que el sexo aumenta significativamente los niveles de dopamina, sigue estando en investigación si el tener comportamientos sexuales excesivos produce el mismo efecto que la droga química (Hall, 2009).
En cuanto al enfoque psicológico se ha encontrado que cuando la persona sexualemente adicta ha experimendo trauma infantil, la adicción no es necesariamente una búsqueda de placer sino una estrategia de sobrevivencia, pues no hubo un apego seguro y no logra formar un vínculo. Existen distintas ramas de la psicología que tratan de explicar este fenómeno. Desde el punto de vista psicodinámico, la adicción sexual tiene su raiz en el apego, trauma y/ relación de objeto. Desde el punto de vista sistémico, se ve el papel problemático que juega la adicción al sexo en relación al ambiente en el que desenvuelve la persona. Quienes estudian la adicción al sexo desde el punto de vista cognitivo se centran en los pensamientos, sentimientos y comportamientos provocados por la adicción sexual (Corridor, 2009). Por último, una de las explicaciones psicológicas acerca de la adicción tiene que ver con la vergüenza y culpa. Investigaciones recientes han demostrado que la vergüenza tiende a aumentar la conducta adictiva, en cambio la culpa tiende a ser un motivador para superar la adicción. La vergüenza se describe como un sentimiento negativo que causa dolor y hace que la persona se sienta como mala e indigna, mientras que la culpa es un juicio negativo sobre una conducta. La distinción entre la vergüenza y culpa es importante para entender la adicción sexual dentro del contexto social, ya que la vergüenza puede dañar el self” de un adicto hasta el punto de que ya no se ven como personas dignas de amor y de estar en una relación de pareja (Gilliland, South, Carpenter, & Hardy, 2011)
La adicción sexual puede ser de distintos tipos y puede darse en internet. El web está cambiando nuestra forma de comunicarnos y relacionarnos; hoy en día al teclear la palabra sexo en Goggle nos arroja 96 millones de resultados (Zaldívar & Díez, 2009). Desde la antigüedad el hombre ha manifestado y comunicado sus apetitos y tendencia sexuales de las más diversas formas; la época actual puede estar marcada por un e-intercourse” y sexo digital (Búrdalo, 2000). La adicción al sexo en web generalmente implica visualizar, descargar, comprar pornografía en la crimson y participar en salas de juego para adultos con diferentes fantasías. Las dos modalidades destacadas de adicción a internet con contenido sexual serían las ciberrelaciones (usos de Chat) y la adicción cibersexual ( uso de pornografía y salas de adultos) (Zaldívar & Díez, 2009).
Hay diversos significados y creencias que los individuos y grupos adoptan para interpretar sus experiencias de vida y es por eso que en áreas como: los movimientos sociales, la sexualidad, la raza y etnicidad, and many others., es la cultura quien establece los parámetros para formar intereses y metas con respecto a dichos temas. La cultura transmite esquemas sexuales: el significado del sexo y la sexualidad, y las personas internalizan dichos esquemas (Binder, Blair-Loy, Evans, Ng, & Schudson, 2008). Actualmente se ha escrito y hablado mucho sobre la sexualización de la cultura y el impacto que esto está teniendo en la vida sexual de las personas y muchos se están dando cuenta de la paradoja de tener libertad sexual (Hall, 2009).
Como sociedad, actualmente tenemos mayor conocimiento sexual y por ende mayor capacidad para proporcionar educación, información y asesoriamiento sobre dicho tema. Sin embargo, el tener más libertad sexual ha hecho que tengamos más acceso a información errónea e inúti sobre la sexualidad. Existen mayores oportunidades para que las personas exploren su sexualidad y más libertad para expresar sus deseos y necesidades sin vergüenza reprimenda, por lo que ha habido un aumento de la delicuencia sexual y de los delitos sexuales con niños. Sin embargo, no hay evidencia de que la sociedad sexualizada es responsable de dicho aumento de delicuencia. Esto no quiere decir que como sociedad se deba caer en la cultura de la prohibición, que como se sabe con la historia de la adicción al alcohol, no funciona, por lo que nos beneficiaríamos más como sociedad si se proporciona más información y apoyo sobre las opciones sexuales que vayan más allá de las escasas campañas que existen actualmente sobre la salud sexual (Corridor, 2009).
