Superar La Que Escribe Largo - ✠ Parafarmacia y Farmacia Online | Bienestar Tic Tac Bank
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Cuando tenía 15 años, me enamoré por primera vez. Es muy difícil recordar lo fuerte y profundo que se sintió toda esa serie de emociones descontroladas, pero es fácil recordar lo feliz que fui. Sí, con esa ingenuidad de que el amor llega sin preguntar me dediqué a conocer a esa persona hasta que doliera, contra viento y marea me estrellé al mundo por cada una de las veces que él me cantaba me decía cosas bonitas. Por fortuna solo me tocó el MSN y un grueso argumento frente a mis padres que justificara un plan mensual con minutos de sobra ( los cuales lógicamente dedicaba a él), todo porque creí firmemente que mi temprana juventud de la mano de ese alguien iba a a ser alucinante.
Conforme el tiempo fue pasando me cansé del cuento de hadas, aunque de manera muy pure asumí que a todos nos rompen el corazón alguna vez. Me tomó varios años salir de aquel enamoramiento, aún cuando me costó mis primeros escritos rosas y negros. Tiernamente creía que podía arreglar todo con documentos de phrase estilo carta, con colores y palabras que venían del fondo de mi recién explorado corazón. Tengo la buena y mala suerte de haber crecido a prisa, así que esta primera etapa -vergonzosa- en aquel entonces, quedó pronto sanada conforme fueron apareciendo nuevos nombres.
Después experimenté el noviazgo de formalismos en el cual ambas familias se toman aprecio y todo termina cuando ya todos son felices, menos los novios; pero como aún estaba en esos primeros años , creo que también sobreviví. ( aunque aquí ya no envié más escritos). Con los años llegan las ganas de experimentar y así me fueron tocando otro tipo de emociones como esas en las que el juego de edades hace un combine bastante interesante. Amores menores, amores mayores, pero al fin y al cabo amores.
Y después vino el gran primer final…
Como en una gran empresa cuando sale el último de los empleados por la puerta principal y apaga todas las luces, algo adentro oscureció. Me dejó de parecer bonito conocer a otras personas con intención de compartirme, le tomé fastidio a quienes se interesaban de más en mi vida y mis emociones, creé estándares altos para estereotipar a mis futuros cuentos”, me volqué en contra del machismo y me dije que nadie iba a pasar por encima mío, sino por el contrario. ( Supuestamente en honor a todas las mujeres que no eran capaz de pelar en contra de eso)
Me volví estricta y compleja. Parece mentira pero hasta inventé mi propio modus operandi” y encima me volví esa amiga a la que las otras amigas llaman porque quieren escuchar cosas tipo: no hay que sufrir por hombres, a ellos se le pagan con la misma, seria solo el día que te circumstances, la juventud es para disfrutarla y muchísimas más.
Así las cosas reemplacé la compañía masculina (noviazgo) con mejores amigos, reduje primero la cuota femenina de amistades y firmé la noción según la cual ¿Para qué novio si tengo amigos hombres que son lo mismo pero sin sexo exclusivo?
No voy a negar que he pasado unos buenos años gracias a esa decisión, descubrí cuánto prefiero el poco drama masculino, la ausencia placentera de rivalidades ocultas femeninas, el gusto por usar sus camisas cuando te aburres de usar tu ropa, y la parte rara cuando te vuelves celosa y sobre protectora con ellos, solo por el terror que produce pensar que otra persona puede llegar y arrebatarte lo que tanto te ha costado construir.
Todo parecía venir bien y ya period casi invencible, descubrí el momento en el que debía dejar de pensar de más a alguien que acababa de conocer, me volví experta en aclarar mis condiciones de no quiero nada contigo” y hasta seguí al pie de la letra mis propias reglas ( nunca dar el Fb actual, no revelar gustos y aficiones, no aceptar llamadas telefónicas, pagar siempre a la mitad, and so on , and so on) ; pero entonces sin previo aviso dejé una ventana mal cerrada.
En una rápida jugada del destino alguien derrumbó mis altísimas murallas, y me desarmó completamente.
Me enojé, me enojé como hacía muchos años no lo hacía. Empecé a evaluar mis fallas, me repetí a mí misma que no podía ser posible. Como period de esperar ante la falta de experiencia que yo misma me había restado en los últimos años, caí en mi propio juego y la salida no fue la mejor: mentí. Me hice la tonta y empecé a actuar como si no supiera lo que me pasaba. Le repetí a medio mundo que no estaba pasando nada y como tanto me gusta el auto-castigo me prohibí seguir adelante con mis fallas”.
Ilusionada hasta los huesos, actúe sin pensar y seguí haciendo todas las cosas que esa persona no compartía conmigo. Como el mayor acto de rebeldía -juraba yo que con él y más bien fue conmigo misma- di respuestas confusas, y a pasos muy lentos fui cerrando esa ventana ( aún cuando lo único que quería era abrirla de par en par). Tengo que decir que esa fue la segunda vez que me sentí vibrar antes de un encuentro, que me obsesioné con una mente, que me dejé ir con los planes imaginarios, que escribí sobre alguien. Esa fue la segunda vez que me enamoré y tuve la vil cobardía de guardármelo, conformando el segundo gran closing.
Colapse de pésima forma cuando me di cuenta que ya era tarde y que había hecho totalmente el ridículo. Le dejé al destino algo que a mí me correspondía y pagué por cada una de las personas que en el pasado había hecho sentir exactamente como yo ahora me sentía. Fue un dolor bastante maduro, aunque no voy a mentir, lo sané con inmadurez. Lo hablé con poca gente, lo admití con la mirada perdida y enterré lo que me faltaba: un amor perdido por haber dejado pasar muchas oportunidades de tomarlo.
Intentando remediar semejante cosa, decidí curarme con realidades. No voy a decir que me abrí al mundo, pero sí me relajé con tantas reglas, dejé de pasarme la vida en contra de los hombres (especialmente cuando ellos no me habían hecho nada ) puse en orden mis prioridades y sencillamente me dediqué a vivir.
Ya con una esencia propia, construida con el pasar de los años me metí sin darme en cuenta en otra cosa. Todavía tengo esa mala maña de negar toda esa primera etapa, porque la etapa bonita no es la que a mí me hace vibrar. Hoy cuando miro atrás, tengo que decir que me siento completamente feliz. Toda la euforia, el estrés, la cursilería y las etapas raras que nos hemos inventado como protocolo para estar con alguien, va madurando sola y llega a convertirse en una realidad adecuada y perfecta.
Entiendes el valor de la privacidad , así como el hecho de experimentar un montón de sensaciones cuando te tomas todo lento, con la inteligencia que requieren las emociones, con el desapego que supone el estar con alguien, con la responsabilidad que conlleva compartir tu vida poco a poco, con los absolutamente humanos miedos que produce ocupar espacio en los miedos de ese otro, con el deseo aún ingenuo pero válido de permanecer hasta cuando la felicidad indique. Entendí que este tipo de cosas también necesitan de toda la disposición , crecimiento personal, sano juicio, comunicación y términos fijos. La palabra romance toma otro aspecto, los recuerdos también se componen de situaciones difíciles, la superación del otro empieza a ser también para ti importante, y todo, todo comienza a fluir.
Tal vez me costó un alguien llegar a valorar a otro, tal vez me estaba preparando para lo que ahora estoy viviendo, como sea estoy muy agradecida porque esta vez al menos estoy más sensata. Les cuento todo esto porque muchas veces necesitamos leerlo de otras personas , muchas veces nos olvidamos que no somos todos tan diferentes, nos sentimos solos cuando realmente solo estamos cerrados al mundo. Se los digo porque si me lo preguntan un día en la calle, probablemente me vaya a sentar a conversarlo más a detalle solo para aprender un poquito de sus historias, para identificarme también.
Lo comento para que si no les ha pasado, tengan paciencia. Y si les pasó , reafirmen que la vida tiene sus locuras bonitas.
Esta nueva etapa ha sido progresiva, cautelosa, llena de sorpresas, de primeras y últimas veces, de risas por la mañana, charlas existenciales, neurosis porque como todo buen equilibrio hay miles de diferencias, ha sido de aceptación, de fin del egoísmo, de preguntas a mi mamá acerca de si cree que estoy por buen camino ( Sí, a mi mamá ) , y por supuesto preguntas a mi alma gemela con el fin de obtener aprobación. No sé a dónde vaya a parar esto, pero los invito a abrir sus alas, a liberarse de esta cárcel social que solo nos pone vendas y vendas, a aprender a identificar las emociones, y desde el amor propio no dejar pasar las oportunidades valiosas que nos da el destino, a ser pacientes y no enfurecerse con el mundo si las cosas no salen como deseamos.
Y sí, a él también me nació escribirle.
Así que dejémosle al tiempo lo que le corresponde, y entendamos que a este mundo vinimos a ser felices.
Con amor
Luego de un tiempo aquí, me quedé pensando en lo que me pasó la última vez que volví. Recuerdo que decidí encerrarme completamente sin ver a nadie que no fueran mis padres, empaqué muchos días antes de irme, decidí adelantar mi viaje, salía a los centros comerciales con nervios de ver a alguien conocido y tener que saludar, me sentí mal con toda la gente que conozco, pero sobretodo me sentí enojada de que nadie pudiera entenderme. Supongo que esto de crecer es tan difícil, porque todos creemos que nuestra personalidad es demasiado complicada y nos guardamos los interminables problemas existenciales de hacernos cargo de ellos, debido a las múltiples consecuencias que el carácter y las acciones han traído consigo. En un momento en el que todo lo que tenía era la valiente decisión de haber regresado, me quedaba metida en la ridícula idea de estar sola porque no había cuidado lo suficiente las amistades de acá cuando estaba ausente (2.5 años, a decir verdad)
Una vez más decidí que tenía que irme, y para mi sorpresa aquí vino mi gran cambio. Luego de entender que en realidad me ya estaba gobernando, me dediqué a vivir la vida imaginaria en la que firmemente creo, a hacer las cosas que realmente me gustan, a atreverme a viajar sola no. Con los miles errores esperados, uno más complicado de arreglar que el otro, empecé a perdonarme por tanto drama esa vez. De lejos, me decidí a mandarle la mejor energía a todas las personas que con el afán de ponerme a dudar de mí misma, se habían lanzado a agitarme con situaciones inesperadas. Un día, frente al mar me dije que para mí, siendo otra Liza, también sería muy difícil entender a una jovencita tan cambiante como yo, con un humor tan ácido y una actitud altiva difícil de controlar. Había tenido muchas fallas al ser tan hiriente, egoísta y carente de sentido común. Pero, también me dije que period complicado manejar tantos cambios de vida en tan poco tiempo. El hecho de moverme tanto lógicamente afectaba mi personalidad en dimensiones que yo no podía percibir. Me estaba moldeando y a ser sincera estaba lidiando con una cantidad de cosas a nivel interno que no hacían más que hacerme explotar a nivel externo.
Qué tonta yo en sentirme sola, solo por no estar con las personas que yo había decidido para mí. Oh ingenua Liza, qué ganas de sufrir perdiendo la magnífica oportunidad de disfrutar con las personas que sí querían estar ahí. Lo hacían con merecedora insistencia, benigno interés por ti y no por las cosas que te estuvieran pasando -las cuales- remedios naturales online son más bien situaciones que a con nombre propio deberían llamarse gossip” ( en inglés que se oye más bonito). Me empeñaba en asimilar que tenía que cederle al destino las jugadas de ajedrez sorpresivas que le estaba haciendo a mi vida. Y yo como adversaria, por supuesto me inclinaba por pensar que todo lo opuesto me servía más.
Tengo que decir que hoy en día entiendo el por qué esos giros de telenovela Mexicana me enloquecían tanto, al punto de no poder siquiera cerrarlos. Al last terminé aceptando el mundo de posibilidades que estaba dejando por fuera, la magnífica posibilidad de dejar entrar gente en mi vida no como reemplazo, sino como invitados.
Tal vez la vida se encarga de engañarnos para pasar desapercibida. Arriesgarnos es entonces un gran crimen que una vez cometido nos pone en tela de juicio con nosotros mismos. El deseo de explorar se ve mucha veces invadido por el entorno que nos juzga, y no nos alienta. Así que como individuos crecemos arraigados a un poco descubrimiento private y emocional. Me he preguntado mucha la veces ¿por qué la gente asume que la tristeza no debe ser vista? Nadie dice que le está doliendo el alma, que está cansado de luchar, que su soledad aún no está en la etapa linda donde solo uno mismo basta. En qué publicidad nos vendieron que ¿la debilidad y la tristeza van de la mano como un aspecto que genera rechazo y emociones negativas? Para mí no hay nada más humano que poder decir en voz alta que muchas veces la tristeza es necesaria y trae consigo una sensación publish que yo no cambiaría por nada.
La sonrisa después de haber estado creyendo que de esa situación no se salía, quedarse dormido después de haber llorado con el alma en las manos, la esperanza después de haberse sentido profundamente decepcionado de algo alguien. Es ahí donde todo comienza a cerrare y abrirse, es como una ventana que vigilante espera hasta el ascenso y descenso de emociones. Es en definitiva la señal de que los placeres de la vida están tan ocultos que los hemos reducido a sonrisas, comida y orgasmos.
Hace apenas algunos años era imposible para mí lidiar con mis emociones, y aún cuando sigo presionándome por decir las cosas en el momento justo, debo decir que he avanzado en esto de entender que ante una sociedad como la nuestra, el mayor acto de rebeldía es sentir.
Nos están alienando a una vida desechable, a personas desechables, trabajos desechables, emociones desechables: el restaurante al que fuiste la semana pasada, ya está usado; la ropa que salió en una foto y que tanto te gustó es casi imposible de repetir en un tiempo mínimo de 2 3 semanas, las fotos de una purple social ya no sirven para la otra… y obvio, el amigo con el que ya no andas, atrás quedó.
Ya no, ya no, ya no” … esa parece ser la nueva premisa , en medio de un mundo que va más a prisa que uno mismo y que cómo es lógico acelera todo lo que concierne al desgaste de emociones.
Con 972 palabras que me explican
La que escribe largo
Pasado:
Para empezar, Él era un hombre. Uno de verdad, de esos que desde pequeños se meten en la cabeza que tienen que ser los hombres, de la casa”. Lo conocí a partes, me faltó verlo en muchas facetas para completar este perfil. Espero, sin embargo, haberlo hecho lo suficiente como para atreverme a describirlo…¡Aquí vamos!
Mucho es lo que se pude decir de las personas que piensan antes de actuar, una y otra vez. Yo le llamo aburrirse a la necesidad incontrolable de tener un plan para todo. Él period una persona así. Con la imperiosa necesidad de tener el management, con ganas desesperantes de que todo salga como su universo le demanda que signifique bien”. Bien como un estado, y no como una emoción. Entonces, se constituyó como una persona tranquila, callada y responsable.
Responsable en el sentido amplio, de esas personas que constituyen su vida en base a lo que tienen que hacer. Me atrevo a asegurar que cuando no está siendo responsable, una parte de él mismo se está desdeñosamente culpando por estar saltándose el régimen.
A veces me preguntaba, ¿cómo puede una persona guardarse tanto para sí mismo? Lo hacía, debatiéndome si él period tímido, simplemente muy sigiloso; aunque no tengo duda de su astucia. Si él tuviera que autodefinirse, la palabra egoísta saldría a relucir. Y no, siempre discutí que no era egoísta. Simplemente le gustaba ganar ventaja de pequeños detalles, porque tiene una lucha interna, como todos, como nadie.