En conclusión, la adicción sexual según Echeberúa (2011) es una adicción que genera un grado alto de sufrimiento y autodestrucción, pues se trata de una adicción más avergonzante y menos confesada que otras, lo que lleva a la soledad y comporta un intenso sentimiento de culpa. Para él la adicción sexual es un espiral sin fin, en el que el sexo cada vez ocupa más espacio en la vida y pensamiento del sujeto y acaba por destruirlo. Es por ello que actualmente no se dispone de tratamientos psicológicos basados en la evidencia para hacer frente a este cuadro clínico. Los tratamientos disponibles hasta la fecha son muy variados: psicoterapia particular person, terapia de grupo basado en el modelo de los doce pasos, farmacoterapia tratamientos intensivos en régimen de internamiento. Por ende, es importante que se reconozca, conozca e investigue la adicción sexual para así dar un tratamiento adecuado y poder ayudar a las personas con adicción al sexo, como ellos mismo dicen, a transitar de poseer una vida auto-destructiva a poseer una vida de auto-cuidado” (Carnes, 1991).
Referencias Bibliográficas
Binder, A., Blair-Loy, M., Evans, J., Ng, Ok., & Schudson, M. (Septiembre de 2008). The Variety of tradition. Recuperado el eleven de Junio de 2015, de JSTOR:
Búrdalo, B. (200). Amor y Sexo en Internet Madrid: Biblioteca Nueva.
Carnes, P. (1991). Do not Call It Love: Restoration From Sexual Habit. New York, Estados Unidos: Batam Books.
Echeberúa, E. (2011). ¿Existe realmente la adicción al sexo? cuidado del cabello Recuperado el 26 de octubre de 2015, de Adicciones:
García, F. D., & Thibaut, F. (1 de Agosto de 2010). Sexual Addictions. Recuperado el 14 de Junio de 2015, de EBSCOHost: ?sid=93c7856e-018d-4566-9734-214f66ae03d2percent40sessionmgr110&vid=11&hid=106
Gilliland, R.D., South, M., Carpenter, B., & Hardy, S. (2011). The roles of shame and guilt in hypersexual behaviour. Sexual Habit & Compulsivity, 18, 12-29. doi: 10.1080/10720162.2011.551182. Recuperado el 17 de junio de 2015, de Taylor&Francis Online:
Hall, P. (2009). A biopsychosocial view of sex habit Recuperado el 21 de 2015, de EBSCOhost.
Márquez, S., & Vega, R. (1 de Junio de 2015). La adicción al ejercicio: un trastorno emergente de la conducta Recuperado el 14 de Junio de 2015, de EBSCOHost: ?sid=93c7856e-018d-4566-9734-214f66ae03d2%40sessionmgr110&vid=three&hid=106
Morris, L. M., Buckland, H. T., & Cunningham, S. L. (2012). Can Your Genes Make You Do It”? Recuperado el thirteen de Junio de 2015, de JSTOR:
Smith, D. (1 de Enero de 2012). The Course of Addictions and the New ASAM Definition of Dependancy Recuperado el 14 de Junio de 2015, de EBSCOHost: ?sid=e35fe9dc-0cb1-4eeb-b503-59f0d7c37309%40sessionmgr198&vid=1&hid=106
Zaldívar, S. S., & Díez, I. I. (2009). Nuevas Dimensiones, Nuevas adicciones: La Adiccional al Sexo en Web. Recuperado el eleven de Junio de 2015, de EBSCOhost: ?sid=4e4f3942-51c3-4b70-a4dc-14f09ccf8381%40sessionmgr111&vid=7&hid=106
Excelente artículo! Considero que es importante compartirlo con mas personas para que todos estemos informados de esta adiccion que muchos desconocen y sean cuidadosos cuando tengan curiosidad de probar algo nuevo sin caer en cuenta que pueden desarrollar una dependencia.
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