Desconfío siempre de las personas expectantes. Están preparadas para atacar, están dispuestas a entregar lo que reciben, están ahí con todas las improvisaciones planeadas. Aún cuando las improvisaciones no se planean.
De todas formas, period una persona con más capas mágicas de las que una persona pueda armarse, siempre tan adulto, siempre tan aplacado, siempre tan él. Tenía gustos firmes, desarrollados, marcados; gustos probados. No titubeaba nunca para tomar una decisión de su dependencia. Estoy segura que tiene plena certeza, de cómo le gusta peinarse, cuánta azúcar debe llevar una bebida y absolutamente, cuánto puede gastar al mes. Es realmente aterrador, saber que alguien con convicciones tan firmes pueda ser tan abrumador. Porque él period abrumador, confuso, mar y campo; y aún así él es miedo y es certeza, es dulce y amargo.
Presente:
Misántropo.
Misántropo porque la sociedad no se acomoda a sus gustos. Porque no hace lo que quiere, por mucho que crea que es correcto lo que hace. Misántropo por cada una de las decisiones que ha tomado en su vida, por cada falla, por cada decepción.
Inconforme.
Inconforme por resignado, por no poder abandonarlo todo con una mochila de la mano. Por no tener problemas de su edad, por no quemar etapas, por remediar una cosa con otra. Inconforme como cuando el camino es más largo que la satisfacción de haber llegado.
Ciego.
Ciego de lo que es, conforme a lo que proyecta. No sé si es más ciego el que no ve, menos ciego el que no inventa. Ciego de las posibilidad de hacer y ser quien quiera, con todo lo que ha logrado. No ve que tiene un muro justo al frente, que no tiene limitantes, que lo ha estado haciendo bien, sólo que: diferente.
Su álter ego está basado en todas las malas actitudes que pueda juntar para demostrar su fobia al mundo. Es cuando se enfurece, y fuma. No llegué a entender mucho esta parte del cigarrillo, por más que la observé. A él le gusta odiar, porque no quiere sentirse culpable. No le gustan las culpas, porque tiene bastante orgullo que expirar. Sin embargo, le gusta hacer preguntas. Tiene curiosidad, y siempre quiere respuestas. Aprende de las respuestas, absorbe en silencio, trabaja ensimismado, le importan los resultados. Y también, tiene memoria.
No es que tenga mucha maldad, más bien lo que tiene son unas ganas enormes de devolverle al mundo un poco de justicia; pero nada más que eso. En este punto es más un ser muy emocional que pretende racionalizar todo, buscándo un sentido estricto que consiga dejarlo satisfecho. Por lo que a su vez defiende fielmente aquello de lo que tiene alguna certeza, en cuanto su auto control lo demande. Puede llegar a ser obsesivo con las cosas que tiene, las cuida y las valora; tal vez así lo enseñaron, tal vez así decidió que tenía que ser, tal vez…
No es que demuestre ser competitivo, porque no lo necesita. En él no es predominante la necesidad de aceptación. Él la pasó por alto, y decidió mantener otro tipo de perfil. Se decidió por uno observador, dedicado, detallista; que tiene una forma de pensar estricta, la cual decide qué aprobar y qué no. Por tanto, nada nunca es suficiente.
Así que en él, el todo es un perfeccionismo que odia y ama, aún ni siquiera lo decide. Está bien, pero hace daño. Lo complica todo, pero lo hace todo mucho mejor. Porque él mismo se evalúa duro, aún cuando no se atreve a decir ni la mitad en voz alta.
Hay mucho menos ruido afuera, de lo que a diario, pasa por su cabeza.
Y también es pasional.
De: La que escribe largo
Pero aquí estoy, dejándolos pasar.
Me sigo rehusando a destaparme en días como hoy. Por algo es que siempre vamos tan vestidos, tan cubiertos. Hay razones por las que ya no concibo caminar en el día sin lentes de sol, mientras en la noche me siento incómoda sin un marco delante de mis ojos. La edad se encarga de lanzarte un vaso de agua fría cada mañana al abrir los ojos, con realidad que viene en forma de mensajes en Whatsapp, ausencias en la cama, en el día a día y en el alma.
Bien me he cansado de decir que la vida es tan complicada porque los momentos de éxtasis son muy pequeños, y difíciles de diferenciar lo cual es absolutamente injusto. Vivir es estar en constante lucha, cansarse con cada pensamiento y luego esperar la recompensa.
Hoy me duele la humanidad, no la educación, no el país y ni siquiera el género. Hoy me pesa ser humana y me atormenta vivir atada en una sociedad como la nuestra. Porque aquí no hay solución y ¿quién pelea contra eso?
Hoy no se trata de la actitud que me determina, ni de mis quehaceres diarios; las emociones, los logros las alegrías. No es fácil estar del lado de los que no podemos pretender que hacer lo mismo todos los días es la única salvación. Soy de las que tiene problemas para hacerse la de la vista gorda y de las que se sienta a hablar cuando tiene problemas, el problema es que hay problemas eternos como vivir en un mundo tan desigual.
Supongo que todos tenemos días así, sensiblones y dolorosos sin motivo aparente. Cansados de estar inyectados, de ser optimistas, de hacer lo nuestro, de entender la realidad individualizada que estamos obligados a ejercer. Yo sé que puedo sonar triste y apagada, pero el caso es que no se trata de tristeza sino de desacuerdo.
La tienen fácil esos del montón, que no se quejan, que van de la mano con las opiniones generales y hasta aquellos que juran que la zona de confort es lo mejor que les pasó.
A mí lo bueno es que esto me dura poquito, porque de repente me emociono con un nuevo proyecto, me intereso por un nuevo tema, me involucro con gente sana, me calmo con una canción, me prometo que todo va a estar bien, y me vuelvo yo solita a la realidad. Puede parecer que vea de largo, que me encierre tres días en mi mundo, pero en realidad estoy sobreviviendo, lento y a mi ritmo. Construyo monólogos que me repito caminando de un lado a otro, como en una pasarela, como en un evento muy importante, como una lección no aprendida, como si esa también fuera la solución.
Así que es mejor ponerse creativos, cuando los días así nos lleguen. Les dejo como tarea conseguirse a alguien un poquito parecido, al que con toda confianza le puedan escribir a cualquier hora para irrumpir en su calma con un Qué jodido que es el mundo”, para free of charge y sin preguntar, al menos tener la oportunidad de echar para afuera, lo que inquieta tanto adentro.
Humanidad: nombre femenino
Conjunto de todos los seres humanos.
2. Capacidad para sentir afecto, comprensión solidaridad hacia las demás personas.
Atención: de pronto muchos no entienda este put up (sobretodo mis amigos del exterior), pero estoy segura que todos lo van a poder sentir cercano.
Lo logré. Volví a Mi ciudad y por fin la vi con otros ojos. Me sentí tan lejos de ella, que por fin puedo verla con ojos de quién no vive aquí y viene por primera vez.
Es bastante difícil de entender, y lo sé por la cara de extrañados que hacen las personas que me ven. Voy caminando con una inexplicable sonrisa genuina, creo que hasta sospechosa, porque de todas las veces que he vuelto después de un largo tiempo, está es la única vez que me he aventurado a caminar sin rumbo, por El Centro, solo para observar el vaivén de la gente a las 12:00 pm.
Mi ciudad es como un pueblo muy muy grande, donde la gente llega a reunirse para hacer sus labores diarias. Tengo por propósito hacer todas las cosas que hago cuando estoy en el exterior y piso una ciudad nueva :
– Ver la ropa de los locales
– Preguntar a la gente cómo ir de un lugar a otro en su transporte público
– Cruzar una calle
– Coincidir el outfit con el clima
– Y respirar.
La gran diferencia es que mientras estaba haciendo todas esas cosas, me encontré con cinco conocidos, en menos de 50 minutos. Cinco personas para mí, hoy en día es un récord nuevo, porque como es lógico cuando estás por fuera la tarea es conocer gente, ya que juegas de visitante. En cambio aquí, en mi ciudad cada diez cuadras alguien se me queda viendo y, eufóricos, temerosos, confundidos , pero siempre con la alegría que caracteriza a la gente de esta parte de Colombia: sonrientes. Me abrazan, me hacen preguntas, me desean lo mejor y yo entre confundida y nerviosa les pregunto por su vida, y les deseo un feliz día.
Es increíble lo particular que es mi ciudad. La gente va vestida con colores, tan acostumbrados a este sol, a que poco a poco, y en definitiva muuuucho más que antes; se respete cruzar la calle en verde ( que el que va en bicicleta aún cruce la calle cuando esté el semáforo en rojo y el peatón tenga que esquivarlo). Y contrastes, mi ciudad es contraste de todos los tamaños. Me siento a tomar una Pony Malta, y escucho a un par de Abogados que debaten acerca de las elecciones en USA, ilustradísimos con cifras, con teorías y fuertes opiniones de demócratas y republicanos.
De fondo, un conjunto de pitos y tambores (músicos propios de mi región ) ameniza un plantón frente a la Alcaldía y la Gobernación. (Un plantón en el que la gente está más bailando que otra cosa). Me detengo a respirar, y observo con nostalgia cómo esta vez noto que algo está pasando adentro de mí. Tantas veces volví ignorando lo que tenía al cruzar el río que queda cerca a mi casa, ignorando que aquí la gente tiene su propio estilo, que no es que no haya nada para hacer, como tantas veces me quejé, lo que pasa es que para nosotros ya no es cool caminar bajo el sol, a sentarse en una banca y ver cómo éste muere
Y el acento, escuchar de nuevo esas palabras pronunciadas tan lentas y medio cortadas. No hay una sola vez que vuelva y la gente no se quede escuchándome para descifrar a dónde estuve tanto tiempo y por qué ya no hablo ‘costeño’. Pero yo ¿qué puedo decir? Si necesito unos días para volver a agarrar el ‘ajá‘ ‘caddne‘ y ‘Dale, puej‘
Me gusta porque después de estar en ciudades tan grandes, venir a mi casa y que todo el mundo me conozca, me pone los pelos de punta, me hace sentir local de nuevo, me dan ganas de hablarle a todos y sentarme a escuchar acerca de nada y acerca de todo. Mi ciudad es para caminarla, con gafas de sol, un buen raspao” en mano, en ropa cómoda y por fin SIN Google Maps. Es para quedarse viendo al señor de edad que todavía camina erguido, con sombrero vieltiao en mano, sin prisa, sin afán, sin celular y con lo más valioso que se puede escuchar en estos días de un desconocido: un ¡Buenas tardes, señorita!
Puede ser que todavía nos falte mucho, que aún cuando hayan muchas nuevas calles bonitas, edificios modernos, más autos y motocicletas, muchos más murales coloridos con cosas propias de la sábana; lo más seen sea que no importa cuánto tiempo le pase a mi ciudad, la buena gente y las costumbres son la constante favorita.
Así que aquí estoy, viendo todo con otros ojos. Ya no me da mal genio caminar a todos lados porque los taxis son muy caros y no hay un muy buen servicio de transporte público, ya no me quejo porque hace mucho calor en el sol de 2:00 Pm, ya no me estresa no tener un teatro, un recital muy importante, un Pub de moda, un Restaurante con diseño exclusivo para ir a comer la merienda, muchas atracciones turísticas para ir a ver gente de afuera.
Ahora me dedico a disfrutar que en 15 minutos como máximo, ya estoy en El Centro de la ciudad, que en el mundo hay lugares mucho más calientes, caóticos y concurridos; que la merienda la puedo tomar en casa de mi abuela, y que Pubs de moda y restaurantes cool” ya he ido hasta cansarme. Tal vez lo que le pasa a mi ciudad es lo que me pasa a mí casi todo el tiempo: Nadie es profeta en su tierra Bien me dijo un señor extranjero, de 70 años antes de abordar uno de mis vuelos Cuando yo era joven, soñaba con vivir en USA. Pero hoy que estoy viejo, y lo he entendido todo, lo único que quiero es vivir en La Costa de Colombia”.
Tal vez los locales no hemos entendido, que hay que mirar para dentro, y hacerlo todo más bonito. Educarnos para preservar y no para mutar, salir adelante sin dejar el pasado atrás. Hay que tomar lo bueno que viene de afuera y fortalecer lo de adentro. Y enseñarle a la nueva generación, a que no vean a su ciudad con los ojos que la vi yo (con ojos de encierro, de aislamiento, de coraje porque aquí no llegaba el arte, la cultura universal, y aún peor: aquí no podía ser yo, porque me miraban diferente). Hay que enseñarles a que tienen que salir pronto, a perderse, encontrarse, a entender que esto es un inicio y que la tarea de todos, es agarrar esto y nutrirlo de exterior.
Lo digo porque yo que soy de aquí y de todas partes, ya lo entendí todo y ahora estoy escuchando con oídos más abiertos. Estoy aceptando que nunca me fui, que esa cualidad que la gente de afuera me atribuye siempre (con un Me gusta mucho tu educación”) es algo que me dio esta tierra de gente amable, de señoras emperifolladas a toda hora, de barrenderos que te saludan como si te conocieran de hace años, y el sentimiento de que la gente que ves en la calle y que estás seguro no conoces, es gente que haz visto toda tu vida pero que no te acuerdas dónde.
Este put up es para mi ciudad bonita, con deseos de progreso y en ocasiones forty°C de temperatura, con música estrepitosa cada dos por tres, y Galleta de limón” como nombre de la tienda, donde me senté a escribir, y no me cobraron miraron raro por quedarme tanto tiempo sin consumir nada más.
Todo, porque aquí también volví a sentir. (A mí, que tanto me cuesta).
Me senté a escribir, que estoy feliz de estar aquí.
Sonriéndole a todo aquel que se me cruce..
La que escribe largo.
Les ayudo a aclarar algunos términos.
Pony Malta: bebida gaseosa no alcohólica a base de malta, producida en Colombia.
Ajá: intejección que indica aprobación satisfacción.
Caddne: sonido a la palabra CARNE”.
Dale, puej: sinónimo de Vamos”.
Raspao: granizado, refresco refrigerio compuesto de hielo troceado rallado con jarabe de sabores variados.
Sombrero Vueltiao: pieza artesanal e ícono cultural de Colombia.
Emperifollar: Adornar arreglar con cuidado en exceso.
Galleta de limón: Galleta propia de la región, hecha artesanalmente en fogón de leña.
Desde el 17 de abril que salí de Colombia, tomé 11 vuelos, cantidad de trenes, ferries, y metros casi que por ciudad. Viví alternando entre más hostel, enormes casas, departamentos compartidos , couchs y en una montaña en medio del bosque. Me decidí a probar nuevos platos,y en vez de subir, bajé algunos kilos en el intento.
Mi estado del tiempo fue variando entre climas fríos, templados, invierno, verano, otoño y Monzones; así que al remaining quedé con un bronceado raro y estoy por creer que eterno. Esto, porque fácilmente tuve frío de día y después tenía la posibilidad de sentarme a ver salir el sol en ropa de verano.
Vi una cantidad casi imposible de recordar de paisajes que incluyen: volcanes, montañas, playa, islas, cayos, cascadas, y zonas medio desérticas. Manejé un promedio de 6 tipos de monedas (Euro, Soles, Pesos Bolivianos, Pesos Argentinos, Rupias, Coronas Checas) Recolecté postales, volantes, tíquets de metro y/ buses de cada ciudad. Mapas, guías turísticas, publicidades, pases de abordar y una que otra nota a mano de gente que acababa de conocer.
Actualmente mi cabeza piensa en: español, inglés, descifra Alemán, y en algún momento intentó Italiano, así que no me culpen si me tardo en procesar que volví. Mis zonas horarias han cambiado radicalmente, una y otra vez ( lo que incluye tener en cuenta qué hora es en por lo menos four países donde están las personas con la que hablo a diario). Sentí finalmente el JetLag al volver de Asia, cuando mi cuerpo seguía pidiendo descanso pero todavía era de día. Y ni hablar de las horas que he tenido que esperar pacientemente para hablar con gente que estaba literalmente al otro lado del mundo.
Mi laptop computer murió por tres meses y volvió a la vida en medio de esta locura. Tuve mi cumpleaños en la cuidad que como sea, me termina haciendo volver a ella para esa fecha. Hice más Strolling tour de los que me acuerdo. Planeé está ruta por 2 meses máximo, y sin embargo aquí estoy, 6 meses después.
Me maravillé en Lima, tomé pisco y hablé hasta el amanecer sobre la historia de Perú, comí la mejor comida local, y todavía sueño con el Elegant” chocolate blanco, que comí hasta último minuto. Caminé por El Barrio Miraflores , y vi el cambio de turno en él congreso de la república. Le pregunté a una Llama: ola okay hace, y después vi como su lana terminaba hecha un saco carísimo! Almorcé al lado de una abuelita muy dulce, en Arequipa, después de viajar en un bus que más parecía un avión.
Me sorprendí en Bolivia, donde cada madrugada me quejé del frío. Sentí miedo de ser mujer en las calles de La Paz, y después salvé la noche con gente muy cool en el bar del hostel. Estuve sentada al frente de la Isla de Sol, y vi Águilas en el hombro de una señora de edad que cobraba unos pesos por que le sacaran fotos.
Pasé en una canoa (sintiéndome totalmente un Mojado, que va de México a Usa, pero legal con mi pasaporte en mano), me disgusté en cada salida de las terminales, porque es un lío que te cambien dólares. Me desenamoré en Baires (pero nunca de la ciudad), y volví a casi todos los sitios que amé. Fui a un recital con mi mejor amigo, descubrí un nuevo vino, posé para el E book de una fotógrafa, y recibí un libro en Rosario.
Después paseé sola por Barcelona, amé su metro, tomé coca cola con limón, y fui de compras después de caminar por sus famosas Ramplas. Conocí Ratazztas e hice turismo para mí solita. Me fui a San Sebastián, y ahí refresqué con una cerveza. Pasé a Francia y tomé el sol” en la playa donde al tiempo, contemplé el faro de Biarritz. Me quedé en Anglet , tomé Ron blanco artesanal, con mucho azúcar como parte de la hora del té” de los abuelos de una nueva amiga ( incluso intenté una conversación con su Español y mi francés). Vi morir el sol en un bar de surf en Bayona y almorcé por cuenta del conductor de Bla bla automotive con una española y un Suizo de lo más Chulo”.
Perdí un vuelo y me tomé de emergencia un ferry a Ibiza, gracias a un señor que me ayudó a cargar las maletas por todo el metro de Barcelona. Descubrí la magia” de Ibiza y estudié todos los golf equipment, fiestas, horarios y Djs de la Isla. Trabajé y más hice amigos que otra cosa. Aún así, caminé por Playa D’en Bossa de a lado a lado, de 11:30 a 5:30 Pm. Salí de las fiestas, solo para ver el amanecer con gente que sentía que había conocido hace mil años, y viví en 3 departamentos diferentes.
Amnesia, Amnesia y mucho Amnesia, donde bailé electrónica como si no hubiera mañana, al ritmo de un saxofón en un día cualquiera Caminé de día y de noche por el Castillo Dalt Vila, vi el atardecer más bonito de mi vida en Sant Antoni de Portmany , di saltitos de emoción y bailé al frente de una excelente banda que seguramente muy poca gente conoce, justo en el Hippie Market, de Ibiza. Me subí a una tarima en la Troya y después volé a Alemania.
Tomé jugo de Maracuyá en Frankfurt, me senté en una plaza de Offenrbug , viví un mes en Gengenbanch, donde tomé Williamn’s en un vals fest, dormí en una Van afuera de un Membership, y bailé bajo la lluvia de un Das fest. Caminé y subí a la cima de un castillo rosa, porque nunca son suficientes castillos en esta historia. Subí a una torre, e hice algunos recuerdos ahí. Fui al mercado de frutas en sábado, y recibí las flores más bonitas del mundo (A mí, que no me gustan las flores).
Cuidé a dos pequeños que no entendían ni español ni inglés, pero al remaining nos entendimos, jugamos y les enseñé todo acerca del libro de la selva( porque Scout hoy mañana y siempre) Después asistí a Beat Parade, donde perdí mis preciados lentes de sol.
Sentí la tensión por las amenazas de ataques terroristas en el aeropuerto de Frakfurt , y volé otra vez a Madrid. Conocí madrid en 2 días , y me tomé un cóctel en la terraza del Palacio Actual. Me fui a Asia como quien no quiere la cosa”y sufrí todo el papeleo y comprobaciones de seguridad en cada aeropuerto. Estuve en Londres por tres horas, y vaya que es otro mundo.
Hice parte del norte de India, con una mochila ligera, de unos 11 kl (para aprender a viajar ligero)… y morí en el intento porque por supuesto, regresé con una maleta further. Me hice amiga de una cadena de Hostels, de cada Tuk tuk driver, y el día que salía, hasta el celador de Zostel quería llorar. Viajé en tren, en bus, en moto, y no me maquillé en un mes completo. Dejé de alisar mi cabello por casi ese mismo tiempo, y hay quieres me llamaron Mowgli” más de una vez. Aprendí a mover los hombros como los Hindúes, y ahora tengo claro que en verdad luzco como una mujer de allá.
Me hice un Tatto con Henna, y pelee hasta el último día con la comida. Me quedé sin Rupias para volver al aeropuerto y al last en encontré 14 dólares por accidente, en algún lugar de mis maletas. Escribí para mi weblog en casi todos los aviones, y todavía tengo que elegir entre las 2000 fotos que mi alma gemela tomó.
Bailé en medio de festivales, en medio de nativos, en medio de una discoteca, y conocí los lugares underground” de Delhi. Conocí gente de la que de verdad no quise despedirme tan pronto, y luego volví a Europa. Hice escala en Dubai, y creo que fue de los aterrizajes más bonitos que he visto hasta ahora, chismosee los lugares para rezar que hay al lado de cada baño de los Emirates Árabes Unidos, e intenté bañarme en ese aeropuerto ( donde también puedes dormir y alquilar un domo por la módica suma de 17 Euros). Llegué a Praga y volví a Couchsurfing, donde caminé por toda la ciudad al lado de un native, vi el reloj astronómico, e hice fila bajo la lluvia por three horas para entrar al Castillo de Praga (el cual me dejó sin plaabras). Contemplé la Casa Danzante y el Puente de Charles. Me senté al lado de un péndulo a tomar cervezas al frente del río, desde donde puedes ver toda la ciudad.
Ese lugar es especial porque de noche, las personas bailan al frente de un Dj, y disfrutan de verdad de ese momento. Me fui en bus a Berlín y dormí 5 horas en alguna estación cualquiera. Corrí por El Memorial Del Holeocausto y caminé por el muro de Berlín. Visité cada sitio importante con el mejor guía de todos, y luego estuve en una playa synthetic, dentro de lo que se sentía como Jamaica (pero que aún era Berlín ).
Estuve sentada largo rato en Alexander Platz, después de escuchar muy buen Techno y hacer dos nuevos amigos. conocí cada búnker y cada bar con onda retro, donde lo stylish es estar sentado en medio de desechos de madera, con una que otra lucesita. Ocasionalmente, corrí y corrí, pero me dejó el bus que me iba a llevar a Colonia.
Terminé toda esta locura en una ciudad universitaria, donde fui a Odonien, un lugar con esculturas de robots adentro, y es medio bar, medio búnker. Comí Kebab hasta cansarme y en este punto por fin recuperé el apetito. Despedí a mi alma gemela con la promesa de volvernos a ver.
Toda Europa fueron compras, compras y más compras porque con la Ropa a esos precios, ¿quién se puede resistir? Recibí en whole 3 camisetas de desconocidos, y le hice una carta (no sé si de amor, a un Dj native) Volví a caminar forty five minutos a través de un parque para llegar a dormir, después de salir la noche anterior. Terminé de escribir esto a las 3:am en una parada de un Bus que me llevó a Amsterdam , para tomar mi vuelo a Bogotá.
Desde que dejé Colonia, no he parado de pensar en cuántas veces me han dolido los hombros después de un día de viaje, en cuántos aeropuertos, controles de todo tipo de seguridad, migraciones, metros, y sistemas de transporte público que he tenido que aprender; cuántas aplicaciones he descargado, y a cuánta gente le he dicho con una sonrisa de par a par cuando me preguntan a dónde voy ahora : a donde me lleven estas maletas!”
Me queda en la mente tantas personas que me han visto cargada y se han ofrecido a ayudarme, que me han dado la mano así sin más, a los extraños que me sonríen de lejos, y a los hombres que cuando estoy sola me dicen ¿y no te da miedo viajar sola? Pues no, porque nunca lo he estado.
Tengo conmigo un ejército digital, y celestial siempre cuidándome; tengo un amigo por cada desconocido, y tengo mis letras en forma de charlas conmigo misma.
A toda la gente que conocí, a mis compañeros de viaje por país ( A Gabo, A Sam, a Tobias, cada uno turnado con su correspondiente trayecto de tiempo), a los que todavía me escriben, a los que quedé de ver en un año, a los que conocí en una sola noche, a los que me faltó mencionar aquí, a los que volví a ver en otro país, a los que conocí en el trabajo, en la playa, y en la vida, a todos : gracias.
Después de 156 días, regreso en un largo camino a casa. A mi casa, para abrazar a mis viejos y decirles a ellos también gracias. Por creer, por confiar, y por cada palabra de apoyo cuando mi mente y mi cuerpo estuvieron por colapsar. Regreso, con la emoción intacta de un centenar de cosas cumplidas, r con el peso de haber aprendido a las malas de un montón de errores, con la tarea de viajar más, los planes a mediano plazo y las preguntas resueltas.
Regreso con calma, a prepararme para lo que sigue. Regreso más fuerte que nunca, después de haber estado en three continentes y no haber muerto en el intento. Vuelvo con ganas de dormir en mi cama, con un Magíster en empacar y hacer magia con el peso de las maletas, una especialización un vuelos y búsquedas, una carrera en trucos de viajeros, con mi weblog, con fotos sin publicar para todo el año, una maleta llena de regalos, imanes de los países que visité, y con la ilusión de ver a mi ciudad con otros ojos.
Feliz, feliz y contando…
La que escribe largo.
About Agra and Jaipur.
Hasta ese momento del viaje todo había marchado sobre ruedas”. Estábamos aún extasiados de tanta locura, colour, recibimiento y diversidad. No obstante, debo decir que llegamos a Agra, llenos de nervios porque finalmente íbamos a estar ahí: afuera, detrás, al frente y adentro del majestuoso Taj Mahal. Mi alma gemela es arquitecto de profesión (fotógrafo de vocación); así como yo, comunicadora de profesión (pero escritora de vocación). Esta mezcla de todo, hace nuestra fórmula siempre más interesante. A mí me gusta leer la historia, las reseñas, investigar y preguntar en persona a los guías (no de nuestros viajes, porque nunca tomamos tours); pero cuento con la buena suerte de que siempre hay alguien por ahí que no se aguanta mi cara de análisis y termina por entablar una conversación gratis conmigo); y a él, le encanta sacar a thousand fotos (mayormente para Instagram) y responderme cosas de Arquitectura, a cambio de que yo le resuma en three líneas por qué es tan importante el lugar.
Había leído que al Taj hay que verlo cuando sale el sol, cuando es de tarde y cuando oscurece. Estuvimos por primera vez en la tarde, en un punto ubicado exactamente detrás, de donde sacamos increíbles fotografías, lugar que si me preguntan, para mí fue el mejor. Al día siguiente, de todas formas, estuvimos ahí a las 6:00 am; bastante decepcionados porque ese día a la India se le ocurrió amanecer gris, con llovizna y del sol poco nada, debo decir que la decepción duró muy poco, porque ni siquiera con todo eso se opaca este lugar.
Vale la pena echarse tanto viaje sólo para llegar ahí. Tienes que cubrirte los pies para entrar al salón principal”, y yo diría que hay que recorrerlo de a poco para poder apreciarlo. El Taj Mahal, fue construido entre 1631 y 1648 en la ciudad de Agra , estado de Uttar Pradesh ( India ), a orillas del río Yamuna , por el emperador musulmán Shah Jahan de la dinastía mogola Según cuenta la historia, es símbolo del amor puro que Shah sintitó por Arjumand Banu Begum, quien fue, no su única, pero sí su más amada esposa. Después de lograr casarse, vivir juntos, y traer al mundo a 14 hijos, ella muere trayendo al mundo el último. Mumtaz Mahal (nombre de la Emperatriz) antes de morir, le pide que posterior a esto, le construya su tumba, se case otra vez, sea bueno con sus hijos y que visite su tumba cada año en el aniversario de su muerte. El emperador, en medio de su dolor se propone construir la tumba más hermosa que el mundo haya visto jamás, rindiéndole así un homenaje a su amada con el objetivo de que el mismo, perdurara por los siglos de los siglos.
Como resultado, el mundo hoy día contempla El Palacio de la Corona”, una construcción en la que participaron más de veinte mil obreros, un concejo de arquitectos procedentes de India, Persia y Asia central. Más de mil elefantes fueron los que transportaron el mármol fino y blanco de sus paredes, se dice que incluso hubieron carretas tiradas por bueyes, búfalos y camellos, los cuales llevaron los costosos, exóticos y preciosos materiales para su realización. En el mausoleo, reposan los restos de Mumtaz y Jahan, en una cámara relativamente simple debajo de esta sala, según un eje norte-sur.
Espero que les sean suficientes mis letras, pero créanme que si hubiéramos nacido para maravillarnos con los ojos, este sin duda es un lugar al que hay que ir para pellizcarse y saber que es real.
Por su parte y volviendo a nuestro viaje, Jaipur nos empezó a quitar el encanto de primíparos. Conocimos a tres personas que nos invitaron a conocer su joyería, y a salir de fiesta (a mí que no me pueden mencionar baile). Voy a resumir la historia diciendo que al closing nos querían timar descaradamente, porque si hay algo que saben hacer los hindúes es vender”. Uno viene a India sabiendo que es uno de los países más baratos de Asia (no exagero cuando digo que comprar agua vale 0,29 céntimos de 1 USD), pero el dinero que te vaya a sobrar (si gross sales vivo de los impuestos, que por lo general no están incluidos en los precios que exponen), te lo va a hacer gastar algún vendedor. Con su persistente amabilidad, va a hacer que te sientes, tomes un té de Masala (el cual vaya sorpresa, tampoco me gustó), te va a tratar de adivinar la vida, va a habla de tu país (cualquiera que sea, porque viven del turismo y si no, se lo inventan), te va a hacer medir 5 Saris, 3 Pashminas, anillos para todos los dedos, and so on. Para al remaining, no recibir un no como respuesta ( al menos no con la misma actitud que te empezó a conquistar, después de todo el esfuerzo que hizo mostrando su producto).
Dos horas aproximadamente estuvimos tratando de salir de una tienda de alfombras hechas a manos, que tardan meses en elaborarse y son verdaderamente hermosas…Pero fueron 2 horas tratando de decir que no era necesario mostrarnos cómo se hace hilo a hilo, porque no teníamos el dinero que seguramente valía. Larga historia hecha corta, aquella noche terminaron poniéndonos guardias de seguridad (seguramente porque: primero, estábamos muy elegantes para la ocasión, y dos, estuve 40 minutos explicándole a los de seguridad, entre molesta y asustada, que las personas con las que habíamos venido, no eran mis amigos, no dejaban de perseguirme y encima, me querían cobrar de más).
Pasamos muy lindo pese a todo, bailamos al son de música Hindú en el bar de una terraza que nada le tiene que envidiar a una nuestra, y al regresar el conductor del Tuk Tuk me dejó manejar hasta el hostel. Sí, sobrevivimos. Y por si quieren saber, conducir este specific vehículo, es como manejar moto y carro al mismo tiempo, porque tienen pedales y cambios como un carro; pero dirección y freno de mano como una moto. Jaipur sin embargo, nos ofreció también la Ciudad rosada, Hawa Mahal, el Jah Mahal, el Fuerte Amber. Por otro lado, en nuestro afán por presenciar una de las fiestas más preparada en esta cultura, tuvimos la oportunidad de llegar al Cóctel tattoo Henna social gathering” evento previo a una boda que, gracias a la app Couchsurfing, logramos entrar colados.
Gente buena y mala hay en todos lados. A veces es más fácil distinguirla de lo que pensamos, a veces están más cerca de lo que imaginamos. Lo digo porque en este punto, India nos empezó a demostrar cierta mística, con lecciones de a poco, nos puso a suponer por lo menos a hacer que nos pensáramos mejor la próxima vez que ocurriera algo.
Me tocó comenzar a ver las personas con ojos más reflexivos, a tener certeza de estar haciendo lo correcto, y a respetar cada cosa del suelo que pisaba. Estudié en un colegio bastante religioso, vengo de una familia bastante católica, hice yoga three meses y un mes por medio, hago sola en mi casa, pero no soy la persona más espiritual del mundo. No obstante, India con sus inciensos, su devoción, y ese montón de cosas rarísimas que nos pasaban, me hizo pensar bastante. La India te quita una cosa, La India te da otra mejor” me empecé a repetir mentalmente. Llámenme supersticiosa pero le pregunté a más viajeros, y todos coincidieron en que sí, que se siente una energía muy fuerte, y muy rara al mismo tiempo. Una energía que reclama respeto, y que a lo menos, te hace pensar dos veces todo.
Personalmente, me regañé unas cuantas veces. No es posible cruzar dos continentes para entender que por sí mismos somos templos, merecemos respeto, cuidado y reflexión. Si antes pensaba que el Karma existe, aquí lo confirmé de primera mano. La vida es la misma en cualquier lugar del mundo, la vivamos como la vivamos.
¿Cuántas personas no viven infelices con lo que son? ¿Cuántas lo tienen todo, y aún así no se cansan de hacerse a ellos mismos vacíos internos sólo para tener una excusa para sufrir? ¿Cuántas no viven de indisponer a los otros, para ser felices consigo mismos? Y ¿Entonces todos tienen que venir a India a cambiarlo? pues NO. Que sea sea mi error y no el de ustedes (mejor vengan porque es un Macondo chiquito donde todo puede pasar).
No esperemos el gran viaje, el ascenso, la próxima relación amorosa, el trabajo perfecto, la cirugía plástica la pérdida de un acquainted querido; para darnos cuenta que tiempo no hay, que la cotidianidad no es complicada, que los complicados somos nosotros. Que infelices no lo son siquiera la gente que vive debajo de un puente, porque les digo, no hay uno solo que no haya visto comer en medio de esa suciedad, y saludarme, sonreír, compartir, y simplemente vivir. Problemas tenemos todos, pobres” no. Y que el vacío existencial de todas las edades, que tan malas jugadas nos juega, las cuales sé por experiencia, son bastante difíciles de sobrellevar, no sea lo que no nos deja avanzar. Les aseguro, yo que me he equivocado bastante… que la vida es bien sencillita, aquí, en Asia, en cualquier rincón del mundo.
Con al menos algunas preguntas resueltas…
La que escribe largo.
INDIA
No se está preparado nunca para venir a la India. Ni por todo lo que se ha visto antes de venir, ni por todo lo que se ha escuchado, leído. Porque creo que todo es el doble de intenso, el doble de colorido, el doble de caótico y lo más interesante, es la cantidad de cosas que hay que procesar al momento. El entender todo este desorden, todo este caos, el hecho de que el tiempo vaya volando. Desde que salimos de la estación de metro, no he dejado de sorprenderme. No he dejado de explorar. Y de estar feliz, triste, enojada, otra vez feliz, extasiada, y cansada… Todo al mismo tiempo.
Físicamente: ‘Cóctel de pastillas para dormir’ dice una canción. Pero estamos en la India, tomando Té blanco con sabor a Lavanda, agua embotellada, y luchando con las especias. Ayer tomamos Vodka con curry” y para su sorpresa ¡Fue riquísimo! Almorzamos a la fuerza y sinceramente, no creo sobrevivir si no encuentro un supermercado con mas variedad que picante” para todo. Pero eso, ya lo veremos.
Mental: Ya perdí la cuenta de cuantas veces me he sentido amenazada”, intimidada”, incómoda” y hasta molesta” ante la mirada de los hombres. Eso sin contar que por lo basic siempre se ven muchísimo más hombres que mujeres aquí. Cosa que hasta el momento, nunca me había pasado. Su mirada es de curiosidad, es penetrante, poco disimulada, es acusadora, pero después de analizarlo mejor, creo que no tienen las intenciones que yo supongo.
Todo el tiempo siento que detrás mío se está rodando una película, siento adrenalina cada vez que vamos en un Tuk Tuk y un carro se atraviesa, pero aquí eso parece ser lo más regular del mundo, así que intento respirar. Estoy sintiendo un desgaste mental productivo, lleno de preguntas, de desafíos. Cada día es una aventura, usar dinero es en sí mismo un proceso -ayer fuimos perseguidos por una anciana, aproximadamente 15 minutos, porque quería que le comprara una tela-15 minutos de ella con su inglés a medio entender, su emoción por vender, su remate de precios, y hasta su amenaza de que si no le comprábamos, ella podría tener problemas…vaya uno a saber con quién!
Emocional: desde el niño de 8 años que te pone en tus brazos a su hermano de 2, para que le des algunos Rupies; hasta contemplar una especie de pageant turístico en el camino que conduce a la India Gate” en el que mi cuerpo no pudo resistirse a bailar por más de 5 minutos un ritmo – que creo que es africano-, rodeada de una pequeña multitud, que miraba curiosa , aplaudía y grababa. Me imagino que, estarían preguntándose cómo es que yo, con toda mi ropa occidental, me dejaba llevar por todos esos hombres al rededor mío. Todas, y cada una de las emociones que llevaba reprimiendo hace un montón de tiempo, han vuelto aparecer.
Aquí no soy nadie, no importa cuán raro me miren, aquí puedo llorar a las afueras de Jama Mashid” al oír los vibrantes cantos que a la hora del culto suenan estrepitosamente por medio de dos enormes, viejos y gastados parlantes; y que a su vez hacen juego con el lugar. Puedo temblar paralizada porque a mi alrededor decenas de niños nos miran curiosos, miran nuestras cámaras, nuestra ropa, se acercan temerosos, y no hablan, a menos que mostremos una sonrisa y les digamos un ¡Hola! (más asustados que ellos). Porque para ellos tú eres el protagonista, te piden aparecer en sus fotos y luego se van corriendo emocionados, justo como nosotros, cuando nos sacamos fotos con ellos y sus hermosos trajes coloridos.
Aquí puedo ir con el corazón latiendo a mil mientras cruzo una calle, rogando llegar viva al otro lado y de repente sentir una punzada de emoción al escuchar a cuatro niños que al unísono gritan ¡Welcome to India! y baten sus manos a más no poder -para después esquivar dos bicicletas que ya tengo muy cerca por dejarme distraer-. Puedo hablar con todo el mundo, y gastar tres horas con aquel señor tan amable, que por unos pocos pesos, nos muestra lo mejor de su zona, nos cube dónde comprar especias, trajes, telas, té, todo al mejor precio. Aquí él es un acompañante, que feliz intenta darse a entender, contrata nuestro transporte, nos lleva los paquetes, come de nuestra comida y se pone enteramente al servicio de cada cosa que queremos hacer.Y es parecido a ese amigo anfitrión que todos tenemos, a diferencia que en nuestro mundo” lo llamaríamos ‘Personal shopper’, ¡vaya que hemos perdido el rumbo, gente!
Tres días llevamos en India, y mis cinco sentidos no son suficientes. He tenido que secarme lágrimas de los ojos tres veces. He tenido que parar a hacer mil fotos mentales en cada nueva zona, y he aprendido el arte del regateo-¡Por fin, mami! ¡Por fin!- He estado a punto de perderme de mi alma gemela, en medio del caos…sin dinero, sin celular, sin la dirección del hostel y sin web. (Los 39 minutos más horribles de mi vida) pero les juro, que los tres días más emocionantes desde que nací.
Esto apenas comienza, apenas es la entrada, y cada minuto de mi vida me convenzo más de que la vida es perfecta, que te coloca cada cosa estratégicamente, que venir aquí con la persona que me complementa, es un acierto, que India tiene un pedazo para cada una de las personas que conozco. Que a todo el mundo le serviría venir a andar por aquí descalzo, para perderse consigo mismo, para enamorarse del trabajo a mano, de que no haya wifi en todas partes; pero por primera vez en mucho tiempo: NO necesitarlo.
A todo el mundo le serviría venir aquí y sentir lo que es VIVIR.
Con dedos temblando…
Siempre hay algo detrás de eso. Un amor, un ascenso, alguna pequeña satisfacción, un despecho, la mini-tragedia personal de la semana, una insatisfacción física , la búsqueda del yo perfecto.
Sea lo que sea, me llama poderosamente la atención esa gente que se atreve. Que determine contarle disimuladamente al mundo: sigo aquí y tengo un yo nuevo.
Nunca sabes las cosas que están pasando en la vida del otro ( nunca, así sea que ese otro te lo cuente) porque al fin y al cabo estamos todos en campos de concentración minados, con bombas que del sujeto para afuera, ha puesto la vida; y del sujeto para adentro: se ha puesto él solito.
Caminamos con ojos bien abiertos ( fingimos en algunos casos) con el propósito de llegar más y más lejos. Y todo el mundo está por allá por su lado haciendo gestos ( Dale, que tú puedes” ó ni te esfuerces, que no va”), como sea, todo el mundo está en la suya. Librando su gran batalla, con su caos interno, con sus problemas a medio resolver, con su espera infinita del único y salvador: viernes (Como si el pobre viernes tuviera la culpa).
Así que me declaro del lado de los que dicen que están mal cuando están mal, de los que se amargan, y después se alegran; y después de amargan. Me quedo con esos que te invitan a comer cualquier día de la semana solo por tener una excusa para no comer solos (esta vendría a ser yo en muchos casos). Y pido que sean más las personas que te saludan y te envían buena energía, más allá de las que te interrogan y te dejan ese sinsabor de que al fin y al cabo no sabes por qué exactamente te saludaron.
La mayoría del tiempo no me gusta la gente, la misantropía y yo somos muy viejas amigas, y llamenme loca, pero tengo una vida entera de razones… Así que les confieso que cuando veo gente que celebra pequeñas cosas, que no hace de las redes sociales una competencia a la mejor vida, que no finge los comentarios, que va por la calle y sonríe ( sin aparente razón), tiembla mi misantropía.
Y creo, creo en el destino, creo en los amigos ( aún cuando tengo three despechos amistosos crónicos encima) creo en que todo pasa porque viene algo diferente, creo en los cambios de seems, de vivienda, de ciudad. ¿Si a usted no les gusta algo muévase? No, tampoco es así tan fácil. Pero si no le gusta, cambie la forma como lo está tomando… y ya.
Creo en ese atreverse, en ese ser rebeldes, en defender ese corte de cabello que quedó mal, y ese sentimiento de culpa después, porque hay que esperar mucho tiempo para que vuelva a crecer; creo en ese momento en el que finalemente te pusiste ese shade de tinte que siempre quisiste, en esos 10 kilos de más que ganaste después de darte gusto hasta no poder más; y esos 5 kilos menos que la gente sigue creyendo que pierdes a propósito. Porque todo esto por más superficial que parezca, está comunicando en un silencio desesperado ¡Esta es mi guerra , la estoy luchando y en este instante la voy ganando! -lo que traduce algo así como- Do not kill my vibe, mf!
Para terminar, quiero aclarar que no es que no me gusten las personas que no cambian, lo que pasa es que me generan sospecha. ¿Quién en su sano juicio no ha querido mostrar que está reinventándose? No como requisito , sino como virtud, como evidencia y como constancia. A todos nos ha tocado la época del ‘no me gusto a mí mismo’, y algo hemos tenido que hacer. Así que sí, tengo mis sospechas.
A todas estas, no quiero sonar muy positiva…porque basta con levantar la vista del teléfono para de nuevo volver a la misantropía recurring…pero por un momento , les quería comentar que a veces hasta la vida hay que cambiarle el look”… Porque también es muy lindo: volver a empezar.
Nos invito a que en vez de analizar si aprobamos no esos cambios , nos dediquemos a alentar a esa gente que necesita un empujoncito, a decirle a ese otro que lo está haciendo muy bien ( incluso cuando no lo sepamos a ciencia cierta), a mirarnos con otros ojos en el espejo y decir : sí, sigo siendo yo; y el mundo merece saberlo.
Misantropía: actitud social y psicológica caracterizada por la aversión basic hacia el género humano
Con amor
Entonces te das cuenta que el tiempo no es nada. Que ya han pasado unos buenos meses y todavía tienes solo ese nombre en la mente. Y no es que sea cuestión de superar, es más esa parte en tu inside que te dice que confíes, porque no es el fin.
Los recuerdos dejaron de pasarse, la gente dejó de preguntar, sus vidas tomaron los mismos viejos caminos. Pero había algo que en definitiva, había cambiado.
Ella había vuelto a creer, ella no llegó siquiera a hacerle saber cómo se sentía al respecto. Ella sólo tomó las decisiones más fáciles y se marchó. Se marchó sin despedirse.
Y desde entonces, cuando logra penetrar en su mente, tiene que recordarse lo cobarde que es con las cosas que le importan. ¿Cuánto ha perdido? ¿Cuánto más está dispuesta a perder?
Pero en su interior, hay algo más. Hay esperanzas, es como si sí…Y es bastante absurdo, pero es como si…. sí.


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